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La respuesta correcta al matrimonio infantil: “No quiero”

Reseñas/17 Octubre 2019/Fuente: El país

Más de 12 millones de niñas son obligadas a casarse cada año a pesar de las leyes y tratados internacionales en contra

Kadiatu Massaquoi había estado tonteando con un vecino de su ciudad, Jendema, en Sierra Leona. Llevaban apenas un mes viéndose cuando se quedó embarazada. Ella tenía 14 años y él 19. «Dejé el colegio porque en mi país es un tabú que una niña encinta vaya a la escuela. Mi madre y mis vecinos me dijeron que me tenía que casar con el padre del bebé», recuerda. No quería ni lo uno ni lo otro, pero no tuvo más remedio que abandonar sus estudios y contraer matrimonio cuando ya había cumplido 15. Para salvar su honor y el de su familia.

Los planes de Kadiatu se habían truncado. Les dijo a sus padres que no estaba preparada para el matrimonio, pero finalmente tuvo que casarse. Tampoco quería dejar el colegio y buscó ayuda para, al menos, continuar su formación. «Pero no había nadie que pudiese apoyarme para seguir con mis estudios; ni siquiera mi madre», recuerda la joven, hoy de 17 años y madre de dos hijos, una niña de tres y un pequeño de uno. «Mi vida empezó a ser muy triste», continúa su relato. «Solo hacía las tareas de la casa: cocinar, lavar la ropa, limpiar…».

De poco le sirvió a esta joven que su país se haya comprometido a erradicar esta práctica. Las leyes y los tratados internacionales fueron para Kadiatu papel mojado. De hecho, según datos de Unicef, Sierra Leona ocupa la posición 18 en la lista de países con mayor prevalencia de matrimonio infantil. Un 39% son víctimas de enlaces forzados antes de los 18 años y un 13% antes de los 15, como Kadiatu.

En el mundo, 650 millones de mujeres fueron enlazadas cuando eran todavía menores de edad. «Cada año, se casan más de 12 millones de niñas más. De los 1.100 millones de niñas que habitan hoy el planeta, más de un 20% (220 millones) se casará antes de cumplir los 18», denuncian en un estudio sobre la materia cuatro organizaciones —Amnistía Internacional, Save The Children, Entreculturas y Mundo Cooperante— que se han aliado para contribuir unidas a acabar con esta práctica.

«Los cambios legislativos por sí solos no funcionan; también hacen falta campañas de sensibilización, programas educativos… En definitiva, poner medios para que los derechos que se plasman sobre el papel se hagan realidad», expone Eva Suárez, directora adjunta de Amnistía Internacional España. «Estamos hablando de una violencia de género, de una violación de derechos humanos que abre la puerta a más violaciones como la falta de acceso a salud sexual y reproductiva, o a la educación, a malos tratos», enfatiza.

La vida de Kadiatu fue triste, privada de su derecho a una educación, hasta que se topó con gente que sí podía ayudarla: la ONG Save the Children. Gracias a esta organización, hoy aprende confección, aunque si tiene la oportunidad lo que querría es formarse para ser enfermera. Y, sobre todo, sueña con convertirse en «una campeona contra el matrimonio infantil». Esto lo está consiguiendo. Sabe que su historia puede servir para concienciar a otras familias sobre este problema. Por eso se la cuenta a niñas, padres, maestros, periodistas, quien haga falta para evitar que más chicas pasen por lo mismo que ella. «Y lo conseguimos», afirma con seguridad.

Hadiqa Bashir, una joven pakistaní de 17 años, tuvo más suerte. Ella tenía cerca a esa persona que podía ayudarla en el momento adecuado. Cuando tenía 11 años y vivía una infancia «muy feliz» en Swat, le llegó una propuesta de matrimonio de un taxista. Era «un buen acuerdo» y su familia decidió aceptar. Salvo su tío. «Me habló del sistema patriarcal de mi sociedad, de las leyes que prohíben el matrimonio infantil, de los derechos humanos…», recuerda. Con toda esa información y mucha determinación, Hadiqa les dijo a sus progenitores que, si la obligaban a casarse, les llevaría ante los tribunales. Y la creyeron. «Soy el tipo de persona que cuando dice que va a hacer algo, lo hace», afirma.

La joven ya había visto cómo una de sus compañeras de la escuela había dejado de asistir porque la habían forzado a casarse. «Organizamos una fiesta para ir a verla y ella no jugaba, se quedó en una esquina apartada y nos contó que el marido la había pegado con una vara de hierro. Finalmente, su suegra nos dijo que no volviésemos», rememora. Con apoyo de su tío y su valentía, Hadiqa evitó un futuro similar al de su amiga, pero su lucha tampoco fue fácil. Organizó un grupo de 10 chicas para ir puerta a puerta y sensibilizar contra el matrimonio infantil. «Nos decían que era normal y nos echaban, pero no nos dimos por vencidas». Hasta que algunas empezaron a escucharlas. «Muchas ni siquiera sabían sus derechos más básicos», afirma aún sorprendida.

Hadiqa Bashir es de Pakistán y recibió una proposición de matrimonio cuando tenía 11 años. Sus padres querían aceptarla y ella, con el apoyo de su tío, les amenazó con llevarles a los tribunales. Así evitó un enlace que no quería y se convirtió en una activista contra esta práctica en su país.
Hadiqa Bashir es de Pakistán y recibió una proposición de matrimonio cuando tenía 11 años. Sus padres querían aceptarla y ella, con el apoyo de su tío, les amenazó con llevarles a los tribunales. Así evitó un enlace que no quería y se convirtió en una activista contra esta práctica en su país. JAIME VILLANUEVA

Con los éxitos, comenzaron también las presiones y amenazas. «A mi padre le decían que me había convertido en un agente de occidente», relata. Debido a su activismo, la expulsaron de la escuela privada en la que estudiaba. Se matriculó entonces, no sin oposición del centro, en un colegio público. Ahora, a punto de acceder a la universidad, Hadiqa continúa su batalla contra el matrimonio infantil y planea ser abogada. «Enfrento muchos problemas por mi feminismo: mi familia y yo recibimos amenazas de muerte de extremistas, pero acudimos a la policía y ahora estamos más seguros».

Hadiqa cree que su esfuerzo merece la pena. «Aunque mi voz llegue a solo un 1% de la población, es una victoria enorme. Estamos tratando de cambiar una mentalidad arraigada en los genes durante siglos. Es imposible que lo logremos en un día, pero espero que quizá en 20 años o 200, sucederá ese cambio», apunta.

«El matrimonio va ligado a la idea de que la niña es un bien que se puede vender, o en el polo opuesto, una carga económica de la que hay que desprenderse pronto o, al menos, no invertir en ella», analiza Raquel Martín, coordinadora del programa La Luz de las Niñas de Entreculturas. Para esta organización es fundamental el trabajo educativo con las comunidades y «generar referentes», que niñas que han salido o evitado un matrimonio se conviertan en un ejemplo para otras. También se acaban convirtiendo en un orgullo para sus familias que ven que las chicas reciben apoyo para continuar estudiando y tienen un reconocimiento.

«Lo que vivimos mal los que trabajamos en esto es lo que se queda fuera de nuestro radar. La realidad es injusta, no se llega a todo y hay zonas del mundo en sombra. Y hay niñas que no encontrarán a quien les ayude a salir de la violencia. Pero cada germen de cambio, cada niña que sale, cada maestro, cada persona que se conciencia sobre este problema, es una mutación positiva en la cadena de la desgracia que genera un cambio», termina optimista.

Fuente e imagen: https://elpais.com/elpais/2019/10/11/planeta_futuro/1570807155_059878.html

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Myanmar: Ciudadanos de ninguna parte

Asia/Myanmar/22 Agosto 2019/El país

Desde inicio del éxodo de los rohingyas, su situación como refugiados sigue siendo preocupante

Jannatul Firdous, de cinco años, está sumida en sus pensamientos. ¿Cómo describir el significado de su nombre? Jannatul Firdous significa cielo –el mejor cielo– un significado profundo, la niña lo sabe y quiere hacerlo bien. “El cielo es un lugar donde los niños pueden jugar”, empieza la pequeña mientras su mamá Salima, de 26 años, la mira con una dulce sonrisa. “Hay muchas flores”, continúa. “Hay un gran estanque de agua. El cielo es un lugar feliz”.

Jannah a menudo se traduce en el Corán como “cielo”. Jannatul Firdous es el nivel más alto de cielo del Islam.

El campamento 13 en Myanmar, donde ahora vive Jannatul, no es el cielo y dista mucho de serlo. Los niños juegan en la tierra, levantando un polvo que flota en el aire caliente de la tarde. Está muy lejos del exuberante y verde campo que rodeaba la casa de la que huyó en Myanmar; tal vez sea de ahí de donde provenga su idea del cielo. Aquí no hay estanques y Jannatul debe cargar agua en contenedores pesados desde una toma de agua relativamente cercana, por una escalera empinada hasta el refugio improvisado de su familia.

Jannatul vive en el campo de refugiados más grande y densamente poblado del mundo, en Cox’s Bazar, Bangladesh. De su casi un millón de residentes, más de la mitad son niños. La mayoría de las personas aquí son rohingya, un grupo perseguido, predominantemente musulmán y una minoría de Myanmar, que ha sufrido discriminación en su país durante varias décadas, incluyendo la denegación de la ciudadanía.

El campamento 13 es uno de los 33 subconjuntos dentro del megacampamento. Es un espacio superpoblado, hogar de 41.000 personas, ciudadanos de ninguna parte, la antítesis del lugar feliz con el que sueña Jannatul.

Refugiados de segunda

Jannatul y su madre van de un lado a otro por el campamento de refugiados. El 55% de sus residentes son menores.
Jannatul y su madre van de un lado a otro por el campamento de refugiados. El 55% de sus residentes son menores. JON WARREN WORLD VISION

Las niñas y las mujeres llegaron a Bangladesh con cicatrices físicas y emocionales que probablemente nunca terminarán de curarse. Un informe de la Alta Comisión para los Refugiados de Naciones Unidas en 2018 titulado Cultura, contexto y salud mental de los refugiados rohingya detalla cómo las mujeres sufrieron abusos, fueron violadas y obligadas a prostituirse en Myanmar.

Cuando estalló la violencia en su aldea, en agosto de 2017, la familia de Salima se separó: «Jannatul acabó conmigo, pero no sabía qué había pasado con mi esposo y mis otros hijos», dice su madre. «Más tarde, los vi muertos». Mohamed, de 30 años, recibió un disparo; su hijo, Hafej, de 2 años, y su hija, Kalima, de 1 año, también fueron asesinados. Su expresión se nubla de dolor mientras lo cuenta. En un momento del relato Salima extiende su teléfono para mostrar una foto de Kalima y Hafej, sonriendo junto a su hermana mayor, Jannatul.

¿Por qué los rohingya no son refugiados comunes?

En 1982, Myanmar aprobó una ley que excluía a muchas etnias de la condición de raza nacional oficial. Como resultado, a los rohingya se les negó la ciudadanía, lo que les convirtió en uno de los grupos de apátridas más grande del mundo, y se les sometió a restricciones en el matrimonio, el tamaño de la familia, el empleo, la educación, la elección religiosa y la libertad de movimiento. Por poner un ejemplo, en algunas ciudades del norte de Myanmar, a los rohingya se les permite tener solo dos hijos.

Ante esta situación miles de personas se vieron obligadas a huir a Bangladesh, donde están más seguros y tienen más libertad pero se enfrentan a restricciones por parte de un país que no es signatario de la Convención de las Naciones Unidas sobre los Refugiados de 1951 y, por lo tanto, no les reconoce como refugiados. Sin la condición de refugiado legal, los rohingya en Bangladés no pueden trabajar, vivir fuera de los campamentos o emigrar a otros países. Los niños no pueden ir a la escuela; y las mujeres y los menores son objeto de abuso, como la trata de personas, el trabajo infantil, el matrimonio infantil, la violencia de género y otras formas de explotación.

Espacios Seguros para Niños

Jannatul llega a uno de los espacios seguros para niños, lo más parecido a un colegio que pueden tener.
Jannatul llega a uno de los espacios seguros para niños, lo más parecido a un colegio que pueden tener.JON WARREN WORLD VISION

Situado en el corazón del campamento, el Espacio Seguro para Niños al que acude Jannatul es un centro alegre, a menudo ruidoso, pintado de un color naranja chillón. Fueron los propios menores quienes decidieron llamar a este espacio –Surjoful– en honor de algo simbólico que dejaron en Myanmar: los girasoles. Según sus profesores, Jannatul sencillamente brilla en este espacio cuando tiene la oportunidad de cantar, bailar o recitar pequeños poemas.

La pequeña es una de las favoritas del personal, nos confiesa su maestra, Farjana Faraz Tumpa, de 20 años. Algunos niños prefieren quedarse con sus madres, aún son muy pequeños y necesitan sentirse acompañados por un familiar, aunque sea haciendo cola para recibir la ayuda diaria. Pero Jannatul no se pierde ni un día de “cole”, porque estos centros son lo más parecido a un colegio que estos menores han visto en muchos meses.

El 55% de los refugiados rohingya son menores. Niños y niñas que se enfrentan a diario a la violación de sus derechos; violencia física y sexual, explotación, matrimonio infantil, problemas psicosociales y de salud mental, trata y secuestro de niños, trabajo infantil y un largo etcétera. Niños de segunda, niños de ninguna parte e invisibles para el mundo.

Fuente e imagen: https://elpais.com/elpais/2019/08/15/3500_millones/1565888791_003001.html

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Niñas africanas con ilusiones destrozadas (segunda parte)

Por: Julio Morejón

En África aún son deficitarios los programas de protección de la infancia que incluyan la educación, salud y nutrición, y los servicios de salud sexual y reproductiva, todos relacionados con la seguridad y la supervivencia.

 

Esa penuria es una de las consecuencias del subdesarrollo, que se trasmuta en un ciclo vicioso del cual es difícil escapar, pues esa realidad agrede a todas las facetas de la vida, tanto material como espiritual para condicionar formas de ser y actuar como es la aceptación del matrimonio infantil.

Aunque existen proyectos al respecto que ayudarían a detener la unión marital precoz, la realidad socioeconómica en la mayoría de las ocasiones obstaculiza ejecutar tales planes, pues, por ejemplo, resulta difícil aplicar medidas sanitarias en comunidades donde no existen instalaciones de salud.

En áreas hambreadas, la malnutrición infantil es una manifestación tendiente siempre a disparar los niveles de letalidad y a impedir la recesión de enfermedades curables que cada año hacen estragos en los pequeños, quienes por ello se transforman en el segmento poblacional más deprimido.

Una salud afectada y un hambre endémica constituyen poderosos motivos para sufrir una niñez de desencanto, y si a eso se agrega el suplicio de las llamadas niñas-novias el cuadro de la infancia en gran número de Estados del continente es muy desgarrador e insoportable y urge transformarlo.

DEL MITO AL CRIMEN

En algunos países de África a la virginidad se le confiere una cualidad mágico-mística que toca a niñas y adolescentes, tradiciones populares antiquísimas refuerzan ideas tales como que hubo emperadores quienes acostumbraban a bañarse con sangre de doncellas, porque le aportaba vitalidad y lozanía.

Tal creencia llega desvirtuada hasta nuestros días, cuando mediante un supuesto exorcismo se interpreta absurdamente que una relación sexual de un adulto enfermo con una niña o adolescente, puede curar el Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (SIDA), lo cual trasciende la barrera del abuso y del desconocimiento para ser un crimen.

También se plantean conclusiones más objetivas al respecto, cuando la referencia al matrimonio infantil se relaciona con zonas de guerra, donde esa sujeción obligada de niñas es un arma directa y puede que sus padres sean quienes las casen al creer que estarán mejor protegidas contra las violaciones y el abuso físico.

‘Los conflictos a menudo conducen a un colapso o debilitamiento de los servicios sociales para prevenir el matrimonio infantil. Esto expone a las niñas a un mayor riesgo de daño y violencia’, apunta un artículo de Amira Elfadil, comisaria de Asuntos Sociales de la Unión Africana.

La región subsahariana concentra las mayores cifras de matrimonios infantiles a nivel mundial cada año, con más de tres millones de niñas -una de cada tres- que se casan antes de los 18 años. Según el Banco Mundial (BM), esas uniones suponen pérdidas económicas a sus respectivos países de entre 60 mil y 120 mil millones de dólares.

Un informe de la entidad financiera emitido a finales de 2018 expone: ‘las niñas que acaban la educación secundaria tienen más posibilidades de encontrar trabajo y ganar el doble que las que no la han acabado’.

Añade que el matrimonio infantil tiene otros costes, más graves que los económicos, como son las altas tasas de fertilidad y el crecimiento de la población, lo cual puede conducir a una llamada ‘bomba demográfica’, cuya explosión inusitada crea desequilibrios tales como la peligrosa insuficiencia alimentaria e intensifica la pobreza.

‘Una novia infantil es más propensa a abandonar la escuela, sufrir complicaciones graves durante el embarazo y el parto y tiene un alto riesgo de sufrir violencia doméstica. Sus hijos también son más propensos a tener bajo peso y a padecer mayor mortalidad infantil por debajo de los cinco años’, dice una versión del documento del BM difundida por la prensa.

De los 20 países donde ocurren más matrimonios infantiles 18 están en África: Níger, República Centroafricana, Chad, Burkina Faso, Mali, Sudán del Sur y Guinea son siete de ellos que encabezan la lista con más de la mitad de las niñas casadas antes de los 18 años de edad.

VARIACIONES DEL TEMA

La prevalencia del matrimonio infantil en África occidental y central se comporta en forma desigual, aunque las investigaciones estadísticas indican que mayormente se encuentran alrededor de la edad de 15 años, que para algunos especialistas constituye un ligero distanciamiento de marcas anteriores.

Así, la unión marital principalmente de niñas menores de edad, es hoy muy criticada por personalidades públicas africanas de reconocido prestigio como comentaron la activista social mozambiqueña Graca Machel y el religioso sudafricano Desmond Tutu, en un artículo difundido por el diario Washington Post.

Para ambos:’El matrimonio infantil ocurre porque los adultos creen que tienen derecho a imponer el matrimonio a los niños. Esto les niega, especialmente a las niñas, su dignidad y la oportunidad de tomar decisiones que son esenciales en sus vidas, como con quién se quieren casar o cuándo quieren tener hijos’.

Además añaden que ‘La capacidad de elegir nos define y nos permite desarrollar nuestro potencial. El matrimonio infantil roba esta posibilidad a las niñas’. La disposición de aprobar una legislación contraria al casamiento prematuro, una medida en la que convergieron el gubernamental Frente de Liberación de Mozambique (Frelimo) y los partidos de la oposición, es parte de una reacción del liderazgo africano de denunciar alto y claro el problema y la decisión de actuar sin demora.

Fuente: https://www.prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=293799&SEO=ninas-africanas-con-ilusiones-destrozadas-segunda-parte
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Desayunos que combaten el matrimonio infantil en Yemen

Asia/Yemen/25 Julio 2019/Fuente: El país

La guerra, el hambre y el analfabetismo influyen en el aumento de los casamientos tempranos en el país, donde el 72% de las niñas están enlazadas antes de los 18

Faten Al Osimi empieza el día en la ciudad yemení de Saná a las cinco de la madrugada. Su primera tarea es revisar que los desayunos para las niñas estén listos: pan, queso, huevos duros, atún, fruta y leche. Otras dos personas ya han limpiado la naranjas para evitar el cólera, hervido los huevos y se encargarán de llevarlo todo a las dos escuelas situadas en la capital yemení antes de que empiecen las clases. Esta joven licenciada en Matemáticas empieza entonces su jornada laboral hasta mediodía, y por la tarde acude a su segundo trabajo en el departamento de arte de la universidad. Si no tiene clase, se encarga de comprar y preparar las cajas de alimentos para más de 300 familias que con ello podrán subsistir durante un mes. Con la ayuda de Alí, lo cargan en un pequeño autobús que han acondicionado para llamar la atención lo menos posible y se dirigen a hacer el reparto. Otros días, visita dos campos de refugiados en el norte del país para controlar que se llenan los depósitos de agua que han instalado.

Su vida hubiera sido distinta, pero a esta joven yemení de 32 años la guerra le cambió los planes. A ella, como a millones de personas de este país situado al sur de la península de Arabia, un conflicto muy cruento que va por su quinto año puso en suspense sus vidas y las ha quebrado para siempre. “Después del inicio de la guerra, nuestra vida dio un giro de 180º y empezamos a ver solo sangre. Bombardeaban en todos los sitios y fuimos olvidando todas las cosas divertidas que solíamos hacer antes. Nos bombardeaban sin motivo, cerca de los barrios donde viven muchas familias. Nosotros estábamos en paz, y nos la quitaron”, cuenta Al Osimi por mensajes telefónicos desde Yemen.

Muy lejano queda ya aquel día, dos meses antes del estallido del conflicto el 26 de marzo 2015, en el que cuando celebraba su cumpleaños con amigos en la terraza de un hotel en la capital yemení conoció a la española Eva Erill. Esta psicóloga ligada al mundo de la ayuda humanitaria internacional y viajera empedernida encontró en Yemen ese lugar que tanto había buscado. “Yo salí de Yemen dos meses antes que estallara el conflicto. Cuando en redes sociales todos mis amigos yemeníes colgaban fotos de gatitos porque estaban muertos de miedo, Faten denunciaba la situación que estaban sufriendo. Un día ella me preguntó si podíamos hacer algo por su país porque la gente estaba pasando hambre”, recuerda Erill en una entrevista por videollamada desde Barcelona, donde reside. Esa pregunta fue el germen de la ONG Solidarios sin Fronteras, fundada por Al Osimi junto a las españolas Eva Erill y Noelia Ruiz, cuyo trabajo se desarrolla en Yemen desde 2015.

Cuatro años de conflicto han pasado una factura muy alta en Yemen: hasta 70.000 civiles muertos, tres millones de personas desplazadas y miles de vidas rotas. La guerra, el hambre y el analfabetismo son culpables de que el matrimonio infantil haya condenado a muchas menores a convertirse en esposas demasiado pronto. Las cifras se han disparado del 17,1% en 2013, según datos del Gobierno yemení, al 72% en 2018 según Unicef. Hace un año, una profesora alertó a Al Osimi de que cada vez las familias sacaban a más niñas de la escuela. Casi 120 menores en ese momento dejaron de acudir a clase. “Cuando las niñas dejan de ir a la escuela, a los 12 o 13 años, las casan directamente. Muchas tienen que trasladarse desde Saná a un poblado, para vivir en una casa y con una familia que no conocen. Serán esclavas, abusarán de ellas y se quedarán embarazadas muy jóvenes. Es una situación terrible”, explica Al Osimi.

Niñas yemeníes desayunan en Saná.
Niñas yemeníes desayunan en Saná. S. S. F.

Contra esto, la receta de estas tres mujeres han sido 1.065 desayunos que se reparten cada día en dos escuelas de la capital yemení. “Sabemos que por un desayuno no van a dejar de darlas en matrimonio, pero la realidad es que están todas, que ninguna falta al colegio. Es un desayuno completo con vitaminas, proteínas e hidratos que no puede sustituir a una comida pero les ayuda mucho. Si la familia encuentra una vía para que las niñas estén alimentadas, no las casan. Está funcionando”, reconoce Erill. Una labor a la que no hay que quitar ni un ápice de gesta ya que en muchas ocasiones es la única comida que muchas de ellas reciben a diario en un país colapsado y bloqueado al mundo exterior, asediado por los bombardeos y donde se mantiene cerrado el puerto de Hodeida, principal entrada de alimentos, combustible, medicinas y ayuda humanitaria que importa Yemen.

“Cuando una familia no tiene dinero, el matrimonio infantil es una de las opciones por las que optan, porque ven que será una boca menos que alimentar. Son personas sin formación que no tienen nada y a las que les ofrecen una o dos cabras y hasta 2.000 dólares por casar a la menor”, apunta Erill. En Yemen, alrededor del 70 % de la población padece inseguridad alimentaria y 450.000 niños menores de cinco años sufren malnutrición aguda grave. La pobreza, el analfabetismo, la tradición y la guerra han condenado a muchas niñas a convertirse en esposas. “Yo les digo a los padres que nosotras les daremos comida pero que ellos deben traerlas todos los días para que no dejen de estudiar. Les insisto en lo importante que es esto para el futuro de sus hijas”, relata la joven yemení.

Desde que empezaron a dar desayunos cada mañana en ambas escuelas, ninguna niña ha faltado a clase. En las fotos y vídeos que Al Osimi envía cada noche vía Whatsapp desde Saná a Barcelona el rostro de las menores ha cambiado. A pesar de la guerra, las sonrisas y los juegos llenan las aulas de nuevo y ellas han vuelto a ser, simplemente, niñas.

Fuente: https://elpais.com/elpais/2019/07/18/planeta_futuro/1563471872_954894.html

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Las siete causas del matrimonio infantil en América Latina

Noticias ONU

Un nuevo estudio del Fondo de Población y la organización Plan internacional analiza las causas profundas que empujan a las niñas y jóvenes al matrimonio infantil y las llamadas uniones infantiles y forzadas en América Latina. Las normas de género establecidas desde sus propias familias, la doble moral sexual y el control de la sexualidad de las niñas, entre otras expresiones de desigualdad de género, las obliga a entrar en este tipo de relaciones.

América Latina es la única región del mundo donde no se han registrado descensos significativos en los últimos diez años en medidas contra el matrimonio infantil y las uniones tempranas. En toda la región en 2017, el 23% de las mujeres de 20 a 24 años ya había estado casada o en unión a los 18 años, y el 5% a los 15 años.

Un nuevo estudio del Fondo de Población y la ONG Plan internacional hecho en Bolivia, Brasil, El Salvador, Honduras, Nicaragua, Perú, República Dominicana y Guatemala analiza cualitativamente algunas de las causas que impulsan a las niñas y jóvenes a las uniones y matrimonios tempranos, y asegura que las normativas y la desigualdad de género están al centro de la problemática.

1. Para escapar de la violencia

De acuerdo con el informe, muchas veces las niñas ingresan en uniones tempranas o se casan para escapar del abuso y la violencia en sus casas, pero a menudo terminan enfrentándose a la violencia, el abuso y el control de sus parejas, que muchas veces no les permiten trabajar, estudiar o salir solas. Un crimen que además puede llegar a considerarse aceptado socialmente y no es reportado a las autoridades.

El sexo con niñas es consentido o tolerado por la comunidad.

“Los casos que se podrían calificar claramente de abuso físico o sexual de menores bajo la ley no se presentan judicialmente, como tampoco sucede con aquellos de violencia contra la infancia o la violencia de pareja. El sexo con niñas es consentido o tolerado por la comunidad. Los propios hombres declararon que usan la violencia y el control con sus esposas adolescentes, y que dominan en la toma de decisiones”, se lee en el documento.

2. Para huir de la pobreza

Las niñas también establecen uniones como una estrategia para escapar de la pobreza, pero pierden su autonomía económica en el proceso.

Varias encuestadas declararon haberse ofrecido voluntariamente para el matrimonio y las uniones infantiles con el fin de evitar que sus familias tengan una boca más que alimentar, sintiendo que así podrían ayudar mejor a sus madres.

Sin embargo, las niñas atrapadas en este tipo de relaciones generalmente no cuentan con autonomía en materia económica, ya sea por falta de escolaridad o por el rol de cuidado infantil que cumplen.

OPS
Una joven indígena embarazada busca ayuda en el albergue maternal del hospital de San Lorenzo, Datem del Marañón, Perú

3. Por la doble moral sexual

De acuerdo con el estudio, las normas de género definen lo que las niñas pueden y no pueden hacer, antes y dentro de las uniones.

Desde la primera infancia se les inculca normas de género no equitativas. Los niños son más valorados y se les da más libertades, mientras que las niñas deben equilibrar las tareas domésticas con la escolarización.

Los padres que temen que sus hijas puedan ser sexualmente activas responden limitándoles la movilidad y sus interacciones con niños y hombres, en lugar de brindar educación sexual.

Una doble moral sexual y el control de la sexualidad de las niñas las obliga a entrar en uniones tempranas.

“Los padres que temen que sus hijas puedan ser sexualmente activas responden limitándoles la movilidad y sus interacciones con niños y hombres, en lugar de brindar educación sexual o alentar la toma de decisiones de ellas. Las niñas idealizan el amor romántico, pero carecen de autonomía para decidir cuándo y bajo qué circunstancias mantener relaciones sexuales, y dialogar sobre sexo se considera algo vergonzoso. Los padres que descubren que sus hijas tienen relaciones sexuales presionan a los compañeros masculinos para que se casen con sus hijas, y así salvar el honor de la familia”, describe el informe.

En general las uniones tempranas se convierten en un reflejo de opiniones adultas sobre la sexualidad de los adolescentes y sobre cómo esta se debe gestionar y sancionar. El hecho de no educar a los jóvenes sobre el sexo y la sexualidad y no proteger a las niñas del sexo coaccionado y del embarazo no deseado, refleja valores patriarcales y discriminatorios

4. Por las normas masculinas dominantes

El hecho de que las normas masculinas dominantes empujen a los hombres a unirse a las jóvenes refuerza las ventajas de poder que estos tienen en el matrimonio infantil.

Según el Fondo de Población, las niñas afrontan roles injustos de género en la unión, a veces carecen de derechos y libertades básicas, como vestirse con ropa específica o salir de sus propias casas sin permiso.

Además, existen grandes disparidades entre los hombres y las adolescentes que exacerban las desigualdades de género.

“Los hombres también se sienten validados –especialmente por otros hombres– en el matrimonio con niñas. Muchas niñas y sus parejas en los ocho países de estudio ven que los ‘verdaderos hombres’ son los que tienen dinero, pueden ayudarlas económicamente y tienen medios de transporte”, dicen los expertos.

UNICEF/Giuseppe Imperato
Los países donde las mujeres tienen derecho a interrumpir un embarazo no deseado y a todos los métodos anticonceptivos tienen las tasas más bajas de aborto.

5. Por sus propios padres

El informe recalca que los padres y las madres a menudo consienten el matrimonio o las uniones tempranas de sus hijas.

“La toma de decisiones por parte de padres y madres es indiscutible, ya que el embarazo en la adolescencia y el matrimonio y unión temprano y forzado se considera un asunto familiar privado”, se lee en el reporte, que asegura que, en algunos contextos, las uniones son hasta organizadas por el padre de la niña y las autoridades de la comunidad”, describe.
A  pesar de esto, entre los encuestados si hay madres y padres que luchan arduamente por evitar que sus hijas queden atrapadas en este tipo de relación.

6. Por la falta de educación

A menudo las normas de género estipulan que la escuela es más importante para los niños que para las niñas, ya que éstas tienen “menos probabilidades de realizar un trabajo futuro que les exija una educación”.

Además, las tareas domésticas de las niñas compiten con su escolarización, aunque en el caso de las zonas rurales, tanto las niñas como los niños abandonan la escuela por el trabajo agrícola.

Otro factor es que a pesar de que hay leyes que garantizan el derecho de las niñas embarazadas a asistir a la escuela, muchas veces son expulsadas o retiradas al ser consideradas un “ejemplo vergonzoso” para otras jóvenes.

Muchas niñas y sus parejas en los ocho países de estudio ven que los ‘verdaderos hombres’ son los que tienen dinero.

Asimismo, el acceso a la información y a servicios de salud sexual y reproductiva en los países del estudio es extremadamente limitado. A pesar de que el embarazo adolescente es cada vez más reconocido como un problema que requiere una acción estatal, las medidas puestas en marcha en materia de educación sexual no han sido suficientes para mejorar las opciones de vida de las niñas.

“El acceso de las niñas a la anticoncepción es extremadamente limitado. Los protocolos son inconsistentesy no hay suficientes proveedores de atención médica capacitados, particularmente para adolescentes muy jóvenes. Los niños y los hombres están también desatendidos en lo que respecta a la divulgación sobre salud sexual y reproductiva, y no consideran que la prevención del embarazo o la crianza sean su responsabilidad. Una vez que quedan embarazadas, las niñas casi no tienen acceso a servicios médicos ni a un aborto seguro en los lugares donde es legal”, asegura la investigación.

Además, la educación sexual es pobre, algo refleja normas culturales y temores sobre la sexualidad. Incluso cuando los Ministerios de Educación exigen que se dicte este tipo de educación en las escuelas, los presupuestos para entrenar a los maestros no se asignan, o los mismos docentes son reacios a enseñarla creyendo erróneamente que esto estimulará la actividad sexual.

Muchos padres y madres se oponen a la educación sexual por la misma razón, a pesar de las decenas de miles jóvenes y niñas que dan a luz en todos los países del estudio.

Banco Mundial/Charlotte Kesl
Hay contenidos de la educación y la pedagogía que hacen que muchas chicas no se sientan en confianza para hacer estudios de ciencias y matemáticas.

7. Por leyes débiles

Cambios legislativos recientes han elevado la edad mínima para el matrimonio a los 18 años o más, conforme a los acuerdos internacionales de los cuales hacen parte la mayoría de los países de la región.

Sin embargo, las leyes a menudo establecen excepciones en las que padres, madres, tutores, jueces o juezas pueden permitir el matrimonio antes de los 18 años, y su implementación y cumplimiento siguen siendo débiles y permiten estrategias para evitarlas.

Las uniones informales permanecen a menudo fuera del ámbito administrativo de las agencias gubernamentales, creando grandes vacíos para evitar tanto las sanciones oficiales como los servicios de apoyo.

“Las uniones informales permanecen a menudo fuera del ámbito administrativo de las agencias gubernamentales, creando grandes vacíos para evitar tanto las sanciones oficiales como los servicios de apoyo”, dice el estudio.

Los investigadores encontraron que en general los profesionales jurídicos no están relacionados con el tema y las autoridades políticas o líderes de la comunidad lo ven como un asunto “privado”. Además, poco se hace para prevenir el matrimonio infantil, sólo hay sanciones para aquellos que ya están en las uniones.

“Los gobiernos no están actuando con suficientemente determinación para prevenir o responder al abuso sexual infantil, la violación y otras formas de violencia de género (…)En muchos entornos, los/as menores no pueden por sí mismos/as buscar protección del gobierno y las leyes. Y en la mayoría de los entornos, no hay coordinación entre los servicios de salud y el sistema judicial en casos de violación”, asegura el informe.

Según el Fondo de Población  y el Plan Internacional, ninguno de los países en el estudio documentó sistemas efectivos de protección social o de seguridad para niñas, incluyendo mecanismos para ayudarlas a acceder al apoyo para los hijos nacidos de sus parejas.

Recomendaciones

El estudio propone varias recomendaciones a los países para combatir este flagelo entre las que se encuentran:

  • Trabajar para cambiar las normas comunitarias sobre el potencial y los roles de las niñas en la vida
  • Fortalecer las voces de las niñas como agentes de cambio para que ellas hablen por sí mismas y por los demás y expresen su opinión en contra del matrimonio infantil
  • Involucrar a los medios de comunicación para abordar, contrarrestar y transformar las normas que dan forma a los roles de género tradicionales y limitan las oportunidades de las niñas
  • Trabajar con líderes comunitarios para reducir la tolerancia social a estas uniones
  • Permitir y alentar a las niñas a completar la escuela secundaria, y fortalecer los sistemas educativos que lo hacen posible
  • Incluir medidas que aborden la pobreza e incentivos económicos
  •  Fortalecer las oportunidades de autonomía económica de las niñas, fomentar la solidaridad intergeneracional y fortalecer a las familias, brindándoles a padres y madres las habilidades y la información para implicarse y proteger a sus hijos
  •  Ampliar el acceso equitativo a servicios de salud sexual y reproductiva de calidad, asequibles, sensibles al género, y adaptados a las necesidades de adolescentes y jóvenes
  • Desarrollar y hacer cumplir un sólido marco legal en contra del matrimonio infantil que armonice las leyes pertinentes

 Vídeo relacionado

Rebeca Gyumi es la fundadora y la directora ejecutiva de la Iniciativa Msichana, una ONG tanzana que tiene por objetivo empoderar a las niñas a través de la educación y abordar los problemas que limitan el ejercicio de sus derechos. Rebeca denunció la Ley del Matrimonio de 1971 de Tanzanía, que permitía que las niñas se casaran con tan solo 14 años, y ganó la batalla legal. En 2018, fue una de las galardonadas con el Premio de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, otorgado a aquellas personas y organizaciones que alcanzan logros sobresalientes en la esfera de los derechos humanos.

Fuente: https://news.un.org/es/story/2019/07/1459081

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Informe: Una realidad oculta para niñas y adolescentes, Matrimonios y uniones infantiles, tempranas y forzadas en América Latina y el Caribe

Reseña: Estudio del Fondo de Población y la ONG Plan internacional hecho en Bolivia, Brasil, El Salvador, Honduras, Nicaragua, Perú, República Dominicana y Guatemala que analiza cualitativamente algunas de las causas que impulsan a las niñas y jóvenes a las uniones y matrimonios tempranos, y asegura que las normativas y la desigualdad de género están al centro de la problemática.

Tabla de Contenido:

Prefacio 5
Resumen Ejecutivo
1. Introducción: matrimonios y uniones infantiles, tempranas y forzadas en América Latina y el Caribe
2. Matrimonios y uniones infantiles, tempranas y forzadas en América Latina. Estudio y metodología
3. Marcos legales relacionados con matrimonios y uniones infantiles, tempranas y forzadas en América Latina y el Caribe
4. Análisis de los hallazgos cualitativos en los ocho estudios de país
5. Conclusión
6. Recomendaciones
Referencias

Descargar; UnionesTempranas_ESP_Web

Fuente:

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Empoderar a las niñas contra el matrimonio infantil

América Latina/20 Junio 2019/Fuente: El país

De Argentina a México, uno de cada 4 jóvenes se casa o empareja informalmente antes de los 18 años, a pesar de que cada vez más países en Latinoamérica tienen leyes contra las uniones tempranas

No más escuela, amigos ni la experimentación típica de la juventud; cuando una adolescente se casa, los sustituye por la responsabilidad con el hogar, el marido y los hijos.

Así es la historia hoy de unos 650 millones de mujeres y jóvenes en todo el mundo que se casaron cuando eran niñas. América Latina y el Caribe alberga cerca del 10% de ellas, de acuerdo con datos del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef). También en la región, el 25% de las jóvenes se casan o entran en una unión doméstica informal antes de los 18 años.

De hecho, para 2030, si las tendencias actuales continúan, 20 millones de niñas latinoamericanas y caribeñas más estarán en esa misma condición. Entre las posibles consecuencias están el aumento en los riesgos a la salud, más hijos, evasión escolar, salarios bajos en la edad adulta, menor autonomía y mayor riesgo de violencia a manos de su pareja.

A pesar de estas sombrías perspectivas, América Latina y el Caribe es una de las regiones que más avanzó para proteger a las niñas contra el matrimonio infantil. Según el Banco Mundial, desde 2015, países como Brasil, Costa Rica, El Salvador, Ecuador, Guatemala, Honduras, México, Panamá y Trinidad y Tobago hicieron reformas para mejorar la legislación.

Erradicar el matrimonio infantil está entre las metas previstas en el Objetivo de Desarrollo Sostenible número 5 de las Naciones Unidas para el año 2030. Por lo tanto, una serie de estudios recientes se han centrado en el tema, examinando, entre otros factores, el poder de las leyes.

Aunque la edad legal para el matrimonio de niñas es de 18 años (o más) en todos los países de América Latina y el Caribe, en muchos hay excepciones que permiten a las niñas casarse a los 16 años o antes, con el consentimiento de los padres o una autorización judicial. En Venezuela y Guyana, por ejemplo, todavía se permite la boda a cualquier edad si la joven está embarazada.

En Brasil, aunque una reforma implementada en marzo de 2019 ha eliminado permisos que permitían el matrimonio antes de los 16 años, es posible casarse entre los 16 y los 18 años con autorización de los padres o de un juez. «Además, no existen sanciones legales para los involucrados en matrimonios infantiles y la ley no prevé la opción de anular esas relaciones», informa el reciente estudio Matrimonio en la Niñez y la Adolescencia: La Educación de las Niñas y la Legislación Brasileña, del Banco Mundial.

Otra ausencia en la legislación de Brasil, y de otros países de América Latina y el Caribe, es la que contempla la vida en concubinato de las chicas. «Las uniones tempranas no matrimoniales son más frecuentes que el matrimonio formal y legal. Según los datos disponibles, la proporción de uniones no matrimoniales representa más de 60% de todos los matrimonios y uniones tempranas en la región», según el informe Acelerar las Acciones para Erradicar el Matrimonio Infantil y las Bodas Precoces en América Latina y el Caribe, de Unicef.

Además de las leyes, falta concientización.

«Para que la ley sea eficaz, es fundamental que las jóvenes y sus familias la conozcan. Incluso en países con leyes adecuadas, las uniones informales ocurren por debajo de la edad mínima y muchas veces las propias familias no saben que están cometiendo una violación. Esto ocurre, en parte, debido a la falta de información y fiscalización, pero también a factores económicos y a normas culturales y sociales que perpetúan la práctica», comenta la abogada Paula Tavares, del Banco Mundial, e integrante del equipo de autores del informe Matrimonio en la Niñez y la Adolescencia: La Educación de las Niñas y la Legislación Brasileña.

Educación y más

Existe, por ejemplo, una relación entre los casamientos precoces y la pobreza. Algunas jóvenes y sus familias todavía ven el matrimonio como una forma de garantizar seguridad, incluso económica.

Las uniones prematuras también están directamente ligadas al embarazo en la adolescencia. «El matrimonio es visto como una forma de proteger a la niña de esa situación fuera de una relación estable, o, en caso de que ya haya ocurrido, velar por su reputación y la de la familia. En la práctica, el matrimonio no protege y, muchas veces, acentúa esas cuestiones», evalúa Paula.

En vista de que son varios los factores que influencian el matrimonio a edades tempranas, es necesario tomarlos todos en cuenta a la hora de elaborar medidas para corregir esta práctica. El informe presenta algunas de ellas y sorprende al revelar que, en el caso específico de Brasil -donde se basa el estudio-, a pesar de que en todos los estados ha aumentado el nivel de escolaridad de las niñas, solo cerca de la mitad registró una caída en las tasas de matrimonios. Y esta reducción no fue destacada.

Esto nuevamente muestra la importancia de enfrentar las normas sociales limitantes y la falta de oportunidades económicas. El estudio del Banco Mundial cita algunos programas realizados en África y América Latina con el objetivo de desarrollar habilidades cognitivas, socioemocionales y técnicas, transformar normas sociales y ampliar el conocimiento sobre perspectivas de trabajo y oportunidades económicas para las adolescentes. Todas las iniciativas podrían ser replicadas en Brasil.

«Algunos programas funcionan mejor que otros para aplazar el matrimonio y la maternidad y aumentar el nivel de escolaridad de las niñas, pero todas las categorías ofrecen beneficios», según el reporte. «Acciones basadas en la comunidad, con la participación de hombres y líderes comunitarios, además de las mujeres, también pueden ser útiles en el enfrentamiento de este desafío”, agrega la experta.

Sin inversiones en esas áreas, la adolescencia seguirá siendo un tiempo de pocas oportunidades y muchos riesgos para las niñas de Brasil y del resto de América Latina.

Fuente: https://elpais.com/internacional/2019/06/19/america/1560970866_854351.html

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