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El matrimonio infantil sigue negando oportunidades a las niñas de América Latina y el Caribe

Reseñas/30 Enero 2020/elpais.com

Las niñas nacidas en 1995, a las que el mundo se comprometió a ofrecerles un futuro mejor, y las que nacen hoy tienen las mismas probabilidades de terminar en uniones tempranas

Hace 25 años, en Beijing se vivió una euforia que trascendió al mundo entero. Más de 30.000 activistas y 17.000 participantes de 200 países generaron una presión y un dinamismo tan poderosos que el documento final de la Cuarta Conferencia Mundial de la Mujer, la Declaración y Plataforma de Acción de Beijing, se convirtió en el plan más progresista jamás alcanzado para trabajar por los derechos de la mujer.

Ahí estaban temas como la igualdad de género, la salud, el empoderamiento, la educación, las oportunidades laborales, la violencia contra la mujer y el matrimonio infantil, entre otros.

Desde entonces, el mundo ha dado un giro significativo hacia la igualdad, aunque hay temas que no han avanzado en la región de América Latina y el Caribe. Hay avances que podemos celebrar como un mayor reconocimiento de las distintas formas de violencia contra las mujeres, nuevas leyes y políticas para prevenir y abordar la violencia contra las mujeres y niñas, y cada vez más movilización de distintos actores para poner fin a la violencia.

Sin embargo, el matrimonio infantil, y su expresión más común en la región que son las uniones antes de los 18 años, sigue siendo un tema en gran medida desatendido. Las niñas nacidas en 1995, a las que el mundo se comprometió a ofrecerles un futuro mejor, y las que nacen hoy, tienen lamentablemente las mismas probabilidades de terminar en un matrimonio infantil o unión temprana.

En América Latina y el Caribe, el matrimonio infantil y las uniones tempranas permanecen con los mismos indicadores de hace 25 años, en los que una de cada cuatro niñas se casa antes de los 18 años, una cifra más alta que en Oriente Medio y África del Norte. Si no hay acciones ni inversiones, la región se convertirá en 2030 en la segunda con más casos en el mundo, solo por detrás del África subsahariana. Las cifras resultan, a todas luces, inaceptables.

En la Declaración de Beijing quedó estipulado que el matrimonio infantil es una violación de los derechos humanos cuyas consecuencias resultan devastadoras. Aunque socialmente sigue siendo visto como una práctica aceptada, sus efectos en los derechos humanos, el bienestar y desarrollo de las niñas y adolescentes son alarmantes.

La mayoría de las mujeres que contrajo matrimonio o se unió durante su niñez dio a luz antes de cumplir 18 años y, del total, ocho de cada 10 niñas casadas se convirtieron en madres antes de cumplir los 20 años. El matrimonio infantil y las uniones tempranas llevan a la deserción escolar, así como a pobres resultados escolares y niveles de alfabetización. En la mayoría de los casos van acompañadas por algún tipo de violencia sexual, física o emocional. Una de cada cinco niñas unidas antes de los 18 años lo hizo con un hombre al menos 10 años mayor que ellas, por lo que la dependencia económica suele ser alta, y más en contextos de pobreza, ruralidad y en comunidades indígenas o afrodescendientes, donde suele haber mayor incidencia de la práctica.

El impacto va más allá de las niñas y adolescentes. El matrimonio infantil y las uniones tempranas llevan a una menor participación social, económica y política, y a un bajo desarrollo social y económico de las sociedades, que terminan afectando a los ingresos de las mujeres, llevan a una mayor pobreza en los hogares e impactan potencialmente sobre la pobreza nacional y las tasas del PIB. Lo sorprendente es que el tema sigue sin formar parte de las agendas nacionales ni regionales. El silencio alrededor del tema impide, todavía hoy, avanzar en términos de igualdad de género para las niñas y adolescentes en América Latina y el Caribe.

La aprobación o tolerancia social con la que cuenta el matrimonio infantil y la consecuente invisibilidad de esta práctica como un problema, ha impedido su disminución, por lo que Unicef, UNFPA y ONU Mujeres nos unimos para llamar a la acción a gobiernos, instituciones, sociedad civil, donantes, personas y aliados, con la intención de que orienten sus decisiones políticas, económicas y sociales para la eliminación de esta forma de abuso, teniendo en cuenta que se ha posicionado en la agenda de desarrollo global y forma parte de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

Es posible terminar con el matrimonio infantil y las uniones tempranas; países como Etiopía o India han logrado una reducción significativa en sus estadísticas gracias a inversiones y acciones coordinadas y sostenidas. Debemos trabajar de manera conjunta para hacer frente a los motores de esta práctica, estableciendo marcos legales y políticas que protejan a las niñas y adolescentes y promuevan la igualdad de género; empoderando a las niñas y adolescentes; transformando las normas sociales y de género que “normalizan” estas situaciones; y brindándoles servicios de calidad y amigables en áreas como la educación y la salud.

Este año es clave en materia de igualdad de género y derechos de las mujeres por la celebración de la Conferencia Regional de la Mujer y la Conferencia Mundial sobre la Mujer que se centran en la revisión de los 25 años de Beijing. Hacemos un llamado a alzar la voz y trabajar juntos para visibilizar este problema en la región y generar compromisos políticos, sociales y financieros para que esta práctica social sea eliminada y se garanticen verdaderas oportunidades presentes y futuras a las niñas. Para América Latina y el Caribe, es tiempo de actuar y acelerar el cambio. Sus niñas y adolescentes no pueden esperar más.

Fuente: https://elpais.com/elpais/2020/01/28/planeta_futuro/1580210751_841277.html

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ONU: Matrimonio infantil difícil de erradicar para 2030

Redacción: Ips Noticias

Los casos de matrimonio temprano pueden aumentar en contextos de inseguridad y con crisis humanitaria», ONU Mujeres

“En este momento, no quiero casarme. Tengo toda la vida por delante y un sueño por cumplir”, le dijo a sus padres una adolescente de 14 años en Bangladesh.

En la actualidad, 12 millones de niñas contraen matrimonio cada año antes de cumplir los 18 y 650 millones de mujeres se casaron antes de esa edad, según un informe publicado por el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) en junio de 2019. Una realidad que busca revertir la meta tres del quinto de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, que procura erradicar el matrimonio infantil para 2030.

La evidencia muestra que el matrimonio precoz no se limita a grupos particulares ni se vincula con normas culturales específicas, sino que es una combinación de factores estructurales y socioculturales, explicó a IPS el asesor y coordinador de Prevención de Prácticas Culturales Nocivas de Unicef, Nankali Maksud.

“Incluye pobreza, falta de oportunidades económicas y educativas, expectativas sociales, discriminación contra niñas y mujeres y roles de género restringidos, creencias sobre la protección de las niñas y falta de conciencia y de acceso a alternativas”, precisó.

“En muchos contextos, las niñas se consideran una carga para la economía del hogar, y el matrimonio infantil aparece como la mejor opción dentro de un menú con pocas alternativas”, añadió.

Esta práctica también permite “aliviar la carga de la familia y preservar su honor a la vez que ofrece protección a las niñas”, acotó.

“La evidencia sugiere que cuando se eliminan las causas estructurales y socioculturales, la práctica disminuye y se logra poner fin”, añadió.

Por su parte, una portavoz de ONU Mujeres dijo a IPS que los casos de matrimonio temprano pueden aumentar en contextos de inseguridad y con crisis humanitaria.

“Por ejemplo, la prevalencia del matrimonio infantil en Medio Oriente y el norte de África se acerca al promedio mundial con una de cada cinco jóvenes casadas antes de los 18 años. Es un avance con respecto a los últimos 25 años, pero la disminución parece haberse estancado”, indicó.

Sin embargo, en algunas zonas en conflicto, “como en Siria y Yemen, el avance se revirtió de forma sustancial porque el conflicto suele producir mecanismos de adaptación negativos, en particular en situaciones económicas difíciles y que pueden aumentar el matrimonio infantil”, apuntó.

Asia meridional es la región donde más disminuyó eesta práctica, pasando de casi 50 por ciento a 30 por ciento, lo que en gran parte obedece a los avances de India.

“La proporción de mujeres casadas siendo menores de edad disminuyó 15 por ciento, representando una cada cuatro a una cada cinco niñas en la pasada década”, indicó Maksud.

En África, “los datos muestran avances. Por ejemplo, en Etiopía, que supo ser uno de los cinco países con mayor número de matrimonio infantil de África subsahariana, la prevalencia cayó una tercera parte en los últimos 10 años”, agregó.

Los países con gran prevalencia de esta práctica nociva deben priorizar sus responsabilidad para alcanzar el ODS 5.3 para 2030.

“Con una correcta inversión y un avance acelerado, es posible alcanzar la meta”, opinó Maksud.

"La prevalencia del matrimonio infantil en Medio Oriente y el norte de África se acerca al promedio mundial con una de cada cinco jóvenes casadas antes de los 18 años.", ONU Mujeres. Crédito: Cortesía, Naciones Unidas.

«La prevalencia del matrimonio infantil en Medio Oriente y el norte de África se acerca al promedio mundial con una de cada cinco jóvenes casadas antes de los 18 años.», ONU Mujeres. Crédito: Cortesía, Naciones Unidas.

En cambio, Heather Barr, de la organización Human Rights Watch (HRW), con sede en Nueva York, dijo a IPS que es poco probable que se erradique el matrimonio temprano para 2030.

“La meta ya contribuyó notoriamente a reducir el matrimonio infantil y lo seguirá haciendo. Pero falta mucho, y muchos países siguen tolerándolo, de forma legal o ilegal”, explicó.

La portavoz de ONU Mujeres dijo a IPS que a pesar de los avances significativos de la última década, ninguna región parece estar cercar de eliminar el matrimonio precoz para 2030.

“Se necesita una aceleración sustantiva porque la disminución actual es insuficiente”, remarcó.

“Si no se acelera la reducción con respecto a 1990, llevará un siglo eliminar el matrimonio precoz, y más de 150 millones de niñas más estarán casadas en 2030”, observó.

“Y aún con la disminución registrada en la última década, llevará 50 años terminar con el matrimonio infantil. El avance debe acelerarse de forma significativa”, insistió.

Igualdad de género

Según ONU Mujeres, “el mayor desafío sigue siendo la falta de un enfoque transformador en materia de género. La evidencia muestra que no basta con demorar la edad del matrimonio”.

“La equidad de género debe promoverse de forma holística, como subrayar la capacidad de agencia de niñas y mujeres, atendiendo las dinámicas de poder heredades, en los matrimonios y la sociedad, cambiando actitudes, normas y comportamientos vinculados a los roles de género”, explicó.

“Nuestra investigación en muchos países nos ha convencido de que la principal causa del matrimonio infantil es simplemente la desigualdad de género”, coincidió Barr, de HRW.

La portavoz de ONU Mujeres también mencionó otros factores. “Hay un cambio en los matrimonios que muestran que el casamiento entre pares, la cohabitación y el embarazo adolescente, que terminan en matrimonios, coexiste con la creencia tradicional del matrimonio infantil o forzado”, explicó.

“Un enfoque de género adecuado requiere que reconozcamos que el matrimonio temprano y los voluntarios también constituyen prácticas dañinas dado el desproporcionado impacto que tiene en niñas, y las barreras que atentan contra sus oportunidades económicas y educativas”, añadió.

Es fundamental incluir el empoderamiento económico en las intervenciones educativas que responden al matrimonio infantil.

La pobreza no es el único factor responsable, pero sigue siendo clave en el matrimonio infantil, temprano y forzado, que afecta de forma desproporcionada a niñas y jóvenes y que sigue siendo una práctica totalmente asociada a los roles de género.

“Para impulsar a niñas y jóvenes a usar su voz, tomar sus propias decisiones y ejercer su capacidad de agencia, es fundamental garantizar todo un sistema y enfoque que contemple el ciclo de vida de las jóvenes mediante la promoción de sus habilidades y la protección social de niñas y jóvenes que podrían ser víctimas del matrimonio infantil, temprano o forzado”, puntualizó.

Unicef concluyó que hay una gran correlación entre el tiempo que las niñas permanecen en la escuela y una mayor reducción del matrimonio precoz.

“Y para las adolescentes, la evidencia que surge indica que la educación secundaria es mucho más beneficiosa para poner fin al matrimonio infantil que solo la primaria”.

Se estima que habría 14 por ciento de matrimonios menos si todas las niñas tuvieran solo educación primaria, comparado con 64 por ciento menos que se lograría si terminarán también la secundaria.

“Y no basta solo con estar escolarizada, la evidencia muestra que la calidad de la educación tiene consecuencias importantes. A las adolescentes que les va mal en la escuela, no aprenden bien y quedan rezagadas, los padres terminan por sacarlas y obligarlas a casarse”.

Según Maksud es posible lograr el ODS 5.3 para 2030 si se toman ciertas medidas como “mejorar el acceso de las niñas a la educación, y en particular a la secundaria, aumentar la inversión estatal en programas de protección de adolescentes, así como un fuerte mensaje público sobre la ilegalidad del matrimonio infantil y sus perjuicios”.

Fuente: http://www.ipsnoticias.net/2020/01/matrimonio-infantil-dificil-de-erradicar-para-2030/

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¿Están las redes sociales alentando el matrimonio infantil en los campos de refugiados sirios?

Asia/Siria/05 Diciembre 2019/El país

Con su uso creciente, los padres de los asentamientos en Irak sienten que tienen menos control sobre sus hijas, esto puede contribuir a que las casen antes para evitar «la vergüenza»

Según la ONU, el desplazamiento a gran escala causado por el conflicto sirio ha llevado a un aumento alarmante de casos de matrimonio infantil en los campos de refugiados sirios. La pobreza, la inseguridad y la creencia de que tal vez, sus hijas tendrán una vida mejor en otro lugar, puede llevar a algunas familias de refugiados a casar a sus hijos.

Pero, ¿y si hubiera otra causa con la que relacionar el incremento de matrimonios infantiles?  Hablamos de las redes sociales.

Protegiéndose con una manta, en el piso de un centro de refugio para mujeres en uno de los campos de refugiados de Irak, se encuentra Aya, de 17 años, que huyó de Siria a pie cuando tenía solo diez años.

«La vida de casada ha sido difícil», dice Aya. «Cuando tenía 15 años, no quería casarme, pero mis padres me obligaron. Me dijeron que era ya mayor y que tenía que casarme, que no tenían otra opción para mí. Tuve que dejar la escuela». «Desde el principio, mi esposo venía a casa y me forzaba, me pegaba y me pegaba. Él tenía 23 años cuando nos casamos».

Fátima, la trabajadora social que atiende a Aya, dice que en el centro de mujeres donde Aya busca refugio hay dos archivos sobre ella: uno del abuso infligido por su padre antes del matrimonio y otro del abuso infligido por su esposo.

Aya agarra con fuerza la mano de su trabajadora social.
Aya agarra con fuerza la mano de su trabajadora social. DANIEL WHEELER WORLD VISION

Las grandes brechas de edad conyugal, los desequilibrios culturales de poder de género y el aislamiento social hacen que las niñas que se casan antes de los 18 años tengan un riesgo mucho mayor de ser víctimas de violencia doméstica que las que se casan a una edad más avanzada.

Fátima, que trabaja para una ONG iraquí en uno de los diez campamentos de refugiados sirios de Irak, cree que las redes sociales pueden ser un factor pasado por alto detrás del matrimonio infantil en el campamento. «Debido a las redes sociales, los padres sienten que tienen menos control sobre sus hijos», explica. “Si las familias casan antes a sus hijos el riesgo de que les avergüencen en las redes es menor”. Esta forma preventiva de evitar la posible vergüenza está creando una nueva pauta dañina en los campamentos.

Casi a 160 kilómetros de distancia, en otro de los campos de refugiados de Irak, Ronny, de 17 años, afirma que no estaba nervioso antes de su boda concertada hace dos meses porque «es normal ahora» casarse tan joven.

El padre de Ronny, Ahmed, compró a la esposa de su hijo por 2.300 euros. «Mi mujer está enferma y necesita ayuda en la casa», explica. «Hablé con mi amigo (que también es pariente) y le dije que teníamos un hijo y que quería que se casase. Al principio se negó porque le parecía que su hija era demasiado joven. Pero luego le dije que podía pagar».

Cuando se le preguntó por qué creía que el matrimonio infantil en el campo se estaba volviendo “normal”, Ahmed comentó que «la situación en Siria antes de la guerra era muy buena, pero ahora en el campo, las cosas son malas y la gente necesita dinero». Otra razón, explica, son los teléfonos móviles. «Antes de la guerra vivíamos en un pequeño pueblo y todos nos conocíamos. Ahora vivimos con mucha gente y no nos conocemos. Nuestros hijos se hablan constantemente entre ellos por WhatsAppSnapchatFacebook. No sabemos lo que hablan».

Mays al-Nawayseh, Asesor de Protección en Siria de World Vision, agrega: «A menudo, hay una falta de comprensión cuando se trata de las redes sociales. Las niñas en el campamento a veces piensan que cuando eliminan un mensaje o una conversación en su teléfono, se ha ido para siempre, sin darse cuenta de que los mensajes aún existen en el teléfono de las otras personas».

Esta falta de comprensión puede llevar a las niñas vulnerables a ser chantajeadas. Esta situación solo tiene que suceder unas cuantas veces en el campamento para que los padres se den cuenta y empiecen a temer que las niñas están avergonzando a la familia.

Según el ACNUR, Iraq alberga actualmente a 228.573 refugiados sirios  registrados.
Según el ACNUR, Iraq alberga actualmente a 228.573 refugiados sirios registrados. DANIEL WHEELER WORLD VISION

Niños nacidos de niños, riesgos para la salud

El matrimonio infantil tiene consecuencias devastadoras especialmente para las niñas. Según la Organización Mundial de la Salud, las complicaciones en el embarazo y en el parto son la principal causa de muerte entre mujeres jóvenes de 15 a 19 años. Los bebés supervivientes sufren con frecuencia desnutrición causada principalmente por la inexperiencia de las madres, niñas que no saben cómo cuidar a sus bebés y que además, no tienen recursos para hacerlo.

Varias organizaciones internacionales están trabajando para combatir el matrimonio infantil en los campamentos, mostrando a los padres las complicaciones médicas del parto prematuro, aliviando la situación de pobreza y abordando las normas culturales. Todo ello es vital en la lucha contra el matrimonio infantil, pero ¿se puede hacer más para instruir a las familias sobre los riesgos de las redes sociales?

Mays al-Nawayseh dice: “Necesitamos un enfoque integral para abordar el matrimonio infantil entre las comunidades afectadas por la crisis de Siria. Es un problema creciente, y los temores sobre las redes sociales, las comunicaciones móviles y la pérdida del control parental están ayudando a alimentar el problema. En última instancia, las chicas jóvenes están pagando el precio, a veces con sus vidas».

Fuente: https://elpais.com/elpais/2019/11/28/3500_millones/1574932411_135873.html

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Ghana: Matrimonios infantiles: ninguna niña ha completado Sawoubea JHS en 25 años

Africa/Ghana/ALLAfrica

Ninguna niña ha completado la escuela secundaria Sawoubea Junior High School (JHS) en el distrito Wa East de la región del Alto Oeste desde su creación hace unos 25 años, la Oficial Regional de Educación de las Niñas del Alto Oeste en el Servicio de Educación de Ghana (GES), Señora Annacleta Viiru ha revelado.

Ella dijo que el nivel educativo más alto que las niñas en el área habían alcanzado fue JHS dos antes de ser enviadas para casarse.

Madame Viiru, quien reveló esto a la Agencia de Noticias de Ghana en una entrevista en Wa el fin de semana, dijo que la situación era preocupante ya que a las niñas se les negó su derecho a la educación y el desarrollo.

«El año pasado, alrededor de ocho niñas fueron enviadas para casarse y los maestros informaron al Oficial de Asuntos de Género del Distrito del Este de Wa, y ella también lo reportó a DOVSU y nosotros recogimos el asunto», dijo.

Sin embargo, lamentó que en el momento de la intervención, dos de las niñas estaban embarazadas y una ya había dado a luz.

Según ella, los autores del acto fueron advertidos y obligados a firmar un vínculo de buena conducta para liberar a las niñas para que regresen a la escuela y completar su educación antes de casarse.

«Recientemente, una niña de 15 años en Boo, en el Municipio de Lawra, fue entregada para casarse, pero cuando los padres de la niña y la gente del hombre fueron interrogados dijeron que no hay nada de malo en eso», dijo Madame Viiru.

El Oficial de Educación de las Niñas atribuyó el desafío a las prácticas culturales y pidió esfuerzos concertados por parte de las partes interesadas para permitir que las niñas tengan acceso a la educación para desarrollar todo su potencial.

Ella dijo que varios factores, como el embarazo adolescente, la fuga; los derechos de sustracción y pubertad estaban afectando la educación de las niñas en la región y exigían un castigo más estricto para los perpetradores de los actos que sirvieran de disuasión para los demás.

En un reciente foro de educación en Wa, Madam Viiru dijo que de un total de 6,418 niñas que se inscribieron para el Examen de Certificado de Educación Básica (BECE) de 2019, 83 estaban ausentes; de este número, 35 de ellas estaban embarazadas, mientras que las 48 restantes se debieron a otras razones.

Ella dijo que 13 niñas también estaban embarazadas pero se presentaron a los exámenes, ocho de ellas estaban amamantando y una dio a luz durante los exámenes.

Dijo que la Unidad de Educación de las Niñas había puesto en marcha medidas pragmáticas para detener la situación, incluida la formación de una Red de Educación de Niñas, que comprende varias partes interesadas, así como clubes de niñas en algunas escuelas, con mentores seleccionados para ayudar a impulsar su autoestima. estima, autoestima y nivel de confianza para ayudar a combatir el desafío.

Madam Viiru, sin embargo, dijo que su unidad estaba cargada de limitaciones de recursos y logística que impedían los esfuerzos para monitorear efectivamente la educación de las niñas en la región.

Fuente: https://allafrica.com/stories/201910290456.html

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La respuesta correcta al matrimonio infantil: “No quiero”

Reseñas/17 Octubre 2019/Fuente: El país

Más de 12 millones de niñas son obligadas a casarse cada año a pesar de las leyes y tratados internacionales en contra

Kadiatu Massaquoi había estado tonteando con un vecino de su ciudad, Jendema, en Sierra Leona. Llevaban apenas un mes viéndose cuando se quedó embarazada. Ella tenía 14 años y él 19. «Dejé el colegio porque en mi país es un tabú que una niña encinta vaya a la escuela. Mi madre y mis vecinos me dijeron que me tenía que casar con el padre del bebé», recuerda. No quería ni lo uno ni lo otro, pero no tuvo más remedio que abandonar sus estudios y contraer matrimonio cuando ya había cumplido 15. Para salvar su honor y el de su familia.

Los planes de Kadiatu se habían truncado. Les dijo a sus padres que no estaba preparada para el matrimonio, pero finalmente tuvo que casarse. Tampoco quería dejar el colegio y buscó ayuda para, al menos, continuar su formación. «Pero no había nadie que pudiese apoyarme para seguir con mis estudios; ni siquiera mi madre», recuerda la joven, hoy de 17 años y madre de dos hijos, una niña de tres y un pequeño de uno. «Mi vida empezó a ser muy triste», continúa su relato. «Solo hacía las tareas de la casa: cocinar, lavar la ropa, limpiar…».

De poco le sirvió a esta joven que su país se haya comprometido a erradicar esta práctica. Las leyes y los tratados internacionales fueron para Kadiatu papel mojado. De hecho, según datos de Unicef, Sierra Leona ocupa la posición 18 en la lista de países con mayor prevalencia de matrimonio infantil. Un 39% son víctimas de enlaces forzados antes de los 18 años y un 13% antes de los 15, como Kadiatu.

En el mundo, 650 millones de mujeres fueron enlazadas cuando eran todavía menores de edad. «Cada año, se casan más de 12 millones de niñas más. De los 1.100 millones de niñas que habitan hoy el planeta, más de un 20% (220 millones) se casará antes de cumplir los 18», denuncian en un estudio sobre la materia cuatro organizaciones —Amnistía Internacional, Save The Children, Entreculturas y Mundo Cooperante— que se han aliado para contribuir unidas a acabar con esta práctica.

«Los cambios legislativos por sí solos no funcionan; también hacen falta campañas de sensibilización, programas educativos… En definitiva, poner medios para que los derechos que se plasman sobre el papel se hagan realidad», expone Eva Suárez, directora adjunta de Amnistía Internacional España. «Estamos hablando de una violencia de género, de una violación de derechos humanos que abre la puerta a más violaciones como la falta de acceso a salud sexual y reproductiva, o a la educación, a malos tratos», enfatiza.

La vida de Kadiatu fue triste, privada de su derecho a una educación, hasta que se topó con gente que sí podía ayudarla: la ONG Save the Children. Gracias a esta organización, hoy aprende confección, aunque si tiene la oportunidad lo que querría es formarse para ser enfermera. Y, sobre todo, sueña con convertirse en «una campeona contra el matrimonio infantil». Esto lo está consiguiendo. Sabe que su historia puede servir para concienciar a otras familias sobre este problema. Por eso se la cuenta a niñas, padres, maestros, periodistas, quien haga falta para evitar que más chicas pasen por lo mismo que ella. «Y lo conseguimos», afirma con seguridad.

Hadiqa Bashir, una joven pakistaní de 17 años, tuvo más suerte. Ella tenía cerca a esa persona que podía ayudarla en el momento adecuado. Cuando tenía 11 años y vivía una infancia «muy feliz» en Swat, le llegó una propuesta de matrimonio de un taxista. Era «un buen acuerdo» y su familia decidió aceptar. Salvo su tío. «Me habló del sistema patriarcal de mi sociedad, de las leyes que prohíben el matrimonio infantil, de los derechos humanos…», recuerda. Con toda esa información y mucha determinación, Hadiqa les dijo a sus progenitores que, si la obligaban a casarse, les llevaría ante los tribunales. Y la creyeron. «Soy el tipo de persona que cuando dice que va a hacer algo, lo hace», afirma.

La joven ya había visto cómo una de sus compañeras de la escuela había dejado de asistir porque la habían forzado a casarse. «Organizamos una fiesta para ir a verla y ella no jugaba, se quedó en una esquina apartada y nos contó que el marido la había pegado con una vara de hierro. Finalmente, su suegra nos dijo que no volviésemos», rememora. Con apoyo de su tío y su valentía, Hadiqa evitó un futuro similar al de su amiga, pero su lucha tampoco fue fácil. Organizó un grupo de 10 chicas para ir puerta a puerta y sensibilizar contra el matrimonio infantil. «Nos decían que era normal y nos echaban, pero no nos dimos por vencidas». Hasta que algunas empezaron a escucharlas. «Muchas ni siquiera sabían sus derechos más básicos», afirma aún sorprendida.

Hadiqa Bashir es de Pakistán y recibió una proposición de matrimonio cuando tenía 11 años. Sus padres querían aceptarla y ella, con el apoyo de su tío, les amenazó con llevarles a los tribunales. Así evitó un enlace que no quería y se convirtió en una activista contra esta práctica en su país.
Hadiqa Bashir es de Pakistán y recibió una proposición de matrimonio cuando tenía 11 años. Sus padres querían aceptarla y ella, con el apoyo de su tío, les amenazó con llevarles a los tribunales. Así evitó un enlace que no quería y se convirtió en una activista contra esta práctica en su país. JAIME VILLANUEVA

Con los éxitos, comenzaron también las presiones y amenazas. «A mi padre le decían que me había convertido en un agente de occidente», relata. Debido a su activismo, la expulsaron de la escuela privada en la que estudiaba. Se matriculó entonces, no sin oposición del centro, en un colegio público. Ahora, a punto de acceder a la universidad, Hadiqa continúa su batalla contra el matrimonio infantil y planea ser abogada. «Enfrento muchos problemas por mi feminismo: mi familia y yo recibimos amenazas de muerte de extremistas, pero acudimos a la policía y ahora estamos más seguros».

Hadiqa cree que su esfuerzo merece la pena. «Aunque mi voz llegue a solo un 1% de la población, es una victoria enorme. Estamos tratando de cambiar una mentalidad arraigada en los genes durante siglos. Es imposible que lo logremos en un día, pero espero que quizá en 20 años o 200, sucederá ese cambio», apunta.

«El matrimonio va ligado a la idea de que la niña es un bien que se puede vender, o en el polo opuesto, una carga económica de la que hay que desprenderse pronto o, al menos, no invertir en ella», analiza Raquel Martín, coordinadora del programa La Luz de las Niñas de Entreculturas. Para esta organización es fundamental el trabajo educativo con las comunidades y «generar referentes», que niñas que han salido o evitado un matrimonio se conviertan en un ejemplo para otras. También se acaban convirtiendo en un orgullo para sus familias que ven que las chicas reciben apoyo para continuar estudiando y tienen un reconocimiento.

«Lo que vivimos mal los que trabajamos en esto es lo que se queda fuera de nuestro radar. La realidad es injusta, no se llega a todo y hay zonas del mundo en sombra. Y hay niñas que no encontrarán a quien les ayude a salir de la violencia. Pero cada germen de cambio, cada niña que sale, cada maestro, cada persona que se conciencia sobre este problema, es una mutación positiva en la cadena de la desgracia que genera un cambio», termina optimista.

Fuente e imagen: https://elpais.com/elpais/2019/10/11/planeta_futuro/1570807155_059878.html

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Myanmar: Ciudadanos de ninguna parte

Asia/Myanmar/22 Agosto 2019/El país

Desde inicio del éxodo de los rohingyas, su situación como refugiados sigue siendo preocupante

Jannatul Firdous, de cinco años, está sumida en sus pensamientos. ¿Cómo describir el significado de su nombre? Jannatul Firdous significa cielo –el mejor cielo– un significado profundo, la niña lo sabe y quiere hacerlo bien. “El cielo es un lugar donde los niños pueden jugar”, empieza la pequeña mientras su mamá Salima, de 26 años, la mira con una dulce sonrisa. “Hay muchas flores”, continúa. “Hay un gran estanque de agua. El cielo es un lugar feliz”.

Jannah a menudo se traduce en el Corán como “cielo”. Jannatul Firdous es el nivel más alto de cielo del Islam.

El campamento 13 en Myanmar, donde ahora vive Jannatul, no es el cielo y dista mucho de serlo. Los niños juegan en la tierra, levantando un polvo que flota en el aire caliente de la tarde. Está muy lejos del exuberante y verde campo que rodeaba la casa de la que huyó en Myanmar; tal vez sea de ahí de donde provenga su idea del cielo. Aquí no hay estanques y Jannatul debe cargar agua en contenedores pesados desde una toma de agua relativamente cercana, por una escalera empinada hasta el refugio improvisado de su familia.

Jannatul vive en el campo de refugiados más grande y densamente poblado del mundo, en Cox’s Bazar, Bangladesh. De su casi un millón de residentes, más de la mitad son niños. La mayoría de las personas aquí son rohingya, un grupo perseguido, predominantemente musulmán y una minoría de Myanmar, que ha sufrido discriminación en su país durante varias décadas, incluyendo la denegación de la ciudadanía.

El campamento 13 es uno de los 33 subconjuntos dentro del megacampamento. Es un espacio superpoblado, hogar de 41.000 personas, ciudadanos de ninguna parte, la antítesis del lugar feliz con el que sueña Jannatul.

Refugiados de segunda

Jannatul y su madre van de un lado a otro por el campamento de refugiados. El 55% de sus residentes son menores.
Jannatul y su madre van de un lado a otro por el campamento de refugiados. El 55% de sus residentes son menores. JON WARREN WORLD VISION

Las niñas y las mujeres llegaron a Bangladesh con cicatrices físicas y emocionales que probablemente nunca terminarán de curarse. Un informe de la Alta Comisión para los Refugiados de Naciones Unidas en 2018 titulado Cultura, contexto y salud mental de los refugiados rohingya detalla cómo las mujeres sufrieron abusos, fueron violadas y obligadas a prostituirse en Myanmar.

Cuando estalló la violencia en su aldea, en agosto de 2017, la familia de Salima se separó: «Jannatul acabó conmigo, pero no sabía qué había pasado con mi esposo y mis otros hijos», dice su madre. «Más tarde, los vi muertos». Mohamed, de 30 años, recibió un disparo; su hijo, Hafej, de 2 años, y su hija, Kalima, de 1 año, también fueron asesinados. Su expresión se nubla de dolor mientras lo cuenta. En un momento del relato Salima extiende su teléfono para mostrar una foto de Kalima y Hafej, sonriendo junto a su hermana mayor, Jannatul.

¿Por qué los rohingya no son refugiados comunes?

En 1982, Myanmar aprobó una ley que excluía a muchas etnias de la condición de raza nacional oficial. Como resultado, a los rohingya se les negó la ciudadanía, lo que les convirtió en uno de los grupos de apátridas más grande del mundo, y se les sometió a restricciones en el matrimonio, el tamaño de la familia, el empleo, la educación, la elección religiosa y la libertad de movimiento. Por poner un ejemplo, en algunas ciudades del norte de Myanmar, a los rohingya se les permite tener solo dos hijos.

Ante esta situación miles de personas se vieron obligadas a huir a Bangladesh, donde están más seguros y tienen más libertad pero se enfrentan a restricciones por parte de un país que no es signatario de la Convención de las Naciones Unidas sobre los Refugiados de 1951 y, por lo tanto, no les reconoce como refugiados. Sin la condición de refugiado legal, los rohingya en Bangladés no pueden trabajar, vivir fuera de los campamentos o emigrar a otros países. Los niños no pueden ir a la escuela; y las mujeres y los menores son objeto de abuso, como la trata de personas, el trabajo infantil, el matrimonio infantil, la violencia de género y otras formas de explotación.

Espacios Seguros para Niños

Jannatul llega a uno de los espacios seguros para niños, lo más parecido a un colegio que pueden tener.
Jannatul llega a uno de los espacios seguros para niños, lo más parecido a un colegio que pueden tener.JON WARREN WORLD VISION

Situado en el corazón del campamento, el Espacio Seguro para Niños al que acude Jannatul es un centro alegre, a menudo ruidoso, pintado de un color naranja chillón. Fueron los propios menores quienes decidieron llamar a este espacio –Surjoful– en honor de algo simbólico que dejaron en Myanmar: los girasoles. Según sus profesores, Jannatul sencillamente brilla en este espacio cuando tiene la oportunidad de cantar, bailar o recitar pequeños poemas.

La pequeña es una de las favoritas del personal, nos confiesa su maestra, Farjana Faraz Tumpa, de 20 años. Algunos niños prefieren quedarse con sus madres, aún son muy pequeños y necesitan sentirse acompañados por un familiar, aunque sea haciendo cola para recibir la ayuda diaria. Pero Jannatul no se pierde ni un día de “cole”, porque estos centros son lo más parecido a un colegio que estos menores han visto en muchos meses.

El 55% de los refugiados rohingya son menores. Niños y niñas que se enfrentan a diario a la violación de sus derechos; violencia física y sexual, explotación, matrimonio infantil, problemas psicosociales y de salud mental, trata y secuestro de niños, trabajo infantil y un largo etcétera. Niños de segunda, niños de ninguna parte e invisibles para el mundo.

Fuente e imagen: https://elpais.com/elpais/2019/08/15/3500_millones/1565888791_003001.html

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Niñas africanas con ilusiones destrozadas (segunda parte)

Por: Julio Morejón

En África aún son deficitarios los programas de protección de la infancia que incluyan la educación, salud y nutrición, y los servicios de salud sexual y reproductiva, todos relacionados con la seguridad y la supervivencia.

 

Esa penuria es una de las consecuencias del subdesarrollo, que se trasmuta en un ciclo vicioso del cual es difícil escapar, pues esa realidad agrede a todas las facetas de la vida, tanto material como espiritual para condicionar formas de ser y actuar como es la aceptación del matrimonio infantil.

Aunque existen proyectos al respecto que ayudarían a detener la unión marital precoz, la realidad socioeconómica en la mayoría de las ocasiones obstaculiza ejecutar tales planes, pues, por ejemplo, resulta difícil aplicar medidas sanitarias en comunidades donde no existen instalaciones de salud.

En áreas hambreadas, la malnutrición infantil es una manifestación tendiente siempre a disparar los niveles de letalidad y a impedir la recesión de enfermedades curables que cada año hacen estragos en los pequeños, quienes por ello se transforman en el segmento poblacional más deprimido.

Una salud afectada y un hambre endémica constituyen poderosos motivos para sufrir una niñez de desencanto, y si a eso se agrega el suplicio de las llamadas niñas-novias el cuadro de la infancia en gran número de Estados del continente es muy desgarrador e insoportable y urge transformarlo.

DEL MITO AL CRIMEN

En algunos países de África a la virginidad se le confiere una cualidad mágico-mística que toca a niñas y adolescentes, tradiciones populares antiquísimas refuerzan ideas tales como que hubo emperadores quienes acostumbraban a bañarse con sangre de doncellas, porque le aportaba vitalidad y lozanía.

Tal creencia llega desvirtuada hasta nuestros días, cuando mediante un supuesto exorcismo se interpreta absurdamente que una relación sexual de un adulto enfermo con una niña o adolescente, puede curar el Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (SIDA), lo cual trasciende la barrera del abuso y del desconocimiento para ser un crimen.

También se plantean conclusiones más objetivas al respecto, cuando la referencia al matrimonio infantil se relaciona con zonas de guerra, donde esa sujeción obligada de niñas es un arma directa y puede que sus padres sean quienes las casen al creer que estarán mejor protegidas contra las violaciones y el abuso físico.

‘Los conflictos a menudo conducen a un colapso o debilitamiento de los servicios sociales para prevenir el matrimonio infantil. Esto expone a las niñas a un mayor riesgo de daño y violencia’, apunta un artículo de Amira Elfadil, comisaria de Asuntos Sociales de la Unión Africana.

La región subsahariana concentra las mayores cifras de matrimonios infantiles a nivel mundial cada año, con más de tres millones de niñas -una de cada tres- que se casan antes de los 18 años. Según el Banco Mundial (BM), esas uniones suponen pérdidas económicas a sus respectivos países de entre 60 mil y 120 mil millones de dólares.

Un informe de la entidad financiera emitido a finales de 2018 expone: ‘las niñas que acaban la educación secundaria tienen más posibilidades de encontrar trabajo y ganar el doble que las que no la han acabado’.

Añade que el matrimonio infantil tiene otros costes, más graves que los económicos, como son las altas tasas de fertilidad y el crecimiento de la población, lo cual puede conducir a una llamada ‘bomba demográfica’, cuya explosión inusitada crea desequilibrios tales como la peligrosa insuficiencia alimentaria e intensifica la pobreza.

‘Una novia infantil es más propensa a abandonar la escuela, sufrir complicaciones graves durante el embarazo y el parto y tiene un alto riesgo de sufrir violencia doméstica. Sus hijos también son más propensos a tener bajo peso y a padecer mayor mortalidad infantil por debajo de los cinco años’, dice una versión del documento del BM difundida por la prensa.

De los 20 países donde ocurren más matrimonios infantiles 18 están en África: Níger, República Centroafricana, Chad, Burkina Faso, Mali, Sudán del Sur y Guinea son siete de ellos que encabezan la lista con más de la mitad de las niñas casadas antes de los 18 años de edad.

VARIACIONES DEL TEMA

La prevalencia del matrimonio infantil en África occidental y central se comporta en forma desigual, aunque las investigaciones estadísticas indican que mayormente se encuentran alrededor de la edad de 15 años, que para algunos especialistas constituye un ligero distanciamiento de marcas anteriores.

Así, la unión marital principalmente de niñas menores de edad, es hoy muy criticada por personalidades públicas africanas de reconocido prestigio como comentaron la activista social mozambiqueña Graca Machel y el religioso sudafricano Desmond Tutu, en un artículo difundido por el diario Washington Post.

Para ambos:’El matrimonio infantil ocurre porque los adultos creen que tienen derecho a imponer el matrimonio a los niños. Esto les niega, especialmente a las niñas, su dignidad y la oportunidad de tomar decisiones que son esenciales en sus vidas, como con quién se quieren casar o cuándo quieren tener hijos’.

Además añaden que ‘La capacidad de elegir nos define y nos permite desarrollar nuestro potencial. El matrimonio infantil roba esta posibilidad a las niñas’. La disposición de aprobar una legislación contraria al casamiento prematuro, una medida en la que convergieron el gubernamental Frente de Liberación de Mozambique (Frelimo) y los partidos de la oposición, es parte de una reacción del liderazgo africano de denunciar alto y claro el problema y la decisión de actuar sin demora.

Fuente: https://www.prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=293799&SEO=ninas-africanas-con-ilusiones-destrozadas-segunda-parte
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