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Entrevista a Tharanga Godallage: «El matrimonio infantil, la mutilación genital femenina y las prácticas nocivas en los cuerpos de las mujeres aumentan en pandemia»

Por:   Samira Sadeque

Los estudios han demostrado que cuanto más tiempo permanezca una niña en la escuela, es menos probable que se vea obligada a contraer matrimonio infantil. Con muchas escuelas cerradas actualmente y las niñas no van a la escuela, se espera un aumento en el matrimonio infantil. Crédito: Ahmed Osman / IPS

Se pueden esperar 5,6 millones de matrimonios infantiles adicionales debido a la pandemia de coronavirus, que resultó en un aumento a corto plazo de la pobreza y el cierre de las escuelas.

También se espera que la pandemia actual tenga un impacto masivo en el crecimiento proyectado de prácticas nocivas en los cuerpos de las mujeres.

Según un informe reciente publicado por el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), titulado  “ Contra mi voluntad: Estado de la población mundial 2020 ”, se producirán dos millones de casos adicionales de mutilación genital femenina (MGF) para 2030.

«Un gran factor de protección para prevenir el matrimonio infantil es la educación», dijo a IPS Richard Kollodge, asesor editorial principal del informe. “Los estudios han demostrado que cuanto más tiempo permanezca una niña en la escuela, es menos probable que se vea obligada a contraer matrimonio infantil. [Ahora] si las escuelas cierran y las niñas no van a la escuela, eso es una pérdida de un factor de cy eso podría contribuir a un aumento en los matrimonios infantiles «.

Otros factores que contribuyen incluyen la incapacidad de las personas para ir a trabajar, lo que a su vez está afectando los medios de vida. En tales circunstancias, algunos padres pueden sentirse alentados a casar a su hija ya que es una boca menos para alimentar o porque creen que podría ser más seguro, dijo Kollodge.

Es significativo entonces que este año el UNFPA comenzó su agenda de 10 años para poner fin a las prácticas nocivas para 2030 en todos los países. IPS habló con Tharanga Godallage, un asesor de gestión basada en resultados del UNFPA, sobre cómo la pandemia actual afecta esta agenda y cómo exacerba las crisis de la mutilación genital femenina y el matrimonio infantil en todo el mundo.

Inter Press Service (IPS): Su informe dice: “Llegar a cero las prácticas nocivas requerirá un progreso mucho más rápido. Exige un esfuerzo de toda la sociedad, donde todos los que tienen un papel en detener estas prácticas dan un paso adelante para hacerlo ”. ¿Qué pasos pueden tomar los diferentes actores de una sociedad para abordar este problema?

Tharanga Godallage (TG): Las «prácticas nocivas» son un compromiso de múltiples partes interesadas porque ninguna parte interesada puede resolver este problema. En realidad, no es solo un problema a nivel de país: existen a través de las fronteras. Para la MGF en particular, la defensa transfronteriza de los interesados ​​es realmente importante.

En la erradicación de la mutilación genital femenina, y en general, el factor más importante es el fuerte compromiso político del gobierno. El segundo es la aplicación de la ley porque necesitamos crear nuevas leyes y políticas si realmente desea tener un cambio sostenido.

El tercero es la participación de varios ministerios, porque este no es un programa de un solo ministerio. El enfoque es involucrar a todo el gobierno.

Nuestra observación y recomendación es mirarlo de una manera más holística, especialmente el cambio sostenible.

También existe la necesidad de un cambio en las normas sociales, que también es el más crítico y el más difícil. Es por eso que necesita una gran campaña de defensa.

La norma social es la causa principal de la mayoría de estos casos, y eso requiere un compromiso a nivel comunitario, incluidos los líderes, que tienen un papel más importante que desempeñar, y los líderes comunitarios formales e informales.

Y luego hay un vínculo socioeconómico con el matrimonio infantil, la mutilación genital femenina y la preferencia del hijo. Necesitamos reunir a los responsables políticos y las partes interesadas y hacer que todo esto se traduzca en un cambio de políticas.

IPS: Su informe dice: «Si la pandemia causa un retraso de dos años en los programas de prevención de la mutilación genital femenina, los investigadores proyectaron que durante la próxima década se producirían dos millones de casos de mutilación genital femenina que de otro modo se habrían evitado». ¿Puedes analizar cómo tal retraso llevaría a dos millones de vidas afectadas? 

TG: Basado en la tendencia histórica y las proyecciones, sabíamos que los casos estimados de MGF para 2030 sin el impacto de COVID-19 serían de alrededor de 34 millones.

Luego observamos la reducción de los programas de ampliación y los nuevos casos para determinar a cuántos casos conducirían esos ajustes, y proyectamos 36 millones.

En general, este impacto de COVID-19 se ha observado de dos maneras: una es el efecto sobre la ampliación de los programas de prevención, ya que no podremos realizar programas de prevención de la manera que planeamos, y luego podrían surgir nuevos casos. de eso.

IPS: ¿Qué factores está contando al contabilizar este cambio en el número proyectado debido a COVID-19? 

TG: Las restricciones sobre las reuniones grupales y los viajes han reducido la disponibilidad de personal técnico y la demora de iniciar programas internacionales o programas de prevención.

El segundo es el impacto económico. En el impacto económico, según los datos que encontramos, hubo una reducción del 10 por ciento en el PIB en general y luego, debido a la caída del PIB, hubo un aumento en la pobreza. Por lo general, sabemos que el aumento de la pobreza tiene un impacto del 32 por ciento en el matrimonio infantil, está muy relacionado. Por lo tanto, debido al factor económico y al aumento de la pobreza a corto plazo debido a COVID-19 que se incluyó en el modelo, ahora habrá 5,6 millones de matrimonios infantiles adicionales.

IPS: Su informe dice «Poner fin a las prácticas nocivas para 2030 en todos los países y comunidades, un objetivo del UNFPA, requerirá cambios rápidos en la mentalidad que aún sanciona la violencia contra las mujeres y las niñas y niega sus derechos y autonomía corporal». ¿Cómo ha sido afectado este objetivo por la pandemia, y cómo pretendes avanzar en estas circunstancias?  

TG: Hasta ahora hemos realizado nuestro análisis interno de los desafíos generales. Por lo tanto, la investigación relacionada con la movilización de la comunidad va a ser un reto muy grande especialmente en lo que estamos tratando de ver cómo [dirección que], especialmente los compromisos relativos a la movilización de la comunidad como cambiar las normas sociales y las c programas de educación sexual omprehensive (educación ieinformal) . Ese tipo de programas se verá muy afectado, y la generación de datos será un desafío.

Las personas están acostumbradas a la nueva normalidad ahora y han ideado estrategias alternativas: centros de llamadas, telemedicina y reuniones electrónicas. Estas son nuevas alternativas innovadoras, por lo que tal vez con el tiempo podamos llegar a una nueva normalidad en nuestros enfoques para abordar estos problemas.

Fuente e imagen: http://www.ipsnews.net/2020/07/child-marriage-fgm-harmful-practices-womens-bodies-increase-covid-19/

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El matrimonio infantil, una enorme amenaza para 1 de cada 4 niñas en América Latina

Redacción: Telemundo

 

Países como República Dominicana, Nicaragua, Honduras y Guatemala presentan las tasas más altas de matrimonios infantiles en América Latina. La condiciones de pobreza y la falta de educación son algunas de las principales causas.

Una de cada cuatro menores se casan o establecen una unión informal antes de los 18 años en Latinoamérica, el principal problema de las niñas y adolescentes en la región, según el Estado Mundial de la Población 2020, presentado este martes por la ONU.

Esa es una de 19 problemáticas, como los castigos corporales, el incesto y el infanticidio, según el informe “Contra mi voluntad. Desafiar las prácticas que perjudican a las mujeres y niñas e impiden la igualdad”, del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA).

La prevalencia mundial de esta práctica nociva es del 21%, una lista encabezada por África Occidental y Central (40 %) y África Oriental y Meridional (34 %), seguidas por América Latina y el Caribe, donde una de cada cuatro niñas (25 %) están casadas o en unión informal antes de cumplir 18 años y en algunas partes de la región la cifra es de una de cada tres (33 %).

Al menos 60 millones de latinoamericanas se casan sin ser mayores de edad, con República Dominicana (36 %), Nicaragua (35 %), Honduras (34 %) y Guatemala (30 %) presentando las tasas más altas, mientras que Brasil y México ocupan el cuarto y el octavo lugar mundial por cantidad de casos, respectivamente.

Farzana Nabi, una niña afgana, fue vendida por 61 dólares para ser casada, el 17 de junio de 2019.
Farzana Nabi, una niña afgana, fue vendida por 61 dólares para que se casara con otro niño, el 17 de junio de 2019.Getty Images

«Debemos proteger a las mujeres y las niñas cumpliendo las leyes contra prácticas como el matrimonio infantil y la mutilación femenina, pero también cambiando las actitudes y las normas», explicó Mónica Ferro, directora del UNFPA.

Según el organismo, es posible acabar con el matrimonio infantil y a la mutilación genital femenina en todo el mundo en un plazo de 10 años. Para eso es necesario incrementar los programas para mantener a las niñas en la escuela durante más tiempo y enseñarles oficios para la vida cotidiana, así como lograr que los hombres y los niños participen en el cambio social.

La ONU calcula que, para acabar con estas dos prácticas, que acabarían con el sufrimiento de unos 84 millones de niñas, sería necesaria una inversión de 3,400 millones de dólares hasta el año 2030.

Pobreza y falta de educación

«El fenómeno acá no es tanto el matrimonio, son las uniones», aseguró Neus Bernabeu, asesora regional de Género y Juventud del UNFPA para América Latina y el Caribe, que agregó durante una conferencia virtual que es algo que afecta más a «los hogares más pobres, los de menos educación, las áreas rurales y poblaciones indígenas», casi un 60 % del total.

Esa situación se convierte en una especie de círculo vicioso porque prolonga las deficiencias sociales «para toda la vida». Estas menores «interrumpen sus trayectorias de vida, abandonan las escuelas, se embarazan, tienen muchas más posibilidades de tener hijos tempranamente y más hijos», añadió Bernabeu.

Así, de un lado, las niñas con solo enseñanza primaria tienen el doble de probabilidades de casarse o irse a vivir en unión libre. Por el otro, el 86% de las mujeres casadas o en una unión libre antes de los 18 años habían tenido un hijo antes de los 20 años, en contraste con el 34 % de las que se casaron siendo mayores de edad.

Aunque se han logrado avances como la eliminación en 2019 de todas las excepciones legales en matrimonio infantil en El Salvador y Guatemala y la inserción de un objetivo en el Plan Nacional de Desarrollo de Colombia para eliminar la práctica, América Latina es la única región del mundo donde esta problemática no se ha reducido en 25 años.

«Puede que no ‘se vea la foto’ de un hombre muy mayor con una niña vestida de novia, pero hay una práctica muy común de uniones, con diferencias de edad de 8 a 10 años. Lo malo es que si no se ve, no se aborda», afirmó a Efe Bernabeu.

«Se necesita un cambio cultural. Los padres deben oponerse y los gobiernos deben cumplir sus obligaciones con los tratados internacionales», dijo Harold Robinson, director regional para América Latina y el Caribe del UNFPA.

La mutilación genital femenina, que este año puede afectar a 4,1 millones de niñas y mujeres y que está presente en 31 países del mundo, la mayoría de África, también perjudica a algunas latinoamericanas.

Por ejemplo, en Colombia, en comunidades indígenas como la embera chamí, en el departamento del Valle del Cauca (suroeste), que heredaron esta práctica en tiempos de la colonia para prevenir la infidelidad femenina mediante la clitoridectomía, conocida localmente como «la curación».

Aunque en 2015 las autoridades indígenas firmaron un mandato para erradicarla, está práctica no ha desaparecido, como queda patente cuando niñas acuden a centros de salud con lesiones graves, que incluso les provoca la muerte.

«Como todo ser humano, las mujeres indígenas tienen derecho a la intimidad, a una buena salud y a preservar el cuerpo con el que fueron creadas, porque no hay nada imperfecto en nosotras”, defiende Arelis Cortés, que a sus 28 años trabaja con la Organización Regional Indígena del Valle del Cauca, en una tarea de concientización con viajes de «hasta ocho o nueve horas en llegar a las comunidades más apartadas».

Una niña en las inmediaciones de una favela de Río de Janeiro, el 09 de junio de 2020.
Una niña en las inmediaciones de una favela de Río de Janeiro, el 09 de junio de 2020.Getty Images

La clave es la igualdad

La preferencia por los hijos varones, que ha generado un desequilibrio entre la población masculina y femenina y que puede provocar mayores riesgos de violencia machista, es una de las prácticas nocivas en las que más se debe trabajar para erradicarlas totalmente, según el informe.

Una práctica que, según Robinson, ha «provocado un ‘déficit’ de unas 140 millones de mujeres» en el mundo, aunque en América Latina, según el análisis de Naciones Unidas, «los progenitores tienden a atribuir el mismo valor a las hijas y los hijos, y a veces favorecen a las primeras».

Algo que no deja de ser sorprendente en una región de marcado machismo y que, lamentablemente, no se traduce en mejores condiciones, especialmente en temas de violencia de género, problemática que ha aumentado en algunos países por las cuarentenas impuestas para combatir el coronavirus.

Se trata de una coyuntura que, según el director regional del UNFPA, implica un riesgo adicional. «La respuesta a la pandemia está interrumpiendo muchos de los programas» orientados a poner fin a las prácticas nocivas, asevera.

El Fondo de Población de la ONU admite que es difícil eliminar estas prácticas nocivas de aquí a 2030 como parte de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), especialmente porque, como dijo Bernabeu, todavía «muchas niñas y mujeres son tratadas como objetos sexuales, como estorbos, como mercancías».

«Lo único que puede cambiar esta situación es un trato equitativo. Parece mentira que en el siglo XXI tengamos que pedir un trato igual para las niñas. Los hombres tenemos que reconocer que hay un privilegio masculino que hay que acabar«, afirmó Robinson, que pidió cumplir con tres cosas fundamentales: «Respetar, proteger y cumplir (las leyes)».

 Fuente: https://www.telemundo.com/noticias/2020/07/03/el-matrimonio-infantil-una-enorme-amenaza-para-una-de-cada-cuatro-ninas-en-latinoamerica-tmna3817977

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La dureza de ser mujer en Mauritania

Reseña/África/Mauritania/09 Abril 2020/elpais.com

Este es el relato de una voluntaria en salud mental en el país africano donde el 66% de las niñas y mujeres han sufrido alguna forma de violencia y mutilación genital

Hace cuatro meses que llegué a Mauritania por primera vez, a través del programa EU Aid Volunteers (EUAV) de la Unión Europea, para trabajar con la ONG Médicos del Mundo.

Las mujeres caminan despacio por las polvorientas calles de Nouakchott, la capital del país. Envueltas en los colores de sus melfhas se esconden de las miradas indiscretas, custodiando mil y una historias donde ser fuerte no ha sido una opción, sino la norma. La mirada fiera, la cabeza erguida, la determinación y la valentía en sus labios agrietados. La vida duele, pero nunca se deja de caminar hacia delante.

No es fácil ser mujer en la República Islámica de Mauritania. La pobreza y las desigualdades étnicas no hacen sino agravar la inequidad estructural que sitúa a las mujeres y niñas en una situación de extrema vulnerabilidad. En un contexto social en el que los roles de género están tan marcados, ellas son con frecuencia infantilizadas y despojadas de toda capacidad de decisión. En muchas comunidades, su papel es el hogar: la reproducción y la satisfacción de las necesidades de la familia. A menudo es repudiada si no logra dar descendencia, pues es a través de la fecundidad y del servilismo que cumple con la misión que tradicionalmente se le asigna. La virginidad antes del matrimonio es uno de los tesoros más preciados, lo que conduce a la estigmatización de las mujeres que no la conservan antes de casarse, conduciendo incluso a su culpabilización en caso de sufrir violencia sexual.

Cada etnia posee sus propias particularidades y esta explosión cultural dificulta hacer generalizaciones sobre la situación global de las mujeres en este país. No obstante, las estadísticas arrojan datos estremecedores, como que el 66% de las niñas y mujeres han sufrido alguna forma de mutilación genital femenina, llegando este porcentaje hasta el 90% en algunas regiones. El matrimonio infantil afecta a un 35,2 % de ellas, alcanzando más de un 50% en algunos lugares. La violencia sexual y la violencia conyugal son aún más difíciles de calcular, porque muy pocas personas deciden comunicarlo a las autoridades. A pesar de que la ley concibe como delitos estas formas de violencia, esto no impide que muchas veces estén invisibilizadas debido a los tabúes existentes en torno a la sexualidad.

La violencia de género, sumada al enfoque comunitario en la resolución de problemas, frecuentemente induce a las familias a faire des arrangements (hacer arreglos) tras revelarse una agresión sexual. Es decir, los padres pactan con los violadores la recepción de una cantidad de dinero a cambio de no denunciar el delito a la policía. En otros casos, se fuerza a la mujer a contraer matrimonio con su agresor. Los padres, con estas decisiones, buscan la protección de sus hijas y del resto de la familia. No obstante, contribuyen a que la violación quede en la sombra, no habiendo un reconocimiento de la injusticia sobrevenida a las mujeres. La violencia se legitima y, por tanto, no deja de reproducirse.

Por estos motivos, Médicos del Mundo (MdM) trabaja desde hace tiempo en el fortalecimiento de un circuito de atención integral (asistencia médica, psicológica y jurídica) para víctimas. Además de la apertura en junio de 2017 de la Unidad de Atención y Cuidado de Víctimas de Violencia de Género en el hospital Materno Infantil de Nouakchott, en 2018 una segunda unidad de atención a víctimas de violencia de genero abrió sus puertas en la región de Guidimakha, al sur del país. A lo largo del 2020, otras dos unidades abrirán en la región del norte de Dakhlet-Nuadibú y al este en Bassikonou, a 20 kilómetros del campo de refugiados de Mbera.

El trabajo no finaliza con la atención médica en los hospitales, sino que se trabaja conjuntamente con las organizaciones de la sociedad civil para garantizar una intervención holística para las supervivientes de VG. Además, MdM contribuye con la sensibilización comunitaria para concienciar sobre la violencia basada en el género y las nefastas consecuencias que algunas creencias socioculturales profundamente arraigadas pueden tener sobre la salud de las mujeres.

Mi trabajo estos meses ha consistido en el refuerzo de capacidades del personal sociosanitario que trabaja en atención directa con víctimas de violencia de género. Concretamente, he impartido formaciones sobre apoyo psicosocial y primeros auxilios psicológicos a médicos y matronas, y he realizado acompañamientos con las asistentas sociales. Estas tareas me han permitido adentrarme en las estructuras de atención a las víctimas para analizar la calidad de la asistencia psicosocial y poder proponer mejoras. Los profesionales mauritanos han sido siempre muy acogedores conmigo y, libres de prejuicio, me han permitido el acceso durante sus intervenciones individuales y grupales para poder acompañarlos durante los procesos terapéuticos que facilitan.

Es enero y el invierno mauritano nos regala 35 grados de tórrido sol. Estoy en el hospital Materno Infantil de Nouakchott y camino hacia la sala de atención social, integrada en el servicio de maternidad del centro hospitalario. Observo en silencio el trabajo de la matrona y la asistenta social mientras reciben a una adolescente superviviente de violencia sexual. Tras una entrevista inicial para comprender mejor la situación y el contexto social de la víctima, la asistente psicosocial aprovecha la espera de los análisis médicos para acompañar y dar apoyo emocional a la adolescente y su madre. Estas sesiones de apoyo son fundamentales para proteger la salud mental, al posibilitar un espacio de confianza y desahogo, sin juzgar, y promotor del bienestar de toda la familia.

Dos jóvenes mauritanos en una motocicleta.
Dos jóvenes mauritanos en una motocicleta. BECHIR MALUM

En ocasiones, la asistenta debe mediar entre los padres y la víctima, hacerles comprender que una violación nunca es culpa de quien la recibe y que todos deben estar unidos para ayudar a la hija a superar el trauma vivido. Tras la atención psicosocial y las pruebas médicas, la víctima es derivada a una organización de la sociedad civil, donde continuará recibiendo asistencia psicológica y jurídica.

Es una suerte poder sumergirse en una especialidad tan poco desarrollada en Mauritania: la salud mental y el apoyo psicosocial a las personas que han sufrido episodios traumáticos de naturaleza sexual. A lo largo de estos meses, seguiremos trabajando una estrategia transversal en los proyectos que Médicos del Mundo desarrolla en el país. Una tarea nada sencilla donde apenas hay profesionales de la psicología y donde los afectados son generalmente rechazados por la comunidad o conducidos a curanderos tradicionales para que les ayuden a sanar a través de prácticas mágico-religiosas.

No es fácil ser mujer en la República Islámica de Mauritania. Pero las mujeres y niñas mauritanas nos son meros agentes pasivos receptores de violencia, se trata de que a través de la protección y la prevención, progresen hacia su autonomía, facilitar que sean ellas las protagonistas de sus procesos. Así, es posible desarrollar pequeñas acciones que puedan contribuir a lograr grandes cambios en un futuro, tender una mano para fortalecer su resiliencia.

Fuente e imagen tomadas de: https://elpais.com/elpais/2020/03/31/planeta_futuro/1585666689_491553.html

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El matrimonio infantil sigue negando oportunidades a las niñas de América Latina y el Caribe

Reseñas/30 Enero 2020/elpais.com

Las niñas nacidas en 1995, a las que el mundo se comprometió a ofrecerles un futuro mejor, y las que nacen hoy tienen las mismas probabilidades de terminar en uniones tempranas

Hace 25 años, en Beijing se vivió una euforia que trascendió al mundo entero. Más de 30.000 activistas y 17.000 participantes de 200 países generaron una presión y un dinamismo tan poderosos que el documento final de la Cuarta Conferencia Mundial de la Mujer, la Declaración y Plataforma de Acción de Beijing, se convirtió en el plan más progresista jamás alcanzado para trabajar por los derechos de la mujer.

Ahí estaban temas como la igualdad de género, la salud, el empoderamiento, la educación, las oportunidades laborales, la violencia contra la mujer y el matrimonio infantil, entre otros.

Desde entonces, el mundo ha dado un giro significativo hacia la igualdad, aunque hay temas que no han avanzado en la región de América Latina y el Caribe. Hay avances que podemos celebrar como un mayor reconocimiento de las distintas formas de violencia contra las mujeres, nuevas leyes y políticas para prevenir y abordar la violencia contra las mujeres y niñas, y cada vez más movilización de distintos actores para poner fin a la violencia.

Sin embargo, el matrimonio infantil, y su expresión más común en la región que son las uniones antes de los 18 años, sigue siendo un tema en gran medida desatendido. Las niñas nacidas en 1995, a las que el mundo se comprometió a ofrecerles un futuro mejor, y las que nacen hoy, tienen lamentablemente las mismas probabilidades de terminar en un matrimonio infantil o unión temprana.

En América Latina y el Caribe, el matrimonio infantil y las uniones tempranas permanecen con los mismos indicadores de hace 25 años, en los que una de cada cuatro niñas se casa antes de los 18 años, una cifra más alta que en Oriente Medio y África del Norte. Si no hay acciones ni inversiones, la región se convertirá en 2030 en la segunda con más casos en el mundo, solo por detrás del África subsahariana. Las cifras resultan, a todas luces, inaceptables.

En la Declaración de Beijing quedó estipulado que el matrimonio infantil es una violación de los derechos humanos cuyas consecuencias resultan devastadoras. Aunque socialmente sigue siendo visto como una práctica aceptada, sus efectos en los derechos humanos, el bienestar y desarrollo de las niñas y adolescentes son alarmantes.

La mayoría de las mujeres que contrajo matrimonio o se unió durante su niñez dio a luz antes de cumplir 18 años y, del total, ocho de cada 10 niñas casadas se convirtieron en madres antes de cumplir los 20 años. El matrimonio infantil y las uniones tempranas llevan a la deserción escolar, así como a pobres resultados escolares y niveles de alfabetización. En la mayoría de los casos van acompañadas por algún tipo de violencia sexual, física o emocional. Una de cada cinco niñas unidas antes de los 18 años lo hizo con un hombre al menos 10 años mayor que ellas, por lo que la dependencia económica suele ser alta, y más en contextos de pobreza, ruralidad y en comunidades indígenas o afrodescendientes, donde suele haber mayor incidencia de la práctica.

El impacto va más allá de las niñas y adolescentes. El matrimonio infantil y las uniones tempranas llevan a una menor participación social, económica y política, y a un bajo desarrollo social y económico de las sociedades, que terminan afectando a los ingresos de las mujeres, llevan a una mayor pobreza en los hogares e impactan potencialmente sobre la pobreza nacional y las tasas del PIB. Lo sorprendente es que el tema sigue sin formar parte de las agendas nacionales ni regionales. El silencio alrededor del tema impide, todavía hoy, avanzar en términos de igualdad de género para las niñas y adolescentes en América Latina y el Caribe.

La aprobación o tolerancia social con la que cuenta el matrimonio infantil y la consecuente invisibilidad de esta práctica como un problema, ha impedido su disminución, por lo que Unicef, UNFPA y ONU Mujeres nos unimos para llamar a la acción a gobiernos, instituciones, sociedad civil, donantes, personas y aliados, con la intención de que orienten sus decisiones políticas, económicas y sociales para la eliminación de esta forma de abuso, teniendo en cuenta que se ha posicionado en la agenda de desarrollo global y forma parte de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

Es posible terminar con el matrimonio infantil y las uniones tempranas; países como Etiopía o India han logrado una reducción significativa en sus estadísticas gracias a inversiones y acciones coordinadas y sostenidas. Debemos trabajar de manera conjunta para hacer frente a los motores de esta práctica, estableciendo marcos legales y políticas que protejan a las niñas y adolescentes y promuevan la igualdad de género; empoderando a las niñas y adolescentes; transformando las normas sociales y de género que “normalizan” estas situaciones; y brindándoles servicios de calidad y amigables en áreas como la educación y la salud.

Este año es clave en materia de igualdad de género y derechos de las mujeres por la celebración de la Conferencia Regional de la Mujer y la Conferencia Mundial sobre la Mujer que se centran en la revisión de los 25 años de Beijing. Hacemos un llamado a alzar la voz y trabajar juntos para visibilizar este problema en la región y generar compromisos políticos, sociales y financieros para que esta práctica social sea eliminada y se garanticen verdaderas oportunidades presentes y futuras a las niñas. Para América Latina y el Caribe, es tiempo de actuar y acelerar el cambio. Sus niñas y adolescentes no pueden esperar más.

Fuente: https://elpais.com/elpais/2020/01/28/planeta_futuro/1580210751_841277.html

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ONU: Matrimonio infantil difícil de erradicar para 2030

Redacción: Ips Noticias

Los casos de matrimonio temprano pueden aumentar en contextos de inseguridad y con crisis humanitaria», ONU Mujeres

“En este momento, no quiero casarme. Tengo toda la vida por delante y un sueño por cumplir”, le dijo a sus padres una adolescente de 14 años en Bangladesh.

En la actualidad, 12 millones de niñas contraen matrimonio cada año antes de cumplir los 18 y 650 millones de mujeres se casaron antes de esa edad, según un informe publicado por el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) en junio de 2019. Una realidad que busca revertir la meta tres del quinto de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, que procura erradicar el matrimonio infantil para 2030.

La evidencia muestra que el matrimonio precoz no se limita a grupos particulares ni se vincula con normas culturales específicas, sino que es una combinación de factores estructurales y socioculturales, explicó a IPS el asesor y coordinador de Prevención de Prácticas Culturales Nocivas de Unicef, Nankali Maksud.

“Incluye pobreza, falta de oportunidades económicas y educativas, expectativas sociales, discriminación contra niñas y mujeres y roles de género restringidos, creencias sobre la protección de las niñas y falta de conciencia y de acceso a alternativas”, precisó.

“En muchos contextos, las niñas se consideran una carga para la economía del hogar, y el matrimonio infantil aparece como la mejor opción dentro de un menú con pocas alternativas”, añadió.

Esta práctica también permite “aliviar la carga de la familia y preservar su honor a la vez que ofrece protección a las niñas”, acotó.

“La evidencia sugiere que cuando se eliminan las causas estructurales y socioculturales, la práctica disminuye y se logra poner fin”, añadió.

Por su parte, una portavoz de ONU Mujeres dijo a IPS que los casos de matrimonio temprano pueden aumentar en contextos de inseguridad y con crisis humanitaria.

“Por ejemplo, la prevalencia del matrimonio infantil en Medio Oriente y el norte de África se acerca al promedio mundial con una de cada cinco jóvenes casadas antes de los 18 años. Es un avance con respecto a los últimos 25 años, pero la disminución parece haberse estancado”, indicó.

Sin embargo, en algunas zonas en conflicto, “como en Siria y Yemen, el avance se revirtió de forma sustancial porque el conflicto suele producir mecanismos de adaptación negativos, en particular en situaciones económicas difíciles y que pueden aumentar el matrimonio infantil”, apuntó.

Asia meridional es la región donde más disminuyó eesta práctica, pasando de casi 50 por ciento a 30 por ciento, lo que en gran parte obedece a los avances de India.

“La proporción de mujeres casadas siendo menores de edad disminuyó 15 por ciento, representando una cada cuatro a una cada cinco niñas en la pasada década”, indicó Maksud.

En África, “los datos muestran avances. Por ejemplo, en Etiopía, que supo ser uno de los cinco países con mayor número de matrimonio infantil de África subsahariana, la prevalencia cayó una tercera parte en los últimos 10 años”, agregó.

Los países con gran prevalencia de esta práctica nociva deben priorizar sus responsabilidad para alcanzar el ODS 5.3 para 2030.

“Con una correcta inversión y un avance acelerado, es posible alcanzar la meta”, opinó Maksud.

"La prevalencia del matrimonio infantil en Medio Oriente y el norte de África se acerca al promedio mundial con una de cada cinco jóvenes casadas antes de los 18 años.", ONU Mujeres. Crédito: Cortesía, Naciones Unidas.

«La prevalencia del matrimonio infantil en Medio Oriente y el norte de África se acerca al promedio mundial con una de cada cinco jóvenes casadas antes de los 18 años.», ONU Mujeres. Crédito: Cortesía, Naciones Unidas.

En cambio, Heather Barr, de la organización Human Rights Watch (HRW), con sede en Nueva York, dijo a IPS que es poco probable que se erradique el matrimonio temprano para 2030.

“La meta ya contribuyó notoriamente a reducir el matrimonio infantil y lo seguirá haciendo. Pero falta mucho, y muchos países siguen tolerándolo, de forma legal o ilegal”, explicó.

La portavoz de ONU Mujeres dijo a IPS que a pesar de los avances significativos de la última década, ninguna región parece estar cercar de eliminar el matrimonio precoz para 2030.

“Se necesita una aceleración sustantiva porque la disminución actual es insuficiente”, remarcó.

“Si no se acelera la reducción con respecto a 1990, llevará un siglo eliminar el matrimonio precoz, y más de 150 millones de niñas más estarán casadas en 2030”, observó.

“Y aún con la disminución registrada en la última década, llevará 50 años terminar con el matrimonio infantil. El avance debe acelerarse de forma significativa”, insistió.

Igualdad de género

Según ONU Mujeres, “el mayor desafío sigue siendo la falta de un enfoque transformador en materia de género. La evidencia muestra que no basta con demorar la edad del matrimonio”.

“La equidad de género debe promoverse de forma holística, como subrayar la capacidad de agencia de niñas y mujeres, atendiendo las dinámicas de poder heredades, en los matrimonios y la sociedad, cambiando actitudes, normas y comportamientos vinculados a los roles de género”, explicó.

“Nuestra investigación en muchos países nos ha convencido de que la principal causa del matrimonio infantil es simplemente la desigualdad de género”, coincidió Barr, de HRW.

La portavoz de ONU Mujeres también mencionó otros factores. “Hay un cambio en los matrimonios que muestran que el casamiento entre pares, la cohabitación y el embarazo adolescente, que terminan en matrimonios, coexiste con la creencia tradicional del matrimonio infantil o forzado”, explicó.

“Un enfoque de género adecuado requiere que reconozcamos que el matrimonio temprano y los voluntarios también constituyen prácticas dañinas dado el desproporcionado impacto que tiene en niñas, y las barreras que atentan contra sus oportunidades económicas y educativas”, añadió.

Es fundamental incluir el empoderamiento económico en las intervenciones educativas que responden al matrimonio infantil.

La pobreza no es el único factor responsable, pero sigue siendo clave en el matrimonio infantil, temprano y forzado, que afecta de forma desproporcionada a niñas y jóvenes y que sigue siendo una práctica totalmente asociada a los roles de género.

“Para impulsar a niñas y jóvenes a usar su voz, tomar sus propias decisiones y ejercer su capacidad de agencia, es fundamental garantizar todo un sistema y enfoque que contemple el ciclo de vida de las jóvenes mediante la promoción de sus habilidades y la protección social de niñas y jóvenes que podrían ser víctimas del matrimonio infantil, temprano o forzado”, puntualizó.

Unicef concluyó que hay una gran correlación entre el tiempo que las niñas permanecen en la escuela y una mayor reducción del matrimonio precoz.

“Y para las adolescentes, la evidencia que surge indica que la educación secundaria es mucho más beneficiosa para poner fin al matrimonio infantil que solo la primaria”.

Se estima que habría 14 por ciento de matrimonios menos si todas las niñas tuvieran solo educación primaria, comparado con 64 por ciento menos que se lograría si terminarán también la secundaria.

“Y no basta solo con estar escolarizada, la evidencia muestra que la calidad de la educación tiene consecuencias importantes. A las adolescentes que les va mal en la escuela, no aprenden bien y quedan rezagadas, los padres terminan por sacarlas y obligarlas a casarse”.

Según Maksud es posible lograr el ODS 5.3 para 2030 si se toman ciertas medidas como “mejorar el acceso de las niñas a la educación, y en particular a la secundaria, aumentar la inversión estatal en programas de protección de adolescentes, así como un fuerte mensaje público sobre la ilegalidad del matrimonio infantil y sus perjuicios”.

Fuente: http://www.ipsnoticias.net/2020/01/matrimonio-infantil-dificil-de-erradicar-para-2030/

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¿Están las redes sociales alentando el matrimonio infantil en los campos de refugiados sirios?

Asia/Siria/05 Diciembre 2019/El país

Con su uso creciente, los padres de los asentamientos en Irak sienten que tienen menos control sobre sus hijas, esto puede contribuir a que las casen antes para evitar «la vergüenza»

Según la ONU, el desplazamiento a gran escala causado por el conflicto sirio ha llevado a un aumento alarmante de casos de matrimonio infantil en los campos de refugiados sirios. La pobreza, la inseguridad y la creencia de que tal vez, sus hijas tendrán una vida mejor en otro lugar, puede llevar a algunas familias de refugiados a casar a sus hijos.

Pero, ¿y si hubiera otra causa con la que relacionar el incremento de matrimonios infantiles?  Hablamos de las redes sociales.

Protegiéndose con una manta, en el piso de un centro de refugio para mujeres en uno de los campos de refugiados de Irak, se encuentra Aya, de 17 años, que huyó de Siria a pie cuando tenía solo diez años.

«La vida de casada ha sido difícil», dice Aya. «Cuando tenía 15 años, no quería casarme, pero mis padres me obligaron. Me dijeron que era ya mayor y que tenía que casarme, que no tenían otra opción para mí. Tuve que dejar la escuela». «Desde el principio, mi esposo venía a casa y me forzaba, me pegaba y me pegaba. Él tenía 23 años cuando nos casamos».

Fátima, la trabajadora social que atiende a Aya, dice que en el centro de mujeres donde Aya busca refugio hay dos archivos sobre ella: uno del abuso infligido por su padre antes del matrimonio y otro del abuso infligido por su esposo.

Aya agarra con fuerza la mano de su trabajadora social.
Aya agarra con fuerza la mano de su trabajadora social. DANIEL WHEELER WORLD VISION

Las grandes brechas de edad conyugal, los desequilibrios culturales de poder de género y el aislamiento social hacen que las niñas que se casan antes de los 18 años tengan un riesgo mucho mayor de ser víctimas de violencia doméstica que las que se casan a una edad más avanzada.

Fátima, que trabaja para una ONG iraquí en uno de los diez campamentos de refugiados sirios de Irak, cree que las redes sociales pueden ser un factor pasado por alto detrás del matrimonio infantil en el campamento. «Debido a las redes sociales, los padres sienten que tienen menos control sobre sus hijos», explica. “Si las familias casan antes a sus hijos el riesgo de que les avergüencen en las redes es menor”. Esta forma preventiva de evitar la posible vergüenza está creando una nueva pauta dañina en los campamentos.

Casi a 160 kilómetros de distancia, en otro de los campos de refugiados de Irak, Ronny, de 17 años, afirma que no estaba nervioso antes de su boda concertada hace dos meses porque «es normal ahora» casarse tan joven.

El padre de Ronny, Ahmed, compró a la esposa de su hijo por 2.300 euros. «Mi mujer está enferma y necesita ayuda en la casa», explica. «Hablé con mi amigo (que también es pariente) y le dije que teníamos un hijo y que quería que se casase. Al principio se negó porque le parecía que su hija era demasiado joven. Pero luego le dije que podía pagar».

Cuando se le preguntó por qué creía que el matrimonio infantil en el campo se estaba volviendo “normal”, Ahmed comentó que «la situación en Siria antes de la guerra era muy buena, pero ahora en el campo, las cosas son malas y la gente necesita dinero». Otra razón, explica, son los teléfonos móviles. «Antes de la guerra vivíamos en un pequeño pueblo y todos nos conocíamos. Ahora vivimos con mucha gente y no nos conocemos. Nuestros hijos se hablan constantemente entre ellos por WhatsAppSnapchatFacebook. No sabemos lo que hablan».

Mays al-Nawayseh, Asesor de Protección en Siria de World Vision, agrega: «A menudo, hay una falta de comprensión cuando se trata de las redes sociales. Las niñas en el campamento a veces piensan que cuando eliminan un mensaje o una conversación en su teléfono, se ha ido para siempre, sin darse cuenta de que los mensajes aún existen en el teléfono de las otras personas».

Esta falta de comprensión puede llevar a las niñas vulnerables a ser chantajeadas. Esta situación solo tiene que suceder unas cuantas veces en el campamento para que los padres se den cuenta y empiecen a temer que las niñas están avergonzando a la familia.

Según el ACNUR, Iraq alberga actualmente a 228.573 refugiados sirios  registrados.
Según el ACNUR, Iraq alberga actualmente a 228.573 refugiados sirios registrados. DANIEL WHEELER WORLD VISION

Niños nacidos de niños, riesgos para la salud

El matrimonio infantil tiene consecuencias devastadoras especialmente para las niñas. Según la Organización Mundial de la Salud, las complicaciones en el embarazo y en el parto son la principal causa de muerte entre mujeres jóvenes de 15 a 19 años. Los bebés supervivientes sufren con frecuencia desnutrición causada principalmente por la inexperiencia de las madres, niñas que no saben cómo cuidar a sus bebés y que además, no tienen recursos para hacerlo.

Varias organizaciones internacionales están trabajando para combatir el matrimonio infantil en los campamentos, mostrando a los padres las complicaciones médicas del parto prematuro, aliviando la situación de pobreza y abordando las normas culturales. Todo ello es vital en la lucha contra el matrimonio infantil, pero ¿se puede hacer más para instruir a las familias sobre los riesgos de las redes sociales?

Mays al-Nawayseh dice: “Necesitamos un enfoque integral para abordar el matrimonio infantil entre las comunidades afectadas por la crisis de Siria. Es un problema creciente, y los temores sobre las redes sociales, las comunicaciones móviles y la pérdida del control parental están ayudando a alimentar el problema. En última instancia, las chicas jóvenes están pagando el precio, a veces con sus vidas».

Fuente: https://elpais.com/elpais/2019/11/28/3500_millones/1574932411_135873.html

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Ghana: Matrimonios infantiles: ninguna niña ha completado Sawoubea JHS en 25 años

Africa/Ghana/ALLAfrica

Ninguna niña ha completado la escuela secundaria Sawoubea Junior High School (JHS) en el distrito Wa East de la región del Alto Oeste desde su creación hace unos 25 años, la Oficial Regional de Educación de las Niñas del Alto Oeste en el Servicio de Educación de Ghana (GES), Señora Annacleta Viiru ha revelado.

Ella dijo que el nivel educativo más alto que las niñas en el área habían alcanzado fue JHS dos antes de ser enviadas para casarse.

Madame Viiru, quien reveló esto a la Agencia de Noticias de Ghana en una entrevista en Wa el fin de semana, dijo que la situación era preocupante ya que a las niñas se les negó su derecho a la educación y el desarrollo.

«El año pasado, alrededor de ocho niñas fueron enviadas para casarse y los maestros informaron al Oficial de Asuntos de Género del Distrito del Este de Wa, y ella también lo reportó a DOVSU y nosotros recogimos el asunto», dijo.

Sin embargo, lamentó que en el momento de la intervención, dos de las niñas estaban embarazadas y una ya había dado a luz.

Según ella, los autores del acto fueron advertidos y obligados a firmar un vínculo de buena conducta para liberar a las niñas para que regresen a la escuela y completar su educación antes de casarse.

«Recientemente, una niña de 15 años en Boo, en el Municipio de Lawra, fue entregada para casarse, pero cuando los padres de la niña y la gente del hombre fueron interrogados dijeron que no hay nada de malo en eso», dijo Madame Viiru.

El Oficial de Educación de las Niñas atribuyó el desafío a las prácticas culturales y pidió esfuerzos concertados por parte de las partes interesadas para permitir que las niñas tengan acceso a la educación para desarrollar todo su potencial.

Ella dijo que varios factores, como el embarazo adolescente, la fuga; los derechos de sustracción y pubertad estaban afectando la educación de las niñas en la región y exigían un castigo más estricto para los perpetradores de los actos que sirvieran de disuasión para los demás.

En un reciente foro de educación en Wa, Madam Viiru dijo que de un total de 6,418 niñas que se inscribieron para el Examen de Certificado de Educación Básica (BECE) de 2019, 83 estaban ausentes; de este número, 35 de ellas estaban embarazadas, mientras que las 48 restantes se debieron a otras razones.

Ella dijo que 13 niñas también estaban embarazadas pero se presentaron a los exámenes, ocho de ellas estaban amamantando y una dio a luz durante los exámenes.

Dijo que la Unidad de Educación de las Niñas había puesto en marcha medidas pragmáticas para detener la situación, incluida la formación de una Red de Educación de Niñas, que comprende varias partes interesadas, así como clubes de niñas en algunas escuelas, con mentores seleccionados para ayudar a impulsar su autoestima. estima, autoestima y nivel de confianza para ayudar a combatir el desafío.

Madam Viiru, sin embargo, dijo que su unidad estaba cargada de limitaciones de recursos y logística que impedían los esfuerzos para monitorear efectivamente la educación de las niñas en la región.

Fuente: https://allafrica.com/stories/201910290456.html

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