Page 20 of 40
1 18 19 20 21 22 40

Abramos una ventana a las mariposas

Por: Carmelo Marcén 

Las mariposas pueden ser una buena excusa para hablar de los efectos del cambio climático en la naturaleza y para comprender las interrelaciones en el medio ambiente.

Los programas escolares tienen cosas buenas y otras no tanto. Entre las primeras es que enteran de bastantes asuntos al alumnado, de esos que se queda con algunos y otros los orilla o se le olvidan. Lo que le enseñan, y aprende, lo utiliza a su conveniencia curso tras curso; así va configurando su formación escolar, construyendo su bagaje personal en forma de capacidades acrecentadas. Pero los currículos tienen también su parte un poco menos acertada –acaso por incierta en su configuración– y escasamente útil para entender lo que sucede en el día a día; presentan el mundo de las cosas y los fenómenos como acabados, anclados en materias, poco prestos para animar el mundo de las ideas en forma de pensamiento particular. Especialmente llamativa, y poco esperanzadora, es la visión cerrada e inamovible, demasiadas veces meramente descriptiva, que dan del mundo natural, de los bichos no domésticos, dicho así genéricamente, o de la interacción entre individuos diversos y ambiente cambiante.

En ese mundo de la naturaleza estática que los currículos presentan no emergen finales abiertos, incógnitos, si bien unos y otros tipos son causa y consecuencia de lecciones de vida. Podría ser un día cualquiera en un curso indeterminado. Alguien, en su clase, sentiría cierta insatisfacción sobre el complejo asunto de la naturaleza escolar; no estaría seguro de que sus alumnos lo entendiesen. Por eso, se le ocurriría abrir una ventana en su aula para que entrasen mariposas, de las de verdad; si bien, lo que pudo ser sencillo en otros tiempos ahora le resultaría difícil.

Cada vez hay menos mariposas; perdieron el reloj del tiempo de tal forma que ni siquiera interactúan con las plantas; sustento y fin de su corta vida. Antes, al decir de Pablo Neruda, uno podía contemplar su marcha volante, como una llamarada. Una y otra vez se posaban en las flores, libando el néctar necesario; pero al final la Mariposa de otoño del chileno se desvanecía.

Pregunten en clase cuánto tiempo hace que alguien estuvo cerca de una de ellas, si acaso se ven muchas en las salidas al campo, en las visitas a los parques. Dicen los científicos que por la Península revolotean unas 4.700 especies de lepidópteros, pero también alertan de que desde 1990 sus poblaciones se han reducido un 40% en las praderas, su hábitat más querido. Han identificado también las causas de su desaparición: la intervención humana que se concreta en el uso de pesticidas y la alteración o destrucción de hábitats.

Ahora, en la escuela quedaron como un recordatorio de que se encuadran en la clase insectos –los hay millones de millones–, y en el orden lepidópteros, que le da un toque de distinción a las mariposas. Poco más, acaso permanecen quietas en forma de unas cuantas imágenes en los libros.

Estos insectos no han recibido el reconocimiento fecundador que se merecen, siempre oscurecido por los ropajes de colores que portan la mayoría; acaso las antiguas culturas centroamericanas han sido una excepción, en el arte europeo revolotean en Mariposas y amapolas de Van Gogh. Este olvido a pesar de que su poder polinizador, tanto de las mariposas diurnas como nocturnas, que beneficia a las plantas que aseguran su existencia construyendo semillas, y a los animales que aprovechan sus frutos. Qué decir de lo que aportan en la generación de nuestra dieta diaria, y en la salud colectiva.

Busquen las mariposas en sus libros, en sus currículos, lleven a la escuela visiones diversas, curiosidades si quieren, sobre el maravilloso mundo de los lepidópteros y sus adaptaciones. No se olviden de las migraciones, de las diferencias entre inviernos y veranos, fríos y calores, noche y día, terrenos sobrados de agua o desérticos, etc. Pidan al alumnado que adopte de forma virtual alguna, que se entere de su vida para presentarla a los demás. Cuando las lecciones se abordan de forma participada y crítica se relacionan muchas cosas, se valoran las ventajas de la asociación de interdependencia que siempre se da en las redes y cadenas tróficas, incluidas aquellas en las que participamos los humanos. Por ejemplo, las prácticas agrícolas con los ciclos de los seres polinizadores.

Hagamos caso a los estudios científicos como el que se publicó hace 3 años realizado por investigadores el Centro de Investigación Ecológica y Aplicaciones Forestales (CREAF) de Cataluña, el Museo de Ciencias Naturales de Granollers (MCNG) y la Universidad de las Islas Baleares en la revista Oikos. Tras observaciones continuadas durante 17 años, concluía que las mariposas y las flores ya no se coordinan como antaño, no actúan al mismo tiempo, debido sin duda al cambio climático. Imaginen con el alumnado qué cambiaría en la naturaleza y cómo se podrían ver afectadas sus vidas si se confirma/generaliza este desacoplamiento en la biodiversidad. Todo por la desaparición de las “sencillas” mariposas.

Abran una ventana continuada al mundo de las mariposas, de los insectos, en su escuela. Antes o después, pueden leer el cuento La lengua de las mariposas de Manuel Rivas; aprecien las metáforas de la relación entre el maestro y sus alumnos en una escuelita enclavada en el atroz mundo de la preguerra civil española del siglo pasado.

Fuente: https://eldiariodelaeducacion.com/ecoescuela-abierta/2019/11/22/abramos-una-ventana-a-las-mariposas/

Comparte este contenido:

El mundo, dirigido al desastre por la desidia climática

Noticia/27 Noviembre 2019/Viento Sur

Para contener el calentamiento por debajo de 2 ºC sobre niveles preindustriales, la ambición climática global de las naciones deberá triplicarse. Para limitarlo a 1,5 ºC, deberá ser hasta cinco veces mayor. Así lo asevera un nuevo informe de la ONU sobre la brecha de emisiones “The Emissions Gap 2019”, hecho público este martes [ver el enlace al resumen del informe de la ONU al final del artículo] . Es la décima edición de estos documentos que retratan la diferencia entre la acción climática necesaria y la que están llevando a cabo los gobiernos.

Pese a las advertencias científicas, las emisiones globales de gases invernadero se han incrementado en la última década a un ritmo de 1,5% por año. En 2018 se marcó un nuevo récord de emisiones. Ese año, el sector de la energía –el mayor responsable del calentamiento–, aumentó un 2% sus emisiones.

El informe concluye que, incluso si los países cumplieran con sus NDCs —los compromisos de reducción de emisiones que cada nación propone en el marco del Acuerdo de París—, el 1,5 ºC sería sobrepasado antes del año 2030. Esto es: setenta años antes de lo que debería para evitar los efectos más catastróficos de la crisis climática. Para finales de siglo, la temperatura estaría 3,2 ºC por encima de niveles preindustriales.

Y eso en un escenario optimista, en que los gobiernos respeten sus promesas. “Tal y como están las cosas, cabe esperar que las temperaturas aumenten entre 3,4 y 3,9 °C este siglo, lo que traerá consigo impactos climáticos de gran alcance y destructivos”, advierte la ONU.

Pero todavía hay una solución. Para que el calentamiento no supere a 1,5 ºC, en la próxima década las emisiones deberían disminuir en un 7,6% cada año. Para que no sobrepase los 2 ºC, la reducción anual necesaria sería del 2,7%.

Justicia climática

El informe pone también de manifiesto la desigualdad en el reparto de las emisiones de gases de efecto invernadero. Asegura que los países del G20 —que comportan el 85% del producto bruto mundial— son responsables del 78% de todas las emisiones globales. Sin embargo, siete de estos países ni siquiera cuenta con las políticas para lograr sus compromisos nacionales de reducción (sus NDCs).

Bajo el principio de justicia climática contemplado en el propio Acuerdo, la ONU recuerda que los países en desarrollo todavía “tienen el derecho” de incrementar sus emisiones, aunque también tendrán que reforzar sus promesas. Al mismo tiempo, los países industrializados deberán acelerar su reducción de emisiones, y esto pasa por acabar con la deslocalización de la producción: “Los países desarrollados no pueden limitarse a reducir sus emisiones nacionales exportando la producción de contaminación por carbono a las economías emergentes. Las huellas tienen que caer, lo que implica cambios en el estilo de vida”, sentencia.

Electrificación y renovables

Algunas de las claves para frenar el aumento de temperatura están en la forma en que producimos y consumimos energía. La ONU recalca que cambiar el modelo energético hacia uno basado en fuentes renovables podría reducir las emisiones de CO2 derivadas del sector energético en 8,1 Gt en 2050. También resalta el potencial de la electrificación tanto en el sector de la construcción como en el del transporte. En este sector, la medida podría recortar las emisiones hasta un 72% en 2050.

Por otro lado, destaca el ejemplo de “refuerzo constante de los planes de mitigación” que es la Unión Europea, donde desde el informe de la brecha de emisiones de 2015 se ha observado una tendencia a la baja en las previsiones actuales de emisiones de aquí a 2030. Con todo, recomienda algunas medidas como reformar el Régimen de comercio de derechos de emisión (ETS) para rebajar las emisiones procedentes de la industria.

La semana que viene las partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático se darán cita en Madrid (COP25). El objetivo es terminar de cerrar el contenido del Acuerdo de París. El pacto se implementará en 2020 y pretende que, de aquí a finales de siglo, el aumento de temperatura global no supere los dos grados centígrados o, a ser posible, el grado y medio. Si los líderes no multiplican su ambición, tendremos que vivir con las consecuencias del fracaso.

Fuente: https://vientosur.info/spip.php?article15349

Comparte este contenido:

La emergencia climática no llega a la escuela

Por: Ana Torres Menárguez

Los expertos reclaman una reforma integral del currículum académico para que la sensibilidad con el medio ambiente impregne toda la escuela

Esther Estebaranz, maestra de 58 años del colegio público madrileño Bravo Murillo, cree que mientras los políticos presumen de programas electorales con iniciativas para proteger el medio ambiente, dejan de lado lo más importante: la educación ambiental en la escuela. «Es un tema muy vistoso que da muy buena imagen, pero luego la realidad es otra: en mi colegio hemos luchado durante años para que la Administración instale termostatos en las aulas, el derroche de energía con la calefacción en invierno era tremendo», cuenta. También critica el programa académico. En todo el ciclo de Primaria, solo aparecen contenidos específicos sobre cambio climático en un tema dentro de la asignatura de inglés, asegura. En su centro, hace años pusieron en marcha una actividad durante los recreos para concienciar sobre el cuidado del planeta; los chavales se turnan para recoger los residuos arrojados en el patio. «Todo depende de la voluntad de los colegios, no hay una estrategia nacional», añade.

El escenario que describe Estebaranz no es un caso aislado. Aunque no existen datos oficiales sobre la dimensión y la calidad de la educación ambiental en los centros públicos españoles, sí hay un informe de la Red Española para el Desarrollo Sostenible (dependiente del Ministerio para la Transición Ecológica) que denuncia que lejos de programas estructurados, en los colegios «priman las acciones puntuales» como celebraciones de efemérides ambientales o actividades concretas en las que solo participan grupos reducidos de alumnos. El informe Hacia una educación para la sostenibilidad (publicado en este año) alerta, además, de la falta de programas de formación del profesorado y critica que en muchos casos las iniciativas las lideran «docentes concienciados», y que cuando estos abandonan el centro los programas decaen.

«El modelo que se ha impulsado desde cada una de las autonomías es muy diferente, en su mayoría, son pequeñas acciones para reverdecer los programas académicos», apunta Carmelo Marcén, coautor del estudio. El también investigador de la Universidad de Zaragoza cree que el principal problema es que no existe un organismo estatal que supervise los programas ambientales escolares y que aunque muchos centros han mejorado la gestión ambiental de sus instalaciones, no es suficiente. «Es imprescindible que se modernicen los currículos, y eso no depende de los colegios, sino del ministerio y de las autonomías», recalca.

La semana pasada, la educación ambiental cobró protagonismo después de que el ministro de Educación de Italia, Lorenzo Fioramonti, anunciara que el cambio climático será materia de examen para los escolares de ese país el próximo curso, y que todas las escuelas dedicarán 33 horas al año, en torno a una hora a la semana, a abordar la cuestión. Italia, dijo, se convertirá en el primer país del mundo en incluir el estudio de la crisis climática en la educación obligatoria. Otra de las novedades es que esos contenidos se verán en asignaturas como Geografía, Matemáticas o Física, que pasarán a  estudiarse “desde una nueva perspectiva vinculada al desarrollo sostenible”, para analizar, por ejemplo, los efectos de la acción del hombre en las diferentes zonas del planeta.

La aprobación de la actual ley educativa, la Lomce —impulsada por el PP en solitario en 2013— supuso una reducción de los contenidos ambientales en el currículum respecto a la Loe, aprobada por el PSOE en 2006. El principal cambio se dio en una de las competencias básicas, Conocimiento e Interacción con el Mundo Físico (que incluía contenidos sobre medio ambiente), que fue sustituida por Competencia Matemática, Ciencia y Tecnología. «El ministro Wert (PP) dio más importancia a lo tecnológico, y ahora depende de la voluntad de los docentes trabajar proyectos medioambientales», señala Federico García, responsable del área social de la Sociedad Española de Ornitología SEO Birdlife, la ONG que en 2017 presentó una moción en el Congreso de los Diputados para promover la «naturalización del currículo», que significa más educación ambiental en los colegios y una asignatura específica en Secundaria. La petición fue escuchada pero no supuso ningún cambio en el currículo.

La Lomce, además, eliminó la asignatura Ciencias para el Mundo Contemporáneo en Bachillerato, una materia que hasta ese momento era obligatoria para los alumnos de Ciencias y que incluía contenidos medioambientales. En su lugar, se implantó la optativa Ciencias de la Tierra y del Medio Ambiente, y el peso curricular pasó de cuatro horas semanales a dos. La Lomce supuso también la división de la asignatura de Conocimiento del Medio en Ciencias Sociales y Ciencias naturales. «Los legisladores no entendieron que sociedad y naturaleza van de la mano, no se pueden desligar», critica Carmelo Marcén.

Los expertos, lejos de valorar si los contenidos ambientales deben darse en una u otra asignatura, recalcan que para que tenga un impacto en la vida de los jóvenes, es imprescindible que se enseñe de forma transversal, que impregne todo el programa académico. En su informe Educación para los objetivos del desarrollo sostenible, la Unesco considera que son necesarias «experiencias directas» que afecten en lo emocional a los alumnos. «Las competencias no se pueden enseñar, sino que los alumnos las adquieren con acción, experiencia y reflexión», señala el documento. Los estudiantes tienen que ser capaces de crear en grupo «acciones innovadoras» que fomenten la sostenibilidad a escala local. «Deben adoptar una postura propia en el discurso del clima», añade.

«En el modelo tradicional de escuela, impera la lógica de transmitir información, pero los retos actuales requieren planteamientos más profundos relacionados con el comportamiento; el vínculo emocional es el que te transforma», apunta Eduard Vallory, director del Centro para la UNESCO de Cataluña. «Sucede lo mismo con el bullying o la violencia de género; los power points no sirven para nada, hace falta acción y para eso hay que cambiar el paradigma de cómo enseñamos y aprendemos», añade. En su opinión, el medio ambiente tiene que estudiarse como un todo, porque «no se puede desvincular qué son las bacterias de cómo los humanos han creado el plástico, uno de los elementos que nos está matando».

«No podemos decir que no se traten contenidos ambientales en Secundaria: en primero de la ESO está la asignatura obligatoria Geología y Biología, donde se ve el efecto invernadero o la contaminación de las aguas; en Biología de tercero de la ESO hay un tema sobre ecosistemas y acciones que favorecen la conservación del medio ambiente; a partir de ahí, ya depende de la rama y las optativas que escoge el alumno», explica José Luis Gutiérrez, profesor y jefe del departamento de Biología del instituto público Sierra de Guadarrama en la localidad madrileña de Soto del Real. A su juicio, el problema es que en el actual sistema educativo la educación ambiental se da de forma aislada, desde departamentos estancos. «Se debe abordar desde diferentes asignaturas, si no el alumno percibe que es un tema que solo preocupa a los biólogos, pero ¿qué pasa con los costes económicos de una crisis ambiental? Eso se puede tratar desde Matemáticas o Historia», opina.

Fuente: https://elpais.com/sociedad/2019/11/06/actualidad/1573065284_397571.html

Comparte este contenido:

España: El despliegue del 5G se realiza sin garantías ambientales ni sanitarias

Europa/España/10-11-2019/Autor(a) y Fuente: www.tercerainformacion.es

Por: Tercera Información

  • Ecologistas en Acción pide al Ministerio de Economía y Empresa la revisión de oficio del Plan Nacional 5G y de todos los actos que se han aprobado en desarrollo del mismo.
  • El plan no tiene la preceptiva evaluación ambiental estratégica ni una evaluación de impacto en la salud.
  • Al mismo tiempo, no existe la Comisión Interministerial de Radiofrecuencias y Salud, que debería velar por las condiciones de despliegue de las redes inalámbricas.

El despliegue de la tecnología 5G se está realizando en España de forma muy irregular y sin las garantías suficientes. Alertado sobre ello, el Defensor del Pueblo, en su resolución de 21-8-2019, concluye que el Plan Nacional 5G no se sometió a evaluación ambiental estratégica y que dicha decisión se adoptó unilateralmente por el órgano promotor del plan, el Ministerio de Economía y Empresa, sin consultar con el órgano ambiental, el Ministerio para la Transición Ecológica, sobre la procedencia de efectuar dicha evaluación. Por tanto, el plan incumple los requisitos exigidos por la Ley 21/2013 de evaluación ambiental estratégica e incluso podrían suscitarse dudas en relación con la falta de aprobación formal.

Del mismo modo, tampoco se ha realizado la evaluación del impacto en salud que prevé el artículo 35 de la Ley 33/2011, de 4 de octubre, General de Salud Pública.

Ecologistas en Acción ha presentado ante la Secretaría de Estado para el Avance Digital del Ministerio de Economía y Empresa un recurso extraordinario de revisión contra el Plan Nacional 5G y todos los actos que se han aprobado en desarrollo del mismo. A su vez, ha solicitado a la ministra Nadia Calviño la revisión de oficio del Plan Nacional 5G y de todos los actos que se han aprobado en su desarrollo.

Ecologistas en Acción también ha enviado una carta tanto a la ministra de Sanidad, Consumo y Bienestar Social como a la ministra de Transición Ecológica. En ella se les solicita que, teniendo en cuenta las consideraciones de la resolución del Defensor del Pueblo, en la que considera que “el análisis de estos aspectos y del potencial riesgo para la salud del empleo de la tecnología 5G a través de la banda de 26 GHz excede las funciones de esta institución y requiere la intervención de órganos y administraciones públicas distintas de la Secretaría de Estado, entre ellas las sanitarias”, se elabore conjuntamente con el Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social el proyecto de reglamento por el que debe regularse la Comisión Interministerial sobre Radiofrecuencias y Salud, y que se apruebe por el Consejo de Ministros.

Ecologistas en Acción intentará por los medios legales y judiciales a su alcance que se cumpla la normativa que tiene como fin la protección del medio ambiente y de la salud pública ante este despliegue de la tecnología 5G que se ha dejado irresponsablemente al libre albedrío de las empresas de telecomunicaciones, dando por sentada su inocuidad, algo que cada vez está más en cuestión.
Fuente e Imagen: https://www.tercerainformacion.es/articulo/tecnologia/2019/10/28/el-despliegue-del-5g-se-realiza-sin-garantias-ambientales-ni-sanitarias
Comparte este contenido:

Memoria Federación Internacional de Fe y Alegría 2018 (PDF)

Reseña:

En esta memoria queremos compartir una infografía que recoge los temas y enfoques centrales de la Declaración Final de El Escorial, así como tres experiencias que evidencian nuestro trabajo en las fronteras. Una frontera geográfica, otra frontera socio-educativa y otra frontera de gestiones federativas en nuevos territorios.

Todo lo bonito y esperanzador que vemos en esta Memoria conlleva muchos retos. Pero, por su relevancia en esta etapa federativa, también se presenta la organización y liderazgo necesarios para dinamizar el momento actual. De manera especial se remarca la dinámica de los ejes prioritarios que se concretizan en las iniciativas federativas en redes y esta Memoria recoge los avances que hemos tenido en 2018. Finalmente, les invito a poner el pacto global por la educación, recientemente convocado por el Papa Francisco con base a su carta encíclica Laudato Si sobre “El Cuidado de la Casa Común”, en el corazón de Fe y Alegría, uniéndonos con todos los corazones que sueñan y luchan por un mundo mejor para todos y todas.

Querida familia Fe y Alegría, ¡somos parte de la humanidad al servicio de la misión de Jesús! Que la gracia de Dios nos ilumine y nos fortalezca hoy y siempre. Feliz misión en las fronteras.

Autores (as): Federación Internacional de Fe y Alegría Fe y Alegría en los países.

Editorial/Editor: Federación Internacional de Fe y Alegría Fe y Alegría en los países.

Año de publicación: Octubre 2019

País (es): Colombia

Idioma: Español

Descarga: Memoria Federación Internacional de Fe y Alegría

 

Comparte este contenido:

Colombia: Iberoamérica discutirá en Bogotá los desafíos en educación y medioambiente

Redacción: El Diario

Científicos, académicos, empresarios y políticos de diferentes partes del mundo se darán cita mañana en Bogotá para el XX Foro Iberoamérica, en el que se reflexionará sobre los desafíos en educación, medioambiente, energía y gobierno de la región.

Para este año, el Foro tiene como eje el «conocimiento y sociedad del futuro», y asistirán representantes de España, Portugal, México, Brasil, Argentina y Colombia, entre otros.

Entre los invitados a la cita, que culminará el domingo, figuran los nobel Johannes Georg Bednorz (Física, 1987), Mario Molina (Química, 1995), Harald Zur Hausen (Medicina, 2008), Muhammad Yunus (Paz, 2006) y Carlos Nobre (Paz, 2007).

El primer día intervendrán el expresidente uruguayo Julio María Sanguinetti; el inmunólogo colombiano Manuel Elkin Patarroyo, descubridor de la primera vacuna contra la malaria y organizador de esta edición del foro; el expresidente del banco CAF Luis Enrique García Rodríguez y el presidente de Colombia, Iván Duque.

Desde el año 2000, cuando se creó el Foro Iberoamérica, la cita se convirtió en un escenario para expresar alternativas de fortalecimiento, reflexión y debate a los gobiernos de más de 20 países.

Con esto se busca que los gobiernos analicen políticas que permitan el desarrollo científico, tecnológico, económico, político, social y cultural.

En la agenda en la capital colombiana destacan el panel «Generación y preservación de las nuevas energías» a cargo de los nobel Bednorz y Alfonso Nobre.

Entre tanto, en el coloquio «Literatura: relación de la cultura con el desarrollo» participarán los escritores colombianos Juan Gabriel Vásquez y Juan Esteban Costaín, la brasileña Nélida Piñón y el nicaragüense Sergio Ramírez, exvicepresidente de su país.

De igual forma, los organizadores llevarán a cabo el panel «Gobernabilidad y populismo» con la participación de la vicepresidenta colombiana, Marta Lucía Ramírez; el expresidente de Bolivia Jorge Quiroga, y el vicepresidente del Partido Popular Europeo, Paulo Rangel.

La primera edición del foro se realizó en Ciudad de México en el año 2000 y el año pasado tuvo lugar en Madrid.

Fuente: https://www.eldiario.es/tecnologia/Iberoamerica-discutira-Bogota-educacion-medioambiente_0_958555260.html

 

Comparte este contenido:

¿Quieres frenar el cambio climático? Estas profesiones pueden ayudarte

Nacho Meneses

El desarrollo de una mayor conciencia medioambiental facilita la multiplicación de perfiles relacionados con la conservación del entorno y la gestión de recursos

Nuestro planeta está calentándose, y (casi) todos somos conscientes de ello. Si hace unos años apelábamos al consenso científico cuando hablábamos de calentamiento global, ahora llamamos al sentido común. “La problemática con los residuos plásticos, la escasez de agua, las catástrofes naturales o la pérdida de biodiversidad son temas que preocupan a una población cada vez más mentalizada acerca de la necesidad de proteger el entorno” e implementar un estilo de vida sostenible, afirma Beatriz Fernández, coordinadora de Programas SIG y Evaluación Ambiental del Instituto Superior de Medio Ambiente. Mañana, 24 de octubre, se celebra el Día Internacional contra el Cambio Climático.

Cuidar del planeta está de moda, y eso es bueno. Más allá de la exposición mediática de figuras como la adolescente sueca Greta Thunberg y sus Fridays for Future, un movimiento que se ha expandido como la pólvora por todo el mundo, “el compromiso medioambiental ha arraigado profundamente en la conciencia de la sociedad y, especialmente, en la de los más jóvenes. Los problemas derivados de la contaminación y el cambio climático no hacen sino reforzar la necesidad de actuar”, argumenta el doctor Justo García Navarro, director del Grupo de Investigación sobre Sostenibilidad en la Construcción e Industria de la Universidad Politécnica de Madrid.

Así, el impulso de las agendas medioambientales de empresas y gobiernos ha multiplicado las oportunidades para desarrollar carreras vinculadas a la conservación de la naturaleza. “Las salidas profesionales eran antes muy escasas. Ahora hay mucha más investigación con todo aquello relacionado con el cambio climático y la pérdida de biodiversidad, y además se divulga mucho más, facilitando el desarrollo de los campos relacionados con el medio ambiente”, explica María José caballero, bióloga y directora adjunta de Campañas en Greenpeace España. “Cuando se habla de todo esto, en lo primero que piensas es en plantar árboles y crear jardines, pero hay mucho más”, recuerda Alejandro Carbonell, CEO de la startup valenciana Green Urban Data. “Desde psicólogos que estudian el impacto de las zonas verdes en las personas, hasta investigadores que evalúan los efectos de la contaminación en la salud”.

El medio ambiente es cuestión de todos

Biólogos, geólogos, ambientólogos, ingenieros forestales y agrónomos, graduados en Ciencias del Mar o geógrafos (en campos como la teledetección y la elaboración de cartografía) son algunos de los perfiles profesionales relacionados con el cuidado de la naturaleza. Pero también químicos, informáticos, arquitectos, ingenieros químicos, economistas y una gran variedad de puestos técnicos y especialistas pueden darles a sus carreras un enfoque medioambiental, bien a través de los propios planes de estudio o por medio de especializaciones de posgrado. “Son profesiones que han visto condicionados sus perfiles por las nuevas exigencias sociales y medioambientales para que sus sistemas productivos sean más amigables con el entorno”, argumenta García Navarro.

Todo apunta a las renovables, ya que Bruselas se ha propuesto la descarbonización completa de la economía comunitaria para 2050. “Europa tiene que aprender a depender de sí misma en temas energéticos, y el camino es el de las energías renovables y la eficiencia energética. Cuanto más se invierta en esto, mejor”, sostiene Juan José Coble, director del Máster en Energías Renovables y Eficiencia Energética en la Universidad Nebrija. Según el último informe de la Agencia Internacional de Energía Renovable (IRENA, por sus siglas en inglés), en 2018 había ya 11 millones de personas trabajando en el campo de la energía renovable en todo el mundo. Técnicos de proyectos en energías renovables, especialistas en operación y mantenimiento, ingenieros de diseño, project managers o técnicos comerciales de los que 3,6 millones se sitúan en el sector fotovoltaico, dos millones en el sector de biocombustibles líquidos, dos en centrales hidroeléctricas y 1,16 en el sector eólico, además de otros 800.000 profesionales dedicados a la energía solar. Un sector en el que además se está equilibrando la balanza de género, con un 32 % de los puestos ocupados por mujeres.

En Europa, el 100 % del mix energético de Islandia es renovable. Noruega alcanza el 97 %, y aunque España se queda en un 32,1 %, hay que destacar que Red Eléctrica de España, el operador del sistema encargado de gestionar las autorizaciones, ha concedido ya permisos de acceso para 44.700 MW (el equivalente a 44 centrales nucleares), de los que 27.400 MW son de solar fotovoltaica, y tiene en tramitación otros 62.600 MW (53.600 de fotovoltaica). Unas cifras llamativas que duplican de largo el objetivo previsto por el Gobierno para 2030. “España es un país con sol y viento, y eso hay que aprovecharlo”, apunta Coble, que recuerda que “también harán falta abogados y especialistas en eficiencia energética que trabajen en grandes empresas o pequeñas cooperativas”.

Nuevas necesidades, nuevos perfiles

En el centro de este esfuerzo por alcanzar un estilo de vida sostenible se hallan las investigaciones para desarrollar nuevos materiales que, a la vez que cumplen con sus propósitos, sean compostables o reciclables, de manera que no dañen el medio ambiente. En el Centro Tecnológico de Investigación Multisectorial CETIM, en A Coruña, entre el 70 y el 80 % de los 52 proyectos que tienen en marcha están relacionados con el medio ambiente. De los residuos de la industria papelera y maderera, por ejemplo, obtienen lignina (que se usa para la fabricación de asientos de coches o tuberías) y celulosa, que reutilizan en el desarrollo de membranas para el tratamiento de aguas residuales.

En CETIM se encuentran biólogos, químicos, graduados en Ciencias del Mar e ingenieros químicos, “que trabajan en biotecnologías para la valorización de residuos como los lodos de las depuradoras o la extracción de proteínas de subproductos de la industria pesquera, que hoy no se utilizan y que pueden incorporarse a nuevos productos cárnicos para que tengan un valor proteico superior”, explica Lucía Vázquez, directora ejecutiva de CETIM. Pero los ingenieros industriales, electrónicos e informáticos también tienen cabida, desarrollando sensores para la detección inmediata de algunos contaminantes que hoy requieren análisis de laboratorio que pueden llevar horas e incluso días.

La tecnología también tiene su aplicación a la hora de contribuir al bienestar de los habitantes de las zonas urbanas. “El cambio climático está impactando de modo intenso en las ciudades, y esto es mucho más preocupante cuando vive en ellas casi el 65 % de la población mundial”, sostiene Carbonell. El software desarrollado en Urban Green Data puede servir para sugerir rutas saludables por las ciudades, con menos emisiones y más sombras, y para “hacer un diagnóstico de la ciudad, ver cuáles son sus dolencias y dónde están situadas, recomendar tratamientos con los que puedan mejorar y, por último, monitorizar el seguimiento de esas acciones para confirmar que la ciudad está evolucionando bien”. Entre sus profesionales, tienen cabida los cartógrafos, arquitectos especialistas en paisajismo y medio ambiente, desarrolladores para la parte tecnológica y especialistas en la experiencia final de los usuarios.

La economía circular, clave

¿Es la manera en que fabricamos y usamos las cosas la más sostenible para el medio ambiente? Ciertamente no. “Desde la revolución industrial hemos venido funcionando de manera lineal: extraemos recursos y fabricamos cosas que luego usamos y tiramos (…) La economía circular toma como referencia la naturaleza para proponernos funcionar en ciclos, reutilizando los recursos sin desecharlos, empleando energías renovables y cuidando el entorno”, reflexiona Manuel Aguirre, socio de Sostinendo, consultora en cambio climático y economía circular. “Es una herramienta valiosísima para volver a una senda de desarrollo sostenible, y así por ejemplo reducir las emisiones o los microplásticos en el medio”.

Además de contribuir a la sostenibilidad, la economía circular también demanda nuevos perfiles profesionales. Se empiezan a necesitar, por ejemplo, especialistas en diseño de productos y packaging circulares, de manera que no solo sean atractivos, “sino reciclables, compostables o reusables, y que tengan en cuenta el impacto medioambiental que pueden provocar si no se recupera el producto al final de su ciclo de vida”, afirma Guillem Bargalló, fundador de El Bien Social. “En este campo, son relevantes las personas que conozcan a fondo el sector de la gestión de residuos y sean capaces de estimar la huella ecológica (de agua, de carbono, ambiental…) de los procesos productivos”, dice Fernández.

Por ello, también harán falta especialistas en cálculo del ciclo de vida de productos y en logística inversa. “Marcas como restaurantes y tiendas de alimentación van a tener que empezar a ofrecer envases reusables, de los que deberán hacerse cargo cuando el cliente los devuelva a la tienda”, asegura Bargalló. De esta forma, se deberán trazar circuitos de logística inversa para recibir los envases, limpiarlos y volverlos a poner en uso”.

Fuente: https://elpais.com/economia/2019/10/23/actualidad/1571836404_995074.html
Comparte este contenido:
Page 20 of 40
1 18 19 20 21 22 40