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El magisterio nacional, ¿Instrumento o actor clave de la educación?

Centro América/ Nicaragua/Julio del 2017/ Rafael Lucio Gil /http://www.elnuevodiario.com.ni

Por: Rafael Lucio Gil

Es frecuente que el tema del magisterio asome en los medios de comunicación, cada día, con mayor interés. Pero también es cierto que, por lo general, se hace recaer injustamente en su desempeño, la causa de todos los males de nuestra educación.

Es indiscutible el grado de responsabilidad que tienen maestros y maestras en la educación, pero también lo es que, buena parte de las responsabilidades de la familia en la educación de sus hijos, pareciera estar siendo trasladada al personal docente, recargando, en gran medida su responsabilidad y trabajo, ante la desresponsabilización familiar.

Esta responsabilidad docente cada día se complica aún más, habida cuenta que la sociedad y la tecnología, presentan nuevas sensibilidades que complejizan su escasa y rezagada preparación, a la vez que demuestran su total desconocimiento de las mismas, para las cuales nadie les ha preparado.

A esta sobrecarga se añade un tema de fondo: El modelo de formación que reciben estos profesionales, responde mucho más a un paradigma instrumental, que a un enfoque reflexivo crítico transformador. Basta analizar los perfiles curriculares de formación docente de las Escuelas Normales y Facultades de Educación en las Universidades, para denotar fácilmente esta perspectiva.

Es obvio que tal enfoque resulta sumamente agradable y cómodo para dirigentes de la educación básica y media, por cuanto orientan al personal docente tareas o comportamientos específicos que deben ser cumplidos. Esta comodidad será aún mayor, en tanto no medie la reflexión, el análisis y valoración de las mismas, ni enfrenten posiciones críticas o propositivas de parte de maestros y maestras. Pero ¿es esto lo que favorece una educación de calidad?, ¿se trata únicamente de que el personal docente sea dócil y capaz de instrumentar, con efectividad, orientaciones y decisiones que otros toman? Por supuesto que no. De alguna manera, tal comportamiento, aunque muy cómodo para las partes, son profundamente perjudiciales para el logro de procesos y resultados educativos de calidad.

Esta perspectiva instrumental tiene su nicho ecológico en el enfoque curricular de la formación que recibe el personal docente, reforzada por un perfil de gestión institucional, que a todos los niveles es profundamente dañino por varias razones.

Cuando un maestro o maestra visualiza la función de su profesión, como el necesario cumplimiento de lineamientos y órdenes, empobrece notablemente su capacidad como persona y  profesional de reflexionar analítica y críticamente sobre su rol docente; imposibilita su acción creativa, anula sus potencialidades para ajustar el proceso de enseñanza aprendizaje a las condiciones y exigencias del contexto y de cada estudiante y, en definitiva, asfixia cualquier posibilidad de innovación; pierde su capacidad de mejorar y retroalimentar las orientaciones recibidas, y acaba por funcionar como simple correa de transmisión. De esta manera, transmuta su rol de profesional por el de un simple funcionario cumplidor de órdenes. Nada más dañino para nuestra educación.

Acaban maestros y maestras siendo “cosificados” por este modelo de actuación, perdiendo la posibilidad de construirse y reconstruirse como personas profesionales reflexivos. Así, quedan inhabilitados para desarrollar su función docente con calidad, reducidos a ser ejecutores de lo que otros piensan y, en consecuencia, transmitiendo a sus estudiantes, de forma velada o explícita, la importancia que tiene que tomen nota de lo que les transmiten (“siéntense, cállense y copien”), para lo que no hay tiempo ni interés de debatir. Esta acción domesticadora, acaba por anular múltiples capacidades que necesitamos reavivar en nuestros maestros y maestras y, en consecuencia, en el estudiantado que culmina con su bachillerato.

Se anula, de esta manera, la posibilidad de desarrollar capacidades en niños, niñas y adolescentes, afianzando roles de perfectos repetidores de mensajes, información y lemas, sin lugar a construir sentidos y significados de su práctica.

Estas condiciones de instrumentalización de la profesión docente, llegan a su punto culminante, cuando, sin previa consulta, se les demanda ser repetidores del pensamiento político único, y acaban funcionando como los mejores replicadores de una educación centrada en instrumentar respuestas y apuestas a un proyecto político específico, sin aceptar que se pueda pensar y optar en diversidad de opciones.

Cuando niños, niñas y adolescentes son instrumentalizados y “programados” por docentes debidamente entrenados en esta tarea, se termina convirtiendo la educación en un ente bancario (Paulo Freire), que atesora información, pero sin lugar a pensar distinto, o tomar otras decisiones u opciones, por estar programados para ello.

Al alimentar, así, a nuestra sociedad, con personas jóvenes sin criterio ni capacidad de argumentar ni decidir, más allá de la única perspectiva en la que han sido entrenados, logramos que la sociedad acaudale méritos suficientes, para ser un país con mucho crecimiento económico, pero sin alma ni espíritu reflexivo, crítico y transformador.

Tal modelo no es sustentable y promete ser, a mediano plazo, “un modelo de desarrollo del subdesarrollo de capacidades”. Este vínculo estrecho entre educación y desarrollo, evidencia la necesidad de que, como país, comprendamos que debemos superar este paradigma instrumental de la formación y práctica del personal docente, y en consecuencia, también de sus educandos.

Fuente:

http://www.elnuevodiario.com.ni/opinion/433014-magisterio-nacional-instrumento-o-actor-clave-educ/

Fuente imagen:

https://lh3.googleusercontent.com/0wIIec7TmqrYPkfUQILxmBur2AhZtWc4lhVXHAHofUXQyzoMJp8uBL1MDf18Dp7CKTKY=s85

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México: Hay un alarmante problema de acoso, según PISA

México/24 de Abril de 2017/Identidad Latina

 

La mayoría de los estudiantes de 15 años se considera feliz, pero el acoso escolar, que afecta a cerca de 1 de cada 5 alumnos, sigue como un problema «alarmante», reveló hoy el denominado informe PISA de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
La directora gerente de la OCDE, la mexicana Gabriela Ramos, presentó los resultados de la primera evaluación sobre el bienestar de los estudiantes del Programa Internacional de Evaluación de los Alumnos (PISA), realizada a adolescentes de 15 años que también pasaron por las pruebas de ciencias, matemáticas y lectura en 2015.
En videoconferencia desde París, Ramos afirmó que, como media, en los 34 países de la OCDE, los alumnos manifestaron un nivel de 7,3 sobre 10 cuando se les preguntó por el grado de satisfacción con la vida.
De acuerdo con la encuesta, que incluyó 72 países y economías, los estudiantes de la República Dominicana (8,5), México (8,3) y Costa Rica (8,2) son los que dijeron ser más felices, mientras que los que registraron una mayor insatisfacción fueron Turquía (6,1), Corea del Sur (6,4) y Hong Kong (6,5).
En general, los varones expresaron estar más contentos con sus vidas que las mujeres; como media en la OCDE, el 29 % de las estudiantes expresaron estar satisfechas, frente al 39 % de los chicos.
Ramos lo atribuye a que las adolescentes sufren un «bombardeo de modelos nocivos en medios de comunicación y redes sociales» que les hace no estar satisfechas de cómo son y tener un mayor nivel de autocrítica respecto a su cuerpo.
El informe destaca que el 18,7 % de los alumnos de 15 años de países de la OCDE sufren acoso escolar en cualquiera de sus formas -burlas, amenazas, agresión física- al menos «unas cuantas veces al mes».
Hong Kong (32,3 %) y Letonia (30,6 %) encabezan el listado de lugares participantes en la encuesta con un mayor nivel de acoso.
«Hay una proporción alarmante de estudiantes que reportan ser víctimas», por lo que es imprescindible fomentar programas «integrales» de prevención contra el acoso escolar que centren sus acciones en alumnos, maestros y familias, afirmó Ramos.
En cuanto a la relación que los docentes tienen con los alumnos, uno de cada cinco estudiantes dijeron haber recibido un trato injusto por parte de sus maestros. Es decir, les trataron con dureza, les ofendieron o ridiculizaron frente a sus compañeros.
La alta funcionaria de la OCDE señaló además que existe una correlación entre los estudiantes que quieren ser los mejores de su clase con los que sufren un mayor nivel de ansiedad.
El 56 % de los jóvenes de los países de la OCDE encuestados manifestaron sufrir ansiedad de cara a los exámenes, aunque se hayan preparado para ellos.
Los sistemas educativos que son de mayor «interés» son aquellos en los que hay un menor nivel de ansiedad y unos mejores resultados, apuntó Ramos.
Estos se caracterizan por ser exigentes, pero a través de unos docentes que demandan resultados a los jóvenes «de una manera mucho más cuidadosa» y consiguen motivarlos, con un amplio abanico de técnicas.
Asimismo, Ramos dijo que se ha detectado que hay un «círculo virtuoso» que hace que, cuando hay conversación entre padres e hijos, se eleva el nivel de desempeño y de satisfacción.
Por otra parte, de media, el 44 % de los adolescentes de 15 años de la OCDE piensan terminar los estudios universitarios.
En Colombia, Corea del Sur, Catar y Estados Unidos más de tres de cada cuatro personas tienen esa expectativa, subraya el informe.
Como herramientas específicas a desarrollar tras los resultados del informe, la directora gerente de la OCDE señaló la importancia de «invertir en la capacitación de los maestros», para que puedan personalizar la enseñanza dependiendo de lo que requiera cada alumno.
También destinar recursos a los sistemas de apoyo para los alumnos que se quedan atrás y examinar la carga de trabajo de docentes -ya que algunas clases presentan un elevado número de estudiantes- y las horas lectivas de los alumnos.
La evaluación PISA 2015 fue completada por 540.000 estudiantes, quienes representaron a unos 29 millones alumnos de 15 años de 72 países y economías.

Fuente: http://identidadlatina.com/alarmante-problema-acoso-segun-pisa/

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La ocupación israelí, silencios informativos

Por: Enric Llopis

 Es cierto que tres de cada cuatro noticias reconocen la existencia de un conflicto, concluye el “Estudio de la cobertura mediática entre Israel y Palestina” realizado por el Grup de Periodistes Ramon Bernils a instancias del Servei Civil Internacional de Catalunya, movimiento que trabaja para impulsar la cultura de la paz. El estudio presentado ayer, que analiza 261 informaciones publicadas en la sección catalana de El País, La Vanguardia y Ara entre el uno de abril de 2015 y el 30 de septiembre de 2016, señala que pese a hacer referencia a una situación de conflicto entre los actores, sólo la mitad de las noticias explican el origen y el contexto. Por ejemplo, el 32% de las informativas que dan cuenta de un hecho violento, no lo sitúan en el conflicto entre Israel y Palestina. Además los tres periódicos prefieren la mención de “territorios ocupados” a la de Estado de Palestina, pese a que, según recuerda la investigación, en la que ha colaborado el Observatori Mèdia.Cat, tanto el Parlamento Europeo (diciembre de 2014) como Naciones Unidas (abril de 2015) han reconocido la realidad estatal palestina. El uso del término “Israel” triplica al de la palabra “Palestina”.

Realizado por Maria Manyosa Masip y Sergi Franch Segarrès, el informe aborda los contenidos de los tres periódicos citados durante 18 meses, en los que entre otros hechos ocurrió la llamada “revuelta de los cuchillos” o “tercera intifada”. La investigación, que adopta como enfoque el “Periodismo de Paz”, destaca que El País es el medio que incluye más informaciones (140, de las 261 analizadas en relación con el conflicto), seguido de La Vanguardia (61) y Ara (60). Tal vez el mayor interés resida en comprobar si los tres periódicos ahondan o no en las raíces de la cuestión. Así, sólo 57 de las 261 noticias abordadas apuntan como eje la batalla por la propiedad de la tierra y el derecho a vivir en el territorio; y 33 piezas informativas hacen mención a las resoluciones internacionales o recomendaciones sobre derechos humanos en los territorios ocupados.

En el desglose por medios, el porcentaje de artículos que explican que Israel está ocupando territorios palestinos representa el 40% de los analizados en El País, el 23% en Ara y el 20% en La Vanguardia. Pero la proporción disminuye a la hora de considerar la propiedad de la tierra como foco del conflicto: 26% de artículos en El País, 20% en Ara y 13% de los analizados en La Vanguardia. ¿Se evidencian en los titulares y textos las condiciones desiguales entre Israel y Palestina? En este punto, la omisión es mayor. El diario que insiste más en el desequilibrio entre los actores es Ara (22%), seguido de El País y La Vanguardia, ambos con el 8%. El estudio aporta otra conclusión de relieve: “Los miembros del ejército israelí protagonizan las agresiones y, al mismo tiempo, el Estado de Israel es el actor que aparece en más ocasiones como mediador”. Otro hecho medular que se desprende del trabajo es que los periodistas se nutren principalmente de fuentes oficiales israelíes, sean miembros del gobierno o de los partidos de la oposición. No es que se nieguen las fuentes oficiales palestinas, pero se recurre a ellas en muchas menos ocasiones –la mitad- que a las israelíes.

Tanto El País como La Vanguardia y Ara cuentan con corresponsales en la región. De ahí que aporten en las informaciones otras fuentes además de las institucionales: población civil, soldados o periodistas, especialistas, académicos y ONG israelíes. El grupo de “fuentes minoritarias”, apunta el documento coordinado por Maria Manyosa Masip, lo constituyen las de carácter documental, las ONG palestinas y, en último lugar, las ONG catalanas. Si se agrupan los tres periódicos, la suma de noticias que parten de sólo una fuente y las que no concretan fuente alguna representan cerca del 60%. Por otra parte, desde la perspectiva del “Periodismo de Paz”, los autores manifiestan su preocupación por la escasez de titulares “en positivo”, sólo el 20%. O por el hecho de que sólo el 29% de las noticias subrayen, como necesidad, trabajar para la resolución del conflicto.

El documento presenta un segundo apartado con los resultados de una investigación sobre contenidos televisivos. En concreto, se trata de 118 piezas emitidas por TV3 (con un promedio de una noticia cada doce días) y el primer canal de Televisión Española (con una media de una noticia a la semana) entre el uno de abril de 2015 y el 30 de septiembre de 2016. El tipo de formato puede orientar sobre la calidad de las informaciones. Así, en el 93% de los casos las televisiones han optado por el formato noticia, mientras que reportajes y entrevistas “han tenido una presencia residual en las pantallas”. En relación con el contexto, un dato significativo es que el 38% de las informaciones no mencionan el lugar específico donde ocurren los hechos, se trate de territorio israelí o palestino.

A la hora de caracterizar el conflicto, TVE lo describe como abierto y/o actual en el 61% de las informaciones, mientras que TV3 lo hace en el 42%. Que resulta necesario trabajar para la solución del litigio es algo que reconoce el ente público catalán en el 19% de las piezas, y el español en el 13%. ¿Se vulneran los derechos humanos? Así lo destacan sólo el 17% de las piezas analizadas de TV3 y el 13% de TVE, según el estudio de Grup de Periodistes Ramon Barnils. Pero aún subrayan menos las televisiones que en la “cuestión” palestina exista un “opresor” y un “oprimido” (11% en las noticias de TV3 y sólo el 3% en las de TVE). Además, los dos medios televisivos disponen de corresponsalías sobre el terreno, pero las fuentes que utilizan sólo pueden identificarse en el 32% de los casos. Las que sí puede reconocer el espectador son las oficiales. Por el contrario, “organizaciones internacionales y ONG tienen un papel residual como fuentes de información, sólo son identificadas como tales el 2% de las informaciones”, apunta el documento de 66 páginas. El medio que menos identifica a las fuentes es TV3 (54% de las noticias), y el que más se basa en fuentes oficiales israelíes es Televisión Española (56%).

En la investigación de contenidos se constata una clara dicotomía entre “normalidad” y “anomalía”, según el actor del que se trate. Éste es un elemento no menor, que permite al espectador visualizar a Israel con sus elevadas temperaturas en verano, las elecciones en las que se renueva el Parlamento o la realidad de Tel Aviv como ciudad cosmopolita y abierta al turismo global. Mientras que las televisiones consideran a Israel un agente de primer orden, Palestina se ve reducida a un “problema de seguridad”. Así ocurrió en una información de TVE emitida el 21 de octubre de 2015: “Los alcaldes de Jerusalén y Asdod han recomendado a los ciudadanos que tengan armas y que las lleven encima para repeler los ataques”.

Los autores también introducen en el texto tres categorías diferenciadas: agresores, víctimas y mediadores. A partir de este distingo, el Estado de Israel aparece como “agresor” en el 50% de las informaciones, “sobre diversos episodios y hechos relatados”; en un 29% de los casos es la “víctima” y en el 21%, “mediador neutral”. Tal vez llame la atención esta última caracterización, explicable al presentarse el Estado de Israel como factor de contención frente al expansionismo ilegal de los colonos o por la investigación judicial y procesamiento de líderes ultraortodoxos que emplearan la violencia contra los palestinos. Además, los militares israelíes figuran como “agresores” en el 65% de las piezas televisivas, en un 32% en calidad de víctimas y un 3% en el rol de mediadores. Si se buscan actores principales en los medios audiovisuales, estos serían el ejército y los colonos israelíes. En cuanto a la población palestina, “queda como agresora y víctima en la misma proporción”, en el contexto de la llamada “revolución de los cuchillos”, apunta la investigación. “Dos palestinos armados con un cuchillo y una pistola matan a un israelí y hieren a cinco más”, informaba Televisión Española.

Fuente: http://www.telesurtv.net/opinion/La-ocupacion-israeli-silencios-informativos-20170317-0046.html

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Entrevista a Olga Lucía Bedoya : «Hay que revertir el autismo social»

Colombia/12 Marzo 2017/Fuente y Autor: eldiario

«En la competencia entre medios, redes sociales, tecnología y educación, es la educación la que va perdiendo».

La Maestría en Comunicación Educativa de la Universidad Tecnológica, fundada hace 30 años por iniciativa de los profesores Amanda Castiblanco y Fernando Maldonado, acaba de obtener la acreditación en alta calidad. Su objetivo inicial era buscar cómo emplear los medios tecnológicos en el mejoramiento de la educación, no sólo desde el punto de vista académico sino de la formación de ciudadanos, partiendo de la evidente relación que existe entre educación, comunicación y cultura, aunque se piense que la educación no comunica y que la comunicación no educa.

El programa, que ha entregado 26 cohortes con 303 graduandos, ha contado con la asesoría de expertos de la talla de Armando Silva, Germán Muñoz, Ómar Rincón, Gilberto Bello, Jesús Martín Barbero, Guillermo Orozco y Juan Luis Pinto. Hoy está al frente del programa Olga Lucía Bedoya, antropóloga, con magíster en Lingüistica y un doctorado en Ciencias Políticas.

¿Las líneas de investigación de la Maestría en Comunicación Educativa siguen vigentes?
Esa pregunta se la hice al doctor Germán Muñoz cuando estábamos acreditando la maestría. Esas líneas son Comunicación y educación en procesos de transformación cultural, la educación en los medios y los medios en la educación y las TIC y educación, que es la que más ha variado de acuerdo con los procesos tecnológicos. La respuesta fue que esas líneas seguían tan actuales y novedosas que no se deberían cambiar. Lo que varían son los macroproyectos de investigación que se van generando entre esas líneas grandes.
 
¿La acreditación en alta calidad que significa para el programa?
Para nosotros significa la validación de un proceso de muchos años, que sigue siendo muy actual y que sus objetos de investigación, de reflexión y de aplicación siguen  teniendo relevancia y aún más con toda la trascendencia de las TIC. Además ha demostrado que el programa no se ha quedado con los estándares básicos y la acreditación en alta calidad representa que ha alcanzado la edad madura. Son pocas las maestrías del país que lo han logrado y es la primera de la Facultad de la Educación que logra acreditarse.
¿En esta competencia entre medios, redes sociales y educación, quién está perdiendo?
La educación. Va perdiendo porque los educadores tradicionales no piensan que educar es formar seres humanos y continuan pensando que se enseñan contenidos y contenidos desintegrados. No estudian los sujetos y las transformaciones de ellos y sus mentalidades. En estos momentos con todos los avances de redes sociales y de las TIC, los jóvenes nacen con esa herramienta y escriben menos en papel, si el docente y las escuelas no estudian las personas y las nuevas mentalidades que se están formando, la educación seguirá quedando rezagada.
¿Qué papel están cumpliendo los medios de comunicación?
A nivel de la comunicación siento que los periodistas y los espacios informativos no asumen su papel como educadores. Todo lo que se hable y hagan los comunicadores también educa y eso es una alta responsabilidad. Hay que pensar que no estamos haciendo discursos muy bonitos para transmitir sino que ese público al que va dirigido es delicado y podemos impulsarlos a que tomen decisiones por lo que escuchan.
 
¿Pero cada vez leen menos?
No estan leyendo canonigamente como lo hacíamos nosotros. Los jóvenes solo leen en las pantallas, pero es una pantalla fácil, rápida, breve, de solo 170 caracteres. Por eso el papel de la gente de los medios es central en eso.
¿Qué relación existe ahora entre las TIC y la educación?
Sobre esto también estamos reflexionando, acerca de la relación entre TIC y educación que van por caminanos paralelos. Lo de antes era la palabra, el hablar, el vernos a los ojos, eso era central e incluso la hora de la comida era importante, era un ritual. Ahora todo está mediado por un aparato, cado uno pendiente de su celular, pero menos de la conversación cara a cara. Eso nos está llevando a unas reflexiones sobre las habilidades que las nuevas generaciones están perdiendo para hablar y para comunicarse. Son personas muy solitarias, muy calladas, muy introvertidas. Y solo se ven detrás de las pantallas, hablando con alguien que no ven.
¿Son autistas tecnológicos?
Yo los llamo autistas sociales. Y ya no les basta con tener el celular, sino también los audífonos que los aislan del mundo.
¿Cómo revertir esta situación?
En todos los procesos está el papel del educador, pero no sólo me refiero al docente sino también al padre de familia y a las otras personas. Mediante la prohibición no podemos hacer nada, pero si mediante la conciencia del problema del autismo social y sus implicaciones. El papel del educador y la reflexión son muy importantes. Sobre todo ahora cuando a la gente le gusta que la escuchan, pero no escuchar.
 
¿En cuanto a la recepción de los medios que están trabajando?
Estamos trabajando con la ANTV un proyecto para conocer la forma como se recibe la televisión y los contenidos, si hay recepción activa o no y cuáles son las alternativas de comunicacion que están empleando estas generaciones.
¿Cómo va el proyecto de Ciudades Imaginadas?
Se trata de la aplicación del modelo de imaginarios urbanos del doctor Armando Silva, para conocer como se mueve la gente dentro de la ciudad, como la viven. El profesor Silva ha adelantado el proyecto de Ciudades Imaginadas a nivel mundial, en 22 ciudades.
¿Hay también un proyecto de investigación alrededor de las TIC?
Hay una especialista en TIC que hace parte del programa que está trabajando en contenidos mediatizados con objetivos de aprendizaje. A pesar de la preponderancia de los medios, la mayoría sigue valorando el conversar con el otro, pero no sabe como. Hay que volver a mirarse a los ojos al conversar.
Fuente de la entrevista: http://www.eldiario.com.co/seccion/PUNTO+FINAL/olga-luc-a-bedoya-hay-que-revertir-el-autismo-social1703.html
Fuente de la imagen:http://www.eldiario.com.co/uploads/userfiles/20170310/image/IMG_7601-foto-2.jpg
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Trump, Maduro, Correa, contra los medios; pero otros gobiernos están al servicio de éstos

Por: Pedro Echeverría V.
Maduro antimperialista y CNN se confrontan

1. En los países capitalistas donde existe una poderosa clase empresarial, partidos y gobiernos fuertes, suelen registrarse importantes contradicciones y enfrentamientos entre gobiernos y medios de información. Estos días se han escuchado fuertes críticas del presidente de los EEUU, Trump, contra esos medios acusándolos de mentirosos. Desde hace más de ocho años he escuchado en entrevistas y discursos al gobierno de Ecuador (Correa) criticar fuerte a la prensa y otros medios por oponerse a la política gubernamental. Hace varios años criticaron a Hugo Chávez y hoy CNN lo hace contra Nicolás Maduro, sucesivos gobiernos de Venezuela.

2. Yo, como activista en las luchas sociales, también como articulista desde 1976, jamás he defendido intereses personales. El periodismo sólo es una profesión más y lo apoyaré cuando responda a los intereses de los trabajadores; lo mismo digo de los gobiernos. También aquí aplico casi dogmáticamente la lucha de clases. Los gobiernos casi siempre son representantes del capital y los dueños de las empresas periodísticas son lo mismo. Trump es un magnate capitalista, pero los dueños del New York Times, del Washington Post, CNN, etcétera, son tan poderosos como él. Pero no se puede decir lo mismo de Chávez/Maduro o de Rafael Correa.

3. Los medios de información, al ser una superestructura, siempre se ponen al servicio de la clase dominante en una sociedad. En México el 100 por ciento de la televisión y la radio son poderosas empresas capitalistas y el 98 por ciento de la prensa escrita igual. Todas esas empresas obtienen gigantescas ganancias haciendo negocios empresariales y de gobierno; en mis 56 años de estar atento de la política nacional jamás he visto una confrontación fuerte, en serio, entre Prensa y Poder. Cuando más, en uno que otro estado de la República donde tradicionalmente ha sido fuerte la derecha empresarial y el PAN (Monterrey, Mérida), se han registrados confrontaciones.

4. Podría sintetizar que soy enemigo de todos los gobiernos y prensa capitalista y apoyo críticamente a los gobiernos socialdemócratas de Venezuela, Bolivia, Ecuador, Brasil, Uruguay, Cuba y otros que se declararon antimperialistas y buscar construir una sociedad igualitaria. Así que ante las posiciones del periodismo pro capitalista de CNN estoy con el presidente Nicolás Maduro. Dado que en México no ha habido confrontación entre Prensa y Poder, sino entendimiento y hasta subordinación vergonzosa del gobierno a las empresas televisivas, parece difícil comprender como los medios preparan golpe de Estado, como en Venezuela en 2002 contra Chávez.

5. Ni gobierno ni periodistas son intocables cuando están al servicio de los hombres del dinero; al contrario, deben ser combatidos porque con sus acciones dañan a los sectores más numerosos de la población. Según el periodista Humberto Musacchio (citando a Julio Scherer) cuando las empresas periodísticas tenían problemas económicos graves siempre había mecanismos de control que por muchos años fueron aplicados por los gobiernos. Scherer mencionó en alguno de sus libros, escribe Musacchio: “Se trata de las maletas llenas de dinero“ que creí que era un cuento, pero llegaban hasta el escritorio del director o dueño.

6. Ocurría, agregó Musacchio, que cuando el presidente quería agradecer un favor a un director o a un dueño de periódico. Ese era ya un mecanismo extremo y no funcionaba desde la oficina de prensa, sino directamente desde la Presidencia de la República. “Scherer decía que Regino Díaz Redondo (quien en 1976 asumió las dicción de Excélsior) era el encargado de ir a recoger las maletas que la Secretaría del Patrimonio Nacional le mandaban al periódico. En esta secretaría estaba mi maestro Horacio Flores de la Peña, que se autocalificaba marxista leninista. Era el matrimonio perfecto entre la prensa y el poder”. Ese matrimonio explota y oprime al mundo.

Blog del autor: http://pedroecheverriav.wordpress.com

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Los modernos paradigmas de la información

Augusto Costa Zabaleta

En este nuevo milenio, en la era de la cibernética; de la conquista y el descifrar del universo; del armamentismo nuclear y la antimateria; del rayo láser; de la clonación; de la opulencia científica, la tecnología y la cultura; de los paradigmas del pensamiento y libertad; de la globalización económica y política.

Con caracteres relevantes; fluidez y dialéctica interactiva, una inalienable motivación y multifacética orientación, se ha renovado, actualizado y perfeccionado los viejos paradigmas de la información pública y privada, hasta alcanzar el más elocuente y multidisciplinario nivel participativo de la comunicación, a todos los estamentos, relevando siempre la reinserción de todo ser humano, al acceso y conocimiento veraz, oportuno, sustancial y útil, para que se mantenga informados, mediante un puente sin fin y ramificado a todas las latitudes, acrecentando el nivel culto de la humanidad.
La información, ese deber noble y sagrado de los medios masivos de comunicación, en sus diferentes parámetros y modalidades de expresión, se ha perfeccionado con tal avidez y profesionalismo, que egregiamente cumple a cabalidad con tan edificante cometido, desafiando cualquier reto u obstáculo, absolviendo cualquier incomprensión, y patentizando con leal misión de servicio y lealtad vital, al inherente y consustancial derecho del ser humano a ser informado, a ser partícipe activo, del convivir social , político, económico, científico y tecnológico de su habitad, y con mayor y ávida necesidad, de las diferentes latitudes del entorno y sin fin terrenal.
Para un factible y fidedigno cumplimiento de estas proyecciones del intelecto, de la razón y del comportamiento, en este planeta compartido, la ciencia y la tecnología, como pioneros del progreso, han innovado un gran potencial de implementos, de medios, programas de capacitación tan modernos, que optimizan con gran sapiencia, el ejercicio y la viabilidad , tornando eficaces las actividades informáticas en todas sus especializaciones y forma, lo que constituye una verdadera y auténtica revolución de las máquinas y una efervescente, capaz y eficaz hegemonía de la comunicación de esta dialéctica, que esclarece, fraterniza y consolida la convivencia humana, a la vez que clarifica y protagoniza la opción de cerciorarse de las realidades de un mundo en permanente evolución y comportamiento impredecibles.

 

Fuente del articulo: http://www.cronica.com.ec/opinion/columna/columnista/item/16759-los-modernos-paradigmas-de-la-informacion

Fuente de la imagen:http://conceptodefinicion.de/wp-content/uploads/2011/10/Informaci%C3%B3n.jpg

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La permanente colonización de Sudáfrica

Por: Ricardo Orozco

La nula relevancia que las protestas estudiantiles sudafricanas han encontrado en los medios de comunicación latinoamericanos, más que revelar la evidente subordinación en la que se encuentran los asuntos africanos dentro de la propia periferia global, es un claro indicador de la manera en que se (re)producen los procesos de estructuración racial alrededor del orbe. Y en ese sentido, reflejo de las matrices simbólicas y materiales de sujeción, exclusión y explotación social que la colonialidad mantiene vigentes en el país de Madiba —a pesar de la formal descolonización de las estructuras políticas y económicas del Estado conseguida en la última década del siglo XX.

Las demandas sociales en el plano de la escolarización en la República de Sudáfrica, en particular, y en toda África, en general; no son una suerte de movimiento mainstream motivado por una inercial propensión a seguir a las expresiones de su tipo que en Reino Unido, Corea del Sur, Taiwán, etc., saturaron las agendas mediáticas y el espacio público de las clases medias. Por lo contrario, la protesta social en este terreno es tan añeja como lo es la historia misma de la colonización del continente por parte de los imperialismos occidentales. Y en esta ocasión, tanto como en las anteriores, son —contrario a lo afirmado categóricamente por la BBC, el Financial Times o el New York Times— algo más que la pura reivindicación de su derecho a la libre expresión, que la consecución de colegiaturas justas y asequibles o que la pretensión de construir una democracia basada en el derecho a votar cada cinco años.

Las instituciones de instrucción escolar en Sudáfrica son, como en cualquier otra sociedad producto de la modernidad/colonialidad capitalista, un microcosmos, un espacio-tiempo relativamente reducido en el cual se (re)producen, a menor escala pero con mayor intensidad, sistematización y profundidad todos y cada uno de los rasgos estructurales de la sociedad dentro de la cual se desenvuelven. Así, en las sociedades a las que la modernidad y el capitalismo han fundido en una posición geopolítica periférica, esos rasgos no son otros que los remanentes aún vigentes de las relaciones sociales que habilitaron el sostenimiento de su propia colonización. Es decir, son los atributos sobre los cuales Occidente inventó y forjó un modelo de civilización totalizante, con pretensiones de universalidad ontológica, en la que el progreso de la humanidad se observa en el Norte capitalista, secular y blanco; y el atraso, la barbarie en el Sur negro e indígena. De ahí que #FeesMustFall, la demanda en torno a la cual se aglutina el descontento de la sociedad sudafricana, no sea sólo la exigencia de dar marcha atrás con los incrementos a las colegiaturas. Aun observando el desenvolvimiento de los sudafricanos desde la propia periferia, esta sociedad ha sido contemplada, a lo largo de los años, desde 1994, como el caso paradigmático de éxito en el curso de la descolonización de un cuerpo social: la victoria de Mandela sobre De Klerk, se discurre de manera permanente, es la victoria de una raza y una Nación explotada sobre el colonialismo británico, en particular, y europeo, en general. Sin embargo, lejos de ser el espejo en el cual la periferia global debería de observarse para conocer el camino hacia su propia emancipación, Sudáfrica es un caso más —de tantos— en el que la ilusión de conseguir el progreso occidental a través del reformismo y la mimesis se ha encargado de afirmar que a la modernidad/capitalista se la deconstruye o se muere en el intento.

En efecto, #FeesMustFall es sólo la síntesis que da concreción a demandas más amplias y añejas de una sociedad que, muy a pesar de Mandela y de De Klerk, sigue sumergida en la densidad de una estructura de explotación en la que las Naciones africanas ocupan el último eslabón racial. Así, hoy es el universitario el que a través de la violencia que despliega en sus protestas le recuerda a sus Naciones la historia de hambruna, de guerras, de enfermedades, de asesinatos en masa, de esclavitud y explotación que olvidaron cuando decidieron que replicar la vía occidental hacia la civilización era la mejor forma de reivindicar toda la sangre derramada.

Pero no sólo eso. También es la síntesis por medio de la cual los universitarios sudafricanos le recuerdan a sus Naciones que la finalización del apartheid fue sólo la sustitución formal de unos colonizadores por otros; el remplazo, en los mecanismos de sujeción, exclusión y explotación del blanco europeo por el negro sudafricano. Es el recuerdo vivo de que la promesa de una sociedad más justa, libre de los grilletes del imperialismo británico era posible de alcanzar a través de la sindicalización de los trabajadores, de la estructuración de partidos políticos, y, sobre todo, de la posibilidad de acceder a instrucción escolarizada especializada en las necesidades del mercado.

Y es que en la Sudáfrica postapartheid la sindicalización no fue más que el sometimiento de las masas trabajadoras a las condiciones laborales impuestas por parte de una clase privilegiada, la politización de la población por medio de los esquemas partidistas de Duverger no transitó más allá de la sustitución de una retórica por otra; esta última ajena a cualquier noción de praxis revolucionaria, y la instrucción escolar no fue sino la pura promesa de eliminar, en términos instrumentales, los esquemas de segregación racial imperantes con anterioridad.

De ahí la importancia que tiene para los recientes movimientos estudiantiles en el país romper con los modelos modernistas que miden el éxito, tanto en lo individual como en lo colectivo, por la posesión de un iPhone 7 Plus, una casa en los suburbios, un BMW y un posgrado en administración de negocios. La importancia, asimismo, de exigir cuentas a toda una generación que se dejó cooptar por el reformismo, por la promesa de realizar algunos ajustes formales a la estructura sólo para hacer la explotación de las masas empobrecidas un asunto con mayor esteticidad y corrección política, de cobrar a su propia sociedad la factura que la impasividad ante la devastación causada por el neoliberalismo les ofreció el romántico anhelo de pertenecer al BRICS a costa de mantener los esquemas de desposesión, concentración y acumulación de riqueza.

No es, por ello, fortuito ni voluntarioso el que sean las juventudes universitarias las que pongan en jaque a las promesas que la modernidad capitalista construye sobre la escolarización especialidad. Son ellos los que han experimentado en su cotidianidad la contradicción de responder a cánones, a directrices éticas y civilizatorias pensadas desde la realidad del blanco y clasemediero europeo cuando sus Naciones, dentro de los límites políticos de la estructura estatal de la república, se encuentran devastadas por la marcha insaciable de la acumulación de capital. No es, pues, sólo cuestión del trance cotidiano que la estética que la ética de las universidades impone en el proceso de negar las particularidades de las múltiples expresiones culturales corporizadas; sino de la negación misma de la realidad sudafricana por medio de la (re)producción, en la subjetividad de los educandos, de un estándar de vida extraído de las necesidades productivistas de Occidente y de su privativa posición espacio-temporal en la historia de la humanidad.

En este sentido, más allá de lo redituable que las protestas estudiantiles pidieren redituar en términos pedagógicos, al ser el sistema educativo sudafricano un microcosmos de la sociedad en su conjunto —el espacio-tiempo desde el cual se construye y (re)produce en los sujetos sociales (individuales y colectivos) un comportamiento específico de identificación y militancia con el hecho capitalista—, el solo acto de pugnar porque ese sistema responda a las necesidades materiales y ontológicas de la realidad sudafricana es, en sí mismo, un acto de continuación, radicalización y profundización de la suma de todas las exigencias, presentes y pasadas, de las Naciones racializadas por la colonización europea. Esto es, la renovación de la vigencia de la interminable tarea de descolonizar la existencia del individuo.

Porque aun y cuando las estructuras políticas de su sociedad pueden desenvolverse formalmente en la descolonización administrativa, nulo es el resultado si, como argumentó Sartre en su prólogo a Los Condenados de la Tierra, de Fanon; no se extirpan las mordazas sonoras ni se arranca la marca que la cultura occidental marcó, con hierro candente, en la frente de las élites negras, en general, y del sujeto negro, en particular.

Fuente: https://www.rebelion.org/noticia.php?id=221799

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