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“La escuela no tiene que adaptarse al futuro, debe transformarlo”

24 de febrero de 2017/Fuente: Building Talent.

Hace 12 años, Virolai arrancó la que sería una profunda evolución de su modelo educativo. Cuando el conocimiento “lectivo” apenas se cuestionaba, la institución propuso una revolución que situó al alumno en el centro y planteó a los maestros el reto de renovar sus metodologías para decidir que la mayor enseñanza sería aprender a aprender. ¡Descubre esta nueva entrevista Education Insights!

¿Cuál es la propuesta de transformación del modelo educativo que hace Escola Virolai?

Nuestra apuesta viene de un proceso que nace hace 12 años  y se basa en pasar de una escuela que enseña a una escuela que aprende, de una escuela centrada en los derechos y las formas de hacer de los profesores y los alumnos como objetos pasivos, a una escuela donde el alumno es el centro y es el protagonista de su proceso de aprendizaje. Hemos de enseñar a los alumnos a aprender a aprender. El alumno ha de ser consciente de sus estrategias de aprendizaje porque las necesitará durante toda la vida.

¿Cuál diría que son las bases imprescindibles para impulsar este cambio?

La escuela debe garantizar la educación en un marco valórico muy sólido, porque estamos delante de una generación que no tendrán apoyo exterior, sino que su estabilidad vendrá del interior. Antes la felicidad venía determinada por fases de la vida: acababas los estudios, tenías un título universitario, accedías a un trabajo para toda la vida, tenías una estructura familiar estándar, etc. y todo ello te aportaba una estabilidad personal. Yo iba haciendo las cosas que ‘tocaban’, con los reconocimientos externos que ello comportaba. Esto se ha acabado. El título universitario no sirve para encontrar trabajo, tendré que cambiar de trabajo muchas veces en la vida, posiblemente cambiaré de lugar de residencia otras tantas, las estructuras familiares han cambiado… Eso hace que necesites una estructura interior que te de seguridad para enfrentarte a todos estos cambios.

Por otra parte, es importante asegurar que se trabajan las competencias procedimentales. Garantizar que el alumno cuenta con estrategias para aprender durante toda su vida. Implica la comprensión lectora, la escrita, oral, capacidad de observación, razonamiento… Competencias que hemos de asegurar que se adquieran, y sobre todo, que los alumnos las podrán utilizar de manera autónoma durante toda su vida.

Otro de los pilares es velar porque no se pierdan las ganas de conocer y aprender. La educación en su afán de poner límites, ha creado marcos cerrados que hacen que los niños supriman su curiosidad natural. El método hasta ahora era: ‘ahora estudiaremos lengua y de lengua estudiaremos sólo esto y si te lo sabes bien aprobarás’. Eso tiene que cambiar. El niño tiene que darse cuenta que lo que se trabaja en la escuela no es útil para aprobar un examen, sino que lo es para su vida.

 

¿Cómo desarrolla la propuesta de Virolai en un marco educativo que poco tiene que ver con la flexibilidad que plantea este nuevo modelo?

La ley te da margen. No se trata de situarse al límite de la ley, sino de aprovechar al máximo el espacio que te entrega e ir más allá de lo que propone. La educación hoy necesita normas de mínimos, que den mucho margen para que las escuelas trabajen su propio proyecto educativo. De la misma manera digo que la ley debe ser exigente en lo que a rendición de cuentas se refiere. Por ejemplo, para nosotros, las pruebas de competencias básicas de 6º de Primaria y 4º de ESO son un indicador clave de la buena marcha del proyecto: nos muestra que nuestro sistema es tan bueno o mejor que el tradicional. Las escuelas tienen que ser organismos autónomos vivos y creativos, con unos mínimos legales pero con altas exigencias. Trabajamos con un bien común, la educación, y es nuestro deber hacer una rendición de cuentas a la sociedad.

Intentemos concretar el modelo ¿Cómo se plantean cuestiones básicas de todo sistema educativo como son las evaluaciones, por ejemplo?

Como parte de la red Escola Nova 21, uno de los retos que tenemos es buscar indicadores que sean más eficaces para valorar toda esta nueva propuesta de cambio. Garantizar que lo que estamos haciendo es eficiente y eficaz. Para ello, planteamos instrumentos de medición adaptados a nuestra realidad. Sin embargo, el sistema de evaluación de cara a las familias y las exigencias de evaluación legal son dos de los asuntos delicados, más que nada porque deben cerrar bien el círculo.

¿Y cómo lo estáis haciendo?

En Virolai hacemos pruebas –competenciales y de aplicación–, rúbricas –una herramienta que garantiza que el alumno sepa que se espera de él y le da protagonismo en el proceso–; portfolios –que permiten al alumno darse cuenta qué ha hecho bien y por qué, entrega conciencia del proceso de aprendizaje–; las insignias –relacionadas con el valor del feedback inmediato–, y gamificación.

Pero nuestra duda persiste ¿Cómo se traduce esta evaluación cualitativa en una escala tradicional?

Este ecosistema de evaluación tiene su equivalente formal/numérico para responder a las exigencias del Ministerio. Otro tema es qué se entrega a los padres: estamos trabajando en establecer modelos de comunicación con las familias que vayan más allá de un informe tradicional: evaluaciones mensuales compartidas con los padres, en el que todos los protagonistas del proceso educativo, incluido el alumno, participamos. En este enfoque es clave la evolución del papel del profesor. No limitar la entrega de información respecto a la evaluación, sino ayudar al alumno a descubrir y a hacerse responsable de su propio aprendizaje. Un maestro que acompaña en el proceso, no que dirige.

Vistas desde la Escuela Virolai

Sois una escuela concertada ¿Crees que es extrapolable vuestra experiencia a todos los tipos de instituciones?

El cambio de modelo educativo es una propuesta que nace en la escuela pública. El debate no está en los recursos o si es pública o privada. El debate está en asumir que hay un cambio de paradigma y tú como institución educativa tienes que cambiar. Es verdad que hay que mejorar procesos como son el “concurso de traslados” en las escuelas públicas, que hace que los derechos del profesor estén por encima de los derechos de la escuela y de los niños. Es una realidad perversa que no hace más que perjudicar al sistema, ya que una transformación sin estabilidad en la plantilla es muy difícil.

De la misma forma, las estructuras heredadas han de cuestionarse. Por ejemplo, las bibliotecas entendidas como hasta ahora no tienen ningún sentido. El conocimiento ya está al alcance ‘digital’ del alumno, por lo que la biblioteca ha de convertirse en un espacio para potenciar la experiencia de lectura, no en un lugar de consulta. Y esa es una evolución dolorosa para muchos maestros. ¡Implica un proceso de ‘duelo’ para muchos profesionales! Significa dejar atrás un modelo conocido y aventurarse en uno aún por descubrir. La transformación es dura, pero con un liderazgo y un proyecto consolidados es más fácil.

¿Qué instrumentos de seguimiento habéis diseñado para evaluar la buena marcha de los cambios que se impulsan en el modelo?

Para nosotros un indicador clave es que al menos el 70% de las prácticas del día a día están alineadas con los objetivos del plan. No pretendemos más porque siempre te encontrarás con un grupo de profesionales que se resisten al cambio, y evaluar que estamos desviados de los objetivos por ese 30%, que no es permeable, haría que la evolución se detuviese.

Entonces, ¿la transformación será siempre parcial?

No. Es una transformación por fases. Pasa mucho en la pública: que no se hace nada por la resistencia de ciertos profesionales. Nosotros trabajamos todas las nuevas propuestas con un grupo reducido de profesionales. A partir de ahí, los más proactivos lanzan el reto a otros profesores. Difundimos, evaluamos las prácticas y volvemos a empezar. En la primera rueda igual tienes sólo un 20% comprometido. En la segunda, igual pasas al 60% si ofreces una formación adecuada. ¡Y los conversos son los mejores!

Nos ha ido muy bien con proyectos de acompañamiento en el aula, tándems de profesores que colaboran para trabajar con los alumnos. Trabajando en equipo, el cambio no se ve como una amenaza, los miedos desaparecen y se descubre la oportunidad en la transformación, tanto para que los niños aprendan más como para que los profesionales mejoren su práctica.

 ¿Cuánto tiempo implica una transformación de este calado?

Llevamos trabajando en esto 12 años a través de 4 planes estratégicos. El primero centrado en la renovación docente, y a partir de ahí, el “Plan Estratégico de mejora de la educación competencial”, a continuación el “Plan Estratégico para una educación global y para todos”, y ahora, el “Plan Estratégico por una escuela que aprende, por una escuela que transforma”. Son la representación de una evolución natural que ha vivido nuestra institución. La escuela no tiene que adaptarse al futuro, debe transformarlo. Hemos de asumir la potencia de la educación para conseguir que el mundo sea diferente.

En la base de esta revolución tiene que estar el profesor. Si él o ella no creen, no funcionará. Yo como directora me he de asegurar que los docentes tengan la formación adecuada y que asumen el riesgo. Lo cierto es que el proceso de transformación del claustro es lento. No se trata de hacer un curso y ya somos una nueva escuela. No. El profesor debe asumir su cambio de rol y solo a partir de ahí veremos el nacimiento de una nueva escuela.

Fuente: http://www.ubsce.ub.edu/blog/la-escuela-no-tiene-que-adaptarse-al-futuro-debe-transformarlo/

Imagen: www.ub.edu/blogil3/wp-content/uploads/2016/12/Coral-Regi.jpg

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Reforma Educativa: ingredientes para el éxito

Por:

Hace una semana puse en el tapete los elementos que, desde mi perspectiva, influyen para que la Reforma Educativa, que comenzó en diciembre de 2012, no logre la mayor parte de sus cometidos. No pronostiqué que vaya a fracasar por completo. Tampoco creo que vaya a coronar todos sus propósitos, pero estoy convencido de que ya sembró instrumentos institucionales y políticos para garantizar ciertos cambios.

En esta pieza no hablo de la educación en sí —ya vendrá el nuevo modelo educativo—, me centro en el fin expreso del gobierno de retomar la rectoría del sistema. En otras palabras, de precisar la dialéctica del control desde el centro.

La lista no es exhaustiva, me enfoco en los elementos institucionales y políticos que, pienso, son importantes. Logros institucionales: enmiendas a la Constitución, dos nuevas leyes, reformas a la Ley General de Educación y a la Ley de Coordinación Fiscal. Éstas configuran una recentralización del sistema escolar y provee a la Secretaría de Educación Pública de mayores controles.

Debido a las mudanzas legislativas, el gobierno central cuenta hoy con el Sistema Nacional de Registro del Servicio Profesional Docente, el Sistema de Información y Gestión Educativa y el Fondo de Aportaciones de Nómina Educativa y Gasto Operativo. Éstos son aparatos de control e información que aún no alcanzan su eficacia plena, mas son fundamentales para una tecnología del poder centralista.

Los avances políticos —parciales y a veces erráticos, concedo— se concentran en pocos puntos:

Primero. Un nuevo pacto con los gobiernos de los estados que puso fin a la doble negociación con el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación y sus secciones. Este arreglo no fue del agrado de los gobernadores porque implicó la desaparición del Fondo de Aportaciones a la Educación Básica, una mina de corrupción. Fue una imposición.

Segundo. El gobierno ha recibido apoyo —crítico, pero soporte al fin— de organizaciones civiles. Éstas pujan por que la ley se cumpla y juzgan la intervención de la Secretaría de Gobernación como entreguista. Lo mismo legisladores de oposición que desde el comienzo están con la reforma y vigilan que el gobierno no dé marcha atrás.

Tercero. Disminución del número de aviadores, aunque éstos todavía pululan por los márgenes que dejaron las leyes a los estados y por acuerdos con el SNTE.

Cuarto. Los foros de consulta del modelo educativo, tanto los de 2014 como los de 2016, que acercaron un poco a la SEP con otros actores. Ganó legitimidad, quizá no mucha por 1) la desconfianza y 2) la propaganda de la oposición.

Quinto. En mis averiguaciones académicas y en charlas con maestros y otros actores (evidencia anecdótica, dicen mis colegas), logré calibrar que hay docentes que apoyan la reforma o porciones de ella. Los agrupo en tres áreas:

Los cumplidos. Hay muchos buenos maestros que, por principio, apoyan los cambios. No en línea con los fines del gobierno, sino porque se dan cuenta de las deficiencias del sistema, de los controles burocráticos y de su dependencia del SNTE. Aplauden el fin de la herencia y compraventa de plazas.

Los convenencieros. Otros están con la reforma como estrategia para defender sus intereses. Si cambian las reglas del juego, ellos se amoldan, a veces hasta con mácula, pero lo hacen. Por ejemplo, los allegados a Juan Díaz de la Torre y a camarillas estatales del SNTE.

Los tradicionalistas. Otro grupo apuntala la reforma por acatamiento, por la costumbre de respeto a la autoridad, por lealtad a consignas partidistas o, como expresó Max Weber, por obediencia.

Entiendo que estos puntos son rebatibles, en especial el último. Esta masa de maestros, que no puedo cuantificar, no manifiesta su aprobación de la reforma con los mismos métodos con que lo hacen los opositores. Excepto los del segundo grupo, no se dejan ver mucho ni se cobijan bajo el manto de una organización, son personas que están en las escuelas y cumplen su labor; son quienes dan vida a un sistema que, de otra forma, ya se hubiera ido al precipicio.

La SEP, el gobierno en su conjunto, acaso pudieran capitalizar esos refuerzos para consolidar lo hecho, mas requiere de una tecnología del poder vigorosa. ¡No la tienen!

El gobierno no ha recuperado la rectoría de la educación, pero si la colonización de la educación básica por los cuadros del SNTE tomó décadas, retomar el control bien puede tomar un par de sexenios más, digo, si los siguientes gobiernos son consecuentes.

Fuente: http://www.educacionfutura.org/reforma-educativa-ingredientes-para-el-exito/

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Reforma educativa y aprendizaje

por: Carlos Ornelas

Es casi seguro que el siguiente paso de la Reforma Educativa que empuja este gobierno, la exposición del modelo educativo, explicite elementos que tienen que ver con currículo, organización escolar, formación y actualización de maestros y trabajo en aula.

Dadas las “ideas peregrinas” que flotan en el ambiente internacional y que empujan la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos y otras instituciones intergubernamentales, la noción de aprendizaje —más aún, comunidades de aprendizaje— estarán presentes en el discurso del modelo. La idea de transitar del énfasis en la enseñanza a poner vigor en el aprendizaje está sembrada en las apuestas de política educativa de México, al menos desde el Programa para la modernización educativa 1989-1994. Se ha replicado en los proyectos de los gobiernos subsecuentes.

Asimismo, fue un asunto que surgió en los Foros de consulta del nuevo modelo educativo, tanto los que organizó el exsecretario Emilio Chuayffet, como los que condujo el secretario Aurelio Nuño. No obstante, tengo dudas acerca de la teoría o teorías que llevarán la delantera en esa postura. No es un asunto intrascendente, cada enfoque tiene disposiciones pedagógicas diferentes, aunque partan de principios similares.

Al mismo tiempo, la estructura institucional y sus reglas de funcionamiento imponen lo que, a comienzos de los 70, Basil Bernstein denominó pedagogías invisibles. Éstas conforman dispositivos para el aprendizaje de los alumnos que no son evidentes, pero sí reales, descansan más en la acción de los maestros que en las prescripciones curriculares.

Las pedagogías invisibles se sostienen en varias premisas; las dos más importantes: 1) se basan en principios universales y se orientan a la consideración evolutiva de los alumnos; 2) el aprendizaje es un proceso tácito, invisible, individual y cuya progresión no se ejercita mediante un proceso público manifiesto.

Tanto de enfoques funcionalistas, como de tendencias neomarxistas, englobaron la noción de pedagogías invisibles en un concepto más sofisticado: currículo oculto. Éste es incorpóreo, pero efectivo. Su aplicación descansa en teorías expresas, pero que no se cumplen por completo porque sus fines se confunden en las prácticas escolares, las institucionales y las de los docentes.

Tal vez el nuevo modelo educativo haga sugerencias concretas acerca de las pedagogías visibles —dudo que proponga una versión única— que ponen más énfasis en que los niños asimilen conceptos, ideas y métodos, como las del aprendizaje significativo o del aprendizaje situado. Además, tal vez se encuentren resonancias, si no es que referencias leales al constructivismo, la pedagogía activa, prácticas colaborativas y solución de problemas.

Sin embargo, aunque tal vez la oferta de la Secretaría de Educación Pública juzgue al memorismo y a la enseñanza tradicional, en la vida práctica de las escuelas sobrevivirán las corrientes dominantes basadas en el conductismo (gobernar el aprendizaje de los niños mediante objetivos de comportamientos esperados) y el enfoque por competencias (una versión sublime del conductismo). Las prácticas arraigadas, producto de la persistencia cultural, no se erradicarán por decreto.

Por lo tanto, conjeturo, habrá designios elaborados para la formación y actualización de los docentes que, además, es una demanda sentida de ellos.

El modelo que proponga la SEP tendrá críticas; no será del agrado de los opositores ni dejará contentos a quienes pretenden cambios más radicales. Sospecho que tendrá elementos valiosos y otros rebatibles; unos que evoquen el neoliberalismo, otros que pongan el acento en la democracia.

Estoy convencido de que, aunque no satisfaga todas mis expectativas, será mejor que lo que tenemos hoy.

Fuente: http://www.educacionfutura.org/reforma-educativa-y-aprendizaje/

Imagen: www.educacionfutura.org/wp-content/uploads/2015/02/Pacto-por-mexico-reforma-educativa.jpg

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Cambiar al mundo. 2 Respuestas

Por: Juan Carlos Casco

El auténtico propósito del liderazgo, el emprendimiento y la educación es transformar la realidad. La inercia aplastante de la tradición está frenando el progreso global.

El tiempo del academicismo terminó, ya no sirven los viejos discursos repetidos hasta la saciedad, es tiempo de acción para crear nuevas universidades desde nuevos planteamientos, aprender nuevas competencias, formación masiva en materia de emprendimiento, cambio de modelo educativo, desarrollo de un nuevo liderazgo… Lo que te presento no  es un discurso, son realidades.

El paradigma forjado en la Ilustración y la Revolución industrial se derrumba, y con él, el academicismo y el racionalismo cartesiano.  En este momento somos seres históricos lanzados al futuro a una velocidad frenética, por mucho que nos resistamos al cambio, éste nos arrastrará; por eso, lo más sensato es anticiparnos y hacer esos cambios para protagonizar un futuro que ya es presente. Necesitamos líderes dispuestos a la acción para enfrentar los grandes desafíos de la nueva civilización, el tiempo de la mediocridad ha terminado.

No hay tiempo que perder. Adelante!!!

Fuente: http://juancarloscasco.emprendedorex.com/cambiar-el-mundo/

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Entrevista a Jordi Collet «Sin las familias y la comunidad no puede hacerse buena escuela»

17 de febrero de 2017/Fuente: el diario de la educación

Entrevista al sociólogo Jordi Collet, que con Antoni Tort publica el libro ‘Familias, escuela y comunidad’: «Las familias no deben ponerse en el diseño metodológico de la escuela, pero sí que lo tienen que conocer».

Se empieza discutiendo sobre el papel de las familias en la escuela de sus hijos y se acaba defendiendo la implicación de todo el territorio en el modelo educativo. Así avanza esta entrevista al sociólogo Jordi Collet, y así se desarrolla el libro que ha escrito con el pedagogo Antoni Tort -ambos de la Universidad de Vic-, Escuela, familias y comunidad, coeditado por El Diari de lEducació -junto con Octaedro-, y que a partir de hoy podrán recibir todos los suscriptores.

En el libro identifica diferentes tipos de familias: las visibles, invisibles y las hipervisibles. ¿A qué se refiere?

Nos referimos a que las diferentes familias tienen voces, presencias y visibilidades desiguales que hay que tener muy en cuenta. Por ejemplo, esto ocurre en las relaciones informales en la escuela, pero también en las participaciones en las AMPA o los consejos escolares, la investigación ha detectado que se dan procesos de colonización. Es decir, que puede haber escuelas con un 90% de familias recién llegadas pero que al AMPA sólo tienen adultos blancos y autóctonos. Hay familias que tienen mucha voz y mucha visibilidad -incluso son hipervisibles- y los hay que no tienen -invisibles-, y la escuela debe ser consciente de qué familias tiene y qué le llegan y pensar en cómo hacerla más participativa y democrática con todos. Porque si no recurrirá al tópico: “Hay familias -invisibles- que no vienen porque no les interesa”. Y no es verdad.

Muchas familias migrantes no se acercan a la escuela porque no entienden el idioma. Esto lo explican muchos maestros.

Y no sólo el idioma, sino los códigos informales. A las familias de clase media los es más fácil. Pero si vengo de fuera hay pautas culturales que desconozco, y que pueden marcar mi relación con el tutor. Estas son las familias invisibles; las visibles suelen ser de clase media.

¿A qué relaciones te refieres cuando hablas de códigos informales?

En la relación entre tú, maestro, y yo, padre o madre. ¿Te he de dar la mano? ¿Dos besos? ¿Tratarte de usted? Todo esto, si no lo sé, me aleja de ti. Es lógico. Para algunas familias chinas la maestra es una figura muy reputada, y en muchas ocasiones se pueden preguntar quién son ellos para atreverse a decirle según qué. Para entenderlo de una manera global, a veces utilizamos una metáfora: la escuela es como un país donde hay gente que llega con pasaporte y otros son extranjeros y no conocen sus mecanismos de participación, las tareas, los códigos …

¿Qué puede hacer una escuela o un instituto para implicar a las familias? Sobre todo aquellas que le son invisibles.

Lo primero que tiene que hacer, como siempre, es hacerse la pregunta. Y a partir de aquí, hay muchos campos donde avanzar: desde la página web -quién la hace, a qué responde, quién entra…- hasta revisar las entrevistas y reuniones con los padres y madres. En la universidad siempre decimos que es importante que los maestros comiencen las entrevistas con tres cosas positivas de cada niño, porque si no los hay que acaban convirtiéndose en un auténtico interrogatorio. Debemos ser conscientes de que las familias son diversas y desiguales y buscar las formas de eliminar los elementos y barreras de incomprensión mutua.

Si tuvieras que resumir por qué la participación familiar es importante para un centro educativo, ¿qué dirías?

Las familias son parte de la solución: sin ellas y sin la comunidad no puede haber una buena escuela. Si excluyes la familia, dejas fuera uno de los actores principales de la educación. Si hay escuelas es porque hay familias que tienen hijos -cuando no tienen, se cierran escuelas, como hemos visto-. El origen de esto tiene que ver con la historia de la escuela, que en España se remonta al siglo XIX con la ley Moyano, que construye un sistema educativo que se opone a las formas de socialización de las familias, al considerar -seguramente con razón- que educaban mal a los niños. Para ello se creó una escuela para las masas que fuera cerrada, con especialistas dentro para educar a los niños. Pero eso construyó una “gramática escolar” profunda que ahora nos cuesta mejorar. Por ejemplo: arquitectónicamente en las escuelas no hay salas para las familias. ¿Dónde esperan cuando van a una entrevista con el tutor de tus hijos?

¿Depende…?

En muchos casos estorbas, en el pasillo… La escuela no está pensada para la comunidad educativa, sino para los niños y maestros. Pero con las diferentes familias implicadas, la escuela es mejor. Y con la comunidad, también. Cuanto más alejadas están las familias, sobre todo las de clases populares y las recién llegadas, más propensión hay al fracaso. La participación de las familias vulnerables facilita el éxito escolar de todo el mundo. Por lo tanto, es también una cuestión de desigualdades, que sólo se subvierte si el sistema educativo se hace estas preguntas y da respuestas inclusivas.

¿Hay casos de escuelas que hayan conseguido hacer participar a las familias menos visibles?

Claro. ¡Por suerte cada día más! Lo hacen sabiendo que cuanto más normas haya y cuanto más inflexibles y más cerradas sean, menos participarán las familias alejadas. Debemos construir una “gramática blanda” de la escuela: con porosidad, espacios y momentos de encuentro… Hacer que la relación sea fácil. Hay ejemplos. La entrada a la escuela, en vez de ser a las 9 en punto, podría ser durante un margen de quince minutos, para que los maestros salgan fuera, las familias entren en el aula… Así estableces un espacio de diálogo y comunicación, aunque sea informal. Quizás, si las madres tuvieran este tiempo para comentarte cosas, luego a las 17  no habrá líos en el WhatsApp [ríe]. También hay casos donde las familias participan en la evaluación de la escuela, porque es necesario que nos digan cómo la ven, y casi siempre lo hacen en positivo pero con ideas de mejora.

Aun así, cuando planteamos la implicación de padres y madres en la escuela sólo nos viene a la cabeza, de entrada, el AMPA y las extraescolares. ¿Por qué?

Por las relaciones de poder que se dan dentro de la escuela, La pregunta es: ¿cómo construir un gobierno de la escuela más democrático? Que implique más presencia y más responsabilidades compartidas de docentes, niños, familias y comunidad. Si no, nos puede pasar como con la participación ciudadana: que a las familias sólo los dejaremos escoger los colores del banco del patio.

Así pues, ¿deberían poder tomar parte del diseño del modelo educativo?

La ley dice que deben poder participar en el proceso educativo de sus hijos, estar informadas y tener un lugar en los espacios de gobierno del centro. Deben poder colaborar, pero no desde una perspectiva de poder en que uno dice al otro lo que tiene que hacer. A veces, en una entrevista, el maestro le dice a la familia: “Lo que deberían hacer en casa es…”. Hombre, no.

También ocurre al revés: familias que dicen al maestro que tiene que hacer.

Exacto, lo mismo. Y en ambos casos se genera un conflicto. Por eso la escuela debe evolucionar hacia ser un espacio democrático. Y eso no quiere decir que todo el mundo decida sobre todo. Las familias no deben ponerse en el diseño metodológico y educativo, pero sí que lo han de conocer y se ha de explicar. Hay elementos que, además, permiten buscar acuerdos, como es el caso de los deberes, que implican a familia, maestro y niño. Tiene que haber un lugar y un reconocimiento de voz, de capacidades, de saberes y de poderes para todos.

¿Ha detectado si cada vez más las familias quieren decidir sobre todo lo que pasa dentro del aula? Algunos maestros lo manifiestan.

Sobre todo las de clase media. Cuando esto ocurre, tienes dos respuestas: cerrarles la puerta o atender la demanda latente de estas familias, que no es otra que la de tener un lugar en la escuela. Si a esa familia “pesada”, que todo el día agobia, le das un lugar, le dices con hechos que es importante para el centro, esto se acaba.

Jordi Collet / © Sandra Lázaro García

Entre los debates escolares que más afectan a las familias hemos citado los deberes. Hay otro: los horarios. ¿Deben poder decir algo?

¡Es clave! La escuela condiciona enormemente los horarios de las familias. Debemos evitar lo ocurrido en secundaria, donde de nuevo el 80% de los centros deciden unilateralmente que hacen horario de mañana. ¿Y las diferentes familias? ¿Y los adolescentes y sus diferentes realidades? Esto no lo pueden decidir los institutos o la Consejería solos. Ante medidas como estas hay casos como los de Olot o Granollers, donde se plantea, con estas u otras palabras, un modelo de escuela a tiempo completo. Es decir, donde hay un trabajo en red para coordinar los horarios de todas las educaciones en función de las necesidades de los alumnos y las realidades familiares, escolares, deportivas, musicales…

¿Una escuela es como es en función de las familias que tiene?

No sólo… La tarea de los profesionales es muy importante. Son una pieza clave. Hay institutos o escuelas que tienen una población muy similar y unos resultados y una tasa de fracaso muy diferente.

Este año Generalitat y Síndic de Greuges (Defensor del Pueblo) han puesto en marcha un principio de acuerdo para combatir la segregación escolar. ¿Las familias han de implicarse a la hora de reducir esta lacra?

Todo el mundo se debería implicar: el Departamento de Enseñanza, los municipios, la inspección, las escuelas… Y las familias. El problema es que en un contexto de casi mercado como el que tenemos, por más actuaciones que hagas para combatir la segregación, creo que nunca podrás luchar por completo contra la voluntad de las clases medias de escoger centro, porque tienen voz y voto. En mi opinión, lo que hay que hacer es desactivar las lógicas que rigen la actual elección de escuela, y en esta línea hice una propuesta para seguir pensando: que cada municipio o territorio -de entre 20.000 y 50.000 habitantes- tenga una sola escuela: la escuela-municipio.

Esto me lo tendrás que desarrollar un poco…

En un territorio de 20.000 habitantes tienes una escuela municipal, que está ubicada en diferentes edificios, y donde se agrupan los profesionales en función de diferentes criterios; docentes que, además, ya no son de una sola escuela, sino que son del territorio. Así la escuela trabaja con todo el municipio, con el museo, el teatro, el centro cívico, el horno, el taller mecánico, el estudio de arquitectura… Mi propuesta es pensar en una sola escuela-municipio, pero en realidad haciendo que las escuelas sean equivalentes, como ha propuesto recientemente Barcelona. ​​Y desactivas la elección. Es un poco lo que pasa en Finlandia.

Estaríamos hablando de municipalizar la educación.

Sí, está vinculado a este debate. Tú apuntas a la escuela-municipio, y luego ya verás cómo se agrupan. Desactivas el núcleo y la lógica del problema, que es la elección en un contexto como el nuestro, que es de casi-mercado.

¿Cómo encaja en este modelo la concertada?

No lo tengo resuelto. Pero en el debate sobre la pública-concertada también nos tenemos que poner de forma seria, porque está mal resuelto. Es un debate donde todos se sienten agraviados: la concertada porque está infrafinanciada y por eso las familias tienen que pagar, porque sus maestros hacen más horas; la pública, porque la concertada tiene menos alumnado recién llegado y de clases populares, etc…. Hay que resolver de manera positiva, y creo que la municipalización de la educación tal vez podría ayudar.

Volviendo al papel de las familias en la segregación. ¿Hay una parte de responsabilidad que debe recaer sobre ellas? Los estudios dicen que las familias huyen de las escuelas más estigmatizadas.

Cada vez más familias de clase media tienen las bases materiales de su bienestar en el conocimiento. En este sentido, la educación lo es todo para ellos. Si vivimos en un mundo de competición global donde cada persona se tiene que construir un proyecto personal competitivo, la elección de escuela deviene determinante para tus hijos. ¿Por qué hay gente dispuesta a mentir para ir a una escuela? ¿A exagerar una celiaquía? La sociología dice que la gente se adapta a las reglas del juego; y si estas son de competición y distinción, las familias juegan a ello. Pero, en mi opinión, no se trata de culpabilizar. A nadie. Desde la sociología, de lo que se trata, es de atacar las lógicas de fondo, las que nos llevan a la competición.

El libro habla de escuela, familia… Y comunidad. ¿Qué es la comunidad?

Tiene que ver con el ayuntamiento, que todavía tiene poco papel en la educación formal pero mucho a lo largo de la vida -cuna, adultos, PFI, apoyo escolar…-. También con las familias, con el territorio y la distribución urbanística, etc. Y con todas las educaciones que son tan importantes para la socialización: con el deporte, el ocio, la música, el arte, las lenguas, internet… Y los vecinos y las asociaciones, claro.

A menudo se invoca la participación de la comunidad de forma genérica en la educación, pero ¿es posible hacer que todos estos agentes tomen parte del día a día de una escuela o de un instituto?

Por suerte hay cada día más territorios, rurales o urbanos, que avanzan hacia aquí. Tiene que ver con las ciudades educadoras, los planes educativos de entorno, con los proyectos educativos de ciudad, las zonas educativas, las zonas educativas rurales, etc. Debemos coordinar y poner en plural las educaciones. ¿Quién lleva la educación de 0 a 3 años? ¿Y los comedores? ¿Y las extraescolares? ¿Quién accede a las escuelas de música del municipio? Las clases populares, no mucho. Con los idiomas, lo mismo. Si las viejas desigualdades estaban vinculadas a la obtención de un título, las nuevas tienen que ver con todo lo que le rodea. Y aquí los municipios tienen, además de incumbencia como en lo educativo, competencias y capacidades para hacer mucho como demuestran día a día decenas de territorios en todo el país.

Las llamadas oportunidades educativas.

Exacto. Los ayuntamientos deben pensar de los 0 a los 100 años una oferta educativa potente, de servicio público y bien financiada también para romper desigualdades. ¿Por qué los niños y niñas de clases populares en mi barrio con la flauta dulce en la escuela y los otros con la flauta travesera en la escuela de música y la orquesta de turno? Esto se debe resolver, y se debe hacer desde la comunidad.

En Girona algunos profesores de escuelas de música daban clase en escuelas, dentro del plan de entorno municipal.

Acercar la comunidad y las oportunidades educativas en la escuela es una opción muy interesante. Cuando dices a una madre que vaya a aprender el idioma en el centro cívico quizás no va, pero si le dices que venga a la escuela, quizá sí. ¿Por qué la música en la escuela no la puede hacer la escuela de música para todos? ¿Y el deporte? ¿Por qué la escuela es un espacio cerrado? En Badia del Vallés en la etapa 0-3 trabajan conjuntamente pediatría, guardería, espacios familiares, ayuntamiento… En Hospitalet hacen redes educativas 0-6. En Berga se promueven acciones para conciliar horarios laborales y familiares. En Sabadell se hace el programa ciudad-escuela. En Barcelona el programa Éxito. El trabajo de comunidad educativa a los pequeños municipios… Y así mil ejemplos en todo el país. ¡Al final estamos hablando de hacer las cosas en común y para todos! Construir lógicas diferentes, entender que todo el territorio es educador, preguntarnos cómo hacer de la piscina municipal -que es un espacio muy educativo- un lugar para todos, donde participen las familias. ¡La idea de fondo, en realidad, no es otra que hacer las cosas juntos! Cómo educar juntos y juntas en un proyecto socializador potente a lo largo y ancho de la vida sin barreras para nadie.

Estamos hablando de un cambio cultural, de concepción de qué es la educación.

En estos momentos a nivel global imperan dos lógicas. Una es la neoliberal: para tener escuelas mejores, tienen que competir. Aquí estarían los casos de Inglaterra o Suecia con las free schools. La otra es la neoconservadora, que tiene que ver con la idea de control: lo que deben hacer las escuelas es lo que dice el Gobierno. A veces estas lógicas están entrelazadas y se retroalimentan. Pero lo que vemos con la investigación es que ninguna de las dos funciona a medio plazo. ¿Qué podemos contraponer a esto? El hacerlo juntos. Comunizar las educaciones. La UNESCO dice que la educación es un bien común. Pues comunicémoslo. Este verbo nos permite construir otra lógica, que se puede ver aplicada a diferentes niveles: en el plano municipal en el trabajo en red, pero también en el trabajo en los claustros -trabajamos juntos, en vez de hacerlo por separado de manera aislada-, también en el aula, donde hacemos que los alumnos cooperen, aprendan a construir conocimiento ya crecer juntos, como ocurre en fuerza escuelas, en algunos institutos, en las escuelas de segunda oportunidad, en las guarderías, las escuelas de personas adultas… Hacemos escuela juntos con las familias y la comunidad. Si cosemos todas estas actuaciones, si las conectan, estaremos trenzando una lógica alternativa. Es la idea del co-munitzar: co-construir escuelas, co-producir conocimiento, co-educar (en el sentido de la “mirada violeta” que propone la Marina Subirats) y también de educar juntas personas diferentes, co-gobernar- de manera más democrática, convivir… y sin olvidar la lucha constante contra las desigualdades y por una igualdad de oportunidades para todos.

Jordi Collet / © Sandra Lázaro García
Fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2017/02/14/sin-las-familias-y-la-comunidad-no-puede-hacerse-buena-escuela/
Imagen: eldiariodelaeducacion.com/wp-content/uploads/2017/02/Jordi-Collet-©-Sandra-Lázaro-2-768×513.jpg
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Colombia: Los modelos educativos por revisar

América del Sur/Colombia/11 Febrero 2017/Fuente: Un minuto Radio

Jesús Martín Barbero, hace un llamado a la revisión de los modelos educativos vigentes. El estudioso colombo-español, próximo a cumplir  80 años, respondió en El Espectador una entrevista que se publicó bajo el título, “Necesitamos jóvenes problemáticos”.

Problemáticos, desde la óptica de la crítica, que poco o nada tiene que ver con la conocida “pataleta”.

Una interesante entrevista publicada con fecha 31 de enero, en la que Jesús Martín cuestiona el sistema educativo y hace llamados a los jóvenes para que no se dejen atrapar por las trampas del establecimiento.

La entrevista completa, se encuentra en el siguiente link: http://colombia2020.elespectador.com/pedagogia/necesitamos-jovenes-problematicos-jesus-martin-barbero

En el mismo sentido, es decir, en cuanto cuestionar el sistema educativo, Luis Carlos Reyes publicó en El Espectador del 2 de febrero, una columna bajo el título de “Los pilos desaparecidos”, en el que llama la atención sobre cómo el sistema limita el desarrollo intelectual desde la primera infancia, hasta la universidad.

En un aparte de la columna leemos: “Los pilos que no van a volver desaparecieron de distintas maneras. Muchísimos desaparecieron desde el preescolar, cuando por falta de estimulación verbal temprana y atención adulta quedaron limitados en sus capacidades cognitivas por el resto de la vida. Otros desaparecieron cuando, en un aula repleta, sus profesores no dieron abasto para abordar individualmente dificultades del aprendizaje que a los niños de estratos altos les resolvieron unas cuantas horas de tutoría personalizada. Desde entonces ahí se quedaron: sus padres, profesores y eventualmente ellos mismos concluyeron que el estudio no era lo suyo”.

Enumera factores como la violencia, la falta de entrenamiento de los profesores, la situación económica o la falta de interés, como causantes para que muchos “pilos”, no participen del programa “Ser pilo paga”, que impulsa el gobierno nacional, a través del cual muchos jóvenes colombianos de una economía baja o media, han accedido a universidades de renombre.

El texto completo en http://www.elespectador.com/opinion/los-pilos-desaparecidos

Disponible en la url: http://www.uniminutoradio.com/noticias/los-modelos-educativos-revisar-2/

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México: Oaxaca llama a rebelarse contra reforma educativa

América del Norte/México/11 de Febrero del 2017/Fuente: Informador.mx

 Pese a que mantiene mesas de diálogo con el gobierno de Oaxaca, el Comité Ejecutivo de la Sección 22 convocó a sus agremiados a rebelarse en contra de la reforma educativa.

Además, emitió convocatorias para cubrir vacantes de docentes con egresados de escuelas normales del estado, aun cuando no han aplicado el examen correspondiente.

Mediante el oficio número seis, expediente 2017/2021, el secretario Técnico de la gremial, Porfirio Gutiérrez Nicolás, pidió a los integrantes de la Subcomisión Mixta de Niveles Educativos “hacer caso omiso a las convocatorias que hace el espurio IEEPO sobre la evaluación punitiva de la mal llamada reforma educativa”.

Exhortó a extender el aviso a directores, supervisores, jefes de sector, jefes de zona, cuadros intermedios y personal de base, y reafirmó que sigue vigente su Plan para la Transformación de la Educación de Oaxaca, así como el desconocimiento a los mandatos del Instituto Estatal de Educación Pública de Oaxaca (IEEPO).

Los simpatizantes de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) también comenzar a solicitar a supervisores escolares y a secretarios generales de cada delegación sindical que informen las necesidades de personal docente, a fin de que sean cubiertos a la brevedad.

Quienes firmaron las convocatorias son Gersaint Ángel Filio Cruz, secretario de Trabajo y Conflictos del Nivel Primaria Formal; Lucila Mendoza Acosta, secretaria de Conflictos del Nivel Educación Física, y Gonzalo Toledo Cruz, secretario de Trabajo y Conflictos de Escuelas Secundarias Técnicas.

Lo anterior con la finalidad de cubrir a la brevedad dichas vacantes con docentes egresados de las 11 escuelas normales del estado y que en semanas anteriores han efectuado diversas movilizaciones y bloqueos para exigir una plaza. Tras la confirmación, el viernes mismo los inconformes levantaron su protesta el pasado sábado.

Tras la reforma educativa, de acuerdo con la Ley General del Servicio Profesional Docente, se tiene que presentar un examen de evaluación para obtener una plaza de docente.

Mientras que el 21 de julio de 2015 el gobierno de Oaxaca decretó la transformación del IEEPO y quitó mandos directivos a profesores de la Sección 22.

Disponible en la url: http://www.informador.com.mx/mexico/2017/706238/6/oaxaca-llama-a-rebelarse-contra-reforma-educativa.htm

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