Page 10 of 59
1 8 9 10 11 12 59

Libro (PDF): Postneoliberalismo y penalidad en América del Sur

Reseña: CLACSO

Este libro pretende ser una contribución a alentar el desarrollo de estudios sobre la relación entre la política y la penalidad pero no en función de tratar de postular el peso de ciertas dimensiones institucionales de la misma como condiciones que hacen posible determinadas mutaciones penales. En los estudios que lo integran el énfasis está puesto en la exploración de los resultados –siempre en un punto relativamente contingentes y contestables– de las constantes luchas materiales y simbólicas entre los actores que tienen distintos tipos y cantidades de fuerza en el campo de la política en tiempos y lugares determinados especialmente en cómo ciertas alianzas y programas gubernamentales se aproximan a la penalidad y que continuidades o discontinuidades introducen con respecto a su pasado reciente y remoto, en el marco de unos procesos particulares de cambio político que tienen algunos elementos en común en distintos escenarios nacionales.

 

Autor/a:                              
Hernández, María Lucrecia –  Vicente Paladines, Jorge – Grajales, Martha Lía – Autor/a  Cifali, Ana Claudia – Sozzo, Máximo – Compilador/a,  Azevedo, Rodrigo Ghiringhelli de –
Editorial/Editor: CLACSO
Año de publicación:  2016

 

País (es): Argentina
Idioma: Español
ISBN : 978-987-722-174-9
Descarga:   Libro (PDF): Postneoliberalismo y penalidad en América del Sur
Fuente e imagen:

http://biblioteca.clacso.edu.ar/

 

Comparte este contenido:

Las crisis el capitalismo, la Covid y los ludópatas neoliberales de Wall Street

Por: Eduardo Camín

La pandemia del Covid está exacerbando las desigualdades ya existentes; desde enfermar del virus, hasta mantenerse vivo o padecer las dramáticas consecuencias económicas. La Covid-19 sin dudas, provoca una crisis sin precedentes, y las medidas de confinamiento han afectado a casi todos los trabajadores y las empresas.

Los tiempos en los que uno debía considerarse afortunado por el mero hecho de tener trabajo ya es cosa del pasado. Aunque, no hay que perder de vista que la pobreza ya no es sinónimo de desempleo, ay que también se da en muchos trabajadores con un empleo precario, que sufren una carencia material severa, como retraso en los pagos, no tener vacaciones o la baja intensidad en el empleo.

Por lo tanto, la temporalidad, los contratos de un día, por obra o servicio con los sueldos precarios se pueden dar en cualquier de estas situaciones. La Organización Internacional del Trabajo (OIT), organismo rector especialista en temas laborales, ha advertido a lo largo de los años la tendencia mundial hacia un aumento del empleo vulnerable.

Así la Covid 19, al igual que el colapso financiero global que desencadeno la recesión 2008- 2009, se convierten en el producto ideológico que oculta una causa endógena que explicaría la permanente recurrencia a la crisis: no es casualidad que la economía capitalista ya no avanzara a un ritmo acelerado antes de la pandemia.

Al comienzo de la actual pandemia, “los mercados bursátiles”, el faro que orienta al capitalismo cayeron hasta un 30% en el espacio de pocas semanas e hicieron saltar las alarmas mediáticas ante lo que se podría convertir, de nuevo, en una inminente crisis económica mundial.

En realidad son muchos los factores en juego que dictan el rumbo de la economía global, entre ellos las tensiones comerciales entre EEUU y China (¡antes del virus!).

La desaceleración de la economía del sector exportador, ocasionadas por el proteccionismo y las guerras comerciales ha causado un debilitamiento de las exportaciones que se trasladó a las inversiones empresariales, agravando a la vez las condiciones laborales y sociales, con el consiguiente aumento de desempleo y precarización

La situación económica

En abril 2020, el Fondo Monetario Internacional (FMI) estimó que la ratio promedio de endeudamiento público con respecto al PIB aumentaría del 69,4 al 85,3 por ciento durante el año, y que muchos países alcanzarían niveles considerablemente superiores, lo que llevo a su Directora, la búlgara Kristalina Georgieva,a abogar por políticas monetarias acomodaticias y políticas fiscales que protejan a la economía de un colapso que derivaría en una ola de insolvencias y un desempleo estructural.

Algunos estados han establecido planes de estimulo fiscal y monetario sin precedentes para contrarrestar las repercusiones sociales y económicas de la pandemia de la Covid 19, de miles de millones de euros, en consonancia con los compromisos de “hacer todo posible” para proteger a sus ciudadanos, mientras que el sector empresarial se encarga de fustigar por el aumento de la deuda publica.

El resultado último de esta crisis humana es que, según el Banco Mundial, entre 71 y 100 millones de personas se verán arrastradas a la pobreza extrema, revirtiendo así los avances en materia de desarrollo registrados en los últimos años. El costo económico y social de los esfuerzos que deben desplegarse para detener la pandemia es innegable.

Esto ha generado un debate -en ocasiones arduo- sobre la interacción de los objetivos de política sanitaria y de política laboral. No obstante, si no se actúa con determinación ahora contra la pandemia, inexorablemente el costo socioeconómico tendrá proporciones aún mayores en el futuro.

La solidaridad y cooperación “nacionalizadas”

Sin duda, los estímulos fiscales y monetarios, aunados a los esfuerzos para apoyar a las empresas y favorecer el mantenimiento de los puestos de trabajo y de los ingresos, requieren una importante inversión de recursos, incluso si, lógicamente, éstos no se consideran costos sino inversiones.

Pero este tipo de medidas no puede prolongarse indefinidamente, ni tampoco es ese su objetivo. Además, algunos países no tienen la capacidad para implementarlas, o por lo menos no durante el tiempo necesario, y si se retiran demasiado pronto podría producirse otra oleada de grandes dificultades.

La creciente diversidad de formas de trabajo que han ido apareciendo en los últimos años ha supuesto un obstáculo para prestar apoyo inmediato a aquellos que lo necesitan. A menudo, los trabajadores por cuenta propia, los subcontratados, o con contratos temporales, los de plataformas y otras categorías de trabajadores con una situación laboral incierta o prestaciones insuficientes, tienen todas dificultades del mundo para acceder a las ayudas.

A éstos se suman los muchos millones de trabajadores informales que se encuentran en una situación extremadamente precaria.

Para proteger la salud de los trabajadores se han observado tres posibles opciones: retirarlos de los lugares de trabajo y permitirles trabajar desde sus domicilios; pedirles que continúen trabajando en el lugar de trabajo habitual, pero con equipos y protocolos de protección adecuados, incluido el distanciamiento físico; o simplemente interrumpir su trabajo durante el período de emergencia.

Aquí también se han observado dificultades. La OIT ha estimado que sólo un 18 por ciento de los trabajadores desempeñan tareas y se encuentran en lugares que se prestan al teletrabajo. Esto dista mucho de ser una opción al alcance de todos.

Lamentablemente las personas que han seguido trabajando como antes -los del sector de la salud, los del cuidado, los del transporte y los trabajadores de la limpieza, que hoy se consideran personal esencial- no siempre han dispuesto de equipos y procedimientos de protección adecuados.

En ocasiones, las medidas de confinamiento adoptadas por los gobiernos han supuesto fuertes restricciones a las libertades individuales. Por lo general, estas medidas han sido bien aceptadas por la población, que comprende que son adecuadas, proporcionales y limitadas en el tiempo, y, por consiguiente, resultan legítimas en la lucha contra la pandemia.

Lo que no es legítimo es que se apliquen esas restricciones a las condiciones de trabajo y que no se respeten plenamente las normas laborales, que a su vez constituyen herramientas importantes para superar la crisis.

Por último, se han observado dificultades en cuanto a la solidaridad y la cooperación internacionales en la respuesta a la crisis de la Covid-19. Si bien ha habido una movilización de recursos sin precedentes, su utilización se limitó abrumadoramente a la esfera nacional. En el sálvese quien pueda, aún no hemos presenciado una respuesta mundial a la altura del desafío al que se enfrenta el planeta.

Peor aún: el director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS) Tedros Ghebreyesus, a propósito de las vacunas, advirtió que “el mundo está al borde de un fracaso moral catastrófico … y el precio de este fracaso se pagará con las vidas y el sustento de los paises más pobres”

El máximo responsable de la OMS consideró que no es justo que gente sana y joven de las naciones ricas acceda a la vacuna antes que los grupos vulnerables de los paises más pobres.

¿Qué pasará ahora en el gran casino de Wall Street?

Los países de todo el mundo y la comunidad internacional en su conjunto siguen enfrentando los desafíos sanitarios, humanitarios y socioeconómicos asociados a la crisis causada por la pandemia.

Mientras ésta siga, las respuestas adoptadas en materia de políticas deberán aplicarse de forma eficaz como preludio necesario al retorno gradual y seguro al trabajo.No obstante, ello no significa que se vuelva a trabajar como antes, al menos durante el período en que debamos seguir viviendo y trabajando con el virus, e independientemente de la vacuna .

Se está debatiendo mucho sobre cómo será el mundo del trabajo cuando superemos la pandemia, y la idea de una «nueva normalidad» en el trabajo está ganando terreno.Con demasiada frecuencia, se pasa por alto la distinción entre las nuevas prácticas que deberán adoptarse durante el período en que el virus siga planteando la amenaza que hoy supone y las perspectivas de futuro a más largo plazo que puedan imaginarse cuando ya no existan esas limitaciones.

El riesgo de ello es que podemos perder de vista que, a pesar de las limitaciones que hoy enfrentamos, el futuro del trabajo puede y debe ser lo que nosotros queramos que sea. En efecto, los planes de recuperación deben establecer, desde el principio, las bases de la «mejor normalidad» que queremos.

El punto de partida no será alentador. Independientemente de su evolución futura, la pandemia dejará un mundo del trabajo con más desempleo, más desigualdad, más pobreza, más deuda y, con toda probabilidad, más frustración e incertidumbre.

El coronavirus nos ha mostrado cuan frágil es la economía capitalista. Pero la crisis del capitalismo –con o sin coronavirus– seguirá golpeando la economía global.
En el gran casino de Wall Street sigue siendo el faro que guía a los ludópatas neoliberales, que continúan apostando en sus bolsas de valores, e incluso sus economías ‘reales’ seguirán produciendo para un mercado virtual.

La desatención selectiva pretende borrar de la experiencia aquellos elementos que pueden resultar inquietantes si se llegara a tomar conciencia de ellos. Esta desatención selectiva es una respuesta de uso múltiple frente a los problemas cotidianos que nos acucian: no veo lo que no me agrada, parece ser la consigna.

Mucho temo, que la clase trabajadora quedó atrapada, en la telaraña del virus del gran capital dando vueltas sin rumbo en la rueda de la fortuna del neoliberalismo.

 

*Periodista acreditado en la ONU-Ginebra. Analista asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)

Fuente e imagen:  http://estrategia.la/2021/01/22/las-crisis-el-capitalismo-la-covid-y-los-ludopatas-neoliberales-de-wall-street/

Comparte este contenido:

4T: Revolución pasiva en educación

Por: Mauro Jarquin

En su primera intervención pública, Delfina Gómez, futura titular de la Secretaría de Educación Pública (SEP), afirmó que, una vez que tome la dirección de la dependencia, no tenía contemplado cambiar nada. Lo anterior no debería resultar sorpresivo.

La salida de Esteban Moctezuma se anunció en un momento en el cual cimientos, estructura y fachada de la propuesta educativa de la 4T en tanto continuidad neoliberal, resultaban ya muy claros. Basta echar un vistazo a la reforma constitucional, al programa sectorial de educación, a las leyes secundarias, al presupuesto destinado al sector educativo en su conjunto y a la restructuración de la relación entre Estado y docentes.

La llegada de la maestra Gómez es el inicio de una nueva etapa discursiva en las labores de la SEP, guiada ahora por contenidos populares y de acercamiento con los problemas cotidianos de las escuelas, con miras a gestionar el rumbo ya iniciado.

Más que un paso hacia el fortalecimiento democrático del sector educativo, lo anterior representa un giro estratégico encaminado hacia la legitimación de la revolución pasiva que la 4T ha impulsado en la educación nacional.

La noción de revolución pasiva forma parte del repertorio conceptual de un sector de la izquierda latinoamericana que ha buscado caracterizar fenómenos denominados como populistas o relativos a lo nacional-popular durante la segunda mitad del siglo pasado o a la luz de los progresismos contemporáneos que han tenido lugar desde los años 90.

Una característica de estos gobiernos es que, ante procesos relevantes de movilización social, convienen en la permisividad de ciertas concesiones respecto a las exigencias de grupos subalternos organizados. Ello tiene como contraparte el hecho de que las pautas de apertura suponen los propios límites en la acción colectiva y las perspectivas de éxito de los movimientos, buscando con ello conducir el proceso organizativo y eventualmente desactivarlo o integrarlo al proyecto en el gobierno.

Las revoluciones pasivas conllevan dos dispositivos para gestionar la tensión entre la regresión y el cambio progresista inherentes a su desarrollo: transformismo (inclusión de organizaciones y liderazgos de movimientos al proyecto populista en el gobierno, aún anclados en la resistencia) y cesarismo (liderazgo carismático que permite modular el ímpetu movilizador). Con ellos, se busca generar un desempate ante una situación política que puede dirigir al caos o la catástrofe.

La Reforma Educativa de 2013 prendió fuego en la pradera del campo educativo nacional, generando una movilización magisterial que logró cuestionar profundamente el proyecto gerencial que grupos empresariales, sus ramificaciones de sociedad civil y sectores políticos liberales habían impulsado para reformar la educación nacional según una serie de intereses comunes.

Una vez que erráticamente la reforma se presumía muerta, la 4T entró en acción, pasando del momento bonapartista (https://www.jornada.com.mx/2019/03/24/opinion/008a1pol) a la consolidación de un proyecto de revolución pasiva en educación que consistía en mantener las bases del proyecto educativo neoliberal sin sus partes más agresivas.

Para ello, y pese a las disputas mediáticas, tendió rutas de acuerdo con grupos de interés y partidos de la oposición, mientras repetía, una y otra vez, que eran los docentes quienes gozaban de prioridad en el diseño de la política. Los sectores dominantes quedaron conformes con la reforma y el magisterio disminuyó su movilización autónoma.

La 4T decidió mostrar pautas de cambio: desvinculó la evaluación docente de la permanencia en el empleo tal cual estaba en la Constitución, intervino positivamente en la liberación de presos políticos y en la reinstalación de docentes cesados por persecución y abrió las puertas para un acercamiento inédito entre sectores magisteriales críticos de la reforma neoliberal y el gobierno federal. Lo que hizo fue básicamente restaurar las circunstancias hasta antes de 2013, salvo que ahora con el cobijo de una campaña mediática de revalorización docente, anzuelo de un nuevo proceso de subalternización. Algo políticamente certero y electoralmente redituable.

No obstante, dichas decisiones han tenido su contraparte en políticas contrarias a todo proyecto posneoliberal, que en general han tenido buena recepción gracias a un liderazgo impecable del Presidente y a la incorporación de cuadros magisteriales a la 4T: a) golpeteo continuo a la tradición normalista; b) consolidación de orden filantrocapitalista en educación; c) privatización del proceso de toma de decisiones; d) fomento a la mercantilización de los datos de millones de estudiantes y docentes por la vía de la digitalización, y e) endoprivatización educativa, mediante la conservación de criterios gerenciales en la evaluación del ejercicio educativo cotidiano.

La revolución pasiva en curso constituye un desafío para la organización autónoma de estudiantes y docentes. Resulta imperativo afrontarla apelando a lo mejor de la tradición organizativa del magisterio.

Profesor FFL-UNAM

Fuente e Imagen: https://www.jornada.com.mx/2021/01/17/opinion/010a1pol

Comparte este contenido:

Libro (PDF): Posneoliberalismo Tensiones y complejidades

Reseña: CLACSO

osneoliberalismo. Tensiones y complejidades reúne un conjunto de ensayos de un extraordinario valor conceptual para comprender no solo la situación de Bolivia desde su historia reciente hasta nuestos días, sino de América Latina y el Caribe en su conjunto.

Los retos de la democracia, las luchas por la democratización de los bienes y el poder de las autonomías; la presencia del odio racial y la delincuentización del indio insurrecto; el enclasamiento y racialización de los efectos del cambio climático, entre muchos otros temas son abordados con la claridad expositiva y la hondura de pensamiento que caracteriza la reflexión de Álvaro García Linera, exponiendo frente a nuestos ojos toda la complejidad de elementos que convergen en el proceso de transición posneoliberal.

Autor: Álvaro García Linera.

Editorial/Edición: CLACSO. Prometeo.

Año de publicación: 2020

País (es): Argentina

ISBN: 978-987-722-804-5

Idioma: Español

Descarga: Posneoliberalismo Tensiones y complejidades

Fuente e Imagen: https://www.clacso.org.ar/libreria-latinoamericana/libro_detalle.php?orden=&id_libro=2304&pageNum_rs_libros=0&totalRows_rs_libros=1471

Comparte este contenido:

Neoliberalismo, transparencia y educación

ara el neoliberalismo, el mejor sindicato es el que no existe, y por décadas han intentado contener la organización de los trabajadores. Sin un referente como la Coordinadora Nacional de los Trabajadores de la Educación (CNTE), luchando ininterrumpidamente durante 41 años de existencia, el giro neoliberal habría devastado el sistema educativo público, tal cual sucedió en países como es el caso de Chile, donde la educación privada impera sobre la escuela gratuita.

Pero las formas de privatización educativa directa son cada vez menos recurridas por los estados, lo mismo que la disolución violenta, legal o administrativa de los sindicatos o los ataques frontales contra ellos y sus liderazgos. El periodo de persecución, encarcelamientos, asesinatos, desapariciones forzadas o represión policiaca contra los maestros de la disidencia magisterial en México ha dejado de ser la política central de contención del sistema.

Para conseguir el mismo objetivo; es decir, la abrogación del sindicato y el derecho a la defensa colectiva y organizada del trabajador, el neoliberalismo se reinventa constantemente, modernizando su lenguaje, sus formas de control y el despojo laboral. A través de nociones como transparencia, meritocracia o derecho humano, se impone sin necesidad de utilizar métodos coercitivos; la introyección de la mentalidad neoliberal ha tenido mejores resultados y menos resistencias que las medidas abiertas y frontales.

Del mismo modo que las oligarquías multinacionales impusieron la noción de que el libre mercado era la mano invisible que regula y ordena toda relación social para construir el supuesto interés común; ahora lo hacen con la idea de transparencia. El mito de que la nueva diosa del capitalismo informático habita el olimpo de la virtualidad, translúcida, pura e incorruptible, sirve de narrativa para instalar un sistema de control y de sometimiento impersonal, en donde la burocracia del Estado como representación de los intereses de las clases gobernantes está siendo sustituida por la tramitología individual.

La transparencia puede ser visible en su morfología de información y datos, pero es un dogma intangible que no se presenta como hechura de la imperfección humana. La subjetividad neoliberal se oculta en el diseño, metodología, captura y manejo de los datos y no admite reclamo organizado colectivamente para hacer efectivo el derecho social al trabajo con dignidad; todo el proceso de tramitología digitalizado está pensado para la individualización o fragmentación de la organización sindical, sin otra posibilidad de interacción que no sea la soledad de la plataforma virtual.

La virtualización de la tramitología del derecho laboral evoca al mérito como empoderamiento personal; sin embargo, lo que se materializa como producto de la subjetividad neoliberal es un régimen de precariedad en el que la relación de trabajo es individual y se sujeta a las reglas patronales, unilateralmente y sin la mediación del contrato colectivo ni la defensa sindical de unas reglas de común acuerdo.

La actual reforma educativa de la cuarta transformación adoptó la morfología constitucional de estas nociones renovadas del neoliberalismo; los mecanismos de ingreso a la docencia, promoción y reconocimiento establecidos en la Ley General del Sistema de Carrera para las Maestras y los Maestros, así como los cambios de adscripción, están atravesados por dispositivos reglamentarios y plataformas de gestión individualizada para fraguar la obsolescencia del sindicalismo, de ahí que la CNTE no encuentre un punto de partida para aterrizar la gestión democrática del magisterio.

Paradójicamente, en la sociedad del capitalismo informático, la libertad no se combate con censura, sino con más libertad que se autocontrola, diversificando los medios aparentemente independientes del poder, sobre todo a través de las redes sociales; la tensión de las demandas populares, mucho antes de ser sofocadas por medios represivos, se contienen con un diálogo sistemático y dilatorio para mantener el conflicto en la esfera de la comunicación y la información pública, pero fuera del terreno callejero de la lucha de clases. Después de 18 reuniones de la CNTE con el gobierno federal, se va comprendiendo con mayor certeza que esta es la estrategia del Estado.

Sin la abrogación de la actual reforma educativa de la Cuarta Transformación, sin la Nueva Escuela Mexicana recuperando los proyectos educativos de la CNTE y sin un terreno firme y parejo para la democratización del SNTE; el reconocimiento político a la bilateralidad de las estructuras sindicales nacionales y seccionales del movimiento magisterial que naciera en el invierno de 1979 y que tendrá lugar en Palacio Nacional el próximo 21 de diciembre, podría ser otro episodio del Estado para continuar con la estrategia de disolución del sindicalismo y de aterrizaje de las nuevas formas de precariedad laboral; esto lo saben los militantes de la Coordinadora que han mantenido viva la resistencia, cuya paciencia se agota cada vez que los compromisos establecidos en las mesas con el Presidente de la República no encuentran eco en los gobiernos estatales ni concreción en los funcionarios del gabinete federal.

Fuente: https://profelandia.com/neoliberalismo-transparencia-y-educacion/

Comparte este contenido:

Libro(PDF): «Movimientos sociales. La estructura de la acción colectiva»

Reseña: CLACSO

Este libro surge de una preocupación académica y política: las acciones colectivas de ciudadanos y ciudadanas comunes en las más diversas regiones del mundo podrían ser decisivas en la desaceleración del calentamiento global, en las luchas contra el racismo y la violencia de género, entre muchas otras formas de explotación de la sociedad y la naturaleza.

En las páginas de Movimientos sociales… asoma una tesis: desde las formas cotidianas de resistencia, pasando por la creación de movimientos locales y grupos de base, hasta llegar a las olas de protesta y los movimientos sociales transnacionales, la movilización colectiva ha creado una poderosa herramienta de transformación humana, cuyos objetivos se extienden a un amplio abanico de propósitos. Este libro se enfoca en su estudio desde una mirada actualizada y comprometida.

Autor (a): Paul Almeida.

Editorial/Edición: CLACSO.

Año de publicación: 2020

País (es): Argentina

ISBN: 978-987-722-634-8

Idioma: Español.

Descarga: Movimientos sociales. La estructura de la acción colectiva

Fuente e Imagen: https://www.clacso.org.ar/libreria-latinoamericana/libro_detalle.php?orden=&id_libro=2220&pageNum_rs_libros=0&totalRows_rs_libros=1411

Comparte este contenido:

Pensamiento crítico y pandemia

Una de las principales características del pensamiento crítico ha sido su incomodidad, su capacidad para perturbar los lugares comunes, cuestionar saberes establecidos y sacudir la modorra de la inercia. Siempre fue un pensamiento a contracorriente, rebelde e insumiso.

Marx se dedicó a poner patas arriba, o boca abajo, la herencia teórica de Hegel. Lenin se empeñó en desobedecer a Marx, quien aseguraba que la revolución vencería primero en los países más avanzados industrialmente. Mao y los vietnamitas rechazaron las insurrecciones urbanas por la guerra campesina prolongada. Fidel y el Che fueron herejes respecto a los partidos comunistas que dominaban el escenario de las izquierdas.

El tan elogiado Walter Benjamin fue implacable con la idea de progreso y, más recientemente, los ecologistas cuestionan el desarrollo, mientras las feministas rehúsan las organizaciones verticales y los caudillos patriarcales.

El EZLN, por su parte, recoge aciertos y evita errores de revoluciones anteriores, por lo que hace a un lado la guerra para seguir transformando el mundo y defendiendo (por todos los medios) los territorios donde el pueblo manda ejerciendo su autonomía.

¿En qué situación se encuentra el pensamiento crítico en plena pandemia? ¿Cuáles deberían ser los puntos centrales de su análisis? ¿Quiénes lo formulan en este periodo?

Intentaré responder en pocas líneas.

La primera es que el pensamiento establecido, enunciado por academias, partidos y autoridades intelectuales, está en plena decadencia, un proceso enlazado con las crisis civilizatoria y sistémica en curso. Quizá por ser parte de una civilización moderna, urbana, occidental, colonial y patriarcal. O sea, por haberse rendido al capitalismo.

El grueso de los llamados intelectuales se dedican a justificar los errores y horrores de los partidos de la izquierda electoral, más que a criticarlos, con el triste argumento de que no quieren favorecer a la derecha. Si criticar a la izquierda fuera eso, Marx y Lenin deberían ser despachados por derechistas, ya que dedicaron algunas de sus mejores obras a cuestionar a sus compañeros de ruta.

La segunda es que el pensamiento crítico debe quitar el velo de las causas estructurales y de larga duración de la situación que vivimos. No entretener audiencias con argumentos falaces. Ser capaces, por ejemplo, de vincular la pandemia con el modelo neoliberal extractivo, la brutal especulación financiera y la cuarta guerra mundial contra los pueblos, en vez de atribuir los fracasos, y los éxitos en el combate al virus, a tal o cual gobierno. A eso le llamo entretener en vez de analizar.

Además, el pensamiento crítico no debe conformarse con diagnósticos. Estamos desbordados de jucios del más diverso tipo, muchos de ellos contradictorios. Años atrás se mentaba el pico del petróleo ( peak oil) como clave de bóveda del fin de la civilización capitalista. Mucho antes, se aseguraba que el sistema caería víctima de inexorables leyes económicas.

Cada día aparecen diagnósticos que colocan los límites del sistema en el medio ambiente, el agotamiento de recursos, y un largo etcétera de supuestas causas objetivas que no hacen más que eludir el conflicto social como única forma de poner freno y derrotar al capitalismo. Ya lo dijo Benjamin: si el sistema cayera por razones objetivas, la lucha no tendría el menor sentido.

La tercera me parece la más importante. Hasta hoy los encargados de emitir pensamiento crítico eran varones, blancos, académicos y de clase media-alta. Por supuesto el tipo de ideas que divulgaron eran eurocéntricas, patriarcales y coloniales, aunque debe reconocerse que no por eso estaban todas erradas. Sólo debemos pasarlas por el tamiz de los pueblos, las mujeres y los jóvenes.

Ahora quienes emiten el pensamiento crítico no son ya personalidades, sino pueblos, colectivos, comunidades, organizaciones y movimientos. ¿Quiénes son los representantes teóricos del pueblo mapuche o de los pueblos indígenas del Cauca colombiano? ¿Quiénes encarnan las ideas de los movimientos feministas y de mujeres antipatriarcales?

Todavía hay quienes creen que el pensamiento zapatista fue obra del subcomandante Marcos y ahora del subcomandante Galeano. Nunca aceptarán que son pensamientos nacidos de experiencias colectivas que son comunicados por voceros elegidos abajo. Nunca aceptarán que el vocero actual es el subcomandante Moisés.

Esta es la realidad del pensamiento crítico actual. Desvaríos arriba, creatividad abajo. Como la vida misma. No hay nada esencialista en esto. El conocimiento vivo surge entre quienes luchan. Sólo quienes están transformando el mundo pueden conocerlo a fondo, entre otras cosas porque les va la vida en ello, porque no pueden hacerse la menor ilusión con los de arriba, mucho más allá del color político y del discurso que emitan.

Benjamin lo dijo con absoluta claridad: El sujeto del conocimiento histórico es la clase oprimida misma, cuando combate.

Fuente: https://www.nodal.am/2020/12/pensamiento-critico-y-pandemia-por-raul-zibechi/

Comparte este contenido:
Page 10 of 59
1 8 9 10 11 12 59