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Francia: «La herramienta educativa que estamos subutilizando es el cuerpo»

Francia/2 de Abril de 2018/EyN

Las personas tienden a retener más conceptos cuando involucran a su organismo en el proceso, explica este académico francés; desde contar con los dedos hasta aprender movimientos asociados con un país para entender mejor su idioma. 

Durante los últimos años, gran parte del trabajo de Olivier Oullier se ha centrado en hacer cada vez menos notorios los dispositivos que pone en la cabeza de los escolares: los que en un principio eran enormes cascos, actualmente son unos pequeños cintillos, muy similares a los auriculares de manos libres que utilizan los teleoperadores. Con ellos, este doctor en neurociencias francés se dedica a medir la actividad cerebral de niños.

Su objetivo es monitorear qué cosas provocan que los escolares se distraigan, o cuáles otras ayudan a captar su atención. La idea final es que, al tener esto más claro, el tiempo que se destina a educar se aprovecha de mucho mejor forma.

El movimiento es la clave

«Algunos profesores pueden estar preguntándose si son aburridos porque sus alumnos los miran con cara de fatiga. Pero puede que eso no tenga que ver con su manera de hacer clases, sino que con el sistema digestivo de esos niños», explicó Oullier durante su presentación sobre neurociencias y aprendizaje en el Foro Global de Educación y Habilidades que se celebró en Dubái. Si los datos, por ejemplo, muestran que la mayoría de los niños se distrae un poco antes de las dos de la tarde, es probable que eso tenga que ver con que están hambrientos.

En su exposición, el francés -quien preside la compañía tecnológica Emotiv, es académico de las universidades de Aix-Marseille y Oxford, además de asesor del gobierno de Francia en temas de ciencias y políticas públicas- destacó que una de las cosas más entretenidas que se han ido descubriendo es que las personas tienden a aprender mejor cuando están en movimiento.

«Un cerebro por sí mismo es poco útil. Si tomas el casi kilo y medio de materia cerebral y lo pones sobre una mesa, nada va a pasar. Para que un cerebro sea útil hay que estudiar y comprender cómo se conecta con su entorno, siendo el primero de ellos el cuerpo. El cuerpo importa tanto, que hay estudios que muestran lo importante que es enseñar movimientos asociados con un idioma extranjero cuando se está aprendiendo sobre él».

Oullier puso como ejemplo a sus vecinos al otro lado de los Alpes, quienes tienen la tendencia de hablar moviendo las manos. «Si uno hace este tipo de gestos al hablar italiano, las otras personas sienten que a uno se le entiende mejor», indicó. «Eso hace sentido si pensamos que los seres humanos somos más que solo cerebros, sino también cuerpos que interactúan con otros cuerpos y con otros ambientes».

En 2017, la revista Frontiers in Human Neuroscience publicó un estudio de la U. de Copenhague que demostró que en educación básica los alumnos retienen más conceptos matemáticos cuando involucran su cuerpo en el aprendizaje: aplaudiendo para entender secuencias, empleando brazos y piernas para aprender sobre longitudes o moviéndose entre las baldosas del suelo para captar mejor los conceptos de traslación y rotación.

«La herramienta educativa que estamos subutilizando es nuestro cuerpo. Los datos dicen que aprendemos mejor haciendo uso del tacto, y no solo en cosas obvias como al aprender sobre anatomía. Por supuesto que un hueso plástico que se puede manipular va a ayudar a una persona a entender mejor su función. Pero también pasa que en matemáticas, en los países occidentales se ha visto que algunos de los mejores estudiantes cuentan haciendo uso de sus dedos».

Esto no significa que tengamos que enseñar a todos de esta manera, puntualizó Oullier. Lo que sí implica -indicó- es que se debe dar la oportunidad a niños y jóvenes de hacerlo de esta forma si es que les acomoda.

Fuente: http://www.economiaynegocios.cl/noticias/noticias.asp?id=460433

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Así se ve tu cerebro cuando aprendes

Estados Unidos/25 de Abril de 2018/El Independiente

Investigación con potenciales aplicaciones en estudio de trastornos y adicciones

Qué hacen nuestras células cuando estamos aprendiendo algo nuevo? ¿Qué ocurre a nivel químico? ¿Se puede ver? La respuesta es sí y lo han conseguido hacer en el Centro de Biología Sináptica de Jefferson (EE.UU.). Utilizando super-resolución de microscopía de células vivas, los investigadores ampliaron las conexiones entre las neuronas que se fortalecen para descubrir cambios estructurales que nunca antes se habían visto.

“Nuestras observaciones abren una nueva forma de pensar sobre cómo el aprendizaje normal y el aprendizaje desadaptativo (como el del autismo o el de las adicciones) pueden ocurrir”, señala Matthew Dalva, profesor de neurociencia en The Vickie y Jack Farber Institute for Neuroscience. En lugar de simplemente ver conexiones más grandes durante el aprendizaje, descubrieron que las moléculas involucradas en enviar y recibir las señales entre las neuronas parecían estar organizadas en grupos o “nanomódulos” que danzan y se multiplican cuando estimulado por señales de aprendizaje.

Los investigadores hicieron sus observaciones utilizando neuronas vivas en tiempo real. Hicieron zoom en las sinapsis, los sitios de conexión neuronal donde la información pasa de una célula a otra para permitir el aprendizaje y otras conductas. visualizaron las moléculas clave involucradas en la neurotransmisión de neurona a neurona con dos colores, verde en el lado emisor (el lado presináptico) y rojo en el lado receptor (lado postsináptico).

El equipo hizo una serie de observaciones sorprendentes. Vieron que las moléculas clave del lado presináptico se agrupaban y rastreaban, como si estuvieran unidas, a las moléculas clave agrupadas en el lado postsináptico. Estos grupos moleculares parecen tener un tamaño uniforme. También se multiplicaron cuando las neuronas fueron estimuladas de una manera que imitaba los cambios en el tamaño de las espinas que sobresalen de las neuronas y casi se tocan en la sinapsis. Y a medida que aumentaba el número de nanomódulos, también aumentaba el tamaño de las espinas.

Aprendemos digitalmente

“El hallazgo clave es que los cambios en la fuerza sináptica podrían ser más digitales que analógicos, con unidades del mismo tamaño agregadas para cambiar la fuerza sináptica”, señala el doctor Dalva. “Aunque todavía no está claro cómo estos nanomodules podrían comportarse en estados de enfermedad, nuestras observaciones ofrecen una nueva forma de explorar esas preguntas”.

Como casi siempre, la investigación sugiere muchas más preguntas que respuesta: ¿cómo puede la neurona hacer los grumos o nanodominios del mismo tamaño? ¿Por qué son del mismo tamaño? ¿Cómo aumentan en número? ¿Se dividen en dos o se hacen nuevos? ¿Por qué se mueven cuando se estimula la sinapsis? Finalmente, ¿cómo se comportan los nanomódulos en trastornos como la adicción o el autismo?

Por el momento, la técnica se ha demostrado eficaz y nos ha dado la primera imagen microscópica del aspecto que tiene en nuestro cerebro el saber y su descubrimiento para una persona.

Fuente: https://www.elindependiente.com/futuro/2018/04/23/asi-se-ve-tu-cerebro-aprendizaje/

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Entender las palabras depende del ritmo cerebral

 Estados Unidos/21 de Abril de 2018/Tendencias 21

Ese ritmo puede manipularse mediante estimulación craneal y facilitar la comunicación

Una nueva investigación ha descubierto que la comprensión de la palabra depende del ritmo de los impulsos neuronales que transmiten los mensajes auditivos, y que estos impulsos pueden manipularse mediante la estimulación eléctrica de ciertas partes del cerebro. La nueva técnica mejorará los audífonos y ayudará a los disléxicos.

Un equipo internacional de científicos ha descubierto que el ritmo de los impulsos neuronales que transmiten los mensajes auditivos es esencial para la comprensión de la palabra. Ese ritmo es el que provoca la sincronización neuronal necesaria para la comprensión del discurso. Los resultados se publican en Current Biology.

La palabra se caracteriza por una serie de sonidos y silencios que tienen un ritmo específico. Este ritmo se convierte en impulsos eléctricos transmitidos al cerebro a través del nervio auditivo.

A este fenómeno se le conoce como rítmica de la actividad cerebral, que si bien es conocida su relación con la motricidad, su función en la comprensión de la palabra era hasta ahora desconocida. La nueva investigación arroja luz sobre esta laguna.

Esta función de la rítmica cerebral con la comprensión de la palabra se ha descubierto mediante un experimento que pretendía hacer comprensible un discurso ininteligible mediante estimulación eléctrica transcraneal. Se trata de un procedimiento que, a través de unas corrientes eléctricas muy bajas, consigue estimular ciertas partes específicas del cerebro.

Los investigadores seleccionaron a 22 personas con perfecta audición y les aplicaron electrodos sobre las regiones del cerebro responsables de la audición. De esta forma adquirieron la capacidad de estimular a voluntad las neuronas de estas regiones cerebrales.

Durante el experimento, los voluntarios tenían que reconocer una serie de palabras al mismo tiempo que recibían la estimulación craneal. En una primera fase, los sujetos escucharon una frase aparentemente distorsionada y difícil de entender. Sin embargo, cuando la estimulación eléctrica transcraneal contenía la información rítmica de la frase distorsionada, su comprensión mejoraba considerablemente.

En una segunda fase, los voluntarios escucharon simultáneamente una voz de mujer y otra de hombre y debían concentrarse en la voz masculina. Cuando la estimulación eléctrica cerebral coincidía con la frecuencia de la voz masculina, el oyente comprendía mejor lo que quería decir, a pesar de la interferencia de la voz femenina.

Cuestión de ritmo

Para los investigadores, estos resultados demuestran que la comprensión de una palabra depende en gran parte del ritmo de la actividad cerebral y que si las neuronas de la audición van a un ritmo diferente, la capacidad de entender a otra persona disminuye.

«Las neuronas en el cerebro responden a los estímulos eléctricos del exterior», explica el investigador principal y neurocientífico, Lars Riecke, en TWnl. «Si ofreces una onda sinusoidal eléctrica a través del cráneo, ves la sensibilidad de las neuronas debajo del cráneo con la misma frecuencia que el cambio de onda. En resumen, la onda eléctrica modula el procesamiento normal de la señal neuronal. Usamos este efecto para ofrecer, en lugar de una onda sinusoidal, una onda eléctrica compleja que corresponde a la señal que el oído envía al cerebro”.

«Esperamos poder mejorar los audífonos con esta técnica. Esto puede ayudar a las personas a distinguir mejor el sonido de la palabra en un ambiente ruidoso. Hay dos opciones para esto: reforzar la comprensión del habla mediante estimulación eléctrica o, con la misma técnica, suprimir el ruido ambiental», añade Riecke.

La técnica necesita todavía ser mejorada para ser aplicada, señalan los investigadores, así como que no será útil para sordos, si bien puede ser valer  para demorar o prevenir un implante coclear (un transductor que transforma las señales acústicas en señales eléctricas que estimulan el nervio auditivo) en personas con problemas de audición.

El descubrimiento puede ayudar asimismo a personas con dislexia, una dificultad de aprendizaje que afecta a la lectoescritura.

Referencia

Neural Entrainment to Speech Modulates Speech Intelligibility. Lars Riecke et alia. Current Biology. DOI: https://doi.org/10.1016/j.cub.2017.11.033
Fuente: https://www.tendencias21.net/Entender-las-palabras-depende-del-ritmo-cerebral_a44407.html
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Argentina: Buscan aplicar un método de enseñanza basado en educación emocional

Argentina/21 de Abril de 2018/El Litoral

La “Akademia” es un proyecto educativo creado en Barcelona, el cual busca modificar el método de enseñanza tradicional, priorizando las habilidades y el autoestima de cada individuo.
Este movimiento tuvo su internacionalización en 2015, desde el año pasado está funcionando en Resistencia y ahora sus representantes buscan que haya una primera cohorte en Corrientes.
Según comentó a El Litoral una de las encargadas del proyecto, Débora García, “estamos buscando jóvenes de entre 18 y 22 años que quieran sumarse a este curso, el cual es gratuito y propone un programa de estudio basado en educación emocional, neurociencias y algo de coaching ontológico”. “Este método busca que las personas, a través del autoconocimiento, encuentren y desarrollen su propio potencial, que es distinto a la escuela tradicional que viene de un modelo basado en la época industrial”, detalló.
La organización aún está buscando un lugar en donde dictar las clases para dar una fecha de inicio, pero las inscripciones ya están abiertas. Los interesados deben contactarse al correo djegarcia@hotmail.com.

Fuente: https://www.ellitoral.com.ar/nota/2018-4-18-4-0-0-buscan-aplicar-un-metodo-de-ensenanza-basado-en-educacion-emocional

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Fabricio Ballarini: Neurociencia y educación, ¿un vínculo posible?

Argentina/24 de Marzo de 2018/

Agencia Agencia CTyS-UNLaM  Entrevista a: Fabricio Ballarini

Las investigaciones de lo que sucede minuto a minuto en el cerebro humano respecto a la memoria, los recuerdos y el olvido, se plasmaron hace 3 años en un libro titulado “REC” escrito por el doctor en Biología y divulgador científico, Fabricio Ballarini. Tiempo después publicó un segundo libro, “Educando al cerebro I”, fruto de las charlas de divulgación que realizó en escuelas con el propósito de crear puentes entre la comunidad científica y educativa. En el marco de la Semana de la Ciencia, y Agencia CTyS-UNLaM lo entrevistó

En esta entrevista, Ballarini analiza los vínculos entre la neurociencia y la educación, reconoce que es un “terreno fértil” para seguir trabajando, pero advierte el riesgo de que termine siendo “un negocio” de unos pocos “para dictar cursos online que no sirven absolutamente para nada”.

También, alerta sobre la difusión en los medios de resultados de laboratorio que son llevados a la clase: “No se puede transpolar los resultados de investigaciones con ratones directamente al aula”.

¿Qué te aportaron tus libros?

Para mí, los libros tienen como una gran bondad que es acercar la ciencia a un público que normalmente no tiene acceso a ese material científico y que, de tenerlo, lo tiene mal comunicado o digerido. Tanto REC como Educando al Cerebro tienen la particularidad de tratar de comunicar ciencia de manera simple y que, esa comunicación, se haga sin intermediarios: desde el investigador al docente. Por eso, manejan un código muy similar: ambos trabajan con la vocación. Es una comunicación entre una persona que ama su trabajo y una persona que quiere mejorar en lo que hace, así que se da fructíferamente.

¿Cómo empezaste con esta investigación?

Yo vengo trabajando sobre esto desde antes del boom de las neurociencias en las escuelas. Veníamos haciendo jornadas y como notamos que los docentes eran super receptivos nos parecía medio injusto usar el instrumento educativo y sólo hacer un paper sin que ellos reciban algo de lo investigado.  Entonces invitamos a otros investigadores que trabajan con educación, pedimos el aula Magna en el Nacional Buenos Aires y empezamos con “Educando al Cerebro”. La charla funcionó tan bien que tuvimos el apoyo del director del CONICET para llevarla al resto del país.

Hoy en día ¿Qué se puede aplicaren el ámbito educativo de todo lo que se divulga en neurociencias?

Por ejemplo, en redes sociales hay muchas cosas que no tienen evidencia y la gente la consume. La comunicación científica en el ámbito educativo es como una manta corta. Por un lado, necesitas contar que existen evidencias científicas para que docentes y estudiantes entiendan que el rol del científico es buenísimo, pero la gente no tiene paciencia. La ciencia avanza muy lentamente y es limitada, entonces lo que se hace mal es contar resultados que no están realizados en escuelas y son llevados directamente al aula.

¿Hay algún lugar en el mundo donde la neurociencia intervengan en la capacitación o formación docente o en el aula misma?

Que yo conozca no, de hecho, en España ahora hay una revolución pedagógica gigante y hablan de las neurociencias, pero su aplicación es muy escasa. Es un terreno fértil para hacer cosas buenas y también para que sea un negocio que le convenga a 5 personas que dicten cursos online sobre cómo funciona la mielina y esto no sirve absolutamente para nada.

¿Qué papel toma el estado en esta relación?

El rol del Estado a nivel educativo no se discute, lo único que se pone en debate a la sociedad son las paritarias o los problemas del aula, pero no hay una discusión sobre cómo educar, qué cambios hay que hacer. Estamos años luz de que el Estado pueda investigar o implementar sobre estas cuestiones.

En el plano económico, por ejemplo, los subsidios que obtuve son para trabajar en roedores. Hay muy poco apoyo a la profundización de estas iniciativas por fuera del laboratorio por másde que tengan éxito comercial y parezca que el futuro de la educación está ahí. Después, en la práctica, esto se frustra.

Y desde tu disciplina, ¿qué evaluaciones hacen sobre las prácticas pedagógicas?

Voy a dar un ejemplo: en la lógica pedagógica tiene sentido que un chico que corta una pizza se dé cuenta fácilmente que se trata de una fracción. ¿Pero eso está probado? ¿Alguien lo midió? La neurociencia y la educación son dos mundos que se chocan. Estaría buenísimo que esos dos mundos vayan en paralelo, acompañándose, para que la ciencia le brinde información útil a los docentes, y a su vez, desarrollar estrategias para que el sistema científico se nutra de nuevas preguntas,ya que no está presente en el aula. Pero, como es tan nuevo, es difícil convencer a las partes de que es posible, que hay resultados y que puede mejorar el sistema educativo.

Fuente: http://www.aptus.com.ar/neurociencia-y-educacion-un-vinculo-posible/

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Neurociencia y educación: ¿un vínculo posible? Análisis del doctor en Biología y divulgador científico, Fabricio Ballarini

Entrevista a:  Fabricio Ballarini

El doctor en Biología y divulgador científico, Fabricio Ballarini, analiza los vínculos entre la neurociencia y la educación, reconoce que es un “terreno fértil” para seguir trabajando, pero advierte el riesgo de que termine siendo “un negocio” de unos pocos “para dictar cursos online que no sirven absolutamente para nada”.

Tras la culminación de la Semana del Cerebro en Argentina, la Agencia de Divulgación Científica de la Universidad Nacional de La Matanza (CTyS-UNLaM) de Buenos Aires abrió el diálogo con el doctor en Biología y divulgador científico, Fabricio Ballarini, sobre la situación actual entre las dos disciplinas.

Las investigaciones de lo que sucede minuto a minuto en el cerebro humano respecto a la memoria, los recuerdos y el olvido, se plasmaron hace tres años en un libro titulado “REC” escrito por Ballarini.

 Tiempo después publicó un segundo libro, “Educando al cerebro I”, fruto de las charlas de divulgación que realizó en escuelas con el propósito de crear puentes entre la comunidad científica y educativa.

En la entrevista Ballarini analiza los vínculos entre la neurociencia y la educación, reconoce que es un “terreno fértil” para seguir trabajando, pero advierte el riesgo de que termine siendo “un negocio” de unos pocos “para dictar cursos online que no sirven absolutamente para nada”.

También, alerta sobre la difusión en los medios de resultados de laboratorio que son llevados a la clase: “No se puede transpolar los resultados de investigaciones con ratones directamente al aula”.

-¿Qué le aportaron sus libros?

-Para mí, los libros tienen como una gran bondad que es acercar la ciencia a un público que normalmente no tiene acceso a ese material científico y que, de tenerlo, lo tiene mal comunicado o digerido.

Tanto “REC” como “Educando al Cerebro” tienen la particularidad de tratar de comunicar ciencia de manera simple y que, esa comunicación, se haga sin intermediarios: desde el investigador al docente. Por eso, manejan un código muy similar: ambos trabajan con la vocación. Es una comunicación entre una persona que ama su trabajo y una persona que quiere mejorar en lo que hace, así que se da fructíferamente.

 -¿Cómo comenzó con esta investigación?

-Vengo trabajando sobre esto desde antes del boom de las neurociencias en las escuelas. Veníamos haciendo jornadas y como notamos que los docentes eran súper receptivos nos parecía injusto usar el instrumento educativo y sólo hacer un “paper” sin que ellos reciban algo de lo investigado. Entonces invitamos a otros investigadores que trabajan con educación, pedimos el aula Magna en el Nacional Buenos Aires y empezamos con “Educando al Cerebro”. La charla funcionó tan bien que tuvimos el apoyo del director del CONICET para llevarla al resto del país.

-¿Qué se puede aplicar en el ámbito educativo de todo lo que se divulga en neurociencias?

Por ejemplo, en redes sociales hay muchas cosas que no tienen evidencia y la gente la consume. La comunicación científica en el ámbito educativo es como una manta corta. Por un lado, necesitas contar que existen evidencias científicas para que docentes y estudiantes entiendan que el rol del científico es buenísimo, pero la gente no tiene paciencia. La ciencia avanza muy lentamente y es limitada, entonces lo que se hace mal es contar resultados que no están realizados en escuelas y son llevados directamente al aula.

-¿Hay algún lugar en el mundo donde la neurociencia intervengan en la capacitación o formación docente o en el aula misma?

-Que yo conozca no, de hecho, en España ahora hay una revolución pedagógica gigante y hablan de las neurociencias, pero su aplicación es muy escasa. Es un terreno fértil para hacer cosas buenas y también para que sea un negocio que le convenga a cinco personas que dicten cursos online sobre cómo funciona la mielina y esto no sirve absolutamente para nada.

 -¿Qué papel toma el Estado en esta relación?

El rol del Estado a nivel educativo no se discute, lo único que se pone en debate a la sociedad son las paritarias o los problemas del aula, pero no hay una discusión sobre cómo educar, qué cambios hay que hacer. Estamos años luz de que el Estado pueda investigar o implementar sobre estas cuestiones.

En el plano económico, por ejemplo, los subsidios que obtuve son para trabajar en roedores. Hay muy poco apoyo a la profundización de estas iniciativas por fuera del laboratorio por más de que tengan éxito comercial y parezca que el futuro de la educación está ahí. Después, en la práctica, esto se frustra.

-Y desde su disciplina, ¿qué evaluaciones hacen sobre las prácticas pedagógicas?

-Voy a dar un ejemplo: en la lógica pedagógica tiene sentido que un chico que corta una pizza se dé cuenta fácilmente que se trata de una fracción. ¿Pero eso está probado? ¿Alguien lo midió? La neurociencia y la educación son dos mundos que se chocan. Estaría buenísimo que esos dos mundos vayan en paralelo, acompañándose, para que la ciencia le brinde información útil a los docentes, y a su vez, desarrollar estrategias para que el sistema científico se nutra de nuevas preguntas, ya que no está presente en el aula. Pero, como es tan nuevo, es difícil convencer a las partes de que es posible, que hay resultados y que puede mejorar el sistema educativo.

Fuente: http://www.lr21.com.uy/comunidad/1362600-neurociencia-educacion-fabricio-ballarini

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Cambiemos la educación: La neurociencia da la razón a las pedagogías alternativas

Por: Ecoportal

Últimamente se está hablando en muchos medios de comunicación de los aportes que la neurociencia está realizando al campo de la educación. ¿Pero cuáles son estos aportes? ¿Son realmente relevantes? ¿Nos sirven a nosotros, los que estamos cada día dentro de la escuela o es pura teoría que queda reflejada en un libro?

¿Qué estudia la Neurociencia en el campo educativo?

La neurociencia es la ciencia que estudia al cerebro humano y cómo se producen los aprendizajes en él. Por lo tanto aplicada a la educación es una herramienta básica para conocer y entender los mecanismos del aprendizaje y cómo interaccionar con él. Es decir, cómo abrazarnos al aprendizaje sin tener que enfrentarnos a él ni luchar por querer fijarlo en el cerebro.

Como profesional, o más bien aprendiz de la enseñanza, esto me parece algo totalmente revolucionario. Lo que nos plantea la neurociencia es la evidencia, que no creencia, científica acerca del funcionamiento del cerebro. Gracias a su estudio y conocimiento podemos saber qué factores son determinantes para que aquello que queremos que aprendan los niños en la escuela se haga de manera eficaz y duradera.

Toda persona que se dedique al trabajo con niños debería conocer estas evidencias científicas. Así que desde aquí hago un reclamo a las universidades para que por favor pongan esta asignatura tan indispensable en la carrera de magisterio.

Los factores facilitadores de aprendizaje

Voy a comentarle (humildemente pues no soy una experta en la materia) algunos de estos factores “facilitadores de aprendizaje”. Todos ellos estudiados a través de una formación realizada con David Bueno i Torrens, neurocientífico, al que aconsejo que siga si está interesado en conocer más.

Los períodos críticos

A medida que nuestro cerebro va madurando, se ha descubierto que existen unos períodos en los que determinados aprendizajes son más sensibles a ser adquiridos en un momento que en otro. 

Esto no quiere decir que pasado este período no se pueda adquirir un aprendizaje, gracias a la plasticidad de nuestro cerebro se puede hacer pero costará más.

Por ejemplo con la lectura y la escritura.

El cerebro no está especialmente sensible a adquirir estos aprendizajes hasta los 6/7 años, sin embargo en algunas escuelas se cuelgan medallas porque hay niños que desde los 3 años ya saben escribir. Es cierto, estos niños, aprenden a escribir a los 3 años, momento no sensible para su aprendizaje, a través de una insistencia agotadora, que no sería necesaria si se esperase a que el cerebro estuviera preparado para ello.

En la adolescencia el cerebro es básicamente emocional, es lógico que a muchos adolescentes les cueste centrarse en determinadas asignaturas como química, física, biología…

neurociencia, educación, pedagogía, cerebro, neurotransmisores

La emoción activa el aprendizaje

Si un aprendizaje tiene una alto contenido emocional, es más probable que sea adquirido que otro al cual no hay ninguna emoción vinculada.

Esto tiene que ver con nuestra amígdala. La información con contenido emocional pasa por el sistema límbico donde se encuentra la amígdala. La amígdala es una de las partes más primitivas del cerebro y se activa ante eventos que considera importantes para la supervivencia, lo que favorece un recuerdo de manera más eficiente. Además con la emoción se crea oxitocinaserotonina y adrenalina, neurotransmisores necesarios para realizar nuevas conexiones neuronales.

La sorpresa, por ejemplo, es otro factor que activa la amígdala.

La práctica en diferentes contextos

La neurociencia nos dice también que cualquier contenido se asimila mucho mejor cuando podemos ponerlo en práctica en diversas situaciones.

Esto favorece la mielinización de las conexiones neuronales, haciéndolas más rápidas y de mejor acceso.

La influencia del adulto

Otro factor interesante es el de la actitud del adulto.

Se puede empatizar mucho mejor con alguien que tiene una actitud de “vamos a aprender” que con quien tiene una de “vengo a enseñar”. Las neuronas espejo predisponen a aprender cosas nuevas si se mantiene una actitud de respeto y empatía.

La capacidad atencional

Nuestro cerebro es incapaz de mantener la atención de manera continua.

De los 3-6 años son capaces de 5 a 8 minutos y la de los adultos es de 15 a 18 minutos.

¿Cómo se puede pretender tener a grupos de niños sentados durante horas, impasibles, y que encima atiendan?

Ya no comento nada de donde queda el aprendizaje… Se necesitan realizar descansos. Es cierto que hay contenidos que resultan tan motivadores para un niño que no puede despegarse de ellos durante horas, pero aquí ya intervienen otros factores como la emoción, la realización, el afán de superación…

Cuando dejas a un niño que conecte realmente con su necesidad puedes darte cuenta de cuándo tiene suficiente con una cosa o cuándo necesita más de otra. Es una auténtica maravilla poder observarlo.

Muchas veces, cuando algún niño ha hecho un verdadero esfuerzo cognitivo se va al exterior durante un buen rato a correr y saltar en la cama elástica. Nuestro cerebro consume oxígeno y glucosa cuando realiza este tipo de esfuerzos, para poder recuperarlo necesita de movimiento físico.

Hay muchas escuelas que ya están llevando a cabo este tipo de aciertos. Escuelas que llevan a cabo metodologías activas, que respetan los períodos y fases de desarrollo de manera individualizada, en los cuales los aprendizajes transcurren de manera espontánea, sin imposición externa, desde el verdadero afán de curiosidad del niño, otorgando el verdadero protagonismo de la educación a quién corresponde.

Ecoportal.net

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