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Dominicana por reducir tasa de analfabetismo en adultos

Centroamérica/República Dominicana/10 septiembre 2020/prensa-latina.cu

La dirección de Proyectos Estratégicos y Programas Especiales de la Presidencia dominicana, anunció hoy que actualizará el Programa de Alfabetización de Adultos, para reducir la tasa de analfabetismo a un cinco por ciento.

En el marco de la celebración del Día Internacional de la Alfabetización, el subdirector de la mencionada dirección, William Lockward, afirmó que para llegar al cinco por ciento, al menos 35 mil personas deben alfabetizarse en el resto de año.

Manifestó que tiene instrucciones del presidente, Luis Abinader, de cumplir este objetivo-meta y ampliar su alcance en el menor tiempo posible.

Asimismo, expresó que la pandemia de la Covid-19 motiva al aprovechamiento de la tecnología de la información y el conocimiento para actualizar y renovar el programa de alfabetización.

Lockward añadió que la tasa nacional de analfabetismo de personas mayores de 15 años se sitúa en la actualidad en un 5,5 por ciento, cifra que representa 406 mil personas que no saben leer ni escribir.

Por último, expresó que adaptaron los contenidos y la metodología del Plan Nacional de Alfabetización a formatos radiales y audiovisuales para las redes sociales, radio y televisión, para así continuar el proceso de enseñanza guardando los protocolos sanitarios.

Según la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) en el mundo existen 773 millones de adultos y jóvenes que carecen de competencias básicas en lectoescritura.

De ahí la importancia de hacer de este día, establecido en 1966, un momento de reflexión y análisis el cual permita a los diferentes países asumir políticas educativas encaminadas a potenciar la enseñanza a los seres humanos relegados.

Fuente: https://www.prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=395149&SEO=dominicana-por-reducir-tasa-de-analfabetismo-en-adultos
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La pandemia a través de los ojos de las niñas adolescentes

Noticia/10 septiembre 2020/elpais.com

Hay más de 1.100 millones de mujeres menores de 18 años en el mundo y esta serie documental recoge, de la mano de Unicef, el testimonio de 16 de ellas en nueve países contando cómo ha afectado la covid-19 en sus vidas. La primera entrega, de cinco, llega desde India, Níger, Chad y Nepal. La ofrecemos en castellano en exclusiva

«La gente aquí tiene miedo porque la covid-19 no tiene ninguna cura conocida», dice Madhu, desde Nepal. «Extraño bastante a mis amigos», contesta Antsa, en Madagascar. En los últimos meses, nuestras vidas se han visto afectadas por la pandemia de la covid-19. Para las niñas de todo el mundo, esto ha significado enfrentar crecientes amenazas a su seguridad y bienestar, incluidas prácticas nocivas, como la violencia, la explotación, el abuso, la exclusión social y  la separación de sus tutores, padres y amigos.

El cierre de escuelas, los servicios de salud y protección para contener la propagación de la covid-19 deja a las niñas aún más vulnerables, intensificando la crisis actual. Si bien la pandemia ha recibido una amplia cobertura, las voces y las historias de las adolescentes a menudo han desaparecido, aunque están y se verán muy afectadas. “Actualmente, muchos padres no tienen trabajo ni dinero para las cuotas escolares. Entonces, han comenzado a planear enviar a sus hijos a trabajar. En el caso de las niñas, es posible que planeen casarlas a una edad temprana». Sangamithra, India.

En Unicef queremos instar a los gobiernos y a los responsables políticos a que reconozcan la vulnerabilidad de las niñas y adolescentes y les garanticen el acceso a una educación de calidad y a servicios legales, de justicia y de salud, incluidos los de salud sexual y reproductiva. Además, pedimos que se preste más atención a las adolescentes especialmente vulnerables, como las que ya están casadas, viudas o divorciadas, las madres adolescentes que han sufrido la mutilación genital femenina. Garantizar que sus necesidades y vulnerabilidades se registren con datos y pruebas durante y después de la pandemia. En definitiva, asegurar que se escuchen las voces de las niñas y adolescentes y se consideren sus pensamientos e ideas en políticas y programas que afectan directamente a sus vidas.

Fuente e imagen tomadas de: https://elpais.com/elpais/2020/09/01/planeta_futuro/1598973106_842144.html

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Educación violenta derecho de estudiantes puertorriqueños

Centroamérica/Puerto Rico/10 septiembre 2020/prensa-latina.cu

El Ministerio de Educación de Puerto Rico violenta el derecho constitucional de los estudiantes puertorriqueños, denunció hoy el Frente Amplio en Defensa de la Educación Pública (Fadep).

Según la organización sindical, a un mes de haber comenzado el año escolar, el ministro de Educación, Eligio Hernández Pérez, ha fallado en la entrega de las computadoras a más del 70 por ciento de los estudiantes, en garantizarles acceso a Internet, en imprimir y tener disponibles los módulos de las materias.

La portavoz del Comité Timón del Pleito de Clase de Educación Especial, Carmen Warren, aseguró que desde marzo tienen cancelados los servicios de terapias a la población con diversidad funcional y los equipos asistidos necesarios para esta población brillan por su ausencia.

Warren señaló directamente a la gobernante puertorriqueña, Wanda Vázquez Garced, de actuar con indiferencia ante la situación que niega a cientos de miles de estudiantes su derecho a la educación.

La presidenta de Educadores por la Democracia, Unidad, Cambio, Militancia y Organización Sindical (Educamos), Migdalia Santiago, sostuvo que los alumnos recibirán un daño permanente en su formación pedagógica.

Advirtió que miles de estudiantes, especialmente en la zona sur y oeste de Puerto Rico, afectadas a lo largo de este año 2020 por seísmos, jamás pisaron un salón de clases en el semestre de enero a junio.

‘La crisis iniciada por el paso de los huracanes Irma y María en septiembre de 2017, los terremotos que comenzaron en enero de este año y la pandemia del Covid-19 tomaron al Ministerio de Educación sin ninguna capacidad de respuesta’, dijo Santiago.

La portavoz de Educamos advirtió que a esto se suma la negligencia crasa al cerrar e manera atropellada cientos de escuelas, que hoy más que nunca demuestran ser necesarias.

La presidenta de la Federación de Maestros de Puerto Rico, Mercedes Martínez Padilla, acusó al ministro Hernández Pérez de fallar en proveer al personal docente capacitación sobre las plataformas tecnológicas a utilizarse y en proveer acceso a Internet a cada educador y personal de apoyo, a pesar de que Educación recibió 349 millones de dólares de la Ley de Cuidados de Estados Unidos para garantizar educación a distancia.

El Fadep afirmó resaltó las condiciones desiguales que ha propiciado el Ministerio de Educación, al negarle los equipos en igualdad de condiciones y tiempo a los 286 mil estudiantes de las escuelas públicas de esta isla del Caribe, bajo el dominio colonial de Estados Unidos.

La organización frentista exigió que se abran las 600 escuelas cerradas, se acondicionen y se higienicen para recibir a los estudiantes en grupos pequeños, no de 35 como antes, cuando existan las condiciones seguras para ofrecer clases presenciales.

Fuente: https://www.prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=395176&SEO=educacion-violenta-derecho-de-estudiantes-puertorriquenos
Imagen: https://elchicotemir.files.wordpress.com/2017/05/estudiantes-puerto-rico.jpg?w=643
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Vuelta a clase: estos son los desafíos emocionales y psicológicos de alumnos y profesores

Por: Pablo Meneses

Además de las medidas sanitarias, la enseñanza presencial durante la pandemia presenta nuevos retos que requieren de una capacidad de adaptación constante

Distanciamiento social. Mascarillas. Educación híbrida, presencial, online. Burbujas de convivencia. Gel hidroalcohólico, desinfección, confinamiento y protocolos de actuación. El debate sobre la vuelta a los centros educativos de los 8,2 millones de alumnos no universitarios matriculados en España está marcado por la preocupante evolución de una pandemia que continúa expandiéndose sin freno aparente. Un retorno que presenta, además, numerosos desafíos emocionales y psicológicos que alumnos y profesores tendrán que afrontar en los próximos meses, y que les exigirán una permanente capacidad de adaptación.

Es en este contexto de cambio que la Universidad de Cambridge celebra estos días el Cambridge Live Experience 2020, un congreso online y gratuito en el que, a lo largo de tres días (8, 9 y 10 de septiembre), más de 20.000 docentes de todo el mundo asisten a 55 webinars que pretenden orientar, inspirar y apoyar a los profesores en su retorno a las aulas. Para abordar esos desafíos emocionales y psicológicos, EL PAÍS ha conversado con cuatro de sus ponentes: Andy Cope, especialista en bienestar y crecimiento personal; Kate Brierton, psicóloga clínica; Nahla Al Malki, consultora ELT; y Ricardo Morales, coordinador de servicios académicos de Cambridge University Press en México.

Aulas de apoyo emocional

Más allá de las medidas de contención sanitarias, los docentes han empezado a recibir en sus clases a unos alumnos cuyas vivencias estos meses han sido muy diferentes. Algunos habrán disfrutado del contacto con la familia y de una menor presión académica, mientras que otros habrán pasado por experiencias difíciles y potencialmente traumatizantes. Para la mayoría, el mayor reto será ahora mantenerse motivados por aprender a pesar de la incertidumbre acerca de cómo la pandemia afectará a sus estudios y a su vida, con la posibilidad de nuevos confinamientos y una vuelta a las clases en remoto.

Por eso, “una de las tareas más importantes de los profesores será la de ayudar a todos estos estudiantes a regularse emocionalmente y a que se sientan capacitados para seguir adelante. Hay que escuchar y validar cada experiencia individual; un sentimiento o emoción nunca está equivocado, porque no podemos controlar cómo nos sentimos”, sostiene Kate Brierton, psicóloga clínica en Compassionate Cambridge. Usar el lenguaje para generar un sentimiento de pertenencia, añade, es también útil, con frases como “estamos juntos en esto y nos podemos ayudar unos a otros”, que pueden evitar que los menores se sientan solos y sin ayuda.

Una de las posibles estrategias es la de crear aulas sensibles al trauma, con entornos que proporcionen apoyos a todos los estudiantes, incluyendo los más vulnerables, “con una rutina constante y predecible, y una atmósfera tranquila y silenciosa, sin demasiado ruido ni ajetreo. Los profesores pueden ser conscientes de su comunicación no verbal, moviéndose más lentamente por la clase, evitando los movimientos bruscos y hablando con un tono regular y reconfortante”, afirma Brierton. “Y en lugar de inclinarse sobre los estudiantes, lo que podría provocar la reacción de un estudiante traumatizado, bajar a su altura para hablar con ellos”. Si un estudiante se siente angustiado, es recomendable disponer de un espacio, fuera del aula, donde el alumno o alumna pueda tomarse el tiempo que necesite para tranquilizarse.

¿Cómo reconocer señales de estrés emocional en los alumnos?

Cualquier cambio en su conducta con respecto a antes de la pandemia puede indicar la existencia de estrés emocional, ya sea a través de un aislamiento social, de comportamientos desafiantes o de otros síntomas como dificultades con grupos de compañeros, cambios en el peso o incluso señales de fatiga. “Los profesores deben también vigilar la posible aparición de autolesiones o señales de trauma, como hipervigilancia, reactividad emocional, flashbacks o disociación, que puede manifestarse con el menor soñando despierto”. Los niños más pequeños pueden desarrollar una dependencia excesiva de los familiares adultos, estar nerviosos en situaciones nuevas o mostrar síntomas somáticos, como dolores de cabeza o de estómago.

Una oportunidad para redefinir la nueva normalidad

El papel de los profesores en la recuperación educativa e incluso emocional de los alumnos es, por tanto, clave. Pero para ello, apunta Brierton, “es necesario que antepongan su propia salud. Cuidarse a sí mismos es vital en estos momentos: comer bien, dormir lo suficiente, practicar ejercicio…”. La enseñanza es una profesión que demanda mucha energía, y que es física y mentalmente extenuante. “Si no te sientes bien físicamente, si no tienes la energía suficiente, es muy difícil que puedas dar lo que no tienes. Hay que cuidar la salud física y mental… Si el sueño y el ejercicio vinieran en pastillas, curarían la mayoría de los problemas del mundo”, argumenta Andy Cope, especialista en bienestar, conferenciante y autor de The Art of Being Brilliant.

Y después, aunque parezca complicado en esta nueva normalidad de la covid-19, es necesario mantener una actitud positiva, porque las emociones son contagiosas: “Como profesor en un aula, si estás estresado, preocupado o con ansiedad, adivina qué es lo primero que tus alumnos van a percibir inmediatamente de ti. Es imposible no tener un impacto, y por tanto hay que encontrar la manera de que este sea positivo”, explica Cope. “Solo el 10 % de tu felicidad se debe a circunstancias externas; el resto viene de cómo piensas, y sobre esa parte podemos aprender a tener el control” e impactar no solo nuestras vidas sino las de quienes nos rodean. Hay estadísticas que lo corroboran: tener un buen amigo feliz nos hará un 14 % más felices; si se trata de un hermano o hermana, seremos un 17 % más felices; y si tienes un vecino feliz, tú serás un 37 % más feliz, según explican Nicholas Christakis y James Fowler en Connected: The Amazing Power of Social Networks & how they Shapeour Lives.

Hemos entrado, y estamos cansados de oírlo, en una nueva normalidad. Pero lo bueno (y también lo malo) es que nadie sabe exactamente cómo es, y eso precisamente brinda una oportunidad para que todos (y no solo los docentes) decidan por su cuenta cómo será esta. “No sé tú, pero yo no quiero volver a mi vieja normalidad, porque en ella estaba cuatro horas diarias en la carretera, sufría de estrés y ansiedad…”, reflexiona Cope. Y respecto a las escuelas, se pregunta: “¿No sería fantástico si pudiéramos salir de la covid-19 en una posición mejor de la que teníamos cuando entramos? ¿Si incorporáramos el bienestar a los centros educativos, incrustándolo en el aula de manera que cuando venga la próxima pandemia, o lo que sea, estemos en una mucha mejor posición para lidiar con ello mental y emocionalmente?”

El secreto, para Cope, está en la psicología positiva, en ese puñado de personas que podemos encontrar en nuestra vida que mantienen la energía, la pasión, la sonrisa y la positividad en todas las circunstancias, incluso en medio de una pandemia global como la que nos afecta; en qué hacen para sentirse así de bien y en qué podemos aprender de ellos. “Eso es lo importante de la psicología positiva: que tiende a ser una conducta aprendida, y te recuerda las cosas que tú puedes hacer para tomar el control”. Por ejemplo, la ratio de tres a uno: en el aula, el profesor debería proponerse ser tres veces más positivo que negativo; y si estoy en la sala de profesores, y escucho a la gente compartiendo tres cosas positivas (risas, alabanzas, ánimos) por cada cosa negativa, estaré bastante seguro de que el ambiente es adecuado.

“Pero no queremos hacerlo simplemente bien, queremos hacerlo excepcionalmente”, argumenta. Por eso, recomienda que la proporción sea aún mayor. “Una de las cosas que puedes hacer es escucharte a ti mismo, de manera que por cada aspecto negativo que compartas, lo equilibres con otros seis positivos, seis cosas buenas, seis alabanzas a un colega que ha hecho algo bien, seis momentos de risa… Y, de hecho, las investigaciones actuales en el aula apuntan incluso a una ratio de ocho a uno. Si estoy en el aula y escucho ocho cosas positivas por cada negativa, podré estar seguro de que esa clase tiene la energía necesaria”.

La regla de los cuatro minutos

Otro consejo es lo que Cope denomina la regla de los cuatro minutos, porque es más o menos el tiempo que tarda una persona en percibir cómo te sientes. Para un profesor, eso significa que tienes que dar lo mejor de ti mismo los primeros cuatro minutos: cuando entras en la sala de profesores, con energía, entusiasmo y positividad; los primeros cuatro minutos de clase, para que luego todos respondan positivamente; los primeros cuatro minutos de una reunión de claustro, o al irse a casa desde el trabajo… “Si todos podemos completar bien esos cuatro minutos, y ser genuinamente alegres y positivos, nos daremos cuenta de que creamos una energía en la gente que nos rodea”.

Separados físicamente, pero participativos

El distanciamiento social impuesto por el coronavirus ha modificado también la forma de impartir clase o de participar en las actividades lectivas, al forzar un espacio físico entre los alumnos que hace más difícil el trabajo en grupos. Sin embargo, esto no significa que no haya estrategias a las que los docentes puedan recurrir: “Los profesores deben reflexionar sobre sus propias creencias respecto al aprendizaje, y como conseguían implicar a sus alumnos antes de la pandemia”, esgrime Nahla Al Malki, consultora de ELT y formadora de CELTA. “Si parten de esas prácticas originales y de esos principios de aprendizaje, rápidamente encontrarán sus propias estrategias para superar las medidas de distanciamiento”.

Así, la participación de los alumnos puede potenciarse facilitando un aprendizaje basado en la investigación, con clases invertidas (flipped classrooms) o la colaboración entre compañeros y en grupo, y desarrollando un sentido de la responsabilidad y de propiedad sobre su propio proceso de aprendizaje. No serán, en un sentido estricto, nuevas estrategias, sino que usarán herramientas nuevas: por ejemplo, a través de soluciones TIC o celebrando debates en espacios abiertos.

En cualquier caso, es importante no caer en el error de que el distanciamiento necesariamente hará que los profesores impartan exclusivamente clases magistrales: “Estas lecciones pueden ser útiles en contextos concretos o para ciertas asignaturas, pero desde luego no debe ser nunca la forma en que los estudiantes experimenten todo su aprendizaje. Los alumnos deben implicarse a un nivel más profundo para desarrollar sus habilidades, y aprovechar plenamente lo que sea que estén aprendiendo”, cuenta Malki.

Encontrar la resiliencia necesaria

En este contexto tan atribulado, es importante que tanto profesores como alumnos puedan considerar que el de la pandemia no deja de ser un proceso en el cual se viven diferentes etapas, como señala Ricardo Morales, coordinador de servicios académicos de Cambridge University Press en México: el impacto o trauma inicial ante una situación inesperada; la reacción, que consiste en adaptarse al nuevo entorno y buscar soluciones que permitan reconvenir la estabilidad; y el crecimiento: aprender de lo acontecido y tomar todo lo positivo que esta nueva situación ha traído. Es ahí en dónde la resiliencia toma un rol importante: “Considerar que no todo lo que se ha vivido ha sido catastrófico; por el contrario, se han adquirido nuevos conocimientos, habilidades y destrezas que nos ayudarán a mejorar en las siguientes etapas de la vida”.

Fuente: https://elpais.com/economia/2020/09/09/actualidad/1599648299_945483.html

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Brasil: Reabren clases presenciales con limitaciones en 20% de municipios de Sao Paulo

América del sur/Brasil/10 septiembre 2020/spanish.xinhuanet.com

Sao Paulo, el estado epicentro de la enfermedad del nuevo coronavirus (COVID-19) en Brasil, retomó hoy martes en 20 por ciento de sus municipios las clases presenciales, aunque no obligatorias, en apoyo a los alumnos luego de seis meses de educación por la vía virtual.

Un total de 128 de los 645 municipios de Sao Paulo (sureste), el estado más grande del país con 46 millones de habitantes, se adhirieron al plan de reapertura paulatina a partir del 8 de septiembre, informó la Secretaría de Educación Regional.

En esta etapa, la presencia es optativa y tiene como foco actividades lúdicas, educación física y de recuperación escolar, según las autoridades.

La ciudad de Sao Paulo, la mayor urbe de Sudamérica, postergó la reanudación de clases presenciales optativas y con restricciones para el 7 de octubre.

Las clases presenciales, tanto en la red pública como privada, fueron suspendidas a mediados de marzo por la pandemia, sobre todo porque Sao Paulo aporta un cuarto de los muertos y los enfermos por la COVID-19 en Brasil.

Aproximadamente un tercio del alumnado acudió este martes a las clases en la ciudad de Sorocaba, interior del estado de Sao Paulo, de acuerdo con las autoridades municipales.

La Secretaría de Educación anunció en agosto la contratación de 1.000 psicólogos para atender a la red educativa de los problemas que pueda haber causado la cuarentena con la enseñanza virtual.

El regreso paulatino a las clases presenciales es permitido para municipios en fase amarilla, es decir, con un mes de estabilidad en los criterios y estadísticas del área de salud frente a la pandemia.

En tanto, el estado de Rio Grande do Sul (sur) retomó este martes las clases presenciales en varios municipios de las escuelas de educación infantil, con medidas de seguridad y restricciones de distanciamiento.

Los estados de Amazonas y Pará, en el norte amazónico, reanudaron las clases presenciales de manera paulatina a partir de julio.

En Manaos, capital del estado de Amazonas, unos 600 docentes y trabajadores de la educación se contagiaron tras la reanudación de clases, según la Fundación de la Vigilancia Sanitaria.

La situación es diferente en cada estado de Brasil y en cada municipio.

Por ejemplo, la gobernadora el estado de Rio Grande do Norte (noreste), Fátima Bezerra, anunció este martes que las clases presenciales retornarán con el ciclo lectivo de 2021.

Fuente: http://spanish.xinhuanet.com/2020-09/09/c_139353599.htm

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Entrevista a Vicente Mañes: “Sin suficiente profesorado, va a ser imposible cumplir la normativa en ciertos sitios”

Entrevistas/10 septiembre 2020/Autor: Daniel Sánchez Caballero/eldiariolaeducacion.com

Los colegios de infantil y primaria están comenzando las clases esta semana. La situación no es precisamente la ideal. Hablamos con Vicente Mañes, presidente de Fedeip, la federación que agrupa a sus directoras y directores. Aunque en Valencia, su Comunidad, la realidad es bastante buena, en el resto del país las medidas de seguridad no parece que puedan ser viables.

Vicent Mañes no para. El presidente de la Federación de Asociaciones de Directivos de Centros Educativos Públicos de Educación Infantil y Primaria lleva desde que empezó la pandemia atendiendo a los medios de comunicación a diario, peleando por sacar adelante su colegio, el Bertomeu Llorens i Royo de Catarroja, en Valencia, y coordinándose con los compañeros de la Federación. Mañes está en una situación curiosa: como representante de los directivos de colegios tiene que hablar de una realidad que le cuentan y que muchas veces no se corresponde con la suya. Como explica durante la entrevista, este profesor de inglés trabaja en la Comunidad Valenciana, probablemente la administración autonómica que ha presentado un plan de vuelta al colegio con más medios y posibilidades para los colegios. En el resto, cuenta Mañes, será difícil cumplir las medidas sanitarias porque no habrá suficientes profesores. Tan sencillo como eso: sin docentes no hay seguridad. Y ese resto son la mayoría de comunidades. En el verano más atípico de su vida, Mañes ha tenido dos semanas de vacaciones y nunca llegó a desconectar de sus compañeros ni dejó de hablar con otros directores.

¿Cómo ha empezado el curso?

Los compañeros en general se quejan de la precipitación, improvisación, en algunas comunidades autónomas más que en otras. También de la falta de recursos: en Andalucía no han llegado, en Murcia que hayan hecho un plan semipresencial que parece que no convence a nadie y no está bien organizado, en el País Vasco también achacan improvisación al Gobierno y en Galicia, esto ya es el culmen, han cambiado los consejeros de Educación y Sanidad, las dos consejerías más implicadas en la gestión de la pandemia. Todo esto no ayuda a una incorporación tranquila. En la Comunidad Valenciana tenemos el profesorado ya contratado en función de los grupos creados. Tenemos el plan de contingencia hecho, aunque ahora hay que hacer modificaciones como, por ejemplo, que ahora los grupos burbuja tengan que usar mascarillas todo el día. Pero ya lo teníamos hecho. No todo es una maravilla: faltan por llegar tablets, material para afrontar posibles confinamientos totales o parciales… En general, teniendo en cuenta que hay competencias autonómicas, podemos decir que ha habido precipitación y falta de seguridad, los equipos directivos no están tranquilos. Es una situación de incertidumbre muy grande, aparte de la gestión de casos. La coordinación con los centros de salud está cogida con alfileres y hoy es el día 1, no sabemos cómo puede evolucionar esto. Incertidumbre sería la palabra clave.

¿A qué cree que se debe esta precipitación? ¿No calibraron bien la situación o intentaron ahorrar dinero hasta el último momento?

La administración tiene una excusa, entre comillas. La pandemia va evolucionando y no es fácil adelantarse. Pero por eso precisamente habría que ser precavido y más cauto. Desde el 15 de agosto me están llamando las radios y periódicos con las prisas. ¿En mayo no sabíamos que el 7 de septiembre había que volver a los colegios? En algunas comunidades el trabajo estaba hecho, pero en otras hasta la Conferencia del 27 de agosto es como si no se acordaran. Mira Madrid, por ejemplo. Una dejadez inaudita, siendo un problema que afecta a tantísima gente, no solo a los alumnos. También a las familias. Porque abrir las escuelas es movilidad, entradas, salidas, gente que va y viene… todo lo contrario a lo que se preconizaba que había que hacer para contener la pandemia. No quiero dar un mensaje de intranquilidad, los equipos directivos nos lo hemos trabajado mucho, pongo la mano en el fuego por eso, pero lo hacemos con el material que nos dan. Necesitamos los medios, y aparte del tema económico y personal, es tener seguridad jurídica, tener herramientas legislativas. El legislador nos tiene que proveer de un marco en el que nos podamos mover. Si nos dicen que hay que exigir a las familias que tomen la temperatura pero no te dan herramientas para que se cumpla… Hay un poco de descoordinación en este sentido.

Supongo que habrá muchas realidades, pero ¿cree que se va a cumplir la normativa sanitaria?

Es difícil de contestar. Pero la normativa respecto a los grupos, las distancias, etc. en algunos sitios será imposible sin profesorado. Y en otros, incluso con profesorado, porque no tendrán espacio. El problema fundamental es de profesorado. Las administraciones hacen cálculos sui generis a veces. Si un centro está funcionando el año pasado con X profesores y atendía a todo el alumnado, incluida la diversidad, habrá administraciones que caerán en la tentación de mantener ese profesorado y deshacer los desdobles y refuerzos que había, eliminando este tratamiento a la diversidad y atención al alumnado, sobre todo, al alumnado con necesidades especiales. Perjudicaríamos a un sector muy amplio del alumnado. No conozco las respuestas de todas las administraciones, pero hay algunas que no están entregando los medios.

¿Cómo van los grupos burbuja?

Son grupos de 20 y algunas comunidades han flexibilizado ese número para que pueda llegar a 25, la ratio máxima. No sé cómo afecta a nivel macro que en lugar de 20 sea de 25, creo que no demasiado. La mayoría de los colegios lo han hecho. Con los no burbuja que hay que mantener metro y medio es donde más problemas hay. Las aulas deberían tener 70 u 80 metros cuadrados para meter a esos niños. En un aula de 56-57 metros cuadrados, que ya es grande, no caben 25 niños. Luego hay cosas de sentido común, como que es más importante la distancia lateral que la frontal, si están mirando todos en el mismo sentido. Pero son muchas cosas: el uso de servicios, poder utilizar las fuentes del patio, la organización de los servicios de limpieza… Ahora tienen que utilizar el mismo servicio cinco grupos distintos. Dentro de uno pueden ir a la vez, pero luego no puede entrar uno de otro grupo hasta que no lo hayas limpiado, con lo que antes del patio, después del patio y en la sesión de la tarde tienes que organizar turnos para que pueda ir un grupo, limpiar el baño, luego otro. Después está el comedor también, la cuadratura del círculo. Es uno de los servicios más demandados por la conciliación, y tenemos que organizar también los grupos…

¿Pero van a ser estancos estos grupos?

Van a funcionar en el centro. Otra cosa es la validez que tenga eso desde el momento en el que los niños salgan. Salen al parque, juegan, van a comprar con sus padres. Luego veremos, si surgen casos, cómo tratarlos… En los centros estamos súper concienciados para ser muy estrictos con este tema. Los patios, por ejemplo. Nosotros hemos tenido hoy (por ayer) una primera prueba. Hoy estábamos solo con los grupos burbuja, pero hemos sectorizado el patio y vigilado todos los profesores para que se vayan acostumbrando. En otros colegios se han hecho turnos… Eso ya depende de cada centro. Pero diría que sí se van a cumplir, al menos en las comunidades como desde la que hablo yo, en la que nos han dado medios. En Andalucía, Murcia, Aragón me transmiten sus quejas porque no son capaces de cumplir las medidas por falta de recursos.

¿Cómo se están organizando, por ejemplo, con los servicios o los profesores especialistas que normalmente van pasando de clase en clase?

La mayoría de los especialistas son también tutores. Son tutores de grupos de distancia, que quiere decir que pueden entrar en otros grupos, que eso es clave. También con la flexibilización de las medidas ahora se permite la entrada con equipo de protección por parte del profesor con mascarilla y distancia, sin interactuar físicamente con los niños. Antes no se podía. Otra opción es dar clases semivirtuales, que el profesor dé clase en el mismo centro, pero a distancia. Que no es la solución que más nos gusta, pero…

Hablamos mucho de temas sanitarios, pero los formativos están quedando un poco olvidados. ¿El asunto educativo cómo va? ¿Alguna preocupación especial?

En infantil y primaria la situación es diferente que en secundaria. Tenemos un currículum y unos contenidos, pero lo fundamental es establecer rutinas, metodologías, hábitos de trabajo y, por supuesto. también contenidos. Lo perdido en el último trimestre no nos preocupa, se recupera fácilmente reprogramando lo que se dejó de hacer. Lo más problemático es el cambio de hábitos, llevan seis meses sin pisar el colegio. Pero son esponjas y se habituan rápido. Los niños tenían ganas de volver, lo hemos comprobado. Estaban súper contentos de volver porque esta es su vida, el colegio, los profesores.

¿Cómo llevan el tema del ‘responsable COVID’ que les han obligado a asignar?

En la mayoría de los casos el responsable será el director o directora, como es mi caso. Estamos esperando formación específica, no tenemos y deberíamos tenerla. Entendemos que en este momento nuestro papel se limita a ser el vínculo entre salud y educación para detectar casos en el centro y para recibir instrucciones de los centros de salud en caso de posibles cierres. En todas nuestras conversaciones con la administración hemos dicho que el responsable COVID debería ser personal sanitario. Llevamos tiempo dándole vueltas al tema de la enfermera escolar. Excepto Madrid, el resto de comunidades no tenemos enfermera escolar, por ejemplo. Y es un papel importante, también por la promoción de la salud en el ámbito escolar. No es solo una enfermera que ponga tiritas, pero sí para preocuparse de la promoción de hábitos sanitarios. Y ahora vendría muy bien como primer elemento de rastreo de casos, etc. Pero no nos han hecho caso porque como siempre es una cuestión de dinero.

¿Ha pesado más el asunto conciliación que el formativo a la hora de decidir abrir los centros?

Sí. El problema es que tenemos confiada la conciliación casi en exclusiva a la escuela, y eso es un error. La función de la escuela no es conciliar, es otra. Es su papel educativo. Lo otro es complementario, también permite que las familias puedan hacer otra cosa. Esto es de un debate amplio y grande. Tendríamos que pensar cómo organizamos el tiempo de nuestros niños, de los adultos que trabajan, los horarios… y entre empresas, trabajadores, ministerios y comunidades autónomas articular otros mecanismos. Ahora nos vemos con el problema de que hay que solucionar rápido qué va a pasar cuando se confine una escuela. Si el niño no es portador, los padres no tienen coberturas para quedarse en casa. Ahora nos damos cuenta de todos los problemas que supone esto. Ya nos habíamos dado cuenta durante el confinamiento, de hecho. Es un tema que no tiene una solución fácil.

Hablemos del profesorado vulnerable. Parece que les están obligando a trabajar presencialmente. ¿Qué soluciones hay para ellos?

Hoy por hoy, si no tienen baja médica y solo son vulnerables, aunque estén en situación de riesgo, a no ser que tengan un informe de los servicios de atención a los profesionales, tienen que ir a trabajar. En los centros podemos hacer pequeñas adaptaciones, como no ponerles frente a un grupo burbuja sin mascarillas. No sé si la solución son los test masivos, como han hecho en Madrid, porque mira lo que ha pasado con todos los positivos, pero está claro que si una persona es de riesgo deberíamos hacer un esfuerzo por intentar adaptar sus funciones dentro del centro y minimizar en la medida de lo posible el riesgo.

Se habló de que del confinamiento saldríamos mejores. No parece que haya acabado de cumplirse aquello. ¿Tiene esperanzas pese a todo de que esto sirva para darle un empujón a la educación, por ejemplo, en relación a las ratios?

No lo sé. Esto es una situación totalmente inesperada. Va a depender mucho de cómo evoluciona el tema clínico cuando pasen dos o tres semanas desde la apertura de los centros. Entonces pasarán cosas. Lo que me temo es que cuando descubramos la vacuna no va a dejar huella. No sé si la vuelta a la normalidad es volver a ser tan torpes como éramos antes, pero no tengo esperanzas de cambios significativos. Lo de la importancia de la educación se dice con mucha facilidad, sobre todo la clase política. Pero luego se ven los resultados. En este país ha primado que se abrieran los bares y hoteles antes del tema sanitario. Y así nos ha ido.

No sé si tendrá respuesta, pero necesito que alguien me explique esto. ¿Por qué cree que las comunidades prohíben las reuniones de más de 10 personas, pero en los colegios permiten meter a 20 personas en 50 metros cuadrados?

Solo tengo una respuesta: que crean que de verdad en el colegio vamos a cumplir las medidas. Si todo el mundo cumpliera con las medidas, perfectamente podríamos reunirnos 20 o 30 personas. Si nos reunimos con distancia, mascarilla, sin tocarnos, compartir objetos, podríamos hacerlo. Y si no lo creen es una irresponsabilidad muy grande. Pero sí, comparto el argumento.

Acabamos con una pregunta un poco más personal. ¿Ha tenido vacaciones?

Me fui del cole el 4-5 de agosto. Hasta el día 14 o 15, aunque continuaba el contacto con mis compañeros, sí tuve vacaciones. A partir de ese día fue una locura. Trabajo de coordinación, en los colegios, hablando con compañeros, intercambiando ideas. Y la última semana de agosto ya estábamos de vuelta. No es una queja, este trabajo es absorbente y sabemos dónde nos metemos. Muchas otras personas tampoco han tenido y son colectivos que no han tenido repercusión. Pero no me quejo.

No le preguntaba tampoco con esa intención. Lo decía por esto de que los profesores sois unos vagos y no queréis volver a clase para quedaros en la playa.

[Se ríe] Yo intento ir a la playa cuando puedo, viene muy bien siempre.

Fuente e imagen tomadas de: https://eldiariodelaeducacion.com/2020/09/08/sin-suficiente-profesorado-va-a-ser-imposible-cumplir-la-normativa-en-ciertos-sitios/

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Pandemia empujará a 47 millones de mujeres más a la pobreza

Noticia/08 septiembre 2020/prensa-latina.cu

La pandemia de Covid-19 empujará a 47 millones más de mujeres y niñas por debajo del umbral de la pobreza, revirtiendo décadas de progreso para erradicar ese problema, advierte hoy un reporte de agencias de ONU.

De acuerdo con un informe de ONU Mujeres y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), nuevas proyecciones apuntan a un aumento de la pobreza de 9,1 por ciento para ellas, debido a la crisis por la Covid-19.

Antes de la pandemia, detallan, se esperaba que la tasa de pobreza de las mujeres disminuiría en un 2,7 por ciento de 2019 a 2021.

Debido al actual escenario, para el año 2021, por cada 100 hombres de 25 a 34 años que vivan en la pobreza extrema, habrá 118 mujeres, según indican las cifras de ONU Mujeres y el PNUD. Esta brecha se espera aumente a 121 mujeres por cada 100 hombres para el año 2030.

Ambas agencias de ONU pidieron a los Gobiernos que implementen estrategias para mejorar el acceso a la educación y la planificación familiar, salarios justos e iguales y expandir las transferencias sociales.

Esta semana, el secretario general de la ONU, António Guterres, aseguró que la pandemia de Covid-19 profundiza las desigualdades existentes, incluida la de género, y ahora se produce un retroceso en décadas de progresos limitados sobre ese tema.

Sin una respuesta rápida, se corre el riego de perder los avances en los derechos de la mujer y su empoderamiento, y puede tomar varias generaciones recuperarlos, resaltó el titular.

Guterres también abogó porque todos los Gobiernos tomen medidas para garantizar protección a mujeres y niñas vulnerables, y mitigar el impacto de la crisis generada por la Covid-19 sobre ellas.

Fuente e imagen tomadas de: https://www.prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=393758&SEO=pandemia-empujara-a-47-millones-de-mujeres-mas-a-la-pobreza
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