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La ONU pide reabrir escuelas para evitar una “catástrofe generacional”

Noticia/06 Agosto 2020/elpais.com

Crece el temor a que 24 millones de alumnos de todos los niveles en el mundo abandonen el sistema educativo para siempre a causa de los cierres por la crisis del coronavirus

«Nos enfrentamos a una catástrofe generacional que podría desperdiciar un potencial humano incalculable, minar décadas de progreso y exacerbar las desigualdades arraigadas». Así de preocupado y contundente se mostraba, en un mensaje en vídeo, el secretario general de la ONU, António Guterres, sobre el cierre prolongado de las escuelas en todo el mundo por la pandemia. Naciones Unidas llamó este martes a todos los países a dar prioridad a la reapertura de sus colegios en cuanto tengan controlada la transmisión local del coronavirus, advirtiendo de que la situación actual de cierre plantea el riesgo de una «catástrofe generacional».

La Unesco teme que 24 millones de alumnos de todos los niveles en el mundo abandonen su educación para siempre a causa de los cierres inducidos por la crisis del coronavirus y pide que se mantenga la continuidad en el aprendizaje, sobre todo para los más vulnerables. De esta predicción, las regiones más afectadas, de acuerdo con la organización a favor de la educación, serán el sur y el oeste de Asia, con 5,9 millones de alumnos que dejarán colgada su educación, y el África subsahariana, con 5,3 millones.

La covid-19 solo ha venido a agudizar la crisis de educación que ya vivía el mundo antes de la pandemia, con más de 250 millones de niños en edad escolar que no estaban escolarizados y, en los países en desarrollo, con solo una cuarta parte de los alumnos de secundaria terminando sus estudios con competencias básicas, según el análisis presentado por la ONU y que analiza el impacto del cierre de los colegios, institutos y universidades y ofrece recomendaciones a los responsables políticos.

La mayor disrupción que ha sufrido nunca la educación

La pandemia, subrayó el secretario general de la ONU, ha causado «la mayor disrupción que ha sufrido nunca la educación». «Vivimos un momento decisivo para los niños y los jóvenes de todo el mundo. Las decisiones que los gobiernos y los asociados tomen ahora tendrán un efecto duradero en cientos de millones de jóvenes, así como en las perspectivas de desarrollo de los países durante decenios», señaló Guterres.

Según datos del organismo, a mediados de julio las escuelas permanecían cerradas en más de 160 países, lo que afecta a más de 1.000 millones de estudiantes, y más de un centenar de naciones aún no han anunciado fechas para la reapertura. Actualmente en África los países que han abierto de nuevo sus escuelas son Botsuana y Níger; en América Latina solo Uruguay, Ecuador y Nicaragua, mientras que en Europa son Francia, Suecia, Noruega, Austria y Suiza quienes han retomado su actividad educativa presencial.

Estado de los centros escolares en el mundo

16 de febrero

17 de marzo

China tiene parcialmente abiertos sus colegios mientras que Mongolia opta por cerrar las escuelas en todo el país.

El cierre de escuelas llega a casi toda Europa y Latinoamerica.

3 de agosto

4 de abril

La práctica totalidad del mundo ha paralizado su actividad educativa. Muchos países imponen medidas estrictas de confinamiento.

En la actualidad, algunos países han comenzado a tener escuelas abiertas.

Fuente: UNESCO.

LUIS SEVILLANO PIRES / EL PAÍS

¿Cuándo será demasiado tarde para toda una generación que vive sin ir a la escuela? Para la ONU, será esencial encontrar un equilibrio entre los riesgos para la salud y los riesgos para la educación y la protección de los niños, en palabras de Guterres. «Va a depender del nivel de resiliencia que tenga el sistema educativo de cada país: si es de renta alta, media o baja, de las circunstancias de la familia… En un país pobre, aunque el tiempo de volver a la escuela sea menor, te encuentras con que miles de niños tienen poquísimas posibilidades de volver», explica Carmen Molina, directora de sensibilización y políticas de infancia de Unicef España.

Una generación perdida por el abandono escolar

Entre las cosas que más preocupan a la organización destaca el tiempo perdido por millones de niños de educación preescolar, una etapa considerada clave y que es «el gran igualador», según apuntó en una conferencia de prensa Stefania Giannini, la directora general adjunta para Educación de la Unesco. La organización explica que la educación superior será en términos relativos la más afectada por los abandonos, con un 3,5 % menos de inscripciones, que equivale a 7,9 millones de estudiantes. En los niveles de preescolar, el descenso previsto será del 2,8 %, con cinco millones de niños menos, mientras en primaria la baja será del 0,27 % y en secundaria del 1,48 %. En total, eso supondrá que 5,2 millones de niños y 5,7 millones de niñas dejarán la primaria y la secundaria.

La educación a distancia, con clases por radio, televisión y en línea, deja a muchos alumnos atrás, un especial riesgo que sufren aquellos con discapacidades, de comunidades minoritarias o desfavorecidas, los desplazados y refugiados y los que viven en zonas remotas. La ONU anima a aprovechar la pandemia para transformar los sistemas educativos a través de una mejora en la infraestructura digital. «Tenemos una oportunidad generacional de reimaginar la educación y la enseñanza. Podemos dar un salto y avanzar hacia sistemas progresistas que impartan educación de calidad para todos, como trampolín para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible«, aseguró Guterres.

Así, la pandemia está aumentando las desigualdades educativas y amenaza con deshacer de golpe los progresos logrados en las últimas décadas. En México se teme que la pandemia haga retroceder todos los avances alcanzados hasta ahora en materia de educación. Y no es el único país donde se esperan consecuencias a largo plazo. «En países como Siria, con una guerra desde hace nueve años, o países con emergencias de larga duración, se pierde una generación entera. Allá donde había ingenieros, médicos… Te encuentras con un país con ese capital humano empobrecido. Tener gente formada requiere de una educación superior, y para llegar a ella hay que pasar por la educación primaria. Si empieza a fallar en lo más básico, sabemos que ese país va a sufrir un retroceso en capital humano de hasta 50 años», asegura Molina.

Fuente e imagen tomadas de: https://elpais.com/elpais/2020/08/04/planeta_futuro/1596529108_149231.html

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Entrevista a Olga Carmona: “El niño superdotado no se crea ni se destruye, solo se transforma”

Entrevista/06 Agosto 2020/elpais.com

El éxito de su educación se debe en un 70% a factores emocionales y solo un 30% a la cognición. Una forma divergente de aprender y razonar, dificultada por la educación ‘online’ en tiempos de pandemia

El futuro incierto de la educación y las dudas sobre el próximo curso escolar afectan a miles de familias con hijos. Entre ellos, un porcentaje de alumnos con altas capacidades o superdotación, detectados o no, aprende y se relaciona de forma divergente, dificultada por la pandemia. Según las recientes estadísticas sobre alumnado con necesidades de apoyo, en España en el curso 2018-2019, la cifra total de alumnado con necesidades específicas ascendió a 707.405, de los que un 5% (35.494 alumnos, casi 12.000 más que en el curso 2015-2016) son niños con altas capacidades, detectados en la enseñanza preuniversitaria. La psicóloga Olga Carmona, experta en altas capacidades y coautora del libro El genio que llevas dentro, recomienda la detección precoz y la potenciación de las posibles inteligencias múltiples de estos niños, para no perder un talento que enriquecería el futuro de nuestra sociedad.

PREGUNTA. ¿Qué son las altas capacidades y cómo se detectan?

RESPUESTA. No hay un consenso, ni entre la comunidad científica, ni entre las Comunidades Autónomas en España, para definir las altas capacidades. En Madrid, por ejemplo, solo se reconoce con una puntuación de cociente intelectual por encima de 130 y además un perfil homogéneo. Así que solo se enfoca a la superdotación y deja fuera todo lo que son “talentos”. La Asociación Americana para los Gifted Children o Niños Superdotados, en cambio, define un nivel de aptitud sobresaliente para la capacidad de aprender o razonar, y además los niños deben tener una competencia en uno o más dominios de cualquier área del sistema simbólico: matemáticas, danza, deportes… Joseph Renzulli es una de las personas que más ha investigado este tema y lo define como una “capacidad intelectual superior a la media, tanto en habilidades generales (sobredotación), como específicas (talentos), asociado al alto grado de dedicación en las tareas, que tiene que ver con su perseverancia, resistencia al fracaso y confianza en sí mismos, además de altos niveles de creatividad”.

P. ¿Cuáles son los mitos más frecuentes sobre altas capacidades?

R. Uno de los estereotipos más extendidos es que un niño con altas capacidades sacará buenas notas en todas las asignaturas. Es totalmente falso y además está relacionado solo con el rendimiento académico. Otro mito es que no necesitarán apoyo en la escuela ni en el aula, porque van sobrados de inteligencia, aunque por ley se les reconoce (y pocas veces se les aplica) necesidades específicas de apoyo educativo. Otra creencia falsa es que los padres habrán estimulado a ese niño desde bebé. Eso es imposible: el superdotado ni se crea ni se destruye, solo se transforma. El cerebro de estos niños, ya desde su nacimiento, es morfológicamente y estructuralmente distinto. No se trata solo de inteligencia a nivel cuantitativo, sino cualitativo, y eso no se puede crear, pero sí podemos ayudar a expresar ese potencial. Curiosamente, acuden a consulta padres que no han detectado previamente a sus hijos porque ellos también son superdotados y lo han normalizado. Para ellos, la excepcionalidad es lo normal. No vienen porque vean nada raro en sus hijos, sino porque de repente no tienen interés en la escuela o su comportamiento ha empeorado, fruto del aburrimiento.

P. ¿Cuáles serían las claves para que padres y profesores detecten a tiempo esa sobredotación?

R. El 99% de estos niños presentan un desarrollo precoz en algún aspecto evolutivo: hay recién nacidos que muestran mayor tono muscular en el cuello y las piernas, una mirada enfocada e intencionada, buscan estímulos. Suelen ser muy activos, les cuesta dormir, puede que dejen el pañal y caminen antes de lo esperado. No todos los niños presentan todas estas señales, pero con toda seguridad, alguna de ellas. El problema es que en el colegio, el niño va a pasar desapercibido si no se le observa. No hacemos evaluaciones en los centros para saber si un niño es más lingüístico o naturalista, eso sería ideal, con aulas de enriquecimiento y rincones basados en las inteligencias múltiples, donde los niños pudieran seguir formándose desde el área que más les interesa. Destacarán en aquello que les guste. Nosotros vemos que cada niño difiere de otro, pero muchas veces se repite un patrón: nos aparece un perfil multipotencial, que está por encima de la media en todas las inteligencias múltiples, con relativa frecuencia en el caso de los superdotados.

P. ¿Qué sucede si los padres o los profesores no estimulan esa curiosidad innata?

R. Con el tiempo pueden surgir problemas de conducta, desmotivación, abandono y fracaso escolar, trastornos psicosomáticos relacionados con la escuela, trastornos ansiosos y / o depresivos y pérdida de potencial. En consulta vemos niños y adolescentes que no fueron detectados a tiempo, o bien lo fueron y no se hizo nada, porque en el colegio al que iban no se les pudo apoyar, o porque sus padres no le dieron importancia o incluso porque alguien les recomendó que “hicieran como que no pasaba nada”, que con el tiempo se les pasaría. Niños a los que han dicho “que no se te note”, para no ser el niño que interrumpe en clase, el que pregunta mucho, cuestiona o participa, para no ser estigmatizado y señalado. Las niñas son auténticas expertas en “mimetizarse” con el entorno, y son capaces de disimular sus altas capacidades para no destacar y adaptarse a los demás. A los niños les cuesta más disimular y por eso tenemos muchos más niños detectados que niñas.

P. ¿El talento innato acaba manifestándose, aunque no lo potenciemos ni reconozcamos?

R. No necesariamente. Hay estudios que demuestran que cuando la inteligencia o un determinado potencial de nacimiento no es estimulado, se pierde. Saramago es la excepción que rompe la regla. De niño tuvo que ponerse a trabajar para ayudar a su familia, pero se colaba en la biblioteca de su barrio para leer todo lo que encontraba. Ahí tenemos un ejemplo de una sobredotación innata que, en condiciones desfavorables, consigue expresarse, pero es la excepción. El 98% de posibles Saramagos se nos quedan sin detectar por el camino. No hay que confiar en la excepcionalidad, sino trabajar para que todos esos talentos puedan expresarse en su máximo potencial. Porque nos arriesgamos, como sociedad, a perder a los futuros investigadores, creadores, artistas, inventores, científicos. Podrían haber sido las mentes brillantes de un país, si se les hubiera atendido en su momento. Solo una sociedad mediocre no se daría cuenta de esto.

P. ¿Cómo han vivido estos niños el cierre de las escuelas?

R. Depende mucho de los perfiles: los talentos académicos quizá no tanto, pero en líneas generales, muchos de ellos lo vivieron con un profundo alivio. No estaban expuestos, no se aburrían, no estaban limitados a una silla sin moverse… Al principio fueron más felices en casa que en clase, porque tenían más tiempo para jugar, desarrollar aficiones y aprender cosas nuevas de forma autodidacta. Pero después, cuando empezamos a comprobar que ni las clases online ni los docentes estaban preparados para esto, las conexiones se volvieron rutina y entraron en la desilusión y desmotivación. Habían desconectado mentalmente de la escuela porque, además, les faltaba el vínculo, el componente social. Los estudiantes con altas capacidades no funcionan con premios ni castigos, sino por un vínculo emocional y una motivación intrínseca, de hecho, el éxito de su educación depende en un 70% de factores emocionales y un 30% de la cognición. Muchos de ellos van al colegio motivados por el vínculo con sus compañeros, amigos o determinados profesores con los que han conectado. Y esto con la educación online durante el confinamiento fue inviable.

P. ¿Será entonces fácil la vuelta al colegio, si finalmente abren las escuelas en septiembre?

R. Si los niños, en general, se han adaptado a vivir con sus familias en pisos de 60 metros cuadrados, regresar a un colegio con mascarilla no va a ser traumático. Y si alguno no quiere volver porque realmente se lo ha pasado bien en casa y tiene su grupo de amigos fuera del colegio, quizá los padres podrían trabajar con él los aspectos positivos de la escuela, focalizando en el aspecto más lúdico o experimental que le guste. Por ejemplo, sus clases de robótica o de música, la hora del recreo, la biblioteca, el vínculo con sus compañeros y profesores. Debemos ayudarles a crear una narrativa positiva, porque la única forma de que puedan afrontar una realidad hostil es hacerlo desde una posición optimista y automotivante.

P. Y en este verano atípico, ¿cómo se puede entretener a un niño con altas capacidades, para que no se aburra?

R. En realidad son niños que se entretienen muy bien solos porque tienen un mundo interior muy rico y variado, no hay que convertirse en un monitor de tiempo libre con ellos, solo ofrecerles oportunidades de aprendizaje. Nosotros lo que recomendamos a los padres para este verano es mucho ejercicio físico, todo lo que se pueda, mientras se pueda. Nadar, correr, bicicleta, camas elásticas… Muchos niños con altas capacidades suelen ser “fagocitadores de libros”: que lean todo lo que quieran, adaptado a su edad. También se les puede proponer crear un mini huerto en casa, musicalizar poesía, juegos que implique coordinación, aprender a tocar un nuevo instrumento con videotutoriales, desarrollar la creatividad con arcillas y pinturas, maquetas tridimensionales, inventar instrumentos con material reciclado… En nuestro libro El genio que llevas dentro proponemos juegos para toda la familia adaptados a las distintas inteligencias: solo hay que abrir puertas y ellos seguirán inventando juegos nuevos.

Fuente e imagen tomadas de: https://elpais.com/elpais/2020/07/30/mamas_papas/1596089774_245347.html

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Las víctimas de trata buscan su camino de vuelta a casa

Reseñas/Shola Lawal y Corinne Redfern/elpais.com

Los cierres de fronteras decretados para frenar la expansión de la covid-19 en África han dejado atrapadas lejos de sus hogares a mujeres nigerianas que fueron engañadas y obligadas a prostituirse en otros países

Las tres jóvenes acordaron escaparse al caer la noche. No tenían dinero ni papeles, pero Jessica, de 19 años, y sus amigas sabían que ya era hora de marcharse. El burdel no estaba tan lleno como de costumbre: la clientela había disminuido desde el estallido del coronavirus. Aguardaron juntas a que cayera la noche y la madama se retirara a su cuarto. Acto seguido, echaron a correr hacia la carretera que atraviesa Papara, una pequeña ciudad en el extremo norte de Costa de Marfil, cerca de la frontera con Malí.

A Jessica y a su amiga Favor* las obligaron a prostituirse un mes antes de su huida. El pasado febrero, una amiga de las familias de ambas jóvenes en Nigeria les había prometido un puesto de trabajo en una fábrica textil en Costa de Marfil. Udochi, de 20 años, había sido captada de manera similar a principios de año. Al llegar a Papara, las tres mujeres se vieron en un prostíbulo, donde la madama las obligó a tener relaciones sexuales con diversos hombres por un salario diario de alrededor de 1,15 euros.

Las jóvenes huyeron del lupanar en marzo, pero casi cuatro meses después siguen en Costa de Marfil; son tres de los centenares de nigerianas víctimas de la trata que, según creen los grupos antitrata de personas, se han visto atrapadas en el extranjero durante la pandemia, debido a que el cierre de fronteras dificulta los esfuerzos de repatriación en toda la región. Cuando el Gobierno nigeriano impuso en marzo el confinamiento con el estado de alarma, se interrumpieron los vuelos internacionales en un intento de frenar los contagios y, sin querer, se dejó a supervivientes de la trata atrapadas en lugares peligrosos lejos de sus hogares. Ahora esas mujeres esperan preocupadas a que se las evacúe de toda África y del Golfo, mientras las autoridades batallan con los imponentes obstáculos logísticos asociados a la organización de vuelos seguros mientras el virus continúa haciendo estragos en el mundo entero.

Jessica, Favor y Udochi se hallan a salvo en un refugio de Daloa, una ciudad al oeste de Costa de Marfil, pero no saben cuándo podrán regresar a su país. “Estoy contenta de haberme escapado de allí”, decía Jessica al teléfono un viernes por la noche del pasado junio. “Pero queremos volver a Nigeria”.

Los expertos de todo el mundo coinciden en que la pandemia está teniendo un impacto desproporcionado en las supervivientes de la trata. Un estudio conjunto sobre la situación de las mujeres que publicarán próximamente la Oficina para las Instituciones Democráticas y los Derechos Humanos de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) y la ONU, revela que casi el 70% de las supervivientes de la trata en 35 países afirman que la covid-19 ha afectado a su bienestar económico, mientras que más de dos tercios dicen padecer trastornos de salud mental debido a que los confinamientos impuestos por los Gobiernos les traen recuerdos de la última vez que las privaron de sus libertades.

A más de la mitad de las participantes en el estudio les preocupa que la crisis del coronavirus aumente el tráfico de seres humanos en el futuro, mientras que el 43% cree que las mujeres y las niñas serán las que más riesgo correrán en los próximos meses.

El tráfico de personas desde Nigeria hacia otros países africanos no es un fenómeno nuevo, pero la naturaleza de este delito imposibilita hacer un seguimiento minucioso. La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) sostiene que cada año se saca fuera del país a cientos, cuando no miles, de nigerianos —a mayoría mujeres— a menudo atravesando el continente. De los 20.500 nigerianos supervivientes de la explotación que la OIM ha ayudado desde 2017, alrededor del 90% tuvo que ser trasladado a su país desde Libia. Solo en 2019, el Organismo Nacional para la Prohibición de la Trata de Personas (NAPTIP, por sus siglas en inglés) identificó a 20.000 mujeres nigerianas víctimas de la trata de blancas en Malí. La embajada nigeriana en Costa de Marfil repatria a 20 al mes, según declaraba el Encargado de Negocios Mohammed Abdulkadir Maccido al diario Punch de Nigeria el año pasado.

Según la OIM, la mayoría de los supervivientes de la trata en Nigeria son mujeres de unos 21 años. A menudo las atraen con promesas de trabajo en otros países africanos, europeos o asiáticos, que suelen verse como una vía para huir del creciente desempleo en Nigeria. Una vez que las mujeres llegan a su destino, los tratantes se las entregan a las madamas, cabecillas de una red de trata de la que ellas también suelen ser víctimas. Las madamas obligan a las mujeres a prostituirse y a trabajar en casas para devolver las deudas que han contraído y de este modo costearse la comida, el transporte y el alojamiento desde que se marcharon de sus hogares (por lo general, miles de dólares cuya devolución puede obligarlas a varios años de trabajos forzados).

Durante la pandemia, el número de mujeres víctimas de la trata en Nigeria ha seguido creciendo, a pesar de que los Gobiernos locales han restringido legalmente los movimientos. Cuando la preocupación por el coronavirus comenzó a extenderse en marzo, las autoridades de Nigeria y Costa de Marfil emprendieron acciones enseguida, pues temían que un brote devastara sus sistemas sanitarios. A finales de ese mes, ambos países habían cerrado sus fronteras terrestres y aéreas. Pero los organismos policiales y las organizaciones internacionales contra la trata afirman que, pese a las restricciones, las redes de tráfico de personas continúan activas en esa zona de África, ya que los traficantes se sirven de los sobornos para atravesar las fronteras y así moverse libremente.

El Gobierno nigeriano comenzó a levantar las restricciones de los viajes nacionales a principios de este mes, pero aún no se ha confirmado cuándo volverán a abrirse las fronteras externas. Nigeria, uno de los países del continente más azotado por la covid-19, había informado de más de 38.948 positivos y más de 833 muertes hasta el 24 de julio.

Por otra parte, los confinamientos están limitando las medidas de repatriación y dejando atrapadas a las supervivientes de la trata. Según el estudio sobre la situación de las mujeres llevado a cabo conjuntamente por la Oficina de Instituciones Democráticas y Derechos Humanos de la OSCE y la ONU, al menos un tercio de las organizaciones que luchan contra este delito en el mundo han tratado de repatriar a las supervivientes durante la crisis. En 2018 y 2019, la OIM trabajó con el Ejecutivo nigeriano para retornar a más de 7.000 supervivientes de la explotación cada uno de esos años, hombres y mujeres que se habían visto sometidos a trabajos forzados y la prostitución. Desde principios de este año, solamente han logrado repatriar a 620 personas. “Es un descenso muy acusado”, se lamenta Franz Celestin, jefe de misión de lo OIM en Nigeria. “Cuanto más esperemos, más se los explotará y más durarán el dolor y sufrimiento”.

Motilola Adekunle, cofundador de Project Ferry, una ONG nigeriana que trabaja con supervivientes de la trata y que ayuda a Jessica y Favor, coincide en que el coronavirus está obstaculizando los esfuerzos para apoyar a las mujeres explotadas. “Esta pandemia ha interrumpido nuestro trabajo porque la gente no puede desplazarse, y eso es un problema”, explica Adekunle. El trabajo que antes se tardaba días en hacer, añade, ahora se prolonga meses, ya que los sistemas que ponen en marcha las organizaciones sin ánimo de lucro y los Gobiernos para repatriar y apoyar a las supervivientes están patas arriba.

“El Gobierno nigeriano ha organizado tantos vuelos que ahora ya no hay espacio”, declara Celestin, de la OIM. “Es muy difícil”. La OIM, dice, busca actualmente financiación para acoger a 180 supervivientes de explotación que esperan a ser repatriadas en Níger. Hasta que el organismo pueda solucionar dónde alojarlas, tendrán que permanecer en Niamey y Agadez, lejos de sus familias y sin saber cuándo podrán regresar a su hogar. Celestin espera poder tenerlas de vuelta en Nigeria a finales de julio.

Desde marzo se han permitido los vuelos de repatriación en los aeropuertos nigerianos de Abuja y Lagos, pero los pasajeros deben someterse a su llegada a una cuarentena de 14 días y han surgido problemas respecto al lugar en que deberían quedarse en los días siguientes a su regreso.

Incluso en circunstancias normales, el proceso de recuperación después de la repatriación puede ser complicado. El personal de las organizaciones sin ánimo de lucro aguarda en los aeropuertos para llevar a las supervivientes de la trata a espacios seguros identificados de antemano, como un hogar para mujeres o un hotel. A continuación, se les ofrece asesoramiento y apoyo psicosocial en sesiones diarias o semanales, mientras que las organizaciones no lucrativas a menudo actúan conjuntamente para garantizar que las mujeres puedan encontrar un empleo cerca y que no vuelvan a ser víctimas.

Pero durante la pandemia, el riesgo de contagio de covid-19 implica que quedarse en albergues de acogida ya no es posible. En un intento por ayudar a las mujeres a reintegrarse, las organizaciones han comenzado a emprender sesiones de asesoramiento y formación en Internet, solo que no todo el mundo tiene acceso a la Red.

“Durante la pandemia hemos intentado ayudar a algunas mujeres a utilizar Internet”, señala R. Evon Benson-Idahosa, fundador de Pathfinders Justice Initiative, una iniciativa local contra la trata que ayuda a las supervivientes a crear sus propias empresas. “Pero muchas de ellas sencillamente no tienen la capacidad para cambiar”.

También fuera del continente africano hay miles de mujeres nigerianas atrapadas tras padecer la trata y la explotación. Se calcula que entre 5.000 y 10.000 nigerianas se ven atrapadas en situaciones de servidumbre doméstica forzada en Oriente Próximo. El Organismo Nacional para la Prohibición de la Trata de Personas de Nigeria ha recibido más de 650 informes de mujeres nigerianas que han sido vítimas del tráfico en Líbano y Omán solo en 2020.

Toluwalase, de 30 años, lleva desde junio intentando regresar a su casa en Nigeria. Cuando, hace casi dos años, esta madre soltera de tres niños se montó en un avión en Abuja, la capital nigeriana, sabía que sería una asistenta doméstica en Omán con un sueldo mensual de 175 euros. Lo que no sabía era que sus empleadores la obligarían a trabajar desde el amanecer hasta la medianoche, sin apenas tiempo para dormir, que le confiscarían su pasaporte, que se retrasarían en el pago de su sueldo y que su jefe la agrediría sexualmente.

“No me dijeron que esto fuera tan terrible”, declaraba Toluwalase a Time a través de WhatsApp. Ella no habría aceptado trabajar en Omán si hubiera sabido de los abusos contra las trabajadoras inmigrantes, afirma.

Una parte del problema es el sistema kefala –que transfiere el control de la inmigración y la situación laboral de los trabajadores inmigrantes a los empleadores– en países como Líbano y Omán. Esto significa que rara vez se puede informar a las autoridades sobre los abusos: legalmente un trabajador inmigrante no puede marcharse del país sin el permiso de su empleador, incluso si sufre abusos. Muchos trabajadores inmigrantes de Nigeria no hablan árabe, lo cual limita asimismo su capacidad parar buscar ayuda.

Antes de la covid-19, las mujeres que padecían abusos de sus empleadores en el extranjero podían contactar con grupos locales defensores de los derechos humanos, los cuales notificaban acto seguido a los responsables nigerianos para que organizaran su viaje de vuelta al país. Pero los confinamientos han interrumpido el trabajo de los activistas y los trabajadores inmigrantes se han visto atrapados.

Julie Okah-Donli, directora de NAPTIP, señala que el organismo está trabajando con las embajadas nigerianas del Golfo y Oriente Próximo para evacuar a los trabajadores migrantes explotados y a las supervivientes de la trata sexual. Pero debido a las restricciones de movimientos, la organización ya no puede alcanzar a mujeres atrapadas en Europa y Asia. Sin intervención, la violencia y los abusos prosiguen sin ningún control. “Puedo imaginarme el número de personas que han muerto sin que se haya informado de ello durante esta pandemia”, señala Okah-Donli.

No existe un calendario para traer a Nigeria a las personas víctimas de trata, confirma un portavoz del ministerio de Asuntos Exteriores nigeriano. Hay indicios de que se están haciendo progresos, si bien únicamente en algunas regiones. En mayo, la OIM y el Ejecutivo del país pudieron repatriar a 99 nigerianos que estaban siendo explotados en Líbano, 49 de los cuales eran supervivientes de la explotación laboral y la trata sexual. Traer a tantos nigerianos de ese país de una sola vez no tiene precedentes; normalmente, la OIM recibe noticia de dos o tres casos en Líbano al mes.

“Estamos viendo una estrategia mucho más organizada por parte del Gobierno a la hora de lidiar con esto”, afirma Celestin. “Lo habitual es que, con las víctimas de la trata, todo pase desapercibido. Puede que lo de ahora obedezca a que este asunto está en el punto de mira, pero lo cierto es que estamos viendo un esfuerzo concertado”. Las repatriaciones desde Líbano fueron posibles gracias a que el Ejecutivo de este país apoyó a Nigeria logística y económicamente, señala Geoffrey Onyeama, ministro de Asuntos Exteriores de Nigeria.

Todavía están por ver medidas análogas en otros lugares. Para Jessica y sus amigas en Costa de Marfil, cuanto más tarde la repatriación, más tiempo estarán en peligro de caer víctimas de las redes de trata y de la violencia otra vez. Aunque permanecen en una casa segura, siguen bajo la amenaza de que los traficantes las localicen y las obliguen a prostituirse de nuevo. Afirman que lo único que pueden hacer es esperar que el Gobierno nigeriano intervenga pronto.

Las que están lejos, en el Golfo, comparten el mismo deseo. Aunque Toluwalase declara que los responsables gubernamentales no han respondido a sus peticiones de ayuda, sigue siendo optimista respecto a salir de Omán. El riesgo de contraer la covid-19 no ocupa un lugar destacado en su lista de preocupaciones; su empleador la sigue acosando sexualmente, y dos años seguidos de abusos ya le han causado daños físicos: pies hinchados, dolores de espalda, insomnio. Su prioridad es volver a su país. “Cuando el vuelo de evacuación esté listo para nosotras, cuando nuestro Gobierno nos lleve a casa, me animaré”, asegura.

Fuente e imagen tomadas de: https://elpais.com/elpais/2020/07/23/planeta_futuro/1595505425_027738.html

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De ‘prostibares’ por el Amazonas: así funcionan las redes de trata en la selva

América del sur/elpais.com

La zona de la Triple Frontera entre Colombia, Perú y Brasil es el enclave idóneo para el tráfico ilegal, no solo de droga o recursos naturales, también de personas. Casi siempre, mujeres y niñas

Ni se nos ocurriría mencionarla. Si nos preguntaran por un lugar donde se sufra la trata, pocas veces contestaríamos la Amazonia o la triple frontera amazónica entre Colombia, Perú y Brasil. Sin embargo, ningún país se libra de este delito que comercia con las personas como si fueran mercancía, que en el 62% de los casos son mujeres y en el 23% niñas, en torno al 80% de las veces, con objetivo de explotarlas sexualmente.

Con el confinamiento forzoso y toda la atención puesta en los más de 699.252 casos confirmados y 19.917 personas fallecidas por covid-19 en toda la Panamazonia (hasta el 28 de julio), la acción humanitaria y el fortalecimiento de la sanidad pública, resulta más difícil que nunca medir el impacto de la trata, pero los expertos en terreno aseguran que la crisis económica ha incrementado el narcotráfico, la tala ilegal y el tráfico y la explotación de personas.

La ubicación fronteriza de las localidades de Puerto Nariño (Colombia), Caballococha (Perú) y Atalaia do Norte (Brasil), unidas y separadas por el río Amazonas, son el caldo de cultivo idóneo para el tráfico ilegal, no solo de droga o recursos naturales, también de personas. Aquí, toda la comunicación se realiza dentro y a través del río Amazonas. Las lanchas, botes y demás embarcaciones cruzan constantemente de una orilla a otra y, sin apenas controles, cambian de país.

Puerto Nariño (Colombia) es un destino vacacional muy popular en la región. Un pequeño y tranquilo municipio, de calles peatonales y cuidados jardines, a orillas del río Loretoyaco, ideal para pequeños cruceros fluviales y ver a los delfines rosados en su hábitat. En esta idílica población las estudiantes del internado indígena de San Francisco de Loretoyaco son el objetivo de muchas miradas de deseo. Hombres mayores las seducen a la salida del colegio para que naveguen en su compañía a Caballococha durante el fin de semana, prometiéndoles diversión, regalos, ropa, un móvil o pequeñas cantidades de dinero.

Las adolescentes, con las circunstancias de precariedad que asolan a sus familias, no prevén un futuro próspero, por lo que consideran esas propuestas una oportunidad para mejorar sus vidas. Las redes de trata conocen bien esa situación de vulnerabilidad y se aprovechan. No son grandes organizaciones criminales, sino individuos que frecuentan o residen en la zona. Dominan el contexto y se organizan para captar, trasladar y explotar. Así, los fines de semana, se genera en la zona mucho movimiento de adolescentes desplazadas a locales de alterne conocidos como “prostibares”, generalmente, propiedad de traficantes de coca y utilizados para todo tipo de negocios ilícitos, a menudo con la connivencia de las autoridades locales.

El confinamiento de la covid-19 ha agravado aún más esta realidad. En su aspecto positivo, la pandemia ha implicado la cohesión comunitaria, el refuerzo de las actividades de pesca y cultivo, y el fortalecimiento de la práctica de la medicina tradicional para combatir los síntomas del virus. Pero, respecto a la trata, se ha dado un paso atrás creándose un falso imaginario de protección, ya que se creyó que el cierre de fronteras y la paralización del turismo ofrecería más protección, pero no ha sido así. Las economías ilegales siguen operando y ahora encuentran más necesidades y grupos de jóvenes desocupados más fáciles de captar.

Esta zona de la Triple Frontera acumula (hasta el 28 de julio) 14.927 personas contagiadas y 362 fallecidos y casi no se habla de las implicaciones sociales del confinamiento en niños y adolescentes. Pero la pandemia ha aumentado el abandono escolar, los centros educativos están cerrados y sin conectividad, han aumentado las carencias diarias por culpa del desempleo, el turismo es nulo y el casi abandono del Estado en los territorios ha hecho que las economías ilegales sigan ofreciendo —ahora como una de las pocas alternativas posibles— un sustento básico a las familias a través del narcotráfico, talas ilegales y otras actividades ilícitas, entre ellas, la explotación sexual.

Una red protectora de orilla a orilla

Nathalia Forero vivió en este internado de Loretoyaco. Hoy es la coordinadora de la RETP-Red de Enfrentamiento a la Trata de Personas en la Triple Frontera que nació hace cuatro años para luchar contra esta realidad y como fruto de un trabajo previo de investigación. Se identificaron dos modalidades fuertes de explotación: una sexual comercial de niños, niñas y adolescentes; y otra, la laboral, es decir, el trabajo esclavo. Pero la investigación también puso de relieve que muchas situaciones de abuso y explotación se habían naturalizado como parte de una economía de subsistencia.

Ella y otros miembros de la red, antes del confinamiento impuesto por la covid-19, recorría las comunidades fronterizas visibilizando las amenazas a las que estaban expuestas las jóvenes: “Lo que aquí ocurre es explotación sexual y trabajo esclavo a la vez. Y vimos que es esencial trabajar en red, independientemente pero pensando en la Amazonia como en un todo conectado”.

Forero no está sola. Cuenta con personas que actúan como enlaces en las tres orillas de este enclave internacional. En Islandia (Perú), Ivanés Favretto, alerta siempre que ve algún movimiento extraño: “Islandia es conocida como la Venecia del Amazonas, por sus canales y sus casas en palafitos. Pero también es un enclave esencial para el tráfico de mercancías y de personas”. En Leticia (Colombia) es el padre Valerio Sartor, brasileño jesuita miembro del SJPAM-Servicio Jesuita a la Panamazonia y de la REPAM-Red Eclesial Panamazónica, quien ayuda a detectar, formar y sensibilizar sobre la trata para que se pueda evitar. “Es muy difícil poder rescatar a las personas que ya se han visto arrastradas a esa situación. Sin embargo, con los jóvenes y con las familias, podemos actuar antes”, dice el religioso. En Atalaia do Norte (Brasil) está la madrileña Marta Barral, que también lucha contra el maltrato machista y otro tipo de abusos. “Es siempre igual: los padres de los niños, las niñas y los más jóvenes de la comunidad son engañados. Alguien llega al poblado y les ofrece una vida mejor para los más pequeños de la casa, estudios o quizá un pequeño empleo y formación profesional para lograr algunos ingresos para la familia”, explica Barral.

La realidad de pobreza y necesidad de estas comunidades, en su mayoría indígenas, hacen que ese método siempre funcione, pues lo primero es la supervivencia. Pocos intuyen que detrás de esas promesas de una vida mejor se esconda la trata, la esclavitud, los abusos o el comienzo de un camino sin retorno. Por eso la sensibilización debe ser trasversal y generalizada y también el trabajo con la Justicia, porque a pesar de que muchos países tienen leyes contra la trata, es frecuente que las víctimas sean criminalizadas y los traficantes queden impunes.

Forero aclara que no es fácil cuantificar su acción, porque su trabajo se centra más en lo cualitativo. Pero da algunos datos: “En el primer semestre de 2019 se realizó prevención con más de 400 jóvenes en colegios. Llevamos procesos todo el año con 100 niños de nueve a 13 años, formándolos como «héroes defensores de vidas». Además, en encuentros bimensuales han participado 200 personas, sin contar otros talleres y visitas a las comunidades de los tres países, con un promedio de 150 personas presentes en esas actividades”.

En cuanto al compromiso de otros actores esenciales en el terreno, uno de los logros de la RETP es la firma conjunta del Manifiesto contra la trata que rubricó el compromiso contra la trata por parte de los tres obispos de las diócesis del Amazonas —dos de ellos españoles— por ser una realidad que “se ensaña en las comunidades y poblaciones más vulnerables”.

Mujer indígena y amazónica

“La mujer indígena amazónica es resiliente, inteligente, luchadora, hermosa y orgullosa. Siente, ríe, llora, se asombra, sufre y duda, como todas nosotras. La escuché exigir para sus hijos una educación que respete su cultura, los derechos de su pueblo, denunciar las injusticias y levantar la voz por la Madre Tierra. Está claro que no todas las mujeres en la Panamazonia son indígenas. Las hay ribereñas, quilombolas, mestizas y migrantes. Y muy lamentablemente muchas de ellas son víctimas de trata de personas, violencia y explotación sexual”, explica en un encuentro digital organizado durante el confinamiento Ariana Díaz Acuña, profesora de la Universidad Católica de Costa Rica, apasionada de la Amazonia y especialmente interesada en la situación de la mujer allí y su interrelación con el resto de contextos de la región.

“Una vez visité una región minera donde contamos 11 prostíbulos en 1,5 kilómetros y luego nos informaron que en cada uno de ellos había de ocho a 10 jovencitas, la mayoría menores de edad y explotaban sexualmente», relata indignada Díaz Acuña. «¡No puede ser! El clamor de esas niñas está estrechamente ligado al clamor de la Madre Tierra”, exclama.

Fany Kuiru Castro es la única mujer murui de la Amazonía colombiana graduada como abogada. Es líder desde que tiene uso de razón, nos cuenta en Bogotá mientras la acompañamos a su oficina en la Organización de los Pueblos Indígenas de la Amazonia colombiana (OPIAC) en la que es coordinadora de la sección de Mujer, Niñez, Juventud y Familia.

El activismo de Fany y su influencia alcanza el ámbito institucional con incidencia política para garantizar las leyes que protegen a las comunidades, vigilar y alertar ante la vulneración impune de los derechos indígenas. Fany es una pieza clave en muchos paneles de discusión de los derechos indígenas y, en particular, de la mujer indígena. “Nuestra labor es dar a conocer a las mujeres indígenas sus derechos, a la soberanía alimentaria, a la alimentación sana y el goce de sus derechos económicos, sociales y culturales. Las motivamos para que sean emprendedoras, y a las que ya han llevado a cabo un emprendimiento local, orientarlas sobre cómo consolidarlo y darle más viabilidad a través de una economía propia, perspectiva de ecología integral, de solidaridad, de reciprocidad, con otra connotación distinta a la capitalista, que solamente desea lucrarse”, concluye Fany.

Sin duda, son muchas las voces que reivindican desde la Amazonia políticas sociales y acción ciudadana para fortalecer la protección de la frágil situación que viven estas niñas, niños y jóvenes que en esta crisis sanitaria mundial han visto incrementada su vulnerabilidad. La covid-19 está arrasando con su salud y también con sus derechos fundamentales.

Fuente e imagen tomadas de: https://elpais.com/elpais/2020/07/27/planeta_futuro/1595858396_100114.html

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El cansancio y la vuelta al cole, principales causas del estrés emocional de las madres

Por: Carolina García

Una última encuesta de Malasmadres, realizada a 10.000 sujetos, indica que el 86% de las mujeres se sienten apáticas, tristes y desmotivadas

La pandemia de coronavirus no solo está dejando tras de sí secuelas físicas (en algunos casos terribles), sino también secuelas psíquicas en toda la población; y las madres no escapan de este sufrimiento, porque la crisis sanitaria ha llevado el cuidado a otro nivel. Desde que el pasado 14 de marzo las familias se vieran sometidas a un confinamiento obligatorio y necesario, al cierre de los colegios, a la prohibición de los niños a salir a la calle, a ser profesores, cocineros, economistas y cuidadores, los niveles de estrés emocional han ido en aumento. Y aunque ha afectado a ambos sexos, parece que este sufrimiento ha sido mayor en las mujeres.

Así lo indicaba un trabajo realizado en mayo por las profesoras del Departamento de Sociología y Antropología Social de la Universitat de València (UV) Cristina Benlloch y Empar Aguado que, junto con la politóloga-jurista Anna Aguado, concluían que las mujeres con menores que teletrabajan soportaban la mayor parte del estrés del confinamiento. La investigación, que se publicó en un artículo en la plataforma de divulgación científica The Conversation, pretendía conocer cómo afectaba el confinamiento al trabajo y a la conciliación familiar. Tras el análisis, las expertas concluían “que el seguimiento escolar de hijos e hijas en edad educativa lo hacen sobre todo las madres y que en algunos casos las mujeres están teniendo que facilitar el teletrabajo a sus parejas”. Este hecho, según las autoras, se convirtió “en un elemento de ansiedad y estrés añadido al hecho de teletrabajar”.

Ahora, en una nueva normalidad inmersa en plena pandemia, el Club de Malasmadres y DKV han querido analizar la salud mental de las mujeres españolas –cómo se sienten las madres– y lo que han descubierto es que el estrés emocional se ha disparado en estos meses: “El 86% de las mujeres a estudio –unas 10.000 contestaron la encuesta– se sienten apáticas, tristes o desmotivadas”, según informan en un comunicado. Es decir, que se sienten más cansadas que antes del confinamiento: siete de cada 10 participantes describieron su cansancio como “alto”.

Exactamente, y según sus resultados, el 71% de las mujeres está “mucho más cansada” que antes del confinamiento, y el 43% prevé que no va a lograr desconectar durante sus vacaciones. Para las malasmadres, estos resultados ponen número a una realidad que se palpa en el ambiente: “Las mujeres han llegado a agosto extenuadas”.

Entre las razones descritas por las mujeres está la carga de trabajo o, lo que es lo mismo, la suma del teletrabajo más cuidados, tareas domésticas y educación de hijos e hijas. Y la incertidumbre tampoco ayuda a que se encuentren mejor: una de las principales causas de estrés para las madres es la vuelta al cole. Sus conclusiones también indican que, aunque en menor medida, las progenitoras también están preocupadas por el desgaste emocional y la falta de tiempo y de espacio para una misma y así poder desconectar. Entre las soluciones que las madres citan para sentirse mejor están, en primer lugar, poder estar solas sin hijos ni pareja; en segundo lugar, dormir; en tercero, hacer lo que quieran; en cuarto, poder desconectar y en quinto, conseguir silencio.

Hace dos años, el Club de Malasmadres y DKV Salud pusieron en marcha el proyecto La Hora de Cuidarse, con un claro objetivo: “Que las mujeres en general, y las madres en particular, incorporemos hábitos saludables en nuestras rutinas diarias. El autocuidado es un derecho y no un privilegio. Con esta iniciativa trabajamos cada día para visibilizar y concienciar sobre ello”, apunta Laura Baena, fundadora del Club de Malasmadres.

“Lo cierto es que el confinamiento y la incertidumbre que sigue atormentando a las familias españolas, y principalmente a las madres, hacen que los datos de esta encuesta cobren más relevancia. Y la preocupación mayor es la vuelta o no a las aulas”, según indican en el texto. Las malasmadres demandaron hace unos días una solución al Ejecutivo español. “Nos preguntamos qué piensa hacer el Gobierno si los colegios llegan a cerrar por la crisis del coronavirus y hay que activar un plan online o semipresencial y los padres y madres tienen que ir a trabajar. Urgen medidas que garanticen a las familias la conciliación”, señala Laura Baena.

El problema de la conciliación familiar, o más bien de la incapacidad de conseguirla, es una queja constante de miles de familias en España, que se ha puesto aún más de relieve con la actual crisis. La pandemia ha forzado a muchas madres y padres a teletrabajar, cuidar, ser monitores de tiempo de libre y profesores de sus hijos a la vez y en un mismo lugar: el hogar. “Las familias NO somos prioridad en esta sociedad. Nunca lo fuimos. Y ni siquiera una pandemia global como la del coronavirus ha hecho que esto cambie”, explicaba Baena hace unas semanas. Son cuatro millones de familias con hijos en España “a las que se nos ha dejado solas ante el problema de la conciliación”, añadía. Y la realidad es que han pasado ya más de cinco meses desde el comienzo de la crisis y las familias todavía siguen sin un plan.

Fuente: https://elpais.com/elpais/2020/07/29/mamas_papas/1596029642_165954.html

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Por la conformación de un nuevo pacto educativo

Por: Miguel Ángel Pérez

En la historia reciente de la educación en nuestro país, se han generado reformas, pactos, acuerdos, alianzas por la calidad, planes nacionales o sectoriales etc., todos ellos tienen como finalidad la de traducirse en política pública en educación para un periodo de tiempo determinado y con contenidos y aspiraciones también determinadas.

 Aunque si nos detenemos un poco y miramos un poco más de cerca, cómo se gestan y tienen su curso de acción las distintas propuestas de reforma (le llamaremos así genéricamente), es posible darnos cuenta de que realmente viene siendo una alianza del grupo en el poder con los grupos o las agencias cercanas o afines a dicha postura, incluso se invita a los contrincantes políticos, pero con la convicción de que estén de acuerdo en los contenidos de que se les propone.

Toda iniciativa de reforma (aunque se diga lo contrario) es de carácter coyuntural y muchas veces remedial, su plazo de gestión no va más allá de los cinco o seis años (con excepción del Plan de Once años que trascendió los sexenios entre Adolfo López Mateos y Gustavo Díaz Ordaz). De ahí cada seis años en educación “se descubre el hilo negro y se inventa el agua tibia”. Y junto a ello los que estaban mal era los del sexenio anterior “los emisarios del pasado” como les llamó Luis Echeverría”.

Así las cosas, el cual actual gobierno le llama Acuerdo por la educación a su propuesta y en el corazón aparece la propuesta educativa de la Nueva Escuela Mexicana (nombre muy poco creativo). Sus aspiraciones no son radicales, en cuanto a los contenidos, pero si ambiciosas en cuanto a los grupos y sectores sociales involucrados, (grupos empresariales, sindicales, representantes magisteriales, colegios de profesionistas). A la actual propuesta de desarrollo educativo le preocupa más, con quien negociarla por encima de que los contenidos programáticos, los fines y las aspiraciones educativas de la misma.

La Nueva Escuela Mexicana y el Gran Acuerdo por la Educación en México caminan despacio, además no ha sido fácil desmantelar todos los excesos de lo que representó la reforma educativa de Enrique Peña Nieto, de supeditar todo lo que implique la tarea educativa, la evaluación y lo que diga la OCDE, en ese orden.

Bajo este contexto en donde prevalece el inmovilismo y la parálisis institucional, se antoja más pensar en un nuevo acuerdo o en un pacto educativo que inaugure no sólo el método para generar consensos, sino los contenidos del mismo.

De entrada, se requiere tener una mirada con una perspectiva estratégica que se proyecte más allá de los seis años de una administración de gobierno como sucede en nuestro país. Y el otro punto es acerca de los actores sociales y políticos que firman dicho pacto. Hasta ahora (y este gobierno no ha sido la excepción) los acuerdos educativos se negocian de manera cupular con distintas instancias en cuya intención se trata de que dicho acuerdo siga adelante.

En la coyuntura actual es importante involucrar a nuevos actores que tradicionalmente han estado silenciados, marginados y excluidos de los acuerdos políticos trascendentales del campo educativo y no me refiero a la CNTE y a los grupos cercanos de la Cuarta Transformación (la 4T) que en los últimos meses han conseguido amplios espacios de interlocución con las instancias del poder, me refiero a colectivos y grupos magisteriales que trabajan en redes o en agrupamientos, pero bajo rasgos de clara marginalidad, las asociaciones de padres de familia democráticas que no dependen de los grupos corporativos de derecha que dicen representar a la totalidad de padres de familia en México y los grupos de jóvenes, que han demostrado que la educación en nuestro país debe transformarse radicalmente de cara a construir un modelo educativo diferente.

Los anteriores son solo algunos ejemplos de los nuevos actores que deberán incluirse en un pacto inaugural educativo, de cara a la sociedad y al futuro. Hoy la pandemia nos ha enseñado a mesurar las propuestas, a plantearlas con mayor rigor y aquí me refiero y a buscar formas de interlocución con nuevos actores, en alianzas también inéditas.

Fuente: http://www.educacionfutura.org/por-la-conformacion-de-un-nuevo-pacto-educativo/

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Las tendencias de microaprendizaje transforman el panorama de la formación continua y personalizada

Por: Nacho Meneses

Las plataformas de aprendizaje, la educación a distancia y los contenidos gratuitos o de bajo coste multiplican las posibilidades de formación a lo largo de la vida laboral

Las consecuencias económicas, laborales y sociales provocadas por la pandemia se han dejado sentir con fuerza en los meses de confinamiento, pero el desempleo, que creció en 5.107 personas en junio, se ha ralentizado por segundo mes consecutivo e invita a un moderado optimismo: la Seguridad Social ganó una media de casi 70.000 afiliados, aunque los datos interanuales muestran casi 900.000 afiliados menos que hace 12 meses. La incertidumbre por el futuro es la nota predominante en un mercado laboral en el que, si sumamos a los 3,8 millones de parados inscritos en el Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) los 1,8 millones de trabajadores acogidos a un ERTE, comprobamos que uno de cada cuatro trabajadores españoles están inactivos o en pausa.

El estado de alarma supuso una acentuada ralentización de la actividad económica, pero por otro lado estimuló la transformación digital de la sociedad: toda una “alfabetización” a marchas forzadas incluso para aquellos que eran reacios a las nuevas tecnologías. Las empresas buscan perfiles tecnológicos para digitalizarse y las instituciones educativas aprovechar la inercia de esta metamorfosis para dar respuesta a las necesidades futuras: “La crisis sociosanitaria ha acelerado lo que iba a pasar en el mundo de la educación en los próximos cinco o seis años, que va a pasar a suceder en apenas año y medio”, afirma Sergio Calvo, vicerrector de Estudiantes de la Universidad Europea. “Los formatos más tradicionales van a beber de otros más parecidos a la formación continua, que a su vez va a adquirir un valor mayor. Ese lifelong learning, ese aprendizaje a lo largo de toda la vida, será una realidad aún más palpable”.

Es en este contexto en el que las tendencias de formación apuntan a un modelo mucho más flexible, accesible y personalizado, “un continuo proceso de aprendizaje para ser relevantes, redefinir los roles y / o adaptarse a funciones y trabajos que ni siquiera existen todavía”, apunta Gema Requena, directora de la consultora Nethunting, que acaba de publicar junto a EAE Business School el estudio Microtrends 2020: Educación y Trabajo. Un informe del que se desprende que el líder del futuro será un “educador empresarial” con la función de integrar empleados, conocimientos, proveedores y retos empresariales y sociales (como los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y la Agenda 2030) en su cadena de valor, y con un amplio dominio de habilidades como la resiliencia, el pensamiento crítico, redes globales, inteligencia cultural y geopolítica, analítica de datos o sostenibilidad: porque no se trata ya tanto de vender más, sino mejor. El negocio no solo se mide ya en términos económicos, sino sociales y medioambientales.

Plataformas de aprendizaje

Más que nunca, la educación ha de ser un traje digital accesible y a medida, y las nuevas tecnologías ofrecen multitud de modelos de gran utilidad a lo largo de nuestra carrera profesional. Herramientas educativas como las de Goodhabitz u Odilo permiten a las empresas crear sus propias plataformas personalizadas de cursos en habilidades profesionales o de crecimiento personal, entre millones de opciones disponibles. Un concepto parecido al de Netflix, pero de formación continua, y que han abrazado otras instituciones educativas como IEBS, a través de Akademus, un canal de microaprendizaje disponible para cualquier usuario (24,90 € de suscripción mensual) con cursos que van desde el marketing digital y los negocios hasta los recursos humanos, la tecnología, la programación y el diseño de fotografía y vídeo.

La transformación, indica Calvo, acabará por extenderse entre las universidades. “El esquema que tenemos ahora, en el que te dices que tienes que estudiar primero, y luego segundo, tercero, cuarto… está condenado a desaparecer”, asegura. “Todo va a ser mucho más modular, y el estudiante va a poder ir conformando su propio currículo en función de lo que quiera realmente”; un modelo híbrido que mezcle la educación presencial (normalmente más práctica) y la online, que combine lo mejor de ambos mundos y se adapte al momento vital y profesional de cada estudiante.

Becas y ayudas a la formación

El aumento del teletrabajo provocado por la pandemia ha facilitado también las posibilidades de formación online, normalmente a un precio mucho más asequible que el de la educación presencial. Así, por ejemplo, el buscador de cursos Emagister puso el pasado mes de mayo a disposición de sus usuarios una iniciativa de becas de formación por valor de un millón de euros, de los que se han consumido ya más de 600.000, en programas que van desde los MBA del Instituto Superior Europeo de Barcelona (ISEB), a los másteres en logopedia de la Escuela de Postgrado de Medicina y Sanidad o la formación en ciberseguridad de Select Business School, entre muchos otros.

Herramientas como el aprendizaje automático, la inteligencia artificial o el Big Data han facilitado además que Emagister, junto con Majorel y GSS Grupo Covisian, puedan ofrecer al usuario formaciones que se adapten mejor a sus necesidades tanto de conocimientos como económicas, gracias a un equipo de especialistas académicos que asesorarán a partir a los estudiantes en todo el proceso, desde la elección del curso y centro hasta las posibles opciones de financiación.

Ironhack, por su parte, ha dispuesto becas por valor de 300.000 € para los profesionales que quieran hacer la transición a carreras tecnológicas con alta demanda en la actualidad. Las ayudas cubrirán, total o parcialmente, los bootcamps de Ironhack en Madrid, Barcelona y Lisboa, así como los programas de Ironhack Remoto. Y si lo que te interesa es el mundo de las ventas, otra opción es la Sales School de IEBS y Grupo Edutech, para formar comerciales en dos meses y ayudarles después a encontrar trabajo. Además, para facilitar la inserción laboral de los desempleados, estos no tendrán que abonar nada por su formación hasta estar trabajando.

La formación gratuita también existe

Los MOOCS, un acrónimo en inglés que designa a los cursos online, abiertos y masivos de muy diversas disciplinas, constituyen una ingente fuente de conocimiento en muchas ocasiones gratuito, generalmente en formato de vídeo y disponible en inglés (EdX, Coursera, Udemy) o español (Miríadax). Se trata de cursos en muchas ocasiones elaborados por profesores universitarios, investigadores o especialistas en cada campo, lo que los convierte con frecuencia en formaciones de alta calidad y reputación. “Por ejemplo, en el área de la ciencia de datos o la inteligencia artificial, es poco probable encontrar a alguien que no haya realizado los cursos de Andrew NG (cofundador de Coursera) sobre Deep Learning, es casi un requisito”, explica José Pedro Manzano, graduado de la Universidad Complutense y doctorando en Neurociencia Computacional en el Reino Unido.

Con frecuencia, los MOOCs abordan contenidos para los que no existen grados o másteres especializados, algo muy útil cuando las universidades carecen en muchas ocasiones de la flexibilidad o la rapidez necesarias para adaptarse a las últimas demandas del mercado laboral. Sin embargo, el avance de la formación virtual ha empujado a muchas de ellas a pasar a formato digital gran parte de sus programas, como en el caso de los cursos abiertos del Massachusetts Institute of Technology (MIT): “Al igual que con los MOOCs, son una gozada, porque en ocasiones es el mismo descubridor de algo el que te está explicando cómo funciona o cuál ha sido el recorrido hasta llegar allí”, cuenta Manzano. Aparte de los vídeos, sueles tener acceso a apuntes, tareas y materiales, si bien tiene la pega de que, “aunque hagas toda la carrera, no obtienes el título de graduado, aunque en ocasiones (previo pago) emiten certificados”.

YouTube es también fuente de numerosos recursos educativos. Una búsqueda en la popular plataforma de vídeo te puede llevar a Missing Semester, un canal del MIT creado a raíz de la covid-19, a Oxford Mathematics (donde está el mismo Stephen Hawking dando clase), o a tutoriales, charlas y conferencias. Kaggle es una plataforma de competiciones de ciencia de datos; y SpainAI te abre las puertas al aprendizaje colaborativo. Y hay muchas más; tan solo hay que buscarlas.

En el mundo de la tecnología, por ejemplo, está muy extendida la cultura del Open Science, la ciencia abierta: compartir tu propio código para que repliques un algoritmo, documentar y generar contenido explicando tus avances… En Github hay miles de repositorios con tutoriales y código que puedes reutilizar, Google te deja ejecutar código de forma gratuita en sus servidores y empresas como Amazon AWS y Azure tienen servidores a muy bajo precio.

Fuente: https://elpais.com/economia/2020/07/23/actualidad/1595495304_025886.html

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