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Covid-19 y una brutal neoprivatización educativa en América Latina

Desde el año 2015 venimos denunciando el riesgo que ocurriera un Apagón pedagógico Global (APG), que tendría una expresión concreta en la virtualización y la relocalización de una parte importante de los procesos de enseñanza-aprendizaje en la casa. Esta tendencia al APG había sido anunciada en varios documentos de las Bancas de Desarrollo y de los organismos multilaterales.

Escalamiento del Apagón Pedagógico Global

Sin embargo, buena parte de la izquierda pedagógica desestimó este escenario al considerarlo improbable. Comprender esta realidad implicaba reconocer que estamos ante un reseteo planetario de la cultura educativa, lo cual desafiaba muchas de las certezas construidas en el campo de las alternativas pedagógicas. La más reciente publicación del Foro Económico Mundial de Davos “Covid-19: el Gran Reseteo” (julio, 2020) confirma las valoraciones y análisis prospectivos que hacíamos hace años.

Siempre señalamos responsablemente, que no sabíamos cuál sería el evento o el mecanismo para ello, pero que la tendencia del capitalismo cognitivo de la tercera revolución industrial apuntaba en esa dirección. El Covid-19 se convirtió en el evento que construyó las condiciones de posibilidad para el desarrollo a escala planetario del Apagón Pedagógico Global.

La transición entre la tercera revolución industrial a la cuarta revolución industrial hizo inminente este acontecimiento. Esta transición comportaba la consideración, por parte del capital, de la obsolescencia de la máquina ducativa newtoniana de la primera y segunda revolución industrial. Obsolescencia determinada por el impacto de la aceleración de la innovación en los procesos educativos.

La cuarentena sanitaria por la pandemia del Covid-19 obligó a generar respuestas en materia de escolaridad y educación. Las medidas educativas elaboradas por las burocracias de los ministerios de educación, fueron construidas a partir de la apelación al concepto de “emergencia”. La real emergencia sanitaria, fue usada para desarrollar un giro inusitado, dramático y excluyente en la educación.

La llamada emergencia educativa sirvió de pretexto para que en la mayoría de países se intentara dar continuidad a las labores escolares, ya no en las escuelas, liceos y universidades sino “en casa” y por mecanismos remotos, en su mayoría codificados al público bajo las expresiones de “educación virtual en casa” y “universidad en casa”.

El paradigma neoliberal de la sociedad educadora

Esta “nueva Realidad” nos obliga a revalorar el paradigma educativo neoliberal de la “sociedad educadora”, que desembarcó con fuerza en la región en la década de los ochenta del siglo XX.  Esta iniciativa, en la era de la transnacionalización del capital y de la mundialización cultural contemplaba la intención de ir transfiriendo a las familias, docentes y estudiantes, las condiciones mínimas para el cumplimiento al derecho a la educación.

El fortalecimiento de los mecanismos para garantizar el pago de las matrículas y “colaboraciones para las sociedades de padres y representantes” en las escuelas públicas, sirvieron como caballo de Troya para intentar recargar en las familias los costes del mantenimiento de los planteles escolares, las actividades extraordinarias, los docentes suplentes, etc., en la ruta para que las madres y los padres fueron asumiendo la responsabilidad educativa que correspondía a los Estados.

Cada vez más se le fue transfiriendo a las familias muchas de las responsabilidades que otrora habían asumido los Estados. Esta intención pudo concretarse solo parcialmente y de manera desigual en los países de la región, gracias a la movilización del magisterio, los profes universitarios y los estudiantes; las familias lo hicieron en menor medida, atrapadas porla cultura evaluativa de la calidad educativa..

La exigencia de mayores aportes a los sistemas escolares por parte de las familias se encubría con el discurso funcional de la co-responsabilidad para alcanzar una educación inclusiva de calidad, algo que se convertía en un chantaje funcional para la desmovilización de las familias.

Esa “noción” de la co-responsabilidad comporto un salto en la construcción de hegemonía, sobre la necesidad que los Estados “compartieran” con las familias los costes de la educación pública. Esta operación de propaganda, abrió las puertas a reformas en las constituciones nacionales y las leyes de educación que implicaron un abandono drástico de las responsabilidades del Estado, encubiertas con discursos progresistas.

La obligación de los Estados en garantizar el derecho a la educación

Desde una perspectiva emancipadora y de Estado Docente, la responsabilidad de garantizar el derecho a la educación es de los Estados Nacionales. Es decir, los Estados entre otras cosas, deben garantizar que:

  1. a)el presupuesto destinado a la educación no sea inferior al 6% del Producto Interno Bruto o menor del 20% presupuesto público;
  2. b)exista unalegislación educativa que garantice el acceso universal a la escolaridad y en igualdad de condiciones, por lo menos, a los estudiantes de educación inicial y primaria. En algunos países esta obligación se extiende al bachillerato;
  3. c)elaborar los planes de estudio y los modelos de enseñanza-aprendizaje que garanticen un aprendizaje contextualizado a cada realidad,desafíos epocales y necesidades de la población;
  4. d)construir lainfraestructura necesaria (escuela, liceos, preescolares, universidades) para garantizar la igualdad de condiciones de aprendizaje;
  5. e)dotar las escuelas, liceos y universidades de loselementos, equipos y contenidos inherentes a la aceleración de la innovación y garantizar que todes los y las estudiantes tengan las mismas condiciones de acceso a estas tecnología y conocimientos;
  6. f)desarrollar unacontinua actualización de la formación inicial y permanente de los y las docentes que permita  garantizar el papel de la escuela como institución democratizadora del conocimiento entre los sectores populares.

Previo a la pandemia muchas de estas condiciones mínimas de partida no eran cubiertas por los Estados nacionales, lo cual generaba resistencias, movilizaciones y denuncias del movimiento magisterial y estudiantil. La desinversión en educación y la precarización de las condiciones de trabajo de los y las docentes actuaban como disparadores de la premisa neoliberal de abandonar la responsabilidad de los Estados con la educación pública, dando paso al modelo de sociedad educadora.

Debemos tener cuidado que el logro del 6% del PIB como piso mínimo no sea usado en buena medida para la firma de contratos con las grandes transnacionales tecnológicas en materia de contenidos educativos digitales y virtuales, ni para construir la infraestructura base para la transición a la cuarta revolución industria.

Continuando recargando en las familias, estudiantes y docentes el grueso de la inversión en equipamiento tecnológico básico (computadores, laptops, celulares) y la conectividad al internet. Subrayar siempre que esto es y sería privatización educativa y triunfo del paradigma neoliberal de sociedad educadora.

En el plano internacional el neoliberalismo educativo cada vez más se aseguraba que en muchos de los protocolos de los organismos multilaterales, el derecho a la educación apareciera sin sus apellidos sustantivos de gratuita, popular, científica y laica. Cada vez más en estos protocolos aparece el compromiso de vincular el sector privado al cumplimiento del derecho a la educación, que no es otra cosa que la transición a la construcción de hegemonía respecto a la educación como una mercancía.

El tránsito abrupto de un modelo de educación presencial en las escuelas, al modelo de “educación virtual en casa”, de “universidad en casa” y, el temor del contagio mortal, posibilitó un acelerado abandono de estas premisas de responsabilidad de los Estados Nacionales de garantizar las condiciones mínimas para el desarrollo del derecho a la educación.

La neoprivatización educativa en el marco de la pandemia

El Coronavirus aceleró y escaló a una dimensión impensable solo meses atrás, las tendencias privatizadoras de la educación. El modelo de “educación virtual en casa”, de “universidad en casa” que han impulsado los sistemas educativos en América Latina ha comportado una privatización de hecho. Las responsabilidades de los Estados de garantizar las condiciones mínimas para desarrollar los procesos de enseñanza y aprendizaje han sido abandonadas y se ha entrado en la lógica del neoliberalismo educativo.

Ahora, en el marco de la pandemia del Covid-19 son las familias, les estudiantes y los y las docentes, quienes deben asumir los costes del pago del internet, la suscripción a plataformas privativas para poder dar clases, la compra o reparación de sus computadoras para dar clases. Los Estados se desentienden usando el acostumbrado lenguaje de la “vocación docente”, de la “mística de los educadores”, para desentenderse de su responsabilidad.

Muchos de los contenidos educativos en este contexto de “virtualidad en casa” son los que están disponibles en las plataformas privativas. Los y las docentes no fueron formadas y no están siendo formados adecuadamente para trabajar en entornos digitales, lo cual ha implicado una serie de déficits y problemas derivados del ensayo y error, de “como va viniendo vamos viendo”.

Se pretende culpabilizar de los errores a los docentes, convirtiéndose el Estado en un evaluador, en expresión de la cultura evaluativa sobre los docentes, escondiendo con ello que se está produciendo una brutal privatización educativa.

Las condiciones en las cuales se están desarrollando los procesos de enseñanza aprendizaje son desiguales y estratificadoras. Muchos estudiantes no cuentan siquiera con una casa donde estudiar de manera estable, otros no poseen familia que les apoye, la mayoría no tienen textos o acceso a internet, ni computadoras.

La escuela, con sus programas alimentarios procuraba garantizar que toes comieran por lo menos una vez al día, precisamente para igualar las condiciones de partida para aprender a aprender. Las medidas tomadas por los ministerios de educación. han roto en solo meses, la conquista social de asociar el derecho a la educación con garantías de igualdad de condiciones para desarrollar los procesos de enseñanza-aprendizaje.

Esa “nueva normalidad” está siendo poco denunciada, por el contrario, en muchos casos está ocurriendo con el silencio cómplice de importantes sectores de la academia y los sindicatos burocráticos patronales.  Como en todo proceso de opresión, las resistencias marcan la diferencia y hoy casi un centenar de organizaciones del magisterio en la región, educadores populares y pedagogos críticos han comenzado a denunciar y movilizarse en contra de esta realidad.

Educación de primera para incluidos en la tecnología

Para colmo, con el pretexto de la emergencia sanitaria se está produciendo una estratificación de la educación. Los que tienen acceso a computadores e internet, cuyo porcentaje no excede el 50% de la población en América Latina y el Caribe, tienen la posibilidad de participar en la educación remota que intenta darle continuidad a los procesos de escolarización, accediendo a información actualizada derivada en gran medida de su capacidad de navegación conducida por la red de internet.

Los otros y otras, la mayoría de estudiantes, que no tiene acceso a computadora e internet están recibiendo enseñanza por televisión o radio, con contenidos y metodologías de la televisión educativa de los sesenta del siglo XX, transitando el aprendizaje con una mirada desde el retrovisor, no hacia el presente y el futuro.   Esto redundará en nuevas formas de exclusión.

Por otra parte, quienes viven en zonas de difícil acceso y precaria conectividad, con limitadas posibilidades incluso de acceder a una señal de radio, están recibiendo una educación por módulos, educación de tercera, que trata de ocultar que les están dejando en los bordes de la marginalidad intelectual.

La apelación a la contingencia y la emergencia no tiene justificación alguna, cuando las autoridades educativas desoyeron las advertencias que hicimos desde cinco años sobre un inminente Apagón Pedagógico Global (APG) y la obligación que tenían los Estados para prepararse para escenarios como estos, con la mirada pensada en la inclusión educativa y la justicia social.

La escuela no volverá a ser lo que era

Esta realidad no puede hacer que nos refugiemos de manera conservadora en intentar volver a las condiciones existentes antes de la pandemia. La escuela, liceo y universidad que teníamos en febrero del 2020 tampoco representaban la aspiración de los sectores populares y críticos respecto a lo que debería ser una educación liberadora y emancipadora.

Se trata entonces de comprender y trabajar de manera renovada por una nueva escuela gratuita, popular, democrática, laica, científica y presencial, que reivindique la tradición y el saber pedagógico acumulado por décadas, pero que sea también sea capaz de empalmar con lo nuevo, lo emergente en clave de resistencia anticapitalista.

Alternativas

Ciertamente lo peor que puede pasar es que un niño, niña o adolescente quede desconectado del sistema escolar. El hecho que consideremos que es necesario como remedial urgente, la educación por televisión, radio o módulos, no nos impide advertir que ello está comportando una nueva estratificación, con un claro sentido de clase.

Son los pobres, las mujeres trabajadoras, la clase obrera, los campesinos, quienes viven en condiciones de marginalidad en los barrios quien están resultando más afectados por la neo privatización educativa en marcha y la estratificación de la escolarización determinadas por el acceso a computadores y conexión a internet.

Las alternativas están en el plano epistémico y en la organización para la resistencia.  En el primer plano, la sorpresa y la sensación de vértigo que esta situación de la cuarentena por el Covid-19 ha causado en amplios sectores progresistas nos lleva a afirmar que lo urgente es clarificar lo que está pasando y el horizonte inmediato de la opresión neoliberal.

Lo segundo, reivindicar que las experiencias de colectivos pedagógicos en las escuelas, liceos y universidades emerge con fuerza como una práctica muy potente para avanzar de manera colectiva, desde abajo en la comprensión de lo ocurre y la elaboración de resistencias anticapitalistas.

Tercero, fortalecer la unidad de los sindicatos y gremios docentes combativos, con los movimientos de educadores populares y pedagogos críticos para de manera conjunta elaborar una ruta de acciones coyunturales y estratégicas.  Es momento de inventar para no errar.

 

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Kenia: Se ordena a una escuela privada que reduzca las tarifas en un 20%

El jueves, un tribunal de Nairobi ordenó a una escuela privada en Runda que redujera las tarifas que cobran a los estudiantes en un 20 por ciento a la espera de la reapertura de las escuelas el próximo año.

El juez James Makau dijo que debido a la pandemia de Covid-19, los estudiantes de SABIS International School no están recibiendo el paquete completo de lecciones acordado y, por lo tanto, no se les puede cobrar el 100 por ciento de las tarifas totales.

El juez Makau ordenó a la escuela SABIS que cobre el 80 por ciento de las tarifas acordadas entre ella y los padres desde el tercer trimestre de 2019 hasta cuando el Ministerio de Educación anuncie la reanudación de las clases presenciales en todo el país.

El juez se negó a otorgar una declaración de los padres para pagar el 50 por ciento de los honorarios.

También rechazó una súplica de la escuela para no interferir con la forma en que cobraba las tarifas, ya que era un contrato privado entre él y los padres.

La escuela argumentó que estaba ofreciendo lecciones virtuales después del cierre de las escuelas debido a la pandemia de Covid-19.

El juez dijo que los padres han demostrado que se violarán los derechos de sus consumidores ya que sus hijos no reciben el paquete completo de lecciones y otros servicios firmados en el contrato.

«A la espera de la audiencia y la posterior determinación de la petición, una orden conservadora que suspenda la implementación del pago de las tarifas completas, los peticionarios pueden compensar hasta un 20 por ciento del pago para pagar el 80 por ciento del pago de las tarifas completas por el término tres, de el año escolar 2019-2020 o hasta que las escuelas se vuelvan a abrir bajo las instrucciones del Ministerio de Educación «, dictaminó el juez Makau.

Los encuestados habían declarado que las órdenes de conservación solicitadas estaban en el ámbito del derecho público y los tribunales han mostrado moderación al otorgar tales órdenes en disputas de derecho privado.

El juez anuló a los encuestados diciendo que los peticionarios han alcanzado el umbral legal para garantizar la orden conservadora.

«Es probable que los peticionarios sufran prejuicios como resultado de la violación o amenaza de violación si no se otorgan las órdenes solicitadas», dictaminó el juez Makau.

El tribunal permitió a los padres usar abreviaturas (SPG) en el caso que presentaron contra la escuela SABIS, los directores de la escuela, el Fiscal General y el ministro de Educación para proteger la identidad de los estudiantes.

Fuente: https://allafrica.com/stories/202007300844.html

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«Más del 70% de las víctimas de trata de personas son mujeres y niñas»: ONU

Anualmente más de 3.500 víctimas de este flagelo reciben ayuda en 40 países.

En el marco del día mundial contra la trata de personas, Naciones Unidas alertó que actualmente en el 70% de los casos que se presentan en el mundo las víctimas son niñas y mujeres.

“Todos los días, en todos los países del mundo, los traficantes de personas explotan a las personas con fines de lucro. Los pobres y los vulnerables están en mayor riesgo. Más del 70 por ciento de las víctimas de trata detectadas son mujeres y niñas, mientras que casi un tercio son niños”, explicó Ghada Waly,  directora ejecutiva de la Oficina contra la Droga y el Delito de la ONU.

El último Informe global sobre la trata de personas de la ONU reveló que las víctimas de ese delito fueron identificadas en 124 estados de 152 países y como dato preocupante, resaltó que sólo el 40% de los países donde se encontraron casos de trata de personas  informaron sobre menos de diez condenas por año. y alrededor del 15% de las demás naciones no registró ningún fallo judicial.

Los principales vejámenes a los que son sometidas las víctimas son: venta de órganos, explotación sexual, reclutamiento forzado, trabajo forzado y matrimonio forzado, entre otros delitos, detalló Naciones Unidas.

Según el organismo, la situación del coronavirus amplió los peligros de la trata de personas, pues aumentó la pobreza y  el cierre de escuelas, hechos que sumados a otros contextos crean un ambiente favorable para que actúen  los grupos del crimen organizado.

Si el mundo quiere poner la dignidad humana y los derechos humanos en el centro de la respuesta y recuperación de Covid-19, debemos hacer más para proteger a las víctimas de la trata y evitar que los delincuentes exploten a las personas vulnerables. En este Día mundial contra la trata de personas, comprometámonos a trabajar por sociedades y economías inclusivas que no dejen a nadie atrás”, indicó por su parte el secretario general de la ONU, António Guterres.

Por causa de este complejo panorama, en esta jornada se exaltará la labor de los miles de colaboradores y funcionarios públicos que trabajan para combatir el crimen y ayudar a las víctimas.

Adicionalmente se dará un concierto virtual bajo el hashtag #EndHumanTrafficking con el que se busca recaudar fondos para fortalecer la lucha contra este flagelo y adicionalmente para poder brindar atención a más personas que han caído en las redes criminales.

Fuente: https://www.rcnradio.com/internacional/mas-del-70-de-las-victimas-de-trata-de-personas-son-mujeres-y-ninas-onu

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Tiempos de pandemia: cómo es el acceso a la educación en Ecuador mientras el COVID-19 afecta a la región

El colectivo de fotógrafos y fotógrafas Fluxus Foto presenta su proyecto “Educación por Whatsapp” mediante el cual visibilizan cómo es el acceso a la educación primaria en la provincia de Pichincha durante la emergencia sanitaria.

Nota del editor: Este trabajo fue apoyado por el Fondo de Emergencia por COVID-19 para Periodistas de National Geographic Society.

Durante la primera mitad de marzo, cuando los primeros casos de COVID-19 comenzaron a detectarse en Latinoamérica, el estado de Ecuador tomo una decisión que ya se venía tomando en otros lugares del mundo para hacer frente a la ola de contagios por la pandemia: llamar al confinamiento y suspender las clases presenciales en entidades privadas y públicas.

En el país existen dos ciclos escolares. En la zona insular y en la costa el período de clases se extiende, normalmente, entre abril y febrero. Mientras que en la región amazónica del país y la sierra, el ciclo escolar va de septiembre a junio. Es decir que, los primeros alumnos nunca iniciaron su cursada de manera convencional, mientras que el otro grupo tuvo cinco meses de encuentros presenciales en el aula, hasta que la dinámica escolar cambió debido a la aparición del coronavirus.

Se estima que “unos 4,6 millones de niños y niñas han sido afectados por la cancelación de las clases presenciales”, afirma la fotógrafa Vanessa Terán, miembro del colectivo de fotógrafos y fotógrafas “Fluxus Foto” (Instagram: @fluxus_foto). Y cuenta que, en este contexto, “el Ministerio de Educación ha puesto en marcha el Plan Educativo COVID-19 en una plataforma virtual que reúne recursos digitales, textos escolares, lineamientos y protocolos para estudiantes y docentes”.

Sin embargo, la fotógrafa asegura: “Según UNICEF sólo el 37% de los hogares en Ecuador tiene conexión a internet, lo que significa que 6 de cada 10 niños no pueden continuar sus estudios a través de estas modalidades. La situación es más grave para los niños de zonas rurales, donde solo 16% de los hogares tiene conectividad o acceso a recursos tecnológicos”. Es por esto que la gente “ha tenido que arreglárselas de distintas maneras para continuar con las clases”.

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Roxana, Doménica y Ramona realizan sus tareas escolares en casa. No tienen Internet y sus padres perdieron sus empleos durante la pandemia. Hacen recargas semanales para comunicarse con sus profesoras. Quito, 24 de junio del 2020.

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Roxana, Doménica y Ramona realizan sus tareas escolares en casa. No tienen Internet y sus padres perdieron sus empleos durante la pandemia. Hacen recargas semanales para comunicarse con sus profesoras. Quito, 24 de junio del 2020.
FOTOGRAFÍA DE JOHIS ALARCÓN

Interpelados por esta compleja realidad, Terán junto a otros 6 creadores visuales miembros de su colectivo de fotógrafos, se propusieron retratar “la experiencia del confinamiento de los niños y cómo esto se relacionaba con su estrato económico”, y en esa línea, dar visibilidad a “las desigualdades en el acceso a la educación en la escuela primaria, que se veían intensificadas a partir de la crisis del COVID-19 y el confinamiento”.

Junto con el apoyo que recibieron del Fondo de Emergencia por COVID-19 para Periodistas de la National Geographic Society, iniciaron su proyecto en la provincia de Pichincha, en el centro norte del país, donde se encuentra la ciudad capital Quito. La proyección a futuro de este equipo de trabajo es continuar con la cobertura de esta problemática en otras regiones del país.

“Las personas de escuelas privadas, en su mayoría de estrato medio a medio alto, en general tienen facilidad de acceso a Internet y cuentan con los dispositivos para poder hacer teletrabajo, en el caso de los padres, o acceder a la educación en el caso de los hijos”, comenta Terán, aunque también destaca que para todos los sectores implica desafíos, desde nuevas dinámicas familiares, hasta nuevas interrelaciones con compañeros y profesores.

Proyecto “Educación por WhatsApp”

Vanessa Terán – Educación Privada 

Gabriela Suárez, mamá de Alegría Aguirre (8 años de edad), revisa su tarea el día 28 ...

Gabriela Suárez, mamá de Alegría Aguirre (8 años de edad), revisa su tarea el día 28 de mayo del 2020. Gabriela, le cuenta a la fotógrafa Vanessa Terán, que el cambio a clases en línea significa un gran desafío para las madres que trabajan y que intentan balancear sus responsabilidades del trabajo y el hogar. Alegría solía pasar aproximadamente 9 horas en el colegio entre clases y actividades extra curriculares. En el último tiempo, ha invertido alrededor de 4 horas entre clases y la realización de tareas. Cumbaya, Ecuador.

FOTOGRAFÍA DE VANESSA TERÁN

“Este caso retrata la experiencia de una estudiante, Alegría Aguirre (8 años) de un colegio de educación privada de Quito cuya escuela ha desarrollado una plataforma específica que les permita continuar sus clases vía video conferencias y foros. Por un lado, este caso visibiliza como durante el confinamiento, el acceso a la educación se ha visto en muchos casos condicionado a la capacidad económica de las familias. Sin embargo, esta circunstancia tiene sus propios desafíos. Alegría debe pasar largas horas frente al computador y su madre, Gabriela Suárez debe balancear las responsabilidades del trabajo con las del hogar. Supervisa y asiste la educación de su hija en casa. Por último, el confinamiento ha cambiado las dinámicas familiares de este hogar”.

Instagram: @v_o.vane

Josue Araujo – Educación Privada 

Juan José, de 9 años, tiene deportes por las tardes, es estudiante de primaria del Colegio ...

Juan José, de 9 años, tiene deportes por las tardes, es estudiante de primaria del Colegio de Liga ubicado al noreste de Quito. Este día tenía clases de tenis y comenzaba con un calentamiento por toda la casa. Como la sala es grande no tiene problemas para hacer los ejercicios allí.

FOTOGRAFÍA DE JOSUE ARAUJO

«En mi caso realicé la visita a 5 estudiantes de dos instituciones educativas y a una profesora. Estas escuelas son privadas y cuentan con varias herramientas tecnológicas para continuar con su educación y los docentes han mostrado ser muy recursivos para enfrentar los desafíos de la virtualidad. Las clases incluyen actividades lúdicas para mantener el interés de los niños dura las jornadas educativas. Camila y Juan José, de 11 y 9 años respectivamente, tienen todas las facilidades para poder estudiar y en las tardes reciben clases de educación física las cuales incluyen tenis y gimnasia entre otros deportes. Sus padres han adaptado áreas de su casa para las distintas actividades de estudio». 

Instagram: @la.mala.foto

 

Johis Alarcón – Educación Pública 

Robert Alejandro realiza sus tareas en casa en la mañana del 26 de mayo del 2020. ...

Robert Alejandro realiza sus tareas en casa en la mañana del 26 de mayo del 2020. Estudia en 5to año de primaria en una escuela pública del sur de Quito. La familia Salazar Mujica llegó a Ecuador en 2019, ellos vinieron caminando desde Venezuela. Luisa y Robert, los padres, perdieron su trabajo cuando inició la pandemia, sus hijos Robert Alejandro y Johanna Rosveri de 5 y 7 años respectivamente, han permanecido en casa estos dos meses.

FOTOGRAFÍA DE JOHIS ALARCÓN

Este proyecto abarca la historia de niños y profesores de escuela pública que, en medio de una crisis económica, afrontan la educación desde casa. Padres desempleados y muchos analfabetos hacen lo imposible para conseguir Internet y celulares que les permitan continuar con la educación de sus hijos, quienes viven su infancia en cuarentena. Los maestros invierten su propio dinero para conectarse con sus estudiantes y duplican sus jornadas cumpliendo sus roles en casa y dando clases con videos, llamadas telefónicas o mensajes por WhatsApp”.

Instagram: @johis.alarcon

 

Andrés Yépez –  Educación en Zonas Rurales – @pre_des_ido

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Alex Venegas, de 9 años de edad, y su hermana hacen sus tareas con la ayuda de familiares y con la compañía de algunos animales, la tarde del 22 de mayo de 2020. La cuarentena en las zonas rurales y semirurales se la realiza sin perder el sentido de comunidad, todos se ayudan de alguna manera mientras dura esta emergencia.

FOTOGRAFÍA DE ANDRÉS YÉPEZ

“La mayoría de los niños de las zonas rurales en la provincia de Pichincha, Ecuador, se enfrentan a algunos retos específicos, como la falta de conectividad y las recesiones económicas en sus casas, para continuar su educación a través de la modalidad de tele-educación, durante la crisis sanitaria por el virus COVID- 19. La cuarentena en las zonas rurales se lleva a cabo sin perder el sentido de comunidad con el que viven, y su tiempo de confinamiento no se limita a estar dentro de sus casas. El campo es parte de su hogar y de su vida cotidiana, la cual les exige interactuar con su entorno (animales, sembríos, etc.)”.

Instagram: @pre_des_ido

 

Karen Toro – Educación Alternativa

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Elga Alquinga, de 45 años, es maestra de la Comunidad Educativa Nina Pacha. Es socióloga, pedagoga, y actualmente está realizando una especialización en pedagogía Waldorf. Docente de 7° grado, durante la semana tiene varios encuentros virtuales con sus estudiantes en los que revisan tareas juntos, cantan, leen, realizan ejercicios de movimiento y aprenden temas nuevos.

FOTOGRAFÍA DE KAREN TORO

“En estas comunidades educativas se promueven fuertes sentidos de comunidad, la importancia de los vínculos afectivos y sociales, el desarrollo emocional y autonomía de los niños, el aprendizaje desde experiencias significativas; todos estos aspectos se han visto fuertemente afectados en el contexto de la emergencia sanitaria que obliga al aislamiento social. A pesar de la dificultad para sostener los salarios de docentes (ya que la mayoría de familias se encuentran gravemente afectadas económicamente), el cierre de los espacios físicos, el desafío para los padres que sienten la necesidad de replicar una educación constructivista y libre en el hogar, la frustración de los estudiantes al tratar de sostener aprendizajes y vínculos de manera virtual; las escuelas mantienen el acompañamiento y formación a las familias. Es así que esta parte del proyecto colectivo muestra los desafíos a los que se enfrentan estas comunidades educativas y las iniciativas que han construido”.

Instagram: @karentoroa

 

Ana María Buitrón – Educación Intercultural Comunitaria 

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Laura Santillán hace videos para compartirlos con sus estudiantes vía Whatsapp. Enseña temas relacionados a las partes del cuerpo y a las plantas, en lengua Kichwa.

FOTOGRAFÍA DE ANA MARÍA BUITRÓN

“Las escuelas Interculturales-comunitarias se sostienen a partir de un limitado apoyo del Estado y donaciones de gente particular. Durante la pandemia, el reto más grande de esta educación es acompañar a los estudiantes para que se mantengan estables emocionalmente. Su metodología es experimental, ahí consiste el reto de trascender las redes sociales durante esta emergencia. Estas escuelas acogen a niños indígenas y migrantes de otras provincias; su modelo de educación promueve la diversidad cultural, étnica y lingüística; trabajan sobre la identidad individual y la construcción de colectividades en un espacio de tolerancia y respeto”.

Instagram: @lachuros

David Diaz – Educación en Centro para jóvenes infractores 

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Simón, lleva a cabo sus tareas de Estudios Sociales en una de las aulas de la «Unidad Educativa León Febres Cordero» que opera dentro de un centro para menores infractores.

FOTOGRAFÍA DE DAVID DIAZ

“El Centro «Virgilio Guerrero» para jóvenes infractores en la ciudad de Quito, Ecuador, alberga el corredor de 100 adolescentes que cumplen sus condenas allí. La Unidad Educativa “León Febres Cordero” opera dentro de la institución, que continúa con los estudios de adolescentes que han abandonado la escuela y comienzan la educación para aquellos que no han asistido. Ofrece tres programas educativos: Alfabetización ABC, Educación Básica Intensiva y Bachillerato. Está a cargo de 8 profesores. Según la Constitución del Ecuador, estos jóvenes tienen la condición de doble vulnerabilidad. El Estado debe garantizar la seguridad y la educación. Durante la emergencia COVID-19, sus estudios se vieron afectados, ya que prohibir el acceso a dispositivos electrónicos o Internet ha complicado el aprendizaje, han tenido que recurrir a la información en libros obsoletos, los maestros han visto como la única opción para salir de la cuarentena e ir una vez por semana a entregar la tarea, dar tutoría a los que más la necesitan de esta manera sin interrumpir sus estudios”.

Fuente: https://www.nationalgeographicla.com/fotografia/2020/07/tiempos-de-pandemia-acceso-a-la-educacion-en-ecuador

 

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Habrá ‘ola’ de alumnos de escuelas privadas que ya no puedan pagar y migren a públicas, dicen especialistas

Algunas familias que pagan educación privada para sus hijos ya no podrán cubrir las colegiaturas, lo que generará una corriente hacia instituciones públicas, ¿el sistema educativo está preparado? Esto dicen los expertos.

Muchos estudiantes tendrán que migrar de las escuelas privadas a las públicas pues sus familias no estarán en posibilidades de pagar las colegiaturas, debido al impacto de la pandemia de COVID-19 y la crisis generada por esta, señalaron este jueves Miguel Székely, exsubsecretario de Educación, y Yoloxóchitl Bustamante, secretaria de Educación Pública de Guanajuato.

Mientras tanto, el sistema público no está previendo esta demanda, apuntó Székely en el EF MEET POINT. El dilema educativo en la coyuntura actual.

«Muchos (alumnos) tendrán que ir al sistema público porque ya no van a poder pagar esas colegiaturas, y el sistema público hasta donde yo sé no está previendo de ninguna manera la demanda por los servicios públicos -a los que además tiene derecho la población, no le puede negar la educación pública a nadie en México-. Yo no veo que haya ninguna preparación a ningún nivel para poder absorber esta muy probable migración significativa», comentó.

Székely añadió que los estudiantes no pueden quedarse sin educación, y que es probable que esta migración ocurra en todos los niveles educativos.

Por otro lado, Yoloxóchitl Bustamante, secretaria de Educación Pública de Guanajuato, señaló que a lo largo del país existen escuelas privadas pequeñas y medianas que no tienen las condiciones de equipamiento como algunos grandes institutos privados.

En el caso de Guanajuato, explicó la funcionaria, varias escuelas públicas están cerrando debido a que los padres ya no quieren pagar colegiaturas solo teniendo la opción de modalidades de educación a distancia.

«Encontramos en el estado de Guanajauto ya un número significativo de escuelas que están cerrando, porque a consecuencia de la pandemia y la crisis económica, se han quedado sin alumnos porque no van a la escuela y los padres no quieren pagar por algo que no perciben (…), y entonces, entre los padres que no pueden pagar más las escuelas que están cerrandoo, se está abriendo una corriente de estudiantes cuyos padres quieren cambiarlos a escuelas públicas», detalló.

En tanto, las escuelas públicas no tienen la posibilidad de decirles que no a los alumnos, pero tampoco tienen los espacios.

«Sobre todo si vamos a regresar en esta modalidad de que se guarda la distancia, cada salón tendrá caapacidad para la mitad o menos de los alumnos que normalmente se colocaban en ella. Y si además vamos a tener el extra de estudiantes que vengan de escuelas públicas, la única manera sería tener más salones y más docentes, para lo cual no hay ningún presupuesto«, puntualizó.

Fuente: https://www.elfinanciero.com.mx/nacional/alumnos-de-escuelas-privadas-migraran-a-las-publicas-por-la-pandemia-bustamante-y-szekely
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Estados Unidos: Sindicato de docentes amenaza con “huelgas de seguridad” para evitar reapertura de escuelas

El segundo sindicato de docentes más grande de la nación les dice a sus miembros que hagan “huelgas de seguridad” si el plan de reapertura de su escuela no cumple con sus requisitos de seguridad.

Randi Weingarten, presidente de la Federación Americana de Maestros (AFT), que cuenta con 1,7 millones de miembros, anunció el martes la aprobación una resolución que apoya a cualquier capítulo local que haga huelga por planes de reapertura que considere inseguros.

Durante una convención online de la AFT, Weingarten culpó al gobierno de Trump por presionar la reapertura de las escuelas en medio de la pandemia en curso, diciendo que ha dejado a los maestros y padres “asustados y enojados”.

“Si las autoridades no protegen la seguridad y la salud de aquellos a quienes representamos y a quienes servimos… qué se puede hacer”, dijo. “La defensa legal o las protestas, las negociaciones, las quejas o las demandas, o, si es necesario y autorizado por un sindicato local, como último recurso, las huelgas de seguridad”.

La resolución de la AFT hace un llamado a los distritos escolares para que vuelvan a abrir solo cuando la tasa promedio diaria de infección de la comunidad, en el área entre los examinados para COVID-19, sea inferior al 5 por ciento y la tasa de transmisión sea inferior al 1 por ciento, un estándar que podría ser difícil de cumplir. También exige que las escuelas exijan la cobertura facial obligatoria para estudiantes y personal, distancia física de 6 pies, desinfección de instalaciones y autobuses, y alojamiento especial para los maestros con mayor riesgo de problemas de salud, si contraen COVID-19.

Weingarten también se comprometió a luchar contra lo que el sindicato consideró “planes inseguros y poco sólidos” a través de demandas y quejas laborales. El capítulo de la AFT en Florida presentó una demanda la semana pasada contra el gobernador republicano, Ron DeSantis, en un esfuerzo por bloquear la orden de emergencia del estado para reabrir las escuelas en agosto. DeSantis, en respuesta, argumentó que quería asegurarse de que las familias tengan una opción si deciden que el aprendizaje en persona es lo mejor para sus hijos.

La resolución de la AFT se lleva a cabo cuando el último proyecto de ley de ayuda de COVID-19, propuesto por los republicanos del Senado, vincula la mayor parte del fondo de ayuda con la reapertura de las escuelas. Un tercio de los USD 70,000 millones destinados a la educación K-12 iría a todas las escuelas públicas y privadas, independientemente de sus planes de reapertura en el otoño. Sin embargo, los dos tercios restantes estarían disponibles “específicamente para ayudar a las escuelas que tienen los costos adicionales generados por la reapertura, que permite la instrucción en persona”.

Weingarten denunció el proyecto de ley, culpando al líder de la mayoría del Senado, Mitch McConnell (R-Ky.) de obstruir el plan propuesto por los demócratas de la Cámara en mayo, que asignaría USD 100,000 millones para escuelas K-12 sin limitar los fondos de ayuda a los que planean ofrecer aprendizaje presencial.

La AFT en marzo respaldó a Joe Biden como el candidato demócrata para la carrera presidencial de 2020. Biden también recibió el respaldo de la Asociación Nacional de Educación, el sindicato laboral más grande del país.

Fuente: https://es.theepochtimes.com/sindicato-de-docentes-amenaza-con-huelgas-de-seguridad-para-evitar-reapertura-de-escuelas_703562.html

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México: “Me da miedo lo de no comer”: infancia chiapaneca ante pandemia

Por: Ángeles Mariscal

 

Al 97 por ciento de los niños, niñas y adolescentes que trabajan en la ciudad de San Cristóbal de Las Casas, Chiapas, les preocupa quedarse sin dinero, y sin comida. Esto debido a la contingencia por covid-19.

 

Al 97 por ciento de los niños, niñas y adolescentes que laboran en la ciudad de San Cristóbal de Las Casas, en Chiapas, les preocupa quedarse sin dinero, y sin comida. Ellos y ellas trabajan en compañía de su familia, en la principal ciudad turística del estado. Ahora, como consecuencia de la pandemia, ven agudizada su situación de vulnerabilidad.

“Me da miedo lo de no comer y el coronavirus me da mucho miedo», dijo Rafael, de 11 años. Él es uno de los 129 infantes que participaron en la consulta que realizaron tres organizaciones que trabajan con niños, niñas y adolescentes trabajadores, de entre 8 y 17 años de edad, la mayoría de ellos indígenas tsotsiles y tseltales.

Con el propósito de conocer cómo viven la pandemia en los aspectos económico, educativo, laboral y emocional, y que sus voces sean consideradas para analizar y reformular políticas públicas, las organizaciones Desarrollo Educativo Sueniños, Tierra Roja Cuxtitali y Melel Xojobal hicieron la consulta a una muestra representativa de los menores de edad que se encuentran en esa situación, entre 2,500 y 3,500 según cifras oficiales.

Basados en una metodología que permitió elaborar un cuestionario de 13 preguntas, el 97   las y los consultados expresaron que su principal preocupación es quedarse sin dinero; porque esto deriva en quedarse sin comida, sin trabajo, y contraer el virus por no poder permanecer en su casa, ya que tienen que salir a trabajar, en la mayoría de los casos, en la venta de artesanías y otros productos.  Ello, además de la incertidumbre de perder la escuela.

¿Qué te da miedo?, les preguntaron. “Que no vendamos o me quiten mi lugar de trabajo cuando no vendo”, dijo Elsa, de 8 años. “Los problemas económicos de mi familia, ya que no tiene trabajo mi mamá y a mi papá no le pagan completo y no alcanza para la comida”. Sostuvo María, de 14 años.

Las organizaciones que elaboraron la consulta detallaron que las niñas, niños y adolescentes consultados hicieron énfasis en la alimentación, en la necesidad de “tener para la comida y las medicinas”, como lo expresó Claudia, de 10 años.

Señalan, porque la seguridad alimentaria se está agravando con la pandemia, y por la pérdida de empleo, no tienen la garantía de contar con los recursos para comer, e incluso, en algunos casos detectaron que al momento de realizar las entrevistas, ya carecían de alimento.

Al menos 4 de cada 10 infantes consultados, expresaron que trabajan y estudian, 7 de cada 10 tuvieron que dejar de trabajar.  “Casi no vienen a comprar al mercado, y no tenemos dinero”, “el dinero me servía para mis estudios, y ahora no tengo para pagar el internet”, señalaron.

La pandemia, también afecta su condición escolar, porque sólo el 19 por ciento de las y los infantes trabajadores de San Cristóbal de Las Casas, tienen acceso a internet en su casa, y únicamente el 18 por ciento cuenta con computadora. El resto, ha tenido que acudir a lugares públicos para cumplir con sus tareas, o recibir clases virtuales.

Los niños, niñas y adolescentes, también expresaron sus sueños y necesidades: “que acabe la pandemia. Que cambie el mundo y no haya pobreza en las personas”, dijo Estrella, de 10 años; Cecilia, de 13 años quisiera “que mi familia tengamos un trabajo estable sin que preocuparnos con las ventas de chicharrines, empanadas y frutas picadas”.

Y expresaron sus demandas: “El gobierno lo que debe hacer es dar alimentos a la familia y dinero, el dinero para que no salgan. Debería dar cosas el gobierno para no salir y no nos infectemos”, dijo Ezequiel, de 12 años. “…que nos den comida y todo lo que necesitamos en casa”, expresó Esther, de 11 años.

Las niñas, niños y adolecentes, también piden “que todos los niños puedan seguir estudiando, pero no en televisión porque no se entiende. Que el presidente hable con los maestros y les diga que tuvieran clases por celular o dejarles libros con dinámicas nuevas”, dijo Teodoro, de 9 años.

El resultado de la consulta se entregó a autoridades federales, estatales y municipales, para que de viva voz conozcan sus opiniones, sentires y propuestas frente a la pandemia “y que éstas sean tomadas en cuenta por las autoridades, organizaciones y familias”.

En Chiapas, el 85.4 por ciento de la población son pobres por ingresos, y se estima que como consecuencia de la pandemia este porcentaje se incremente entre 93 y 96 por ciento.

Fuente e imagen: https://www.chiapasparalelo.com/noticias/2020/07/me-da-miedo-lo-de-no-comer-el-impacto-de-la-pandemia-en-infancia-trabajadora-de-chiapas/

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