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La necesidad de la educación para la liberación

La educación ha sido siempre más que una simple transferencia de conocimientos; es una herramienta fundamental para la emancipación humana. En su esencia, la educación no debe reducirse a la adquisición de habilidades técnicas o información, sino que debe entenderse como un proceso profundo de transformación que permite a las personas comprender y cuestionar el mundo que las rodea. La verdadera educación, aquella orientada hacia la liberación, tiene como fin último no solo formar individuos capacitados, sino también ciudadanos críticos, capaces de transformar las condiciones de opresión en las que viven.

El concepto de educación para la liberación, desarrollado por pensadores como Paulo Freire, se basa en la idea de que el conocimiento tiene un poder emancipador. No se trata simplemente de aprender para adaptarse a las condiciones existentes, sino de aprender para comprender esas condiciones y transformarlas. La educación, vista desde esta óptica, no es neutral; está profundamente imbricada en las dinámicas de poder y opresión que estructuran la sociedad. Por ello, el acto de educar implica necesariamente un compromiso con la justicia social y la equidad.

Una educación liberadora debe cultivar la conciencia crítica. Esto significa que las personas educadas no solo deben ser capaces de adquirir conocimientos, sino también de reflexionar sobre esos conocimientos y su contexto. La conciencia crítica permite a los individuos entender las raíces de las injusticias sociales, económicas y políticas que los afectan. Es un proceso de desnaturalización de las estructuras opresivas que, a menudo, se presentan como inevitables o permanentes. Sin esta capacidad de reflexión crítica, los sistemas de dominación permanecen intactos, perpetuando desigualdades y excluyendo a amplios sectores de la sociedad.

El poder del conocimiento reside precisamente en su capacidad de emancipar a las personas. A través del acceso a una educación que fomente el pensamiento crítico, los individuos pueden no solo entender su lugar en el mundo, sino también imaginar y luchar por una realidad diferente. Esta emancipación es fundamental para la transformación social. Una población educada, consciente de las dinámicas de poder que la condicionan, está en mejor posición para organizarse, resistir y desafiar las estructuras opresivas. De esta manera, la educación no solo forma individuos, sino que también fomenta el cambio social.

Sin embargo, este tipo de educación no puede limitarse a la transmisión de conocimientos abstractos o descontextualizados. Es necesario que la educación liberadora conecte directamente con las realidades de quienes la reciben. Las personas deben poder ver cómo su propia vida y sus experiencias están moldeadas por las estructuras de poder más amplias, y cómo pueden, colectivamente, desafiar esas estructuras. En este sentido, la educación liberadora debe estar profundamente enraizada en las luchas sociales, orientada no solo a entender el mundo, sino a transformarlo.

Un aspecto crucial de este proceso educativo es el desmantelamiento de prejuicios y estereotipos. La opresión no es solo económica o política, sino que también se manifiesta en formas simbólicas y culturales que perpetúan la exclusión y la discriminación. La educación puede y debe jugar un papel central en la deconstrucción de estos prejuicios, proporcionando a las personas las herramientas necesarias para cuestionar y superar las divisiones basadas en género, raza, etnia o religión. Sin una educación que enfrente estos problemas, la liberación será siempre incompleta.

Finalmente, la educación para la liberación está indisolublemente vinculada con el cambio social. No se trata de un proceso individualista orientado solo a mejorar las condiciones personales, sino de una tarea colectiva que busca transformar las estructuras de la sociedad en su conjunto. A lo largo de la historia, los movimientos de cambio han sido impulsados por personas educadas en el pensamiento crítico, capaces de ver más allá de lo inmediato y de comprometerse con la construcción de una realidad más justa y equitativa.

En resumen, la educación para la liberación es una necesidad urgente en un mundo caracterizado por profundas desigualdades. Su objetivo no es solo la formación de individuos competentes, sino la creación de ciudadanos conscientes, críticos y comprometidos con la justicia social. Esta educación, orientada hacia la transformación, ofrece a las personas las herramientas necesarias para comprender y desafiar las estructuras que perpetúan la opresión, permitiéndoles imaginar y construir un mundo más libre y equitativo para todos.


Alan Luna es maestro en filosofía por la UAM e investigador del Centro Mexicano de Estudios Económicos y Sociales.

Fuente de la información e imagen:  https://cemees.org/

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Reseña de Libro: La importancia de leer y el proceso de liberación de Paulo Freire (PDF)

Reseña elaborada por Luz Palomino/CIIOVE

En esta obra, Paulo Freire explora el papel crucial de la lectura en el proceso de liberación personal y social. Freire, conocido por su enfoque innovador en la educación, argumenta que la lectura no es solo un proceso técnico, sino una herramienta fundamental para la conciencia crítica y la transformación social.

Resumen

  1. Lectura y Consciencia Crítica: Freire sostiene que la lectura debe ir más allá de la simple decodificación de palabras. Debe ser un medio para desarrollar una consciencia crítica sobre el mundo y sobre la realidad social. La lectura, en este contexto, se convierte en un acto de comprensión y reflexión sobre las estructuras sociales, políticas y económicas que nos rodean.
  2. Educación como Proceso Liberador: La educación, según Freire, debe ser un proceso liberador en lugar de una mera transmisión de conocimientos. En su enfoque pedagógico, conocido como «educación liberadora», la lectura y la escritura se utilizan para empoderar a los individuos, ayudándoles a entender su realidad y a cuestionar las injusticias que enfrentan. Este enfoque fomenta un diálogo constante entre el educador y el educando, promoviendo un aprendizaje más participativo y transformador.
  3. Lectura Crítica de la Realidad: Freire enfatiza la importancia de leer la realidad de manera crítica. La lectura de textos y de la realidad social debe ser entendida como una práctica que ayuda a las personas a interpretar y cambiar su entorno. La capacidad de leer la realidad crítica y reflexivamente es esencial para la liberación personal y colectiva.
  4. Desafíos y Resistencias: Freire también aborda los desafíos y resistencias que enfrentan los procesos de educación liberadora. Destaca cómo las estructuras de poder existentes a menudo buscan mantener el status quo y resistirse a la liberación de los individuos y las comunidades. La educación liberadora debe, por tanto, luchar contra estas resistencias y promover un cambio estructural.
  5. Prácticas Pedagógicas: El autor ofrece ejemplos y prácticas pedagógicas que ilustran cómo la lectura y la educación pueden ser utilizadas para promover la liberación. Estas prácticas se basan en el diálogo, la reflexión crítica y la acción transformadora.

«La importancia de leer y el proceso de liberación» es una obra que enfatiza cómo la lectura y la educación son herramientas clave para el empoderamiento individual y colectivo, fomentando una comprensión más profunda y crítica del mundo y promoviendo el cambio social.

Descarga el libro completo aquí: Paulo-Freire-La-importancia-de-leer-y-el-proceso-de-liberacion

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Detrás de las cifras del analfabetismo

Por:  Mariana Sofía Jiménez Nájera

El analfabetismo priva a millones de personas en el mundo de alcanzar su máximo potencial al impactar negativamente en sus vidas.

Cuando se habla de analfabetismo, usualmente se nos muestran gráficos con la cantidad alarmante de personas que son analfabetas, en donde la UNESCO estima que sean 765 millones de adultos en todo el mundo. Y aunque cada año los números bajan, desafortunadamente la brecha sigue sin cerrarse y muchas personas son privadas de este derecho humano elemental.

Sin embargo, considero que no se habla mucho del verdadero impacto del analfabetismo, que es grandísimo en la vida de estas personas. Fue durante mi lectura del segundo capítulo de “Cartas a quien pretende enseñar” de Pablo Freire, el cual estamos leyendo para el próximo Círculo de Lectura, que no pude evitar reflexionar e investigar más allá de este tema tan interesante, y a la vez, triste.

Muchos de nosotros damos por hecho que podemos leer y escribir, es algo que se nos enseñó desde pequeños y por ende, ya lo hacemos automáticamente. Al leer el capítulo de Freire donde relata el proceso de escribir, me percaté que nunca me había detenido a pensar en la mecánica que conllevan estas maravillosas acciones que infravaloramos; y que realmente implican un proceso complicado a la que nuestras mentes ya están acostumbradas. El leer y escribir significa que el lenguaje, pensamiento y realidad están interconectados y da como resultado el poder plasmar nuestras propias ideas e incluso entender nuestro entorno y más allá.

No solamente se trata de poner el lápiz sobre el papel o teclear en un archivo de Word y mágicamente salen palabras. Si fuera así, serían palabras sin sentido o hasta garabatos. El acto de escribir incluye formular en nuestra mente una idea, examinarla, pensarla, conocerla, relacionarla con otros conocimientos y/o experiencias, detallarla y de nuevo repensarla para ya plasmarlo digitalmente o en papel. Pero este proceso no termina ahí, también se debe traducir esta idea a nuestro idioma, con el léxico que conocemos para poder transmitir dicha idea de la mejor manera posible. Finalmente, es donde transferida esa idea, ahora debe plasmarse a través de letras que forman palabras que otras personas que leen puedan también comprender lo que tratas de comunicar. Suena complicado, ¿no? Es cuando tomamos distancia de nuestras acciones y las contemplamos escrutadoramente que nos podemos dar cuenta de esto, y el poder que nos da el saber leer y escribir.

Sin embargo, este proceso no es posible para las personas iletradas. Tener un léxico reducido y no ser capaz de transmitir pensamientos precisos o comprender lo que se les comunica, hace que el mundo de una persona analfabeta se cierre. En el libro 1984 de George Orwell, hay un segmento el cual, para mí, es sumamente memorable y de vez en cuando pienso en ello de lo mucho que me impresionó; mismo que está relacionado a este tema. En dicho segmento de,  esta distopía, el gobierno se encarga de reducir el vocabulario de las personas para así continuar reprimiéndolas. De esta manera, las personas no cuentan con las palabras para describir lo que sienten o señalizar acciones o movimientos que puedan perjudicar el terrible gobierno de esta historia.

¿Acaso no es lo mismo con el alfabetismo? No poder leer y escribir niega la libertad de pensamiento, de ponerle nombre a sus emociones o situaciones a las que viven, en donde no pueden comunicar lo que realmente piensan por no saber leer y escribir; así como tener la oportunidad de comprender otras maneras de pensar, propuestas o conocimiento en general. Claro que en la obra la eliminación de estas palabras aplica para todas las personas sin discriminar, pero siento que el analfabetismo tiene casi el mismo efecto, ya que incapacita a las personas de no poder alcanzar su máximo potencial.

Cabe mencionar que no solo su potencial es afectado. Imaginemos estar imposibilitados para realizar tareas sencillas como escribir una lista para el supermercado, leer una receta médica, escribir un mensaje por mensajería instantánea, entre otros. Son deberes que parecen fáciles, pero el no saber leer y escribir los hace muchísimo más difíciles. El analfabetismo, definido como la falta de capacidades de una persona para leer y escribir, va más allá de ello y es un poco más complicado de lo que pensaba; ya que existen principalmente dos tipos de analfabetismo:

  • Analfabetismo absoluto: la insuficiencia para leer o escribir, por lo que textos y letras son totalmente ajenos a una persona y no hay comprensión alguna.
  • Analfabetismo funcional: capacidad de una persona para identificar algunas palabras o escribir algunas letras, pero sin su comprensión total.

Cabe destacar que recientemente se incluyó el analfabetismo digital, el cual consiste en la incapacidad de las personas para manejar aparatos tecnológicos básicos (pero por esta ocasión lo dejaremos de lado, aunque sea igual de importante, ya que en este artículo nos enfocaremos en leer y escribir).

Reiterando el tema de las cifras de personas analfabetas, un estudio realizado por Óscar Chapital señala que las instituciones a nivel mundial que realizan censos para calcular el analfabetismo tienen diferentes definiciones de este concepto, por lo que no hay una manera para homologar entre ambos tipos de personas no alfabetizadas; y por ende, no se tiene la certeza absoluta de la cifra exacta. Por ejemplo: en la encuesta de una institución se plantea que una persona analfabeta es aquella que sabe o no sabe escribir, por lo que esto queda bajo la consideración de la persona al contestar sí o no. Sin embargo, puede que esa persona sea analfabeta funcional, pero por el hecho de no poder leer o escribir al 100 %, ya es considerada como una persona totalmente iletrada.

El analfabetismo es la consecuencia de distintas situaciones, primordialmente de la falta de oportunidades personales y escolares, las cuales están vinculadas con la pobreza. Personas que no tienen el tiempo para cursar estudios mínimos, debido a que tienen que trabajar para sobrevivir, no tienen acceso a acudir a una escuela que está muy lejos de su localidad o debido a su cultura (por ejemplo, mujeres afganas que se les impide estudiar debido a su género) son algunas de las razones por las que para algunos aprender a leer y escribir es imposible.

Estas personas cuentan con el gran obstáculo de tener una incapacidad que estrecha sus oportunidades e impacta gravemente la calidad de vida de estas personas:

  • Social: las personas analfabetas suelen ser marginadas y/o discriminadas por la falta de alfabetización. Su participación ciudadana es limitada debido a la falta de conocimiento y confianza plena ante figuras consideradas como autoridad.
  • Económico: no saber leer y escribir impone una barrera altísima para la obtención de numerosos empleos y su desarrollo en ellos. Cabe destacar que son vulnerables al tener que aceptar trabajos riesgosos o al momento de ser contratados, no poder leer los contratos que se les provee.

La lectura y escritura están directamente ligados a la educación: si estos no se aprenden, difícilmente se puede seguir cursando más allá de los primeros grados escolares; por lo que la deserción escolar es bastante común en estas personas. Estando conectados, ayudan a los estudiantes a obtener, transmitir y reflexionar sobre distintos conocimientos que los forman como mejores personas que pueden adquirir una mejor comprensión de su contexto actual.

Al percatarme de todas estas negativas, pensé que habrían consecuencias con respecto al proceso cognitivo de las personas analfabetas a largo plazo. Sin embargo, aunque sí las hay, es importante notar que ser analfabeta no es equivalente a ser intelectualmente inferiores a una persona alfabetizada. Recordemos que siglos atrás, era la mayoría quienes no sabían leer y escribir y aún así podían llevar a cabo su vida normal; aunque hoy en día ya no puede ser esa la normalidad debido a las exigencias del mundo moderno.

Algunas de las desventajas cognitivas de las personas iletradas son las siguientes:

  • Arquitectura cognitiva diferenciada: Las redes neuronales de personas letradas e iletradas son diferentes, ya que existen conexiones que se forman a lo largo de la vida académica de las personas que de manera natural no se desarrollan, tales como: razonamiento lógico, prolongada capacidad de atención, toma de decisiones, habilidades visomotoras, estrategias de memorización, entre otras. Adicionalmente, las personas analfabetas son más propensas a desarrollar demencia.
  • Lenguaje y vocabulario: Leer y escribir incrementa el vocabulario y por ende, las personas pueden expresar mejor sus emociones, pensamientos, etcétera. Sin embargo, las personas analfabetas muchas veces no pueden comprender conceptos abstractos y aunque reciban mensajes en su mismo idioma o contexto, es posible que no los comprendan en su totalidad.
  • Memoria a corto plazo limitada: Imaginemos no poder anotar al instante la dirección de una ubicación. Ahora imaginemos que cualquier cosa que necesitamos recordar solo puede vivir dentro de nuestras cabezas, qué difícil, ¿no? Muchas personas analfabetas tienen una muy buena memoria a largo plazo; sin embargo, las personas letradas pueden apoyarse en palabras o letras para recordar cosas, además que es en la escuela donde se inculca la importancia de la memorización.
  • Capacidad reducida para realizar operaciones matemáticas: Todos tenemos habilidades innatas para el cálculo. Y aunque personas que no sepan leer o escribir pueden realizar operaciones sencillas para llevar a cabo su trabajo o resolver problemas aritméticos relacionados a la vida diaria, serán superados por las personas alfabetas. Adicionalmente, para ellos será mucho más complicado comprender operaciones abstractas, como por ejemplo: 15+23.

La escritura y lectura son herramientas que no solo nos brindan un profundo entendimiento del mundo, sino que son puertas que abren la puerta a una infinidad de oportunidades y conocimientos que incentivan el desarrollo humano integral de las personas. Más allá de las cifras, hay personas como nosotros que navegan nuestro mismo mundo, pero que se les restan estas habilidades que para nosotros son indispensables; por lo que la concientización de la falta de estas capacidades es esencial para poco a poco disminuir la cantidad de personas analfabetas.

“En razón de que manejamos el lenguaje, sabemos, sentimos, interactuamos, conocemos y comunicamos; se habla para que se escuche, se escribe para que se lea. En la palabra está el secreto de nuestra especie; se trata de un auténtico código de la cultura” (Narro, J. et al. 2012).

Esta nota surgió como idea a partir del libro que actualmente leemos para el Círculo de Lectura del Observatorio: “Cartas a quien pretende enseñar”. Todavía estás a tiempo para unirte a la lectura de este corto pero enriquecedor texto, donde discutiremos temas relevantes como este y otros que giran en torno a la educación y la docencia el próximo 16 de mayo a las 12:00 horas (México) / 13:00 horas (Colombia, Perú)/ 15:00 horas (Argentina)/ 20:00 horas (España). Regístrate aquí para participar, ¡te esperamos!

Fuente de la información e imagen:  https://observatorio.tec.mx

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Libro (PDF): 100 voces (y una carta) para Paulo Freire

Reseña: CLACSO

*Disponible sólo en versión digital

Paulo Freire cumple 100 años. ¿Qué celebramos en torno a esta conmemoración? La presencia viva y vital del extraordinario legado político-pedagógico del genial educador brasileño. Recordar es hacer presente, y este texto colectivo busca —convocando cien voces de educadores y educadoras de todo el continente—, dialogar con Paulo Freire y entre nosotros y nosotras, sobre los múltiples significados y alcances de su legado y la imperiosa necesidad de mantenerlo vivo y actualizado ante los ínéditos desafíos sociales y educativos que nos plantea el siglo XXI. CLACSO y la Secretaría de Educación de Bogotá han aunado esfuerzos para hacer posible este libro que, esperamos, circule de mano en mano y entre educadores y educadoras con la misma pasión y convicción con la que Freire nos enseñó a dialogar con los otros y las otras para transformar el mundo.

Editorial/Edición: CLACSO. Secretaría de Educación de Bogotá.

Año de publicación: 2021

País (es): Argentina

ISBN: 978-987-813-052-1

Idioma: Español

Descarga: 100vocesFreire

Fuente e Imagen: https://www.clacso.org.ar/libreria-latinoamericana/libro_detalle.php?orden=&id_libro=2415&pageNum_rs_libros=0&totalRows_rs_libros=1583

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Para transformar el mundo está el Colegio Paulo Freire

Si usted pasa por la calle La Marina 1220, comuna de San Miguel, Santiago, se topará con una casa de dos pisos que tiene un gran pendón que dice ‘Colegio Paulo Freire: Educación para Repensar y Transformar’. No cobran matrícula ni colegiatura, salvo una resma de papel para imprimir materiales educativos.

El profesor Marcos Moreno Pacheco explica que «nuestro establecimiento tiene 174 jóvenes y adultos en la actualidad, más de 600 egresados, y cuenta con tres niveles porque hacemos 2 años en uno: la jornada de mañana para séptimo y octavo básico, primero y segundo, tercero y cuarto medio, de las 9.00 a las 13.30 horas; la jornada tarde de las 14.00 a las 18.40 horas para primero y segundo medio, y tercero y cuarto medio; y la jornada vespertina de 18.50 en adelante para los cursos de primero y segundo, y tercero y cuarto medio», y agrega que «territorialmente los estudiantes provienen principalmente de Santiago centro, San Miguel y La Cisterna, El Bosque y San Bernardo, San Joaquín y Pedro Aguirre Cerda. Pero también llegan de Cerro Navia, Puente Alto, La Florida, entre otras».

– ¿Cuál es la orientación general del colegio y cómo se expresa en los contenidos curriculares y las relaciones sociales al interior del establecimiento?

«Creemos en las transformaciones personales y sociales. Nuestro empeño está puesto en que los estudiantes sean lo más autónomos posible, tanto en el colegio como en su vida fuera de él. Nuestra perspectiva tiene que ver con una educación crítica al sistema preponderante, para que quienes se forman con nosotros cuenten con las herramientas necesarias para enfrentar el mundo. Por eso las relaciones de horizontalidad priman en toda la comunidad escolar, pese a que las experiencias educativas previas de nuestros estudiantes traen consigo la idea de que los docentes son seres intocables. Entonces, nos tratamos con nuestros nombres. Por ejemplo, a mí me llaman Jeremy que corresponde a mi segundo nombre. La cuestión es facilitar la cercanía, amabilidad y cariño entre todos y todas. Los estudiantes neurodivergentes y de la comunidad LGTBIQ+ tienen su espacio. Somos educadores sin tarima. En las salas las sillas no están una detrás de otra, sino que forman círculos. Y curricularmente, impartimos las asignaturas formales de Matemáticas, Lenguaje, Ciencias, Historia e Inglés. Más dos ramos instrumentales que van en la línea del autoconocimiento, el autocuidado, las miradas críticas al sistema. Y además, una vez al día, trabajamos en lo que hemos denominado ‘Aprendizaje Basado en Proyectos’ (ABP).»

– ¿Y en qué consisten los ABP?

«En ese ámbito las y los estudiantes deciden qué quieren aprender y de qué modo, proponiendo un proyecto a realizar conforme a un tiempo determinado. Por ejemplo, la producción de una revista de poesía, un huerto comunitario, instrumentos deportivos; publicaciones sobre astronomía, sesiones de peluquería, experimentos químicos y físicos, salidas a terrenos cercanos a Santiago, construcciones de radieres, etc. Lo ideal es que los estudiantes trabajen en equipo para incentivar las labores colaborativas. En los últimos años hemos tendenciado los proyectos hacia la solución de problemas. Los docentes sólo les brindamos las pautas iniciales para establecer sus proyectos libremente elegidos. Sobre los ABP, los iniciamos de manera piloto en el 2017, y ahora el Ministerio de Educación ha impulsado estas metodologías de manera oficial en el país, lo que quiere decir que fuimos pioneros en la implementación de los ABP, a pesar de no contar con los presupuestos adecuados del Estado, grave dificultad que debemos resolver mediante la autogestión de la comunidad.»

– ¿Por qué el colegio se llama Paulo Freire?

«Freire fue un educador que en la década de los 60 del siglo XX comenzó a cobrar relevancia internacional por el empleo que hizo de metodologías especiales de lecto-escritura con campesinos en Brasil. Sus ideas están inspiradas en la liberación del proletariado a través del conocimiento. Así, entre mediados y fines de los 60, Paulo Freire trabajó con los campesinos del país. Llegó hasta África con sus propuestas emancipadoras».

Por su parte, el educador del colegio, Jorge Reyes, complementó que en el Chile de los 70 y 80, «se ponen en práctica los saberes de Freire en las poblaciones en resistencia contra la dictadura militar, se levantan los preuniversitarios populares, las colonias urbanas. De allí emerge una corriente de educadores con la convicción de que bajo estos métodos es posible facilitar la toma de conciencia de las y los sujetos, con el propósito de liberarse de la opresión, más allá de solamente aprender a leer y escribir».

– Jorge, ¿cómo se inició la idea de imaginar un colegio como el que están construyendo?

«La iniciativa surgió del Movimiento de Pobladores en Lucha (MPL) de la comuna de Peñalolén en Santiago, que en su desarrollo por la vivienda, comenzó a levantar nuevas estructuras, como las comunicaciones y la educación. Entonces, el grupo de profesionales de apoyo al MPL se planteó que hasta ese momento estaban preparando a la gente para rendir sus exámenes libres de escolaridad gratuitamente, y que ya era hora de crear un colegio propio. En consecuencia, se empezó a efectuar un conjunto de trámites para conseguir los recursos y materializar el colegio, bajo la figura de la subvención estatal para la regularización de estudios de jóvenes y adultos, y en medio del gran movimiento estudiantil del 2011. El 2012 se consiguieron los medios y el 2013 arrancó el funcionamiento del colegio».

– ¿Quiénes componen la cooperativa de trabajo del colegio y cómo operan internamente?

«Hemos funcionado de acuerdo al modelo cooperativo, pese a no serlo formalmente. De hecho, debimos acudir a herramientas jurídicas para funcionar, porque en Chile no es nada fácil que una cooperativa administre un colegio. Nos convertirnos en Fundación. Sin embargo, la distribución de tareas es de las 21 personas que participan en la entidad de trabajadores y trabajadoras de la educación. Los mismos 21 que nos reunimos todos los viernes en la mañana como asamblea general, lugar donde se toman las decisiones estratégicas democráticamente. Ahora bien, en lo cotidiano se desenvuelven diversos equipos con tareas específicas: administración (aspectos económicos y logísticos), la Unidad Transformación Pedagógica (UTP), Secretaría (tramitaciones); el Centro de Reflexión e Investigación (CRIN); Psicosocial; Apoyo Estudiantil; Aseo y el Kiosco. La mayoría de las 21 personas que hacemos el colegio llevamos a cabo dos funciones.»

Los trabajadores de la educación informan que el establecimiento se desenvuelve de lunes a jueves con estudiantes y el viernes se destina a las labores arriba señaladas. Asimismo, planificaron talleres abiertos a la comunidad los viernes por la tarde, desde el mes de abril, para desarrollar áreas ligadas a artes y oficios.

Los integrantes del colegio indicaron que la educación de adultos en Chile carece de una línea presupuestaria del Estado comparable a la educación convencional, o sea, su subvención es más baja. Por ejemplo, el curso de alfabetización para las personas adultas que no saben leer ni escribir es el que recibe los menores recursos de la cartera del ramo.

«Pero nosotros no preparamos a los estudiantes para los exámenes libres ni para la PSU u otras pruebas estandarizadas. Nuestro enfoque está concentrado en los procesos educativos. Eso es lo que evaluamos», aclara Jorge.

En el caso del Paulo Freire, la mayoría de la subvención estatal se gasta en sueldos, lo cual redunda en que para realizar los proyectos adicionales los miembros del establecimiento están obligados a buscar recursos por otras vías.

– ¿Y les alcanza para llegar a fin de mes con los ingresos que perciben de la subvención?

«No conozco a ningún trabajador o trabajadora de la educación del Paulo Freire que termine cómodamente el mes. No sólo porque los sueldos no son muy altos (montos que por hora trabajada son iguales para todos, indistintamente de la función que cumplamos), sino que sobre todo porque el costo de la vida es muy caro. De los 21 integrantes del colegio, un tercio debe tener un trabajo extra para sobrevivir con cierto decoro. Pero, por lejos, merece la pena desempeñarse y realizarse laboralmente en el Paulo Freire», termina Marcos Jeremy.

Fuente de la información e imagen:  https://www.pressenza.com

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CII-OVE: Pensamiento de Paulo Freire

CII-OVE

Paulo Freire nos recuerda que la educación no solo se trata de transmitir información, sino de liberar el potencial humano y capacitar a las personas para cambiar sus vidas y el mundo que las rodea. Su legado es un llamado a la acción y un recordatorio de la importancia de la educación como fuerza motriz de la transformación social y la emancipación.
 
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CII-OVE: Homenaje al nacimiento del maestro brasileño Paulo Freire. Les compartimos tres libros en(PDF)

Luz Palomino/CII-OVE/Periodista 

La educación es un pilar fundamental en el desarrollo de sociedades y la formación de individuos. A lo largo de la historia, han surgido pedagogos notables que han contribuido significativamente a la teoría y la práctica educativa. Uno de los nombres más influyentes en este campo es el de Paulo Freire, cuya pedagogía crítica ha dejado una huella perdurable en la educación a nivel mundial.

Hoy, 19 de septiembre, se cumplen 102 años del nacimiento en Recife, Brasil, del pedagogo y filósofo Paulo Freire, destacado defensor de la pedagogía crítica, conocido por su influyente trabajo “Pedagogía del oprimido”, que generalmente se considera uno de los textos fundamentales del movimiento de pedagogía crítica y su revolucionario método de enseñanza que introdujo a los analfabetos en la complejidad del conocimiento como primer paso para ensanchar el horizonte del mundo, recuperando la dignidad de la persona humana y construir la esperanza.

Freire proporcionó la autonomía como fundamento pedagógico en la escuela y su preocupación por los pobres, los desheredados de la cultura, los campesinos, que le ayudaría a forjar su perspectiva educativa para la alfabetización de adultos, cuyo principio básico era “la lectura del mundo precede a la lectura de la palabra”.

Es una figura central en la pedagogía crítica y su trabajo ha influido en generaciones de educador@s comprometid@s con la justicia social, la equidad y la transformación de la educación y la sociedad. La pedagogía crítica de Freire sigue siendo relevante en la actualidad como un enfoque pedagógico que busca empoderar a l@s estudiantes para que sean crític@s, reflexiv@s y agentes de cambio en el mundo actual.

Su técnica pedagógica propone que l@s maestr@s observen cuidadosamente el universo de sus estudiantes, se adapten a su propio vocabulario y los incentiven a “salir de la cultura del silencio” para reconocerse como protagonistas de su propia cultura. Paulo Freire basó su pedagogía en una liberación del individuo a través de la educación, teniendo en cuenta el contexto económico, social, cultural e histórico de cada estudiante. Su pensamiento pedagógico sigue vigente y se manifiesta cuando afirma que la educación “es un proceso de conocimiento, formación política, manifestación ética, búsqueda de belleza, capacitación científica, técnica y humana.

Freire es reconocido como uno de los pedagogos más influyentes de América Latina. Promocionó una educación humanista orientada a integrar al individuo a la realidad nacional. Es autor de numerosas obras, entre las cuales se destacan “La educación como práctica de la libertad”, “Educación y cambio”, “Pedagogía de la esperanza”, “Cartas a quien pretende enseñar”, “La educación como práctica de la libertad”, “La importancia del acto de leer”, “Hacia una pedagogía de la pregunta”, “Pedagogía del oprimido”. Esta última fue base de su propuesta educativa, definiendo a la educación como un proceso destinado a la liberación y el desarrollo de la conciencia crítica. “La gran tarea humanista e histórica de los oprimidos: liberarse a sí mismo y liberar a los opresores”. “Todo acto educativo es un acto político”. Una educación igualitaria, justa e inclusiva es el legado histórico, político, reflexivo y de gran compromiso social que nos deja Paulo Freire.

Freire nos recuerda que la educación no solo se trata de transmitir información, sino de liberar el potencial humano y capacitar a las personas para cambiar sus vidas y el mundo que las rodea. Su legado es un llamado a la acción y un recordatorio de la importancia de la educación como fuerza motriz de la transformación social y la emancipación.

Les compartimos 3 libros que pueden descargar gratuitamente:

  • Pedagogía del Oprimido: Es una obra fundamental escrita por el pedagogo brasileño Paulo Freire y publicada en 1970. Este libro es un texto seminal en el campo de la educación y la pedagogía crítica. Descárgalo aquí: FreirePedagogiadelOprimido
  • Pedagogía de la Esperanza: Es una continuación de las ideas de Paulo Freire sobre la educación liberadora y la importancia de la esperanza en la lucha contra la opresión y la búsqueda de un mundo más justo. Freire aboga por una educación que empodere a las personas, fomente la reflexión crítica y promueva la acción transformadora, todo en el contexto de una pedagogía basada en la esperanza. Descárgalo aquí: Pedagogía de la esperanza
  • Educación como Práctica de la Libertad: Es una obra donde propone una forma de educación que empodera a las personas, fomenta la conciencia crítica y promueve la acción transformadora en la búsqueda de la libertad y la justicia social. Descárgalo aquí: La-Educación-como-Práctica-de-la-Libertad
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