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El clamor de los pobres

Por: Grupo De Curas En Opción Por Los Pobres

El hambre y el temor al reclamo de socialización de riquezas no es lo que se votó

“Así son los ricos: por haberse apoderado primero de lo que es de todos, se lo apropian a título de poseedores. Si cada uno tomara lo que cubre su necesidad, y se limitaran a dejar lo demás para quienes lo necesiten, nadie sería rico, nadie pobre” (San Basilio [330-379], homilía sobre la parábola del rico insensato)

A lo largo de diferentes momentos de nuestra historia reciente en que nos parecía importantes pronunciar una palabra tratamos de hacer nuestra la voz y el clamor de los pobres. No somos sus delegados, pero sabemos que nuestro corazón pastoral trata de latir al ritmo de sus fiestas y duelos, gozos y esperanzas, angustias y tristezas.

Estamos por celebrar un nuevo aniversario de la decisión de vivir como un pueblo libre, justo y soberano, en medio de un clima de desazón y desconcierto. Un clima que puede ser peligroso. Tenemos claro que hay opciones que solo serían de destrucción o de suicidio colectivo. Uno, que pretende ser candidato el año próximo, ya hizo públicas sus propuestas de reformas laboral y previsional. Pero no vemos menos desconcierto en el gobierno.

Repetimos lo dicho en nuestro mensaje al concluir nuestro reciente encuentro nacional: nuestra opción no es por tal o cual partido o candidato o candidata, es por las y los pobres. Y creemos que, mientras algunos parece que solo se miran a sí mismos o miran con pocas o contadas aspiraciones las próximas elecciones presidenciales, el pueblo, los pobres del pueblo, no sabe cómo hacer para que llegue la comida a su mesa. Muchos recurren a comedores, llevan a sus hijos a comer a las escuelas, recurren a Cáritas u otras instituciones, pero el trabajo digno, con un salario también digno, es cada vez más una utopía. Creemos que el gobierno se ha olvidado de los pobres, que las políticas, dictadas desde el exterior (políticas económicas pero también de relaciones internacionales, de infraestructura, sociales y hasta educativas), no dan respuestas y alientan el desánimo.

No nos interesa el 2023, nos interesan los pobres, lo repetimos, y los pobres no figuran ni en las políticas oficiales, ni en los sindicatos o movimientos sociales y –menos todavía– en la oposición.

Respetuosamente pedimos al gobierno un urgente cambio de rumbo (que, probablemente, implique cambios de nombres) y la firme decisión de enfrentar con firmeza a los responsables del hambre y la injusticia. Las enormes ganancias de los que se enriquecen con la crisis y el hambre y el temor al reclamo de socialización de las riquezas no es lo que se votó cuando dijimos ¡basta! al neoliberalismo. No hacemos sino responder al Presidente, que pidió que lo ayudemos a corregir las cosas que están mal. No hay injusticia sin injustos, no hay pobreza sin ricos que acumulan (al menos en nuestro país), no hay mentiras sin mentirosos, ni odio sin odiadores. Estamos convencidos de que los pobres de la patria sabrán agradecer y acompañar nuevos rumbos que los tengan en cuenta. Y con ellos estaremos caminando y cantando.

* Documento difundido el 24 de mayo de 2022, en el 7º aniversario de la encíclica Laudato Si, del Papa Francisco, y en vísperas de un nuevo aniversario del Primer Gobierno Patrio.

** Contactos: Guillermo Fernández Beret (La Rioja) 380 428 6596, Roberto Ferrari (San Isidro) 11 2611 0002, Eduardo de la Serna (Quilmes) 11 3296 8389, y Sergio Rafaelli (Santiago del Estero) 385 478 0808.

*Doctor en Psicología. Psicoanalista. Coordinador del Grupo de Investigación en Psicoanálisis y Política (AEAPG).

Fuente de la información e imagen: https://www.elcohetealaluna.com

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Maria Cecilia Villegas: El campo como oportunidad en Perú

El 46% de la población de las zonas rurales vive en pobreza. Sin acceso a servicios de salud y educación de calidad, con un restringido acceso a agua y saneamiento, con limitada conectividad y caminos rurales en mal estado que reducen sus posibilidades de acceder a mercados. Sin mercados no hay ingresos y sin ingresos no es posible escapar de una trampa de pobreza. En el Perú existen 2′128.282 unidades agropecuarias dedicadas a la agricultura, ganadería, silvicultura, acuicultura y pastoreo, administradas y operadas a nivel familiar, con extensiones de tierra de hasta diez hectáreas. ¿Cómo hacerlas sostenibles?

Pedro Castillo pasó a segunda vuelta gracias al voto rural. En regiones como Apurímac, Huancavelica y Ayacucho, obtuvo más del 50% de los votos. Un maestro rural que decía conocer bien los problemas del campo y que durante la campaña presidencial había ofrecido una segunda reforma agraria a través de la cual profesionalizaría el campo, llevaría créditos y abriría mercados. En lugar de ello, y tras diez meses de Gobierno, Pedro Castillo ha generado una crisis en el sector más abandonado del país: el campo. Desde su llegada al poder, Castillo ha tenido cuatro ministros de Desarrollo Agrario. Ninguno de los cuales tiene la experiencia ni la capacidad necesaria para liderar el Midagri. Más aún, el Gobierno se ha encargado de copar el ministerio con personas sin conocimiento del sector, lo que es gravísimo, ya que no se puede gestionar un sector que no se conoce.

Actualmente, existe en el Perú un déficit de 180 toneladas de fertilizantes. Y si bien es cierto que la escasez de fertilizantes es global y agravada por la guerra Rusia-Ucrania, el Gobierno debió haber tomado las medidas necesarias para mitigar la crisis que se avecinaba. Pero ¿cómo hacerlo si el Gobierno ha sido capturado por personas sin ninguna capacidad de gestión pública? Como consecuencia, la campaña agraria que empieza en agosto no tendrá la productividad esperada. Y aquí vale el jalón de orejas para quienes desde los niveles socioeconómicos medios y altos del país, con suficiente acceso a educación e información como para poder entender que Pedro Castillo no tenía ni la capacidad ni la experiencia y mucho menos las ideas adecuadas para dirigir el destino del Perú, votaron por él en el mayor ejercicio de irresponsabilidad cometido contra el Perú en los últimos años. La destrucción de la institucionalidad y el copamiento del Estado por personas sin conocimientos está destruyendo todo lo que el país había avanzado en los últimos 30 años. El sector agrario es solo un ejemplo.

La falta de acción coordinada entre las instituciones públicas que operan en el sector, como Agro Rural, Sierra Azul y las Gerencias Regionales Agrarias, impide que se aprovechen las complementariedades y posibles sinergias y los resultados no corresponden con el nivel de gasto. No existe inversión por resultados ni programas de desarrollo económico rural, al no ser considerados rentables. Mientras que la falta de capacidad de gestión pública y de voluntad política hace que los grandes proyectos de irrigación no se concreten. Esta semana se supo que la firma de la adenda que permitiría el reinicio de la construcción de la etapa III de Chavimochic fue suspendida.

El campo no debe ser visto como un problema, sino como la gran oportunidad que es. Para acabar con las trampas de pobreza y hacer sostenibles las unidades agropecuarias, es necesario que se organicen e inserten en cadenas productivas que mejoren su competitividad e ingresos. Para ello, es preciso trasladarles tecnología, asistencia técnica y lograr que accedan a fuentes de financiamiento. Necesitamos, además, inversión público-privada en carreteras y cadenas de frío. Ello solo se logrará si el sector privado ve al pequeño agricultor como una oportunidad de negocio a través de la formación de alianzas. El sector privado tiene la capacidad y la experiencia para desarrollar el sector y generar escalas suficientes para crear impacto permanente en la reducción de la pobreza a través de la generación de riqueza, la transformación de la agroindustria en la costa lo demuestra.

Fuente: https://elcomercio.pe/opinion/columnistas/el-campo-como-oportunidad-por-maria-cecilia-villegas-noticia/

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Un millón de personas podrían morir de cáncer al año en el África subsahariana para 2030 si no se toman medidas

La Comisión sobre el Cáncer en el África subsahariana de ‘The Lancet Oncology’ advierte de que las muertes anuales por cáncer en el África subsahariana (SSA) podrían llegar a 1 millón para 2030, casi el doble de las 520.000 muertes por cáncer que ocurrieron en 2020. Además, además la incidencia de cáncer se duplicará para 2040 a más de 1,4 millones de casos por año, si no se producen cambios urgentes.

La comisión, compuesta por expertos nacionales e internacionales del mundo académico y de la salud, y ha sido financiada por el Instituto de Investigación Biomédica del Hospital Brigham and Women’s, Boston (EEUU), tuvo lugar este martes. La Comisión, presenta un marco que pueden utilizar los gobiernos y las organizaciones no gubernamentales para aumentar el acceso a la atención del cáncer, acelerar la prevención del cáncer y aumentar la supervivencia en África subsahariana.

En el evento, celebrado en Ghana, afirmaron que una de cada siete (14%) mujeres esta en riesgo de desarrollar cáncer a la edad de 75 años con cáncer de cuello uterino y cáncer de mama como principal causa de muerte por cáncer; para 2050, se prevé que la mitad de los casos mundiales de cáncer infantil ocurran en África; y el abandono del tratamiento para el cáncer de mama llega al 38 por ciento en algunos países.

 «Las tendencias proyectadas subrayan los costos devastadores de la inacción en las tasas de incidencia del cáncer y la mortalidad por cáncer en el África subsahariana. Si bien la lista de barreras que obstaculizan el control efectivo del cáncer en la región es larga, la búsqueda de registros de cáncer sólidos, planes efectivos de control del cáncer, detección y detección temprana del cáncer y la integración de los cuidados paliativos en la vía de atención del cáncer es especialmente  crítica», señala el presidente de la comisión, Wilfred Ngwa, de la Johns Hopkins Medicine, EEUU.

Paralelamente, añade, «debe haber un mayor enfoque en la implementación de la telemedicina y las nuevas tecnologías, la creación y capacitación de la fuerza laboral de oncología y el impulso de la investigación del cáncer. A pesar de estos enormes desafíos, nuestros hallazgos y recomendaciones destacan que existen soluciones para mejorar radicalmente la atención del cáncer en toda la región».

EL CÁNCER DE EMERGENCIA AZOTARÁ EL ÁFRICA SUBSAHARIANA

Según un estudio de la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC), publicado junto con la Comisión, el cáncer de mama y de cuello uterino fueron las formas más comunes de cáncer, ocupando el primer lugar en 28 y 19 países SSA respectivamente en 2020.

El cáncer de cuello uterino fue responsable de la mayoría de las muertes por cáncer (1 de cada 100 muertes) y fue la principal causa de muerte por cáncer entre las mujeres en 27 países (siendo el cáncer de mama la principal causa de muerte por cáncer en 21 países).

Si bien existen marcadas variaciones geográficas, las mujeres en SSA tienen un riesgo de casi el 14 % de desarrollar cáncer a la edad de 75 años. En los hombres, el cáncer de próstata fue la principal causa de cáncer (77 300 casos) en 40 países SSA, seguido del hígado (24 700 casos) y cáncer colorrectal (23.400 casos).

La escasez de programas de prevención del cáncer en la población obstaculiza el progreso hacia la reducción de la carga de la enfermedad, y la mayoría de los países del África subsahariana ven tasas de participación en programas de prevención por debajo del 50% y, en algunos casos, tan bajas como el 10% o menos. Más de un tercio de todas las muertes por cáncer de cuello uterino a nivel mundial ocurren en África Subsahariana, a pesar de que la población representa solo el 14% de la población femenina mundial. Solo 16 de los 46 países de SSA habían implementado programas de vacunación contra el VPH para 2019 con una tasa de cobertura de vacunación promedio de 49,4%.

Las limitaciones en los sistemas de salud y el apoyo del gobierno se ven agravadas por factores socioculturales que incluyen un bajo nivel de educación pública y creencias tradicionales como que el cáncer de cuello uterino se debe a causas sobrenaturales y un medio para permitir que un hombre tenga más de una esposa. Las enfermedades infecciosas (más comúnmente enfermedades virales, incluido el VPH), el consumo de tabaco, el consumo de alcohol en los hombres, la ingesta diaria alta de calorías y representan una parte sustancial de la carga del cáncer en ASS.

Las agresivas campañas de marketing de las empresas tabacaleras han resultado en un aumento del consumo de tabaco, en marcado contraste con las regiones de altos ingresos. Si bien se prevé que el tabaquismo aumente en un 41%, del 12,8% en 2010 al 18,1% en 2025 en todo el continente, algunos países del África Subsahariana, incluido Lesotho, ya informan un consumo de tabaco del 26,7%. Mientras tanto, los patrones de consumo de alcohol fueron más variables, desde la abstinencia total en  en algunos países hasta un consumo elevado en otros.

Sin embargo, la Comisión reconoce algunos avances en la batalla regional para combatir el cáncer, por ejemplo, la implementación del programa nacional de vacunación contra el VPH en Ruanda, el primer país de bajos ingresos en hacerlo, lo que resultó en que Ruanda se convirtiera en uno de los países con el VPH más alto. Cobertura vacunal a nivel mundial.

«El conocimiento y las actitudes de la población sobre los factores de riesgo del cáncer son fundamentales para reducir la carga del cáncer en el África subsahariana. Las campañas de salud pública deben formar parte fundamental de cualquier programa eficaz de control del cáncer para concienciar a la población sobre los factores de riesgo nocivos y los hábitos saludables y disipar la información errónea», señala la copresidenta de la comisión, Beatrice Wiafe Addai, Peace and Love Hospitals  Ghana y Breast Care International.

Al mismo tiempo, añade, «se deben implementar políticas transformadoras para fomentar la aceptación de la prevención del cáncer. Los estudios de casos anteriores han demostrado que las sociedades civiles podrían trabajar con los gobiernos para diseñar programas de educación sobre el cáncer, escalables a través de SSA en paralelo con otras iniciativas».

Los altos costos y la pobreza son las principales barreras para acceder al tratamiento en SSA. En promedio, los países africanos pagan precios más altos por los medicamentos contra el cáncer en comparación con los países latinoamericanos con un nivel de ingresos o una tasa de enfermedad similares. Esta situación se intensifica aún más por la infraestructura débil, las prácticas ineficientes de mercado y adquisición, y el hecho de que el ingreso nacional bruto y el PIB bajos de la mayoría de los países del SSA brindan pocos incentivos para solicitar la aprobación regulatoria.

En consecuencia, esto deja la puerta abierta de par en par para que los medicamentos genéricos contra el cáncer inunden el mercado. El análisis de la Comisión sugiere que los mecanismos de financiación donde las finanzas se movilizan, agrupan y luego se asignan a asociaciones de salud como el Fondo Mundial y GAVI pueden garantizar que los pacientes obtengan un acceso más rápido y equitativo a los medicamentos contra el cáncer.

Fuente: https://www.infosalus.com/salud-investigacion/noticia-millon-personas-podrian-morir-cancer-ano-africa-subsahariana-2030-si-no-toman-medidas-20220511141204.html

 

 

 

 

 

 

 

Fuente: https://www.infosalus.com/salud-investigacion/noticia-millon-personas-podrian-morir-cancer-ano-africa-subsahariana-2030-si-no-toman-medidas-20220511141204.html

 

 

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El hambre y la violencia crecen en Brasil

Dos fenómenos se agravaron de manera contundente en Brasil a lo largo de los últimos tres años: el hambre y la violencia practicada por las fuerzas de seguridad pública.

La suma de la inflación, que se mantiene por encima de los 12% al año, a la pérdida de poder adquisitivo de manera general pero especialmente aguda en las capas de menor poder adquisitivo, que gira alrededor de los 10%, hizo que 36% de las familias brasileñas – lo que significa más de la mitad de la población total, de 212 millones – hayan entrado en lo que analistas y especialistas llaman de “inseguridad alimentaria”. Es decir, desde insuficiencia de alimentos en bases mínimas hasta directamente hambre.

Ese cuadro se acentuó principalmente a partir de 2021. Si en 2014 el número de familias en estado de “inseguridad alimentaria” en sus diferentes niveles rondaba la casa de 17%, a fines de 2021 había saltado para 36%. Y con eso supera el promedio mundial, que es de 35%.

Entre los 20% que conforman la parte más pobre de los brasileños, 75% dicen que en 2021 faltó dinero para comprar comida.

Los datos corresponden a encuestas realizadas antes de la invasión de Ucrania por las tropas rusas, lo que provocó un nuevo –y fuerte– incremento en los precios, especialmente combustible y alimentos.

Si a lo largo de siete meses de 2021 el gobierno del ultraderechista Jair Bolsonaro concedió “auxilio de emergencia” a poco más de 39 millones de familias, ahora llega a 17 millones 500mil, o sea, menos de la mitad.

Además del hambre, otro fenómeno creciente bajo Bolsonaro alcanza, de manera dramática, precisamente a la parte más pobre de los brasileños: la violencia de las fuerzas de seguridad en las villas miseria cuya población aumentó significativamente con la debacle económica.

Esta semana hubo otra masacre en una “favela” suburbana de Río, con la muerte de 23 personas.

Desde agosto de 2020, o sea, en menos de dos años, al menos 330 civiles fueron muertos en 74 supuestos enfrentamientos entre supuestos criminales y fuerzas de seguridad pública solamente en Río.

La repetición de “supuestos” se justifica: parte substancial de los muertos no tenía ningún tipo de registro criminal, y es difícil imaginar un “enfrentamiento” como el más reciente, en la villa miseria de Cruzeiro, en que 23 habitantes murieron y ninguno de los más de 150 policías fue herido.

En este último caso, de los 23 muertos 16 fueron identificados. De ellos, siete –casi la mitad– no tenían ningún antecedente criminal. Uno de ellos era un joven de 16 años, muerto por una cuchillada, y no por tiro.

Otra víctima era una peluquera de 42 años, alcanzada dentro de su casa por una “bala perdida”, nadie sabe si disparada por narcotraficantes o por la policía. Otro fusilado era un ex militar de la Marina, que trabajaba en un negocio en la “favela”. No había arma alguna al lado de su cadáver.

Ha sido la segunda mayor masacre en Río. La anterior ocurrió en 2021, también en una “villa miseria”, y dejó 28 muertos. Entre las víctimas se encontraban narcotraficantes, pero parte considerable era de habitantes, todos trabajadores y en su mayoría negros.

Otra acción brutal de la policía –grabada en vídeo que circula por todo el país– ocurrió en Umbaúba, en el estado de Sergipe, en el nordeste.

El conductor de una moto, que padecía de esquizofrenia, fue tumbado por policías militares. Agredido, fue atado y tirado al baúl de una camioneta de la patrulla. Su esposa se acercó y, a los gritos, contó a los uniformados que el marido era enfermo.

Como el prisionero se agitaba en la baulera, los agentes dispararon spray de pimienta dentro del vehículo todo cerrado para “calmarlo”. Resultado: el hombre de 38 años murió sofocado.

Frente a la masacre de Río, Bolsonaro –un incentivador del armamentismo que destrozó el ya complicado sistema brasileño de seguridad pública– elogió a los “héroes” que garantizaron la paz de “los hombres de bien”, criticó a los medios de comunicación por no compartir su aplauso y prometió mantenerse vigilante.

Ya con relación al ciudadano sofocado en el baúl de un patrullero dijo que antes de comentar iba a “averiguar” lo sucedido.

Parece que a ninguno de sus asesores e hijos les ocurrió enseñarle el vídeo del asesinato cometido por los policiales.

Así es que negros y pobres que habitan las villas miseria seguirán bajo la eterna amenaza de muerte por agentes de seguridad pública que no hacen más que fusilar en lugar de prender culpables mientras diezman inocentes. Todo siempre bajo el aplauso presidencial.

Fuente: https://rebelion.org/el-hambre-y-la-violencia-crecen-en-brasil/

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La desigualdad en educación que dejó la pandemia en Colombia

Recientemente fue publicada una investigación de la Universidad de los Andes que deja ver este fenómeno a través de un análisis en las pruebas Saber 11 frente a distintas variables.

Aunque con anterioridad ya se habían publicado balances e informes que hablaban de la influencia de la pandemia en la educación, a nivel mundial y en América Latina, recientemente se conoció el primer estudio realizado en el país que deja ver cómo afectó la pandemia en la educación en varios niveles, que pueden verse a la luz de la prueba Saber 11 durante los últimos dos años de confinamiento.

De acuerdo a un informe de la Unesco publicado en 2021, varios países se vieron afectados a nivel mundial por los confinamientos a nivel educativo. “En numerosos países los niños han perdido la mayor parte o la totalidad del aprendizaje escolar que deberían haber adquirido en la escuela, siendo los más jóvenes y los más marginados los más afectados”, advirtió la organización. Por su parte, también se conoció que el cierre de los colegios fue un 70% más largo que en países como México, Estados Unidos o Canadá, según un estudio realizado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos y el Banco de Desarrollo de América Latina.

Pero, ¿cómo afectó el aprendizaje la pandemia en nuestro país? 

A partir de estas y otras preguntas, un grupo de investigadores de la Universidad de los Andes realizó una investigación. Según El Espectador dicha institución publicó un estudio en el que se analiza la desigualdad de los resultados de la prueba Saber 11 durante la pandemia. “El propósito de este trabajo es medir, a través de pruebas estandarizadas, el cambio en la desigualdad en el aprendizaje de los estudiantes de secundaria a partir de las características de los individuos, de sus hogares y de las características de las sedes educativas, dice el resumen del mismo.

De esta forma el estudio midió el cambio en la desigualdad en el período de 2016 a 2020. En total, se utilizaron cinco dimensiones “para cuantificar las brechas en el aprendizaje educativo”. Estas fueron: individual (género y etnia), conectividad del hogar (acceso a internet y computador), hogar (número de libros, hacinamiento y educación de los padres), sede educativa (sector y zona) y municipio (PDET).

Los resultados fueron alarmantes: la desigualdad aumentó más del 100 %, en la gran mayoría de variables. También se evidenció un aumento de la desigualdad del 173 % entre los estudiantes de sectores urbanos y los de zonas rurales entre 2016 y 2020. Esto significa que la diferencia en los puntajes de estas pruebas de estos dos grupos aumentó más de dos veces.

“Por otra parte, antes de la pandemia, la relación entre el acceso a computador e internet y los mejores resultados en las pruebas era muy pequeña, pero en 2020 la relación aumentó “significativamente”. El acceso a computador e internet mitigó el efecto de la pandemia en un 60 y 63%, respectivamente. Esto significa que estudiantes con acceso a estas herramientas pudieron mantener mejores resultados, generalmente, que los que no tienen acceso, evidenció El Espectador que también hizo alusión a que la única brecha que disminuyó en la pandemia fue la de género, en un 15,5 %.

Esto, explica la misma fuente de información que también entrevistó a uno de los autores del estudio, no se sabe si es por una reducción de la desigualdad en el aprendizaje entre hombres y mujeres o si se debe a una transformación en la composición de estudiantes que presentaron la prueba, por lo que la pregunta investigativa sigue abierta.

Para explorar el cambio en la desigualdad en cada variable, los investigadores compararon estudiantes que comparten las mismas características, menos una de ellas. Por ejemplo, dice el mismo diario, “compararon a los hombres de colegios públicos con padres graduados de universidades, pero que se encuentran en dos áreas distintas, la rural y urbana”. 

Fuente: https://www.radionica.rocks/noticias/la-desigualdad-en-educacion-que-dejo-la-pandemia-en-colombia

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Libro (PDF): Silencios que gritan en la escuela. Dispositivos, espacio urbano y desigualdades

Reseña: CLACSO

*Disponible sólo en versión digital

Estos escritos son el esfuerzo por ordenar las ideas surgidas en el fragor del trabajo de investigación de años, de narrar ese estar y hacer con escuelas, vecinos/as, docentes, estudiantes. Un narrar colectivo que guarda afectos y efectos con quienes habitamos nuestras investigaciones que, luego de estar cerca de dos decenios en la escuela y en el barrio, lo que acontece allí se hace cuerpo y carne cotidianamente. Son esas múltiples aristas de una misma cotidianeidad aquella que nos atraviesa y transforma. En este libro relatamos esos diálogos, encuentros y afectos que nos atraviesan, con profundas esperanzas que las sensibilidades sigan disputando, las obstinaciones irrumpan, los acontecimientos sorprendan y sean la bienvenida a las palabras políticas de los sujetos, aquellos y aquellas son quienes hacemos investigación. Son esas esperanzas y esas luchas discretas e indiscretas del día a día en las escuelas, de los/as docentes y los/as estudiantes, que aquí nos mueven y conmueven.

Autoras(es): Silvia Grinberg [Directora]
Eduardo Langer. Julieta Armella. Gabriela Orlando. Cintia Schwamberger. Sofía Dafunchio. Marco Antonio Bonilla. Yanina Carpentieri. Luciano Martón Mantiñan. Eliana Bussi. Patricia Peuchot. Germán Rodríguez. Mercedes Machado. Manuel Ojeda. Alejandro Muñoz Cabrera. Miriam Abalsamo. [Autoras y Autores de Capítulo]

Editorial/Edición: CLACSO. UNSAM.

Año de publicación: 2022

País (es): Argentina.

ISBN: 978-987-813-165-8

Idioma: Español

Descarga: Silencios que gritan en la escuela. Dispositivos, espacio urbano y desigualdades

Fuente e Imagen: https://www.clacso.org.ar/libreria-latinoamericana/libro_detalle.php?orden=&id_libro=2506&pageNum_rs_libros=0&totalRows_rs_libros=1643

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Mundo: beneficiarse de la pandemia produce multimillonarios cada 30 horas

Por: Servindi

Cada 30 horas, la pandemia produce a un nuevo multimillonario, mientras que, por otro lado, la pobreza extrema amenaza a millones de personas.

Así lo revela el informe ‘Beneficiarse del sufrimiento’, donde se expone que la riqueza de los multimillonarios dedicados a la alimentación y la energía ha incrementado desmedidamente a la par que el precio de productos básicos aumenta.

Frente a la desmesurada concentración de la riqueza, el trabajo resalta que es urgente impulsar impuestos sobre las grandes fortunas y el capital, para financiar medidas de apoyo a personas vulnerables.

«Las personas más ricas han manipulado el sistema con total impunidad durante décadas, y ahora están recogiendo los frutos”, señaló Gabriela Bucher, directora ejecutiva de Oxfam Internacional.

“Se han embolsado una asombrosa parte de la riqueza mundial gracias a la privatización y los monopolios, aprovechando la desregulación y vulnerando los derechos de las personas trabajadoras mientras ocultan su dinero en paraísos fiscales, todo ello con la complicidad de los Gobiernos», subrayó.

El informe de Oxfam se presentó durante la primera reunión presencial  del Foro Económico mundial de Davos, en Suiza, tras la pandemia, donde se reunieron multimillonarios y líderes mundiales.

Riqueza desorbitante

El informe, elaborado por Oxfam, revela que en el periodo de pandemia 573 personas se han vuelto multimillonarias. Esta situación es resultado, principalmente, de los beneficios hacia grandes empresas farmacéuticas, energéticas, tecnológicas y alimentarias.

Como se detalla, durante los dos primeros años de la pandemia los milmillonarios han visto su riqueza incrementarse mucho más que en periodos anteriores. La riqueza acumulada por estas personas se ha triplicado en las últimas dos décadas.

Si esta riqueza acumulada suponía el 4,4% del producto interno bruto (PIB) mundial en el año 2000, actualmente equivale al 13,9%.

Como destaca el trabajo, a pesar de los beneficios de las empresas energéticas, alimentarias y farmacéuticas, los salarios de trabajadores apenas han aumentado, en medio del mayor incremento de precios en décadas.

Mientras hay 62 nuevos multimillonarios en el sector alimentación, la pandemia ha creado 40 de estos en el sector farmacéutico.

“Para ellos, la pandemia, y ahora el astronómico aumento de los precios de los alimentos y de la energía, han supuesto, sencillamente, un periodo de bonanza”, apuntó la directora ejecutiva de Oxfam Internacional.

“Mientras, se ha producido un retroceso en los progresos logrados en las últimas décadas en la lucha contra la pobreza extrema”, agregó.

Niveles de pobreza

Como detalla el informe, la desigualdad ha alcanzado niveles sin precedentes y se espera que 263 millones de personas estén en condiciones de pobreza extrema para el 2022.

Y es que el aumento de los precios afecta a trabajadores y trabajadoras con bajos salarios, más vulnerables ante los impactos de la pandemia. La situación es más difícil cuando se trata de mujeres, personas racializadas y en situación de exclusión.

Oxfam puntualiza que la riqueza de los 20 multimillonarios más ricos supera el PIB de los países de África Subsahariana juntos.

Además, indica que una persona trabajadora de alguno de los países de la mitad más pobre del mundo, tendría que trabajar 112 años para obtener los ingresos anuales de alguien que trabaja en el 1% más rico del mundo.

“Estas obscenas desigualdades están quebrando los vínculos que unen a la humanidad. Son divisivas, corrosivas y peligrosas. Son desigualdades que literalmente matan», afirmó Gabriela Bucher.

Medidas necesarias

Ante esta situación, Oxfam plantea que los gobiernos deben de aplicar medidas fiscales progresivas a las grandes fortunas y, tras ello, implementar medidas efectivas destinadas a la reducción de estas brechas.

La introducción de un impuesto temporal del 90% a los beneficios excesivos y extraordinarios de las grandes corporaciones. De aplicarse este impuesto en 2020, se hubiera obtenido una recaudación adicional de 104 mil millones de dólares.

Finalmente, la organización propone la introducción de impuestos permanentes sobre la riqueza, de forma que pueda limitar la riqueza extrema y el poder de los monopolios, además de las emisiones de carbono generadas por los ricos.

Fuente de la información: Servindi

Imagen: Ben Richardson / Unsplash

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