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Estudio: 1.400 millones de personas son pobres digitales y la mitad está en África

Un nuevo índice sobre el acceso a internet determina que un 18% de la población mundial no se puede permitir al menos 40 minutos de conexión al día. El dato está lejos del objetivo de desarrollo sostenible de garantizar el acceso universal a la Red en los países menos adelantados en 2020

Un 18% de la población del planeta, 1.400 millones de personas, vive en situación de pobreza digital. Así lo ha estimado un estudio de la Internet Society Foundation y el World Data Lab que establece que alguien es pobre en esta dimensión cuando no se puede permitir un acceso al menos a 1Gb al mes con una velocidad de descarga de 10Mb por segundo (40 minutos de conexión al día) sin que ello represente más del 10% de sus gastos. El dato está lejos del propósito expresado en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU de “facilitar el acceso universal y asequible a internet en los países menos adelantados a más tardar en 2020″ como requisito para fomentar la innovación, aumentar la investigación científica y mejorar la capacidad tecnológica especialmente en los países en desarrollo (ODS 9).

Este indicador está relacionado con la consecución de otras metas de la agenda internacional. “El acceso a internet juega un papel importante en la reducción de la pobreza global al proporcionar oportunidades para las personas de bajos ingresos en términos de empleo, información, educación…”, señaló Shana Robinson, responsable de programas de la Internet Society Foundation, durante la presentación virtual del nuevo índice este jueves. La pandemia ha demostrado que “internet es más importante ahora que nunca”, continuó. “Es un salvavidas para muchos y tenemos que asegurar que todo mundo tenga acceso, pero todavía hay demasiadas personas desconectadas”. En esta misma línea, Homi Kharasm, cofundador del World Data Lab, subrayó la estrecha relación entre conexión y trabajo: “El hecho de que estemos conectados hoy por videollamada dice mucho sobre esto”.

Como en otras medidas de la pobreza, las mujeres salen peor paradas: ellas representan el 52% de quienes carecen de acceso a internet

“Internet es un recurso para mejorar la vida de las personas y una herramienta para el bien en la sociedad. Nuestra visión es que es para todo el mundo”, comentó Sarah Armstrong, directora ejecutiva de la Internet Society Foundation. ¿Cómo lograrlo? “Hay dos formas diferentes. La primera es lograr que la gente sea más rica y la otra es bajar los precios”, resumió Katharina Fenz, científica de datos del World Data Lab, que fue la encargada de presentar las estadísticas. Aumentar el ingreso disponible es una vía en línea con los esfuerzos para favorecer el crecimiento económico, el desarrollo internacional y, en definitiva, ligada a la meta de la reducción de la pobreza en todas sus formas, recogida en el ODS 1. Por otra parte, “los países pueden trabajar en la disminución de los precios mediante la implementación de reducciones de impuestos o regulando el mercado para asegurar su buen funcionamiento”, añadió la experta. “Algunos países en vías de desarrollo lo han hecho con éxito”.

Entre los ejemplos destacados están India, Túnez o Bangladés, donde los usuarios pueden tener acceso al paquete mínimo por menos de cinco dólares al mes (4,5 euros). “Eso permite que su población con ingresos más bajos también esté conectada”, anotó Fenz. De hecho, si los precios de India se globalizaran, habría la mitad de pobres de internet en el mundo, según sus cálculos. Por contra, si los precios fueran los de Kenia, habría 46 millones menos en África (porque el coste en este país es inferior al de la media del continente), pero aumentaría en siete millones en el planeta (pues el precio keniano es muy superior al que se oferta en Asia).

Ravi Shankar, director de investigación de la Digital Planet Tufts University, se mostró menos optimista sobre los progresos de India. En su intervención como invitado a la presentación del índice, advirtió que el amplio acceso a internet en el país asiático es todavía mejorable. Este país es el segundo que más cantidad de pobres de internet tiene, con algo más de 100 millones (de una población de 1.400 millones), solo superado por Nigeria, donde viven más de 103 millones de personas privadas de conexión (casi la mitad de sus habitantes).

Añadió Shankar que los progresos en India en cuanto a la democratización de la conexión no necesariamente se traducen en una mejora económica de los usuarios. “Se podría pensar que todo este consumo digital facilitado por la reducción de las barreras de acceso puede resultar en una actividad económica significativa. En la medida en que internet se ha vuelto central en el modo en que las sociedades compran, vende, trabajan, pagan, podríamos suponer que un elevado consumo digital se traducirá en economías más prósperas. Pero los datos en la India muestran que la mayor parte del consumo se concentra en clips de Bollywood y juegos de cricket”, afirmó. “India aún no ha llegado al punto en que toda su acceso y actividad digital resulte en un crecimiento económico inclusivo. Y esto es algo sobre lo que debemos reflexionar”, pidió.

“Hay una gran brecha entre el potencial y lo que realmente se hace”, aportó en este capítulo Kharas. “Pero creo que si se regula adecuadamente, el acceso a internet puede ser enormemente positivo para el crecimiento económico”, matizó. “Cuando observamos la forma en que las personas realmente pobres se han desarrollado y la forma en que sus ingresos han aumentado, casi siempre es consiguiendo que se conecten a mercados más grandes. A menudo, la razón por la que las personas pobres en las zonas rurales tan pobres es porque la única persona a la que pueden vender su excedente es a un solo intermediario. Es un monopolio y las ganancias del valor agregado son percibidas exclusivamente por ese intermediario. Lo que hacen las tecnologías digitales es conectar a muchas de estos productores de escasos recursos con más mercados más grandes. Esa es la gran oportunidad de aumentar sus ganancias para muchas de las personas más necesitadas del mundo que todavía viven en áreas rurales”, detalló el cofundador del World Data Lab.

En opinión del experto, quien cerró la charla en la que se analizaron los datos presentados, la carencia de internet tendría que ser incluida en el listado de privaciones con las que se mide la llamada pobreza multidimensional. “Al hablar de pobreza en general, ahora pensamos en todo un conjunto de dimensiones. Por supuesto, nos centramos en los ingresos, en el umbral del 1,90 dólares al día, pero muchos analistas hablan de pobreza multidimensional: de hambre, de acceso a la salud, a la educación, el agua potable y la electricidad moderna. Toda una gama de elementos que, como diría Amartya Sen, son necesarios para desarrollar realmente sus capacidades económicas. En esa medición, todavía no se ha incluido el acceso a internet”, lamentó.

Fuente: https://elpais.com/planeta-futuro/2022-04-02/1400-millones-de-personas-son-pobres-digitales-y-la-mitad-esta-en-africa.html

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Derechos humanos burgueses de propiedad

Nota: Texto para el II Seminario Internacional sobre Derechos Humanos: Crisis Conceptual y Hegemonía Estadounidense, 7 y 8 de abril de 2022, Venezuela.

«Al imperialismo le ha dado ahora por la manía de hablar de los derechos humanos, para los imperialistas los derechos humanos equivalen al derecho a la discriminación racial, el derecho a la opresión de la mujer, el derecho a saquear los recursos naturales de los pueblos; para los imperialistas los derechos humanos son el vicio, la miseria, la pobreza, la ignorancia. Solo los países revolucionarios luchamos verdaderamente por derechos humanos, por la dignidad del hombre, por la libertad de los pueblos»1.

  1. DDHH, derechos concretos y derechos socialistas.
  2. Guerras injustas e imperialismo humanitario
  3. Derechos humanos burgueses de propiedad
  4. Integración, mercado, represión y nuevos DDHH

1.- DDHH, derechos concretos y derechos socialistas

En marzo de 1977, cuando Fidel Castro pronunció el discurso arriba citado, estaba en pleno desarrollo la «gran divergencia»2, es decir, la estrategia de partir en dos el mundo para intensificar la acumulación de capital en la minoría burguesa sobreexplotando a la mayoría trabajadora. La derrota de EEUU en Vietnam en abril de 1975, la dureza de la lucha de clases y de las guerras de liberación, etc., debilitaban el sistema de dominación burguesa al presentar como contraejemplos de la alienación consumista tan golpeada desde finales de los ’60 a figuras emblemáticas de la libertad como el Che, Ho Chi Min y un largo etcétera.

Pero sobre todo las mujeres trabajadoras y muy especialmente las guerrilleras de muchos pueblos en sus luchas de liberación aparecieron en Occidente como prácticas materiales de libertad. Desde antes de la Comuna y de forma permanente después3, las luchas de las mujeres tanto por los derechos concretos como por los socialistas fueron decisivas: «Resulta increíble pensar que hace poco más de cien años con la Revolución Rusa, las mujeres conquistarían derechos, que hoy, nos son negados en la gran mayoría de países del mundo. Derechos tan elementales como el poder decidir sobre nuestros cuerpos la esclavitud sexual en siglo veintiuno se perpetúa. En la actualidad existe más gente en la esclavitud que en cualquier otro momento de la historia; el 70%, de los pobres del mundo son mujeres y niñas.»4.

Una miríada de movilizaciones, luchas y guerras revolucionarias construyeron un «legado permanente»5 en todos los sentidos: reproductivo, socioeconómico, afectivo, político, cultural…, obreras, campesinas, mujeres clandestinas y guerrilleras que ya en 1961fueron las que más impulsaron la Conferencia Afroasiática de Mujeres en El Cairo6 para transformar con derechos antipatriarcales los límites impuestos por la propiedad capitalista y las peligrosas lagunas en derechos concretos de la Declaración Universal de Derechos Humanos de la ONU de 1948.

Las mujeres explotadas hicieron la Conferencia para combatir el uso reaccionario de la Declaración de la ONU facilitado por sus trampas, omisiones y neutralismos, sobre todo su legitimación de la propiedad patriarcal-burguesa como se ha vuelto a confirmar durante la pandemia cuando la «batalla por la propiedad» se ha agudizado al extremo: «La batalla por la propiedad de la que hablamos se juega en la demanda concreta de usos comunes y públicos de los bienes y servicios que hacen posible (o no) la reproducción de la vida personal y colectiva. Visibilizada la reproducción como esfera estratégica sobre la que se monta el despojo neoliberal y el endeudamiento doméstico, la socialización de sus medios y recursos ha emergido como uno de los elementos comunes a nivel global»7.

La batalla a muerte entre formas antagónicas de propiedad nos remite a lo que luego detallaremos como dialéctica entre derechos concretos y derechos socialistas, proceso en el que la superación de la primera forma histórica de propiedad –la patriarcal– es imprescindible y debe ser por ello a escala mundial8, como explica Jule Goikoetxea al detallar las luchas de las mujeres gitanas, de Abya Yala, de Vallekas y Otxarkoaga, del Magreb, Europa, EEUU, Medio Oriente, Bolivia, Cuba, Venezuela, Paquistán, India, Irán, Irak, México, Kurdistán…

Losurdo sostiene que «La categoría de los derechos del hombre puede subsumir contenidos distintos y contradictorios entre sí: derecho del propietario a disfrutar y disponer a su antojo de la propiedad; o bien, por el contrario, derecho a la vida y a una existencia digna, garantizado mediante la intervención del poder público sobre las relaciones de propiedad, es decir, mediante una intervención que es una clara vulneración de los derechos humanos desde el punto de vista del propietario»9.

Para Harvey: «La Declaración Universal de Derechos Humanos de las Naciones Unidas en 1948 es un documento fundamental para un individualismo burgués basado en el mercado, y como tal no puede proporcionar la base para una crítica general del capitalismo liberal o neoliberal. Que pueda ser políticamente útil para reivindicar que el orden político capitalista se atenga a sus propios principios fundacionales es una cosa, e imaginar que esa política puede llevar a un desplazamiento radical del modo de producción capitalista es otra, y en opinión de Marx un error muy serio»10.

Muchas izquierdas, sobre todo la casta intelectual progre ha caído en ese grave error. Para evitarlo, nosotros vamos a emplear el acrónimo DDHH siempre que nos refiramos a los derechos burgueses, y hablaremos de derechos humanos concretos siempre que traten sobre reivindicaciones democrático-radicales, y de derechos socialistas siempre que nos refiramos a la lucha por la libertad humana en su esencia, es decir, la destrucción de cualquier forma de propiedad privada según la teoría comunista11. Por ejemplo, un derecho humano concreto es el derecho y la libertad de prensa. A finales del siglo XVIII, Blackstone declaró cínicamente que: «La libertad de prensa consiste únicamente en la libertad de censura»12, resumiendo una de las bases de los DDHH que ocultan la dictadura del capital.

La lucha por avances democrático-radicales, por derechos humanos concretos, tiene en la libertad de expresión organizada crítica y horizontal una de sus necesidades vitales; pero los derechos socialistas, que integran, subsumen y enriquecen cualitativamente a los democrático-radicales, van más allá, van directamente a que los medios de prensa sean de propiedad comunista. Un ejemplo del antagonismo entre DDHH y el derecho humano concreto a una vivienda: En el día oficial de los DDHH de diciembre de 2019 la burguesía realizaba los boatos oficiales, mientras que en una calle de la ciudad de Palma, Països Catalans, se concentraban cientos de personas solidarias para impedir un desahucio en un barrio popular codiciado por la industria hotelera y del turismo13.

Lenin ofrece un ejemplo impresionante de la dialéctica entre derechos concretos y derechos socialistas en Saludo a la República Soviética de Baviera cuyo estudio recomendamos encarecidamente: «…si han confiscado todas las existencias de papel y todas las imprentas a fin de poder imprimir volantes y periódicos populares para las masas; si han implantado la jornada de 6 horas, con dos o tres horas diarias de instrucción sobre cómo administrar el Estado; si han hecho entregar a la burguesía de Munich sus viviendas sobrantes para instalar inmediatamente a los obreros en cómodos apartamentos; si han tomado en sus manos todos los bancos…»14.

Fidel Castro también nos muestra la incompatibilidad entre los DDHH y los derechos humanos concretos que avanzan a los derechos socialistas mediante la revolución. Las palabras que siguen fueron dichas en los momentos decisivos de contraatacar y derrotar en las playas el desembarco imperialista en Bahía Cochinos, en abril de 1961:

«¡Adelante cubanos! A contestar con hierro y fuego a los bárbaros que nos desprecian y que pretenden hacernos regresar a la esclavitud. Ellos vienen a quitarnos la tierra que la revolución entregó a los campesinos y cooperativistas; nosotros combatimos para defender la tierra de los campesinos y cooperativistas. Ellos vienen a quitarnos de nuevo las fábricas del pueblo, los centrales del pueblo, las minas del pueblo; nosotros combatimos por defender nuestras fábricas, nuestros centrales, nuestras minas. Ellos vienen a quitarles a nuestros hijos, a nuestras muchachas campesinas las escuelas que la revolución les ha abierto en todas partes; nosotros defendemos las escuelas de la niñez y del campesinado. Ellos vienen a quitarles al hombre y a la mujer negros la dignidad que la revolución les ha devuelto; nosotros luchamos por mantener para todo el pueblo esa dignidad suprema de la persona humana. Ellos vienen a quitarles a los obreros sus nuevos empleos; nosotros combatimos por una Cuba liberada con empleo para cada hombre y mujer trabajadores. Ellos vienen a destruir la patria y nosotros defendemos la patria»15.

Por no extendernos, G. Novack desarrolla así la dialéctica entre el derecho concreto y el socialista: «El derecho a la revolución es el derecho supremo de cualquier pueblo y la salvaguarda última de su democracia. […] El derecho a la revolución llegó a ser un elemento permanente de la herencia de la humanidad progresista durante el ascenso de la revolución burguesa»16. La burguesía practicó el derecho concreto a cortar cabezas de reyes, nobles, obispos, generales y terratenientes, luego renegó de ese derecho elemental retrocediendo a sus DDHH pasando a reprimir salvajemente a las clases explotadas que hicieron el salto cualitativo al derecho socialista, el de la instauración del comunismo.

Estamos de acuerdo con Dax Toscano cuando opta por los «izquierdos humanos» en honor de las y los guerrilleros: «Ustedes, los que impusieron el neoliberalismo brutal con el apoyo de gorilas fascistas violadores de Derechos Humanos, los que se volvieron ciegos frente a la tortura y la represión ejercida por las fuerzas represivas entrenadas por la CIA, los que nada dijeron cuando violaron los Derechos Humanos de jubilados, pensionistas cuando privatizaron los recursos de sus países o establecieron la dolarización y los salvatajes bancarios.»17.

El imperialismo comprendió desde los debates sobre la Declaración de la ONU en 1948 que los «izquierdos humanos» eran un peligro para sus intereses y conforme este peligro se acrecentaba fue endureciendo sus ataques, en los que no podemos extendernos aquí, hasta llegar al pinochetismo de 1973, al Plan Cóndor y al monetarismo eran denunciados por los pueblos, así que la fábrica de ideología burguesa empezó a propagar los DDHH18 tal cual ella los presentaba: una abstracción descontextualizada y genérica que sirve para justificar cualquier crimen imperialista, en lucha frontal con el sistemático esfuerzo liberador que se estaba realizando en muchos pueblos por sustituir con derechos concretos las trampas de la Declaración de la ONU, cuya decisiva manipulación19 aparece en del artº 17 sobre la defensa del «derecho de propiedad»: ¿«propiedad» de qué y de quién?

2.- Guerras injustas e imperialismo humanitario

Pues bien, en 1977 Fidel Castro fue una de las primeras personas en percatarse de la maniobra reaccionaria consistente en no responde a esa pregunta: ¿«propiedad» de qué y de quién? Mientras tanto y al poco tiempo, desde 1979 Thatcher y desde 1981 Reagan, se iniciaba la segunda fase de la contraofensiva imperialista a escala planetaria, la denominada neoliberal, en la que los DDHH jugaban un papel clave junto al de las violencias múltiples del capital contra el trabajo.

En aquellos primeros años asistimos a una lección de la «autonomía relativa» de la propaganda política burguesa, en este caso sobre sus DDHH, con respecto al trabajo de la casi totalidad de la casta intelectual, sobre todo la supuestamente «crítica» que en modo alguno quiso seguir la senda abierta por Fidel Castro en 1977. Un ejemplo lo tenemos en una de las «biblias» fundamentales del reformismo, los tres volúmenes del que ha sido ministro español en 2020-21, Manuel Castells, sobre la Era de la Información, publicados en 1998, veintiún años después de las lúcidas palabras de Fidel Castro. Ni en el primero ni en el tercero se hace una sola referencia a cómo la propaganda de los DDHH era ya parte sustantiva de la «era de la información»; sólo en el volumen II dedicado al «poder de la identidad» aparecen dos referencias a los «derechos civiles»20 cuando analiza las relaciones entre etnia, clase e identidad, y el feminismo yanqui.

Dos años antes de que se publicara esa «biblia», o sea en 1996, Madeleine Albright, dirigente clave del imperialismo yanqui de finales del siglo XX, respondió así a la pregunta que le hicieron sobre si había merecido la pena la muerte de medio millón de niñas y niños iraquíes por el bloqueo y los ataques occidentales, y su respuesta: «Los resultados justificaron el precio»21: un ejemplo de los DDHH imperialistas. Otro ejemplo: a finales de mayo de 2001 el G. W. Bush legalizó el «derecho a matar» a personas disidentes que se arroga EEUU: cualquier persona puede ser asesinada por los servicios yanquis en cualquier parte del mundo porque así lo ha decidido EEUU cuyo presidente en ese momento, G. W. Bush declaró lo siguiente en su discurso de toma de posesión: «Nuestra nación ha sido elegida por Dios y tiene la misión histórica de ser un modelo para el mundo»22.

Asesinatos en masa en nombre de dios no es algo raro en la historia, al contrario, es casi una constante desde que se impuso el monoteísmo sobre todo en su forma cristiana e islamista. Una de «virtudes» heredadas de tanto crimen en nombre de dios, es que las clases dominantes inician sus guerras injustas dándoles también un «carácter sagrado»23 que en la actualidad es perfectamente compatible con sus DDHH. La masacre de 500.000 niños iraquíes, nos limitarnos sólo a este crimen, y la designación de EEUU como pueblo escogido por el dios cristiano, he aquí una de las identidades de los DDHH. En 2012 Obama amplió el alcance de ese derecho divino yanqui al crimen y lo agilizó al hacer un seguimiento semanal24 del proceso de selección, vigilancia y asesinato de la persona condenada.

En 1999 Venezuela sufrió una catástrofe natural que le causó alrededor de 25.000 muertes. La «ayuda humanitaria» de EEUU fue enviar marines a los que se les negó la entrada en Venezuela. Sergio Rodríguez Gelfenstein25 publicó en 2017 un texto impactante sobre cómo la supuesta «ayuda» yanqui era en realidad intervencionismo imperialista. S. Rodríguez. Gelfenstein desarrollaba la lógica de Fidel Castro de 1977 confirmada con la guerra de destrucción de Yugoslavia en 1999, que recrudeció el debate sobre el supuesto humanitarismo de la burguesía imperialista que, según J. Bricmont, no eran sino los «derechos del más fuerte» disfrazados de «derechos humanos».

¿Por qué creyó Clinton que sus marines serían recibidos con los brazos abiertos en Venezuela? ¿Creía que Venezuela asumía los DDHH como única y auténtica expresión de los derechos/necesidades de la humanidad explotada? En realidad, la negativa rotunda del Comandante Chávez a la injerencia humanitario-militar de EEUU mostraba que tenía otra concepción no sólo opuesta sino contraria, antagónica, de los verdaderos derechos y necesidades de la humanidad explotada. En 2000 Chávez ya explicó qué entendía por derechos y necesidades de la humanidad nada menos que en la II Cumbre de la OPEP celebrada en Caracas: «Hermanos, estamos dispuestos a conversar con el mundo […] pero eso sí, en condiciones de igualdad […] precios justos y equilibrados para nuestro petróleo, recurso vital para el mundo de hoy»26. Una de las razones del golpe de Estado en 2002 era acabar con la Venezuela bolivariana que lideraba ese derecho/necesidad a escala mundial. Tras su fracaso, EEUU organizó la «guerra petrolera» que volvió a perderla.

En esos mismos años de 2000-03 los pueblos de Bolivia se sublevaron en las «guerra del agua» y «guerra del gas» para impedir su privatización auspiciada por el Banco Mundial, la transnacional Bechtel y la burguesía boliviana, y la exportación del gas a EEUU. A la vez el imperialismo saqueaba con una brutalidad salvaje a Irak27: «El 20 de marzo de 2002 Hoon dijo al comité selecto de defensa de la Cámara de los Comunes que Estados como el iraquí “pueden estar absolutamente seguros de que si la situación lo exige estaríamos dispuestos a utilizar nuestra armas nucleares”. El 24 de marzo apareció en el programa de televisión de Jonathan Dimbleby e “insistió en que el gobierno ‘se reserva el derecho’ a utilizar armas nucleares si Gran Bretaña o las tropas británicas se veían amenazadas por armas químicas o biológicas”»28.

Gran Bretaña sabía que Irak no tenía armas bioquímicas, pero usaba esa mentira para justificar con antelación el bombardeo atómico en caso de que la invasión se enfrentase a una resistencia tan desesperada que murieran miles de tropas invasoras británicas y de otros países. Los DDHH justificaban con antelación el genocidio nuclear de un Estado que defendía su vida, sus recursos, su independencia y su cultura. El derecho/necesidad de los pueblos de impedir la privatización y expolio del agua, el gas, el petróleo… y a imponer precios justos, son inadmisibles para el imperialismo. Bolivia, Irak, Siria, Ucrania… pese a sus diferencias están unidos por varias constantes, siendo el supuesto humanitarismo una de ellas: «Antes enviábamos a los misioneros para civilizar a los «salvajes» llevándoles luz y civilización, en la actualidad hacemos «injerencia humanitaria» para ofrecerles democracia y libertad. El humanitarismo ha sustituido a las misiones»29.

Hasta la formación de los DDHH desde el siglo XVII en adelante, la caridad y no el «derecho» era una de las formas de controlar el desorden, el vagabundeo, las revueltas y motines30, y desde el siglo XIX los Estados occidentales recurrieron a los «modelos militares»31 para estructurar la burocracia de sus DDHH. Estas bases ayudaron a crear un humanitarismo que, en su versión cristiana es «caridad», es decir en un medio que cumple dos funciones: invertir en la recompensa divina porque la caridad es una virtud teologal, y a la vez reforzar el poder de la Iglesia y del sistema al desactivar la conflictividad social que puede estallar por el empobrecimiento: Los derechos básicos se están convirtiendo en «caridad»: « La dinámica es siempre la misma. La iglesia monta este tipo de “tinglados” buscando el apaciguamiento, relajar la tensión social que surge cuando a la gente le falta lo más básico para vivir. El modelo caritativo lo tienen diseñado para que la gente esté calmada y no proteste, para que no se establezca ninguna relación entre la carestía de la vida y la responsabilidad política.»32.

Así entre 2008, 2015 ya 2018, década que corre entre la primera cita anterior y la que ahora sigue, se ha multiplicado la «industria de la ayuda humanitaria» que aumenta los beneficios de las grandes corporaciones, que a la vez legitima a los Estados-cuna que defienden a esas grandes corporaciones porque aparecen como «protectores de los DDHH» al facilitar el funcionamiento de esa «industria»33, de las ONG que les sirven de pantalla, etc. Pero también la sociedad burguesa rica y eurocéntrica se beneficia con ello: lava su imagen y conciencia egoísta y alienada.

La crudeza de la lucha de clases por la propiedad popular o imperialista de estos recursos era tal que bien pronto se extendió el debate sobre, por ejemplo, si el agua es un derecho o una mercancía34, y sobre el antagonismo entre el Banco Mundial y sus DDHH y los derechos socialistas: «La cuestión de los «derechos humanos» nunca formó parte de las prioridades del Banco Mundial. Invariablemente, en las condicionalidades fijadas por el Banco, un derecho era prioritario: el derecho individual de la propiedad privada, que en la práctica favorece a los grandes propietarios, ya sean personas adineradas o bien sociedades nacionales y transnacionales»35: los DDHH eran la tapadera de ONG como Human Rigt36, y excusa para invasiones imperialistas37, como veremos.

Los derechos concretos y más aún los socialistas siempre son negados por el entramado de instituciones internacionales creado por EEUU; instituciones que, por el contrario, sí aplauden las violencia injustas legitimadas por sus DDHH. En 2016 J. Bricmont afirmó que:

«La ideología de la intervención humanitaria había destruido por completo en la izquierda cualquier noción de respeto al derecho internacional, así como cualquier actitud crítica hacia los medios de comunicación. […] la nueva izquierda está enteramente dominada por intelectuales pequeño-burgueses En última instancia uno debe llevar a cabo un análisis de clase de la “nueva izquierda”. Mientras que la “vieja izquierda” se basaba en la clase obrera y sus dirigentes procedían de esa clase social, la nueva izquierda está enteramente dominada por intelectuales pequeño-burgueses. Estos intelectuales no son “burguesía”, en el sentido de que no poseen los medios de producción, ni son tampoco explotados. Su función social es la de proporcionar una ideología que pueda servir de justificación cómoda a un sistema económico y a una serie de relaciones internacionales que están basadas, en última instancia, en la fuerza bruta. La ideología de los derechos humanos es perfecta desde ese punto de vista.»38.

3.- Derechos humanos burgueses de propiedad

Llegados a este punto debemos preguntarnos sobre los orígenes profundos en Occidente del clima social e ideológico que más tarde dio forma a los DDHH. Debemos partir de que para el incipiente pero ya poderoso colonialismo británico:

«El simple hecho de ocupar una tierra no era suficiente para reclamar su propiedad. Para ser considerados propietarios legítimos, los ocupantes de la tierra debían excavar el suelo, mejorarlo con abono, plantar cultivos y pastorear y alimentar a los animales con sus frutos. En ausencia de estas actividades, cualquier persona podía reivindicar la tierra como suya […] Para los británicos, el mero hecho de arar la tierra era una reivindicación de más peso que el descubrimiento español del lugar. Del mismo modo, a lo largo del litoral oriental de Norteamérica, fue el cultivo del suelo por parte de los invasores ingleses lo que les permitió respaldar una reivindicación más sólida sobre las tierras que habían ocupado durante milenios los habitantes indígenas»39.

John Winthrop, gobernador de la colonia de Massachusetts, aseguró a los colonos en 1629 que dios quería que la tierra fuera un jardín para ser trabajado. En 1578 los colonos habían justificado el derecho a expropiar las tierras indias porque habían rehabilitado las casas de los anteriores colonos, destruidas en Virginia40. Pese a las diferentes excusas ideológicas españolas e inglesas, desde 1607 cuando se inició la conquista de Virginia, las atrocidades inglesas fueron idénticas en esencia material que las de los españoles, con una «política de exterminio deliberado»41.

Pensamos que la gran diferencia entre la excusa española, basada en el bruto derecho de propiedad que da la conquista, y la inglesa, basada en el refinado derecho de propiedad que da la productividad del trabajo, puede venir en el plano ideológico del mayor desarrollo del capitalismo inglés y de la influencia en los colonos de las corrientes protestantes, calvinistas, etc. El movimiento protestante tenía una superior ideología de la productividad del trabajo porque era, «sobre todo, una religión del “tipo medio”, los pioneros, en las regiones más desarrolladas de Europa, en la agricultura capitalista y en el crecimiento del comercio y de la manufactura»42.

La Biblia presenta al pueblo escogido apoderándose de las tierras de otros pueblos mediante guerras y venganzas crueles, y tiene muchos versículos sobre el mandato divino de trabajar la tierra con esfuerzo para obtener muchos frutos de ella. Para el sionismo en el poder en “Israel”, los DDHH son menos importantes que el «territorio nacional del pueblo judío»43 que tiene derecho a imponerse sobre el pueblo palestino y cuyo proyecto del Gran Israel consiste en materializar el sueño imposible de las supuestas fronteras bíblicas establecidas por Yahvé.

El calvinismo es poderoso en EEUU y su desprecio a los pobres, a los vagos y fracasados en la vida, se extiende a los pueblos que no han desarrollado un potente capitalismo occidental44, según veremos. La doctrina yanqui del «destino manifiesto» creada en la década de 1840 tenía tres grandes componentes sin los cuales no entendemos nada de la esencia reaccionaria de los DDHH: el componente religioso que venía desde el siglo XVII y que identificaba a las 13 Colonias con Israel; el componente racista y el expansionista45. La versión norteamericana de los DDHH está en función de que esos tres componentes. Por ejemplo, la racista: en 1902 los mineros del carbón Reading Railroad y sus familias «se estaban muriendo de hambre» por la negativa de la empresa a conceder los derechos sociales. Enterado su propietario George Bayer, comentó: «Ellos no padecen. Total, ni siquiera saben hablar inglés»46. Los DDHH son negados a quienes no saben inglés.

El «modelo de vida americano», epítome del occidental, en el que el racismo es «estructural»47, debe imponerse a todo el mundo y el racismo es uno de sus grandes instrumentos como vuelve a confirmarse ahora mismo48 . Para el debate sobre los DDHH será bueno tener en cuenta que las diferencias de matiz ideológico entre, a grandes rasgos, protestantismo y catolicismo con todas sus corrientes internas, en nada cambian la brutalidad esencial de la explotación capitalista, ni tampoco anula el papel del racismo que vive dentro de esas sub-ideologías y que desde ellas refuerza las severas limitaciones de los DDHH.

Como sucede con toda revolución popular y social, también la haitiana ha sido falseada de tal modo, y hasta negada, que resulta difícil conocer su decisiva aportación a la práctica de los derechos humanos concretos, a uno de los fundamentos esenciales de la libertad: acabar con la esclavitud y extender la lucha contra ella ayudando con soldados, dinero y armas a la emancipación humana, como fue su decisiva ayuda sin la cual muy difícilmente hubieran vencido en esos años los ejércitos del Libertador Bolívar: «El nacimiento de Haití fue una ‘pesadilla’ para todos los países en los que subsistía la esclavitud»49. Occidente no se lo ha perdonado desde entonces.

De entre las múltiples lecciones que nos ofrece la heroica revolución haitiana nos quedamos con C. L. R James cuando nos explica por qué Toussaint ––«hemos sabido enfrentar el peligro para obtener nuestra libertad, sabremos desafiar a la muerte para mantenerla»–, era superior a Diderot, Rousseau, Rainal, Mirabeau, Robespierre y Danton a pesar de ser un esclavo negro sin apenas cultura: «[…] podía defender la libertad de los negros sin reservas, y esto le confirió a su declaración una fuerza y una firmeza raras en los principales documentos de la época. La burguesía francesa no podía comprender esto. Tendrían que correr ríos de sangre antes de que entendieran que, a pesar de lo elevado de su tono, Toussaint no había escrito ni pomposidad ni retórica, sino solo la pura y simple verdad»50.

Toussaint, secuestrado por los franceses y encerrado en Francia hasta su muerte en prisión por frío y enfermedad en 1803, defendía en la práctica la verdad de los derechos concretos. La burguesía estaba desconcertada ante la verdad de los derechos concretos de las y los esclavos radicalmente inconciliables con la pomposa Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano en 1789. Para encadenar de nuevo a los esclavos a esa Declaración de 1789, Napoleón envió un poderoso ejército en 1802 que fue derrotado. Para destruir la Declaración del pueblo trabajador y explotado51 de 1918 de la URSS, nada menos que catorce Estados burgueses invadieron la URSS en ayuda del terrorismo zarista, siendo derrotados.

Para contener la oleada revolucionaria iniciada desde 1943 por efecto de la IIGM, se elaboró la Declaración de la ONU, con sus trampas, que la URSS y los países socialistas rechazaron porque reforzaba la propiedad capitalista y negaba la propiedad socialista: «En 1949 la Operación Dropshot proyectaba la destrucción de cien ciudades soviéticas mediante el empleo de 300 bombas atómicas, que eran ahora mucho más potentes que las que se habían lanzado sobre Japón»52. No terminaron aquí las agresiones contra la URSS y luego contra Rusia, pero ahora sólo podemos resumir la sistemática estrategia de EEUU para «pervertir elecciones»53 en todo el mundo al menos desde 1950 hasta 1998. W. Blum ha sintetizado en 12 impresionantes páginas cómo el imperialismo impuso sus DDHH pervirtiendo las elecciones democráticas durante medio siglo en multitud de países en detrimento de los derechos humanos concretos y de los derechos socialistas.

La ley general de la acumulación de capital seguía presionando al imperialismo y en la década de 1990 uno de sus ideólogos, J. Keegan, hizo unas declaraciones loando la figura del genocida coronel G. A. Custer, ajusticiado por las naciones indias en la batalla de Little Bighorn en 1876 en una justa práctica del derecho humano concreto a la violencia defensiva contra el invasor. Keegan loaba a Custer por exterminar a los pueblos indios que impedían que los blancos les echaran de sus tierras para que ellos las convirtieran en grandes campos de labranza, de ganadería, de extracción de oro, etc. El indio era, según Keegan, un «rico egoísta»54 que se oponía al avance de la civilización blanca, y por eso había que exterminarlo.

Nos interesa destacar en esta lucha entre los DDHH y los derechos humanos concretos que avanzan a ser derechos socialistas, que «Los libros de geografía en los Estados Unidos muestran mapas de Brasil y Perú, en donde se ha retirado la Amazonia y el Pantanal. En sus escuelas están enseñando que estas áreas son “internacionales”, en otras palabras, están preparando la opinión pública Estadounidense, para que dentro de unos años, poder apoderarse de estos territorios en Brasil y Perú, con el pretexto de que estas áreas son «res communis hunanitatis», es decir, afirman que esta región es patrimonio de la humanidad, similar a lo ocurrido con el espacio ultraterrestre, por lo cual deberá ser controlada por tropa internacional al servicio de la bolsa y de la ONU […] Podemos ver la localización de las reservas internacionales. Forma parte de ocho países de América del Sur: Brasil, Bolivia, Perú, Colombia, Venezuela, Guyana, Surinam y la Guayana Francesa. Algunos de los países más pobres y miserables del mundo…»55.

El imperialismo ha adaptado a sus necesidades del siglo XXI las excusas del siglo XVI y XVII para invadir países, masacrar a sus poblaciones y quedarse con sus recursos porque, según se decía, eran pueblos que no trabajaban sus tierras y no rentabilizaban sus recursos. Para 2012 «los países más pobres y miserables del mundo» debían ceder voluntariamente sus riquezas en bien de los DDHH y del dólar. Pero en mayo de 2021 Vladimir Putin advirtió en rueda de prensa de proyectos imperialistas para arrancarle a Rusia trozos de Siberia: «Hubo algunos que incluso se atrevieron a decir públicamente que era supuestamente injusto que las riquezas de un territorio como Siberia le pertenecieran a un solo país, a Rusia»56.

4.- Integración, mercado, represión y nuevos DDHH

Los DDHH son los derechos de propiedad burguesa, de libre comercio o derecho de saqueo y explotación, derecho a la seguridad o monopolio del Estado, y derecho de censura o libertad burguesa de culto y de pensamiento. Países Bajos, Inglaterra, EEUU y Francia fueron dando forma a los DDHH según sus necesidades, pero la tarea fundamental ha sido y es la de EEUU que ha creado una densa red de donaciones, influencias, lobbies, clubes, entidades y organismos «sin afán de lucro», etc., que junto al complejo sistema jurídico-legal, instauran la dictadura electoral bipartidista. R. Sánchez Parodi indicaba ya en 2014 que cada vez más gente reconocía el declive yanqui pero una urgente reforma era obstaculizada plomizamente por el «espectáculo electoral más caro del mundo»57, la muy rentable industria político-electoral.

La industria del espectáculo electoral ayuda sobremanera a ocultar la historia real de personajes como Brzezinski, Carter y otros:

«Al mismo tiempo, la imagen de la política de derechos humanos como el ‘lado bueno’ de la presidencia de Carter, y los muyahidines, el rescate fracasado de los rehenes de Irán y lo demás como el ‘lado oscuro’, responsabilidad de Brzezinski, es totalmente errónea. Fue, de hecho, una sola política. La vieja política de 1948-1975 de proteger el ‘status quo ante’ y ‘contención’ del comunismo fue sustituida por la defensa de los ‘derechos humanos’ y sobre todo de los derechos de propiedad, el libre comercio, y la libertad de culto. Fue el primer paso en el camino hacia las ‘revoluciones naranjas’ y la justificación de las ‘intervención humanitaria’ ya en curso. La fantasía de una parte importante de la izquierda de que el discurso sobre los derechos humanos puede ser de alguna manera adaptado a nuestros propósitos mediante la defensa de los ‘derechos sociales’ o, en una tercera versión, de los derechos ecológicos y de los animales, es completamente engañoso. El objetivo del discurso de los ‘derechos humanos’ fue la creación de una soberanía de los jueces; y, en los asuntos mundiales, los EEUU son los que juzgan a los demás pueblos»58.

G. Pérez Almeida explica cómo y por qué EEUU fue el centro rector de los acuerdos que desde 1944 llevaron a la firma de la Declaración de la ONU. Los DDHH que son una «trampa» burguesa, sólo un poder popular organizado Estado puede practicar otros derechos humanos concretos:

«Todos defienden los derechos humanos, pero nuestra visión es crítica. Con buena parte de los textos que publicamos se crea la Escuela de Derechos Humanos de la Defensoría del Pueblo, adscrita a la Fundación Vives Suriá. Por una parte, Venezuela es pionera en tener una escuela de visiones críticas en derechos humanos financiada por el Estado y, por la otra, somos uno de los últimos países de América Latina que tiene un Plan Nacional de Derechos Humanos, pero es único, porque tiene una visión crítica, integral. […] Las dictaduras las ponen ellos, pero las sacan con los “derechos humanos”. La Comisión Interamericana de Derechos Humanos que visitó Argentina durante la última dictadura jugó el papel del policía bueno y malo, porque estas las conforman liberales y conservadores. Cuando estas dictaduras no les sirven, las sacan como violadores de derechos humanos y las sustituyen unas democracias a semejanza de sus intereses. Ellos marcan la pauta y ahora estamos encerrados en la misma discusión por la que nos quieren condenar como a aquellas dictaduras criminales»59.

La historia capitalista enseña que en lo relacionado con los DDHH, la ONU «protege a grandes potencias»60. Además la fusión entre negocios y DDHH es tan estrecha que se requiere de una rigurosa investigación crítica61 para descubrir sus interrelaciones, las redes que conectan a las grandes empresas con las instituciones políticas que se legitiman en los DDHH que ocultan la ferocidad explotadora de esas empresas. El capital ha patentado «derecho» y «democracia» como productos en el mercado electoral: «la mayoría de los consumidores camina como un burro con anteojeras, siguiendo la senda establecida en los carriles marcados, a la espera de la ración de pienso diaria»62.

Aborregados con su dosis de alienación diaria, los «ciudadanos» apenas se percatan que desde 2013 se acentuó el recorté de derechos concretos, de las libertades esenciales como la libertad de protesta63, precisamente cuando la crisis agudiza el peligro de hambrunas y el incremento ya cierto de la lucha de clases64 global. Y si se percatan, cierran los ojos, los oídos y la boca porque es muy poderoso el temor y el miedo a la sorda coerción del capital, que se transforma en coerción tan ruidosa como las cargas policiales o peor, el terror de un golpe militar. A pesar de la críticas que debemos hacer a Amnistía Internacional, su Informe Anual de 2020/2021 es esclarecedor porque no puede sino reflejar una realidad objetiva, por lo que «Hay que apoyar cualquier acción de solidaridad con los movimientos populares con el propósito de exigir respeto al derecho a la protesta»65

En este contexto destacan las maniobras para fingir una ampliación de «derechos». Por un lado, los llamados «nuevos derechos humanos» que los centros de decisión de las grandes transnacionales66 están debatiendo para ser ellas las que los expliquen, implementan en la práctica humanitaria de los sus Estados, ONG e instituciones para, entre otros objetivos, cortar de raíz el avance de las luchas por los derechos socialistas y, a la vez, llenar las arcas del capital. Y por otro lado, se ofrece un contra-catálogo breve de los derechos humanos: «derecho a soñar, derecho a la existencia, derecho a la pereza, derecho al descanso y al tiempo libre, derecho a la paz, derecho a la democracia, y el artículo termina con una cita de Gandhi: “A diario se ven cosas con las que nunca se habría soñado, lo imposible se hace cada vez más posible”.»67. Gandhi volvió a errar, si no hay lucha radical, lo imposible sigue siendo imposible.

Si nos fijamos no aparecen los derechos concretos fundamentales como el derecho a la rebelión y otros muchos, y menos aún el vital derecho/necesidad a la propiedad comunista. Además, Gandhi fue un reaccionario: «Tomado en el más estricto sentido del término, el pacifismo es sumamente inmoral»68. Interesadamente, se ha presentado a Gandhi como el único exponente del antimilitarismo, desautorizando así a las demás corrientes antimilitaristas, pero tiene razón Silvia K. Döllerer cuando afirma que: «El antimilitarismo no es sinónimo de pacifismo. Protestar contra la guerra no es sinónimo de creer que la violencia es intrínsecamente ilegítima en todos sus contextos»69.

Hoy más que nunca antes, teniendo en cuenta el grado de irracionalidad del imperialismo, el derecho/necesidad de la violencia defensiva como última solución para no ser exterminado por la ciega ley general de la acumulación del capital se está viendo también en Palestina, como explica Gideón Levy70; o en el pueblo saharaui: «La lucha de los pueblos sometidos a la dominación colonial y foránea y a regímenes racistas por la aplicación de su derecho a la libre determinación y a la independencia es legítima y está plenamente de acuerdo con los principios del derecho internacional y con arreglo a los Convenios de Ginebra de 1949.»71; o en las repúblicas populares del Donbass contra los mercenarios neonazis72 organizados por la OTAN…

Estos derechos concretos y los derechos socialistas son tanto más necesarios ahora que los DDHH legitiman la «nueva era» imperialista73 proclamada por Joe Biden en septiembre de 2021 durante el discurso más beligerante y militarista dado por un presidente de EEUU en los últimos tiempos en la ONU, antesala de la «guerra interminable»74 contra la humanidad. En realidad, «ahí donde reina el analfabetismo, el hambre, el desempleo y la insalubridad, ¿qué significa la Carta de los Derechos Humanos? Poco o nada. La defensa de los derechos conquistados por la humanidad no puede reducirse a una recitación demagógica para decorar el palabrerío reformista o la filantropía de mercado que abundan»75.

Las palabras de la dirigente guatemalteca Rosalina Tuyuc son extensibles a todo el proletariado y campesinado mundial: «Nunca tuvimos tantos derechos como ahora, pero tampoco nunca tuvimos tanta hambre como ahora»76.

EUSKAL HERRIA, 5 de abril de 2022

Notas:

1 F. Castro: Discurso en el estadio Bernadio Somalia, 13 de marzo de 1977, Edic. OR, La Habana 1977,

pp. 24-25.

2 Josep Fontana: Por el bien del imperio. Pasado & Presente. Crítica. Barcelona, 2013, pp. 565-568.

3 Antonia Civelli: 9 de enero de 2021 https://www.lahaine.org/mm_ss_est_esp.php/ino-somos-esclavas-nuevo-libro

4 Maité Campillo: 4 de abril de 2022 https://kaosenlared.net/mujer-en-rebelion-historica/

5 Red Global: 16 de marzo de 2021 https://argmedios.com.ar/el-legado-permanente-del-destacamento-rojo-de-mujeres-de-china/

6 V. Prashad: Las naciones oscuras, Península, Barcelona 2012, pp. 101-115.

7 Luci Caballero-Verónica Gago: 26 de junio de 2020 https://www.elsaltodiario.com/el-rumor-de-las-multitudes/la-batalla-por-la-propiedad-en-clave-feminista

8 Jule Goikoetxea: Estallidos. Bellaterra, Barcelona, 2021, pp. 200-201.

9 D. Losurdo: La lucha de clases, El Viejo Topo, Barcelona 2014, p. 114.

10 D. Harvey: Guía de «El Capital» de Marx, Akal, Madrid 2014, p. 55.

11 Véase del autor y de Concepción Cruz Rojo: Derechos Humanos como arma de destrucción masiva. Boltxe Liburuak, Bilbo, 2015, pp. 49-283. También, Carlo Frabetti, 10 de noviembre de 2015 https://rebelion.org/a-proposito-del-libro-derechos-humanos-como-arma-de-destruccion-masiva-de-concepcion-cruz-rojo-e-inaki-gil-de-san-vicente/ También del autor: 14 de junio de 2021 https://insurgente.org/inaki-gil-de-san-vicente-los-derechos-humanos-en-la-sociedad-capitalista/

12 Rafael San Martín: Biografía del Tío Sam. Ciencias Sociales. La Habana, 2006, T. I. p. 128.

13 R. Borràs Ensenyat: 13 de diciembre de 2019 https://www.sinpermiso.info/textos/desahucios-a-palos-contra-derechos-humanos

14 Lenin: Abril de 2019 http://cuestionatelotodo.blogspot.com/2014/09/lenin-y-la-republica-sovietica-de.html

15 Fidel Castro: La Revolución Cubana 1953/1962, ERA, México 1975, p. 331.

16 G. Novack: Democracia y revolución, Fontamara, Barcelona 1977, p. 277.

17 Dax Toscano: 13 de febrero de 2016 https://www.lahaine.org/mundo.php/en-defensa-de-los-izquierdos

18 J. Bricmont: Imperialismo humanitario, El Viejo Topo, Barcelona, 2008, pp. 119-125.

19 F. Umpiérrez Sánchez: Los derechos humanos, Revista Laberinto, nº 17, enero 2005, pp. 37-38.

20 Manuel Castells: La era de la información. Vol. 2: El poder de la identidad. Alianza Editorial. Madrid 1998, pp. 76-79 y 380-391.

21 Patrick Martin: 31 de febrero de 2022 https://www.wsws.org/es/articles/2022/03/31/albr-m31.html

22 Domenico Losurdo: El lenguaje del imperio. Escolar y Mayo. Madrid 2008, p. 110.

23 Anne Morelli: Principios elementales de la propaganda de guerra. Argitaletxe HIRU. Hondarribia, 2001, pp. 132-138.

24 Manlio Dinucci: 16 de septiembre de 2021 https://www.voltairenet.org/article214090.html

25 Sergio Rodríguez Gelfenstein: 16 de octubre de 2017 https://www.resumenlatinoamericano.org/2017/10/16/ee-uu-la-ayuda-humanitaria-nueva-modalidad-del-intervencionismo-imperial-opinion/

26 Comandante Chávez: Pensamiento petrolero. PDVESA. Venezuela 2013, p. 41.

27 Tribunal Dignidad: Estados Unidos y los derechos humanos (I y II) 19 de mayo de 2005 https://www.voltairenet.org/article125288.html

28 Milan Rai: Plan de guerra contra Iraq. FOCA, Madrid 2003, p. 291.

29 Mohamedo Belaali: 26 de agosto de 2009: https://rebelion.org/el-humanitarismo-al-servicio-del-capital/

30 Abram de Swaan: A cargo del Estado. Pomares. Barcelona 1992, pp. 22-67.

31 Lutz Raphael: Ley y orden. Siglo XXI. Madrid 2008, pp. 81-83.

32 Enric Llopis, entrevista a Julio Reyero: 7 de septiembre de 2015 https://www.lahaine.org/est_espanol.php/llos-derechos-basicos-se-estan

33 Misión Verdad: 10 de septiembre de 2018 https://latinta.com.ar/2018/09/la-industria-de-la-ayuda-humanitaria-corrupcion-neoliberalismo-y-estafa/

34 F. Altemir Ruíz de Ocaña: 30 de marzo de 2006 https://rebelion.org/el-agua-es-un-derecho-no-una-mercancia/

35 Eric Toussaint: 9 de junio de 2006, reproducido el 25 de octubre de 2020 https://www.cadtm.org/El-Banco-Mundial-y-los-derechos

36 Pedro Mellado: 21 de septiembre de 2008 https://rebelion.org/quien-es-human-right/

37 Daniel Raventós: 10 de octubre de 2008 https://www.sinpermiso.info/textos/cuando-los-derechos-humanos-son-un-pretexto-para-las-intervenciones-militares-imperialistas

38 A. Ferrero, entrevista a Jean Bricmont: 15 de diciembre de 2016 https://www.resumenlatinoamericano.org/2016/12/15/la-izquierda-se-ha-autodestruido-aceptando-las-intervenciones-humanitarias/

39 David Day: Conquista. Crítica. Barcelona 2006, pp. 193-194.

40 David Day: Conquista. Crítica. Barcelona 2006, p. 196.

41 David Day: Conquista. Crítica. Barcelona 2006, pp. 220-221.

42 Neil Faulkner: De los neandertales a los neoliberales. Pasado & Presente. Barcelona 2014, pp. 150-151.

43 Palestina Libre: 15 de enero de 2018 https://palestinalibre.org/articulo.php?a=67556

44 Vladimir Acosta: El monstruo y sus entrañas. Editorial Galac. Venezuela 2017, pp. 113-129.

45 Vladimir Acosta: El monstruo y sus entrañas. Editorial Galac. Venezuela 2017, pp. 349-426,

46 Sh. Smith: Fuego subterráneo. Historia del radicalismo de la clase obrera en los Estados Unidos,

Hiru Argitaeltxe, Hondarribia 2015, p. 64.

47 Ander Balanzategi: 6 de enero de 2022 https://www.elsaltodiario.com/racismo/racismo-estructural-estados-unidos-va-unido-esencia-pais

48 Feanklin Frederick: 23 de marzo de 2022 https://www.lahaine.org/mundo.php/eeuu-racismo-y-anticomunismo

49 Pau Farmer: Haití para qué. Argitaletxe HIRU, Bilbo 1994, p. 82.

50 C. L. R. James: Los jacobinos negros, Casa de las Américas, La Habana 2010, pp. 145-146.

51 Lenin: 3 de enero de 1918: https://www.marxists.org/espanol/lenin/obras/1918/enero/03.htm

52 J. Fontana: Por el bien del imperio, Pasado & Presente, Barcelona 2013, p. 47.

53 William Blum: Estado villano. Casa Editora Abril. La Habana, 2005, pp. 209-221.

54 Domenico Losurdo: El lenguaje del imperio. Escolar y Mayo. Madrid 2008, pp. 257-258.

55 Elsudamericano: 14 de enero de 2012 https://elsudamericano.wordpress.com/2012/01/14/libros-de-geografia-escolar-de-estados-unidos-afirman-que-la-amazonia-y-el-pantanal-son-areas-internacionales/

56 V. Putin: 20 de mayo de 2021: https://www.europapress.es/internacional/noticia-putin-amenaza-romperle-dientes-quien-busque-morder-rusia-20210520162748.html

57 Ramón Sánchez Parodi: El espectáculo electoral más costoso del mundo. Ciencias Sociales. La Habana, 2014, pp. 221-222.

58 Mike MacNair: 3 de junio de 2017 https://www.sinpermiso.info/textos/brzezinski-y-el-mito-de-los-derechos-humanos

59 Raúl Cazal entrevista a Gregorio Pérez Almeida: https://pakitoarriaran.org/entrevistas/gregorio-perez-almeida-eeuu-invento-los-derechos-humanos-como-una-trampa

60 IPS: 25 de junio de 2021 https://ipsnoticias.net/2021/06/doble-rasero-de-la-onu-en-violacion-de-ddhh-protege-a-grandes-potencias/

61 Enric LLopis: 7 de enero de 2019 https://contrainformacion.es/ue-y-grandes-corporaciones-negocios-o-derechos-humanos/

62 Antonio Lorca Siero: 8 de septiembre de 2021 https://rebelion.org/derechos-y-democracia-dos-productos-comerciales/ De este mismo autor véase: 28 de febrero de 2020 https://rebelion.org/el-negocio-de-los-derechos/

63 Amnistía Internacional: enero de 2014, reeditado en agosto de 2019 https://www.fuhem.es/wp-content/uploads/2019/08/El_derecho_a_protestar_amenazado_Informe-AI.pdf

64 Eric London: 4 de abril de 2022 https://www.wsws.org/es/articles/2022/04/04/pers-a04.html

65 Victor Arrogante: 5 de abril de 2022 https://rebelion.org/los-derechos-humanos-pisoteados-en-el-mundo/

66 A. Nogueira y C. Laorden: 11 de diciembre de 2017 https://elpais.com/elpais/2017/12/11/planeta_futuro/1512984466_581915.html

67 Antoni Aguiló: 9 de diciembre de 2015 https://www.eldiario.es/contrapoder/contracatalogo-derechos_132_2297922.html

68 Terry Eagleton: Por qué Marx tenía razón. Península. Barcelo0na 2011, p. 177.

69 Silvia K. Döllerer: 5 de abril de 2022 https://www.elsaltodiario.com/el-rumor-de-las-multitudes/emma-goldman-antimilitarismo-y-revolucion

70 Gideón Levy: 2 de abril de 2022 https://www.resumenlatinoamericano.org/2022/04/02/palestina-escritor-israeli-gideon-levy-el-terror-es-la-unica-via-abierta-a-los-palestinos-no-tienen-otro-camino-israel-les-ha-ensenado-esto-si-no-utilizan-la-violencia-el-mundo-entero-se-olvidar/

71 Abdulah Arabi: 19 de julio de 2021 https://www.infolibre.es/opinion/plaza-publica/clasico-diferendo-movimiento-liberacion-nacional-actor-terrorista_1_1207494.html

72 EuskalNews: 30 de marzo de 2022 https://euskalnews.com/2022/03/el-ejercito-ruso-busca-a-los-nazis-ucranianos-casa-por-casa/

73 Andre Damon: 21 de septiembre de 2021 https://www.wsws.org/es/articles/2021/09/24/unit-s24.html

74 Andre Damon: 29 de marzo de 2022 https://www.wsws.org/es/articles/2022/03/29/pers-m29.html

75 F. Buen Abad: 6 de abril de 2021 https://contrainformacion.es/geo-semiotica-de-los-derechos-humanos/

76 Rosalina Tuyuc, dirigente indígena guatemalteca, citada por Marcelo Colussi: 21 de febrero de 2019: https://rebelion.org/derechos-humanos-un-buen-invento-para-distraer/

Fuente: https://rebelion.org/derechos-humanos-burgueses-de-propiedad/

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Que algo cambie para que todo siga igual en la economía

Por: Roberto Patiño

Para muchos venezolanos el año 2022 ha sido un conteo regresivo hasta el anuncio del nuevo salario mínimo, una noticia esperada con verdadera urgencia para buena parte de las familias en el país.

Aunque el monto anunciado por el régimen implicó un incremento del 1.705% con relación al salario anterior, confrontado con el tipo de cambio (el más poderoso indicador de la economía en la actualidad) el sueldo mínimo se ubicó en unos 28 dólares mensuales, muy por debajo de los 354 en los que se cotiza la canasta alimentaria de una familia, según el Observatorio Venezolano de Finanzas. Por todo ello, el 16 de marzo, en la Gaceta Oficial se hizo la publicación formalmente de que la mayoría de los ciudadanos seguirán hundidos en la pobreza.

Además, se trata de un aumento engañoso, porque incluye diferentes bonos que el gobierno venía otorgando, de manera que el incremento real de ingresos es prácticamente nulo.

Venezuela sigue siendo un país donde el grueso de la población está abocada a la supervivencia o se ven en la necesidad de migrar, tal y como queda demostrado con los 6.000.000 de compatriotas que han cruzado la frontera; una cifra divulgada por la ACNUR que no agrada el régimen, que se apuró de calificar de “estúpidos” a quienes la repiten, amargando las imposturas propagandísticas con la que nos pretende hacer creer que el país está encaminado por la senda de la prosperidad económica.

La libre circulación de divisas, el fin del desabastecimiento, la dolarización de los precios, la eclosión de bodegones y locales nocturnos no son señales de una mejoría del país, son apenas la consecuencia de unas mínimas medidas económicas que el régimen se vio forzado a aceptar frente a una realidad, el mercado, que no puede ser regido por los planificadores del poder.

El régimen ha actuado por inercia y ha abandonado su responsabilidad en la gestión y recuperación de las fallas estructurales de una economía lastrada por el quiebre revolucionario de la industria petrolera, mucho antes de que las sanciones estadounidenses entraran en vigor. Este abandono es evidente con la ausencia o baja calidad de los servicios públicos más elementales que, en casos como la educación y los servicios, reproducen los ciclos de desigualdad y pobreza para las grandes mayorías.

El Estado en manos de la revolución se ha desentendido de sus obligaciones, ha insultado la inteligencia de los ciudadanos al decir que la economía marcha bien, ha denostado a los millones de migrantes y apenas ha atendido a un pequeño sector de la población, con políticas sociales anémicas, mal coordinadas, con vocación proselitista y cruzadas de prácticas corruptas. En este contexto, el anuncio del incremento salarial es otro renglón en la lista de inacciones económicas que pretende hacernos creer que algo ha cambiado en el país, para que todo siga exactamente igual.

Es por eso que hoy más que nunca, nosotros seguimos trabajando en las comunidades, apoyando el tejido social que permita atender a las principales víctimas de una crisis originada desde el poder, fortaleciendo el emprendimiento y la solidaridad como motores de la vida social, luchando por el regreso de la democracia en nuestro país, único y verdadero motor de cambio que puede garantizar la verdadera recuperación económica en Venezuela.

Este es nuestro compromiso.

www.rpatino.com

Fuente e Imagen: https://www.elnacional.com/opinion/que-algo-cambie-para-que-todo-siga-igual-en-la-economia/

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Guatemala: Solo 17% de graduandos obtiene buen desempeño en Matemáticas y 32% en Lectura, según evaluación de Educación

La Evaluación de Graduandos en Línea 2021 reveló bajo rendimiento en Matemáticas y Lectura, resultados que Educación no los ve como un rezago, sino como “oportunidades de mejora”.

Los resultados de la Evaluación de Graduandos en Línea 2021 del Ministerio de Educación a la que se sometieron 26 mil 910 graduandos reveló resultados poco prometedores, pues solo tres de cada 10 estudiantes alcanzaron logros en Lectura y, apenas dos de cada 10 lo hicieron en Matemáticas.

Los resultados de la evaluación fueron presentados este martes 22 de marzo por autoridades de Educación, quienes adelantaron que estos no pueden ser comparados con las evaluaciones de años anteriores debido a que en esta oportunidad la participación fue voluntaria.

En 2021 fueron 160 mil los estudiantes que se graduaron, pero solo 26 mil 910 se evaluaron de Matemática y Lectura.

En Lectura, según los resultados de la evaluación, el 32.05% de los participantes obtuvo logros, pero de estos el 13.57% fueron satisfactorios y 18.47% excelente. Contrario a eso, el 67.95% no obtuvo logros, de los cuales el 42.36% fue calificado como insatisfactorio y el 25.59% debe mejorar.

Aunque los resultados de la evaluación revelan cierto retroceso en ambas materias, las autoridades de Educación no lo ven de esa forma y aseguran que estos les servirán para emprender estrategias para mejorar la calidad educativa de Guatemala.

Así lo dijo la ministra de Educación, Claudia Ruiz, durante el lanzamiento de la estrategia del mejoramiento de los aprendizajes que, según ella, surgió de los datos arrojados por la evaluación.

“Hoy podemos apreciar una propuesta de mejoramiento de los aprendizajes. Para nosotros la estrategia es sumamente importante, porque permite que graduandos del sector oficial, jóvenes voluntarios de Conjuve y voluntarios de las universidades puedan incorporarse y sumarse para que podamos alcanzar ese proceso de mejoramiento de los niños del sistema educativo público”, dijo Ruiz.

Agregó que “nosotros no estamos hablando de rezago, estamos hablando de oportunidades de mejora, somos uno de los pocos países que dio el paso de hacer esa evaluación, uno de los pocos países que tiene un currículo por emergencias, hemos asumido con mucha responsabilidad y compromiso y hoy nos da satisfacción poder llegar al área más lejana.  Esta estrategia la valoramos como una gran oportunidad de mejora”.

Carlos Carrera, representante de Unicef en Guatemala, señaló que para ellos hay una “gran preocupación” por el impacto que la pandemia de covid-19 ha tenido en los procesos educativos de los estudiantes.

“Es un impacto que no es de corto plazo, porque afecta el estado emocional y se debe pensar en un impacto a largo plazo. Hay que pensar en que es toda una generación de niños que tendrá un impacto a largo plazo a causa de la pandemia”, dijo Carrera.

Deben mejorar su ortografía

Los estudiantes del nivel básico en Guatemala tienen un “adecuado desarrollo” en su nivel de escritura pero deben mejorar su ortografía y su dominio discursivo, según determinó un estudio divulgado este martes por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).

La investigación publicada por la Unesco es parte del Estudio Regional Comparativo y Explicativo (ERCE), elaborado por la entidad durante 2019 en más de 15 países de Latinoamérica y tiene como objetivo “evaluar el desempeño de la escritura” de estudiantes de tercer y sexto grado.

Pese a ello, añadió la Unesco, a los estudiantes guatemaltecos “les resultó difícil adecuarse al género sobre el que se les solicitó escribir y deben mejorar su ortografía inicial”.

La Unesco expuso, por ejemplo, que del total de estudiantes de sexto grado que fueron instruidos para producir un texto, solamente el 10 por ciento “logró redactar” sin errores de puntuación.

En noviembre pasado, el mismo estudio, pero esta vez centrado en promedios estudiantiles, señaló que Guatemala registró “una disminución en sus logros de aprendizaje” en los últimos años en matemática, lectura y ciencia.

En Guatemala, con aproximadamente 18 millones de habitantes según cálculos oficiales, el 59% de la población vive bajo el umbral de la pobreza y uno de cada dos niños padece de desnutrición.

Fuente: https://www.prensalibre.com/guatemala/comunitario/solo-17-de-graduandos-obtiene-buen-desempeno-en-matematicas-y-32-en-lectura-segun-evaluacion-de-educacion/

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Por qué Global Citizen quiere acabar con la pobreza extrema en África

«Contra todo pronóstico, incluidas las enormes desigualdades en el acceso a la vacunación, hemos sorteado el temporal del COVID-19 con resistencia y determinación, gracias a la larga historia y experiencia de África en el control de brotes», declaró el Dr. Matshidiso Moeti, director regional de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para África, a principios de febrero.

Como ha informado ampliamente Global Citizen, el COVID-19 ha repercutido en todos los aspectos de nuestras vidas y ha sido el principal factor responsable de hacer retroceder décadas de progreso para acabar con la pobreza extrema en África y en el mundo.

Con el telón de fondo de la pandemia de coronavirus, disturbios civiles, golpes de estado, impactos del cambio climático y otros retos a los que se enfrenta el continente en la actualidad, la resistencia y la determinación de los africanos a la que se refirió el Dr. Moeti, son las herramientas con las que África sigue siendo fuerte.

Teniendo en cuenta que 21 de los 25 países más pobres del mundo se encuentran en África, y que el impacto del cambio climático junto con la pandemia de coronavirus afectan con mayor intensidad a los países africanos, los plazos para acabar con la pobreza extrema y sus causas sistémicas deben adelantarse drásticamente, especialmente en esta parte del mundo.

Después de hacer campaña para que líderes mundiales y sus gobiernos, organizaciones empresariales, sociedad civil y organismos multilaterales se unan para acabar con el COVID-19 para todos y poner en marcha una recuperación mundial equitativa de la pandemia en 2021, Global Citizen redobla la apuesta para 2022.

Este año, con el lanzamiento de la campaña Pongamos fin a la pobreza extrema ahora: Nuestro futuro no puede esperar, Global Citizen está redefiniendo nuestra misión principal, pasando de abogar por el fin de la pobreza para 2030 a trabajar incansablemente para acabar con la pobreza AHORA. A lo largo de este año, Global Citizen y global citizens de todo el mundo actuarán para defender los compromisos de gobiernos, filántropos y el sector privado, centrándose en tres áreas temáticas clave:

  • Empoderar a las niñas AHORA moviendo a los líderes del G7 a satisfacer las necesidades de 50 millones de niñas; porque las niñas son la clave para romper los ciclos de la pobreza a través de inversiones específicas en su educación, nutrición y salud, incluyendo los servicios de salud sexual y reproductiva.
  • Romper las barreras sistémicas que mantienen a las personas en la pobreza y limitan su acceso a la justicia social, sanitaria y económica, abogando por la equidad en las vacunas para vencer a las variantes del COVID-19 y prevenir la próxima pandemia. Esto incluye áreas como compartir la propiedad intelectual de las vacunas con los países en desarrollo, fortalecer los sistemas de salud y llamar a la equidad financiera para financiar las necesidades esenciales y abordar los desafíos globales.
  • Adoptar medidas climáticas AHORA para llamar a los países más ricos a que den un paso adelante y cumplan la promesa, aún no cumplida, de destinar 100.000 millones de dólares anuales al financiamiento climático para apoyar la adaptación y la mitigación en las naciones más vulnerables; así como dar prioridad a la seguridad alimentaria, la nutrición y los medios de vida, destinando importantes recursos para la adaptación climática a las comunidades rurales y los pequeños agricultores.

En cada una de estas áreas nos centraremos en amplificar las voces de activistas y ciudadanos; en asegurarnos de que las voces de los más marginados del mundo se escuchen sin producir reacciones o consecuencias violentas, y en que los líderes mundiales rindan cuentas para cumplir sus promesas.

Pero, ¿qué significa todo esto para el continente africano? He aquí un desglose:

Empoderar a las niñas AHORA

«Romper las barreras sociales para las adolescentes tiene un profundo efecto en su capacidad para prosperar más adelante en la vida. Este periodo formativo es fundamental para permitirles nuevas libertades de elección, preparándolas para experimentar una mayor autonomía y ejercer su plena capacidad de acción para convertirse en miembros económicamente capacitados de la sociedad.

Es nuestra responsabilidad colectiva tomar medidas para las intervenciones e inversiones que nutran a las adolescentes, para que puedan impulsar el progreso y participar en la fuerza de trabajo como catalizadores en el centro de nuestro desarrollo».

— Chebet Chikumbu, directora regional de África Meridional y Oriental

Two sisters walk on the way to their school in October 2020, after months of school closures in Niger. In the heart of the Sahel, millions of children returned to school after months of closure due to COVID-19.
Two sisters walk on the way to their school in October 2020, after months of school closures in Niger. In the heart of the Sahel, millions of children returned to school after months of closure due to COVID-19.
Image: © Juan Haro/UN0397977/UNICEF

Siempre ha sido el momento de centrar la atención en las niñas y las jóvenes, verdaderas guardianas de nuestro futuro mundial y, sin embargo, uno de los grupos demográficos más vulnerables y desatendidos, son líderes que tienen un potencial increíble para hacer del fin de la pobreza un logro sostenible.

Sólo en los dos últimos años hemos sido testigos de cómo una pandemia ha extendido las injusticias de género y causado daños a las niñas, en África y en todo el mundo. En Sudáfrica se produjo un aumento sin precedentes de los feminicidios a raíz de las normativas de cierre nacional. Esto se produce después de años en los que las mujeres y las niñas del país han llamado al fin de la violencia de género (VG).

Zimbabue fue testigo de un aumento del 60% de las denuncias de violencia de género durante los cierres nacionales, y la tendencia es similar en varias naciones del sur de África, como Madagascar, Kenia y Malawi, esta última con un aumento del 150% de los casos de violación de menores.

El aumento de la violencia y los abusos contra las niñas relacionados con el COVID es un tema lamentable en todo el continente. Por ejemplo, el aumento de las tasas de embarazo precoz y de matrimonio infantil se está viendo como resultado directo de los cierres de escuelas y de los colegios. El Banco Mundial estima que África Occidental y Central serán de las más afectadas por el matrimonio infantil en el mundo en los próximos años.

La educación de las niñas ha estado siempre en peligro, y aunque se han hecho grandes avances en los últimos años, la pandemia ha revertido casi todos los logros alcanzados para garantizar el acceso a la educación de las niñas de África. La educación de las niñas es clave para acabar con el ciclo de la pobreza, es una inversión que puede mejorar la economía de un país, llevarnos a conseguir la igualdad global y ayudarnos a afrontar los retos globales existentes y sin precedentes.

Los obstáculos a la educación a los que se enfrentan las niñas en el continente africano son violencia de género, conflictos, matrimonio infantil, falta de acceso a los servicios de salud, nutrición, y la mutilación genital femenina (MGF).

De hecho, en África se encuentra Somalia, el país con las tasas más altas de MGF del mundo, una práctica que no sólo impide que las niñas vayan a la escuela (y en algunas tradiciones, es un requisito para el matrimonio infantil), sino que también pone en riesgo la salud de las niñas. La MGF se practica en casi todas las regiones de África, pero su prevalencia es mayor en la región subsahariana.

Un impacto brutal en la educación de las niñas son los conflictos y las crisis que siguen estallando en todo el continente, y que siguen vigentes en algunas regiones. Uno de cada cuatro niños en el mundo está afectado por una crisis, y los conflictos van en aumento en África. Por ejemplo, la guerra vivida en Etiopía, la violencia civil que rodea a la República Democrática del Congo, los golpes militares en el norte y el oeste de África. No se sabe lo que esto significa para el continente, y para las niñas que ya tienen dificultades para acceder a la educación en él.

Como consecuencia de la inseguridad y la violencia, el acceso seguro a las escuelas no está garantizado, y las niñas que faltan a la escuela debido a las crisis tienen menos probabilidades de regresar.

Global Citizen hace un llamado al G7 para que atienda las necesidades de 50 millones de niñas en todo el mundo, destinando un mínimo de 400 millones de dólares para ayudar a millones de mujeres jóvenes y niñas con asistencia inmediata para las comidas escolares, el acceso a la educación y la salud, incluidos los servicios de salud sexual y reproductiva.

Romper las barreras sistémicas AHORA

«Hasta que no estemos preparados para exponer las causas sistémicas de la pobreza extrema, seguiremos atravesando ciclos de desigualdad. Tenemos que comprometernos activamente y no tener miedo de llamar a la discriminación sistémica.  Como global citizens, es nuestra responsabilidad hacer que nuestros líderes rindan cuentas para evitar futuras injusticias y crear la sociedad que nos gustaría ver».

— Maimuna Maibe, directora de Global Citizen en Nigeria.

In this June 3, 2021, file photo an elderly patient receives a dose of the Pfizer COVID-19 vaccine, at a clinic at Orange Farm, near Johannesburg. Pfizer has announced that a South African firm will begin producing the Pfizer-BioNTech COVID vaccine.In this June 3, 2021, file photo an elderly patient receives a dose of the Pfizer COVID-19 vaccine, at a clinic at Orange Farm, near Johannesburg. Pfizer has announced that a South African firm will begin producing the Pfizer-BioNTech COVID vaccine, the first time that the vaccine will be produced in Africa.
Image: Denis Farrell/AP

Una de las mayores injusticias en materia de salud que se han producido en el mundo es que los países de bajos ingresos queden excluidos de la carrera por conseguir las vacunas COVID-19 que salvan vidas para sus poblaciones. África sigue estando drásticamente atrasada con respecto al resto del mundo en lo que se refiere al despliegue de vacunas. Mientras tanto, un pequeño puñado de naciones ricas ha dominado el mercado de las vacunas, algo que Sudáfrica y Kenia han llamado «apartheid de las vacunas».

El presidente de Sudáfrica, Cyril Ramaphosa, llegó a decir: «El apartheid de las vacunas debe llegar a su fin. Porque al final, en todo el mundo, nadie está seguro hasta que todo el mundo esté seguro, así que todos debemos ser tratados por igual en todo el mundo y las vacunas deben ser tratadas como un bien público, disponibles a precios asequibles en todo el mundo».

Esta desigualdad sólo servirá para extender la pandemia innecesariamente. Sin la vacunación mundial, es seguro que surgirán nuevas variantes que seguirán suponiendo una amenaza para la salud pública, del mismo modo que lo hicieron Delta y Omicron.

Una y otra vez, África y sus líderes han llamado a las naciones que acaparan las vacunas a compartir las dosis de forma justa. No ha sido un llamado a la caridad, ha sido un llamado a la equidad. También han llamado a las empresas farmacéuticas para que compartan la información y la tecnología de producción de vacunas, especialmente cuando África tiene planes para aumentar su capacidad de fabricación de vacunas en los próximos años a través de un centro de ARNm respaldado por la Organización Mundial de la Salud, para que el continente pueda trabajar para fabricar sus propias dosis y ser autosuficiente en la batalla contra el COVID-19 y futuras pandemias.

La pandemia ha hecho estragos en las economías, y las naciones africanas se han endeudado aún más y luchan por recuperarse de los efectos de la COVID-19. Dos cosas que tienen que cambiar para ayudar a África a recuperarse (y prosperar) son el aumento de la ayuda oficial al desarrollo (AOD), en la que los gobiernos ricos se comprometen voluntariamente a ayudar a las naciones en desarrollo, así como una reasignación adecuada de los Derechos Especiales de Giro (DEG).

Los DEG son esencialmente un activo financiero de reserva asignado por el Fondo Monetario Internacional (FMI) que puede ser negociado entre países a cambio de liquidez o efectivo. Se trata de un salvavidas que puede salvar a las economías de los golpes que la pandemia les ha asestado y, en una primicia histórica, el FMI ha emitido 650.000 millones de dólares en DEG para la recuperación de la pandemia.

Pero la forma en que se asignan actualmente los DEG significa que los países más ricos (que no necesitan tanto los DEG) reciben la mayor parte, mientras que los países más pobres reciben la menor parte. Por tanto, sólo un puñado de países africanos se beneficiarán realmente de la asignación actual de los DEG. Puedes leer más sobre cómo funciona esto aquí.

Los dos mayores obstáculos sistémicos a los que se enfrentan África y el mundo en la actualidad, y que siguen alimentando a la creciente bestia de la pobreza, son la injusticia sanitaria y la desigualdad financiera. Global Citizen hace un llamado para que se compartan las dosis de vacunas y la información sobre la fabricación de vacunas esenciales con los países en desarrollo, para que se fortalezcan sus sistemas sanitarios y para que se reasignen los recursos financieros en beneficio de quienes más lo necesitan.

Tomar acción sobre el cambio climático AHORA

«Cuando crecía, el cambio climático no era un problema, nos enseñaban a amar nuestra tierra, nos animaban a reciclar el agua después de usarla, a tirar las cáscaras de las verduras en un compost para fomentar la fertilización de la tierra, y la basura estaba generalmente mal vista. Esta era la norma, no sólo para mí, sino para todas las familias de mi comunidad en el Cabo Oriental de Sudáfrica.

Por eso me entristece tener que luchar contra algo que debería ser tan obvio como es la protección de la tierra que nos da la vida, pero me siento orgulloso de formar parte de una organización que se enfrenta a esto de frente. Tenemos que hacer lo correcto por nuestro planeta y defenderlo AHORA».

— Sonwabise Mzinyathi, directora general de Política Global y Asuntos Gubernamentales para África Meridional y Oriental. 

A family take their belongings after their home was flooded after a week long of heavy rain, in Antananarivo, Madagascar, Monday, Jan. 24, 2022. Tropical storm Ana has caused widespread flooding in Madagascar, causing the deaths of 34 people and displacing more than 55,000, officials said Monday. With heavy rains continuing, rivers in Antananarivo are rising and officials are urging residents to leave low-lying areas of the capital city and surrounding areas.
Image: AP Photo/Alexander Joe

A finales de 2021, la imagen de unas jirafas kenianas sin vida se coló en nuestras redes sociales y nos recordó lo grave que es la sequía en el este de África. Aunque la imagen fue tendencia en todo el mundo durante unos días, el problema más profundo es algo más que una imagen que puedes pasar por tu línea de tiempo. El cambio climático y sus devastadores efectos en África deben ser objeto de medidas inmediatas.

Siempre se señala que, aunque África es la que menos ha contribuido al cambio climático, es la que peor está experimentando sus efectos, y esto es evidente en todo el continente.

«En los últimos años, he visto cada vez más cómo la crisis climática está afectando al continente africano. Lo cual es irónico, dado que África es el menor emisor de dióxido de carbono de todos los continentes, a excepción de la Antártida», señaló la activista climática ugandesa Vanessa Nakate en la Conferencia Juvenil sobre el Clima previa a la COP26 de 2021.

Y continuó: «Los africanos ya están sufriendo los impactos más brutales alimentados por la crisis climática: huracanes que se intensifican rápidamente, inundaciones devastadoras y sequías fulminantes. Muchos africanos están perdiendo la vida, mientras que muchos más están perdiendo sus medios de vida».

No hay una sola región de África que no esté viendo cómo la crisis climática provoca una destrucción masiva de primera mano. Por eso es tan importante ahora, más que nunca, que el mundo deje de hablar de las medidas que piensa tomar y se lance a tomarlas inmediatamente.

Todo el continente se enfrenta a la escasez de agua y a las sequías relacionadas con el clima, que no sólo afectan al acceso al agua potable, sino al agua para el saneamiento, para la agricultura y la producción de alimentos, y para las infraestructuras y el ganado. Las sequías por sí solas han provocado conflictos e inseguridad en el continente, como por ejemplo la actual violencia entre países que estalló en África Central y Occidental como consecuencia de la desecación del lago Chad.

También se ha producido un aumento desastroso del hambre en toda África, y esto puede estar directamente relacionado con el impacto del cambio climático en la seguridad alimentaria: según se informa, Madagascar está experimentando la primera «hambruna inducida por el clima» del mundo. Cuando el agua se seca, los cultivos se reducen y mueren, y lo mismo ocurre con el ganado. El precio de los alimentos aumenta exponencialmente a medida que la comida se hace más difícil de cultivar y alimentar, y con los índices de pobreza en continuo aumento en el continente, no todo el mundo puede permitirse alimentarse a sí mismo o a sus familias.

Por último, las catástrofes naturales están cambiando y desarraigando los medios de subsistencia de la población africana. Los ejemplos más recientes de esto son las tormentas tropicales AnaBatsiraiEmnati y el ciclón Gombe que destrozaron Mozambique, Malawi y Madagascar de forma consecutiva a principios de 2022. Los tres países aún estaban tratando de recuperarse de una temporada de tormentas tropicales que devastó la misma región en 2019. Las inundaciones y las tormentas están ahogando algunas zonas, las sequías y las nubes de langostas están causando una destrucción masiva en otras.

Estas catástrofes no sólo han arrasado las infraestructuras y los cultivos, sino que han sido la causa de desplazamientos masivos, ya que los ciudadanos afectados huyen de sus países de origen para encontrar refugio y un mejor acceso a recursos en otros. La necesidad de hacer frente a la crisis climática es urgente, la vida de los africanos depende de ello.

Global Citizen llama a las naciones ricas a cumplir sus compromisos financieros para ayudar a los países en desarrollo a adaptarse al clima, a dar prioridad a los pequeños agricultores y a las comunidades rurales y a darles poder financiero en un esfuerzo por impulsar la seguridad alimentaria, y a que las empresas mundiales que emiten grandes cantidades de carbono establezcan pasos claros que indiquen cómo planean alcanzar las emisiones netas cero.

Defender el activismo

People hold banners as they demonstrate on the street to protest against police brutality, in Lagos, Nigeria, Oct. 20, 2020. After 13 days of protests against police brutality, authorities have imposed a 24-hour curfew in Lagos, Nigeria’s largest city.
People hold banners as they demonstrate on the street to protest against police brutality, in Lagos, Nigeria, Oct. 20, 2020. After 13 days of protests against police brutality, authorities have imposed a 24-hour curfew in Lagos, Nigeria’s largest city.
Image: Sunday Alamba/AP

En un mundo perfecto, no sería necesario recabar el apoyo de la opinión pública en torno a soluciones específicas para hacer frente a la pobreza extrema, porque las necesidades básicas y los derechos de todas las personas estarían satisfechos y se respetarían.

Por desgracia, esta no es la realidad. En muchos países africanos, no es políticamente seguro ni popular abordar las causas sistémicas de la pobreza extrema y puede ser incluso una amenaza para la vida.

Seis activistas ugandeses fueron detenidos por protestar contra un proyecto de extracción de crudo que perjudicaría a los agricultores y dañaría a las comunidades locales, mientras que Chad, Malí, Guinea y Sudán sufrieron golpes de Estado exitosos (que suelen ir acompañados de cortes de Internet y supresión de los medios de comunicación) en 2021.

En octubre de 2020, oficiales del ejército nigeriano dispararon contra manifestantes pacíficos de #EndSARS en el peaje de Lekki, en Lagos, matando al menos a 12 personas e hiriendo a muchas otras; hasta la fecha no se ha responsabilizado a nadie de ese terrible suceso, calificado de «masacre» por un grupo creado para investigar.

Ya sea en la defensa del medio ambiente, contra la brutalidad policial o en la participación para la construcción de la nación, el espacio cívico en África se está reduciendo cada vez más y, con él, las voces críticas necesarias para derribar las barreras sistémicas que empujan a las personas a la pobreza y las atrapan en ella.

Además, ninguna de estas soluciones puede tener éxito sin la defensa de los ciudadanos y las alianzas locales, regionales y mundiales con otros activistas, porque el cambio profundo y duradero sólo se producirá cuando los ciudadanos lo exijan y sus voces sean escuchadas.

Por este motivo, la defensa liderada por los ciudadanos es esencial y, por eso, en 2022, Global Citizen también se asegurará de que nuestro trabajo en las tres áreas prioritarias ayude a proteger y elevar las voces de los activistas locales en los procesos de toma de decisiones internacionales, y ayude a los ciudadanos a participar en la toma de decisiones, a través de procesos políticos globales y regionales, así como en las elecciones.

Puedes unirte a la campaña Pongamos fin a la pobreza extrema AHORA: Nuestro futuro no puede esperar, inscribiéndote como global citizen (aquí o descargando la aplicación de Global Citizen) y uniéndote a nosotros para pasar a la acción, ahora.

Fuente: https://www.globalcitizen.org/es/content/global-citizen-end-extreme-poverty-now-africa/

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Cepal: La desigualdad conspira contra la recuperación y el desarrollo en América Latina y el Caribe

«La desigualdad conspira contra la recuperación, contra el desarrollo, la nutrición, salud, educación, empleo, pobreza, contra todo. Por eso debemos abordarla desde todas sus caras», enfatizó Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), durante una conferencia magistral dictada en la Oficina Regional de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) para América Latina y el Caribe, en Santiago de Chile.

La máxima autoridad de la CEPAL realizó una presentación titulada «Contexto socioeconómico y desafíos de América Latina y el Caribe», en donde entregó un panorama del estado económico, social y ambiental de la región tras la crisis derivada de la pandemia de covid-19 y sus perspectivas de recuperación.

En el evento, transmitido en directo a todas las oficinas nacionales de la FAO y al público en general, el subdirector general y representante regional para América Latina y el Caribe de la FAO, Julio Berdegué, rindió también un homenaje a su trayectoria, a pocos días de que deje la Secretaría Ejecutiva de la Comisión.

«Alicia termina su período al frente de la CEPAL a fines de este mes (marzo). Y por eso nos hemos reunido aquí para rendirle un homenaje principalmente por habernos dado un liderazgo intelectual y político en una época muy tormentosa, con dos crisis sucesivas muy profundas que han dejado a América Latina muy dañada. Ella fue una voz clara que trazó nuevas ideas. Ella y la CEPAL han hecho una contribución fundamental», destacó Berdegué.

Además, el Subdirector de FAO agradeció a Alicia Bárcena por haber vuelto a situar el tema de la igualdad en el centro del debate de las políticas públicas, y por su permanente colaboración y disposición para el trabajo conjunto con el resto de las agencias de las Naciones Unidas.

«Por esto y muchas cosas más queremos darle las gracias. Ella deja la CEPAL, la ONU, pero ciertamente su voz, su inteligencia, su simpatía seguirán siendo un activo en la lucha por el desarrollo sostenible», agregó.

En su conferencia magistral, Alicia Bárcena destacó que no basta crecer para igualar, sino que primero hay que igualar para crecer. «No se puede crecer sin igualdad, porque la desigualdad es ineficiente. La pandemia aumentó la pobreza, el desempleo y la informalidad afectando especialmente a las mujeres», recalcó.

«En nuestra región, la fábrica de la desigualdad es la heterogeneidad productiva, las brechas estructurales, baja innovación, inversión y productividad. La desigualdad define a la región, es injusta, ineficiente y conspira contra el desarrollo sostenible», enfatizó.

Esto se refleja principalmente en los niveles de pobreza y pobreza extrema, señaló, que en 2020 aumentaron por sexto año consecutivo. En 2021, a pesar de la recuperación, se proyecta un retroceso de 27 años con aumento de la pobreza extrema (a 86 millones de personas) y el riesgo de hambre, añadió.

Bárcena indicó que la crisis desatada por la pandemia agudizó las asimetrías globales entre los países desarrollados y las naciones en desarrollo.

Ejemplificó con las importantes brechas que se presentan en el área económica, en salud, en el combate al cambio climático y en la respuesta a la crisis: actualmente el uno por ciento de la población posee el 50 por ciento de la riqueza mundial; con el ocho por ciento de la población, América Latina y el Caribe acumula el 32 por ciento de las muertes ocasionadas por la pandemia; la región solo acumula el ocho por ciento de las emisiones, pero es una de las más afectadas por eventos climáticos extremos; y los países desarrollados han gastado 14,9 billones de dólares para enfrentar los efectos de la crisis, mientras que los países emergentes solo han invertido 2,7 billones (de enero 2020 a septiembre de 2021).

Además, señaló que nos encontramos ante un multilateralismo muy debilitado frente a tendencias nacionalistas y regionalistas. «La región debe entender que la integración es el único camino. Debemos fortalecer cadenas de valor y avanzar hacia la autosuficiencia sanitaria y alimentaria, pero no a partir de importaciones, sino que a partir de fortalecer nuestras propias cadenas de valor», dijo.

Bárcena advirtió que, en 2022, América Latina y el Caribe crecerá cuatro puntos menos (2,1 %, tras haber anotado 6,2 % en 2021) en un contexto internacional de conflicto bélico, menor comercio y posibilidad de retiro de estímulos monetarios que incrementarían costo del financiamiento. Y también con una gran incertidumbre sobre la evolución de la pandemia.

«En la CEPAL proponemos tres pactos: uno productivo, otro social y otro fiscal. Necesitamos políticas industriales explícitas, universalizar los sistemas de protección social y tributación progresiva, combatiendo la evasión (que llega al 6,1 % del PIB de la región) y las exenciones tributarias. Las políticas nacionales deben ser acompañadas por la acción multilateral», remarcó.

La Secretaria Ejecutiva del organismo señaló que es necesario orientar el gasto público de los países y aumentar la inversión pública y privada, que es el puente de plata entre el corto y mediano plazo. También insistió en seguir avanzando hacia la igualdad de género y construir una sociedad del cuidado, para evitar que sigan siendo las mujeres las que carguen con el mayor peso de las labores no remuneradas.

«La recuperación es una oportunidad histórica para un nuevo pacto social que brinde protección, certidumbre y confianza. Debemos avanzar hacia un estado de bienestar mediante un gran impulso para la sostenibilidad basado en la Agenda 2030 y en Nuestra Agenda Común «, finalizó Alicia Bárcena.

Fuente: https://rebelion.org/cepal-la-desigualdad-conspira-contra-la-recuperacion-y-el-desarrollo/

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Incumplimiento de los Objetivos de la ONU hasta 2030, Latinoamérica en silla de ruedas

– La misma pobreza que hace 27 años

– Empleo femenino, retrocede 18 años

– Salidas posibles solo con nueva voluntad política

De continuar por el actual camino América Latina se aleja, cada día más, de los desafíos de las Naciones Unidas de erradicar la pobreza hasta 2030.

“No estamos en el camino de alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible para 2030 en América Latina y el Caribe”, declaró el 7 de marzo desde Costa Rica, Amina Mohammed, número dos de las Naciones Unidas (ONU).

La vicesecretaria de la ONU analizó la realidad continental en el marco de la 5ta reunión del Foro de los Países de América Latina y el Caribe sobre el Desarrollo Sostenible (https://foroalc2030.cepal.org/2022/es), que se realizó entre el 7 y el 9 de marzo en ese país centroamericano.

El Foro es el mecanismo regional establecido en 2017 – reunido por primera vez en México, ese mismo año — para darle seguimiento a la implementación de la Agenda 2030, brújula elaborada por las Naciones Unidas para orientar la erradicación de la pobreza en el mundo.

Cada vez más pobres

La evaluación relativamente pesimista de la ONU sobre América Latina no hace más que ratificar los signos preocupantes anticipados a fines de enero del año en curso. Según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), 5.000.000 de latinoamericanos y caribeños cayeron en el estado de pobreza extrema en 2021, para llegar así a los 86 millones de seres humanos afectados.

En su informe anual, Panorama Social de América Latina 2021, (https://www.cepal.org/es/publicaciones/47718-panorama-social-america-latina-2021), este organismo regional sostiene que, pese a la recuperación económica de 2021, los niveles estimados de pobreza y de pobreza extrema se han mantenido por encima de los índices registrados en 2019, reflejo de la continuidad de la crisis social.

La emergencia sanitaria permanece vigente, enfatiza el informe, y América Latina y el Caribe constituyen la región más vulnerable del mundo. Esta realidad pandémica, se manifiesta en una crisis social que elevó la tasa de pobreza extrema del 13,1% de la población latinoamericana en 2020, al 13,8% en 2021.

Fue en Argentina, Colombia y Perú donde se dieron mayores incrementos de pobreza, en el orden de los 7 puntos porcentuales. En Chile, Costa Rica, Ecuador y Paraguay creció de un 3% a un 5%. En Bolivia, México y la República Dominicana, menos de 2 puntos porcentuales. El informe de la CEPAL señala que Brasil fue el único país de la región con una disminución de la pobreza en 2020.

Casi tres décadas de retroceso

Según Panorama Social de América Latina 2021, en 2020 la región experimentó una regresión significativa en el combate contra la pobreza por sexto año consecutivo. Ésta se elevó a niveles similares a los registrados 27 años atrás, y la pobreza general se ubicó en un nivel similar al de finales de la década de 2000.

Entre 2019 y 2020 el Coeficiente de Gini –que se emplea a nivel internacional para medir comparativamente la distribución del ingreso– aumentó un 0,7%.

En 2020 también aumentó la proporción de mujeres sin ingresos propios y se mantuvieron las brechas significativas de pobreza en áreas rurales, pueblos indígenas y entre la niñez.

La recuperación económica de 2021, que en su momento causó cierta euforia en algunos países latinoamericanos, sin embargo, no fue suficiente para mitigar los profundos efectos sociales y laborales de la crisis sanitaria, estrechamente vinculados a la desigualdad de ingresos, la pobreza, la informalidad laboral, la vulnerabilidad en que vive la población y las disparidades significativas de género.

En femenino: víctimas y protagonistas

El 8 de marzo, un tema central de los debates del Foro de Costa Rica fue la denuncia de la “pandemia en la sombra” de la violencia contra las mujeres. La CEPAL estima que durante 2020 al menos 4.091 mujeres fueron víctimas de feminicidio en 26 países y dos de cada tres mujeres sufrieron violencia a causa del género.

Por otra parte, la participación laboral de las mujeres de América Latina y el Caribe sufrió 18 años de retroceso. Para 2022 se visualiza que esta participación alcanzará solo un 51%, mientras que la de los hombres llegaría al 73,8%. En síntesis, una de cada dos mujeres no participará este año en el mercado laboral. En paralelo, las mujeres dedican actualmente tres veces más de tiempo que los hombres al trabajo doméstico y de cuidados familiares no remunerados.

Amina Mohammed indicó en el cónclave de Costa Rica que a menos que se ponga a las mujeres y a las niñas en el centro de los esfuerzos sociales no se podrá alcanzar con éxito los actuales y apremiantes desafíos globales contra la emergencia climática, la violencia de género, las divisiones políticas y a favor de la recuperación sostenible de esta pandemia global.

Por su parte Alicia Bárcenas, secretaria general de la CEPAL, recordó que los nudos estructurales de la desigualdad de género siguen presentes en la distribución desigual del poder, los recursos, la riqueza, el acceso al empleo, así como en la persistencia del patriarcado y la cultura del privilegio. Este 8 de marzo dijo Bárcenas, “es un día para reconocer el valor y la contribución de las mujeres para un futuro sostenible. Pero hay que estar alertas para garantizar que ninguna mujer se quede atrás”. Según ella, la consigna sigue siendo ‘nada sobre nosotras sin nosotras’.

Solución política: un Estado fortalecido y transparente

Precediendo a la reunión del Foro de Costa Rica, la CEPAL publicó el quinto informe sobre el progreso y los desafíos regionales de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible en América Latina y el Caribe, voluminoso documento de 186 páginas, con un balance preocupante. Dicho documento destaca que un tercio de las metas definidas por los Objetivos de Desarrollo han retrocedido en los últimos años (https://repositorio.cepal.org/bitstream/handle/11362/47745/S2100985_es.pdf?sequence=4&isAllowed=y).

Los Objetivos no se alcanzarán “con más de lo mismo” y es imprescindible avanzar hacia un nuevo sistema económico y social inclusivo y sostenible, destaca el informe. Y presenta cuatro propuestas: el fortalecimiento del multilateralismo, en particular en materia de financiamiento para el desarrollo, así como la mejora de la implementación de las políticas productivas, sociales y ambientales de alcance nacional y regional. También, el aumento de la resiliencia de las instituciones y la superación de conflictos a través de la implementación de acuerdos y pactos sociales.

Mirando al futuro la CEPAL parte de una crítica histórica: la combinación de la inflación y el reducido crecimiento de los años setenta puso fin al “pacto” social (de inspiración keynesiana) incorporado al sistema monetario y cambiario de las instituciones de Bretton Woods.

Y se interroga: ¿Está el mundo frente a un momento histórico en que podría emerger un nuevo modelo social?

Sin duda, la pandemia golpeó una economía mundial y regional que ya había perdido dinamismo, sobre todo después de la crisis financiera mundial de 2008. El patrón de crecimiento anterior reproducía asimetrías y desequilibrios con costos crecientes, que se hicieron más visibles con la crisis sanitaria. Ésta, en conjunto con las lecciones que dejó la crisis de 2008, puede haber creado una coyuntura crítica favorable a la adopción de reformas profundas.

Aunque la democracia se sigue percibiendo como la mejor forma posible de gobierno, afirma la CEPAL, su funcionamiento es juzgado muy negativamente por la ciudadanía. Esto genera una paradoja. Por un lado, la necesidad de bienes públicos (mundiales, regionales y nacionales) y, por el otro, las deficiencias de la institucionalidad en la región.

La debilidad del Estado de derecho, la administración de justicia, la rendición de cuentas, la insuficiencia de la transparencia y la ineficiencia o mala calidad de ciertos servicios públicos, entre otros aspectos, se traducen en niveles decrecientes de confianza institucional.

Y la CEPAL concluye que ya quedó atrás la idea de que el mercado (con algunas correcciones puntuales de precios) podría resolver estos problemas por sí solo. La política pública con el Estado como orientador estratégico está en el centro mismo de la nueva visión. Es por ello que los Estados deben fortalecer sus capacidades y reforzar la cooperación en el marco del sistema internacional y regional. Al mismo tiempo, deben volverse más transparentes y estar dispuestos a rendir cuentas a sus ciudadanos. Si no lo hacen no podrán diseñar e implementar las políticas conducentes a un nuevo estilo de desarrollo.

De las cenizas de los ajustes neoliberales, de los traumas sociales pandémicos, ¿podrá realmente surgir un modelo-proyecto continental alternativo? América Latina, en muletas, sigue apostando a una recuperación postraumática adecuada. La terapia se llama voluntad política.

Fuente: https://rebelion.org/latinoamerica-en-silla-de-ruedas/

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