Juan Sebastián Hoyos: «Hay que educar con psicología positiva»

Redacción: El Espectador

El vicerrector del Gimnasio Moderno habló con El Espectador sobre una modalidad de educación que previene la depresión, promueve el autoconocimiento y la reflexión, fomenta la creatividad y potencia el aprendizaje.

¿Qué significa educar para la felicidad?

Segundo, trabajar en aquellas cosas que, según las Ciencias del Bienestar influyen en el bienestar, la felicidad y el florecimiento de las personas (salud física, emociones positivas, relaciones positivas, fortalezas del carácter, valores humanos, búsqueda de sentido y propósito, contribución a otros, resiliencia, autoconocimiento y cultivo de paz interna)

¿Cómo se puede aplicar el concepto de Psicología positiva en las problemáticas actuales como el suicidio, depresión escolar, bullying, entre otras?

Miguel de Zubiría, una de las personas que más ha investigado sobre suicidio y depresión en Colombia, dice que la mejor forma de prevenir el suicido y la depresión es a través del cultivo de la felicidad y de aplicar las herramientas de la Psicología Positiva. ¿Cómo? Trabajando en lo que mencioné en la pregunta anterior, tratando de desarrollar y fortalecer esos puntos.

El Gimnasio Moderno es pionero en esta disciplina de la psicología positiva, ¿desde hace cuánto empezó esto y por qué se dio?

La Psicología Positiva comenzó a implementarse desde 2015. Se dio porque está muy alineada con la razón de ser del colegio: educar para la felicidad y para el liderazgo, y desarrollar el carácter (virtudes y valores) de los estudiantes. También contribuir a una mejor sociedad. Todas estas cosas son esenciales para la Educación Positiva (Psicología Positiva aplicada en las instituciones educativas).

Creo que sí. Por varias razones. La depresión y el estrés son las enfermedades del siglo 21, según la OMS. Los colegios debemos trabajar en el desarrollo integral de nuestros estudiantes y no sólo en lo intelectual. 9 de cada 10 padres quieren la felicidad para sus hijos, por encima de otra cosa. Y, sobre todo, necesitamos un cambio de conciencia en nuestras nuevas generaciones. Para ello, debemos trabajar en las virtudes, los valores, las emociones, el autoconocimiento y la contribución a otros. “Es esencial educar para la vida, y no sólo para el examen “

¿Cree que la educación en Colombia va por buen camino?

En algunas cosas sí (por ejemplo, cobertura y calidad de las pruebas estandarizadas). En otras, no tanto. Creer que la calidad en educación se refleja en buenas notas en matemáticas y lenguaje es desconocer las distintas dimensiones del ser humano y tener una visión muy limitada del desarrollo, en mi sentir.

 Cinco ventajas de la psicología positiva.

1. Previene la depresión.

2. Promueve el autoconocimiento y la reflexión.

3. Fomenta la creatividad.

4. Potencia el aprendizaje.

5. Hace un énfasis en la construcción de un sentido de vida, algo que es esencial, como decía Viktor Frankl.

¿La psicología positiva se enseña de manera integrada para hombres y mujeres o es diferente?

Se enseña de la misma manera.

 ¿Para el grupo de docentes del Gimnasio Moderno, existe alguna capacitación respecto a este tema?

¿Cómo aplica la psicología positiva en su entorno familiar, esposa e hija?

Primero, con mi ejemplo y con el ambiente que tratamos de construir en la casa. Segundo, trabajando en esas dimensiones (en el bienestar físico, en el cultivo de emociones positivas con un énfasis en la gratitud, en el carácter con virtudes y valores, en el sentido y propósito a través del cultivo de la vida espiritual con la meditación y el contacto con la naturaleza, en saborear y apreciar la vida, y en la contribución a otros con donaciones, actos de bondad y tratar de servir a los demás desde nuestras fortalezas, pasiones y conocimientos). A mí me llena de sentido ayudar a difundir la Psicología Positiva y la Filosofía Oriental, en especial el Yoga-Vedanta, porque ahí he encontrado dos senderos que ayudan a mejorar la vida.

Fuente: https://www.elespectador.com/entretenimiento/un-chat-con/juan-sebastian-hoyos-hay-que-educar-con-psicologia-positiva-articulo-872566

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El desafío de educar en zonas de contexto crítico

Por: Camila Beltrán.

La organización Jóvenes Fuertes crece en todo el país.

En 2014, cuando la psicóloga María José Soler se encontraba haciendo un doctorado en Buenos Aires, quiso entender por qué los jóvenes, más específicamente la generación Millenials (aquellos nacidos entre 1980 y 1999), tenían tanta intolerancia a la frustración y no perseveraban en sus metas. Durante los cursos conoció en profundidad la psicología positiva, que trata sobre el desarrollo de fortalezas, virtudes y personalidad de las personas y, según contó a El País, eso la deslumbró.

A partir de allí se dio cuenta de que en el país no habían planes sistemáticos que apuntaran a que los adolescentes y jóvenes tuvieran un espacio curricular donde pudieran trabajar sus fortalezas, así como desarrollar el carácter, la empatía, la compasión, el autocuidado o el voluntariado, entre otros.

“Muchas veces la educación está centrada en eliminar lo malo y no en apuntalar lo que cada uno tiene de bueno. La psicología positiva, en tanto, busca identificar las fortalezas de las personas, hacer que puedan dar su máximo potencial y tener espacios donde poder trabajar esos aspectos”, explicó la psicóloga Soler.

Primeros pasos.

Fue entonces que se propuso crear -junto a un grupo de docentes y psicólogos- la organización sin fines de lucro “Jóvenes Fuertes”, con el objetivo de crear planes de educación y visitar instituciones educativas en zonas de contexto crítico. Desde entonces han venido trabajando de forma gratuita en el Jubilar, Los Pinos, Madres de la Cruz, Liceo 33, Liceo de Palmitas y la UTU de Fray Bentos, entre otros. Sus programas también se han extendido a distintas empresas e instituciones y a grupos particulares, aunque en esos casos los talleres son pagos, ya que es lo que les permite financiar las intervenciones en los centros educativos. De todas formas, aclara, siempre es sin fines de lucro.

“Nos contrataron de UPM para formar ´agentes de cambio social`, que es identificar personas que en su medio pueden influir para el desarrollo de bienestar y crecimiento personal. Creamos también una diplomatura de dos años en Psicología Positiva aplicada que brindamos en Paysandú y Fray Bentos en un primer momento, y luego, dado el éxito, lo hicimos también en Montevideo.

“Actualmente estamos yendo asimismo a Tacuarembó y a Durazno a formar gente”, expresó la psicóloga Soler. Desde que se fundó, la organización ha trabajado en 9 departamentos, atendió a cerca de1.500 alumnos por año y ha capacitado a 155 educadores.

Experiencias.

Según contó Soler, uno de los grupos a quien le dio el taller estaba integrado por una policía de la localidad Pasos de los Mellizos, en el departamento de Río Negro.

“Ella quería hacer algo por los jóvenes que no trabajaban ni estudiaban, y a partir de la diplomatura logró crear un grupo de jóvenes comunitarios que se dedican a hacer acciones sociales en los pueblos de la zona”, contó la psicóloga.

El año pasado, en tanto, hicieron en Fray Bentos, Paysandú y Río Negro “la semana de la gratitud” y a los talleristas les quedó grabada la imagen de los camioneros cargando los buzones en donde los habitantes del lugar irían poniendo sus cartas con los agradecimientos.

Otra de las intervenciones fue la Semana de la amabilidad, durante la cual los niños en las escuelas hacían poemas sobre ese tema y lo iban a recitar a abuelos. El objetivo fue “crear acciones de buena onda y bienestar. Todo el tiempo estamos pensando en intervenciones nuevas para lograr un cambio social positivo”.

Otro de los programas con los que cuenta Jóvenes Fuertes es el de Educación del Carácter.

“En este caso la idea surgió luego de que muchos padres se acercaran preocupados por sus hijos sobre distintas temáticas, como el manejo de redes, el consumo de alcohol y drogas, el bullying y la autoestima”, explicó Soler. “A partir de allí creamos un programa que consta de tres talleres con grupos de entre 15 y 20 integrantes, en donde se abordan esas problemáticas, se trabaja en las fortalezas que tienen que desarrollar los jóvenes para poder manejar esas situaciones y luego se le da una devolución a los padres, además de una serie de tips”.

Espacio curricular para descubrir fortalezas.

Todas las propuestas que realiza Jóvenes Fuertes “son con fundamento científico”, sostiene Soler. “Hemos hecho una medición de impacto que publicamos en revistas internacionales, en la que mostramos los resultados que vamos obteniendo para que no quede únicamente en una iniciativa, sino que cuente con un aval científico de que lo que hacemos le sirve a la gente”.

Un estudio realizado por esta organización con estudiantes Secundaria y docentes, mostró que los adolescentes presentaban un nivel medio de bienestar psicológico, por encima del 50% de la población de referencia iberoamericana. Por su parte, el grupo de docentes presentó también un nivel alto, por encima del 75% de la población de referencia.

El estudio de Jóvenes Fuertes concluye afirmando que ambos grupos mostraron adecuados niveles en las dimensiones de autocontrol, sus vínculos, la aceptación y la autonomía.

Además, se sostiene que no existen diferencias de género de acuerdo con los niveles de bienestar psicológico en el grupo de estudiantes adolescentes.

Fuente del artículo: https://www.elpais.com.uy/informacion/educacion/desafio-educar-zonas-contexto-critico.html

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“Los estudiantes deben aprender a seguir aprendiendo” Entrevista a Alejandro Adler, director de Educación Internacional del Centro de Psicología Positiva de la Universidad de Pensilvania

América del sur/Colombia/12 Agosto 2017/Autor y Fuente: Semana Educación

Las competencias socioemocionales se han convertido en un tema de agenda. Es por eso que varios expertos como Alejandro Adler, director de Educación Internacional del Centro de Psicología Positiva de la Universidad de Pensilvania, recomiendan potenciarlas.

La educación se ha convertido en la semilla de la esperanza para reconstruir el país. Es por eso que en tiempos del Posacuerdo, el acceso a una formación de calidad es la oportunidad fundamental para garantizar una paz sostenible que asegure un proyecto de vida digno para todos los colombianos.

Bajo esta premisa de construir el ciudadano que queremos para que enfrente este nuevo contexto, Semana Educación celebrará la Cumbre Líderes por la Educación 2017, el evento más importante del sector educativo.

La Cumbre tendrá lugar los días 20 y 21 de septiembre en el Cubo de Colsubsidio en Bogotá y contará con la participación de expertos nacionales e internacionales que debatirán sobre el estado de la educación en el país y en el mundo.

Uno de los exponentes más reconocidos es Alejandro Adler, director de Educación Internacional del Centro de Psicología Positiva de la Universidad de Pensilvania. Originario de México, Adler es licenciado en Psicología y en Economía, y tiene una maestría y un doctorado en Psicología, todos de la Universidad de Pensilvania. Actualmente es uno de los 60 miembros del Grupo Internacional de Expertos en Bienestar de las Naciones Unidas – un grupo de expertos internacionales de distintas disciplinas que trabajan con las Naciones Unidas para implementar un nuevo paradigma de desarrollo basado en el bienestar.

El experto trabaja con los gobiernos de Bután, Nepal, India, México, Perú, Emiratos Árabes Unidos, Australia, Jordania y Colombia, entre otros, y sus proyectos infunden en los currículos escolares de estos países habilidades para la vida basadas en la psicología positiva. Además, miden el impacto que tienen estos programas en el bienestar de los jóvenes, en su desempeño académico y en otros resultados positivos de vida. De acuerdo con Adler, “para disfrutar de una Colombia que florece hay que plantar las semillas de la educación positiva”.

Semana Educación lo entrevistó para conocer más sobre la importancia de las habilidades socioemocionales y la educación positiva.

Semana Educación (S.E.): ¿Qué es la educación positiva y cómo puede contribuir al desarrollo de futuros ciudadanos?
Alejandro Adler (A.A.): Es un modelo que enseña las habilidades para la vida y el bienestar, junto con el desempeño académico tradicional como las matemáticas, las ciencias, la alfabetización, y demás disciplinas. Esta formación integral permite que cada individuo se desarrolle a su máximo potencial, y por ende que la sociedad entera florezca. En un mundo como el de hoy, ha nacido la necesidad de tener ciudadanos con valores, actitudes, habilidades y el conocimiento para tomar las mejores decisiones para sus propias vidas y para la sociedad entera. La última década de estudios nos han revelado que las habilidades para la vida y el desempeño académico no son mutuamente excluyentes, todo lo contrario: el bienestar potencia el desempeño académico y, eventualmente, el laboral. Y no sólo eso, sino que las habilidades para la vida incrementan el bienestar integral del ser humano y promueven comportamientos prosociales, mejor salud física, y mayor civismo en general. En conclusión, podemos decir que buenos ciudadanos crean el terreno fértil para una sociedad civil y educada.

S.E.: ¿Por qué es tan importante apostarle al desarrollo de competencias blandas y habilidades socioemocionales ahora?
A.A.: El mundo está cambiando a un ritmo vertiginoso que no tiene precedentes. Además, la mayoría del conocimiento que tenemos hoy será obsoleto dentro de diez años. Lo que nunca será obsoleto es el repertorio de las habilidades para la vida que lleva cada persona, que incluyen las habilidades sociales y las emocionales junto con las cognitivas. Lo esencial es que los estudiantes de hoy aprendan siempre a seguir aprendiendo a través del pensamiento crítico, de la resolución de problemas, de la innovación, del liderazgo y demás habilidades, adaptándose a un mundo que seguirá cambiando a un ritmo cada vez más acelerado. Necesitamos un paradigma educativo que se complemente con la fomentación de habilidades para la vida entera.

S.E.: Décadas de investigación han permitido identificar qué habilidades para la vida contribuyen a incrementar el desempeño académico. Son famosos los ejemplos de países como Bután. ¿Cómo podemos aplicar la metodología de la educación positiva en Colombia?
A.A.: Algo que nos han enseñado décadas de estudios de la psicología cultural es que los humanos de distintas culturas tienen más en común de lo que los distingue. En otras palabras, los humanos son humanos, independientemente de que estén en Bután o en Colombia. Por supuesto que es absolutamente esencial adaptar cualquier programa o intervención al contexto y a la cultura local, pero las habilidades para la vida plena y para la mejora del desempeño académico han resultado ser las mismas, ya sea en Bután, en México, en Dinamarca o en Colombia. Lo que cambia es el embalaje de estas habilidades universales y perennes. Mientras que las habilidades para la vida y para el éxito académico y profesional – como la comunicación efectiva, la resiliencia, el pensamiento crítico, la toma de decisiones, la gratitud, y demás – son las mismas alrededor del mundo, la manera en cómo se enseñan y cómo se aprenden varía, pues tienen que resonar con el contexto y la cultura local para que tenga relevancia en la vida de los estudiantes y que tenga sentido dentro de su manera de entender el mundo.

S.E.: El tema de la resiliencia es muy significativo para el contexto en Colombia. ¿Cómo hablar de resiliencia en la educación para poderla implementar?
A.A.: Durante los últimos 20 años hemos visto que la resiliencia le permite, de un lado del espectro, a jóvenes afortunados a enfrentar los desafíos de la vida con mayor sabiduría, y del otro lado, a jóvenes que han salido de conflictos armados a reintegrarse de manera exitosa en la sociedad, previniendo su reclutamiento futuro por grupos armados. La resiliencia es la capacidad de poder enfrentar los desafíos de la vida y de poder rebotar de ellos. Esto aplica a un desafío tan cotidiano como un desacuerdo con un amigo, hasta algo tan traumático como estar expuesto a la guerra durante años. Afortunadamente, existen habilidades cognitivas, emocionales y conductuales que incrementan la resiliencia del individuo y de la sociedad, y estas se pueden enseñar y aprender a cualquier edad. Ya que todo ser humano va a enfrentar desafíos en su vida, es esencial que la resiliencia, junto con las demás habilidades esenciales para la vida, se enseñe con la misma seriedad que la que se le da a las matemáticas, a las ciencias y a las demás materias académicas en los colegios. Nuestros estudios han encontrado que cuando a las personas se les enseña cómo volverse más resiliente, una proporción mayor de la gente que sufre un trauma logran capitalizar su experiencia y crecer a partir de ella. El crecimiento postraumático se da con mayor incidencia en jóvenes adolescentes que aprenden las habilidades cognitivas, emocionales y conductuales de la resiliencia.

S.E.: Las habilidades para la vida no son elementos que se puedan evaluar en una prueba como las Matemáticas o el Lenguaje. ¿Cómo sabemos que lo estamos haciendo bien?
A.A.: Afortunadamente décadas de estudios científicos nos han brindado instrumentos de medición que nos permiten medir las habilidades para la vida con el mismo rigor que las matemáticas o la alfabetización. Con validación en distintas poblaciones a nivel global, existen instrumentos conductuales, de observación y de auto-reporte con propiedades psicométricas confiables que nos permiten definir, medir, cultivar y evaluar el cambio de las habilidades para la vida.

Un ejemplo conductual de la habilidad de la auto-regulación de un niño pequeño, por ejemplo, es decirle que puede comerse un dulce que le gusta mucho ahora o esperar un rato y recibir dos, en vez. La cantidad de tiempo antes de que el niño se come el dulce que tiene en frente es una medición objetiva de su auto-regulación. Y este dato aparentemente tan simple predice elementos como desempeño académico, la probabilidad de que una persona se divorcie años después, el éxito profesional y demás resultados positivos de la vida. Cada habilidad tiene instrumentos de medición análogos a este.

S.E.: Si se llega a implementar con éxito este tipo de educación, ¿cómo ve a Colombia en 30 años?
A.A.: Si Colombia decide invertir en la formación integral de sus niños y jóvenes puede esperar gozar de los mismos frutos que otros países que han implementado este modelo de educación han disfrutado ya: una sociedad más productiva, cívica y contenta y con individuos que disfruten de vidas más plenas, con sentido y propósito; una cultura rica, diversa, inclusiva, vibrante, e importantemente en el contexto específico de Colombia, una paz realmente inclusiva y duradera. Para disfrutar de una Colombia que florezca a su máximo potencial, hay que plantar las semillas fértiles necesarias y estas radican en la educación positiva y requieren de un compromiso incondicional a nivel de política pública y a nivel de cada ciudadano.

Imagen:https://www.quillota.cl/web/sitio/wp-content/uploads/2016/01/IMG_2199-e1453216926559.jpg

Fuente: http://www.semana.com/educacion/articulo/cumbre-lideres-por-la-educacion-2017-entrevista-alejandro-adler/535832

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De placeres y gratificaciones.

Por: Santiago García Álvarez

Martin Seligman es uno de los principales impulsores del movimiento conocido como “sicología positiva”. Tiene una larga trayectoria académica y práctica, tanto en la Universidad de Pensilvania como en la Asociación Americana de Psicología. Ha publicado distintos libros sobre sicología desde una perspectiva complementaria al sicoanálisis. En una de sus obras distingue entre los placeres, que son aquellas realidades que nos reportan una grata sensación inmediata, como puede ser comer un chocolate, ver una serie de TV o tener contacto afectivo con una persona y las gratificaciones, entendidas como cuestiones que son arduas, requieren dedicación y cuestan trabajo, pero que, al conseguirse, dejen una sensación más duradera de satisfacción y plenitud. Ejemplos de ello sería graduarse de una licenciatura, terminar una difícil competencia deportiva, superar una pequeña crisis familiar, establecer una relación duradera, etc.

 Según Seligman, las vidas centradas en las gratificaciones notoriamente alcanzan mayores índices de felicidad respecto de aquellas orientadas en los placeres. Las gratificaciones producen satisfacción duradera, aumentan la autoestima, forman el carácter, entre muchos otros beneficios. Los placeres, por su parte, están más vinculados al propio interés, mientras que las gratificaciones con frecuencia tienen un carácter comunitario.

Estoy convencido de que, en el mundo de la educación, uno de los grandes retos es hacer ver a los jóvenes esta distinción entre placeres y gratificaciones y animarles a apostar más por lo segundo. No se trata de que opten disyuntivamente entre pasarla bien o estudiar, sino que consigan ambas cosas en la adecuada proporción. Está bien que disfruten de placeres lícitos, pero es fundamental que apuesten por gratificaciones que les dejarán una sensación mucho más profunda de satisfacción en el mediano y largo plazo y, consecuentemente, los hará más felices.

Llenar la propia vida de experiencias placenteras, pero sin sentido más profundo siempre tendrá un costo en el largo plazo. Uno de los aspectos más preocupantes de la juventud actual es la sensación de vacío, desesperanza y sin sentido que experimentan muchos de ellos. Se ha documentado que, con frecuencia, quienes tienen esa sensación en un nivel más elevado son aquellos que han sido “más libres” y han explotado alternativas placenteras de corto plazo. En contraparte, quienes han hecho apuestas más profundas y se han involucrado en proyectos más trascendentes – con el esfuerzo y trabajo que eso conlleva- son los que al final poseen vidas más plenas y más satisfechas.

 Esta realidad, que se presenta a nivel personal, también se da a nivel de organizaciones, instituciones y sociedades. En México, por ejemplo, en numerosas organizaciones de distintos ámbitos (públicas, privadas, sociales, etc.) que sacrifique el largo plazo por obtener beneficios de corto plazo. Las empresas familiares tienen fama de “exprimir” las utilidades y extraer beneficios de corto plazo. Tanto las instituciones como las personas físicas tienen una tendencia a ahorrar poco e invertir lo mínimo. Lo más cómodo es gastar y disfrutar lo que se tiene en el momento.

Nuestro país invierte poco y se tiene una débil cultura del ahorro. Con frecuencia se apuesta mucho por lo placentero y poco por lo gratificante. Parece que nuestra cultura se ha orientado más a lo inmediato, al corto plazo. Echamos en falta políticas de largo plazo que sobrevivan más allá de un sexenio y que tengan un efecto social mucho más profundo, especialmente en materia educativa. Países con exitosos modelos educativos han sabido apostar por políticas de largo plazo, cuya ejecución paciente y consistente ha generado excelentes resultados.

Me parece que los retos y amenazas actuales especialmente la situación incierta con Estados Unidos— tenemos que fomentar la cultura del ahorro y de la inversión interna. Pero no sólo eso; hay un tema más de fondo: Tenemos que ser disciplinados y estar dispuestos a sacrificar ligeramente el presente por el futuro. Conviene apostar más por una vida de gratificaciones sin dejar de lado la posibilidad de disfrutar ciertos placeres, que brinde sentido a la vida de otras personas y a las nuestras propias y una certera sensación de plenitud. Ojalá nos convirtamos en un país que apueste más por el mediano y largo plazo, aunque eso con frecuencia implique sacrificios en el corto; de esta forma, no sólo heredaremos una mejor sociedad, sino también y más importante aún vidas más plenas y satisfechas.

Fuente: http://www.excelsior.com.mx/opinion/opinion-del-experto-nacional/2017/02/26/1148716

Imagen: https://prepanetnl.files.wordpress.com/2012/11/prepanet5.jpg

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La otra cara de la moneda: La psicología positiva & TEA

Por:Elaime Maciques

“La misión de la Psicología Positiva no es decir a las personas que deben ser optimistas, o espirituales, o amables, o estar de buen humor; sino describir las consecuencias de tales rasgos. Lo que cada uno haga con esa información dependerá de sus propios valores y objetivos.” (M. Seligman).

Este artículo, surge de una conferencia dada en la Universidad Católica de Honduras, “Nuestra Señora de la Paz”, Campus San Pedro y San Pablo, el pasado mes de julio en el marco de su convocatoria anual al Congreso de Psicología.

El ser humano, es por naturaleza, un ser social, que se desarrolla a través de la interrelación con el entorno y sus pares, lo que le da un sentido de socialización al proceso de maduración y aprendizaje, así como a la interiorización de vivencias socio-emocionales. Vigostky, en su Teoría Socio Histórico Cultural, plantea que los fenómenos psíquicos son sociales desde su mismo origen, y no son dados de una vez y para siempre al momento del nacimiento, sino que ellos se desarrollarán en dependencia de las condiciones de vida y educación a la que el sujeto se exponga.

Desde que el niño nace, lo hace en un contexto social y se establece una relación tríadica padre-madre-niño, que marca una pauta significativa en el desarrollo emocional. La mirada mutua, la progresiva capacidad de prestar atención conjunta a eventos del mundo externo y el juego de expresiones afectivas transmitidas a través del rostro, son modos de relacionarse y actúan como precursores de dos aspectos fundamentales del desarrollo infantil: la capacidad para la formación de símbolos (uso del lenguaje) y la capacidad de empatía (capacidad para comprender los estados emocionales del otro). En ese intercambio son importantes: el contacto visual, el diálogo sonoro (el adulto escucha al niño y le contesta), el diálogo tónico (donde se alterna la tensión-relajación durante el juego y la alimentación), el sostén físico y el contacto (caricias, manipulación).[1]

Premack y Woodruff acuñaron el término “teoría de la mente” la cual nos permite utilizar estrategias sociales, ya que posibilita, como señalan Rivière y Núñez[2] “ponerse en la piel” del otro, “calzarse sus zapatos”, dando lugar a la interpretación de las interacciones humanas no en términos netamente conductuales, sino en base a estados mentales. Es esa “mirada mental”, la que permite encontrarnos con la mente de los otros, interpretar su conducta y realizar predicciones, comprender que tienen deseos, creencias e intenciones, un mundo de emociones y experiencias diversas, ser empáticos e intersubjetivos.

niños felicesLa Psicología Positiva como ciencia joven, se enfoca al estudio de las emociones positivas, el desarrollo de las virtudes, donde el ser humano va potenciando sus propias fortalezas y la búsqueda de la felicidad o estado de bienestar, para conseguir una mejor calidad de vida y bienestar. El bienestar positivo hace referencia a lo que pensamos y sentimos en relación a nuestras vidas y las conclusiones cognoscitivas y afectivas que alcanzamos cuando evaluamos nuestra existencia. Tiene un componente subjetivo e intersubjetivo. Traduce, o interpreta, la “felicidad” como ese bienestar subjetivo experimentado cuando sentimos más emociones agradables y pocas desagradables, cuando estamos comprometidos en actividades interesantes y cuando estamos satisfechos con nuestras vidas y lo que hemos logrado.

Esta joven rama de la psicología tiene varios enfoques, como el clínico que va hacia la prevención y tratamiento de enfermedades mentales como el estrés, ansiedad y otras, un enfoque pedagógico que busca en primer lugar la motivación intrínseca del niño hacia el aprendizaje, en crear ambientes de aprendizaje motivadores y adecuados a las necesidades de cada estudiante y hacia la orientación familiar, en relación al desarrollo de hábitos, que promuevan conductas adaptativas adecuadas.  Bajo la vertiente de la Psicología Educativa, se toman en cuenta la atención que debe darse a las fortalezas individuales y colectivas de cada niño, enfatizar los logros que éste tiene sobre el desarrollo de habilidades, así como identificar y fortalecer las cualidades predominantes de cada estudiante.  Al respecto Terjesen, Jacofsky, Froh & DiGiuseppe (2004) expresan: “Promover las fortalezas de los niños y jóvenes puede incrementar cambios que favorecen el manejo exitoso de las dificultades actuales y las que deberán afrontar en el futuro” ¿Es una paradoja?, ¿será una utopía?

Martin Seligman habla sobre la psicología positiva

¿Qué pasa con la otra cara de la moneda?

Las personas con dificultades para la construcción de los procesos intersubjetivos, que tienen una forma diferente de entender las emociones, que son inflexibles, que se les dificulta la comunicación social, ser empáticos y que en muchas ocasiones son ajenos a ese constructo “positivo y feliz. No quiero que me mal interpreten, no es que no sean felices, claro que lo son, expresan emociones y en los casos de alto funcionamiento van más allá.

Ramón es un joven de 18 años con Síndrome de Asperger que asiste a la Universidad, ha estado en tratamiento psicológico en dos ocasiones porque se deprime frecuentemente, debido a que no puede hacer amigos, porque en su concepto de amistad, tienen que haber valores, deportes, y las matemáticas, porque no se da cuenta que escribir veinte mensajes en una hora a una chica no es adecuado y tampoco entiende que la chica no quiera ser su novia cuando el sí. El amor en todas sus manifestaciones, la amistad, se complejizan en sus pensamientos negativos y entonces llora y expresa “no soy feliz”.

Marcos, es feliz hasta que llega a la escuela, donde no se potencian sus habilidades, donde no se adecuan los espacios del aula y los contenidos educativos a su funcionamiento y desajuste sensorial, cuando no es motivado a que ese entorno le sea agradable y confortable.

A veces lo que es diferente nos asusta, o lo rechazamos, cuando todos estamos inmersos en una diferencia permanente, en las formas de construir la felicidad, en las formas de caminar, de sonreír, de amar. Es tarea de las nuevas generaciones empezar a promover un cambio positivo, dejar atrás los estereotipos, las etiquetas, los no se puede y los “déjalo ahí que no hay nada que hacer”, es hora de vender asombros, de provocar felicidad, de motivar para que así sea.

cisneEs importante desde esta postura psicológica, estar mentalizados y tener la capacidad de ver “la otra cara de la moneda”, como diría Szatmari, (2004) Todo depende del modo en el que mires las cosas. Una vez entiendas cómo piensan y como ven el mundo, aquello que un día parece una discapacidad, otro día puede ser un talento o un don”. [3]

Agradezco que me hayan leído hasta aquí, los dejo con un pasaje de un cuento maravilloso: El patito feo

Se dirigió entonces hacia ellos, con la cabeza baja, para hacerles ver que estaba dispuesto a morir. Y entonces vio su reflejo en el agua: el patito feo se había transformado en un soberbio cisne blanco.” (H. C. Andersen).

Referencias:

[1] Maciques, E: Desarrollo infantil y particularidades en los TEA. Parte III. Desarrollo social

[2] Reyna, Cecilia (2011): Desarrollo emocional y trastornos del espectro autista

[3] Citado por Girón, A en El lado bueno de las cosas. Síndrome de Asperger

Fuente: https://autismodiario.org/2016/08/26/la-otra-cara-la-moneda-la-psicologia-positiva-tea/

 

 

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Francesco Tonucci: «Que los niños vuelvan a jugar en la calle hará más seguras las ciudades»

Europa/España/Abril 2016/Fuente:Levante /Autor: Rafel Montaner

«Hoy en día los coches son los verdaderos dueños de la ciudad, en Roma ya no se ven niños jugando solos en las plazas, están en sus casas de cara a una pantalla…», lamentó ayer en Valencia el psicopedagogo italiano Francesco Tonucci, Frato (Fano, 1940).

Este referente mundial de la renovación pedagógica es una especie de flautista de Hamelín a la inversa, pues lleva un cuarto de siglo luchando por devolver los niños a la ciudad con el propósito de hacerla más humana.

Invitado por la Conselleria de Educación y el Consell Escolar Valencià, presentó a más de 300 docentes y responsables municipales el proyecto «la ciudad de los niños y niñas» que puso en marcha en 1981 en su Fano natal y al que 25 años después ya se han unido más de 200 municipios. El próximo será Valencia, según anunció Joan Ribó, tras reunirse con Tonucci. «Pensamos, como él, que la ciudad que es buena para los niños es buena para todos», apuntó el alcalde.

Tonucci alerta del «coste físico y psíquico que tiene para los niños que ya no puedan salir de casa sin un adulto». La primera consecuencia de que se haya «derribado la autonomía de los niños», prosigue, «es que ya no pueden jugar solos». «El juego es la experiencia más importante, no ya de la infancia, si no de la vida», subraya. Para Frato «es jugando donde se ponen los cimientos sobre los que se construye la vida», pues cuando los niños juegan entre ellos solos adquieren competencias, habilidades y relaciones sociales.

«Luchar contra nuestros miedos»
«Acompañar, controlar y vigilar» a los niños cuando juegan es «una contradicción, pues el verbo jugar hay que conjugarlo con la palabra dejar». «Hay que luchar contra nuestros miedos y también cambiar las ciudades, devolviendo a los ciudadanos el espacio público, cuyo 80 % está privatizado por aparcamientos y coches».

Otra consecuencia de que los niños ya no jueguen en las plazas y calles es para Tonucci la obesidad infantil, «estamos generando futuros cardiópatas», advierte. «Si no juegan no pueden descargar la energía que tienen: necesitan correr, trepar, ensuciarse, e incluso pelearse, en este caso lo menos posible», dice.

Esta falta de movilidad, a su juicio, genera déficit de atención en los escolares, «un problema que se combate con psicofármacos, lo que debería ser un delito». En este sentido recalca que los niños que van andando solos al colegio prestan más atención que los que van en coche, que llegan dormidos al aula.

«Los niños que no pueden salir de casa solos no pueden vivir la experiencia del riesgo», explica Tonucci. «En algún momento tienen que estar sin control. Hacer tonterías a la edad justa ayuda a crecer, pues vivir la emoción de superar un obstáculo, o la frustración de no lograrlo, es fundamental para el aprendizaje». Si esto no se hace en la niñez, «se vuelve en trasgresión en la adolescencia, y ahí si hay un verdadero riesgo», afirma.

El objetivo final, explica, «no es que los niños vayan solos al colegio, sino que esto sea el principio para que salgan a la calle a jugar solos ». «Tener a los niños en la calle es una necesidad que tiene la ciudad para ser un lugar seguro», insiste.

Tonucci entiende que «no es que los niños no salen porque la ciudad no es segura, sino al revés: la ciudad ya no es un lugar seguro porque no hay niños en la calle». «La presencia de escolares hace a los adultos más responsables, con lo que aumenta el control social, que es más efectivo que las cámaras de vigilancia», asegura.

Escuchar a los pequeños
Adaptar las ciudades a los niños «no se podrá hacer sin contar con su punto de vista». Así, cita el artículo 12 de la Convención de los Derechos del Niño que dice que los escolares «tienen derecho a expresar su opinión cada vez que se tomen decisiones que les afectan». Por ello exige «foros públicos de consulta a los niños» tanto en la escuela como en la ciudad. De ahí los consejos de niños que propone. «Es clave que los alcaldes asuman una actitud de respeto ante las opiniones de los niños y entablen con ellos un diálogo verdadero», concluye

 

Fuente de la entrevista:http://www.levante-emv.com/comunitat-valenciana/2016/04/28/ninos-vuelvan-jugar-calle-hara/1410236.html

Fuente de la imagen: http://fotos01.levante-emv.com/2016/04/28/318×200/ninos-vuelvan.jpg

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IEPP presenta la Psicología Positiva en Expofranquicia

Luis Cifuentes/19/04/2016/Estrella digital

El Instituto Europeo de Psicología Positiva estará del 21 al 23 de abril en el stand de Barbadillo y Asociados como única entidad que franquicia la Psicología Positiva.

La institución referente en Psicología Positiva IEPP participará esta semana en la feria de Expofranquicia del 21 al 23 de abril con el objetivo de informar acerca de la posibilidad de unirse a su modelo de negocio, siendo los primeros en franquiciar la Psicología Positiva.

La marca estará representada en el stand de la consultora de franquicias Barbadillo y Asociados, 4D09 en el Pabellón 4 de IFEMA, desde donde se atenderán a todos los visitantes que se acerquen a conocer la actividad del Instituto Europeo de Psicología Positiva.

El Instituto Europeo de Psicología Positiva (iepp.es) está formado por un equipo de psicólogos cuyo propósito es difundir y promover la buena praxis de la Psicología Positiva Aplicada. El IEPP ofrece una alternativa de éxito a los psicólogos que quieran sentirse respaldados por la marca y el trabajo consolidado de IEPP, así como para profesionales cuyo desempeño profesional tiene lugar con el desarrollo humano.

Actualmente, el IEPP dispone de siete centros en España, situados en Madrid capital, Getafe, Valdemoro, Albacete, Murcia, Barcelona, más dos centros internacionales en Génova (Italia) y en Bogotá (Colombia).

El IEPP es una institución privada que concentra su actividad en la Psicoterapia, el desarrollo personal, el coaching y la formación a particulares, profesionales y empresas. Además, los valores que definen la actividad de IEPP son la honestidad, la justicia, la contribución y el crecimiento.

La Psicología Positiva representa una innovación dentro del campo de la Psicología y es, probablemente, la mayor revolución dentro de la Psicología desde los años noventa. Esta rama de la Psicología Moderna se basa en la aplicación de diferentes técnicas avaladas científicamente, en el incremento del bienestar y la felicidad de las personas, promueve la salud y el crecimiento personal y, de esta forma, contribuye a lograr una mayor calidad de vida.

Fuente de la Noticia: http://www.estrelladigital.es/articulo/empresas/iepp-presenta-psicologia-positiva-expofranquicia/20160419193638281273.html

Imagen: http://www.estrelladigital.es/media/estrelladigital/images/2016/04/19/2016041919352571110.jpg

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