El sindicato de estudiantes de la Escuela de Estudios Orientales y Africanos de la Universidad de Londres exige la retirada del currículo de los filósofos blancos y que se enseñe en su lugar a pensadores de África y Asia.
Uno de los lugares en los que la plaga de la corrección política ha cosechado mayor éxito ha sido en la universidad. El ámbito educativo ha sido utilizado por el poder como campo de pruebas de su arsenal ideológico, esto es, del pensamiento progresista en todas sus variantes.
Una de ellas es el multiculturalismo, aunque en realidad no se estudie en plano de igualdad, sino favoreciendo unas culturas en detrimento de otras. Es el caso del sindicato de estudiantes de la Escuela de Estudios Orientales y Africanos (SOAS) de la Universidad de Londres, que exige la retirada del currículo de los filósofos blancos y que se enseñe en su lugar a pensadores de África y Asia.
Es un caso flagrante de racismo pero también de relativismo porque la aplastante mayoría de los filósofos más importante de la historia (Aristóteles, Platón, Sócrates, Kant, Descartes, Nietzsche…) son blancos. Y es que lo que estos alumnos reclaman no es estudiar a los filósofos negros en plano de igualdad a los blancos -más allá del peso filosófico-, sino directamente eliminar a los blancos.
Y si hay que estudiar a los filósofos blancos, sostienen los estudiantes de este sindicato, hay que hacerlo con un enfoque crítico. No hay que olvidar que el SOAS es la facultad europea más prestigiosa en estudios sobre Asia, África y Oriente Medio.
Con permiso para abandonar el aula
Por ello no es casualidad que el líder estudiantil que ha presentado la reclamación se llama Ali Habid, de origen árabe. El sindicato de estudiantes ya ha reconocido que su objetivo para 2017 es “descolonizar el SOAS y abordar el legado cultural y epistemológico del colonialismo dentro de nuestra universidad”.
Esta plaga de lo políticamente correcto también ha echado raíces en la Universidad de Glasgow, que a partir de ahora avisará a los estudiantes de primer curso de Teología de que las imágenes de la crucifixión pueden resultar “incómodas o preocupantes”.
De esta forma los alumnos del curso “De la creación al Apocalipsis. Introducción a la Biblia. Nivel 1” podrán incluso abandonar el aula antes de contemplar imágenes de la crucifixión, ya sean de cuadros históricos o de películas religiosas. “Los alumnos podéis dejar la clase en cualquier momento en que lo necesitéis, pero por favor, informarnos más tarde a lo largo de ese día sobre cómo estáis”, les pide la universidad.
El Talladega College, una universidad fundada en 1867 por descendientes de esclavos en Alabama, aceptó desfilar para el presidente electo, quien basó su campaña electoral en retórica racista, misógina y xenófoba.
Varias universidades privadas encendieron la polémica y provocaron críticas por haber aceptado enviar a sus bandas de marcha a la ceremonia de toma de posesión del presidente electo Donald Trump, entre ellas la universidad afroestadounidense más antigua de Alabama, Talladega College.
La participación de bandas musicales escolares y universitarias en las ceremonias de tomas de posesión presidenciales es una tradición de larga data en EEUU.
Sin embargo, que una universidad histórica afroestadounidense asista a la investidura de un presidente que basó su campaña electoral en retórica racista, misógina y xenófoba provocó malestar entre los críticos que perciben que aceptar tal invitación podría interpretarse como un acto de apoyo al mandatario entrante.
Las universidades históricas afroestadounidense, conocidas como HBCU’s, por sus siglas en inglés, son una serie de instituciones educativas fundadas en su mayoría tras la Guerra Civil y con el propósito de proveerles educación superior a los afroestadounidenses.
El Talladega College fue fundado en 1867 por descendientes de esclavos que ayudaron a construir su primer edificio.
Una de las HBCU’s, la Universidad Howard, en la capital estadounidense, participó en la primera ceremonia de toma de posesión de Obama y desde mediados de diciembre había adelantado que no pediría ir a la de Trump.
Emanuel Zieseniss, titular del INADI (Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo) en Formosa habló con la Comunidad de Medios sobre cómo trabajan en la provincia desde la entidad.
«Para nosotros es importante darle visibilidad a esta entidad, el INADI es una institución de derechos humanos que atiende las cuestiones vinculadas a hechos de discriminación que por ahí para la gente que no comprende bien el concepto es cualquier hecho donde se produce una intención arbitraria por motivos de raza, género, por cuestiones de política, socioeconómicas y demás. Cuando se produce una lesión a algún derecho motivado en uno de esos temas existe un hecho de discriminación y es ahí donde tomamos competencia, pero necesitamos que la persona que se siente víctima del hecho de discriminación se acerque a la entidad para denunciar el hecho o ponernos en conocimiento del hecho y que de esa forma podamos actuar», explicó.
Asimismo dijo que «ahora nos cambiamos y estamos ubicados en Moreno 281, nuestro horario de atención es de 8 a 16 horas de corrido, estamos ahí de lunes a viernes así que cualquier persona que se sienta víctima de discriminación o por ahí tenga dudas acerca de su situación es de discriminación o no, lo que nosotros aconsejamos es que se acerque al INADI porque ahí tenemos un cuerpo legal de asesores donde lo que hacemos es asesorar a las personas y después ver de qué manera se continúa con el hecho, podemos realizar acciones de buenos oficios si es que son con entidades públicas o privadas o en el caso de que no se pueda solucionar a través de la vía pacifica lo que hacemos es, se recibe una denuncia, se le corre traslado, se le notifica a la persona o entidad denunciada para que ejerce su derecho de defensa, se inicia una investigación al respecto y después se envía esa información para que el INADI central que está en Buenos Aires dictamine si en ese caso concreto existió un hecho de discriminación o no».
Agregó que «quiero comentar que nuestra institución no solamente se encarga de recibir denuncias sino que también entendemos y por eso diseñamos una línea de acción que es la prevención, nosotros entendemos que si prevenimos la discriminación estamos haciendo pasos más grandes que si solamente recibimos denuncia, es por eso que iniciamos una serie de charlas de acoso escolar por ejemplo en los colegios secundarios y nos gustaría ponernos en contacto con centros de estudiantes, directivos o docentes de colegios para que participen de esto».
«Nosotros tenemos folletos donde hay información sobre el INADI porque a diferencia de Buenos Aires u otras provincias no se conoce mucho la institución, ahí está una explicación sintética de qué es el INADI, para qué estamos y nuestro número es 01136968232 y nuestro corro electrónico formosa@inadi.gob.ar«, señaló.
«Atendemos todo lo que tenga que ver con discriminación, pero también queremos transmitirle a la sociedad que estamos abiertos a escuchar sugerencias, consejos, de organizaciones no gubernamentales que por ahí son afines al INADI es decir que se ocupan de cuestiones que tienen que ver con la discriminación para hacer el trabajo en conjunto», explicó.
«La información y la capacitación para nosotros es un ‘caballito de batalla’ con el cual pretendemos alcanzar objetivos muchos más altos solamente recibiendo denuncias. Si bien una de nuestras funciones es recibir denuncias, realizar investigaciones y enviar para que el INADI central se expida, hemos empezado a hacer charlas sobre bullying o acoso escolar, aunque tenemos pensado abordar otros ejes de discriminación e invitamos a todas las ONG o particulares que por ahí se sientan víctimas o tengan algún familiar que es víctima de discriminación, para que se acerque, nos haga su aporte, su sugerencia y empecemos a hacer trabajos en conjunto con la sociedad», finalizó Zieseniss.
Semiratu Zakaru me explicaba bajo el sol ardiente de esta ciudad por qué en Ghana la nueva prohibición en contra de algunas cremas para aclarar la piel no va a funcionar; de pronto uno de sus amigos, Desmod Kwamina Odonkor, se acercó e interrumpió nuestra conversación, lleno de confianza y actitud juguetona.
“Tienes que dejar de blanquearte”, dijo a media voz. Después le guiñó un ojo y se alejó.
Semiratu, una peluquera de 23 años, volteó los ojos. Ese consejo, en su opinión, no era válido por la simple razón de que “todas sus novias son de piel clara”. Ella no iba a dejar de utilizar la crema Viva White ni la loción Clinic Clear que había, a lo largo del último año, aclarado varias tonalidades de su piel color chocolate con leche.
Aquí, en el oeste africano, el corazón de la industria multimillonaria de productos para aclarar la piel, hay mensajes contradictorios. Ahora, a las mujeres les dicen que está mal e incluso que es ilegal blanquearse la piel. Al mismo tiempo, están inundadas de mensajes —y ni siquiera son subliminales— que les dicen que ser blancas es hermoso.
El primero de agosto, las autoridades sanitarias de Ghana comenzaron con la prohibición de ciertos productos blanqueadores que contenían hidroquinona, un ingrediente que altera la síntesis y la producción de melanina, la cual puede proteger la piel del intenso sol de esta región.
Algunos cálculos muestran que el porcentaje de mujeres en África occidental que utilizan crema blanqueadora puede llegar al 70 por ciento; las autoridades dicen que están preocupadas de que pueda haber un alza repentina de cáncer de piel porque estos productos atacan al protector natural de la piel.
Sin embargo, la prohibición en Ghana no ha llegado al punto de eliminar los innumerables anuncios sobre cómo obtener una piel “perfectamente blanca”. Tampoco han desaparecido las cremas de las tiendas.
Aquí, en el mercado Makola, muchísimos puestos tienen las paredes llenas de pociones para aclarar la piel. Están el Ultra Fair Super Whitenizer de Caring Chemistry, que promete “acción blanqueadora restaurativa ultrarrápida”, y la Grace White Loción Corporal de Doble Acción 100 % Blanqueadora de Grace White Cosmetique, que incluso muestra fotografías del antes y después: las fotos del “antes” muestran un par de piernas morenas claras, cruzadas, mientras que la foto del “después” muestra piernas blancas.
Sin duda los hombres no han abandonado la búsqueda de mujeres de piel clara. La mayoría no lo dice. Sin embargo, por mucho tiempo la situación africana es que mientras más alto en la escala social está el hombre, es más probable que su esposa o novia tenga piel clara. Solo haga una búsqueda de imágenes en Google sobre “esposas de presidentes africanos” (se puede sustituir por “jugadores profesionales de fútbol” y “hombres de negocios exitosos”).
En Accra, una representante del gobierno autorizada para hablar con los reporteros acerca de la prohibición causó burla entre los camarógrafos, pues decían que su propia piel estaba aclarada artificialmente.
Poco después, el jefe de la oficina del gobierno de Ghana encargado de imponer la prohibición, expresó alivio de que su hija de tres años no tuviera la piel tan oscura como la suya. “Por suerte”, dijo Emmanuel Nkrumah, “ella es más clara que yo”.
Nkrumah simplemente expresó su deseo de que su hija no se tope con el racismo que él ha sufrido y capturó el conflicto inherente que las autoridades de Ghana tratan de evitar. Prohíben los productos que le dan a las mujeres piel más clara (aunque nadie cree que la prohibición vaya a funcionar) sin prohibir el mensaje social que les dice a las mujeres que deben tener la piel más clara.
Al salir de la oficina de Nkrumah después de nuestra entrevista, mis dos colegas y yo seguíamos hablando sobre la expresión “por suerte”.
“No puedo creer que haya dicho ‘Por suerte’”, le dije a Eugenia Tenkorang, una mujer de Ghana que me acompañó a la entrevista.
“Por suerte” porque su hija tenía menos posibilidades de que le dijeran que es muy oscura para ser hermosa. “Por suerte” porque su hija no verá los anuncios en Accra y se preguntará por qué ninguna de las modelos se parece a ella. La frase “por suerte” de Nkrumah fue el reconocimiento de una situación real sin el filtro de lo políticamente correcto.
La situación nos quedó clara a Eugenia y a mí.
Junto con la fotógrafa Jane Hahn, nos autonombramos el “escuadrón deslavado” pues nuestros entrevistados insistían en redirigir el asunto hacia nosotros y hablar de nuestros propios tonos de piel. Jane, una estadounidense de ascendencia coreana, vive en Senegal, así que está mucho más bronceada que las mujeres coreanas de Seúl, quienes también usan blanqueadores. Sin embargo, en África occidental se le considera blanca.
Por mi parte, nací en Liberia, pero soy descendiente de esclavos estadounidenses que colonizaron el país en 1822 y que se mezclaron, en algún momento u otro, con estadounidenses blancos, así que soy más como un café con leche, lo que me sitúa como de piel clara bajo los estándares africanos. Eugenia, de Larthe, en la región este de Ghana, tiene una complexión color chocolate muy oscuro. Y es muy atractiva.
Sin embargo, nos decían a las tres constantemente que Jane y yo teníamos el color de piel preferido. “Nos ponemos las cremas para vernos bien, como tú”, Beatrice Lampty, una vendedora del mercado del barrio Jamestown, nos dijo horas antes.
“Cuando tuve una mujer blanca aquí como secretaria, la gente venía a mi oficina todo el tiempo”, nos dijo el Dr. Edmund Nminyem Delle, un dermatólogo que durante tres décadas ha hecho campaña en contra de los blanqueadores de piel. Igual reconoció que las mujeres se sienten presionadas a blanquearse. “Ella era mestiza. Me quería casar con ella”. Terminó por casarse con otra mujer morena clara y dice que sus hijos, uno oscuro y otro claro, prefieren mujeres de piel clara.
“Por favor, discúlpenme por lo que voy a decir”, Nkrumah, el servidor público, le dice a Eugenia durante la entrevista, antes de señalar hacia Jane y hacia mí. “Pero si le preguntas a diez hombres, te darás cuenta de que solo dos de ellos dirán que eres más atractiva que estas dos señoritas”.
Eugenia, que no se aclara la piel, demuestra un gran sentido de autoconfianza. “Los veo”, dice, al referirse a todos los anuncios y los mensajes. “¿Que si me molestan? No. He aprendido a quererme”.
En Estados Unidos, la elección de Donald Trump (quien ganó en gran medida gracias al electorado blanco) ha puesto nerviosos a muchos, pues reaviva las dudas sobre cuál es el papel que tiene el color de piel en la vida diaria.
La ganadora del Nobel de Literatura Toni Morrison, en un ensayo publicado en la revista New Yorker llamado Duelo por la blancura, que escribió después de que Trump fue electo, explora los viejos prejuicios incluso entre los estadounidenses acerca de que ser blanco es mejor. Por ejemplo, Morrison escribió sobre las cosas que damos por hecho y que acompañan al ser blanco, como la “confianza de que no te estarán vigilando en una tienda” para que no robes.
También la gente se blanquea en Asia; las cremas y lociones son tan comunes en las farmacias de Seúl como las sombras de ojos. Lo hacen en Europa, a pesar de las restricciones a la venta de hidroquinona. Puedes entrar a cualquier salón de belleza para negros en Londres y encontrarás cremas y lociones blanqueadoras.
Pero ¿en África? Si no puedes tener la piel oscura en África, ¿entonces dónde?
Semiratu Zakaru, con su hijo en Accra, se ha aclarado la piel durante algunos meses.CreditJane Hahn para The New York Times
El “porqué” data de varias centurias y revela los efectos de la colonización que aún perduran. Cuando los europeos colonizaron África, trajeron la vieja creencia de que eran una raza superior y establecieron la estructura de clases que existe aún hoy, 50 años después de que los países africanos recuperaron su independencia.
En muchos países de África occidental, en lo más alto de esa estructura clasista están los blancos migrantes, ya sean diplomáticos europeos que viven en barrios caros, los miembros de la embajada de Estados Unidos que viven en sus complejos residenciales amurallados o los mercaderes libaneses en sus tiendas de electrónicos.
En la jerarquía le sigue la gente mestiza. Los colonialistas europeos que vinieron a África y se mezclaron con africanos tuvieron descendencia mestiza, que fue entonces considerada como una clase superior a los africanos de raza pura. El sistema apartheid de Sudáfrica llegó al grado de consagrar legalmente a la gente mestiza, llamados coloureds.
No solo las mujeres se abalanzan sobre las cremas blanqueadoras. Braimah Kamoko, el boxeador de peso completo de Accra, mejor conocido como Bukom Banku, generó una gran controversia este año cuando le confirmó a los reporteros lo que todos podían ver: que obviamente se estaba aclarando el color natural de su piel. Kamoko, en pocos meses, cambió de marrón oscuro a un bronceado amarillento, gracias a, según dijo, crema blanqueadora.
“Me estoy blanqueando la piel porque cuando John Mahama gane las elecciones de 2016, me nombrará embajador en Alemania”, dijo Kamoko en Radio Gold, al hacer referencia al presidente de Ghana. Tener la piel más clara, dijo, le permitirá a la “gente alemana darse cuenta de que ellos y Bukom Banku” son uno mismo.
Kamoko fue objeto de escarnio público por su declaración y cuando Eugenia, Jane y yo lo localizamos cerca de su casa en el barrio Jamestown, al parecer había dejado de blanquearse, pues su color era otra vez oscuro. No tenía ganas de hablar. Nos evadió, no sin antes decir que, en su opinión, la prohibición de Ghana no iba a detener a la gente de blanquearse.
En Jamestown, Lydia Neequaye, de 46 años, una vendedora de galletas que comenzó a blanquearse la piel cuando tenía 21 años, dijo que está feliz de que el gobierno haya prohibido las cremas. Su cara está descolorida, con manchas oscuras en algunos lugares y manchas más claras en otros.
Hace unos años dejó de blanquearse cuando se dio cuenta de qué tan descolorida estaba su piel. Después de un tiempo, algunas partes de su piel regresaron a su color original.
La ONU lamentó hoy que Uruguay no haya adoptado aún un plan nacional contra el racismo y la discriminación y expresó su preocupación por que el Estado no cuente con una política integral de lucha contra la discriminación racial.
El Comité de la ONU para la Eliminación de la Discriminación Racial publicó hoy sus observaciones finales sobre Uruguay.
En el documento, los expertos de Naciones Unidas expresan su preocupación por la «persistente discriminación estructural» en contra de la población afrodescendiente, lo cual se ve reflejado en la brecha de desigualdad en términos de pobreza y exclusión social que afecta de manera desproporcionada a esa parte de la población.
También destaca la falta de medidas efectivas para promover la participación política de estas personas en todos los niveles de la administración pública e iniciativas para impulsar su participación en cargos directivos en el sector privado.
En el plano educativo, el Comité recomienda al Estado uruguayo que redoble sus esfuerzos para garantizar el disfrute del derecho a la educación sin ningún tipo de discriminación a la población afrodescendiente.
En particular aconseja adoptar medidas dirigidas a los adolescentes, a fin de corregir las disparidades en los logros educativos, reducir los altos índices de deserción escolar y promover el acceso a la educación terciaria.
En cuanto a los indígenas, los expertos siguen preocupados por la persistencia de estereotipos y prejuicios en su contra y que personas de ese origen continúen siendo objeto de actos de discriminación racial.
Recomiendan al Estado uruguayo que adopte un plan para reconocer y dar mayor visibilidad a estas personas, y que realice un estudio que permita determinar con mayor claridad cuáles son los pueblos indígenas que han existido y que aún se encuentran en el país.
Por otra parte, los expertos de la ONU hacen referencia a la necesidad de que Uruguay adopte las medidas necesarias para combatir las discriminaciones que enfrentan las personas lesbianas, gais, bisexuales, transexuales e intersexuales.
A su vez, solicitan al Estado que promueva la integración social de los refugiados y solicitantes de asilo, y combata la discriminación racial y los estereotipos que enfrenta la población migrante.
Por todo ello el Comité recomienda a Uruguay que elabore una política nacional integral de lucha contra la discriminación racial que incluya la adopción de un plan nacional contra el racismo y la discriminación.
Tanto el proceso de elaboración como el de implementación debe llevarse a cabo con la participación efectiva de la población afrodescendiente, así como de personas de origen indígena y aquellas pertenecientes a otros grupos minoritarios que continúan enfrentándose a la discriminación y a la exclusión social.
Otra de las medidas que proponen los expertos de la ONU se refiere a la necesidad de incluir en la legislación uruguaya una prohibición «clara y explícita» de discriminación racial y que contemple los actos de discriminación directa e indirecta en todas las esferas del derecho y de la vida pública.
La Agencia de Seguridad y Respuesta a las Emergencias ha publicado un libro electrónico para que los policías locales puedan tener a su disposición materiales y recursos educativos sobre los que trabajar en las charlas que imparten en los centros escolares.
Acoso escolar o ‘bullying’, racismo, violencia de género, drogas y redes sociales y riesgos asociados al uso de internet son algunos de los temas que suelen tratar los agentes cuando acuden a los centros escolares, según un comunicado de Generalitat.
La realización de esta guía práctica surge como resultado del curso de capacitación pedagógica para docentes que participan en las charlas educativas de los centros escolares impartido desde el año pasado en el Instituto Valenciano de Seguridad Pública y Emergencias (IVASPE) dentro de sus planes de formación continua.
Han sido los propios policías locales y docentes que cursaron esta acción formativa quienes han trabajado en el desarrollo de los materiales y recursos que hoy conforman el libro electrónico.
Un material que se puede descargar en el enlace http://www.presidencia.gva.es/web/seguridad/publicaciones y cuyo objetivo es facilitar la preparación de los agentes para impartir las charlas sobre los temas que más preocupan a la sociedad.
El director de la Agencia de Seguridad y Respuesta a las Emergencias, José María Ángel, ha explicado que la idea de este proyecto es «contribuir a la formación de calidad de estos profesionales y valorar la función socio educativa de la policía».
«Se quiere romper estereotipos sociales negativos y acercar su figura al ciudadano, como agentes de actuación en la comunidad educativa que participan directamente en acciones destinadas al alumnado, al profesor y a los padres», ha agregado.
Según Ángel, esta nueva apuesta formativa impulsada desde el IVASPE «redundará en agentes más cualificados para contribuir a la mejora de la seguridad y la convivencia en los entornos escolares».
El fracaso de los diferentes proyectos de Estado nación en América Latina plurinacional se debe, en buena medida, al racismo y a la ilusión por la “sangre azul” que habitan y habitaron a muchos de sus pensadores.
El racismo legitimado por la academia, en buena medida, fecundó pensadores esquizofrénicos, avergonzados de sus genes indígenas, ilusionados por la “blanquitud” aparente, condenados a la eterna ficción y anomia existencial. Así, la condición de colonialidad remozada se normalizó en la filosofía y ciencias sociales latinoamericanas.
Guatemala y el cotidiano racismo de sus intelectuales
La pasada semana, el octogenario “intelectual guatemalteco”, de renombre internacional, Edelberto Torres-Rivas, en una entrevista radial, en Guatemala, sentenció:
“Los indígenas son tristes y desconfiados”, y lamentó que gente miserable de Las Hurdes, Extremadura, España, haya sido quienes colonizasen Guatemala (hace cinco siglos) y no los catalanes de piel más blanca y ojos azules.
El intelectual “progresista”, máximo consultor (casi vitalicio) de PNUD, CEPAL, FLACSO, BM, etc., reiteró lo que sus predecesores “intelectuales de renombre” ya habían instalado en el imaginario colectivo hegemónico: Es la herencia genética y cultural indígena la que traba y trabó el desarrollo de Guatemala.
Esta externalización del espíritu del prominente intelectual indica no sólo la vigencia encubierta del vergonzoso deseo de la eugenesia (para blanquear los policromáticos genes de guatemaltecos) instalado en el espíritu del intelectual chapín, sino también que las políticas públicas, los programas de cooperación al desarrollo y los contenidos de la academia están definidos en buena cuenta por las supersticiones (miedos y deseos) de intelectuales racistas.
La academia latinoamericana premia el racismo y censura la autenticidad
Las inconclusas historias de los países latinoamericanos están empedradas de renombrados pensamientos racistas de prominentes filósofos etnofágicos como Guillermo Francovich, Gabriel René Moreno (ambos en Bolivia), José Vasconcelos (en México), Alejandro Deustúa (en Perú), por mencionar algunos. Reconocidos y premiados literatos racistas (incluso premios nobel) como el guatemalteco Miguel Ángel Asturias o el peruano Mario Vargas Llosa, conforman la pléyade de las letras.
Lo vergonzoso no es el racismo expresado por estas “eminencias” premiadas y galardonadas a nivel regional y mundial, sino que sus ideas racistas y sus deseos supersticiosas fueron y son enseñadas y asimiladas en los diferentes centros de formación/investigación como verdades científicas. Los miedos y deseos de pensadores racistas, edulcoradas con tecnicismo científicos, se constituyen en verdades replicadas y asimiladas por mestizos e indígenas en las universidades y centros de investigación.
Organismo regionales y mundiales, que administran miles de millones de dólares supuestamente para superar los males congénitos de los “países subdesarrollados”, pagan y asumen los informes/ideas prejuiciosas de estos pensadores como líneas científicas para sus programas de desarrollo. Quizás por ello Latinoamérica continúa siendo una de las regiones más desigual y racistas del mundo.
Informes de las consultorías de estos pensadores, incluso salen con el rótulo de “interculturales” o “multiculturales”. Torres-Rivas escribió un informe/cuaderno para PNUD, en 2005, titulado La Nación Multicultural y el Racismo. Esto es lo preocupante. ¿Será que lo hacen inconscientemente?
Todas las políticas públicas eugenésicas (orientadas a aniquilar genética y culturalmente a los pueblos indígenas), en los diferentes países latinoamericanos, estuvieron y están orientadas y fundamentadas en las “verdades científicas” formuladas o copiadas por intelectuales habitados por el racismo y el deseo iluso por la “sangre azul”.
Las guerras de exterminio contra pueblos indígenas, como el genocidio en Guatemala, estaban fundamentadas en “fórmulas científicas” de intelectuales, discípulos de Joseph Arthur de Gobineau.
No se puede, ni se podrá, democratizar a los países latinoamericanos, culturalmente megadiversos, premiando el racismo y a sus ideólogos. Como tampoco las y los indígenas despiertos estaremos dispuestos a continuar sometidos a los estados etnofágicos.
En otros términos, mientras el racismo esté académicamente premiado, socialmente permitido, y políticamente establecido en las instituciones públicas y privadas, jamás habrá democracia integral para nadie, mucho menos estabilidad para el mal desarrollo de las élites privilegiadas.
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