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Libros y lápices para cambiar el mundo

Por: Rodrigo J. García

“La finalidad de la educación es despertar el deseo de aprender juntos con herramientas para transformar la realidad.”

Las trabajadoras de la Fundación ‘Tierra de Hombres les han visitado para informarles del destino del dinero que chicos y chicas de la clase de segundo de primaria les habían entregado el pasado curso. Venían acompañadas de una niña de 6 años y de su familia de acogida. Habían conseguido traerla desde la República deBenín para operarla de corazón y salvarle la vida. Durante el encuentro la niña se mostró realmente contenta y en la clase todos estaban sorprendidos, algo nerviosos y muy alegres. Sólo había que mirar sus caras.

La niña de ‘Benín’ volvería pronto con su familia, totalmente recuperada. Fue un momento cumbre, el alumnado había tomado conciencia del valor y sentido de lo aprendido y la necesidad de comprometerse con la mejora de las condiciones de vida de cada rincón de este mundo.

Éste es el final de un proyecto pedagógico sustentado en la creación de una moneda social (La Almendrita).

Visita a la clase de la niña de ‘Benin’ | ISABEL GARCÍA-CERNUVisita de la niña de ‘Benín’ | Isabel García-Cernuda

Las monedas sociales, locales, complementarias o alternativas son una herramienta creada y utilizada por colectivos, asociaciones, cooperativas, autónomos… con el propósito de fomentar el trabajo y el consumo local. Se trata de ‘empoderar’ a las comunidades locales en la autogestión y consecución de objetivos sociales concretos. No son de curso legal, no cuentan con el respaldo de un Estado y, sin embargo, incorporan una solidaria visión de la convivencia. Son sistemas monetarios de vecindad, basados en la confianza y la reciprocidad, que facilitan el intercambio de productos, servicios y conocimientos.

Contrariamente al dinero habitual, una moneda social no es acumulable, ni funciona fuera de una zona determinada; cuenta con una cantidad limitada, un ‘monto total’ que depende del número de usuarios. No permite la acumulación, ni la especulación; se mantiene, por tanto, alejada de cualquier fenómeno de inflación o deflación. Una moneda social existe sobre la base de la riqueza que genera cada colectivo con sus bienes y servicios, lo que contribuye a involucrar a la ciudadanía en la gestión de las políticas locales.

 Gloria Palomo (directora del Colegio): “Uno de los logros más importante que hemos conseguido en nuestro centro ha sido introducir los proyectos de ApS en el currículo del centro.

A veces es difícil, pero ha sido una conquista de nuestro colegio evitar que las actividades de desarrollo del proyecto se hagan de manera paralela al currículo. Es una dificultad importante, pero creemos que es algo que debemos superar.

No es un trabajo de ‘buena voluntad’, es una tarea de rigor profesional que aporta el eje necesario al desarrollo ‘con sentido’ del currículo. Desde cada una de las áreas se va alimentando el proyecto y su desarrollo. Creo que esto es un logro profesional importante que hemos conseguido en nuestro trabajo de centro.”

Este proyecto de creación de una moneda social coherente con el concepto de ApS estaba también enmarcado en una ambiciosa acción colectiva: La “Red Andaluza ‘Escuela: Espacio de Paz’ ”. Una red de centros que, en colaboración y con su quehacer diario, testimonian la viabilidad de construir espacios de convivencia positiva en comunidad. Esta concepción preside durante los últimos seis cursos la labor profesional del Colegio ‘Malala’.

La creación activa de espacios de paz otorga sentido a muchos de los proyectos que se despliegan, curso a curso, uno por cada nivel, en el centro. Desde los tres años hasta sexto curso, el alumnado tiene la oportunidad de transitar por nueve proyectos que les exigen tomar iniciativas y actuar en la mejora de las condiciones sociales. En esta ocasión, nos ocupamos de uno de estos proyectos: ‘La almendrita por la infancia migrante’, desarrollado por el alumnado de segundo curso de educación primaria, en el curso escolar 2017-18.

La maestra Isabel García-Cernuda, impulsora del proyecto, nos comenta las pretensiones que tenían, los avances logrados en los aprendizajes, el acierto de haber encontrado una forma para que el alumnado se sienta protagonista de su aprendizaje y alude, también, a las dificultades que se encontraron a la hora de crear un diseño pedagógico respetuoso con los principios que sustentan las monedas sociales.

Moneda social: 'La Almendrita'
Moneda social: ‘La Almendrita’

─ Isabel García-Cernuda: “Cuando iniciamos nuestra experiencia de moneda social en el colegio, nos surgieron muchas dudas porque si bien habíamos tenido experiencia de monedas sociales en otros colectivos, en comunidades de vecinos y en barrios, nunca lo habíamos llevado a un cabo en las escuelas. Aunque teníamos claros los objetivos y el tipo de actividades que queríamos realizar y cómo vincularlas a un proyecto y al currículum, nos surgían dudas como, por ejemplo, la de crear una moneda física y su uso, los registros de compra y venta (…)

… llamaba la atención, por ejemplo, cómo el nivel de logro de los objetivos pedagógicos había sido muy alto en áreas muy distintas, porque se había optado por una metodología muy motivadora y porque la implicación del alumnado había sido muy buena y también la colaboración de sus familias (…)

Veíamos crecer la responsabilidad y la empatía de los niños y las niñas y también que a veces se producían conflictos, que nos recordaban a los conflictos que se producen en otros ámbitos de la vida… y que habían tenido la oportunidad de abordarlos de una forma muy constructiva. Las familias nos contaban también que sus hijos habían puesto en valor sus cosas materiales y se sentían afortunados de poder tener esos servicios y cosas materiales…”

Pero mejor escuchémosla en la siguiente grabación


El grupo de alumnos y alumnas de ‘segundo’ llevaba ya varios años colaborando, en distintos proyectos, con la Fundación
 “Tierra de Hombres”, que trabaja con la infancia migrante, defendiendo sus derechos. La creación de una moneda social constituía una nueva oportunidad para seguir con esa colaboración y mantener, a su vez, su trayectoria de proyectos de ApS.

Los favores y servicios entre ellos, con el profesorado y las familias, se sostenían con el propósito de conseguir un número determinado de transacciones, valoradas en 3.000 almendritas, que después de un trabajo previo y en complicidad con el Ayuntamiento de ‘Mairena del Aljarafe’ posibilitaría la cesión del teatro municipal, donde realizar una representación multidisciplinar abierta a todos y con cuya recaudación contribuir al desarrollo de las campañas y proyectos en favor de la infancia inmigrante en riesgo, desplegadas por la Fundación “Tierra de Hombres”. En esta ocasión, la recaudación iba dirigida a hacer realidad la intervención quirúrgica que salvaría la vida de la niña de la República de Benín.

Entrega de la recaudación a las representantes de ‘Tierra de hombres’ |ampliar foto
Entrega de la recaudación a las representantes de ‘Tierra de hombres’ | COLEGIO ‘MALALA’

El proyecto ‘La almendrita por la infancia migrante’ como todo proyecto pedagógico que se precie, estaba secuenciado y organizado en fases. Se había iniciado con un primer análisis sobre la realidad migrante, sus causas y consecuencias. Continuó, habilitando tiempo escolar y procedimientos de reflexión colectiva y contrastada de opiniones diversas y autorizadas, con las que definir conclusiones propias. Posteriormente, asumieron compromisos individuales y de grupo para transformar una realidad que consideraban injusta. Sometieron todo el proceso a una revisión rigurosa y participada y, por último, difundieron las acciones desplegadas.

1.- Análisis de la realidad y primeras decisiones

Para comenzar con su análisis, el alumnado visitó la exposición “Destino Incierto”. La muestra recogía experiencias de niños y niñas plasmadas en dibujos sobre el incierto viaje que tuvieron que realizar, desde sus países de origen, atravesando el Mediterráneo, para llegar a Europa y encontrar una vida mejor. Contaron, además, con el privilegio de que una de estas muestras se realizó en el Colegio, a iniciativa de la ONG “Tierra de Hombres”.

La exposición ampliar foto
La exposición «Destino Incierto» llega a Sevilla | FUNDACIÓN ‘TIERRA DE HOMBRES’

La exposición tuvo su réplica en los pasillos del colegio y fue activamente visitada por el alumnado que disponía de cuestiones previas con las que analizar las imágenes que se mostraban. Después de la visita, procedían a la correspondiente puesta en común y al debate colectivo de las cuestiones acordadas y trabajadas en la exposición.

A partir de esta reflexión llegaban a conclusiones, que invitaban de nuevo a la reflexión y a la acción.

 ¿Sabéis que hay personas que se van de sus casas y de sus países y se vienen a vivir a España? … y no porque vengan de vacaciones o a visitar a sus familiares, ni nada de eso, no… Vienen aquí a buscar una vida mejor…. Sabéis ¿Por qué?… Algunas veces en los países de donde vienen hay guerras o mucha pobreza.

 También tienen que irse porque en sus países no admiten a gente como ellos, o que piensen como ellos…

– Hay personas que abandonan sus lugares de origen para buscar una vida mejor”.

La recreación de la exposición y algunas de las cuestiones formuladas las podemos visionar y escuchar a continuación

Trabajaron noticias referidas a refugiados y a personas migrantes. Analizaron causas y consecuencias y dispusieron, de esta manera, con más criterios de valoración. Querían tener más información y oír, de primera mano, experiencias fundamentadas. Para ello, solicitaron y consiguieron la visita de las voluntarias de “Tierra de Hombres”, que proyectaron varios vídeos de historias reales y debatieron en clase, con el alumnado, causas y consecuencias.

Continuaban reflexionado colectivamente, utilizando técnicas de análisis y debate como el “arbolgrama” (las raíces son las causas y los frutos las consecuencias) que permitían generar y ordenar ideas colectivas.

Paralelamente, seguían profundizando en el estudio de las características y utilidades de la moneda social. Lo hacían en casa, utilizando algunas pautas facilitadas por su profesora Isabel García y con la ayuda de las familias. Los trabajos se compartían y ponían en común en la asamblea de clase. Fueron, también, expuestos en los pasillos, haciendo publico lo que cada uno había descubierto.

A la luz de este estudio, el alumnado y las familias estaban en mejores condiciones de elaborar listas de servicios y objetos que podrían vender a cambio de moneda social. Surgió, en estos momentos, la oportunidad de dar mayor sentido a sus iniciativas y optaron por la posibilidad de que sirvieran para mejorar las condiciones de vida de niños y niñas, que se veían forzados a migrar por falta de recursos en sus países de origen.

Servicios, objetos y habilidades para el intercambio |ampliar foto
Servicios, objetos y habilidades para el intercambio | ISABEL GARCÍA-CERNUDA

Para cumplir con sus propósitos y a luz de lo que habían estudiado acordaron y promulgaron las normas básicas de uso de “la Almendrita” que, revisadas y renovadas en el presente curso escolar 2018-19, presentamos a continuación…

La moneda social se puso en circulación en enero de 2018, utilizando un grupo de ‘Facebook’ para resolver dudas y compartir favores, objetos y conocimientos. También elaboraron los correspondientes registros de transacciones con nombres, fecha, saldos, servicio y precio.

Registro de transacciones de ‘Almendritas’ |
Registro de transacciones de ‘Almendritas’ | COLEGIO ‘MALALA’

Además del grupo online, prepararon tablones de anuncios con los servicios más solidarios y, a veces, imprevisibles, prestados por alumnos, alumnas y familias.

2.- Reflexión contrastada

Entramos en un segundo momento del proyecto, en el que realizaron una serie de entrevistas a familiares, amistades, personas inmigrantes y trabajadoras sobre las migraciones y las personas migrantes.

Chicos y chicas les hicieron preguntas a sus familiares del tipo…

 ¿Qué te parece que personas de otros países vengan al nuestro para tener una vida mejor?
 ¿Conoces a alguna persona inmigrante?
 ¿Cómo es tu relación con ella?
 ¿Cómo crees que se debería ayudar a las personas extranjeras?

A personas inmigrantes, estas otras:

 ¿De dónde venís?
 ¿Por qué dejasteis vuestro país?
 ¿Qué cosas echáis de menos?
 ¿Cómo os han recibido aquí?
 ¿Habéis conseguido mejorar vuestras vidas?
 ¿De qué manera creéis que se os podría ayudar para que las cosas os resultaran más fáciles?

Y a las trabajadoras de “Tierra de Hombres” ….

 ¿En qué consiste vuestro trabajo?
 ¿Cómo ayudáis a las personas que vienen de otros países?
 ¿Por qué hacéis este trabajo?
 ¿Qué creéis que debemos hacer todos/as para ayudar a las personas migrantes?

Como era habitual, después realizaron la puesta en común en cada grupo, que posteriormente era compartida en la asamblea de clase.

También invitaron al presidente de ‘PROEM-AID. Queremos evitar más muertes en el mar’ para conocer su visión sobre el problema y las circunstancias que rodeaban … “la catástrofe humanitaria en el Mar Mediterráneo, donde miles de refugiados e inmigrantes se juegan la vida en el mar para llegar a la costa europea.”

Reflexión contrastada |ampliar foto
Reflexión contrastada | COLEGIO ‘MALALA’

Continuaron con los debates, por ejemplo, sobre… “las condiciones que deberían cumplir, o no, las personas que vinieran a vivir a nuestro país” …

LA APUESTA EN EL PROYECTO EDUCATIVO POR EL APRENDIZAJE Y SERVICIO

Ilustracion de
Ilustracion de @SILVIAKMPOS

COLEGIO PÚBLICO ‘MALALA’ DE MAIRENA DE ALJARAFE.

En nuestro centro partimos del convencimiento de que la educación no puede limitarse a cultivar únicamente el talento individual. La humanidad ha invertido muchos esfuerzos y dinero en la formación de muchos seres humanos que, a pesar de tener un alto grado de éxito social e intelectual, no cuidan de lo que les rodea, ni cuidan de los demás y, a veces, ni siquiera cuidan verdaderamente de ellos mismos. Estas y otras circunstancias provocan el falseamiento de la realidad. Estamos robando a los niños la capacidad de ver y sentir la realidad que les rodea y, en consecuencia, se les quita la posibilidad de decidir sobre lo que está bien y lo que está mal, es decir, el criterio ético de cualquier comportamiento, dejándolos en un limbo de irresponsabilidad que rápidamente puede transformarse en insatisfacción. Para poder responder a esta situación necesitamos ofrecer excelencia, pero también experiencia ética, es decir, sensibilidad con lo que les rodea y capacidad de respuesta para poder transformarlo y mejorarlo.

Nos encontramos aún en la mitad de la secuencia, nos quedan muchas sorpresas que compartir y seguir describiendo el modo riguroso empleado para avanzar en el proyecto, pero de eso ya nos ocupamos en el próximo post.

Continuará…

(*) Versión para profesionales: ResearchGate (Descargar en PDF).

(**) El título de este post es deudor de la frase pronunciada por Malala Yousafzai (Premio Novel de la Paz) en su discurso en Naciones Unidas el día que cumplió 16 años: “Un niño, un profesor, un libro y un lápiz pueden cambiar el mundo”.

(***) Gloria Palomo García es directora del Colegio Público ‘Malala’ de Mairena de Aljarafe en Sevilla. Desde el curso 2002-03 trabaja en proyectos de ‘Escuela: Espacio de paz’ y con el enfoque de Aprendizaje-Servicio: “Cada aprendizaje culmina con un servicio a la comunidad”, afirma. Es ponente en actividades de formación permanente del profesorado.

(****) Gracias a la profesora Isabel García-Cernuda y al resto de la comunidad educativa del Colegio Público ‘Malala’ por impulsar, acoger y prestar apoyo a este tipo de iniciativas educativas innovadoras.

(*****) Agradecemos la colaboración de la ilustradora Silvia Campos.

En esta ocasión, fue una comunidad educativa, la del Colegio Púbico de Educación Infantil y Primaria ‘Malala Yousafzai (El Almendral)’ de Mairena del Aljarafe (Sevilla), la que decidió crear una moneda social con una fuerte carga educativa y solidaria. La moneda adoptó el nombre de “La Almendrita”, en consonancia con la anterior denominación del Colegio (‘El Almendral’) y del barrio donde se ubica.

La creación de ‘La Almendrita’ y su integración en un proyecto de Aprendizaje-Servicio (ApS) (‘La almendrita por la infancia migrante’), les convirtió en una iniciativa transversal de organización curricular con destacable valor pedagógico.

Imagen tomada de: https://ep01.epimg.net/elpais/imagenes/2019/05/09/escuelas_en_red/1557423081_212099_1557424800_noticia_normal.jpg

Fuente: https://elpais.com/elpais/2019/05/09/escuelas_en_red/1557423081_212099.html

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Entrevista a Henry Giroux: “La crisis de la escuela es la crisis de la democracia”

Entrevista/15 Mayo 2019/Autora: Ana Torres Menárguez/Fuente: El país

El pedagogo estadounidense Henry Giroux reclama una reforma del sistema educativo para que el pensamiento crítico impregne todas las asignaturas

Henry Giroux (Providence, 1943), uno de los académicos más reconocidos en Canadá y uno de los impulsores de la llamada pedagogía crítica, tiene un discurso radical sobre los fallos del sistema educativo. Él no habla de los resultados de las pruebas PISA—que miden el conocimiento en ciencias, matemáticas y comprensión lectora de los alumnos de 15 años en los países de la OCDE—. De hecho, cree que las pruebas estandarizadas son una estrategia de la derecha para desviar la atención del «verdadero» problema de la educación: no fomentar el pensamiento crítico para crear ciudadanos «conformistas» que no reclamen nada a las administraciones.

Afincado en Toronto, Giroux es conocido por sus publicaciones conjuntas con Paulo Freire, uno de los pedagogos de referencia del siglo XX por su teoría de la pedagogía del oprimido, donde propone la rebelión de los más desfavorecidos a través del acceso a la educación. Giroux, investigador en la McMaster University de Ontario, fue incluido en la obra Fifty Modern Thinkers on Education: From Piaget to the Present (Routledge, 2002), que nombra a los 50 pensadores que más han contribuido al debate educativo en el siglo XX.

Giroux, que acaba de publicar el libro La guerra del neoliberalismo contra la educación superior(Herder), critica que las universidades están siendo atacadas con recortes continuos en su financiación, especialmente los departamentos de humanidades, para que dejen de ser centros de pensamiento. La semana pasada, tras dar una conferencia en el Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona, atendió a este diario.

Pregunta. ¿Qué es la pedagogía crítica?

Respuesta. No es un método que se pueda aplicar en los colegios. Es una revisión del tipo de escuela que queremos. Es un intento por reconocer que la educación es siempre política y el tipo de pedagogía que se usa tiene mucho que ver con la cultura, la autoridad y el poder. La historia que contamos o el futuro que imaginamos se refleja en los contenidos que enseñamos. La pedagogía tal y como está planteada ataca en lugar de educar. Es un sistema opresivo basado en el castigo y en la memorización, que persigue el conformismo. Hay que desarrollar otros métodos que formen alumnos capaces de desafiar las prácticas antidemocráticas en el futuro.

P. Desde hace unos años, ha habido una ola de innovación educativa que ha transformado muchos colegios. ¿No cree que estén cumpliendo esa función?

R. Las escuelas están siendo atacadas, especialmente desde Gobiernos fascistas y de derechas. En Brasil, Bolsonaro ha animado a los estudiantes a denunciar a los profesores de izquierdas de un supuesto adoctrinamiento y quiere eliminar todas las referencias a Paulo Freire de los temarios. Acaba de anunciar un recorte en las carreras de humanidades como filosofía y sociología para priorizar profesiones que «generen un retorno al contribuyente». La crisis de la escuela es la crisis de la democracia. Los gobiernos de derechas no quieren que la gente piense y la educación tiene un papel central en la lucha contra las narrativas tóxicas y el surgimiento de ideologías ligadas a la supremacía blanca.

P. ¿Cómo se puede aterrizar el cambio que propone? ¿Cree que los partidos de izquierda sí están a la altura?

R. Primero el interés tiene que venir de la calle, de la comunidad de vecinos y de los propios profesores. El poder se tiene que tomar la educación en serio. La izquierda es muy estúpida en lo que se refiere a la educación. No se dan cuenta de la importancia que tiene. En Estados UnidosObama replicó el programa de los republicanos, el teaching for the test(focalizar la enseñanza en la superación de exámenes estandarizados). Los exámenes forman parte de un discurso de opresión, son una forma de disciplinar a estudiantes y a profesores y restan imaginación a los alumnos. Se tiene que potenciar el diálogo, la construcción de identidades y cómo encajar a los otros, por ejemplo, a la minorías.

P. ¿Cuál es el peligro de los exámenes?

R. Son una estrategia para hacer ciudadanos menos críticos. A los profesores se les ha dicho que no son intelectuales, que son tecnócratas y que están ahí para medir el conocimiento de los alumnos, que lo que importa son los exámenes. Parece que la evaluación es el centro del sistema educativo. Pero la función de la escuela debería ser conseguir crear ciudadanos tolerantes, con capacidad de diálogo. El colegio es el lugar donde se crean las identidades. ¿Quién quieres ser? Cuando el profesor y los contenidos son incuestionables, están inculcando una forma autoritaria de entender la sociedad. Silenciar las dudas sobre lo que viene dado desde arriba. La derecha sabe tomar ventaja de eso.

P. Canadá es un ejemplo de inclusión en las aulas. ¿Cree que es un referente?

R. Canadá tiene un sistema muy progresista, pero tampoco se salva. En Ontario el nuevo primer ministro, Doug Ford, del partido conservador, ha suprimido las clases de educación sexual y ha obligado a volver al plan de 1990. Quiere centrar el sistema en educar para el trabajo. Los gobiernos transforman la educación en algo que no debería ser.

P. ¿No cree que las escuelas deben preparar a los alumnos para las habilidades que pide el mercado de trabajo? Van a encontrar un terreno muy competitivo.

R. No les tienen que preparar para el trabajo que tendrán en el futuro, sino para el tipo de sociedad en la que quieren vivir. Te ofrezco las habilidades digitales para que trabajes en Google o en Facebook, pero vivirás en una sociedad fascista e intolerante. Eso no vale. Hay que priorizar que aprendan a ser ciudadanos informados cuando hay partidos de extrema derecha que están ascendiendo al poder.

P. Le podrían acusar de tener una visión demasiado utópica.

R. Sobrevivir no es solo encontrar el trabajo adecuado, es reclamar un buen sistema público de salud o el derecho a una vivienda digna. El sistema escolar, basado en la competitividad entre iguales y en la idea de ganadores y perdedores, enseña a creer que cuando tienes un problema la culpa es tuya. Que los problemas son individuales. Las personas no pueden trasladar los problemas personales a carencias del sistema. Así surgen individuos alienados que se culpan a sí mismos de su situación desgraciada. «No hice lo suficiente en el colegio, por eso me va mal», piensan, en lugar de mirar al estado del bienestar, ver si se está desmantelando. Hay que enseñar a luchar y a exigir a la administración que cumpla sus obligaciones.

P. En su último libro hace una crítica muy dura al trato que dan los Gobiernos a las universidades.

R. Trump ha amenazado con retirar fondos federales de universidades que cree que están copadas por liberales e izquierdistas y ha propuesto reducir el presupuesto educativo en 7.000 millones en 2020. El 70% de los profesores de educación superior en Estados Unidos tienen contratos a media jornada.Eso afecta a su libertad de expresión, piensan que si hablan pueden ser despedidos. Tienen miedo de movilizarse contra la administración. La universidad debería ser un espacio para el diálogo. Las universidades cada vez funcionan más como empresas, no contratan intelectuales para liderarlas, sino CEOs. Los estudiantes se han convertido en clientes. La gente joven es un valor en el que merece la pena invertir, una inversión a largo plazo. Pero los políticos, tanto de izquierdas como de derechas, solo buscan resultados a corto plazo.

Fuente: https://elpais.com/sociedad/2019/05/09/actualidad/1557407024_184967.html

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Entrevista a Jose Luis Corzo: “Hay terror a que los alumnos aprendan a leer la actualidad”

Entrevista/09 Mayo 2019/Autor: Rodrigo Santodomingo/Fuente: El diario la educación

Siguiendo la senda trazada por el italiano Lorenzo Milani, el escolapio José Luis Corzo ha dedicado su vida a denunciar la desigualdad como fuente principal del fracaso escolar. Su lucha ha ocupado todo el espectro educativo, desde las altas instancias hasta la atención directa a los alumnos más humildes.

A finales de los 60 José Luis Corzo (Madrid, 1943) era voluntario en un programa de apoyo extraescolar para chavales de una barriada romana. Una tarde, Corzo fue invitado a no volver. ¿Su error? Reprender a los alumnos e instarles a portarse bien o, de lo contrario, quedarse en casa. La joven que escuchó la bronca le despidió regalándole un ejemplar de Carta a una maestra, publicado en 1967 por Lorenzo Milani y sus estudiantes de Barbiana, pequeña localidad en las montañas de la Toscana. Corzo devoró el libro esa noche, captó el mensaje y, al instante, trazó un plan de vida: volcarse con el desfavorecido en una lucha sin cuartel contra la desigualdad y el fracaso escolar.

El madrileño fundó en 1971 la Casa-escuela Santiago Uno, que aún funciona en Salamanca. Allí aplicó los preceptos milanianos: cultivo de la palabra, cooperación entre alumnos, vínculo de la escuela con la actualidad y la realidad social, evaluación colectiva. Corzo compagina desde entonces su vocación docente con una incansable labor difusora de las ideas pedagógicas de Milani. Traducciones, obras monográficas, revistas, asociaciones, conferencias… No hay medio que escape a su gran pasión.

Profesor emérito de Teología en la Universidad Pontificia de Salamanca, el escolapio nos recibe en su casa de Madrid. “En esa habitación nací yo”, apunta. Hablamos sin prisa sobre Barbiana, su experiencia en Santiago Uno, el encaje de Milani en la escuela actual. Corzo ocupa una silla austera y cede al periodista un confortable sillón, justo al lado de una pila de CDs. Entre los maestros de la música clásica, se cuelan Manu Chao, Carlos Cano o Radio Futura.

Milani insiste en que la mayor injusticia es tratar igual a los que no son iguales. Un pionero de la discriminación positiva.

La educación personalizada está presente en la historia de la pedagogía, pero no tanto la educación compensatoria, la idea de que al profesor le pagan para que atienda, ante todo, al último. Un estado democrático se tiene que preocupar de que todos estén al mismo nivel, por ejemplo, ante unas elecciones. Si el pueblo tiene el poder, la escuela obligatoria ha de igualar, no seleccionar a los mejores.

Igualdad, entonces, de oportunidades para el ejercicio de la ciudadanía.

No se trata de uniformar, si no de desarrollar en la persona una base que le permita hacer su vida según sus posibilidades.

Con esa aspiración en mente, la cooperación en el aula se antoja esencial.

Los que van más adelantados, por edad o gracias a su capacidad intelectual, deberían ayudar a los que van detrás.

Habrá escuchado mil veces la objeción recurrente a un planteamiento tan radicalmente igualitario: solo conduce a igualar por abajo y a penalizar la excelencia.

Lo que surge de Barbiana es una escuela que atiende al último para que aprenda y siga, nunca un rebajar los objetivos generales. Al contrario. Con los medios tan insignificantes que tenía ese hombre en aquel monte en los años 60, sus alumnos aprendieron, sin ir más lejos, idiomas que les permitieron viajar los veranos a Inglaterra, Alemania, el norte de África. Aquí en España sí se ha hecho algo para que la igualdad esté a la medida del último: escuela gratis para todos. Un gran absurdo. Lo que los padres ricos se ahorran durante los nueves meses del curso sirve para enviar al niño en verano a EEUU. Milani únicamente quiere que se apoye más a los que menos tienen.

¿Medidas de compensación generalizables a todo un sistema como el español?

Si en las escuelas de niños pudientes hay una ratio de 30, que en las de niños pobres sea de 15. Si las horas de trabajo en las primeras son 5 (y luego esos alumnos siguen aprendiendo en casa), que en las segundas sean 10 con desdoblamiento de profesores. No pasa nada: los niños no se mueren de aprender.

Carta a una maestra pone el acento en el tiempo extraescolar como núcleo de desigualdad. Las tardes, los fines de semana, las vacaciones. Allí germina el fracaso. Para Milani, los desfavorecidos necesitan siempre más escuela.

Nosotros en Santiago Uno creamos una casa-escuela, una cooperativa de convivencia siguiendo la norma, importantísima, de Don Milani sobre la escuela a tiempo pleno. Los fines de semana, salvo uno al mes, los chavales no se iban con sus familias, y organizábamos horarios intensivos con distintas actividades, por ejemplo de lectura en voz alta. Recuerdo que leímos El disputado voto del Señor Cayo, de Miguel Delibes, un libro pintado para aquellos chicos rudos de pueblos que se estaban quedando vacíos. Se leyó con tanta pasión que los chicos enviaron una carta a Delibes… ¡y éste les respondió!

¿Qué opina sobre el adelanto en la elección de vías académicas o profesionales a los 14 años o antes? Solución fetiche para muchos a la hora de reducir el fracaso.

El paso de los 14 a los 16 años en la escolarización obligatoria fue precipitado, y es probable que en su momento hiciera aumentar el fracaso. Pero ante los itinerarios de la ley Wert o propuestas similares, ese querer que los tontitos se arreglen con cualquier cosa, mi respuesta es no, no y no. Dicho esto, no me parece mal que un chaval pueda empezar una FP a los 14 años, pero siempre desde una óptica de igualdad, no para separar a buenos y malos estudiantes.

Supongo que el problema surge cuando las distintas vías contribuyen a perpetuar las diferencias de origen por presiones sociales, familiares etc. Pienso en esas personas que nunca hubieran obtenido un título universitario sin el apoyo incondicional (y la paciencia) de sus familias. Y a la inversa: estudiantes con vocación universitaria que eligen otro camino ante los obstáculos para sacarse una carrera.

Igualdad de oportunidades implica distintas opciones a libre elección. Y opciones de calidad: aquí seguimos necesitando una buena FP, no una llena de teoría que espante a chavales que ya odian el estudio, muchas veces porque en su momento -por las razones que fueren- se les estropeó la lectoescritura. Recuerdo esos chicarrones de 15, 16, 17 años, con grandes dificultades para leer y escribir, que funcionaban muy bien con la pedagogía oral. Traducíamos los titulares. “¿Qué pasó ayer en Bélgica? ¿Y dónde está Bélgica? Miradlo en el mapa”. Descubrí que eran listísimos, pero la escuela había fracasado con ellos.

Dos prototipos de alumnos ejemplifican la tesis de Carta una Maestra sobre la escuela selectiva. De un lado, Pierino, el hijo del doctor, con un ambiente sociocultural en casa privilegiado. Del otro, Gianni, de familia campesina. La obra explica en detalle por qué uno será licenciado y el otro víctima del fracaso.

Y lo hace con un trabajo estadístico formidable, apoyado en multitud de datos que los alumnos de Barbiana recopilaron. Una de las aportaciones más originales de Milani es que los pierinos también son víctimas, más aun que los giannis, de la escuela selectiva, ya que esta les enseña un mundo que es falso.

Una idea controvertida: el alumno que lo tiene todo de cara para triunfar académicamente también fracasa porque, dice Milani, “deja de pertenecer a la masa”.

Tenemos una clasificación previa en nuestra cabeza según la cual el éxito universitario está en lo más alto. Esto es falso, en la vida real no tiene sentido. Todos conocemos universitarios absolutamente ignorantes de la realidad de la vida. Especialistas sin ningún conocimiento del mundo. Si uno no capta esto en Carta a una Maestra, se ha quedado en la mitad. ¿Aprende la realidad o únicamente a trepar? Esa es la gran pregunta para Pierino.

No sé si he entendido bien la contraposición que plantea la obra entre cultura burguesa (elitismo intelectual, erudición…) y cultura popular (contacto con la naturaleza, capacidad de relacionarse con el prójimo…). A veces parece que minusvalora por completo la primera y glorifica la segunda.

Don Milani tenía una gran cultura y no la desprecia en absoluto. Pero no la superpone a la vida, más bien la integra en ella. La vida de un chaval de 12 años, campesino en la montaña, es vida real. Y no le podemos añadir a Dante o a quien sea, sino que tenemos que intentar que él pueda expresar lo que lleva dentro y lo que ve a su alrededor ante cualquiera, y pueda entender a cualquiera. Así era mi lema en Santiago Uno: entender a todos y expresarse ante cualquiera. Para eso, claro, hay que saber muchas cosas que se dan en esas píldoras que llamamos asignaturas.

Lo que remite a la dicotomía entre instrucción y educación sobre la que usted tanto insiste.

Son dos conceptos que mezclamos constantemente, y son distintos. Instrucción es sabiduría, conocimientos, erudición. La educación es para mí desarrollo de las relaciones personales. Puede haber ignorantes con gran madurez en sus relaciones. Y eruditos cuyas relaciones son un desastre. En la escuela de Milani, la instrucción está encaminada a las relaciones, a la educación como hecho existencial, vital. De ahí la importancia de la lectura de la prensa, de las visitas a la escuela en las que los alumnos preguntan en lugar de esperar una conferencia del visitante.

En términos actuales, hablaríamos de fomentar la inteligencia interpersonal, según las categorías de Howard Gardner. ¿Piensa que esta y otras tendencias -alumno como protagonista de su educación, aprendizaje vivencial- apuntan en la buena dirección?

Tengo el resquemor de que la escuela continúa muy obsesionada con formatear, modelar, modular en una relación entre el que tiene y el que carece. Maestro por encima, alumno por debajo. Esto me parece intolerable. Se han hecho progresos, la inteligencia emocional, la de más allá…, pero me dejan bastante insatisfecho porque no se ha tocado todavía esa verdadera sustancia existencial en la que cada criatura, de su padre y de sus madre, con unos condicionamientos enormes, tiene que, desde ahí, relacionarse con otros y con el mundo de la política, del dinero, de la justicia.

La propuesta de Milani supera el modelo transmisivo en ambos sentidos: instructivo y educativo. Son los chavales los que se educan a ellos mismos mediante sus relaciones colectivas.

Muchos adultos nos quedaríamos impotentes si tuviéramos que vivir las relaciones que viven los alumnos de 14 años. Nos dan sopas con honda. Pero como hemos convertido el saber en un arma de competitividad para el triunfo social y el dinero, nos parece que eso no tiene importancia. Y es la clave de la vida.

Aunque Barbiana nunca sistematizó su metodología, allí se utilizaban enfoques que ahora se agrupan -si bien algunos nacieron hace más de un siglo- bajo el paraguas de la innovación: aprendizaje significativo, cooperativo, motivacional, por competencias… La propia redacción de Carta a una maestra es trabajo por proyectos.

Hay una jerga pedagógica moderna que yo me resisto a asimilar. ¿Aprendizaje por proyectos? ¡Eso es viejo como el mundo! ¡Estaba ahí! ¡Es de cajón de madera de pino! Con la Logse (por otra parte magnífica ley), se empezó a llamar al recreo “espacio temporal lúdico”. Pues muy bien. Los libros de texto eran “auxiliares didácticos impresos”. ¡Déjeme en paz!

Milani encumbra una competencia: la palabra.

Es la reina. La palabra comprendida, la palabra comunicadora. Para él, la verdadera cultura y el objetivo de igualdad pasa por que los alumnos dominen la palabra. En Santiago Uno hacíamos tres redacciones por semana sobre cosas muy concretas: la visita que tuvimos la semana pasada, lo que pasó en el comedor anteayer. También desarrollábamos la escritura colectiva, que es como se redactó Carta a una maestra. O nuestros Escritos colectivos de muchachos del pueblo, que luego vendimos por pueblos de Salamanca. Con lo que sacamos hicimos un viaje a Italia. No sabe lo que se aprende mejorando una frase entre muchos, quitando lo que sobra, aclarándola y haciéndola más directa. Oralmente, había mucha asamblea; Barbiana es muy asamblearia.

También hay un énfasis por priorizar la historia reciente y la actualidad.

No se trata de utilizar los periódicos en la escuela, sino de usar la escuela para poder entender la actualidad que está en los periódicos. En los 80 di muchos cursos, incluso escribí un librito: Leer periódicos en clase. Mi lucha era convencer a los profesores de que no tenían que coger el periódico para apoyar su Geografía o su Inglés. ¡Que no! ¡Que es al revés! La pregunta es si con la asignatura de Geografía se puede entender lo que ocurrió el otro día en Sri Lanka [los atentados que mataron a más de 350 personas]. Hay terror a que los alumnos aprendan a leer la actualidad, porque se piensa que, en cuanto nos acerquemos a lo político, el profesor va a indoctrinar. Y el buen profesor no va a la escuela a hacer socialistas o peperos, sino a que los chavales sepan lo que está haciendo el PSOE y el PP.

Un punto clave en Barbiana: su rechazo visceral a los exámenes.

Don Milani trabajó con un pequeño grupo de chavales de edades diferentes. No le podemos pedir que resuelva el problema de la evaluación en todo un sistema educativo. Pero lo que él hizo puede inspirarnos. Su máxima era que, hasta que todos no entendían determinadas cosas, no se pasaba a otras. Así que toda la clase estaba pendiente de que todos supieran la raíz cuadrada. Esto es un forma de examen, pero un examen colectivo, de grupo. Otras formas de evaluar conducen a la fortificación del listo en una competitividad constante. Y a un exceso de control estadístico.

Milani fija el fin último de la escuela: no tanto proporcionar las herramientas para el éxito individual (que, según denuncia, suele centrarse en conseguir dinero), como enseñar a hacer el bien al prójimo.

Habrá quien vea ahí debajo un pensamiento cristiano y, por lo tanto, parcial. A mí me parece bastante universal. Que el ser humano sea capaz de ayudar a los demás me parece maravilloso. Aprender solo para dar a los demás. ¡Qué mensaje! ¡Incluso yo me resisto ante eso! Yo muchas veces sigo aprendiendo para mí…

Una escuela cristiana aconfesional. Quizá la gran paradoja de Barbiana.

Es tal el drama de haber querido inculcar la fe en la escuela… No es su sitio. Los obispos están equivocados, y es una pena. La escuela no es un buen lugar para el adoctrinamiento, tampoco religioso, pero sí lo es para aprender las religiones. No hay que confesionalizar, sino culturizar la escuela: esa es la propuesta que un servidor ha hecho siempre que ha podido en todos los estamentos de la Iglesia española. Que vayamos a la escuela para todos, no solo para los nuestros, y la convirtamos en un lugar de conocimiento, no de confesión.

Otro mensaje incómodo: su elogio de la austeridad en tiempos de consumismo.

Hecho de menos que Don Milani conociera la problemática ecologista de la que tanto hablamos ahora. Tampoco conoció el movimiento gay, aunque a Barbiana fueron a hablar personas de distintas tendencias sexuales. No se cortaba un pelo. Él nunca renunció al progreso técnico, pero sí consideraba que la austeridad es básica para una vida plena. Vio venir la imposición, a través de los medios y la publicidad, de un consumo que no nos hace falta.

¿Y pensaba que esa obsesión consumista podía cegar al individuo a la hora de adquirir conciencia de clase? Él menciona muchas veces a los jóvenes desclasados.

Ya nadie habla de conciencia de clase. Tú dices lucha de clases en una conferencia y te toman por un marxista trasnochado. Me sorprende enormemente. Que hay clases y que luchan me parece evidente. Hay una frase que mis colegas curas y teólogos nunca citan. Viene a decir que si la Iglesia ofrece su servicio educativo preferentemente a una clase social ya privilegiada, contribuye a robustecerla en un orden social injusto. Fue un francés quien lo dijo, el cardenal Garrone. La conciencia de clase es básica en mis relaciones con el otro, los otros y lo otro, como decía Paulo Freire. Y tener un buen sueldo para poder comprar cosas, sin saber hablar y sin entender lo que te están diciendo, supone rendirte en esa lucha. Pero como en nuestra sociedad el mercado es la ley, ese modelo rige también la escuela actual, incompleta a la hora de favorecer el crecimiento personal del alumno.

Fuente e imagen: https://eldiariodelaeducacion.com/blog/2019/05/08/hay-terror-a-que-los-alumnos-aprendan-a-leer-la-actualidad/

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Malos tiempos para leyes y pactos educativos

Por: Jaume Carbonell

Las reformas educativas son necesarias para extender el derecho a la educación y promover diversas mejoras, pero hoy existe una saturación y quizás conviene aparcarlas temporalmente. ¿No sería más efectivo impulsar un programa de medidas de choque con carácter urgente?

No me atrevo a hacer ningún pronóstico sobre los resultados de esta segunda vuelta electoral donde se dirime el futuro político, social y educativo en la Unión Europea, en buena parte de las comunidades autónomas y en los ayuntamientos. ¿Podrán estos resultados condicionar la política educativa ministerial? Sin duda alguna, pues los acuerdos pueden ser más o menos estables y girar decididamente hacia la izquierda, o bien más volátiles y virar, según los casos, tanto a la derecha como a la izquierda. En ambos escenarios parece, a juzgar por los compromisos previamente adquiridos, que la LOMCE, la reforma educativa más segregadora y conservadora de la democracia impulsada y aprobada casi exclusivamente por el Partido Popular, tenga los días contados. Aunque también existen dudas razonables acerca de su grado de liquidación y de la rapidez con que se produzca. Porque la política da muchos vuelcos y más de una sorpresa.

Supongamos que ya no hay LOMCE. ¿Se planteará una nueva ley de educación y se trabajará para lograr un gran pacto de Estado entre los distintos grupos políticos? Sobre el papel poca gente lo cuestiona pero, en la práctica, las diferencias se imponen a las coincidencias y no hay manera de tirarlo adelante. Basta recordar los esfuerzos infructuosos de algún gobierno para lograrlo. ¿Vamos a escribir de nuevo la crónica de un fracaso anunciado? Y algo aún más llamativo: salvo a los aparatos políticos y algunos núcleos muy sensibilizados y comprometidos de diversos colectivos socioeducativos, el grueso del profesorado y de la comunidad educativa milita, respecto a este asunto, en la pasividad e ignorancia pura y dura. ¿Quién se acuerda o se interesó en su día -y apenas ha transcurrido un año- de las comparecencias de numerosas personas vinculadas al sector de la enseñanza? Dinero y tiempo malgastado y sin retorno. Por otro lado, la comunidad educativa anda harta con tanta reforma ¿Cuántas van en apenas cuatro décadas de democracia? ¿Acaso en otros países, y más aún en los que disponen de sistemas educativos más inclusivos y exitosos, se suceden leyes con tanta frecuencia?

Más interrogantes. ¿Quiere ello decir que las reformas educativas no son necesarias e inclusivo imprescindibles? Sin duda alguna, sobre todo cuando se articulan debidamente los principios de equidad y calidad, extendiéndose la educación para todos y todas en los diversos niveles. Pero ahora no es el momento, porque existe demasiado cansancio, escepticismo, desafección y divorcio entre lo macro y lo micro: entre que se legisla desde arriba y lo que sucede cotidianamente en el piso de abajo, en la realidad de las aulas. Los responsables políticos y educativos tienen, al menos, dos misiones: trabajar para establecer un marco de acuerdos y trabajar aún más para que las decisiones sean conocidas, compartidas y tomadas por la comunidad educativa y el conjunto de la ciudadanía. Y ello requiere crear las condiciones adecuadas para recuperar la confianza y alumbrar consensos y complicidades. Es lo que marca la diferencia entre una democracia participativa que ejerce un seguimiento y control continuo sobre las actuaciones y decisiones de los gobernantes y una democracia formal que se limita a depositar un voto cada cuatro años para elegir a sus representantes.

¿Qué condiciones podrían crearse hoy para recuperar el deseo de participar en un proyecto de reforma educativa? Se me antoja que, en una primera fase, la comunidad educativa agradecería unas medidas de carácter urgente y de amplio consenso que contribuyeran a revertir los severos recursos aplicados a raíz de la crisis, con un presupuesto educativo que alcance el 5% del PIB. Pongamos que hablamos de la reducción de las ratios; de la ampliación de plantillas docentes y de otras figuras profesionales para atender la más amplia diversidad, el fracaso, el abandono escolar prematuro y otro tipo de problemáticas sociofamiliares; de la mayor dotación de becas; de evitar el cierre de unidades públicas, de no conceder más conciertos a la enseñanza y de suprimir los de aquellos centros que segregan por sexos; de la formación permanente del profesorado por parte de las administraciones; de diversos apoyos para la renovación pedagógica; de medidas contra la segregación escolar; de iniciativas experimentales para cambiar el método de acceso a la formación inicial y a la profesión -como ya se está haciendo en algunas comunidades-; de recursos y programas para combatir la violencia de género, promover la educación en valores democráticos y los Derechos Humanos o para la recuperación de la memoria histórica. Para esto no hay que esperar a una nueva reforma educativa, cuyo proceso y aplicación se dilata demasiado en el tiempo. Un gobierno progresista de coalición u otro con gobierno del PSOE en solitario -a la manera portuguesa- con un programa común de legislatura con Unidas Podemos y otras fuerzas minoritarias puede tirar adelante estas medidas: con valentía política y con recursos suficientes. El dinero, obviamente, no lo es todo pero, sin él, no existen milagros (esto sirve para las políticas educativas tanto del Ministerio de Educación como para las de las distintas consejerías de educación de las comunidades autónomas, cada una con sus propias singularidades).

La LOE, la ley anterior, podría seguir funcionando de manera transitoria hasta que se crearan las condiciones antes señaladas para emprender una nueva reforma educativa. Algo que requiere tiempo, debate profundo e implicación de los diversos actores educativos y sociales con objeto de conectar la sociedad con la educación y la comunidad educativa con la Administración. El Documento de bases para una nueva política educativa elaborado por el Foro de Sevilla y que cuenta con numerosos apoyos es un punto de partida para tener en cuenta, aunque no es suficiente.

Contiene temas que han de entrar en cualquier agenda del cambio educativo como el sentido y la apuesta prioritaria por la escuela pública y el lugar de la escuela privada; la laicidad de la enseñanza; la lucha contra la segregación y por la inclusión educativa; la profesión docente, o la función del currículo. Pero hay otras cuestiones que, por su complejidad, exigen un diagnóstico más en profundidad: las nuevas necesidades del desarrollo humano; el sentido del aprendizaje en una sociedad crecientemente compleja; el grado real de renovación pedagógica y de transformación democrática de los centros; o la educación a lo largo y ancho de toda la vida. Las reformas actuales son básicamente y contradictoriamente escolares, cuando la educación adquiere un progresivo protagonismo fuera de la institución escolar. De ahí la necesidad de vertebrar la educación con todos los ámbitos y recursos que afectan la socialización de la infancia y la juventud.

Fuente: https://eldiariodelaeducacion.com/pedagogiasxxi/2019/05/08/malos-tiempos-para-leyes-y-pactos-educativos/

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Experimentar con el arte en la escuela rural

Por: Saray Marqués

Diversas iniciativas por todo el territorio se sustentan en estas tres patas (el rural, el arte y la educación), con el contexto rural imprimiendo su impronta, impregnando todo el proceso.

“La idea era llevar la actividad al colegio La Fresneda, de Siero, pero descubrimos que allí hay una iniciativa similar y surge la oportunidad de llevarlo a la escuela rural. Este reenfoque cambia la filosofía: Vemos que el espíritu del proyecto encaja a la perfección con las necesidades de esos niños y niñas que, por la dispersión geográfica, no tienen tanta oferta. De pronto, nos topamos con una demanda masiva, lo que hace que en este segundo curso sigamos buscando centros con un perfil rural”. Habla Manuel Paz, director de la Orquesta de Cámara de Siero (OCAS) y coordinador de la Escuela de Música Itinerante (EMIS) que llegaba el año pasado a los alumnos y alumnas del CRA de Viella y a tres colegios de Lugones y que se ha extendido este curso a las escuelas de Lieres y Carbayín alto. También al colegio Los Campones, en El Berrón, todos en Asturias.

De 150 niños y niñas participantes en el primer curso, este año se rebasarán los 200, gracias a una iniciativa que cuenta con el respaldo de Fundación Daniel y Nina Carasso (como los qu siguen) y el Ayuntamiento de Siero, y que supone un quebradero de cabeza para encajar los horarios y para que las profesoras puedan cubrir las distancias entre los distintos pueblos.

Los alumnos y alumnas les esperan con los brazos abiertos para practicar en las clases de coro y cuerda (violín, violonchelo, y este año también viola). “La idea es crear una orquesta de cuerda que puede ser la semilla de una futura orquesta sinfónica. Y los coros son un potentísimo motor, pues funcionan desde el minuto uno”, explica Paz, que reconoce que existen nexos con El Sistema de Venezuela, que conocieron gracias a otro proyecto de OCAS, Vínculos, hace más de una década, pero que también cuentan con otros referentes.

Uno de ellos son los Campamentos Multimusicales que pusieron en marcha hace ya siete años, en verano, con talleres para niños y adolescentes de disciplinas como construcción de instrumentos, percusión, danza o iniciación a la dirección de orquesta. “Ha supuesto una enseñanza fabulosa de cómo abordar la educación musical con los más pequeños, con materias lúdicas y divertidas”, reconoce Paz, muy crítico con el actual sistema educativo musical en España: “La reforma de 1992 marcó una línea muy profesionalizada de la enseñanza musical. Cuando un crío entra en el conservatorio con ocho años recibe materias pensadas para que se dedique a la música, con muy poca creatividad y sentido práctico. A desarrollar la música se aprende tocando y cantando, pero en este país tenemos ese gusto por llevar cualquier materia inmediatamente a la parte teórica y técnica, no a la experimental y creativa, lo que provoca muchas insatisfacciones. En los conservatorios estamos formando para leer partituras. La capacidad creativa de un estudiante de música, incluso de un profesor, se acerca peligrosamente a cero. Si preguntamos a 100 titulados superiores de conservatorio quiénes son capaces de improvisar como mucho levantarían la mano 5 o 10. Es gente brillantísima técnicamente, capaz de tocar pasajes de dificultad técnica extrema, pero incapaz de inventar, de crear, y esto es una lacra. Estudiamos y admiramos a quienes eran capaces de improvisar, pero no cultivamos esa capacidad”.

Frente a esta “cierta decadencia”, iniciativas en los márgenes como la EMIS introducen algo de luz. Los alumnos van aprendiendo a solfear a medida que practican con el instrumento o cantan: “Todo se experimenta, y en cuanto cuenten con cierta destreza abordaremos también la parte creativa”, subraya.

Escucha activa

No lejos de allí, la Fundación Cerezales Antonio y Cinia lleva años colaborando con el CRA Ribera del Porma (León). Desde el curso pasado en el marco de Los sonidos de la escuela rural. El maestro y musicólogo Luis Martínez y la pianista y compositora Hara Alonso trabajan con el medio centenar de niños de primaria del CRA a partir de tres preguntas -¿Cómo sonamos? ¿Cómo suena nuestro entorno? ¿Cómo suena el mundo?- en un proyecto que se prolongará tres años. En él importa tanto la experimentación musical y sonora como las vivencias cotidianas de los niños y la perspectiva local.

Se desarrolla en dos horas semanales, correspondientes a lengua y matemáticas. En parte, por no quitar carga horaria a la música, con solo una sesión a la semana. También, porque el abordaje es global: “En nuestra idea de desfragmentar el conocimiento, de alfabetización expandida, cuando respondemos a esas preguntas estamos trabajando tanto la oralidad –contar historias-, como el conocimiento del medio –paseo sonoro- o incluso, las ciencias aplicadas a un nivel de primaria –funcionamiento de la grabadora-”, reflexiona Martínez.

El resultado del proceso del curso pasado fue un concierto en la sede de la Fundación Cerezales, que se acaba de repetirse el 10 de noviembre en León, con cuentos y partitura de Hara Alonso y sonorización a cargo de los alumnos del CRA, y con la colaboración de las Juventudes Musicales de León. Este curso y el siguiente continuará en esta línea, más performativa, pero no sólo: “No estamos ante un proyecto de música al uso sino de escucha activa, desde lo concreto, lo cotidiano, emparentado indirectamente con John Cage, con los movimientos de vanguardia. Se trata de recuperar lo que la vida tiene de arte, reencontrar en el día a día vías que nos emparentan con lo sonoro, con la música, con el arte”, matiza Martínez.

A esto se añade un entorno, la ribera del río Porma, que condiciona el proyecto: Un radio amplio con multitud de vecindarios, una comunidad educativa dispersa. A Martínez le gustaría lograr una especie de “mapeado” sonoro común de todos los niños y niñas del CRA, de los lugares por los que pasan, por los que suelen ir, cómo varía el sonido… “Creo que podría dotarles de herramientas interesantes, que esta investigación de campo podría redefinir sus relaciones con el entorno, darles una noción colectiva de su contexto –aula-colegio-comarca- conformado por varios pueblos con problemáticas bastante comunes”.

Domar la tecnología

Los artistas Coco Moya e Iván Cebrián, de Colectivo Menhir, trabajan desde el curso pasado con el IES La Dehesilla de Cercedilla, dentro del proyecto Sierra. Con los alumnos y alumnas de 2º de ESO emplean iPads para realizar composiciones basadas en el entorno. “Tratamos de enseñarles música experimental a través de la metodología de composición de ciertos artistas que nos han influido, de que vean en la tecnología una herramienta para ser creativos, no solo para consumir contenidos o comunicarse, les transmitimos la idea de que han de domar esa tecnología, no recurrir solamente a aplicaciones que canalizan sus relaciones de forma muy mediada e intentamos que adquieran otra perspectiva del arte, incluyendo, por ejemplo, el vídeo como artes plásticas”, relata Moya.

2º de ESO es el último curso en que arte y música son obligatorias, por lo que Moya y Cebrián juntan ambas en sus colaboraciones con el instituto, dos o tres días al mes. En la experiencia, el campo y la tecnología se dan la mano de manera muy práctica, son los ejes, pero también hay tiempo para asistir a conciertos de música experimental o para recibir a artistas que acuden al centro a dar talleres o conciertos. Con estas experiencias se completan los ejercicios de escucha, los juegos de ritmo para relacionarse con el espacio, la grabación, la composición…

Huida y mapa

Coco Moya es, además, promotora, junto con Lola Mansilla, de El cubo verde, donde distintas iniciativas de arte en contextos rurales tienen cabida (con encuentros desde 2015). En su caso, la llegada a Cercedilla fue una huida de Madrid: “Me sentía sobresaturada de cultura, en muchos casos muy interesante, pero en parte se estaba convirtiendo en un consumismo cultural que dejaba de tener sentido para mí. Creo que en sitios no tan saturados puedes aportar algo que seguramente tenga más impacto, con más posibilidades de arriesgar y de implicar a la gente, sin tanta burocracia. El Cubo Verde intenta visibilizar todo el trabajo que está haciéndose. Hay proyectos más recientes y con un gran recorrido de sostenibilidad. Contar con un mapa nos ha servido para ver que hay muchos proyectos lejos de las ciudades, de la conexión, con mucho en común aunque sus contextos sean muy diferentes: la relación con el entorno, la necesidad de implicar a la población, el respeto por la cultura rural, el abordaje de la ecología… ”.

Proyectos como el programa de Educación Expandida de la Plataforma AADK Spain. Selu Herraiz, director del programa, menciona cómo la plataforma AADK se asienta en Blanca (Murcia) en 2012, creando en Centro Negra un espacio para investigación y práctica de arte contemporáneo que funciona de forma autogestionada como una estructura modular en que nuevas personas pueden unirse al proyecto. Así fue cómo llegó Herraiz, de hecho, a AADK, tras una residencia en Centro Negra en 2014. “Yo siempre he combinado mi práctica artística con la educativa como si fueran una sola cosa, y mi interés y deseo para colaborar con AADK era implementar un programa educativo lo más estable y duradero posible”, explica Herrraiz, cuyo proyecto educativo adaptado a la comunidad de Blanca, elaborado junto con Elena Azzedín y Abraham Hurtado, fue premiado con una beca de Fundación Carasso de tres años –hasta 2020- para crear una escuela de sonido experimental. El objetivo de trabajar a escala local, comarcal y regional se conjuga, además, con proyectos internacionales puntuales. Más allá de 2020, Herraiz cree que “el proyecto se hará sostenible y podrá permanecer en el tiempo, al menos las líneas de trabajo más importantes”. Entre ellas, el Aula de Escucha Activa para niños y adolescentes en la Escuela Municipal de Música de Blanca, “siguiendo metodologías mixtas inspiradas en la escuela de Pauline Oliveros y en manuales de Murray Schafer, así como conocimientos básicos para la libre improvisación de música con instrumentos no europeos”, y a cargo de Pati Valcárcel, maestra especializada en enseñanza en escuelas libres. O el seminario de formación del profesorado en colaboración con el Centro de Profesores y Recursos de Murcia, coordinado por el profesor y artista Juan Jesús Yelo y dirigido a profesores de música, plástica y tecnología, con la música experimental y el arte sonoro como ejes.

O como Naturalizarte, con su Escuela de Hacedores, un proyecto en colaboración con el Ayuntamiento de Guadalaviar (Teruel) y que aspiraba a “pensar la despoblación en el medio rural a través del arte, generando espacios híbridos de aprendizaje”, recuerda Fran Quiroga, su coordinador. A 1.500 metros de altura, con nieve de noviembre a mayo, con 150 habitantes, un 30% de ellos trashumantes, Guadalaviar se convirtió en un punto de encuentro entre conocimientos de dentro y de fuera, con la Escuela de Hacedores (en realidad, hacedoras) aprovechando la oportunidad para prestigiar los conocimientos de los entornos rurales. En ella hubo talleres de construcción de mobiliario urbano y de gastronomía o de fotografía y trashumancia. De ellos salieron superbancos para la contemplación, o una exposición fotográfica con que se empapeló el pueblo en las fiestas. También se colaboró con la escuela del pueblo (ocho alumnos, tres de ellos trashumantes) con un taller sobre paisaje sonoro con el artista Edu Comelles, que grabó parte de Aquí llega el invierno con voces de alumnos y alumnas, y con la intervención del artista Joseba Muguruza en las paredes de la escuela, reivindicando a los niños como futuro del medio rural.

O como el Foro de Arte Relacional FAR365, que surge de una evolución del proyecto Scarpia con el que, durante 14 años, la localidad de El Carpio, a 35 kilómetros de Córdoba, se convirtió en un laboratorio de arte público. El equipo del proyecto, por diferencias con el Ayuntamiento, decide hace tres años salir en bloque y dar un giro a su iniciativa, añadirle el sentido de foro. “De la parte más decorativa del espacio se pasa a la más inmaterial, al diálogo como fruto del arte, trabajando su carácter relacional, político, crítico”, describe Miguel A. Moreno Carretero, director del proyecto anterior y miembro del equipo de FAR365. En su seno se celebra un foro anual con artistas invitados y una media de cinco o seis encuentros monográficos al año, en que entre 20 y 30 alumnos de escuelas de arte, de facultades de historia del arte o de bellas artes con las que se tienen convenios conviven con un artista durante un fin de semana en el Albergue Fuente Agria, cercano a El Carpio. “A veces el artista trabaja con el pueblo, o en el espacio natural, o quizá prefiere hacerlo de forma más interiorizada, pero siempre, siempre, es distinto a una conferencia en que llega, expone y se va. Compartimos todo el fin de semana, acabamos de madrugada presentando proyectos que el artista propone, se crean ambientes muy mágicos”, expone Moreno. El último encuentro se desarrolló este fin de semana, con el artista Eugenio Ampudia como invitado”.

Reflexiones sobre las potencialidades del rural

Según Belén Sola, responsable de Educación y Acción Cultural del MUSAC, “el medio rural nos aporta un contexto diferente para la creación, unos saberes que se inspiran en principios comunitarios y de cuidados y unos tiempos que nos permiten la reflexión y el pensamiento crítico. Lo interesante sería saber poner en marcha proyectos que incluyeran estas potencialidades, no importar al rural modos de hacer prefabricados que en muchos casos no escuchan el contexto particular de los territorios, con sus valores, sus ritmos, su conciencia del entorno”.
Sola percibe “un paulatino acercamiento al medio rural en los proyectos de arte y educación”, como demuestran iniciativas como Campo Adentro, y lo atribuye a “la necesidad de encontrar espacios que calmen nuestro consumo hipermediático, que en gran medida puede ser origen de falta de imaginación política en los proyectos y pérdida de horizontes sociales en el arte”.

Como ejemplos, cita el proyecto Territorio Archivo, de la Fundación Cerezales, o el trabajo de recuperación de saberes y dinamización cultural de la Universidad Popular Paulo Freire del Cerrato palentino. También, los proyectos de investigación y creación que desde el Laboratorio de Antropología Audiovisual Experimental del MUSAC, Laav_, han puesto en marcha, Teleclub y Puta Mina. “Como museo de la comunidad de Castilla y León, el MUSAC siempre ha tenido presente el contexto fuertemente rural al que se dirige su acción, con proyectos de mediación con las escuelas rurales o programas de apoyo a la programación cultural de los pueblos pequeños. Para nosotros, lo rural no es una etiqueta, es una manera integral de trabajar”, añade Sola, que explica que, si en educación ya hace tiempo que las escuelas libres, por ejemplo, buscan espacios más alejados de los núcleos urbanos, o pedagogas como Heike Freire postulan la necesidad de educar en verde, de repente se establecen cruces interesantes con el arte y la cultura, en una triada que pretende además huir de modos de hacer individualistas y competitivos, recuperar el carácter más social de la práctica artística.

En palabras de Herraiz, de ADK Sonora, “Estar en el medio rural o semi-rural supone habitar zonas donde la cultura global llega con una influencia menor que en las ciudades. Aunque la información es la misma, la gestión es diferente y no se interioriza de la misma manera. El ritmo vital también cambia respecto a los grandes núcleos urbanos, la vida no va tan rápido y el tiempo se aprovecha mejor al reducir los tiempos de desplazamiento y al estar menos sobreestimulados visual y auditivamente. Hay más tiempo para la contemplación, que, como decía Valle Inclán, es la clave de la sabiduría intuitiva y, por tanto, para la creatividad. Otro aspecto importante es el silencio, tan difícil de encontrar en las ciudades. Estos factores se convierten en cualidades de mucho valor a la hora de buscar entornos para que el acto creativo y pedagógico suceda de la manera más saludable posible”.

Fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/arteyeducacion/2018/11/27/experimentar-con-el-arte-en-la-escuela-rural/

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La escuela no educa sola

Por: Rodrigo J. García

Continuando con las reflexiones sobre lo que nos jugamos en estas próximas elecciones, formularemos algunas consideraciones acerca de la evidencia empírica de que la escuela no educa sola. Muchos de los aprendizajes que nos permiten abordar nuestro proyecto de vida, se han adquirido en espacios y contextos ajenos a las instituciones escolares.

En el ámbito familiar hemos aprendido lo que significan autoridad, jerarquía, amor, respeto, colaboración, la libertad y su carencia e, incluso, hemos ‘sentido’ la represión. En el grupo de iguales nos hemos acercado al valor de las reglas y los acuerdos, hemos sentido inquietud ante la arbitrariedad, conversamos, disfrutamos de las relaciones y también hemos sufrido la presión del grupo; aprendemos a confiar y a desconfiar, incluso de nosotros mismos, y a disfrutar con una afición compartida. Otros muchos aprendizajes los hemos alcanzado en contextos vitales diferentes: en el club deportivo del barrio, en el centro cívico/cultural, al participar en la organización de algún festejo, alguna efeméride, un campeonato… Podemos afirmar, sin riesgo a equivocarnos, que nuestro itinerario formativo ha sido y sigue siendo complejo y pluricontextual.

La educación de cada joven se conforma con actuaciones diversas, a veces, algo caóticas, de influencias colectivas y personales, sistemáticas e informales, desplegadas en distintos entornos y por diferentes agentes. En este entramado de relaciones significativas, las instituciones escolares constituyen una de estas agencias, muy relevantes, por cierto, pero ni son las únicas, ni tienen el monopolio de la función educadora.

La ciudadanía en su totalidad (profesorado, familias, agentes sociales, administraciones, servicios, empresas…), es responsable de la educación de cada joven; la educación no es una tarea aislada de un docente, un determinado contexto o una sola institución. Nos guste más o menos, la ‘cadena de montaje’ de Tiempos Modernos hoy no sirve de metáfora. La labor acordada, interconectada y ordenada con la colaboración de agentes e instituciones puede ser la nueva referencia.

No parece, sin embargo, que prestemos mucha atención a los anuncios que hacen los distintos líderes políticos sobre su concepción de escuela, barrio, ocio, ciudad… Si partimos de la evidencia de que la escuela no educa sola y que la educación se forja en la convivencia de distintos entornos de relación, tendríamos que descubrir, en lo que se ‘pregona’ o analizando lo realizado en el ejercicio de las responsabilidades de gobierno, la concepción de educación y la visión de cada partido político sobre la escuela y su función educadora. Nos estamos jugando la formación y el futuro de nuestros jóvenes.

Debemos identificar si las declaraciones de los líderes políticos abogan, o no, por medidas dirigidas a promover entramados educativos que vayan más allá de la escuela. Dicho de otra manera, cuáles son sus planes para convertir edificios, calles, parques… en barrios, pueblos y ciudades educadoras.

Pero todos estos postulados ¿Son detectables en los discursos y programas electorales? Quizá necesitemos algunos indicadores y a ellos nos vamos a referir.

Al escuchar, por ejemplo, el discurso de un representante político se puede descubrir si apuesta por una escuela de gestión pública, de todos, participada por la comunidad educativa, y corresponsable, junto a otros agentes educadores, de la formación académica y para el ocio de los más jóvenes. O si, por el contrario, se inclina por favorecer una institución ‘encapsulada’, donde acuden los estudiantes, después de consumir tiempo de transporte, sin relación con su entorno, y donde las familias y la comunidad educativa asumen un papel de ‘comparsa’ o, a lo sumo, de consumidores eximidos de cualquier responsabilidad en el proceso de formación de sus menores. Este primer dato, ya nos informa del modelo de escuela que se defiende y para qué propósito se solicita nuestro voto.

El valor que se otorga a la colaboración dentro y fuera de la escuela es otro indicador. Si se defiende la transformación de los barrios en entornos amigables, donde proliferen espacios educativos y formativos de ocio seguro, creativo y solidario, o se pretende su conversión en ‘dormideros’ para la población trabajadora, o ‘parques comerciales y temáticos’ para el turismo.

Otra información valiosa sería identificar si un determinado candidato aboga por defender una zona única de escolarización y que algunas instituciones educativas, consideradas de ‘élite’, consoliden la selección de sus estudiantes; o si defiende una escolarización zonal, por barrios, distritos… donde las comisiones de escolarización, con participación de las comunidades educativas y de otros agentes sociales, equilibren necesidades y ofertas de plazas. Esta acción colegiada, por cierto, sería una oportunidad para construir ese barrio educador que necesitamos, recordemos la evidencia de que… la escuela no educa sola.

Somos los ciudadanos y ciudadanas quienes debemos decidir lo que nos conviene. Es fundamental comprobar si un programa o una práctica política permiten que la escuela y su entorno, de manera dialogada, se comprometan con un futuro justo y de convivencia para todos. Esto es, en definitiva, el valor que encierra la educación. La institución escolar se ocupa de una parte de esta tarea, tratando de ejercerla de manera científica, rigurosa y sistemática pero, ni mucho menos lo puede conseguir sola, y, menos aún, sin la labor de las familias y de otros agentes y entornos del contexto más próximo, pues los aprendizajes promovidos estarían descarnados, ‘sin alma’, más propios de una sociedad egoísta de sujetos aislados.

La sociedad demanda cada vez más contenidos que incorporar en el currículo escolar. La escuela se ve desbordada porque los tiempos lectivos se antojan insuficientes para poder desarrollarlos de forma adecuada y trata de priorizar, sin casi autonomía para hacerlo por estar supeditada al mandato legislativo de turno desde el que se impulsa unas áreas de conocimiento y se relegan otras. En la actualidad, el discurso de potenciar lo que ha venido en denominarse materias troncales, entre las que se ha incluido el dominio del inglés casi de forma obsesiva, ha traído consigo que la educación integral de nuestros menores se vea seriamente amenazada. Las áreas vinculadas con las enseñanzas artísticas y deportivas son las más perjudicadas, aunque otras tampoco escapan al daño más o menos intenso. Ante esta realidad, la escuela demuestra, de nuevo, por qué no puede educar sola. Las familias, enfrentadas a este panorama, buscan fuera de la escuela cómo complementar lo que ésta ya se ve incapaz de asumir por una incorrecta configuración del currículo formal y de los tiempos escolares que se destinan a este.

Es imprescindible que repensemos en los desequilibrios actuales y exijamos a quienes nos quieren gobernar soluciones reales a la situación creada. Debemos revisar sus programas electorales, apoyar con el voto aquellos que nos propongan mejorar en favor del bien común nuestra escuela y nuestra sociedad. Y luego exigirles que lo cumplan.

Fuente: https://eldiariodelaeducacion.com/blog/2019/04/25/la-escuela-no-educa-sola/

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La maestra vuelve a la escuela

Por: Antoni Tort

El hilo finísimo de la relación entre un grupo de niños y niñas y una maestra convierte a la escuela (utilizando una expresión de Comenius de hace casi 400 años) en un taller de humanidad.

La maestra vuelve a la escuela. Recién jubilada, acude allí de vez en cuando para colaborar con aquello que sus antiguas colegas de claustro le solicitan, para participar en encuentros con maestras de otros centros, para charlar con algunas madres amigas. Mantiene intacto su carisma pedagógico, aunque su liderazgo se ha desplazado hacia otros entornos, como el asesoramiento a diferentes centros que la solicitan por su densa trayectoria.

Al mismo tiempo, su activismo pedagógico ha dado paso a la reflexión más tranquila, a las consultas intermitentes. También ha cambiado el sabor de un tiempo que fluye de otro modo, que tiene cualidades y tonalidades distintas al del frenesí de la jornada escolar y de los requerimientos intensísimos de los niños y de las niñas. Maestra en educación infantil, cuando entra en su escuela, no puede dar un paso sin que se le cuelguen del cuello, sin que la toquen y le abracen. También los más mayores, los y las de sexto, aunque la pubertad ya asome en el horizonte, en sus granos de la cara y en sus modales.

La maestra vuelve a la escuela, pero el día será extraño, especial y duro. Harán un acto de despedida a un alumno que se ha ido después de luchar denodadamente, desde su pequeño cuerpo, contra una enfermedad rara. Un adjetivo inquietante cuando se trata de dolencias de las que se desconocen tantos componentes. La maestra vuelve a la escuela para acompañar al alumnado de la clase del niño que se ha ido. Decenas de globos blancos volarán desde el patio de la escuela, después de unas breves palabras de la directora del centro y antes de un breve interludio musical.

Una ceremonia que los niños y las niñas, el profesorado, la personas que conviven en la escuela, compartirán con un gran número de familias que se acercarán al centro educativo, para acompañar y acompañarse, con discretas salutaciones, abrazos y muchos silencios rotos por algunas breves palabras, comedidas y sinceras. Todo ello forma parte, también, de la vida de una escuela. Momentos intensos que se sitúan más allá de las aulas, de los proyectos, las tareas, los currículums y las competencias. La vida de la escuela… también con sus momentos alegres, las fiestas y los días felices, que también los hay.

La maestra vuelve a la escuela, porque cree que es un día para estar allí y sus compañeras se lo agradecen. Las niñas y los niños hace ya algunas horas que están viviendo, a su modo, la pérdida y el misterio. No empiezan el duelo cuando un adulto lo dice; esto no es como empezar una lección, se trata de la continuidad de la existencia y de la fluidez constante de los pensamientos propios ante los fenómenos de la vida y de la muerte. Seguramente, lo han hablado en casa, con sus amigos, en el bus, por la calle, camino a la escuela; o lo han codificado íntimamente; quizás han tratado de quitárselo de la cabeza. En consecuencia, cuando la maestra, ya jubilada, entra en el aula, se buscan con la mirada y, de entrada, hablan poco. Es un encuentro gracias al cual los niños y las niñas perciben que tiene sentido pensar lo que están pensando, porque lo comparten con su maestra. No se pide permiso para sentir lo que se siente, pero sí se busca una aquiescencia que tiene que ver con la confianza para con la maestra que ha vuelto para estar juntos un rato. La presencia de la maestra aporta sosiego y complicidad.

Después hablarán más, todo lo que haga falta. Descripciones de contexto, explicaciones sobre las enfermedades raras. También hablarán de otras cosas y de cómo va el curso. Prepararán el acto que harán en el patio y se organizarán de la mejor manera posible. Después, pasarán las horas, los días, los años… pero de vez en cuando, el hilo finísimo de la relación entre un grupo de niños y niñas y una maestra volverá a hacerse visible con una consistencia que no por sabida, siempre produce respeto. Es la constatación de que este vínculo convierte a la escuela (utilizando en un cierto modo una expresión prestada del pedagogo Jan Amós Comenius de hace casi cuatrocientos años), en un taller de humanidad.

Fuente: https://eldiariodelaeducacion.com/blog/2019/04/24/la-maestra-vuelve-a-la-escuela/

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