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Puerto Rico: Educación borrará las capas de burocracia

Puerto Rico/23 enero 2017/Fuente: El Nuevo Día

La designada secretaria, Julia Keleher, busca acercar la toma de decisiones a las escuelas.

Lleva menos de tres semanas en el puesto, pero la designada secretaria del Departamento de Educación, Julia Keleher, ya tiene claras cuáles serán las cuatro metas que dirigirán su gestión al mando del sistema educativo público.

metas que dirigirán su gestión al mando del sistema educativo público.

Mejorar el aprovechamiento académico de los estudiantes, atender las necesidades de los alumnos como un ser completo, profesionalizar a maestros y directores escolares y reducir el tamaño de la agencia a nivel administrativo serán los cuatro pilares que Keleher quiere que todos los componentes del sistema educativo internalicen, de modo que todos remen para el mismo lado.

Y es que para la designada secretaria, se tiene que eliminar de raíz la noción de que se trata de prioridades que solo deberán atender los maestros en el salón de clases o que le toca al personal del nivel central trabajar con el asunto.

“Todos trabajamos para lo mismo”, sentenció.

La designada secretaria no da espacio para dudar de que será confirmada al cargo por el Senado. Ya se ha trazado un plan de tareas que espera cumplir en los próximos meses y será en agosto que espera tener listo en su totalidad lo que será su plan formal de trabajo para el Departamento de Educación.

A corto plazo, espera completar una radiografía de la agencia para conocer qué componentes funcionan como deben y cuáles hay que reforzar. Aunque ya nombró personal para dirigir las regiones educativas y los distritos escolares, Keleher aseguró que estas designaciones no son finales, pues para marzo todos deberán demostrar que pueden cumplir con las responsabilidades que se les han dado.

“Quien no demuestre resultados, está fuera. Ellos lo saben. Yo necesito un equipo que pueda cumplir con nuestros planes”, sostuvo.

El equipo que la acompañará en la alta gerencia de la agencia aún no ha sido seleccionado, una tarea que espera completar antes de que finalice el mes. Ya tiene en mente quién podría ocupar el puesto de secretario asociado de Educación Especial y aún entrevista personas para el cargo de subsecretario de Asuntos Académicos o principal oficial académico de la agencia, un puesto que reconoce que tiene una responsabilidad enorme.

 La funcionaria además indicó que de aquí a marzo se propone evaluar el funcionamiento de varias áreas de la agencia, entre ellas los programas de desarrollo profesional para los maestros, el uso de fondos federales, los servicios externos contratados por la agencia y los servicios que recibe la población de Educación Especial.

Mientras, de enero a junio se ha propuesto completar el plan que seguirá la Isla para cumplir con la nueva ley federal Every Student Succeeds (ESSA, por sus siglas en inglés), con la cual Puerto Rico debe cumplir para el próximo 18 de septiembre, precisó Keleher.

Para junio, también se habrán dado los primeros pasos para crear un nuevo modelo de asignación de recursos para que el dinero llegue a las escuelas que más lo necesitan.

“Quiero que el proceso de toma de decisiones pueda estar más cerca de la escuela. Podemos establecer un plan piloto para que las regiones presenten propuestas competitivas, que demuestren que pueden correr los proyectos y así se les asignan los fondos a quienes estén de verdad interesados”, expresó la secretaria designada.

Para estos efectos, Keleher indicó que estudiará la posibilidad de que Puerto Rico deje de ser un sistema educativo unitario bajo las clasificaciones del gobierno federal. Puerto Rico es la única jurisdicción en Estados Unidos que opera como una agencia educativa estatal (SEA, por sus siglas en inglés), que tiene la responsabilidad de desarrollar política pública, y como una agencia educativa local (LEA, por sus siglas en inglés), que típicamente son estructuras administrativas más pequeñas con un mayor contacto con las escuelas. Keleher busca crear modelos que le permitan saber si la Isla recibiría más recursos si algunas regiones se convierten en agencias educativas locales antes de proponer un cambio definitivo.

“Por ejemplo, Título I, que son fondos que se asignan a base del nivel de pobreza de los estudiantes, ahora se calculan a nivel de toda la Isla. Quizás si se dividen, la cantidad de fondos que recibiría la región de Arecibo o de Mayagüez podría ser mayor, eso es algo que no sé pero tenemos que evaluar para entender cuál sería el impacto”, sostuvo.

Keleher es consciente de que administraciones anteriores se han propuesto atender los mismos retos que ella ha priorizado y los resultados han sido, en el mejor de los casos, inconsistentes. Ante esto, destacó que no tiene una vara mágica para producir resultados inmediatos, pero está confiada en que podrá establecer suficientes cambios en la forma como se trabaja en la agencia para generar los resultados que espera.

Trabajo colectivo

En el corto tiempo que lleva en el puesto, Keleher ya ha podido experimentar de primera mano los problemas que una y otra vez se enumeran cuando se habla del Departamento de Educación: la falta de mecanismos estadísticos confiables que midan los resultados de los esfuerzos en la agencia, demasiada burocracia y falta de rendición de cuentas por la labor que se hace.

Con humor recordó que no sabía lo que era el comején hasta que se lo encontró de frente dentro de un salón de clases en una escuela elemental en Guaynabo en el primer día de clases del semestre.

Antes de que comenzaran las clases se reunió con directores regionales, superintendentes y ayudantes especiales de distrito. También ha tenido encuentros con directores escolares –varios de ellos en las escuelas a las que llega sin anuncio previo–, con pequeños grupos de maestros, con líderes magisteriales y grupos sindicales. De cada encuentro aseguró que se ha llevado el compromiso que existe con el sistema educativo.

“Hay mucha gente que solo necesita que los escuche. Me hablan de asuntos que no se supone que me tocan a mi como secretaria, pero que es evidencia de que no consiguen que los atiendan en otros niveles. Me llegan estos ‘emails’ larguísimos y yo lo que me imagino es una persona que está una hora escribiendo el mensaje, que se siente ignorado, pero que después de 30 años todavía tiene esperanza de que puede contribuir a mejorar la educación”, relató.

Sus prioridades no están escritas en piedra, pues asegura que espera que algunas tareas se puedan eliminar de la lista cuando se cumplan.

La designada secretaria ya se ha reunido con múltiples legisladores. Aún no se ha anunciado cuándo se llevará a cabo su vista de confirmación ante la Cámara alta, pero de esos encuentros ya se llevó una lista de cuáles son las preocupaciones de los legisladores y cómo podrían trabajar en conjunto.

Fuente:http://www.elnuevodia.com/noticias/locales/nota/educacionborraralascapasdeburocracia-2283227/

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Chile: 34% de niños y jóvenes recluidos en Sename no reciben educación formal

Chile/23 de enero de 2017/Publimetro

En 12 de los 17 centros de reclusión cerrada los niños acuden a colegios municipales o subvencionados. Mientras que en zonas aisladas, rinden exámenes libres preparados por organismos privadas financiados por Sename.

Según datos de agosto de 2016, en el Servicio Nacional de Menores (Sename) existían 3.665 niños y adolescentes internados por sanciones de Justicia Juvenil. Del total, un 66% se encontraba matriculado en establecimientos formales de educación. En el caso del restante 34%, son formados a través de fundaciones o coorporaciones privadas y su avance académico depende del resultado de los exámenes libres a los que concurren cada año.

La diferencia que existe entre los 12 centros de reclusión cerrada (CRC) que envían a los niños a colegios y los otros 5 que no ofrecen aquella opción, se debe a las limitaciones financieras del Sename, dado que la cantidad de subvención por menor no da para sostener estas matrículas, señaló a Publimetro Iris Fuenzalida, jefa del Departamento de Justicia Juvenil del Sename.

 “Creemos que la educación formal en Chile tiene que avanzar hacia un sistema lo suficientemente inclusivo donde todos los niños, independiente de sus necesidades, puedan estar presentes”, señaló Catalina Lastarria de Corporación Opción.

Esta alternativa se da principalmente en zonas más aisladas (Arica, Coyhaique, Punta Arenas, entre otros) en que el bajo número menores internados no permite costearles educación formal. “Hay algunas dificultades con el financiamiento -señaló-, dado que estos cursos no son masivos. Las limitantes financieras tienen que ver con la ley de financiamiento que tiene educación”.

Pese a asistir a colegios, el grupo mayoritario de menores se encuentra marginado de la educación tradicional y sólo reciben formación escolar para adultos, sin importar sus edades ni los requisitos normados para ello (15 años para básica y 17 para media).

Una pésima alternativa, de acuerdo expresó la experta en infancia de la Universidad de Chile Mónica Manhey, dado que formalmente un niño necesita aprender con metodologías “que sean acordes a su edad y con personas que estén preparadas para eso”.

“El enfoque de la educación como un derecho está en carencia”, enfatizó Mónica Molina, jefa de estudios del Indh.

La mayoría de estos niños tienen un promedio de escolarización de 6 años, explicó Catalina Lastarria, coordinadora de proyectos de Corporación Opción, agregando que los menores tienen un nivel de analfabetismo en que no saben cómo hablar, qué palabras utilizar o cómo escribir. “Estan súper limitados -añadió- en acceder a inserción laboral, redes y todo aquello que uno como adulto o joven que desea participar para ser miembro activo a un ciudadano que contribuya a nuestra sociedad”.

Opción es un organismo ganador de licitación a cargo de programas de reinserción educativa (ASR) en siete CRC administrados por Sename. Pese al rol que cumple la institución, Lastarria asevera que no aspiran a pertenecer a un sistema paralelo e incluso se muestran críticos ante el rol que el Estado ha desarrollado en este sentido. “Creemos que la educación formal en Chile tiene que avanzar hacia un sistema lo suficientemente inclusivo donde todos los niños, independiente de sus necesidades, puedan estar presentes”, manifestó.

“El enfoque de la educación como un derecho está en carencia”, enfatizó al respecto Mónica Molina, jefa de estudios del Indh. Según la abogada, la falta de posibilidades que se presentan a los menores del Sename se debe a la totalidad que debe asumir el Sename como garante de derechos. “El Estado -indicó- tiene la obligación de cumplir con el derecho a la educación de los niños vulnerados o en conflicto con la ley. El Estado tiene más de un Ministero y, en este caso, no es sólo el Sename el encargado de garantizar el derecho, también existe un Ministerio de Educación”.

“Hay un incumplimiento del Estado -agregó- en estándares internacionales específicos en la materia, para un grupo doblemente vulnerado como son los niños privados de libertad, sin contar la falta de integralidad en la educación”.

Estas críticas son asumidas por el Sename, desde donde se advierte el diagnóstico y aseguran estar trabajando para ser incluídos en la reforma educacional que el Gobierno discute actualmente en el Congreso. “Lo que vivimos hoy no es el ideal, por eso estamos trabajando con el Mineduc para que sea considerado el Sename en la reforma educativa como un foco importante de educación específica. No queremos tener más educación para adultos, sino una educación que responda a nivelar los deficit de los jóvenes”, sentenció Fuenzalida.

Fuente: https://www.publimetro.cl/cl/noticias/2017/01/20/34-ninos-jovenes-recluidos-sename-no-reciben-educacion-formal.html

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Todos tenemos respuestas ¿Y las preguntas?

Por: Juana M. Sancho. 

Se hace necesario situarse en perspectivas más complejas y transversales desde las que mirar la educación y obtener respuestas, que aunque no nos den soluciones definitivas, sí nos permitan no caer en los mismos errores

Como oímos a menudo, todo el mundo parece tener claro cómo resolver los problemas de la educación, además de estar seguros de que lo que no funciona es responsabilidad de otros. De ahí que no sorprenda que cada vez que cambia un gobierno se proponga una reforma educativa que, para los impulsores, solucionará todos los problemas de la educación (aunque venga sin partida presupuestaria, ni transformación profunda de las estructuras que alimentan la inercia de los sistemas). O que los que se encuentren en la oposición realicen propuestas basadas en la misma argumentación.

Esta tendencia no es reciente. En abril de 2002, en una ponencia invitada al Congreso Pedagógico La educación crea futuro, Federico Mayor Zaragoza explicó que cuando fue ministro de Educación, pensó en acometer una reforma de la enseñanza secundaria, porque le parecía que debía mejorarse. Comenzó a documentarse y descubrió que en los últimos 150 años este tramo de enseñanza había experimentado treinta reformas. Es decir, una cada cinco años. En este punto pensó que no había ningún proceso de cambio sustantivo que pueda llevarse a cabo en cinco años y que quizás lo que los centros y los docentes necesitaban en aquellos momentos era una cierta tranquilidad para trabajar.

Sin embargo, y de forma paradójica, si hay un ámbito que requiera un cambio profundo y sustancial es el de los sistemas educativos formales. Sobre todo, porque en un mundo volátil, incierto, complejo y ambiguo como el actual, como observó el sociólogo Wilfried Pareto a comienzos del siglo XX, producen tantas o más turbulencias los no-cambios que los cambios. Y los sistemas educativos se han revelado como extraordinariamente inerciales y resistentes a cambios y mejoras profundadas y esenciales. De ahí la necesidad de resituar y problematizar nuestras miradas porque, como argumentaba Seymour Sararon en El predecible fracaso de la reforma, con frecuencia se ponen en marcha reformas que desconsideran del conocimiento acumulado y disponible sobre las distintas dimensiones que intervienen en la configuración de los sistemas educativos. Con ello, se pueden repetir propuestas que ni dieron los frutos deseados en el pasado, ni mucho menos los darán en el presente (a punto de terminar este texto me encuentro con una viñeta de El Roto, en la que un adulto les dice a un niño y una niña: “Tenéis que estudiar mucho y prepararos bien para el pasado”, algo que parece contradictorio en un tiempo que en lo digital vuela al futuro y en lo social apunta al pasado).

Pero la aportación más significativa de este autor fue cuestionar los axiomas en los que se basan los esfuerzos de reforma para adoptar perspectivas que permitan otros modos de análisis y pautas de actuación. Sobre todo porque, demasiado a menudo venimos con las respuestas sin habernos planteado la pertinencia, originalidad, profundidad y complejidad de las preguntas. Algo particularmente preocupante cuando nos enfrentamos con problemas “endiablados” (wicked). El teórico del diseño Host Rittel, denominó “endiablados” a los problemas del sistema social que están mal formulados, en los que la información es confusa, en los que hay muchos interesados y afectados y muchas personas con capacidad para tomar decisiones desde posiciones, intereses y sistemas de valores contradictorios, y donde las ramificaciones de todo el sistema tienden a ser confusas y, sobre todo, imprevisibles.

Ese tipo de problemas no tienen una formulación definitiva, sino que cada formulación corresponde a la de una solución; y para cada uno de ellos siempre hay más de una explicación posible, que depende de la visión del diseñador. ¿Existe un problema de diseño más “endemoniado” que el de la educación? Lo dudo. De lo que estoy segura es de la necesidad de cambiar las preguntas y situarse en perspectivas más complejas y transversales que si bien no nos lleven a soluciones definitivas nos permitan no seguir cometiendo los mismos errores.

Fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2017/01/13/todos-tenemos-respuestas-y-las-preguntas/

Imagen: insurgenciamagisterial.com/wp-content/uploads/2017/01/problemaseducativos.jpg

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México: ¿Cumplir el derecho a la educación?

América del Sur/México/21 de Enero del 2017/Fuente: Educación Futura

El Sistema Educativo Nacional opera de manera insuficiente y desigual, que en ninguna modalidad escolar los centros cuentan en su totalidad con las condiciones básicas para la enseñanza y el aprendizaje y que las mayores carencias se encuentran en las escuelas ubicadas en los contextos más desfavorables, en las cuales se atiende a la población con mayor grado de vulnerabilidad … Silvia Schmelkes del Valle, Presidenta del INEE 

De acuerdo con el Maestro Pablo Latapí, no se puede ejercer ninguno de los derechos civiles, políticos, sociales, económicos o culturales sin un mínimo de educación, por lo que recibir educación se constituye en un derecho consagrado en nuestra Carta Magna, la cual se encuentra apenas a 17  días de cumplir sus primeros cien años de vida.

Con las reformas a la legislación educativa del año 2013 se le agregó, bajo un estridente mensaje de logro del gobierno federal, el término calidad, el cual, el Secretario de Educación investido a profeta, estableció que dicho término por arte de magia y sin mayores inversiones realmente trascendentales en el ramo, habrían de transformar la educación con el sólo acto de evaluar al magisterio y sin tocar ni los planes y programas y por supuesto sin tocar el tema de llevar a cabo una evaluación a las autoridades educativas.

Para ser más específico, en el Artículo 3º, señala que la e ha de ser de calidad, entendiendo por ello ͞que los materiales y métodos educativos, la organización escolar, la infraestructura educativa y la idoneidad de los docentes y los directivos garanticen el máximo logro de aprendizaje de los educandos, lo cual, a menos de dos años de que culmine la actual administración federal, resulta complicado el poder observar que las acciones desarrolladas desde la errónea política educativa, puedan detonar en acciones que logren mejorar la ya de por si  deteriorada calidad de la educación en nuestro país.

Como una muestra más de ello, en días pasados se presentó por parte del Instituto Nacional para la Evaluación de Educación (INEE) el documento que muestra los resultados de “La evaluación de condiciones básicas para la enseñanza y el aprendizaje” (ECEA), la cual fue diseñada con el propó sito de conocer la medida en que las escuelas de la educación obligatoria en nuestro país cuentan con condiciones básicas para su operación y funcionamiento.

La primera aplicación de ECEA inició en el nivel de educación primaria tomando en consideración la evaluación de siete ámbitos que son: Infraestructura para el bienestar y aprendizaje de los estudiantes, mobiliario y equipo básico, materiales de apoyo educativo, personal que labora en las escuelas, gestión del aprendizaje, organización escolar y la convivencia escolar para el desarrollo personal y social.

El que podamos ver que en pleno siglo XXI más del 44 por ciento de todas las escuelas primarias del país no sean escuelas de organización completa o multigrado, en las cuales son aquellas en las  cuales un profesor enseña a más de un grado educativo al mismo tiempo, es decir, uno, dos o más cursos en un mismo salón de clase, es un síntoma de la gravedad de la situación que priva en
nuestro país, en donde las recientes decisiones de política educativa no han marcado aun diferencia alguna y se afirma, desde el propio INEE, que en nuestro país, ningún centro escolar  cuenta con todas las condiciones básicas para la enseñanza.

El sistema educativo nacional se asienta sobre la realidad que viven día a día una mitad de la población que sufre al no poder satisfacer sus necesidades más apremiantes generando con ello  condiciones graves de inequidad que, con los recientes incrementos propiciados desde la decisión  de incrementar los precios y los impuestos a los combustibles, se agrava aún más.

Puede haber miles de evaluaciones más, sin embargo, mientras no se tome en consideración el contexto y el apoyo –no sólo con palabras– a la labor que a diario realiza el magisterio nacional,  pocas podrán ser las consecuencias positivas para la niñez mexicana y con ello a cumplir su  derecho a la educación.

Disponible a traves de la url: http://www.educacionfutura.org/cumplir-el-derecho-a-la-educacion/

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Reforma educativa sujeta a 2018

Por: Eduardo Ibarra Aguirre

Ahora resulta que “la continuidad de la reforma educativa y la política educativa en México están sujetas a la elección de 2018”, reconoce con humildad que no le caracteriza el titular de la Secretaría de Educación Pública, el señor “ler”, porque “no hay formas mágicas de blindar una reforma educativa”, jura Aurelio Nuño.

Tanto escándalo mediático, trabajadores de la educación despedidos, profesores linchados por el duopolio de la televisión y el oligopolio de la radio (por “vándalos” y “holgazanes”), encarcelados y apaleados para que la “más estratégica de todas las reformas” de Enrique Peña quede convertida en una política sexenal más, de las muchas que se aplicaron en la SEP desde 1970, todas bajo el marbete de “reforma” y hasta “revolución educativa”. Y con personajes tan grises como Miguel González Avelar y Josefina Vázquez Mota. Hasta Roberto Madrazo se dio el lujo de declinar el ofrecimiento que le hizo Ernesto Zedillo para que ocupara el escritorio de José Vasconcelos. Y Ponce de León lo usó para forjar su candidatura presidencial, la que siempre negó en privado y en público.

“No hay forma mágica”, dice Nuño Mayer, entonces ¿Para qué suscribieron el Pacto por México con la a partir de entonces más enriquecida élite de la partidocracia que decidió a espaldas de sus legisladores, a los que impidió hacer cambios a las iniciativas de ley que recibieron desde Los Pinos y Peña Nieto desde París, donde despacha José Ángel Gurría, cabeza de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos?

¡Ah! Pero sí hubo “forma mágica” para que la reforma energética quedará muy bien “blindada”. Pareciera que el gran negocio del sexenio para gobernantes y trasnacionales energéticas quedó perfectamente “blindado”. En éste como en otros sexenios los business son más importantes que la educación, la cultura y la salud para el voraz capitalismo de compadres.

Lo anterior pone de relieve una de las inconsecuencias del grupo gobernante que dice “Mover a México” y que con las reformas estructurales cambiarán el rostro del país para las próximas décadas, cuando su arquitecto principal no tenga que rendir cuentas a nadie.

El licenciado en Ciencias Políticas y Administración Pública por la Universidad Iberoamericana y maestro en Estudios Latinoamericanos por la Universidad de Oxford, en Reino Unido, formuló el comentario que preside esta nota al presentar reflexiones sobre los resultados del Programa para la Evaluación Internacional de los Alumnos (PISA, por sus siglas en inglés, 2015), y admitió que nadie en México puede estar satisfecho con los resultados reportados para nuestro país, pues “no hay cambios en 10 años. No hay mejoras significativas en los resultados”. Es decir, el sistema educativo mexicano está igual que en 2005.

Sin embargo, el joven nativo de la capitalina y muy frecuentada colonia Condesa, asegura que uno de los temas centrales en 2018 será “si queremos tener una continuidad o no de la reforma educativa. Esa será una de las grandes preguntas”. Y que la “única buena noticia” ante los resultados de PISA 2015 es que “en esta ocasión sí hay una respuesta para un cambio estructural del sistema, y esa es la reforma educativa”. Reforma de la que son excluidos buena parte de los especialistas que no se adhieren a los planes de Nuño y cientos de miles de trabajadores de la educación que forman filas con la Coordinadora Nacional y que lo obligaron a que la evaluación ya no sea obligatoria, pero sí para ascender en el escalafón salarial y burocrático.

Fuente: http://www.alainet.org/es/articulo/182199

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Polémica por reforma educativa en Brasil

América del Sur/Brasil/21 Enero 2017/Fuente: Semana

El presidente Michel Temer ha impulsado en el Congreso una serie de proyectos que perjudicarían la enseñanza del español en dicho país y le restarían importancia a las humanidades.

Michel Temer asumió la presidencia de Brasil el 31 de agosto del año pasado, luego de que Dilma Rousseff fuera destituida. Sin embargo, en este corto tiempo que lleva Temer ha tomado una serie de decisiones en el sector educativo que han causado controversia.

Una de ellas es eliminar las clases de Filosofía, Educación Física, Sociología y Artes como materias obligatorias para cursar en secundaria. Solo las tendrán que ver los estudiantes que decidan hacerlo. De igual forma, el español tampoco será una asignatura que se deba cursar, el único idioma obligatorio será el inglés.

Por su parte, el embajador de España en Brasil, Manuel de la Cámara, explicó a la agencia de medios EFE: “Eso no significa que el español desaparecerá de la enseñanza media en Brasil ya que la nueva legislación deja abierta la posibilidad de que sean ofrecidas otras lenguas extranjeras que seguirán teniendo un carácter optativo, preferentemente el español”. En 2005, en el gobierno de Luiz Inácio da Silva, se había proyectado que 30 millones de brasileños hablarían español, con esta reforma la situación podría variar notablemente. “Al no ser obligatoria la oferta, es muy probable que la enseñanza del español en las escuelas en Brasil pierda importancia”, añadió Cámara.

Sin embargo, para justificarse, el presidente de Brasil ha citado como referencia a Corea del Sur, uno de los países líderes en educación, que se ha caracterizado por tener un sistema en donde los jóvenes estudian durante largas jornadas en el día para poder acceder a la educación universitaria. Pero de esa forma, el sistema educativo le da prioridad al resultado de los exámenes, y no a la formación integral de las personas.

Tomando como modelo este sistema, Temer quiere incrementar el número de horas que se ven al año en los colegios, que actualmente son 800. Las horas de estudio pasarían a ser 1.400. El gobierno dijo que esto se logrará con una inversión de 468 millones de dólares para la educación secundaria.

Otro de los proyectos educativos que ha propuesto el gobierno de Temer y que ha recibido críticas es uno en el que “profesionales de notorio saber” pueden convertirse en maestros, es decir, personas que no se formaron en docencia pueden dictar clases, por lo que la figura del maestro podría verse desprestigiada y la calidad de la enseñanza verse afectada.

De igual forma ha sido cuestionada la forma en que Temer ha actuado, sin tener en cuenta a diversos sectores de la sociedad para la elaboración de estos proyectos. “Hay varios aspectos que son muy malos para la educación, y hay otros que merecen ser discutidos, pero el problema principal es que no se hace una reforma de la educación con una medida provisoria. Esa decisión es un símbolo del desprecio por la democracia de este gobierno golpista y autoritario. Una reforma de la educación se hace oyendo a los educadores, a los estudiantes, los padres, los centros de estudiantes, la sociedad civil. Es inadmisible que eso se hecho de forma tan abrupta e improvisada”, señaló el diputado Jean Wyllys (PSOL-RJ) en varios medios.

Desde diferentes sectores se ha planteado que el gobierno propende por una educación que no tiene en cuenta las humanidades, porque importa más el capital. Asimismo, que el desprecio por la enseñanza del español responde a un desinterés por las relaciones con los países vecinos, lo cual puede ser delicado por lo importantes que estas son. La reforma de la enseñanza, como es conocida, entraría en vigor en 2018.

Fuente: http://www.semana.com/educacion/articulo/educacion-en-brasil/512590

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Colombia: ¿A qué deberían ir los niños a la escuela?

Por: Julián De Zubiría

En Colombia hemos aplazado el debate en torno a los fines de la educación. Sin abordarlo, no será posible mejorar la calidad de la educación, y mucho menos que logremos convertirnos en el país más educado de América Latina

En Colombia hemos carecido de política pública en educación. Andamos como inmigrantes: a la deriva. Cada nuevo ministro llega con una nueva agenda. Tenemos políticas de gobierno, pero no de Estado. Y por ello, como país no hemos abordado las reflexiones esenciales sobre los fines de la escuela, los modelos pedagógicos, los fundamentos y la pertinencia del currículo, la formación de docentes o la naturaleza de la educación inicial, entre otros. El más serio intento por abordar estas temáticas fue en 1994, cuando la gigantesca movilización de docentes culminó con una Ley General de Educación. Sin embargo, el peso desproporcionado que alcanzaron los aspectos administrativos durante los gobiernos de Pastrana y Uribe hizo abortar este esfuerzo inicial. Doce años continuos de abandono de lo pedagógico produjeron una gran contrarreforma educativa que a la postre terminó por anular las grandes discusiones pedagógicas que se habían gestado durante el gobierno de Ernesto Samper. También a ello contribuyó el abandono de FECODE del movimiento pedagógico que había impulsado en los años 80 del siglo pasado y su casi exclusiva dedicación a la reivindicación gremial del magisterio. Es por ello que en las dos últimas décadas el país no ha vuelto a pensar en serio en torno a un proyecto educativo de largo aliento. De esta manera, la reflexión pedagógica se ha concentrado excesivamente en aspectos coyunturales. En estas líneas me referiré a uno de los debates pedagógicos pendientes: El currículo.

La visión fragmentada, informativa y desarticulada que ha dominado la educación en Colombia ha conducido a una idea totalmente equivocada a nivel curricular y es que, ante cualquier nuevo problema, debe aparecer una nueva asignatura. La idea mágica que subyace es que la cátedra creada lo resolverá. Así aparecieron múltiples asignaturas en la última época: La de tránsito, finanzas, cooperativismo, educación sexual, paz o emprendimiento, para citar algunas de ellas.  Sólo en las dos últimas legislaturas del Congreso se promovieron iniciativas para crear 16 nuevas cátedras.  La gran mayoría de ellas fueron pensadas y diseñadas por congresistas que carecen de los mínimos elementos para realizar una reflexión pedagógica que amerite ser comentada en estas líneas. Una y otra vez se ha impuesto esta visión en el currículo nacional. Y por ello, hoy los jóvenes tienen que enfrentar hasta quince asignaturas en cada uno de los grados.  Y también por ello, matemáticas no tiene nada que ver con sociales, ni educación física está relacionado con artes; como tampoco lo está lenguaje con ciencias naturales. Son congregaciones de islas o pequeños árboles de navidad recargados de adornos, según el símil del senador Juan Manuel Galán en el reciente debate que promovieron quienes quieren retornar a una Constitución más clerical, excluyente y discriminante.

La idea que sustentaré en estas líneas es en extremo sencilla. En lugar de quince asignaturas desligadas, toda la educación básica debe estar concentrada en desarrollar tres esenciales competencias transversales: pensar, comunicarse y convivir. En últimas, los estudiantes deberían ir al colegio a aprehender a pensar, comunicarse y convivir. Todo lo demás es superficial al lado de esas tres esenciales competencias en la vida. Por ello, todas las asignaturas de todos los grados y todas las áreas deben desarrollarlas. Así se garantizaría que desapareciera uno de los factores que más explica la baja calidad: el trabajo desarticulado de los docentes en las instituciones educativas.

De esta manera, el desarrollo de la competencia para interpretar puede considerarse la meta cognitiva más importante del proceso educativo durante la educación básica.  No se requiere tener en la cabeza la información exacta sobre los accidentes geográficos, los presidentes, los algoritmos, la gramática o los símbolos químicos, como equivocadamente había supuesto la escuela tradicional. Ahora bastará con una tecla de un computador o un celular para acceder a cualquier información necesaria. Lo que sí necesitamos es que los jóvenes sepan dónde y cómo encontrar la información y que tengan los conceptos previos para interpretarla. Que puedan trabajar hipotética y deductivamente con ella; es decir, requerimos competencias para argumentar, deducir, inferir e interpretar. Así como los deportistas necesitan ejercitar sus músculos, niños y jóvenes tienen que ejercitar una y otra vez sus procesos para pensar. La escuela tendríamos que convertirla en un verdadero gimnasio para pensar.

Pero, por importante que sea, la finalidad cognitiva no basta. Necesitamos que los niños y jóvenes desarrollen competencias que les faciliten la comunicación con los demás. La escuela tiene que ser un lugar para aprender a hablar, escribir, escuchar y leer. Estas son competencias sin las cuales no se puede convivir de manera adecuada en el siglo XXI.

Hoy estas competencias tendrán que desarrollarse con diferentes lenguajes y discursos, ya que los niños no sólo se enfrentan a textos escritos. Niños y jóvenes están diariamente expuestos a comunicaciones visuales en afiches, propagandas y en el cine. Varias veces al día interactúan de diversas formas en la red. En este contexto, no tiene sentido que la escuela siga mediando exclusivamente el lenguaje escrito.

Finalmente, pero no por ello menos importante, habría que desarrollar las competencias para convivir con los otros; en muchísimo mayor medida en un país que por primera vez en décadas tiene la histórica oportunidad de decidir si continúa la guerra o si comienza a respetar y valorar las diferencias y a convivir en paz. Si le seguimos apostando a la exclusión, la ira y la amargura, o si nos decidimos por la alegría y la esperanza. Estas competencias están asociadas a lo que Gardner llamó la inteligencia intra e interpersonal. Es decir, son las competencias que nos ayudan a conocernos, comprendernos y a convivir con los otros de manera civilizada. Por ello, algunos pedagogos las llaman competencias ciudadanas.

La escuela tiene que enseñarnos a convivir con quienes son diferentes a nosotros porque tienen diversas razas, idiomas, religiones, culturas, estratos, géneros o inclinaciones sexuales. La escuela no puede concentrarse únicamente en la dimensión cognitiva y no debe trabajar exclusivamente algunas zonas del cerebro. Necesitamos que se convierta en un espacio en el cual desarrollemos intereses y fortalezcamos la autonomía y la solidaridad. Necesitamos formar individuos que se comprendan a sí mismos, a los otros y al contexto. Necesitamos individuos más éticos, sensibles e integrales, y eso sólo lo resolveremos si entendemos que el trabajo en la dimensión ética, valorativa y ciudadana es una responsabilidad de todos los docentes.

Pero nada de lo anterior será posible si no resolvemos de manera colectiva, reflexiva y argumentada la pregunta central en educación: Hoy en día, ¿a qué deberían ir los niños y jóvenes a las escuelas? Y ello no es posible responderlo si no garantizamos un currículo más pertinente para formar los niños y jóvenes que requiere la sociedad del siglo XXI. En este debate, diversos países de América Latina nos llevan una ventaja casi inalcanzable. Precisamente, por ello, hay que iniciarlo cuanto antes.

http://www.semana.com/educacion/articulo/para-que-sirve-estudiar/489542

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