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Mujeres y niños en los campos de refugiados yemeníes pagan el precio de la guerra

Durante casi siete años, la guerra civil de Yemen ha dejado 233.000 personas muertas y el 80% de la población se ha vuelto dependiente de la ayuda para sobrevivir.

Cientos de miles de mujeres y niños que han sido desplazados debido a la guerra de siete años en Yemen y se han refugiado en campos de refugiados luchan por sobrevivir en condiciones difíciles.

El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados dijo recientemente que la guerra ha desplazado a 4 millones de personas, en su mayoría mujeres y niños, de los cuales el 64% no tiene ingresos.

«Me mudé para vivir en cuatro campamentos durante seis años, antes de terminar en el campamento de al-Barakani en la provincia de Taiz [suroeste]», dijo Jawhara al-Rai a la Agencia Anadolu.

«No hay vida real en el campo. Casi muero de la tristeza porque no hay necesidades básicas cubiertas o ayuda. La temporada de lluvias se ha convertido en una pesadilla para todos los desplazados en los campos. Todo aquí se moja, incluso el trigo y la leña, y la vida se convierte en una tragedia», dijo Al-Rai.

La temporada de lluvias comienza desde mediados de abril hasta agosto y decenas de miles de personas, en su mayoría desplazadas, ya se han visto afectadas, según un informe de la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de las Naciones Unidas en Yemen.

«Vivimos, dormimos, comemos y cocinamos en esta carpa mojada por la lluvia, sin mantas, camas ni calentadores», dijo al-Rai mientras abrazaba a su bebé que lloraba.

Huda al-Dinani, que vive en el mismo campamento, le contó a la Agencia Anadolu su preocupación por la falta de asistencia. «Hemos sido desplazados a este campamento durante meses, y desde entonces ninguna organización se ha puesto en contacto con nosotros para brindarnos ayuda o asistencia».

«No recibimos carpas, comida ni enseres excepto de un benefactor que nos entrega una bolsa de harina todos los meses», aseguró al-Dinani mientras permanecía junto a sus tres hijos.

«Esta trágica situación nos obligó a mendigar en los mercados para seguir viviendo», confirmó a Al-Dinani, mientras señaló lo que una mujer sentada frente a un lugar para cocinar estaba haciendo. Cocinaba agua con harina para asemejar un aseed, un manjar yemení hecho con pescado seco servido con queso local y una ensalada fresca.

«Cuando nos enfermamos, no vamos al médico ni recibimos tratamiento. Sufrimos de hambre, enfermedades y pobreza», agregó al-Dinani.

Además, contó que hay una propagación de serpientes. “Hace unos días matamos a una serpiente frente a la carpa. Tenía miedo por mis hijos porque una mordedura venenosa terminaría con sus vidas en minutos».

Dos millones de desplazados

El periodista yemení Afaf al-Abara dijo que las condiciones de los desplazados en Yemen son muy difíciles, especialmente para las mujeres y los niños.

«Hay muchas mujeres que están pasando por la terrible experiencia del hambre y las enfermedades, mientras que otras han muerto debido a partos difíciles por la falta de servicios de salud o la propagación de enfermedades», dijo a la Agencia Anadolu.

«Hay alrededor de 2 millones de mujeres yemeníes desplazadas, que sufren la amargura y crueldad de la experiencia del desplazamiento, y viven con la esperanza de que la guerra termine y regresar a sus hogares», aseguró Al-Abara.

Durante casi siete años, Yemen ha sido testigo de una guerra que ha dejado 233.000 personas muertas y el 80% de la población de 30 millones se ha vuelto dependiente de la ayuda para sobrevivir, en la peor crisis humanitaria del mundo, según la ONU.

El conflicto se ha agravado desde marzo de 2015, cuando una coalición árabe liderada por la vecina Arabia Saudita llevó a cabo operaciones militares en apoyo de las fuerzas gubernamentales, frente a los hutíes respaldados por Irán, que controlan varias gobernaciones, incluida la capital, Saná.

Fuente: https://www.aa.com.tr/es/mundo/mujeres-y-ni%C3%B1os-en-los-campos-de-refugiados-yemen%C3%ADes-pagan-el-precio-de-la-guerra/2277812#

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El misterio de los niños que no despiertan intriga a la ciencia

Niños que caen en un profundo letargo como consecuencia de procedimientos de asilo ponen de manifiesto la cruda experiencia que afecta a determinados grupos étnicos y el extraño vínculo entre el cerebro y el cuerpo.

Que determinados niños caigan en un profundo sueño interminable es un fenómeno que sorprende a los científicos desde que, en 2017, una niña de nueve años residente en Suecia cayera en un estado de inconsciencia permanente.

No era el único caso: había más niños como ella, todos en Suecia e hijos de solicitantes de asilo. Daba la impresión de que, debido a su experiencia traumática, habían decidido retirarse de la vida: lo han llamado síndrome de resignación.

Este síndrome afecta a niños y adolescentes, preferentemente de entre siete y 13 años, y se manifiesta mediante apatía, depresión y aislamiento. Dejan de hablar, de comer y beber, caen en cama y no responden a los estímulos.

Necesitan una sonda para comer, así como cuidados constantes para evitar fallos de los órganos debido a la falta de movimiento o de hidratación.

El síndrome sume a los niños en una especie de coma que, a pesar de que no presentan ningún problema físico, les impide realizar las funciones corporales y la comunicación con su alrededor, explica la psiquiatra de Médicos Sin Fronteras, Beth O’Connor.

Se cree que el fenómeno apareció en la década de 1990, pero el número de niños afectados se disparó hacia el cambio de siglo. Solo de 2003 a 2005, se contabilizaron 424 casos. Desde entonces, han aparecido varios cientos más, escribe la neuróloga Suzanne O’Sullivan en The Sunday Times.

O’Sullivan, especializada en epilepsia compleja y trastornos psicógenos, ha investigado estos episodios y publicado un libro que recoge los resultados de su trabajo: The Sleeping Beauties.

Explicación insuficiente

Explica que varias teorías incompletas intentan arrojar luz sobre cómo funciona este trastorno. Se basan en indicadores fisiológicos, como una frecuencia cardíaca y una temperatura corporal elevadas, para considerarlo una respuesta al estrés inducida por hormonas o el sistema nervioso autónomo.

Sin embargo, matiza O’Sullivan, el problema de las observaciones realizadas y las teorías planteadas, es que ni las hormonas del estrés, ni el sistema nervioso autónomo, ni el deficiente desarrollo cerebral, pueden explicar la duración e intensidad anormal de las manifestaciones fisiológicas de esta enfermedad, ni su sorprendente distribución geográfica.

Considera que todos estos niños, entre los que predominan las niñas, sufrieron traumas antes de caer en este trastorno, por lo que podría tratarse de una forma de estrés postraumático, reforzado, tal vez, por la incapacidad de los padres de atenderlos adecuadamente en un contexto familiar tan caótico.

Sugiere asimismo la posibilidad de la dimensión cultural del síndrome de resignación: no afecta a todos los grupos étnicos con problemas de asilo en países extraños, sino a muy pocos colectivos específicos de refugiados.

La selectividad de este trastorno muestra claramente que no puede considerarse como algo puramente biológico, provocado por hormonas y neurotransmisores, ni tampoco como un mal estrictamente psicológico y, por tanto, vinculado a la personalidad del paciente, destaca al respecto O’Sullivan.

Factor social, clave

Añade que, seguramente, el detonante puede ser la desesperación relacionada por el procedimiento de asilo, que representa una amenaza para las familias afectadas.

Considera, por tanto, que el contexto social es un factor clave en la búsqueda de las causas de esta enfermedad, más importante que los análisis fisiológicos y biológicos.

Un dato apoya esta hipótesis: los niños suelen despertarse cuando su familia recibe un permiso de residencia. No es un proceso rápido e instantáneo, sino gradual, que puede durar meses, dependiendo del tiempo que han estado dormidos.

O’Sullivan es bastante concluyente en su diagnóstico de un problema que la medicina está lejos todavía de resolver: «Ante una avalancha de información, el cerebro está en un estado constante de predecir, descartar, evaluar y reevaluar, hacer inferencias y aprender», escribe en su libro.

En consecuencia, plantea la necesidad de una aproximación más holística a este trastorno, que tenga en cuenta la forma en la que el cerebro y el cuerpo reaccionan conjuntamente ante circunstancias familiares críticas.

Plantea que la disfunción corporal puede tener sus raíces en un trastorno emocional: síntomas físicos producidos, probablemente de manera subconsciente, como una reacción a una presión ambiental, cultural o social externa.

Y que es a ese nivel en el que hay que incidir para entender y solucionar lo que pasa con las bellezas dormidas.

Referencia

The Sleeping Beauties: And Other Stories of Mystery Illness. Suzanne O’Sullivan. Picador Books, 2021.

Fuente: https://tendencias21.levante-emv.com/el-misterio-de-los-ninos-que-no-despiertan-intriga-a-la-ciencia.html

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‘Los hijos del sol’, una gran película de Majid Majidi que denuncia el trabajo infantil

  • El director iraní utiliza a auténticos niños de la calle para denunciar que no tienen acceso a la educación
  • Una premiada historia que se estrena este viernes, 14 de mayo

Unos niños buscan un antiguo tesoro en el sótano de su escuela. Este argumento, que podía ser una película de los Goonies, cambia mucho en manos del director iraní Majid Majidi (Teherán, 1959), ya que los protagonistas son niños que trabajan en la calle y cuya única esperanza de futuro es encontrar ese tesoro… o conseguir una educación que les ayude a salir de la pobreza.

No hay nada más importante que los niños porque son el futuro de cada sociedad, de cada país –nos cuenta el director por videoconferencia-. Si invertimos en los niños tendremos un país mejor y con más posibilidades de futuro. Pero si no lo hacemos nos espera una sociedad sin identidad”.

“Los niños son los principales recursos de un país –añade-. Son mucho más importantes que los recursos naturales como el petróleo. Y si no cuidamos de esos niños vulnerables, si no les prestamos la atención necesaria, nos enfrentaremos con una generación destruida”.

Una gran historia premiada en Venecia y que figuró entre las 15 cintas preseleccionadas para el Oscar a la mejor película de habla no inglesa 2021. Se estrena este viernes, 14 de mayo.

Buscan un tesoro y encontrarán una educación

La película está protagonizada por Alí, un niño de 12 años y sus tres amigos que trabajan en un garaje y cometen delitos menores para sobrevivir y ayudar a sus familias. Un día reciben el encargo de encontrar un tesoro oculto bajo tierra al que solo se puede acceder por el sótano de la Escuela del Sol, una institución caritativa que intenta educar a niños de la calle, así que Alí y sus amigos deciden matricularse para poder buscar ese tesoro.

La película está basada en la realidad –asegura Majid-. La idea se me ocurrió cuando visité una escuela en el sur de Teherán creada por una ONG y dirigida a aquellos niños que están obligados a trabajar por su situación familiar. Y que es su única oportunidad para estudiar. Conocí de cerca a esos niños y quise hacer pública su situación para ver si conseguimos que haya más colegios para ellos”.

Destacar la habilidad de Majidi para mezclar esta dura realidad con la aventura de esos niños que buscan el tesoro. “La aventura también es una realidad para estos niños -asegura-. No es que yo la haya añadido, sino que la propia vida de esos chavales está llena de emoción, de aventuras, de altibajos… son niños que están trabajando y para ellos cada día es una aventura. Esa parte de la aventura es inseparable de sus vidas”.

Fotograma de ‘Los hijos del sol’

150 millones de niños trabajando en el mundo

Majid Majidi destaca que el trabajo infantil es un problema universal: “Según fuentes oficiales hay 150 millones de niños trabajando en todo el mundo. Si no lo solucionamos en 10 o 20 años nos enfrentaremos con una crisis, con una catástrofe mundial. Porque pueden convertirse en delincuentes o ser atraídos por grupos terroristas como el Daesh o similares. Esos grupos terroristas siempre buscan nuevos miembros dentro de esos niños que no tienen nada. Como artista sentí la necesidad de ayudar a esos niños vulnerables, convertirme en su voz para intentar resolver sus problemas. Mi prioridad es el mundo infantil”.

“Por eso –añade-, con que un solo niño no pueda ejercer su derecho a estudiar ya es demasiado. Y por desgracia hay muchos sin acceso a la escolarización. Esos niños obligados a trabajar se privan de la educación porque no hay muchos colegios especiales, como el de la película, que les den esa posibilidad de estudiar y trabajar. Además, después de trabajar pierden la motivación y no tienen fuerzas para ir al colegio”.

“A menos –continúa- que haya iniciativas como la escuela que mostramos en la película. Una escuela que es diferente, porque les proporciona tres comidas al día, les ayuda en sus asuntos sociales y sanitarios. No es solo una escuela para estudiar, sino que también les ayuda en otros muchos temas, porque la mayoría de ellos han perdido a sus padres o están en la cárcel.

“Conseguir que haya más escuelas de este tipo puede ser la única esperanza que estos niños tengan de estudiar” -concluye el director-.

Los protagonistas de ‘Los hijos del sol’

De niños de la calle a actores famosos

Majid Majidi lleva denunciando estos problemas desde Niños en el paraíso (1997), protagonizada por dos niños pobres que pierden los zapatos y no se atreven a contarlo a sus padres. Una gran película que fue nominada al Oscar.

Los actores de Hijos del son niños reales que trabajaban en la calle o vendiendo cosas en el metro. “Los elegí entre 4.000 chavales porque solo ellos podían transmitir su situación -asegura-. Los primeros días no podían creerse lo que les estaba pasando. Pensaban que era un sueño. Porque se les había humillado tanto, se habían aprovechado tanto de ellos, les habían quitado tantas cosas, incluida su propia identidad, que no creían en nada ni en nadie”.

Por eso –continúa- para mí era un reto ganarme su confianza. Pero con el paso del tiempo descubrimos sus talentos y han ganado grandes premios, no solo en Irán sino también en todo el mundo. Por ejemplo, el protagonista, Rouhollah Zamani, ganó el premio a la mejor interpretación masculina revelación en el pasado Festival de Venecia. Ahora es una estrella en Irán y está rodando una serie de televisión”.

“Los niños afganos también han tenido mucho éxito –añade-, y si no fuera por el coronavirus ahora testarían rodando otras películas, porque han recibido varias propuestas”.

“Pero lo más importante -concluye- es que devolvamos la confianza a esos niños, demostrarles que no sobran en la sociedad. En el futuro pueden ser ingenieros, médicos, actores… Y espero que el estreno de esta película en todo el mundo, ayude a que descubramos ese tesoro que son estos niños y su importancia para el futuro en todos los países”.

Fotograma de ‘Los hijos del sol’

La difícil situación de los refugiados afganos

Varios de los niños protagonistas de la película son refugiados afganos. “Cada día hay más inmigrantes afganos en Irán y cada vez tienen más problemas –asegura Majid-. Pero mientras su país siga sufriendo esa inseguridad, es un problema con difícil solución. La presencia de EE.UU. en Afganistán tras los atentados de 2001 y la posterior creación de grupos terroristas que combaten contra esas tropas norteamericanas han aumentado la inseguridad y el flujo de inmigrantes afganos hacia Irán”.

Son gente que huye de la guerra y de la pobreza –añade-. Hay entre seis o siete millones de afganos en Irán y la mayoría han llegado de forma ilegal. Eso se ha sumado a los problemas que ya tenía Irán. Si miramos el porcentaje de los niños que trabajan en Irán veremos que el 60 por ciento son esos niños inmigrantes, que no tiene acceso a la educación”.

“Creo –concluye- que hace falta más implicación por parte de organizaciones internacionales de derechos humanos para, por lo menos, que esos niños puedan estudiar. Para tener una mínima esperanza de futuro, tanto para ellos como para sus familias. Cada día que pasa esos niños están en una mayor situación de vulnerabilidad”.

Fotograma de ‘Los hijos del sol’

“Los jóvenes cineastas necesitan tiempo para demostrar su valía”

El cine iraní es uno de los de mayor prestigio en todo el mundo y preguntamos a Majid como lo ve en la actualidad. “A nivel de producción el cine iraní atraviesa un buen momento –confiesa-, ya que se ruedan entre 130 y 140 películas al año. Pero artísticamente no tienen la calidad de antes. Aunque eso no solo pasa en Irán, sino que es igual en todo el mundo. Creo que las jóvenes generaciones de cineastas necesitan un poco de tiempo para poder demostrar su valía”

“En Irán –continúa- seguimos teniendo grandes cineastas, como Asghar Farhadi, pero creo que ya pasó la edad de oro del cine iraní, que fue la década de los 90 y los primeros años de este siglo. Pero insisto en que creo que es por ese cambio generacional. Con tiempo espero que recuperemos este peso. Para que una cinematografía sea exitosa tiene que tener grandes estrenos, conseguir que las películas se vean y que lleguen a los corazones y espero que nuestros jóvenes cineastas tengan la oportunidad de tener esos grandes estrenos”.

En cuanto a sus influencias reconoce que: “Siempre me ha interesado el cine neorrealista italiano, el cine del sur de Francia y, a nivel nacional, el cine de Kiarostami que ha sido un ejemplo a seguir para mí y para muchos cineastas de todo el mundo. Lamentablemente le perdimos, pero su influencia continúa en el cine actual”.

Majid Majidi en un momento del rodajeFuente: https://www.rtve.es/noticias/20210513/hijos-del-sol-gran-pelicula-majid-majidi-denuncia-trabajo-infantil/2089252.shtml

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Denuncian precariedad en refugios para niños migrantes en Estados Unidos

Decenas de niños dentro de una cápsula en el centro de detención del Departamento de Seguridad Nacional de Donna, el principal centro de detención para niños no acompañados en el Valle del Río Grande administrado por la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de los Estados Unidos (CBP), en Donna, Texas, el 30 de marzo de 2021.

 

La cantidad de niños migrantes bajo custodia del Gobierno estadounidense se duplicó en los últimos dos meses y actualmente alberga al menos 21.000 menores. Una investigación de la agencia AP denuncia que pese a algunos cambios con respecto a las condiciones de estos menores bajo la presidencia de Donald Trump, la mayoría se encuentra hoy en instalaciones atestadas y en algunos casos con bajas condiciones de salubridad y falta de personal calificado para su cuidado.

Pese a algunos cambios de la Administración de Joe Biden para mejorar la situación de los niños migrantes, sus condiciones en los refugios aún están lejos de ser óptimas, según una investigación de la agencia estadounidense AP.

La cifra de niños migrantes bajo custodia del Gobierno se duplicó en los últimos dos meses y para esta semana llegaron alrededor de 21.000 menores, desde pequeños hasta adolescentes. Se encuentran en una red de unas 200 instalaciones que abarca dos docenas de estados e incluye cinco refugios con más de 1.000 niños en su interior.

Aproximadamente la mitad del total de niños en albergues duermen en refugios con más de 1.000 menores más. Alrededor de 17.650 se encuentran en instalaciones con 100 o más pequeños. Algunos refugios y programas de crianza tienen sedes pequeñas, de acuerdo con datos confidenciales citados por The Associated Press.

Al menos una docena de las instalaciones de emergencia para los menores funcionan sin licencia y están situadas dentro de instalaciones militares, estadios y centros de convenciones que eluden las regulaciones estatales y no requieren la supervisión legal tradicional.

Además, en esos lugares llamados Sitios de Admisión de Emergencia, no se garantiza a los niños el acceso a educación, oportunidades recreativas o asesoría legal.

Abogados, defensores y expertos en salud mental señalan que, si bien algunos refugios son seguros y brindan la atención adecuada, otros ponen en peligro la salud y la seguridad de los niños.

Un ejemplo de ello ha sido una gran instalación de Houston que cerró abruptamente el mes pasado después de que se reveló que a los niños se les daban bolsas de plástico en lugar de acceso a los baños.

“El sistema ha sido muy disfuncional y está empeorando”, dijo Amy Cohen, psiquiatra infantil y directora ejecutiva de la organización sin fines de lucro Every. Every Last One, Que trabaja para ayudar a las familias inmigrantes que huyen de la violencia de Centroamérica. Aunque ha habido una gran cantidad de niños que llegan a Estados Unidos durante años, Cohen afirmó que nunca había visto la situación tan negativa como lo es hoy.

Por su parte, Mark Weber, portavoz del Departamento de Salud y Servicios Humanos de EE. UU., (HHS) dijo que el personal y los contratistas de la entidad están trabajando arduamente para mantener a los niños bajo su custodia seguros y saludables.

“El HHS ha trabajado lo más rápido posible para aumentar la capacidad de camas y garantizar que los patrocinadores potenciales puedan brindar un hogar seguro mientras el niño pasa por sus procedimientos de inmigración (…) Tan pronto como los servicios integrales (atención primaria en el lugar, incluidas vacunas y exámenes físicos infantiles, administración de casos, llamadas telefónicas a miembros de la familia, educación, recreación, etc.) estén disponibles como resultado de la infraestructura y el personal adicionales, estos se brindan como parte de la operación”, agregó Weber.

No obstante, la agencia ha recibido informes de abuso que resultaron en el despido de un puñado de empleados contratados para trabajar en los sitios de emergencia este año, según aseguró otro funcionario que habló bajo condición de anonimato.

Algunas de las prácticas actuales son las mismas que las que el presidente Joe Biden y otros criticaron bajo la Administración Trump, afirma el reporte, incluida la no investigación de algunos cuidadores con verificaciones completas de antecedentes penales a través de huellas dactilares de los registros del FBI.

Paralelamente, los registros judiciales muestran que la Administración de Biden intenta resolver varias demandas multimillonarias que afirman que varios niños migrantes fueron abusados ​​en los refugios bajo el gobierno de Trump.

“Es casi como el ‘Día de la Marmota’”, dijo la abogada, Luz López, del Southern Poverty Law Center, al referirse a la película de 1993 en la que los eventos parecen repetirse continuamente. «Aquí estamos de regreso a un punto casi en el que comenzamos, donde el Gobierno está usando el dinero de los contribuyentes para construir grandes instalaciones para los niños en lugar de usar ese dinero para encontrar formas de reunir más rápidamente a los niños con sus patrocinadores», reprochó.

Dificultades para reunificar a los padres con sus hijos

El pasado 4 de mayo, el Gobierno federal informó que desde ese mismo día inició un programa para reunificar algunas de las familias de inmigrantes que fueron separadas en la frontera con México bajo la línea dura de “tolerancia cero” contra la inmigración de su antecesor en la Casa Blanca.

Inicialmente fueron cuatro mujeres las beneficiadas con la nueva medida, quienes pudieron ingresar al país para reencontrarse con sus hijos.

Pero la cuota para estos reencuentros sigue siendo baja y mientras tanto son muchos padres los que atraviesan un calvario para volver a ver a sus pequeños.

José, quien pidió ser identificado solo por su nombre por temor a poner en peligro su caso de inmigración, es un padre que huyó de El Salvador después de que su aldea fuera objeto de una masacre. Solicitó asilo en Estados Unidos hace cuatro años. Esperaba dar la bienvenida a su esposa y a su hija de 8 años al sur de California este año, pero la pareja fue devuelta en la frontera en marzo y expulsada hacia México.

La niña volvió a cruzar sola y fue llevada a un refugio gubernamental en Brownsville, Texas, el pasado 6 de abril. José llamó repetidamente a una línea directa de las autoridades para padres que buscan a sus hijos migrantes, pero dijo que nadie le informó dónde se encontraba. “Estaba tan molesto porque seguía llamando y llamando y nadie me daba información sobre dónde estaba (…) Finalmente me dijeron que tenía que pagar 1.300 dólares para cubrir su boleto de avión y que, si no pagaba, tendría que esperar un mes más».

Durante casi tres semanas, su hija estuvo detenida en las instalaciones de Brownsville antes de ser finalmente entregada a él a fines de abril después de que una organización de defensa interviniera para que el Gobierno pagara su pasaje aéreo.

Como este hay miles de casos, los abogados afirman que muchos padres aún no saben dónde están sus hijos.

Algunas mejoras del sistema de refugio para menores migrantes

Aunque son muchas las condiciones precarias que se mantienen en los centros que albergan menores migrantes, la investigación destaca principalmente dos cambios: más transparencia en la entrega de cifras y menor tiempo de estadía de los menores en las instalaciones.

En un comunicado de prensa reciente, el Gobierno promocionó su “restauración de un enfoque centrado en los niños no acompañados” y ha estado compartiendo los totales diarios del número de menores bajo custodia de las autoridades, así como algunas fotos de las instalaciones. Ese paso refleja un mayor nivel de transparencia en comparación con la anterior Administración.

Un grupo de adolescentes migrantes se dirige a camionetas para ser transportadas fuera de las instalaciones de la Asociación Nacional de Iglesias Cristianas en Houston, Texas, Estados Unidos, el 17 de abril de 2021.
Un grupo de adolescentes migrantes se dirige a camionetas para ser transportadas fuera de las instalaciones de la Asociación Nacional de Iglesias Cristianas en Houston, Texas, Estados Unidos, el 17 de abril de 2021. © Godofredo A. Vásquez/Houston Chronicle/ Vía AP

Además, la cantidad de tiempo que los niños pasan, en promedio, dentro del sistema ha disminuido de cuatro meses el otoño pasado a menos de un mes esta primavera, según el Departamento de Salud y Servicios Humanos.

La mayoría de los niños en el sistema para tramitar su refugio ya tiene un padre u otro pariente adulto o amigo de la familia, conocido como patrocinador, en EE. UU. esperando recibirlos. Pero primero suelen ser detenidos por la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de EE. UU. (CBP) y luego entregados a un refugio del Gobierno.

“Por mucho que los niños pasen días y días en CBP es inaceptable (…) cada día que pasa, es cada vez más crítico que estos niños sean entregados a patrocinadores o transferidos a instalaciones autorizadas”, dijo la abogada del Centro Nacional de Derecho Juvenil Neha Desai.

Las principales razones del aumento de la llegada de niños sin acompañantes

Una razón que ha sido clave para que tantos niños lleguen ahora sin sus padres se remonta a una orden de emergencia de la Administración Trump de 2020 que básicamente cerró la frontera entre Estados Unidos y México a todos los migrantes, citando preocupaciones de salud pública sobre la propagación del Covid-19.

Esa orden de emergencia todavía se aplica a los adultos, pero la Administración Biden ha comenzado a permitir que los niños que viajan sin sus padres se queden y soliciten asilo si ingresan al país.

Como resultado, algunos padres están enviando a sus hijos al otro lado de la frontera por sí mismos.

Niños centroamericanos solicitantes de asilo hacen fila para recibir alimentos, en un parque público, después de que fueran detenidos con sus familiares y enviados de regreso a México cuando intentaban cruzar la frontera hacia Estados Unidos. En Reynosa, México, el 7 de abril de 2021.
Niños centroamericanos solicitantes de asilo hacen fila para recibir alimentos, en un parque público, después de que fueran detenidos con sus familiares y enviados de regreso a México cuando intentaban cruzar la frontera hacia Estados Unidos. En Reynosa, México, el 7 de abril de 2021. © Reuters/Daniel Becerril

En términos generales, tras la llegada de Biden a la Presidencia, los republicanos lo acusan de promover la inmigración irregular debido a su discurso a favor de la inmigración, pues también ha impulsado varias reformas en esta materia. Principalmente una vía a la ciudadanía para alrededor de 11 millones de indocumentados en su país. Ante las dificultades para aprobarla en el Congreso, los defensores de la reforma han indicado que podrían centrarse en grupos específicos como los jóvenes inmigrantes traídos a Estados Unidos por sus padres cuando eran niños, conocidos como “dreamers” o “soñadores”; los trabajadores agrícolas y otros empleados en labores esenciales.

Más de 172.000 migrantes fueron capturados en la frontera entre Estados Unidos y México el pasado marzo, según datos del Gobierno. Es el recuento mensual más alto desde marzo de 2001, cuando casi 171.000 fueron capturados.

Biden se defiende del aumento del cruce de personas en la frontera y responsabiliza a su antecesor, Donald Trump, de desmantelar los sistemas para recibir de forma organizada solicitantes de asilo y menores no acompañados.

Fuente: https://www.france24.com/es/ee-uu-y-canad%C3%A1/20210511-eeuu-refugios-ni%C3%B1os-migrantes-precariedad

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Kenia comunica a ACNUR que cerrará en junio de 2022 los campamentos de refugiados de Dadaab y Kakuma

El Gobierno de Kenia ha trasladado al Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) que cerrará en junio de 2022 los campamentos de refugiados de Dadaab y Kakuma, que acogen a más de 430.000 personas, según han indicado ambas partes a través de un comunicado conjunto.

El anuncio ha sido realizado tras una reunión entre el presidente de Kenia, Uhuru Kenyatta, y el Alto Comisionado para los Refugiados, Filippo Grandi, a raíz del plazo de catorce días dado en marzo por las autoridades del país africano para el cierre de los campamentos, paralizado por los tribunales kenianos.

«Somos serios respecto a completar el programa de repatriación que se inició en 2016, respetando nuestras obligaciones internacionales y nuestra responsabilidad nacional», ha indicado el ministro del Interior de Kenia, Fred Matiangi.

«Reiteramos nuestra posición previa de cerrar los campamentos de Dadaab y Kakuma el 30 de junio de 2022», ha recalcado. La ‘hoja de ruta’ presentada incluye un retorno voluntario de los refugiados, con seguridad y dignidad, y su traslado a terceros países a través de varios acuerdos.

Matiangi ha reseñado que «los países de países de África oriental tendrán la opción de que se les emita un permiso de trabajo de forma gratuita para que puedan integrarse en las comunidades kenianas o volver a su país de origen».

Asimismo, la ministra de Exteriores keniana, Raychelle Omamo, ha hecho hincapié en que «el cierre de los campamentos debe ser visto como una aspiración». «No estamos expulsando a la gente, pero un campamento no es algo permanente. Es un limbo», ha argüido.

«Nadie debe vivir en un lugar de incertidumbre e indignidad generación tras generación», ha apuntado. «Ahora estamos trabajando en cómo lograr esto a través de una cooperación que vaya en línea con el Pacto Gloabl sobre Refugiados (GCR)», ha destacado Omamo.

Nairobi y ACNUR han destacado que los campamentos «no son una solución a largo plazo al desplazamiento forzoso» y han mostrado su compromiso a la hora de «trabajar juntos para encontrar soluciones alternativas que vayan en línea con los principios de responsabilidad y los objetivos del GCR.

«Creo que el Gobierno y el pueblo de Kenia seguirán mostrando su generosa hospitalidad hacia los refugiados, como han hecho durante casi tres décadas, mientras mantenemos discusiones sobre una estrategia para encontrar las soluciones más duraderas, apropiadas y fundamentadas en los derechos para los refugiados y solicitantes de asilo que viven en los campamentos de Dadaab y Kakuma», ha manifestado Grandi.

En esta línea, ha aplaudido el «continado compromiso» de Kenia con el GCR. «Tengo tranquilidad por las garantías del Gobierno de que seguirán dando protección y servicios a los solicitantes de asilo y refugiados en Kenia mientras se buscan soluciones», ha explicado.

El Gobierno de Kenia y ACNUR han asegurado además que «la verificación digital de los kenianos registrados como refugiados arrancará en su debido momento» para lograr su retirada de las bases de datos sobre refugiados.

Por último, han destacado que «Kenia ha soportado la carga de acoger a refugiados desde hace casi tres décadas», en las que los campamentos «han saturado su capacidad para acoger población», al tiempo que han recordado que el Gobierno ha expresado además «graves preocupaciones» por motivos de seguridad.

El Ejecutivo de Kenia ha pedido en varias ocasiones el cierre de Dadaab argumentando que en el mismo había infiltrados miembros del grupo yihadista Al Shabaab, que opera principalmente en Somalia y mantiene lazos con Al Qaeda, si bien el Tribunal Supremo impidió en 2017 su cierre.

Así, el tribunal indicó que el Ministerio del Interior se había extralimitado en sus funciones al ordenar la clausura del campamento –que llegó a albergar a más de 580.000 refugiados en 2011– y declaró inconstitucional la repatriación a Somalia de los refugiados. Dadaab fue abierto en 1991, mientras que un año después fue abierto Kakuma.

Fuente: https://www.europapress.es/internacional/noticia-kenia-comunica-acnur-cerrara-junio-2022-campamentos-refugiados-dadaab-kakuma-20210430093324.html

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Siria, el país al que los niños no quieren volver

Se cumplen diez años de un conflicto en Siria que ha generado millones de refugiados, como calcula ACNUR y que ha impactado a los más jóvenes. Así son los datos y las políticas de acogida en España una década después. ACTUALIZACIÓN 5/03/2021

Esta semana la Unión Europea y las Naciones Unidas celebran la quinta conferencia de “Apoyo al futuro de Siria y la región” cuyo objetivo es apoyar al pueblo sirio y movilizar a la comunidad internacional para alcanzar una solución al conflicto.

Esta reunión coincide con el décimo aniversario del inicio de la guerra en Siria y sexto desde que estallara la crisis migratoria. En 2016 la Unión Europea llegó a un acuerdo con Turquía para que Ankara gestionase los flujos migratorios. Según datos de ACNUR, Alemania es el país de la Unión Europea con más solicitantes de asilo reconocidos como refugiados desde 2015: un total de 389.574. En cambio, como señalan estos datos, España ha reconocido a 163 refugiados en el mismo periodo de tiempo. Por otro lado, si se consideran los reconocimientos de protección complementaria aprobadas, Alemania tendría 223.434 y España 13.760, como recoge ACNUR.

Asma tenía nueve años cuando comenzó el conflicto en Siria. Ahora, con 18, cuenta a Newtral.es su experiencia: “Al principio no había bombas”. Tras el inicio de la guerra marchó junto a su familia a otras zonas dentro del país, se convirtió así en desplazada interna. Viajó a Al Raqqa, regresó a otro pueblo y cambió de ciudad varias ocasiones hasta finalmente acabar en un campo de refugiados en Turquía en el que estuvo durante ocho meses.

La joven llegó a Madrid con 13 años como refugiada junto a su familia. Al ser preguntada sobre su estancia en Madrid, asegura que “le gusta mucho la ciudad”. “En Madrid hay muy buena gente, no como otros países en los que hay mucho racismo”, señala.

Según un informe publicado por Save the Children, el 86% de los niños y niñas refugiados sirios entrevistados por la organización en Jordania, Líbano, Turquía y Países Bajos, no quiere regresar a su país de origen.

En este sentido, Asma es de la misma opinión, en el caso de regresar a su país sería para visitar a su familia. Pero no es algo que haría a corto plazo.

Siria, refugiados y asilados: Diferencias de términos

La concesión de asilo se da a aquellas personas reconocidas como refugiadas según la Convención de Ginebra de 1951, como señala María Jesús Vega, de ACNUR. Por otro lado, la protección subsidiaria se concede a aquellas personas que aunque no cumplan con los requisitos de refugiado, existen motivos para creer que al regresar a su país se enfrentarían a poder sufrir algún daño..

Por otro lado, habría que tener en cuenta otro concepto, el reasentamiento, que consiste en el “traslado de refugiados de un país de asilo a otro – que ha acordado admitirlos -, generalmente por motivos de protección o de especial vulnerabilidad”, como define ACNUR.  “Se trata de un instrumento de protección internacional que salva vidas, y que ha sufrido un fuerte revés en 2020 en cuanto a las cuotas ofrecidas y los traslados por la pandemia” explica María Jesús Vega desde ACNUR.

Situación en España

David del Campo, Director de Cooperación Internacional y Acción Humanitaria de Save the Children, considera que el conflicto ha ido empeorando año a año y, como ha señalado a Newtral.es, se trata de “una guerra contra la población civil y contra la infancia en Siria”.

Además, Del Campo critica la posición de España ante el conflicto y lo califica de “ausente” en ayuda y cooperación tanto con el gobierno actual como en el anterior. En 2019 el gobierno español reconoció el derecho a la protección subsidiaria (estatus diferente al de refugiado o concesión de asilo) a 561 personas menores de origen sirio de entre 0 y 17 años, según datos del Ministerio del Interior. En 2018 fueron 1.037.

Dentro de España, los datos entre ambas categorías varían bastante. A lo largo de 2019 se reconoció la condición de refugiado y la concesión de asilo a 6 menores de origen sirio. Como explica Vega, en muchas ocasiones los reconocimientos se muestran con retraso y se acumulan en otros años.

“Hay una premeditación para hacer muy difícil que una persona que vive el conflicto de una guerra sea alojado. Las complicaciones jurídicas están hechas para que eso no ocurra”, indica Del Campo.

Asimismo, explica que en la organización han trabajado con familias que se han desplazado hasta tres veces dentro de Siria desde que se inició el conflicto, lo que genera “desarraigo y problemas psicológicos”. Esto se ve reflejado dentro de la encuesta, ya que los desplazados dentro del propio país eran los que tenían menos vínculos con sus comunidades.

Asma define como “terribles” sus años de desplazada interna en Siria y en Turquía: “los años que estuve en Siria los pasé fatal, no había comida, no había agua. Ahí murió mi abuela y mi prima. No se puede contar con palabras”. Asma quería ser doctora, pero ahora mismo no sabe qué hará en el futuro, quiere centrarse en empezar bachillerato y quizás, en viajar cuando acabe de estudiar.

Fuente: https://www.newtral.es/siria-refugiados-ninos-conflicto/20210403/

 

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Que el mundo escuche el clamor de los refugiados. El Papa recibe a Filippo Grandi (ACNUR)

La inmigración, las guerras, el hambre, la pobreza y las pandemias son las emergencias que desde hace años provocan movimientos de poblaciones considerables hacia los países más ricos. Estas y otras cuestiones han sido abordadas en la audiencia del Papa Francisco con el Alto Comisionado del ACNUR, Filippo Grandi.

Nunca como en los últimos años la actividad del ACNUR, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, organismo fundado en diciembre de 1950, ha resultado tan esencial como en los últimos años para hacer frente a emergencias como la inmigración, la organización de campos para quienes huyen de la guerra, el hambre y las persecuciones de todo tipo. Hoy el Alto Comisionado del organismo de la ONU, Filippo Grandi, fue recibido en audiencia por el Papa Francisco. En los micrófonos de Radio Vaticano-Vatican News, Grandi destacó la difícil labor de dialogar con un mundo indiferente a las peticiones de los más pobres y vulnerables.

Comisario Grandi, la audiencia con el Papa Francisco llega en un momento difícil para toda la comunidad internacional, por razones bien conocidas, en primer lugar la pandemia. ¿Cuáles son los temas de la reunión con el Pontífice?

R. – En primer lugar, este difícil contexto internacional, en el que los grupos más vulnerables, aquellos de los que nos ocupamos -refugiados, desplazados- están especialmente expuestos, sobre todo a las consecuencias económicas de la pandemia. Luego, el contexto político también, que sigue siendo muy difícil para estas personas, también porque se ha politizado mucho, y la acogida, que debería ser un gesto humanitario, como nos recuerda precisamente el Papa Francisco, se ha convertido muchas veces en un tema de debate político. Pero también situaciones concretas: hablamos de Centroamérica, Sudamérica, especialmente del éxodo de venezolanos, Líbano: un país en profunda crisis. Y también de Europa y de la necesidad de que Europa se dote cuanto antes de un instrumento común de acogida, identificación de refugiados, integración, etc. Y debo decir que hay plena identidad de opiniones entre el Santo Padre y nosotros en estos temas.

¿Quiénes son los refugiados hoy en día? ¿Qué historias, incluso dramáticas, traen consigo?

R. – Son, según la definición histórica, personas que huyen de la violencia, la discriminación y la persecución. Y cada vez más, como ha recordado el Papa esta mañana, conflictos y guerras que parecen multiplicarse y no resolverse nunca. Y estos éxodos, estos exilios, se mezclan con otras situaciones: de pobreza, de cambio climático, de pandemias actuales. Se trata, pues, de flujos de población muy complejos y difíciles de gestionar para los gobiernos; pero sin una buena gestión, no sólo crean tensiones con las comunidades locales, que hay que resolver, sino que, sobre todo, dejan a estas personas en situaciones «suspendidas», muy duras desde el punto de vista humano y humanitario.

A veces es difícil dialogar con un mundo que suele hacer oídos sordos a las peticiones de los más pobres, los más vulnerables…

R. – Un mundo sordo, un mundo indiferente, un mundo distraído por muchos otros problemas, y la pandemia es por desgracia una distracción muy real. Pero también un mundo en el que desgraciadamente hay quienes gritan demasiado y utilizan el sufrimiento de estas personas para ganar votos, ganar elecciones y tener más poder. Y esto es lo que molesta y esto es lo que tenemos que contrarrestar precisamente el mensaje del Papa Francisco: el mensaje de solidaridad, de humanidad, el mensaje de fraternidad que constantemente trata de difundir en todos los países del mundo.

Los Refugiados: personas que ciertamente buscan un futuro mejor, pero que a menudo se ven obligadas a permanecer en lugares de recogida en condiciones muy difíciles. Una de ellas es la isla de Lesbos, donde hace cinco años el Papa Francisco fue…

R. – Ciertamente, porque hoy en día estos flujos humanos no sólo son una forma de que estas personas salgan de situaciones desesperadas, sino que desgraciadamente pasan por otros países que también están en situaciones desesperadas, o por contextos en los que estas personas no encuentran la protección, la estabilidad y la acogida que deberían encontrar. No es sólo la isla de Lesbos… Piense en Libia, que también es un país de tránsito. Pensemos en la ruta de los Balcanes -hablamos de ella con el Papa Francisco- que hoy en Italia vuelve a ser una fuente de llegadas y movimientos complicados. Así que, por desgracia, en un mundo en el que todos nos hemos vuelto más móviles, incluidos los refugiados y los migrantes, esta movilidad, que a menudo es aprovechada por los delincuentes y los traficantes, puede poner personas que huyen en otras situaciones peligrosas.

El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados es un organismo creado en 1950. Esta agencia de la ONU ha recibido dos premios Nobel de la Paz, en 1954 y 1981. ¿Significa esto que durante más de 70 años el trabajo de Acnur ha sido esencial?

R. – Y pensar que el Alto Comisionado se fundó en 1950 para durar tres años. Y después de más de 70 años seguimos siendo, por desgracia -insisto en la palabra «por desgracia»-, necesarios. Entre otras cosas, este año 2021 se cumple el 70º aniversario de la Convención sobre los Derechos de los Refugiados: un documento que, a pesar de su edad, que ya empieza a ser avanzada, sigue siendo de gran relevancia.

Fuente: https://www.vaticannews.va/es/papa/news/2021-04/clamor-de-los-refugiados-el-papa-recibe-a-filippo-grandi-acnur.html

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