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Marco Curricular y Plan de Estudios 2022 para la Educación Básica Mexicana

COLUMNA ‘CORTOCIRCUITOS’

 

«Dos años de una pandemia inédita solo mantuvieron el rumbo, profundizándolo incluso. En términos educativos, la Nueva Normalidad era la misma que la vieja, pero por televisión…»

La emergencia

El 29 de enero de 2022, en una Mesa de trabajo de la secretaria de educación pública con los y las senadoras de MORENA , Delfina Gómez Álvarez, informó que

En planes y programas de estudio, la prioridad en 2022 es producir con suficiencia, libros de texto gratuitos y materiales educativos, como parte de la estrategia que tenemos, que es: ningún niño y niña sin libros.

El presupuesto en el 21, fue de 3 mil 176.1 millones de pesos; en el 22 son 3 mil 397.4 millones de pesos. Y la meta es imprimir y distribuir 157.6 millones de libros de texto gratuitos y materiales educativos.

Cabe señalar que México es uno de los pocos países que edita, produce, evalúa y distribuye sus libros de texto, tanto de educación básica, educación especial e indígena.

Los avances en la elaboración de los planes y programas de estudio y libros de texto, recordemos que desde el 2019 se han constituido diversos equipos de trabajo con 24 instituciones externas y dependencias gubernamentales, y con siete unidades de la SEP.

Se han llevado a cabo mil 423 reuniones; se han generado siete documentos rectores y 119 documentos de trabajo.

Entre las instituciones que han participado en la revisión de planes y programas de estudio, se encuentran las siguientes, que son: la Secretaría de Salud, Cultura, Medio Ambiente y Recursos Naturales, las Secretarías de Educación del Estados de México, Nuevo León, Sonora e Hidalgo; los Consejos Nacionales de Fomento Educativo y de Ciencia y Tecnología; la Coordinación de Memoria Histórica y Cultural de México y la Coordinación Nacional de Protección Civil, los Institutos Nacionales de Educación para Adultos y también de las mujeres, que es para nosotros muy importante la parte de nuestras compañeras mujeres; y la Universidad Pedagógica Nacional y la Universidad Autónoma Metropolitana, entre otras.

No menciono todas, porque sí son como tres hojas de los que han participado y que agradecemos mucho su participación.

Las estrategias es fortalecer la elaboración y distribución de los libros de texto gratuito y de los materiales que lo acompañan, el que se compartan los Planes y Programas de Estudio 2022-2023 con autoridades educativas locales y otros actores para su análisis y discusión, e iniciar el proceso de capacitación de las y los docentes en los nuevos contenidos de Planes y Programas de Estudio 2022-2023.

Aquí nada más hago la precisión. Ya se hizo la participación de gente experta, de universidades y de algunos maestros frente a grupo; ya se cuenta con la propuesta que tenemos de Planes y Programas.

¿Cuál es la siguiente etapa? Difundirlos, que se analicen, que se critiquen, que se proponga y reajustar lo que se tenga que reajustar.

Insisto, a partir del día lunes va un equipo técnico de la Secretaría de Educación Pública, como lo ha hecho con vacunación, que vamos a todos los estados, como lo ha hecho en el regreso a clases, que hemos estado todos los funcionarios de la SEP. A partir del lunes vamos a iniciar con ese análisis de esos planes y programas que se tienen como propuesta.

Va a ser un ejercicio abierto, en donde se está convocando a autoridades educativas de los estados, pero también se puede sumar institutos, organismos, personal experto en educación, porque eso nos va a permitir nutrir lo que está como propuesta.

Y después de eso ya viene una revisión, se recapitula. Aquí a la Comisión de Educación haremos llegar el lunes ese documento para que lo analicen, junto con la Cámara de Diputados, y ya haremos la retroalimentación.

El 31 de enero, en el  Boletín No. 26 , la misma SEP reseñó el inicio del análisis del plan y programas de estudio para el diseño de los Libros de Texto Gratuitos de Educación Básica, con la realización de la primera Asamblea en el estado de Veracruz; de 32 que se llevarán a cabo en todo el país, hasta el 25 de marzo. Así comenzó la discusión del nuevo Marco Curricular y Plan de Estudios 2022 de la Educación Básica Mexicana . Parecería que todo empieza aquí; solo parecería, porque en realidad ese momento condensa muchas experiencias, prácticas, demandas, fracasos, estrategias y, sobre todo, procesos político-educativos.

La comparecencia de Delfina y la Asamblea de Veracruz, son los detonantes de un debate quizá postergado o soterrado en la política educativa de la IV T. Por eso hay que detenerse, aunque sea un momento, en el proceso de la reforma educativa de la IV T, para ubicar la importancia del Marco Curricular (MC), reconocer su particularidad histórico-pedagógica, su viabilidad, sus posibilidades,límites y contradicciones, el desafío que representa, sus oportunidades, es decir, lo que normalmente se esperarçia de un análisis crítico-político y pedagógico de las acciones educativas.

Procederemos de manera secuencia, primero con las condiciones de emergencia; luego las particularidades del Marco Curricular; luego sus posibilidades; por último sus dificultades, contradicciones, exigencias y demandas; para terminar con una valoración histórico-política. Este es el primer Cortocircuito de una nueva serie sobre el tema.

El MC en los procesos de reforma educativa

Desde 2012-2013 nos encontramos en lo que hemos denominado el ciclo neoliberal de las reformas educativas.[1] No porque no se hubiera elementos neoliberales anteriormente, que bien pueden rastrearse hasta principios de los años noventa, sino porque en 2012 se articularon en una nueva problematización que dio lugar a una reforma constitucional y a un despliegue jurídico-administrativo radical para reconfigurar el SEN; eso es lo que establecimos en los dos primeros libros que le dedicamos al tema: Los poderes percutidos y  Anatomía política de la reforma educativa  .

En ese momento la crítica destacó la ausencia de la propuesta curricular como una de las principales deficiencias de la reforma. Se equivocaba: no solo en términos temporales, porque ya desde 2014 se anunció la realización de las tareas conducentes a eso, sino conceptuales y políticos, porque desde la Constitución se encontraban ya los conceptos ordenadores, basado en la trifecta pedagógica neoliberal: calidad-aprendizaje-evaluación. Cuando se anunció el Nuevo Modelo Educativo en 2016, no solo era la parte curricular de la reforma, era el culmen, el ensamblaje final de todos los conceptos, programas e iniciativas, desde las Escuelas al Centro hasta la Normalidad Mínima, las Escuelas al CIEN, los aprendizajes significativos, la concordancia de los perfiles, parámetros e indicadores de la evaluación con las prácticas y la formación de los docentes.

En eso terminó el sexenio y se dejó la operación del NME a la nueva administración. Con una salvedad: las resistencias a la reforma educativa comprometieron a la IV T a cancelarla.

El problema, como lo mostramos en La continuidad neoliberal  , es que no se cancelaron ni la racionalidad, ni los conceptos ni las problematizaciones neoliberales, solo la evaluación de desempeño. Lo demás continuó igual; peor aún: se legitimó y profundizó.

La continuidad fue explícita o soterrada, del Nuevo Modelo Educativo a la Nueva Escuela Mexicana hubo innovaciones, no sustituciones, ni cancelaciones ni siquiera una reformulación en los sujetos, los acciones o los predicados. Y continuó la enorme paradoja de una Nueva Escuela con los mismos contenidos curriculares anteriores, en ocasiones muy anteriores, por ejemplo cuando se utilizaba el plan de 2011. La Nueva Escuela se parecía demasiado a la vieja, en sus prácticas, en su organización, en sus propósitos, contenidos, problemas dificultades y demás. No hubo cancelación, sino continuidad, como es palpable. De ahí la escandalosa paradoja de una IV T sin proyecto específico de educación, algo que la identificara, que la distinguiera de la precedente, sometida a tantos críticas justificadas y pertinentes.

Dos años de una pandemia inédita solo mantuvieron el rumbo, profundizándolo incluso. En términos educativos, la Nueva Normalidad era la misma que la vieja, pero por televisión, en la versión de la SEP y Esteban Moctezuma, o a través de una complejísima articulación de modalidades, acciones, experiencias, iniciativas de padres y madres de familia, de comunidades, de escuelas, profesores y otros agentes pedagógicos. Ni los ejes, ni los contenidos, ni los propósitos se modificaron, solo se cambiaron las plataformas y las modalidades: remotas, encubiertas, mixtas, híbridas, a distancia…

En marzo de 2021 una primera señal de algo distinto. El responsable de una dirección de tercer nivel, Marx Arriaga, director de Materiales Educativos, rompió la tranquilidad burocrática de la SEP con la Convocatoria para el rediseño de los libros de texto gratuitos de primaria 2021 , basada en una estrategia de participación y creación colectiva, desde el magisterio, en un tiempo inimaginable de dos meses, pero sin alterar los planes y programas, solo readecuándolos.

Las críticas llovieron: desde el tiempo de realización hasta los contenidos, la organización, los reconocimientos a los docentes involucrados y demás. El resultado: un fracaso anunciado. La estridencia del inicio no se correspondió con el silencio del fracaso.[2]

Apenas unos meses después, un nuevo anuncio, más radical y más profundo, derivado del fracaso anterior, de pretender nuevos libros de texto sin modificaciones en el plan de estudios: el Marco Curricular y Plan de Estudios 2022 para la Educación Básica Mexicana, otra vez con una propuesta participativa y de nombre provocador: Asambleas de discusión.

La reforma curricular que debía anteceder a los nuevos libros de texto de 2021, y la que debía acompañar, si los críticos fueran exigentes ahora, a la reforma educativa de la IV T, se ponía en marcha casi tres años después de la reforma constitucional, poco menos de las leyes secundarias y a dos de constituidas sus organizaciones características: Mejoredu, USICAMM, los procesos de evaluación docente, los programas de nuestra escuela y demás innovaciones jurídico-administrativas en la educación mexicana -y este es un término no retórico, sino sintético, pues las nuevas leyes, como las nuevas organizaciones y los nuevos procedimientos  son solo eso: innovaciones respecto a los precedentes, nada que ver con alteraciones paradigmáticas. Innovar no implica cambiar la racionalidad, sino ajustar, modificar y actualizar lo precedente. Y ese es el signo de la IV T: la Mejora Continua de la reforma educativa anterior.

En este momento nos encontramos, no en un vacío, sino en un tiempo cargado por la trayectoria estentórea de uno de los principales animadores del MC -desde su diatriba contra el movimiento feminista,[3] hasta el fracaso y el fraude de los libros de texto, sin olvidar una peculiar interpretación de la lectura-;[4] pero sobre todo de la continuidad neoliberal de la reforma constitucional; de la racionalidad neoliberal en las políticas educativas, en sus organismos, prácticas e instituciones, sin olvidar, desde luego, a la trayectoria y las propuestas legislativas de la secretaria de educación, cuya única iniciativa como autora fue incorporar al emprendedurismo en la ley de educación. Todo eso, y más, cargan el momento actual, todo eso conforma la producción, distribución, recepción y valoración del Marco Curricular.

Entre todo ese amasijo hay que desenvolverse; considerando todo esto hay que acercarse al MC para analizar su racionalidad, sus alcances, sus posibilidades, limitaciones y contradicciones; lo que hay que hacer siempre con las acciones educativas.


[1] González Villarreal, R. Rivera Ferreiro, Lucía, Guerra Mendoza, Marcelino, “El ciclo de las reformas educativa: 2012-2019”, en Las luchas de la CNTE: debates analíticos sobre su relevancia histórica, PUEDJS-UNAM/INEHRM, México, 2020. (versión descargable: https://puedjs.unam.mx/magisterio-democratico/publicaciones.html)

[2] Libros de texto gratuitos: las mentiras y abusos de Marx

[3] https://www.reporteindigo.com/reporte/reviven-discurso-de-marx-arriaga-de-la-sep-lo-acusan-de-machismo-y-mansplaining-video/

[4] https://www.reporteindigo.com/reporte/leer-por-goce-acto-de-consumo-capitalista-dice-marx-arriaga-funcionario-de-la-sep/


Fuente de la información: Insurgencia Magisterial

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De docentes a espectadores. Asambleas educativas y la simulación del debate

Por: Erick Juárez Pineda

La formulación de los nuevos planes y programas de estudio no es cosa menor. Su construcción debería incluir las voces de todos los miembros de la comunidad educativa: docentes, alumnos, padres de familia, directivos, académicos, investigadores, organizaciones de la sociedad civil, legisladores, sindicatos y demás figuras que intervienen en los procesos de enseñanza – aprendizaje.

Estas discusiones deben recabar todas las formas de pensamiento, perspectivas y visiones educativas, las cuales, fortalecen los contenidos que se aterrizan en las aulas y los centros escolares.

En el discurso, la propia titular de la Secretaría de Educación Pública (SEP), Delfina Gómez Álvarez reconoce que estas asambleas “no tendrían razón de ser si no se escucharan las necesidades, críticas y reflexiones del magisterio” (Boletín 60, SEP). En la práctica esto resulta distinto.

El desarrollo de los encuentros encabezados por Marx Arriaga Navarro, Director General de Materiales Educativos, han estado llenos de señalamientos de simulación y segregación.

Muchos docentes, directivos, analistas y demás figuras han dado a conocer a través de redes sociales, foros y medios de comunicación que las reuniones son “a modo” y bajo lineamientos particulares de selección de invitados, donde solo algunos -la mayoría afines al gobierno actual- son aceptados en estas reuniones.

Sin embargo, para la SEP, los docentes han sido reducidos a simples espectadores y consideran que las visualizaciones de los videos de estos encuentros publicados en las distintas plataformas digitales son suficientes para darle legitimidad a los encuentros.

Para muestra un botón. El Boletín No. 31 de la SEP, señala que “en estas asambleas se consideran las opiniones de las maestras y los maestros”, pues tan solo en la sesión realizada en Veracruz, el video del encuentro “tuvo un alcance de 35,289 espectadores en las distintas plataformas en la que se transmitió, y la interacción de 13,125 personas en redes sociales”.

Recientemente, en su cuenta de twitter, Marx Arriaga dijo que la transmisión de la XXII Asamblea tuvo 147,069 visualizaciones, esto basta, según él, para demostrar a aquellos que dicen que estos eventos son “ejercicios cerrados en donde los maestros no fueron invitados”, están equivocados. Incluso considera que estas métricas son ejercicios y muestras de “transparencia”. (https://twitter.com/MarxArriaga/status/1502331511005192199)

Esta visión es errónea.

No se puede reducir a las y los docentes a simples espectadores, ni se puede traducir el número de visualizaciones en las redes sociales como un indicador de participación activa y propositiva en esta labor titánica. Ya tenemos experiencia en asambleas simuladas.

Durante la formulación de los planes y programas de estudio emanados de la Reforma Educativa del Gobierno de Enrique Peña Nieto, se convocaron a dos jornadas de trabajo para aterrizar las propuestas curriculares: la primera con Emilio Chuayffet y la segunda con Aurelio Nuño. Esto resultó en reuniones llenas de acusaciones de simulación pues aunque en el discurso se convocó a un grupo plural de docentes, académicos y analistas, los resultados de ello fueron muy distintos a lo que se acordaba en las mesas e iniciativas recabadas.

Aunque la propuesta curricular presentada por la SEP contiene elementos positivos y necesarios para transformar el rumbo, también vemos bastantes aspectos debatibles, lagunas educativas y un alto deslinde de responsabilidad hacia los gobiernos anteriores; por lo que tenemos que esperar las versiones finales para emitir posiciones más concretas.

Queda muy poco tiempo para que termine el actual gobierno. Si se quiere recomponer el camino es necesario pensar desde la pluralidad, el reconocimiento y hospitalidad a las diversas formas de pensamiento y una apertura sincera a la crítica y la autocrítica. El Sistema Educativo Mexicano lo merece.

*Periodista especializado en educación. Articulista de La Jornada.

Twitter: @elErickJuarez

Fuente e Imagen: http://www.educacionfutura.org/de-docentes-a-espectadores-asambleas-educativas-y-la-simulacion-del-debate/

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SEP: Directivos escolares y desarticulación formativa

Por: Juan Carlos Miranda Arroyo

«La valorización de directivos escolares no es una de las prioridades de las políticas públicas educativas.»

El Estado mexicano carece de instituciones y programas estructurados, de mediano y largo plazos, para formar a sus directivos escolares. ¿Qué escuelas o instituciones de educación superior ha diseñado la Secretaría de Educación Pública (SEP) para cubrir esta necesidad formativa, de tal modo que se alcance cabalmente el perfil profesional de la figura directiva y que atienda las necesidades de liderazgo y gestión educativa de la escuela pública?

En el pasado, antes de 2013, la evaluación para efectos de selección, como parte de los procesos de promoción para definir ascensos o movilidad vertical del magisterio, se llevaba a cabo a través de las llamadas Comisiones Mixtas de Escalafón, que estaban integradas por representantes de las autoridades educativas locales y de las/los agremiados, es decir, por profesoras y profesores elegidos discrecionalmente por la organización sindical (SNTE).

La participación de representantes sindicales en esas comisiones era un foco para la presunción de actos corrupción y de prácticas clientelares, ilegales y deshonestas (compadrazgo, tráficos de influencias, conflictos de intereses) en los procesos de promoción vertical o de ascensos.

Hoy en día las comisiones mixtas no existen, porque tanto la reforma educativa de 2013 como la de 2019, por fortuna, se encargaron de eliminarlas. Actualmente los procesos están centralizados normativa y operativamente, y éstos se dan mediante la administración de convocatorias que lleva a cabo la Unidad del Sistema para la Carrera de las Maestras y los Maestros (USICAMM).

Por el momento en ese ámbito (procesos de promoción vertical), lamentablemente, prevalecen la desarticulación académica y la comercialización en la esfera de la formación continua de estas figuras directivas; hechos documentables que están relacionados con la promoción (vertical) de directivos escolares. Existen múltiples denuncias de docentes acerca de estas irregularidades.

Es una pena que para ser directivo escolar de la escuela pública, no haya un currículo profesional –desde la SEP- como requisito en los concursos de promoción vertical –que exija de uno o dos años de preparación especializada-; y que aprobar un examen estandarizado –entre otros factores-, sea un requisito principal para ascender a puestos directivos.

Nunca he reivindicado en mis textos la antigüedad como factor para la promoción vertical (movilidad en puestos directivos), sin embargo, es un factor que volvió después de un tiempo. Siempre he pensado que tomar en cuenta el paso del tiempo, por sí solo, es nefasto como criterio de promoción. La antigüedad es un requisito del viejo sistema de escalafón.

Cuando hablo de la carencia de instituciones y programas especialmente diseñados para formar a directivos escolares, me refiero a la falta de una preparación profesional especializada en gestión escolar y liderazgo pedagógico. Un posgrado, ajeno al campo, no es ni significa una adecuada preparación para realizar tareas de dirección y gestión educativas en campo.

Pienso que se requieren conocimientos, desarrollo de habilidades, prácticas acompañadas (tutorías para directivos nóveles) y valores éticos en el campo específico de la formación en gestión educativa y liderazgo académico. La docencia por sí sola no es ni debe ser el único sustento para seleccionar y realizar este tipo de responsabilidades directivas. Como en los deportes de conjunto, un buen jugador en cancha no se convierte automáticamente en un director técnico. Para ello se requiere de una preparación especializada para alcanzar ese perfil.

México cuenta con sólidas instituciones y programas para formar a docentes; pero no tiene instituciones ni programas para formar profesionalmente a sus directivos escolares. Las políticas públicas educativas no han priorizado, de manera explícita, a la formación de directivos escolares porque no se ha valorado, entre otras cosas, su papel profesional en la escuela.

Al no contar con instituciones ni programas específicos de formación de directivos escolares para la educación básica ni media superior, los procesos de promoción vertical (sistema para la carrera de maestras y maestros) no tienen ninguna orientación ni congruencia académicas (en el campo de la gestión educativa, en principio). Están más orientados hacia el control corporativo.

Desde 2018, he propuesto que las Escuelas Normales, la Universidad Pedagógica Nacional (UPN) y los Centros de Actualización del Magisterio (CAM) cuenten con programas académicos, rigurosos y consistentes, (especialidades o maestrías profesionalizantes) adecuadamente diseñados para formar a las/los directivos escolares. Y que el cursar y egresar de dichos programas sea uno de los requisitos para la promoción vertical.

Como lo sugerí en 2019, hoy lo reitero, el problema que la nación tiene (y tendrá) en este ámbito, es estructural. En nuestro país no se han generado instituciones con larga tradición educativa, encargadas de la preparación profesional de directivos escolares (incluyo en este vacío a las figuras de liderazgo del supervisor escolar y del jefe de sector; éste último en proceso de extinción), de tal manera que el personal que acceda a estas plazas, cumpla con su trabajo de manera profesional y con un perfil especializado, luego de su paso por la formación en gestión educativa, en negociación, conciliación, Pedagogía, liderazgo y en el manejo de los procesos académico-administrativos.

Todo parece indicar que las reformas educativas, ensayadas en nuestro país durante los últimos 10 años, una tras otra, han perdido la oportunidad de crear o dar pie a ese tipo de instituciones y programas pensados para formar a las y los directivos de la escuela pública (con programas de mediano y largo plazos).

Por lo tanto, no basta con que se seleccione a esas figuras directivas, luego de un riguroso proceso de evaluación para la promoción, sino que es necesario crear los programas académicos correspondientes, a efecto de que la preparación de estas figuras directivas sea congruente con la demanda de un perfil profesional y de especialización como directivo escolar, del tamaño de la exigencia que enfrenta el sistema educativo para este puesto de trabajo, orientado a la creación y orientación de comunidades educativas. Por cierto, es un cargo o puesto clave –el de directivo escolar, tan importante o relevante como el que juega el docente en el aula, de la estructura organizacional de la escuela pública mexicana.

Otro de los problemas pendientes del sistema educativo, es eliminar la desacertada figura del “director encargado”, que históricamente se ha dado a una/un docente que cumple funciones directivas en la escuela (sin descarga de responsabilidades frente a grupo), pero sin percibir una remuneración (en algunos casos se les da un complemento económico simbólico) ni reconocimientos institucionales. Esos casos habrán de ser regularizados. Se deberán otorgar plazas directivas con todas las prestaciones de ley y sin lesionar los derechos laborales.

Fuente de la información:  SDPnoticias

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SEP: Comunidad e individuo en la propuesta curricular

Por: Juan Carlos Miranda Arroyo

Algunas de las cuestiones que se han discutido durante las últimas semanas, sobre la propuesta curricular que lanzó la SEP en enero pasado, (Marco curricular, 2022, documento preliminar), son las referidas a las nociones de comunidad-territorio y de cultura-lenguaje, ambas referidas como procesos centrales de la propuesta.

A ellas habría que agregar la discusión sobre las nociones o conceptos de individuo, persona o sujeto. Esto a raíz de las diversas lecturas que se han generado en la conversación pública en torno a la reorientación curricular.

Esto señala el documento oficial:

«Este plan de estudios coloca a la comunidad como el espacio social, cultural, político, productivo y simbólico, en el que se inscribe la escuela, como el principal elemento articulador de las relaciones pedagógicas, así como de los procesos de enseñanza y aprendizaje”

SEP. MARCO CURRICULAR

Pero, ¿cuál es el enfoque de comunidad que fundamenta esta idea?

Como punto de análisis, en primer lugar, es conveniente revisar el vínculo comunidad-escuela, sobre el cual surgen algunas preguntas: ¿Cuál es el lugar y el rol que juega el sujeto que aprende, por definición, en contextos sociales o en comunidades escolares? O más allá de ello (porque el acto educativo no se agota en los procesos de aprendizaje): ¿Cuál es el papel que juega el sujeto y cómo se le representa (y se representan a sí mismos el docente y el educando) al ejercer el derecho pleno a la educación como un patrimonio social-cultural y como fundamento de otros derechos humanos?

Cualquier diccionario indica, en general, que la comunidad es un conjunto de individuos que tienen en común diversos elementos, como el territorio que habitan, las tareas, los valores, los roles, el idioma o la religión. También suele ocurrir que las personas se agrupen entre sí de manera voluntaria o espontánea por tener reglas y un objetivo en común.

Sin embargo y al margen de las definiciones simples, la SEP (2022) propone una noción específica sobre la comunidad (educativa):

“Lo propio de una comunidad no es la relación dinámica de protección y pertenencia, sino la obligación hacia el otro. Hacer comunidad es una acción de exposición y contacto respecto a otros. La comunidad es una construcción que se entreteje a partir del cuidado mutuo que se procuran los sujetos, así como la responsabilidad que asumen hacia la igualdad de derechos de los demás y la igualdad de posibilidades para ejercer esos derechos… La comunidad vuelve a los sujetos, individuales y colectivos, hacia su exterioridad, y esto significa para la escuela mantener con la comunidad territorio una relación permanente de reciprocidad e intercambio.”

SEP. MARCO CURRICULAR

En ese marco, la idea principal que subyace a la propuesta curricular (2022) en cuestión, es que existe una dicotomía entre las acciones reflexivas individuales versus las acciones reflexivas colectivas o comunitarias, esto dicho en el contexto social específico de la escuela (entendida como comunidad educativa). Pero, aquí surge otra cuestión: ¿Cómo está fundamentada esta dicotomía entre lo individual y lo comunitario?

Así lo plantean las/los diseñadores curriculares cuando se refieren a la labor docente:

“Su misión es conducir procesos formativos y dialogar con las y los estudiantes en un sentido crítico, de respeto mutuo, incluyente y equitativo, para que aprendan saberes, conocimientos, técnicas, operaciones, artes, prácticas, proyectos, habilidades y valores que sean significativos para su vida individual y colectiva.”

SEP. MARCO CURRICULAR

Para argumentar en contra de la dicotomía individual-comunidad retomo, como eje de análisis, un concepto de la sociología de la vida cotidiana, de Agnes Heller, quien emplea el término ser social.

“…El ser social se presenta en y para la vida en sociedad como un ser particular y generalmente humano, así como también singular, como síntesis de múltiples determinaciones (particular y genérica), real y dinámica, siendo una máquina creadora, representante del desarrollo y de la esencia de la historia, por lo tanto, un ser que construye su propia historia, pero en condiciones previamente dadas”.

“Heller, desde 1974, considera al individuo, como el ser humano singular que tiene una actitud consciente (y autoconsciente), con respecto a su condición de generalidad, y es capaz de dirigir su vida según sus actitudes sensibles e intelectuales: es el ser social consciente de-sí-mismo.”

Para la filósofa húngara la dicotomía individuo-colectividad o comunidad no es relevante porque “…el sujeto se presenta como síntesis de múltiples determinaciones históricas y sociales, reales y dinámicas en y para la vida cotidiana.” Dicho en otras palabras, en el sujeto particular encontramos, fusionado o sintetizado, al ser social.

Por otra parte, en el proceso de constitución del ser social, propuesto por Heller, aparecen las ideas de actitud consciente y autoconsciente. Al respecto, Néstor A. Braunstein (en Teoría del sujeto) señala lo siguiente:

“El hecho es que los fenómenos conscientes no pueden tener existencia empírica sino bajo la forma de asociaciones entre representaciones de palabra. Su existencia es una existencia de lenguaje y no puede abordársele sino a partir de su objetivación como discurso. Y el discurso es siempre discurso de un sujeto, lo que nos remite ineluctablemente del ‘sujeto de la conciencia’, del sujeto de esa abstracción nocional, efecto del ser social, a la cuestión del sujeto del discurso como corpus concreto, a partir del cual podremos abordar al sujeto que ya no será el sujeto de la conciencia ni tampoco el sujeto del discurso, sino el sujeto a secas, en toda su complejidad, que hace de sus fenómenos conscientes y de lo que dice en su discurso aspectos meramente parciales, porciones flotantes del iceberg de una estructura compleja, donde lo inconsciente y lo no dicho de su discurso aparecen como condicionantes y delimitadores de lo consciente y de lo sí dicho.”

NÉSTOR A. BRAUNSTEIN

También, el concepto clásico sobre qué es una “comunidad” fue desarrollado por el sociólogo e historiador Max Weber (La Metodología de las Ciencias Sociales), quien la define como: “…una relación social cuando y en la medida en que se inspira en el sentimiento subjetivo (afectivo o tradicional) de los participantes de constituir un todo”.

Weber sostiene que los lazos de la comunidad se basan fundamentalmente en la racionalidad que cada uno de sus participantes tiene y ejerce por sí mismo, y sobre la cual colabora para unificarse y actuar de forma asociada para alcanzar una meta en común. Tal definición weberiana se encuentra en oposición total al concepto de “lucha”. Así, Weber considera que en una comunidad prevalece la colaboración por sobre la lucha, los intereses particulares y la competencia. La realidad social hoy en día, a diferencia de lo sugerido por Weber, parece indicar lo contrario.

La SEP establece, sin embargo, que las comunidades habrán de articular, más allá de lo individual y lo social, los valores socioculturales de lo común y lo diverso:

“La base jurídica de la educación establece que los planes y programas de estudio tienen un sentido de lo nacional que se construye desde la diversidad, por lo tanto, el plan de estudios, los programas educativos, los libros de texto y otros materiales de la educación básica estructuran sus contenidos, teniendo como finalidad el interés de las comunidades que componen la sociedad, a partir de la articulación de lo común con lo diverso.”

SEP.

Sin duda, la discusión conceptual sobre lo que se entiende por comunidad y por escuela (como comunidad educativa), así como por individuo, persona y sujeto, serán de importancia central en el proceso de construcción social de la alternativa curricular de estos años en México.

Por lo anterior, una primera tarea que queda pendiente es esa: definir claramente los conceptos y sus fundamentos.

Una tarea adicional, no de menor importancia, consiste en hacer congruente el discurso y la retórica oficiales, aparentemente críticas, con los elementos y valores que estructuran y dan significado al sistema educativo mexicano hoy en día, específicamente en la vida cotidiana de las escuelas: Individualismo, mérito y competencia entre las/los miembros del centro de trabajo (valores contrarios al sentido comunitario que se argumenta en el Marco curricular, 2022).

En esta última parte, hablo de competencia genérica en un sentido de “competitividad”; término que es diferente a la noción de “competencia en educación” o a la idea de “ser competente” (como conjunto de capacidades que puede desarrollar el sujeto y que pueden ser medidas en términos de logro o desempeño), y que ha sido el fundamento y elemento central del modelo “competencial” en el ámbito del diseño curricular.

Fuente de la información:  https://profelandia.com

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La ASF se postra

Por: Carlos Ornelas

Rematé mi artículo de la semana pasada con el apunte de que al sector educativo le llueve sobre mojado. Referí al anuncio de la Auditoría Superior de la Federación de que no ejecutaría la Auditoría de Desempeño 1514-DS, que corresponde a la Evaluación de la Política Educativa en el Desarrollo Económico de México; la publicó en el Diario Oficial de la Federación (11/02/22).

Lourdes Mendoza y Darío Celis, en El Financiero (18/02/22) y Pedro Flores-Crespo en su columna “Universidad Crítica”, analizaron con detalle los entretelones de cómo David Colmenares Páramo, el lánguido auditor se postró ante la Secretaría de Educación Pública. Mientras que Laurita Toribio (Excélsior, 21/02/22) reporta que sí entregó la evaluación de Aprende en Casa II, programa en el que la SEP tuvo un presupuesto de casi 200 mil millones de pesos.

Darío Celis apunta que el gobierno protege a la secretaria de Educación Pública, Delfina Gómez Álvarez, pero ella no fue responsable del gasto en 2020. Mas hay bastante credibilidad en su afirmación de que “Luciano Concheiro y Juan Pablo Arroyo, subsecretarios de Educación Superior y Media Superior respectivamente, presionaron”.

Lourdes Mendoza exhibe copia del oficio de cuatro páginas que estos altos funcionarios le enviaron al auditor. Le dan lecciones de lenguaje y metodología; también apuntan errores conceptuales y equívocos. Al final, lo conminan a que cambie su veredicto.

Atención, ciertas de las precisiones que hacen Concheiro y Arroyo indican deficiencias de los auditores. Si sus respuestas son correctas, implica que los evaluadores no son profesionales de la educación, quizás contadores y economistas que desconocen el funcionamiento del sector.

Empero, la respuesta, como apunta Flores-Crespo, fue áspera. Y tuvo consecuencias; el auditor, según Lourdes Mendoza, cedió con una ilegalidad, se inventaron una “recalendarización”. Además, cavilo que, de cualquier manera, las recomendaciones del auditor quedarían en buenos deseos. La SEP no las tomaría en cuenta, la opacidad es la marca de la casa

Un libro que reseñé de Melanie Ehren y Jaqueline Baxter, Trust, Accountability and Capacity in Education System Reform: Global Perspectives in Comparative Education (Nueva York: Routledge, 2020) ofrece casos de reformas educativas que tuvieron consecuencias saludables en la preparación de los estudiantes, la profesionalización de los docentes y el desempeño general del sistema.

Uno de los componentes fundamentales para el logro de resultados favorables, incluso en el aprendizaje de los estudiantes, es la transparencia en el manejo de recursos y en acciones de la burocracia. La rendición de cuentas genera confianza y le permite al funcionariado —y al magisterio— desarrollar capacidades.

La reacción desmesurada de los subsecretarios muestra que no hay disposición para entregar cuentas y exponer que hacen su trabajo. Quizá su respuesta fuera más eficaz si hubieran esperado a que el auditor rindiera el informe y luego debatir sus inconsistencias.

Si la crítica que Concheiro y Arroyo hacen al informe es robusta y tiene asideros, un debate posterior con los auditores y tal vez en el Congreso, sentaría precedentes benéficos; las auditorias descuidadas tampoco generan confianza.

Si el auditor David Colmenares Páramo ya había revelado docilidad ante las embestidas del presidente, ceder ante dos subsecretarios reduce aún más su estatura profesional. Ya trascendió que se rebajó ante la SEP, no hay garantía de que no haya hecho lo mismo con otras dependencias. En especial en la revisión del gasto de los programas favoritos del presidente.

En suma, con Colmenares Páramo, la ASF se encamina hacia la irrelevancia. Es probable que en dos años no exprese lo que gasta la SEP para poner en marcha su nuevo marco curricular.

Fuente: http://www.educacionfutura.org/la-asf-se-postra/

Imagen: mohamed Hassan en Pixabay

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El espejismo de las Consultas Educativas

Por: Manuel Gil Antón

¿Por qué las consultas para generar, enriquecer, corregir o refutar proyectos que buscan ampliar las oportunidades de aprendizaje en el país, suelen ser ejercicios fallidos? ¿Se hacen así, adrede, para hacer de cuenta que se escuchó al magisterio, e imponer, con cierta legitimidad, lo que el poder en turno considera correcto o conveniente? Se informa: “hubo tantos y cuantos foros, congresos, asambleas o algún término equivalente; llegaron 25 mil propuestas y ya se han procesado con un moderno programa de cómputo; fueron ponentes varios cientos o miles de personas”. Esta conjetura goza de cabal salud, y tiene asidero con base en la evidencia empírica de muchas iniciativas de este tipo durante décadas.

Hay, quizá, un factor más relevante que las conduce sin remedio a la esterilidad: se trata de la puesta en marcha de procedimientos de auscultación en que no es factible la discusión serena, ni la gestación de propuestas interesantes y adecuadas a los diversos contextos en que ocurre la labor pedagógica. La forma es fondo, sí, y la forma de las consultas tiene, como fondo, la manera en que están organizadas las y los docentes.

La concepción del profesorado juega un papel determinante: si no se les concibe como profesionales a cargo de una tarea intelectual muy compleja y especializada, sino como operadores entrenados para ejecutar los planes y programas de estudio tal como lo indica la autoridad (además de encomendarles actividades administrativas huecas), entonces la necesidad de escuchar sus análisis y propuestas es baladí.

Vistos de esta forma, la estructura de su vinculación institucional cotidiana sigue los ejes administrativos, laborales o sindicales: se circunscribe a la relación contractual y los mecanismos de control.

¿Qué pasaría si, reconocidos como especialistas en la generación creativa y contextual de ambientes de aprendizaje —ahí reside la verdadera revalorización del magisterio—, se ubicaran en espacios colegiados de estudio, intercambio y diseño de estrategias didácticas que, en el marco de las grandes líneas constitucionales y de orientación pedagógica nacional, las adecuaran a la especificidad de sus condiciones, modalidades escolares y niveles de estudio? Es decir: como profesionales asociados en el desempeño de una actividad intelectual y práctica de enorme importancia para la sociedad, con alto grado de dificultad, así como amplias posibilidades de innovación diferenciada.

Si imaginamos al magisterio laborando así, entonces el espacio idóneo para las consultas sería ese, y coordinados con otros sitios semejantes, podrían ser la fuente de consideraciones de muy alto valor para la transformación educativa en nuestra tierra.

Al hacer que una parte central de las reformas educativas (sí, en plural) sea la construcción de modalidades colegiadas diversas, acordes a la desigualdad de condiciones y contextos, no solo daría cabida a procesos de consulta de una riqueza inimaginable hoy, sino a formas del ejercicio de la docencia inéditas y fértiles.

Esto es un bosquejo, muy inicial e incompleto, de una propuesta que, en aras de hacer efectivas las consultas, puede abrir otros caminos para el trabajo docente: zafar al magisterio de los hilos propios de las marionetas, para fortalecer sus capacidades profesionales. Situar la perspectiva y motor del cambio en otra modalidad de organización de base. Descentralizar a fondo, sin pensar que equivale a mudar la SEP a Puebla: se trata de reorganizar el sistema. ¿Será posible? Ojalá, pues urge.

Profesor del Centro de Estudios Sociológicos de El Colegio de México

mgil@colmex.mx

@ManuelGilAnton

Fuente: http://www.educacionfutura.org/el-espejismo-de-las-consultas-educativas/

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SEP: Limitaciones del modelo de competencias educativas

Por: Juan Carlos Miranda Arroyo

 

«Una de las principales limitaciones radica en su excesivo enfoque pragmático…»

 

La propuesta pedagógica y del nuevo currículo escolar para la educación básica (Marco curricular, SEP, 2022), del gobierno del presidente López Obrador, señala algunos inconvenientes sobre el planteamiento del diseño curricular anterior (que ha dominado este campo desde hace 40 años), el cual tiene como uno de sus núcleos duros al modelo de “desarrollo de competencias”.

Pero los puntos criticables que los especialistas de la SEP proponen, acerca de ese modelo, son superficiales, vagos y con carencias en algunas de sus líneas de argumentación. En esta oportunidad revisaré algunos argumentos pedagógicos, psicológicos, filosóficos y educativos acerca de las limitaciones o alcances del llamado modelo competencial”.

Más allá de los señalamientos de carácter “ideológico” (plano que no hay que negar y que habrá de discutirse en forma permanente), encuentro las siguientes limitaciones del modelo de desarrollo de competencias en educación o “competencial”.

  1. A pesar de su cualidad integradora, en términos de aprendizajes (comparado con el modelo de Bloom), el modelo competencial carece de una visión holística del sujeto educativo y del sujeto epistemológico.
  2. El modelo competencial tiene cargados los dados hacia el pragmatismo, es decir, tiene una preferencia exagerada hacia el “saber hacer”, que es primordial para este modelo.
  3. Por su origen histórico, y debido a necesidades educativas y del mercado de trabajo, porque ahí se aplicó primero, el modelo competencial es más adaptable a la educación media superior y superior, sobre todo en perfiles profesionales, técnicos; operativos e instrumentales.
  4. Por su carácter centrado en el desempeño y el logro (conductas observables), las evaluaciones de los procesos formativos se reducen a fragmentos de aprendizaje. Aquí hay dos limitaciones centrales: de corte educativo, pedagógico y didáctico. Este punto sí es señalado en la propuesta curricular 2022. Veamos: “esta condición fraccionada del conocimiento en la educación básica se profundiza en la medida en la que los programas de estudios se diseñan a partir de aprendizaje, competencias o aprendizajes clave. Donde prescriben los contenidos para que las estudiantes y los estudiantes de cada grado y nivel, alcancen los objetivos de cada asignatura y, en lo sucesivo, logren el perfil de egreso de la educación básica.” (p.43)
  5. Desde la perspectiva filosófica (epistemológica), el modelo competencial se alimenta de fundamentos empíricos y positivistas clásicos (no necesariamente del positivismo lógico).
  6. La aplicabilidad del modelo competencial en la educación básica es baja, sobre todo porque las condiciones de evaluación de desempeño y logro, en términos de aprendizajes, no tienen un carácter terminal ni cuenta con criterios claros en términos de un perfil de egreso. Esto es más factible en la educación media superior y superior, sobre todo cuando hay carreras terminales con una definición precisa de las “competencias profesionales”.
  7. Hace falta recuperar otros planteamientos educativos y pedagógicos que partan de criterios diferentes en el orden de organización de las necesidades sociales; de las demandas de la enseñanza y de los aprendizajes; y en la perspectiva de asegurar el derecho pleno a la educación. Sugiero retomar las propuestas de Edgar Morin en este aspecto, entre otros.

Si se plantea una crítica únicamente en el plano ideológico, las posibilidades de generar una alternativa curricular sólida, para la educación básica, quedarán igualmente limitadas. Veamos los argumentos que esgrime la SEP al respecto:

“Después de 50 años de un modelo curricular eficientista, sujeto a las demandas del modelo de desarrollo de la época, industrial, postindustrial y los modelos de sociedades que produce la sociedad de la información o sociedad 4.0, la retórica es la misma: formar sujetos para que cumplan con los objetivos de aprendizaje, las competencias para la vida o los aprendizajes clave con el fin de que respondan a la demanda de capital humano para el sistema productivo de dicha sociedad, trayendo consigo un conjunto de contradicciones y desigualdades que hacen inviable mantener el modelo curricular que se ha implementado en las últimas cinco décadas”.

SEP: MARCO CURRICULAR Y PLAN DE ESTUDIOS 2022 (P. 51)

Una retórica educativa y pedagógica, a base de generalidades, sustituye a otra. Veamos esto:

“La definición de los ejes articuladores tiene como perspectiva una educación que coloca en el centro de los procesos educativos a la comunidad-territorio, cuyo principio pedagógico se basa en la elaboración de proyectos dirigidos a la justicia social y la solidaridad con el entorno, y ya no una educación individualista basada en competencias para formar capital humano. Estos ejes cruzan el mapa curricular de la educación inicial, preescolar, básica, primaria y secundaria.”

SEP: MARCO CURRICULAR Y PLAN DE ESTUDIOS 2022 (P.92)

Pienso que lo más fácil es descalificar al “modelo competencial” con consignas ideológicas o con análisis macro de la realidad social. Modelo que, por cierto, ha sido utilizado como núcleo principal del diseño curricular en muchas naciones, para aplicarlo específicamente a la educación básica. Pero no hay argumentos en un plano más específico.

La SEP alza su propuesta mediante argumentos generales, poco precisos y a través de frases aparentemente críticas, pero que están vacías de argumentos desde los diferentes campos de conocimientos especializados en educación.

Por lo anterior, sugiero que los planteamientos del marco curricular por parte de las autoridades educativas y sus equipos técnicos, sean más consistentes y alcancen un mayor rigor académico en sus argumentaciones, pero sobre todo que consideren la experiencia y el conocimiento de las maestras y los maestros que trabajan en las escuelas y las aulas, en este esfuerzo de reconstrucción curricular.

Fuente consultada:

(1) SEP (2022) “Marco curricular y Plan de estudios 2022 de la Educación Básica Mexicana”, Subsecretaría de Educación Básica. Dirección General de Desarrollo Curricular. México.

Juan Carlos Miranda Arroyo en Twitter: @jcma23

Correo electrónico: jcmqro3@yahoo.com


Fuente de la información:  SDPnoticias

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