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La SEP como plataforma política

Por: Juan Carlos Miranda Arroyo

«¿Es reprobable que una/un integrante del gabinete del gobierno federal participe en la arena de la política partidista y electoral?»

En la historia de la Secretaría de Educación Pública (SEP), y en específico en la biografía o trayectoria institucional de las/los titulares de la dependencia, se observan figuras científicas, políticas, magisteriales e intelectuales de diversa naturaleza, aderezadas con sus aspectos venturosos, espinosos, contradictorios e incongruentes.

Dentro de las experiencias difíciles, por controvertidas, en la historia de la SEP se registra el uso de la dependencia como trampolín o plataforma política. El mismo José Vasconcelos, primer secretario del ramo, en 1921, contendió por la presidencia de la República en 1929. Aunque no logró ser presidente de la nación, tuvo esa aspiración y antecedente político. ¿Es reprobable que una/un integrante del gabinete del gobierno federal participe en la arena de la política partidista y electoral?

Aunque Vasconcelos ocupó el cargo durante tres años, dio un impulso importante a las tareas educativas nacionales y sentó las bases de lo que hoy conocemos como “Sistema Educativo Mexicano” (SEM). “En 1920, el presidente Álvaro Obregón lo nombró rector de la Universidad Nacional. Durante su gestión propuso el escudo y lema universitarios que se conservan hasta nuestros días. En octubre de ese mismo año, publicó su proyecto de ley para la creación de la SEP, hecho que implicaba una reforma constitucional, misma que defendió duramente frente a quienes se oponían a ella.

Una vez firmado el decreto de creación de la Secretaría de Educación Pública por el presidente Obregón, Vasconcelos fue nombrado primer titular de la institución el 22 de octubre de 1921. Desde la SEP, se dedicó a luchar contra el analfabetismo, impulsó la escuela rural, implementó la difusión de las bibliotecas públicas, apoyó el desarrollo de las bellas artes, impulsó la educación media, inició la edición de libros de texto gratuitos y se repartieron desayunos escolares entre la población infantil.” (Historia de la SEP. Sitio oficial de la SEP, en internet. 2014)

Como lo escribí el año pasado, con motivo de la conmemoración del primer siglo de la SEP (1921-2021), esa dependencia del gobierno federal ha sido una institución que ha pasado por liderazgos diversos, contrastantes y controvertidos. Lo mismo han desfilado por ahí secretarias y secretarios ilustrados o destacados en sus campos profesionales, que personajes ajenos a las tareas culturales, artísticas y educativas, (ver: “Cien años de la SEP”, SDPnoticias, 6 de octubre, 2021).

Por sus pasillos y oficinas centrales, de la Ciudad de México, han transitado políticos, científicos, escritores, médicos y amigos o amigas del presidente de la República en turno.

En momentos distintos de la historia del país y de la SEP, algunos miembros del gabinete, desde la SEP, han usado a la dependencia como plataforma de lanzamiento político y han contendido, con el apoyo de diferentes organizaciones partidarias, por la jefatura del Ejecutivo Federal. Así lo hicieron Ernesto Zedillo Ponce de León (PRI) y Josefina Vázquez Mota (PAN), por ejemplo. El primero de ellos alcanzó la cima política de la nación durante el periodo 1994-2000; la segunda perdió la elección frente a Enrique Peña Nieto (PRI), en 2012, al ocupar el tercer lugar en la contienda de ese año, detrás de Andrés Manuel López Obrador.

De entrada y en términos generales, no es reprobable que un miembro del gabinete aspire y contienda en la lucha electoral, mientras cumpla satisfactoriamente con sus responsabilidades y dé continuidad a los planes, programas y actividades que encabeza en la dependencia a su cargo. Sobre todo si cuida las formas y los contenidos de sus gestión. Por cierto ¿Qué aportaciones significativas ha hecho Delfina Gómez al frente de la SEP, que marquen la diferencia entre el antes y después de su paso por la dependencia? ¿Cómo la recordarán las/los estudiantes, las familias y las maestras y los maestros de México?

¿Por qué asusta o escandaliza tanto (a algun@s) el hecho de que la maestra Delfina Gómez se perfile y contienda como candidata a la gubernatura del Estado de México? Más que un asunto de carácter legal (se le ha visto en precampaña en actos realizados durante los fines de semana), éste es un tema del ámbito moral. De ética política. ¿Cuánto está dispuesta, Delfina Gómez, a arriesgar su capital político por el hecho de permanecer en el cargo y “placearse” por el país en vísperas de las elecciones mexiquenses del próximo año?

Como se sabe, ella contendió en la pasada elección de su estado natal, en 2017, donde obtuvo el segundo lugar en cantidad de votos.

Es importante recordar dos datos que dan cuenta del valor político y estratégico (para el 2024) que representa el estado de México, en especial para el presidente López Obrador y para el partido Morena:

  1. Es la entidad que tiene uno de los padrones electorales más grandes del país.
  2. Es una entidad que durante toda su historia ha sido gobernada por el PRI. Esto último tiene un simbolismo especial.

¿Acaso es indebido que un funcionario público, en el ejercicio de su cargo, busque participar de la vida política de manera abierta y que se someta públicamente al escrutinio de la ciudadanía de su estado natal, a través de las urnas?

En el caso específico de la maestra Delfina, ella cuenta con la confianza del presidente López Obrador (al respecto, Julio Hernández “Astillero” reveló antier que hay luz verde de Morena para que ella sea su abanderada) y, entre los precandidatos más visibles, ella es la única que ocupa el cargo más alto en la jerarquía del gobierno federal. Tanto Higinio Martínez (senador) como Horacio Duarte (director del sistema aduanero), virtuales precandidatos para la contienda electoral del próximo año en el estado de México, se desempeñan en tareas menores a lo que representa formar parte del gabinete legal-federal.

Es claro que mientras Delfina cumpla con sus tareas al frente de la dependencia (la SEP es la secretaría de Estado que cuenta con el presupuesto más nutrido del gobierno federal), no hay nada que impida que ella busque una vez más la candidatura de Morena para contender por la gubernatura en 2023.

Sin embargo, sería de mayor legitimidad y credibilidad políticas que ella renunciara a su cargo, ya, para que se dedique de tiempo completo a preparar la campaña electoral, y de pasada, para que destine un tiempo sustantivo a aclarar lo relacionado con las retenciones o aportaciones obligatorias que se descontaron a las/los trabajadores del municipio de Texcoco, cuando ella se desempeñó hace algunos años en ese puesto.

Si las aspiraciones políticas de la maestra Delfina son tan altas, está obligada a limpiar su nombre y aclarar su pasado como funcionaria municipal. De otra manera, ese antecedente será uno de los obstáculos que le impedirán ser la primera gobernadora mexiquense en la historia.

Fuente de la información e imagen: SDPnoticias

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Michoacán, México: Truena CNTE contra calendario escolar 2022-2023 de la SEP

Ratifican su propio calendario escolar alternativo y pedagógico, en donde se establece el fin del ciclo escolar el 08 de julio del 2022.

La Sección XVIII de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) en Michoacán, tronó en contra del calendario escolar 2022-2023 publicado por la Secretaría de Educación Pública (SEP).

En un posicionamiento, el organismo sindical acusó que desde el periodo neoliberal, se han implementado y diseñado calendarios escolares con objetivos administrativos, eficientistas, de control sobre el trabajo docente, pero han dejado de lado los principios pedagógicos para mejores ambientes en la enseñanza y el aprendizaje.

Advirtió que grupos empresariales como Mexicanos Primero, obedeciendo a su lógica productivista, “demandaron el cumplimiento de 200 días, cuando la evidencia demostraba, es sistemas educativos de amplio reconocimiento mundial como Finlandia, que 185 días y menores horarios en las jornadas pedagógicas diarias con los alumnos, tenían mejores resultados”.

Del mismo modo acusó que al ampliar tres semanas de trabajo en calendario escolar 2021 2022, tendiendo como pretexto la pandemia, se asumió que los docentes no laboraron, por lo que se desvaloriza las distintas estrategias que hicieron posible sacar la educación de los alumnos en la adversidad.

 

“La extensión del calendario de clases, que sería una situación excepcional por la pandemia, se repite para el ciclo escolar 2022-2023; es decir, será un constante para los periodos subsecuentes, hasta reducir de forma gradual los días de receso y los vacacionales, sin ninguna justificación pedagógica”, precisó.

En ese sentido, la Sección XVIII de la CNTE ratificó propio calendario escolar alternativo y pedagógico, en donde se establece el fin del ciclo escolar el 08 de julio del 2022.

“Reprobamos el acoso laboral, las amenazas de descuentos y los actos de intimidación, de la autoridad educativa, contra los trabajadores de la educación de la Sección XVIII de la CNTE que están planificando sus clausuras en este tiempo. En caso de represión administrativa, laboral o salarial, actuaremos en consecuencia”, puntualizó.

Fuente de la información e imagen: https://profelandia.com

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El replanteamiento del marco curricular 2022

Por: Sergio Martínez Dunstan

«En los planes y programas de estudio se busca lograr la integración curricular a partir de proyectos. Al parecer, el trabajo por proyectos se convertirá en la metodología didáctica fundamental.»

La Secretaría de Educación Pública (SEP) replantea la estrategia para la implementación del plan y los programas de estudio prevista originalmente para agosto próximo. La dependencia gubernamental informó, a través del Boletín Nº 127, que el modelo curricular entrará en vigor hasta el ciclo escolar 2023 – 2024. Delfina Gómez Álvarez también se los dio a conocer a sus homólogos de las entidades federativas en las Reuniones Regionales del Consejo Nacional de Autoridades Educativas (CONAEDU). Asimismo, funcionarios de su equipo de trabajo precisaron cuestiones y proyectaron actividades. Analizarlas dadas sus implicaciones resulta por demás interesante. Resalto las más relevante, en mi parecer, en los párrafos subsecuentes tomando como referencia la información contenida en las diapositivas que usaron para la exposición. Al final, reaccionaré sobre los tópicos tratados.

1. Conceptualización del Marco Curricular, Plan y Programas de Estudios Aspectos

  • El piloteo de la transformación curricular
  • El codiseño de contenidos
  • La actualización a los maestros para la socialización, conocimiento y operación de la propuesta curricular mediante un proceso de formación continua

Estrategias nacionales

  • Para la enseñanza de lenguas y culturas indígenas
  • Para atención de la población con discapacidad
  • Para la modalidad multigrado
  • Para la atención a niñas. Niños y adolescentes en situaciones de migración
  • Para fortalecer el tejido comunitario

2. Política Nacional de Educación Inicial. Plan de Implementación. El propósito es generar condiciones para la provisión de servicios de calidad que fomenten el desarrollo integral de las niñas y los niños de cero a tres años como parte de la atención integral a la primera infancia. Se revisaron los documentos rectores tanto el Acuerdo Número 07/03/22 por el que se emite la Política Nacional de Educación Inicial como la Estrategia Nacional de Atención a la Primera Infancia y el plan de implementación.

3. Plan de Estudios de la Educación Básica enfatizando el Perfil de Egreso de las y los estudiantes.

  • Se reconocen ciudadanos
  • Viven, reconocen y valoran la diversidad
  • Valoran sus potencialidades cognitivas, física y emocionales
  • Desarrollan una forma de pensar propia
  • Se perciben a sí mismos como parte de la naturaleza
  • Interpretan fenómenos, hechos y situaciones históricas, culturales, naturales y sociales
  • Intercambian ideas, cosmovisiones y perspectivas mediante distintos lenguajes.

4. Programas de estudio 2022 de la educación básica. Desde las fases de aprendizaje hasta su estructura.

5. Innovación de los Libros de Texto Gratuitos. Se explicó que se diseñan los materiales educativos para tres escenarios: aula, escuela, comunidad y un material de contenido disciplinar.

  • Campo Formativo Lenguajes tomando como base el aprendizaje por proyectos comunitarios (Planeación, Acción, Intervención).
  • Campo Formativo Saberes y Pensamiento Científico mediante proyectos con enfoque STEM con Metodología de Aprendizaje por Indagación.
  • Campo Formativo Ética, Naturaleza y Sociedad a través del Aprendizaje Basado en Problemas (panorama general, recolecciones, formulación del del problema, vivamos la experiencia así como resultados y análisis).
  • Campo Formativo de lo Humano y lo Comunitario mediante Aprendizaje Servicio (Punto de partida; lo que sé y lo que quiero saber; organicemos las actividades; creatividad en marcha; compartimos y evaluamos lo aprendido).

6. Programa de Formación Continua para la Nueva Propuesta Curricular a partir de la reflexión colectiva (conocimiento y apropiación); resignificación y práctica contextualizada y bajo las siguientes consideraciones:

  • Nueva Escuela Mexicana
  • Vinculación entre la educación básica y la media superior.
  • Modificación de planes de estudio
  • Formación inicial y continua

Se proyecta la realización de un taller intensivo de formación continua para docente durante el ciclo Escolar 2022-2023.

  • Momento 1. Fase Intensiva del Consejo Técnico Escolar (agosto 2022), Conocimiento y un primer acercamiento a la pospuesta.
  • Momento 2. 1ª semana de enero, 2ª de junio 2023 profundización en el estudio de la propuesta y durante las sesiones del consejo Técnico Escolar.
  • Momento 3. 1ª y 2ª semana de julio 2023 poner en práctica en su comunidad territorio
  • Momento 4. Finales de julio 2023. Reflexión y resignificación de la experiencias.

Modalidades:

  • Presencial con acompañamiento;
  • A distancia con acompañamiento y/o autogestiva;
  • Mixta con acompañamiento y/o autogestiva.

7. Proyectos estratégicos. Subsecretaría de Educación Media Superior. Revisión del Marco Curricular Común. Fundamento: Modelo educativo para la transformación social.

Resulta destacable el replanteamiento del marco curricular, en mi opinión. Es mejor que transiten por vías alternas a insistir en algunos puntos sumamente cuestionados. Aunque tampoco asegura el éxito al menos subsanan las deficiencias detectadas. Merece reconocerse la voluntad de adecuar y modificar lo necesario en función de los resultados de las asambleas, las opiniones de actores e instancias y demás fuentes de consulta que se han allegado. En la nueva versión del marco curricular incluyeron algunas expresiones recogidas en las asambleas. De igual manera, recién le incorporaron un capítulo sobre la Nueva Escuela Mexicana el cual estaba ausente de manera explícita. En lo particular, tal vacío me pareció un despropósito como lo destaqué en colaboraciones anteriores[1] y [2]. En realidad, faltaba este apartado porque representa la política educativa actual. Para subsanar este vacío se venía utilizando, incluso en educación básica, un documento titulado “La Nueva Escuela Mexicana: principios y orientaciones pedagógicas” pero se quedaba corto porque su alcance se reducía a la educación media superior. A propósito de este nivel, en las reuniones regionales del CONAEDU poco se informa sobre la modificación de los planes de estudio y se deja sin aclarar la manera en cómo se logrará la vinculación, al menos curricularmente, con la educación básica. Y, en este nivel, considero un acierto incorporar la política de educación inicial.

Con respecto a la innovación en la elaboración de los libros de texto gratuitos  resalto la necesidad de aclarar la relación entre la metodología para una nueva generación de materiales educativos y la didáctica. En los planes y programas de estudio se busca lograr la integración curricular a partir de proyectos. Al parecer, el trabajo por proyectos se convertirá en la metodología didáctica fundamental. Pero poco explica sobre su instrumentación. Mientras que, en el diseño de los libros de texto gratuitos, según lo expuesto, se considerará el aprendizaje por proyectos comunitarios; los proyectos con enfoque STEM con metodología de aprendizaje por indagación; el aprendizaje basado en problemas; y el aprendizaje servicio. Parece que los libros de texto condicionan la metodología de enseñanza y aprendizaje en lugar de que suceda al revés. Resultaría conveniente una mejor coordinación entre las áreas administrativas al interior de la SEP. Es un aspecto crítico, en mi parecer, que debiera atenderse antes de echar a andar la actualización del magisterio. De lo contrario generarían confusiones. Y eso, por supuesto, es lo menos conveniente.

Al respecto, tan es loable proveer la formación continua de los docentes para apropiarse del marco curricular como reprochable la ausencia de una estrategia para la formación inicial. Se echa de menos la participación de la Dirección General de Educación Superior para el Magisterio. ¿O todo será reformado menos los planes y programas de estudio de las escuela normales?

Facebook: SergioDunstan

Twitter: @SergioDunstan

Blog: http://www.sergiodunstan.net

Fuente e Imagen: https://profelandia.com/el-replanteamiento-del-marco-curricular-2022/

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El Calendario Escolar 2022-2023: mucho ruido, pocas nueces

Por: Abelardo Carro Nava

«¿Por fin la SEP será empática y sensible para considerar al docente como un profesional de la educación y ser humano que requiere de apoyos formativos, psicológicos, terapéuticos, económicos y otros, pero también, días de descanso?»

Con la publicación del Calendario Escolar para el ciclo escolar 2022-2023 en el Diario Oficial de la Federación (DOF), aplicable para la educación básica y normal de nuestro país, la Secretaría de Educación Pública (SEP) dio a conocer el pasado 3 de junio, la organización de las actividades escolares y los tiempos que se destinarán para su desarrollo en cada una de las escuelas de todo el territorio mexicano.

Nada nuevo bajo el sol porque, como ya es costumbre en este gobierno, la “filtración” que hace días se realizó en las redes sociales, por quién sabe quién, aunque ya se sabe que la misma SEP lo hizo, le permitió valorar las reacciones de los diversos actores educativos y no educativos que pudieron conocerlo. De hecho, el que se haya “filtrado”, dio pauta que pudiera escribir un artículo denominado “El calendario escolar, entre la administración y lo vivido” – mismo que puede ser encontrado en la internet – y en el que se podrá observar, un breve recorrido histórico de su implementación a través del tiempo y, desde luego, fijar una serie de reflexiones que permitieran propiciar un análisis para quien haya tenido la oportunidad de leerlo. En fin, en lo sucesivo, me referiré al calendario para educación básica.

190 días efectivos de clase (sea lo que eso signifique para la SEP) iniciando el 29 de agosto de 2022 y concluyendo el 26 de julio de 2023; 3 talleres intensivos de formación continua para docentes sobre los nuevos planes y programas de estudio; 1 Taller intensivo con presencia de alumnos; 13 sesiones de Consejo Técnico Escolar y de taller intensivo de formación continua para docentes sobre los nuevos planes y programas de estudio; 2 periodos vacacionales, en diciembre 2022 y abril 2023; 2 días de descarga administrativa; 3 periodos de entrega de evaluaciones y 8 suspensiones de labores son, a grosso modo, los tiempos y actividades escolares que se fijaron en dicho calendario escolar 2022-2023.

Lamentablemente la SEP, perdió la enorme oportunidad de marcar una diferencia con relación a otras administraciones y otros gobiernos; esto, porque si analizamos con detenimiento algunos de los elementos que lo integran, observaremos que no se superó el esquema que, por ejemplo, con el peñanietismo se vivió en su momento. Veamos.

El programar 4 talleres intensivos (uno con alumnos) sobre los nuevos planes de estudio que entrarán en vigor en 2023, fue el mismo mecanismo que se empleó durante el gobierno de Enrique Peña Nieto y, cuya intención, fue la de capacitar al magisterio para que conociera y operara el denominado Nuevo Modelo Educativo y, desde luego, los Aprendizajes Clave para la Educación Integral; en ese entonces, como siempre ha sido, se concibió al docente como un técnico que necesitaba ser capacitado para que pudiera reproducir lo que desde el centro se había determinado. Hoy día, aunque el concepto de formación se ha incluido en el calendario escolar, no deja de llamar la atención el que se refiera que dicha formación versará sobre los nuevos planes de estudio, entonces, ¿solo cambió de nominación tal esquema “formativo” propuesto por la SEP?, ¿por qué limitar la formación a un simple plan de estudios?, ¿por qué no ampliar la mirada hacia otros referentes que pudieran dotar a la maestra o el maestro, de elementos que le permitieran abordar el plan desde sus saberes y conocimientos y no desde lo que ha determinado el centro? Tal parece que la propia Secretaría no entendió que este proceso formativo tendría que ir más allá de una llana capacitación o formación docente sobre dicho plan. Una oportunidad que, por donde quiera que se mire, es perdida.

Ahora bien, sobre el involucramiento de alumnos en alguno de estos talleres tendrá como propósito ¿observar, analizar, reflexionar, valorar y reorganizar el quehacer docente en el aula después de la “formación” recibida?, ¿se propondrá un ejercicio conocido pero olvidado en el medio como lo son las clases muestra?, ¿por qué no se involucró en estos talleres a los padres de familia pues, como se sabe, el centro ya no será la escuela sino la comunidad-territorio?, ¿de nueva cuenta se sobre responsabiliza al docente y se excluye, por así decirlo, al padre de familia de este proceso? En fin. Supongo que las propias autoridades irán dando respuesta a éstas y otras interrogantes “filtrando” en las redes sociales algunos documentos.

Pero, si esto no fuera suficiente, 13 Consejos Técnicos y de formación continua se desarrollarán en todo el ciclo escolar, ¿y los programas escolares de mejora continua se diluyeran restándole importancia a la gestión escolar que forma parte de eso que se ha denominado excelencia educativa en este gobierno?, ¿por fin se dejarán de ver los videos de los Secretarios de Educación para que los mismos colectivos docentes propongan su agenda de trabajo?, ¿cada colectivo docente propondrá su propio Consejo Técnico?, ¿quiénes y de qué manera se dará ese proceso formativo con relación al nuevo plan de estudio?

Sobre los días de descarga administrativa, nada más uno no acaba de entender el motivo, razón o circunstancia, por la que eliminaron un día para este propósito cuando, en su momento, el ex Secretario de Educación, Esteban Moctezuma, con bombo y platillo anunció que por fin las maestras y maestros tendrían estos días de descarga para que pudieran calificar exámenes y descargaran las calificaciones en el sistema. ¿Acaso no este mismo ex Secretario aseguró que ésta había sido una demanda muy sentida en los foros de consulta que a lo largo y ancho del país se desarrollaron para lograr un gran acuerdo educativo nacional?, ¿esta es la forma en la que se escucha y se atiende la voz del magisterio en este gobierno?

Finalmente, sobre el tema de los periodos vacacionales o de receso escolar, queda claro que, para la SEP, más días efectivos de “clase” asegura mayores y mejores aprendizajes de los estudiantes; sin embargo, no estaría de más pugnar por superar este principio pues, hay quienes afirmar que no es cantidad sino calidad lo que se requiere para que los alumnos aprendan; pienso que no se trata de un tema de cantidad o calidad, sino de procesos que permitan que la maestra o el maestro realice su función pedagógica y didáctica dentro del aula y la escuela, en lugar de “atibórralos” de una carga administrativa absurda y sin sentido que, mayormente, termina en anaqueles, archiveros o, de plano, en el bote de la basura.

¿Acaso con el nuevo plan de estudios se superará este esquema centralista y autoritario que ha permeado hasta los huesos el Sistema Educativo Mexicano donde lo administrativo ha superado por mucho lo pedagógico y didáctico?, ¿acaso la SEP modificará su esquema vertical para dar paso a una horizontalidad que favorezca lo didáctico-pedagógico y no lo administrativo?, ¿por fin la SEP será empática y sensible para considerar al docente como un profesional de la educación y ser humano que requiere de apoyos formativos, psicológicos, terapéuticos, económicos y otros, pero también, días de descanso?, ¿podrá la SEP, de una buena vez por todas, propiciar una estrategia para involucrar a los padres de familia en este proceso educativo y formativo?

Con lo visto en este calendario escolar, creo que no, porque no se vislumbra nada de eso. En verdad, espero equivocarme.

Al tiempo.


Carro, A. (2022). El calendario escolar, entre la administración y lo vivido. Profelandia.com. https://profelandia.com/el-calendario-escolar-2022-2023-entre-la-administracion-y-lo-vivido/


Fuente de la información: https://profelandia.com

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El culto a los libros de texto

Por: Carlos Ornelas

En la propuesta de la Secretaría de Educación Pública del “Nuevo marco curricular y plan de estudios de la educación básica mexicana”, pone a lo común como el eje articulador de los futuros planes y programas de estudio y a la comunidad, no a la escuela, como el espacio del proceso de enseñanza y aprendizaje. A pesar de la retórica llena de adjetivos y frases mañaneras, apunta críticas de cierto valor, aunque las apuestas de cambio no parece que vayan a mejorar la educación.

Censura las reformas educativas (neoliberales) y a los libros de texto vigentes: “Los contenidos básicos en las diferentes reformas curriculares desde 1992 a 2017 han tenido más peso que la definición del currículo nacional, trayendo como consecuencia que…”. Y luego plantea la apuesta para el futuro inmediato: “Se elaboren libros de texto dirigidos a las y los maestros, cuando deben centrarse en las y los estudiantes”.

En efecto, colegas que trabajan en el campo del currículo y de la formación de docentes argumentan que el culto a los textos como fuente de verdad, en cierta forma, sacraliza al conocimiento oficial. Los maestros propenden a recalcar lo que mencionan los libros y, salvo excepciones, no ponen en duda la veracidad de esos juicios. Y esto les sucede también a los futuros maestros durante sus años de estudio, con el agravante de que los formadores de maestros califican de mediocres la mayoría de los textos.

Qué quede claro. No objetan los libros de texto, nacionales ni extranjeros, ya que son indispensables para cualquier sistema educativo. Lo que critican es que se les tome como los veneros privilegiados de conocimiento y se niegue cualquier otra aspiración para aprender. Esto ha traído como consecuencia que los niños y jóvenes se acostumbren a repetir y memorizar ciertos contenidos, en lugar de plantearles problemas y disponer mecanismos para que pongan en juego sus recursos intelectuales para resolverlos. Eso genera pasividad en la enseñanza, conduce no al aprendizaje, sino a la recitación de palabras e ideas que no llegan a convertirse en conceptos en la mente de los estudiantes. A esto se agrega que no son agentes activos en el proceso de aprendizaje, ya que no se les enseña a desentrañar los secretos de la naturaleza, las formas del lenguaje, los problemas de las matemáticas ni los elementos que gobiernan a la sociedad, sino que se les ofrecen recetas que deben aprender casi de memoria. Y la memorización, hasta donde se sabe, es lo único que se califica en las escuelas mexicanas.

Conocimientos digeridos, memorización y falta de experimentación son los rasgos dominantes en los métodos de enseñanza que implican que, aunque se cumplieran los objetivos académicos, se cubriera todo el programa y los estudiantes recordaran bien los contenidos, la calidad de la educación sería mejor, aunque aumentaran los índices de aprobación de materias.

La apuesta de la Cuarta Transformación no propone un cambio fundamental, reproduce el culto a los libros de texto: “…el plan, los programas de estudios, los libros de texto y demás materiales educativos oficiales para la educación básica en todos sus niveles, grados y modalidades, tendrán un enfoque intercultural que cruce todo el mapa curricular, sus procesos formativos, la evaluación, la gestión escolar, los materiales y tecnologías educativas”.

La novedad es que en la elaboración —dice el proyecto— participarán las comunidades indígenas y afromexicanas, y considerará la opinión de aquellos que representan la diversidad de género, clase, sexualidad, capacidad. También invita al magisterio.

El propósito: construir un nuevo conocimiento oficial que sacralice las tradiciones comunitarias al tiempo que degrade a la escuela y a los libros de texto que, aunque parcos, rinden frutos.

Fuente e Imagen: http://www.educacionfutura.org/el-culto-a-los-libros-de-texto/

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El calendario escolar 2022-2023, entre la administración y lo vivido

Por: Abelardo Carro Nava

«Hace unos días se “filtró” en las redes sociales, la propuesta de Calendario Escolar de Educación Básica 2022-2023»

Como ya se ha hecho una costumbre durante este gobierno, hace unos días se “filtró” en las redes sociales, la propuesta de Calendario Escolar de Educación Básica 2022-2023, de 190 días que, posiblemente, entraría en vigor en el mes de agosto pues, como se sabe, el actual ciclo escolar concluye el 28 de julio. Filtración que bien a bien no se entiende, salvo por el hecho de que, a través de su difusión por estos medios de comunicación, la autoridad educativa “sondea” las reacciones de los diversos actores educativos y no educativos sobre tal o cual tema para que, derivado de dichas reacciones, “pueda” tomar algunas decisiones para corregir o mejorar dichas propuestas.

 

Desde luego que las apreciaciones que a continuación expongo parten de esta idea, de que el documento fue “filtrado” por quién sabe quién en las redes sociales y, por tanto, no goza de la oficialidad requerida, pero sí de un análisis que posiblemente aporte al conocimiento de maestras y maestros.

En realidad, pocos estudios o investigaciones se han hecho con relación al calendario que ha venido organizando el trabajo escolar en las escuelas mexicanas. Al respecto, más adelante compartiré tres de trabajos que, desde mi perspectiva, aportan algunos elementos importantes para su posterior reflexión. Comencemos.

 

Desearía iniciar por mencionar que, conceptualmente, dicho calendario escolar puede concebirse como una norma o disposición de naturaleza administrativa que regula el funcionamiento de las instituciones escolares de, prácticamente, todos los niveles educativos. Por un lado, permite la organización de las actividades escolares, desde lo pedagógico, didáctico y administrativo, pero también, puede verse como un instrumento de política educativa gubernamental mediante la cual se emprende tal o cual proyecto educativo.

En este sentido, tiempo y actividades, resultan ser fundamentales para comprender la esencia de lo que implica la puesta en marcha de un calendario escolar; esto, en virtud de que, como tal, la programación de dichas actividades deberá corresponder a los tiempos que, de acuerdo a las disposiciones normativas o administrativas se hayan estipulado. En razón de esto, no es de extrañar el uso del término periodos o ciclos lectivos en tal calendario, debido a que éste alude a un periodo de tiempo determinado, desde que inicia hasta que concluye el proceso de enseñanza y de aprendizaje.

Dicho lo anterior, recomendaría revisar el texto “De cuándo a cuándo. La transformación del calendario escolar en las escuelas mexicanas del siglo XIX” de Anne Staples, Doctora en Historia y Profesora de El Colegio de México, en el que traza un recorrido muy interesante sobre este tema, partiendo del movimiento independentista de nuestro país hasta el porfiriato; en dicho texto Staples señala contundente: “Uniformar la educación en México fue justamente una de las metas de los gobiernos ilustrados desde la constitución de la monarquía española de Cádiz, de 1812. Se logró en el papel por primera vez en el México independiente con el Plan General de Estudios de 1843, que daba pie para normar las vacaciones y los días de estudio en todo el país”. Sin embargo, detalla la misma Anne más adelante: “Ni el orden y progreso del porfiriato fueron suficientes para resolver el problema de los tiempos escolares. Todavía no se ponían de acuerdo en cuanto a los horarios, planes de estudio, método de enseñanza, etc.” (Staples, 2004).

De esta breve referencia saltan a la vista dos conceptos que me parecen importantes resaltar uniformar y tiempos escolares; esto, en virtud de que un rasgo que ha caracterizado la elaboración de un calendario escolar ha sido el de lograr esa uniformidad estableciendo tiempos para las actividades escolares en las escuelas de nuestro país. Asunto que, en el lapso del tiempo en el que la autora realizó este estudio no se concretó como debiera, por varias razones, entre las que destacan la incipiente organización del Sistema Educativo Mexicano – si es que así podría concebírsele en ese entonces –, los constantes conflictos y luchas políticas sociales que se vivieron durante varios momentos de la historia de México, la injerencia del clero en los asuntos del estado, entre otras. En fin.

Con la creación de la Secretaría de Educación Pública (SEP) en 1921, este asunto no fue un tema menor pues, hasta 1966, de acuerdo al texto “Los calendarios de México. Administración Pública, educación y cívicos, y trabajo”, del Instituto de Investigaciones Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), publicado en 1969, particularmente, en el apartado de Luis Álvarez Barret titulado “El calendario escolar”, se señala la existencia de dos calendarios, el Tipo “A” y el Tipo “B”. En el primero, el Tipo “A”, las labores iniciaban en febrero para concluir en noviembre, con variaciones finales en diciembre y enero; y el Tipo “B”, comenzaba en septiembre y terminaban en junio, con vacaciones finales en julio y agosto. Sin embargo, como bien argumenta Álvarez, “la adopción de uno u otro calendario no siempre se ajustó a las razones que debían justificarla; por el contrario, pronto se cayó en la más completa anarquía” (Álvarez, 1969) pues cada estado ajustaba el calendario de acuerdo a su criterio e intereses.

Desde luego que las razones por las que, durante el periodo del entonces Secretario de Educación Pública, Agustín Yáñez, se unificó el calendario escolar en todo el país, son diversas y que, por razones de espacio no de tiempo, no expongo en este momento, sin embargo, con ello, se dijo, que la SEP no sólo buscaba elevar el rendimiento escolar, sino también, acabar con los problemas derivados de la existencia de dos calendarios – el Tipo “A” y “B” expuestos –, debido a, por ejemplo, cuando por cualquier circunstancia algún estudiante debía cambiar de residencia a una entidad donde regía un calendario distinto, éste se veía obligado a perder hasta un semestre por la disparidad de tiempos; o también, porque para los maestros, implicaba problemas al solicitar cambio de plaza y, en el área administrativa a la llegaba, realizar cualquier trámite se complicaba al tener que satisfacer las necesidades de dos regiones (Álvarez, 1969).

En cualesquiera de los casos, el dato no hay que perderlo de vista, desde la década de los sesenta se unificó el calendario escolar en nuestro país, un tema que no es menor porque ello permite contar con elementos para la comprensión de la organización escolar (tiempos y actividades escolares) que de éste se han desprendido hasta nuestros días.

Finalmente, con la llegada de la década de los noventa – y, desde luego del año dos mil – y las reformas emprendidas a partir de lo que se denominó Acuerdo Nacional para la Modernización de la Educación Básica (ANMEB) y Reforma Integral para la Educación Básica (RIEB), México se vio envuelto en una oleada reformista y “transformadora” derivada de las políticas internacionales que, en materia educativa, se implementaron en el territorio mexicano. Para nadie es desconocido que, en nombre de la “calidad educativa”, los calendarios escolares se fueron modificando sustancialmente pues los procesos de gestión escolar dotaron de “nuevos” significados el quehacer docente: equidad, pertinencia, relevancia, eficacia y eficiencia fueron algunos rasgos que intentaron caracterizar ese quehacer y, por tanto, los tiempos y actividades escolares se fueron incrementado hasta reducir al máximo posible los periodos vacacionales o de receso escolar tal y como eran conocidos (de septiembre a junio en la década de los sesenta, setenta y ochenta, a agosto a julio tal y como ahora los conocemos).

Algunos años después, con la llegada el peñanietismo a la presidencia y, desde luego, con la aprobación de la mal llamada reforma educativa de 2013, conocimos la existencia de algo que se denominó “flexibilidad del calendario escolar” puesto que, palabras más palabras menos, los “Consejos Técnicos” podrían elegir entre un calendario de 200 días (en marcha en 2016) o uno de 185 o 195 días (Lamoyi y Armenta, 2019), pero con jornadas más largas dependiendo de las características de cada región. De nueva cuenta el tema de la tan prometida y anhelada “calidad educativa” no dio paso a otra concepción sobre el tema que estamos abordando, el del calendario escolar; parecería ser que incrementar más días de actividades en las escuelas agregándolos al calendario como parte de las tareas escolares y/o clases por mes, traería mejores y mayores aprendizajes en los estudiantes.

Este principio, el de más días de clases (es igual a) mayores aprendizajes, desde mi perspectiva, ha sido la base que ha sostenido iniciar un ciclo escolar en agosto para terminarlo en julio, sin embargo, dadas las condiciones actuales que nuestro país enfrenta, ¿no habría la imperiosa necesidad de hacer un estudio o investigación que permita vislumbrar los efectos emocionales, físicos e intelectuales de todos los involucrados con un calendario escolar cuyo inicio se de en los últimos días de agosto y terminen en los últimos días de julio?, ¿no cabría la posibilidad de hacer un estudio o una investigación sobre esa premisa para ver si se cumple en razón de determinados criterios que permitan comprobar que efectivamente a mayor cantidad de días de clase mayores y mejores aprendizajes?, ¿no existiría la posibilidad de acotar los días de clase “efectiva” para realizar otro tipo de actividades donde el arte, la cultura, la música o el deporte adquieran la importancia que merecen?

Ahora bien, no hay que perder de vista que, hoy día, las maestras y maestros operan en las instituciones educativas dos planes de estudio, el 2011 y el 2018, cuyo carácter “enciclopédico” evidencia un exceso de contenidos y que, desde luego, poco favorecen su pertinente abordaje en un tiempo determinado; esto, sin olvidar, la terrible y abrumadora carga administrativa que tienen todos los docentes de nuestro país; entonces, sobre el segundo tema: ¿para qué sirve elaborar una serie de reportes de naturaleza administrativa que nadie lee o, peor aún, que se desconoce su destino?, ¿para qué sirve cumplir con las disposiciones administrativas que se dan a conocer en los Consejos Técnicos Escolares si no hay una debida retroalimentación o realimentación de lo realizado por parte de las autoridades educativas o agentes correspondientes? En fin.

Regresando al tema que me ocupa y que dio origen a la escritura de estas líneas, tengo que decir que calendario escolar 2022-2023 difundido en las redes sociales, no rompe con lo dicho en los párrafos anteriores en cuanto al número de días contemplados pues, claramente, establece 190 días de clases “efectivas” – sea lo que eso pueda significar para la SEP –; tal vez, el cambio que observo tiene que ver con la formación continua que se plantea con relación al Marco Curricular 2022 puesto que está sería de manera continua y permanente durante todo el ciclo escolar en referencia, un tema que desde luego varios colegas de la pluma y papel habíamos solicitado se revisara e incluyera, ya sea como parte de los Consejos Técnicos o como Actividades complementarias – pero en el transcurso de la jornada escolar, no a contra turno – para que se lograra este propósito.

En este sentido no está de más mencionar que, desde mi perspectiva, no es nada descabellado y desafortunado la intención de programar un Taller con la participación de padres de familia y alumnos porque, por ejemplo, si la idea es que este currículo responda tanto a la imperiosa necesidad de lograr un vínculo con la comunidad y territorio, habría que considerar las formas en las que se daría ese vínculo, sobre todo, si pensamos en términos de roles y/o funciones de cada uno de esos actores; roles y/o funciones que no solamente correspondan al hecho social y comunitario, sino, muy probablemente, con el hecho pedagógico o socioeducativo.

Ahora bien, la idea de incorporar a los alumnos a esos talleres, quiero pensar que se está pensada, por la forma en la que se podría dar un viraje al quehacer docente puesto que, si tal y como se ha contemplado en el Marco Curricular 2022, abordar los contenidos de los campos formativos a través de diálogos, el trabajo por proyectos, los centros de interés o las actividades relacionadas con un enfoque globalizador, bien podrían desarrollarse durante dos semanas de trabajo compartido entre todos los integrantes de la comunidad educativa.

El meollo fino de todo este asunto es: ¿quién se encargará de coordinar las actividades de formación continua en cada uno de los estados si, como se sabe, éste ha sido el gran pendiente en nuestro Sistema Educativo? Vaya el que se mencione que la Pedagógica Nacional, las escuelas normales o los Centros de Actualización del Magisterio ofrecerán algunas propuestas, NO ASEGURA que se trazará una ruta fina de formación en este rubro; ojo, no para operar un plan de estudios sino para conocer, analizar, comprender, reflexionar y trabajar con el plan de estudios que se le ponga enfrente al docente. En fin. Ya veremos.

Por cierto, ya que en las últimas semanas se viene habla y hablar de romper con las hegemonías y todo aquello que el neoliberalismo dejó como una maldición en nuestro sistema educativo, ¿por qué no pensar en la posibilidad de que cada territorio, comunidad y comunidad educativa fije sus propios calendarios escolares a partir de una normativa establecida porque, no es desconocido que lo que en el centro o federación sucede (atrás de un escritorio), no es lo vivido en cada uno de esos territorios o comunidades educativas. ¿Estaríamos hablando de respetar y atender la diversidad no es cierto?

Al tiempo.

Fuente de la información: https://profelandia.com

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México: Normalistas apoyarán en alfabetización de más de 4 millones de personas

América del Norte/México/2705-2022/Autor(a) y Fuente: www.jornada.com.mx

La Secretaría de Educación Pública (SEP) informó que más de cuatro millones 318 mil personas que no saben leer ni escribir recibirán servicios educativos de normalistas de todo el país, tanto estudiantes como egresados, quienes participarán en el Movimiento Nacional para la Alfabetización y la Educación.

Luego de la firma del convenio de colaboración entre el Instituto Nacional para la Educación de los Adultos (INEA), la Subsecretaría de Educación Superior y la Unidad del Sistema para la Carrera de las Maestras y los Maestros (Usicamm), para fomentar la participación del estudiantado de las escuelas de educación normal y de formación docente en las acciones de alfabetización.

Los normalistas que participen en los trabajos de alfabetización se les tomará en cuenta con un puntaje para los procesos de admisión a una plaza de docente en educación básica que lleve a cabo la Usicamm.

Al participar como testigo de honor en la firma del convenio, la secretaria de Educación Pública, Delfina Gómez Álvarez, señaló que esta acción es un esfuerzo para saldar una cuenta pendiente con la sociedad, con las personas que no saben leer ni escribir, cuyo rezago se debe abatir.

Durante el acto, realizado en la Centenaria y Benemérita Escuela Normal para Profesores, en Toluca, Estado de México, se entregaron 80 nombramientos a docentes egresados de escuelas normales del Estado de México y de la Universidad Pedagógica Nacional (UPN).

Gómez Álvarez exhortó a formar parte de este proceso de alfabetización y llenarse de satisfacciones. También convocó a docentes jubilados a participar, porque, dijo, todavía tienen mucho que enseñar y mostrar gracias a la experiencia que han obtenido.

Recordó que un convenio similar se firmó con la Subsecretaría de Educación Media Superior, gracias al cual mil 870 jóvenes de ese nivel se registraron como voluntarios al Movimiento Nacional para la Alfabetización y la Educación. Y ahora que se suman los normalistas, dijo, el número de voluntarias y voluntarios se incrementa.

El subsecretario de Educación Superior, Luciano Concheiro Bórquez, detalló que el objetivo general de la alianza entre el INEA y la Dirección General de Educación Superior para el Magisterio es sumar a los estudiantes de las escuelas normales públicas del país en apoyo a los servicios educativos de alfabetización que ofrece el instituto, y contribuir a la formación integral de jóvenes voluntarios, con un claro sentido de responsabilidad social.

La directora general del INEA, Teresa Guadalupe Reyes Sahagún, dijo que el convenio también tiene como objetivo promover y apoyar la participación de estas nuevas generaciones de maestras y maestros como alfabetizadores de sus comunidades, muy cerca de sus familias y de sus escuelas que son, en cierta forma, donde construyen sus familias ampliadas.

La titular de la Usicamm, Adela Piña Bernal, informó que las y los egresados de las escuelas normales, de la UPN y de los centros de actualización del magisterio, tendrán 25 puntos adicionales, así como puntos extra por su participación en el programa de alfabetización del INEA, en los procesos de admisión realizados por el organismo.

Lo anterior, precisó, como parte de los acuerdos emitidos por la Usicamm el 17 de diciembre pasado, y en seguimiento al compromiso del presidente López Obrador para priorizar a las escuelas normales públicas en el ingreso al Sistema Educativo Nacional.

Fuente e Imagen: https://www.jornada.com.mx/notas/2022/05/25/politica/normalistas-apoyaran-en-alfabetizacion-de-mas-de-4-millones-de-personas/

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