España / 3 de marzo de 2019 / Autor: Mireia Long / Fuente: Pedagogía Blanca
Pues se acercan elecciones y he visto una entrevista a chicos y chicas de 18 a 20 años en la que les preguntan cosas sobre su intención de voto, la política de cada partido o los nombres de los candidatos.
No se si creer que no han sido elegidas específicamente o si los jóvenes responden con tan poca certeza por los nervios de las cámaras pero muestran una gran ignorancia política, algo que considero que es otro fallo del Sistema Educativo.
El discurso, en general, es bastante superficial y muestra, más que no seguir telediarios (cosa que aplaudo) una enorme falta de educación política. Votan por cuatro consignas, por tradición, no por analizar la trascendencia del voto, el sistema o las propuestas con sus consecuencias.
Yo, estas cosas, las veo como un fracaso del sistema educativo que, se supone, debe atender la educación ciudadana, enseñar Historia y hablar sobre Derechos Humanos, economía, fórmulas de gobierno.
Sus familias, me diréis, son también responsables. Pero es que no podemos evitar que haya personas con nula preparación o ética política y para paliar esas lagunas se supone que está la escolarización obligatoria.
Estos muchachos han estado, al menos, diez años en un centro educativo a diario. Muchos de ellos seguramente más. Y esto es lo que han aprendido sobre el mundo en el que viven.
Si no vemos que algo está fallando y que no podemos permitirnos tener este vacío es que nos merecemos un futuro en el que otros decidirán por nosotros, quizá los mismos que están consiguiendo que la educación sea un simple barniz para ocupar un puesto de trabajo al servicio de los que nos poseen.
México / 3 de marzo de 2019 / Autor: Manuel Gil Antón / Fuente: Educación Futura
La manera en que se conciba a los docentes en los proyectos educativos no es un asunto menor. Todo lo contrario: es crucial. Dilucidar cómo se les ubica en el proceso formativo de las nuevas generaciones, es revelador de las ideas que sobre la educación en el país tienen sus gobernantes. Y esto se expresa, de manera sustantiva, en el texto constitucional que guía a la educación en el país: el artículo 3º. ¿Cómo y dónde aparece el magisterio si comparamos la iniciativa de reforma educativa que derivó del Pacto por México, en 2012, con la que envió el Presidente al congreso, a finales del 2018, y ahora se discute? En la del 2012, aparecen por primera vez los docentes (y no ellos, sino “su idoneidad”) entre el listado de elementos que el Estado ha de manejar para garantizar “el máximo logro de aprendizaje de los educandos”: en el mismo nivel que los materiales y métodos educativos, la organización escolar y la infraestructura. Es la primera propuesta de cambio que realizan, en relación con ”la calidad en la educación obligatoria”.
Son objetos de la acción estatal en la materia. En la actual, se les nombra vinculados a las niñas, niños y jóvenes: al armar que en ellos radica “el interés supremo de la impartición de educación por parte del Estado (…) asumiendo el magisterio su función de agente primordial de la transformación social”. Son sujetos en la tarea y, para que sea de manera adecuada, cuentan con derecho a “acceder a un sistema permanente de actualización y formación continua” para que contribuyan a cumplir “los objetivos y propósitos del sistema educativo nacional, así como a que sea reconocida su contribución a la educación”. Hace seis años, la siguiente mención al magisterio ocurre cuando se determina cómo han de ingresar al servicio (por concurso de oposición), y que ya dirá la Ley respectiva cómo ha de ser el modo de promoverse, tener reconocimientos y permanecer o ser despedidos.
Otra vez son vistos como recursos de un procedimiento a regular, que, por cierto, y dicho sea de paso, nunca se cumplió: la examinación sin cesar y masiva es cualquier cosa, menos lo que corresponde a un concurso de oposición en serio. Ahora, y de inmediato a lo antes dicho, se sugiere que una Ley específica defina “los requisitos y criterios” de lo que enuncia como Servicio de Carrera Profesional del Magisterio —a cargo de la Federación— para que favorezcan “la equidad educativa, la excelencia de la educación y el desempeño académico de los educandos”. Además, en esa sección general, arma que el Estado dará “atención prioritaria al fortalecimiento de las escuelas normales” e instituciones de educación superior que brinden “formación docente”.
En un caso, son insumo de un mecanismo y se regula su evaluación “con dientes”; en el segundo, son actores de un proyecto de cambio social, y es necesario que a los que ya laboran, se les apoye con aprendizaje continuo, y a los que vendrán después, se les forme mejor. La legislación que está aún en vigor, tiene sus cimientos en la evaluación y en ella se depositó la fuente de la calidad; la que ahora se debate, se finca en la formación como condición para la fertilidad del trabajo de los docentes. Reconocer que en una las maestras y maestros fueron cosas a cambiar, y en nuestros días se les advierte como sujetos y actores del cambio posible, es importante.
Hay, a mi juicio, muchos aspectos en que la iniciativa de reforma de la presente administración debe, y puede, mejorar. Pero a diferencia de lo sucedido en 2012 y 2013, en que una aplanadora legislativa aprobó y promulgó, si leer ni pensar, la (su) reforma en cuestión de semanas, en nuestros días hay discusión, foros en ambas cámaras y propuestas distintas: en buena hora.
Panamá / 3 de marzo de 2019 / Autor: Adiel Bonilla / Fuente: Panamá América
Ya se ha anunciado que decenas de planteles no podrán iniciar de forma regular el periodo escolar debido al mal estado en que se encuentran.
El inicio del año lectivo 2019 con una cantidad sin definir de escuelas en mal estado, confirma una vez más la incapacidad del Ministerio de Educación (Meduca) para atender de manera centralizada, y en tiempo oportuno, las necesidades de las distintas regiones educativas a nivel nacional.
Frente a esta falencia innegable, dirigentes gremiales y políticos advierten que el modelo centralizado y burocrático que persiste en el sistema panameño ha colapsado, y que se hace necesario imitar buenas prácticas de descentralización que se vienen desarrollando con éxito en países de la región.
«En Panamá todo debe tener el aval centralizado del Meduca, con procesos tediosos y autorizaciones que pueden tomar meses y hasta años… mientras tanto las escuelas sufren todo tipo de necesidades, y se ven atadas de manos para buscar soluciones», explicó a Panamá América el dirigente magisterial Luis López.
Agregó que cuando ya es inminente el inicio del año escolar, al Meduca se le acumulan procesos pendientes, como licitaciones, reparaciones, reclamos y fiscalizaciones de avances, y al final no son capaces de solucionar a tiempo.
Indicó que justamente para tratar de paliar esta deficiencia, el Meduca es el único ministerio en Panamá que cuenta con tres viceministerios «y ni así se dan a basto».
Por ello, López indicó que los gremios impulsan la descentralización del sistema, usando como sustento la Ley 50 de 2001 que establece la descentralización del sistema educativo, pero que es casi letra muerta.
Como una de las aplicaciones concretas, el dirigente sugiere que cada región escolar elabore su propio presupuesto de inversión para la compra de materiales de construcción y reparación de aulas, y que Contraloría les fiscalice.
Hasta ahora todo eso se hace desde la parte central del Meduca. Y un ejemplo claro de letargo lo constituyen los 5 años que demoró en salir la autorización de demolición de la Escuela Ernesto T. Lefevre (Juan Díaz) para entonces iniciar su construcción.
En cambio, en países como Colombia, Costa Rica, República Dominicana «todo se decide desde la administración municipal, donde hay una especie de competencia por ver qué municipio tiene en mejor condición y dotadas de equipo sus escuelas», explicó Luis López.
Frente a esta situación, Iván Picota y otros diputados impulsan la iniciativa de citar a la Asamblea al ministro de Educación, Ricardo Pinzón, ante del inicio de clases.
Picota también adelantó que impulsarán acciones legales para que «municipios y juntas comunales se encarguen del mantenimiento de escuelas».
Los gremios inicialmente habían dicho que unos 40 mil estudiantes iniciarían el año escolar sin sus docentes en el aula, pero esa cifra ha aumentado. Ahora se estima que al menos 59 mil estudiantes estarán en esta situación, ya que el segundo concurso de docentes (de unas 1,500 plazas) no estará en firme hasta el 22 de marzo; las clases inician el 11 de marzo.
La Dirección Regional de Panamá Centro confirmó que varias de sus escuelas seguirán alquilando locales en centros comerciales. Para Luis López, con la cantidad de dinero en alquiler que ha gastado la escuela República de Venezuela, se habría construido una nueva.
Recomendamos la lectura del portal Otras Voces en Educación en su edición del día domingo 3 de marzo de 2019. Esta selección y programación la realizan investigador@s del GT CLACSO «Reformas y Contrarreformas Educativas», la Red Global/Glocal por la Calidad Educativa, organización miembro de la CLADE y el Observatorio Internacional de Reformas Educativas y Políticas Docentes (OIREPOD) registrado en el IESALC UNESCO.
00:00:00 – El presidente del Consejo Asesor de la OEI reflexiona sobre las reformas educativas en Iberoamérica
En nuestro portal Otras Voces en Educación (OVE) encontrará noticias, artículos, libros, videos, entrevistas y más sobre el acontecer educativo mundial cada hora.
Reducir el tamaño del número de alumnos en las clases suena a una gran idea.
Pero un análisis internacional sobre su impacto muestra consecuencias inesperadas: a menudo puede implicar una menor remuneración para los docentes y no hay mucha evidencia de que ofrezca buenos resultados para los estudiantes.
Hacer que los grupos en la clase sean más pequeños ha sido una política popular en muchos países, frecuentemente apoyada por padres, políticos y maestros.
Fue una de las grandes tendencias de la última década.
El tamaño de las clases disminuyó en promedio un 6% entre 2006 y 2014 en los años de secundaria en los países miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
Derechos de autor de la imagenGETTY IMAGESImage captionLos sistemas educativos altamente calificados en el este de Asia a menudo tienen clases numerosas.
Clases pequeñas, más profesores
La expectativa era que las aulas con menos alumnos significarían una educación más personalizada, con mejoras en el comportamiento y el aprendizaje.
Pero cuando se trata de invertir en escuelas, suelen aparecer también puntos negativos, y los países solo pueden gastar su dinero una vez.
Cuando los presupuestos en educación se centran en reducir el tamaño de las clases, las cifras muestran que usualmente hay reducciones en otros aspectos, en particular en el salario de los maestros.
En todo el sistema educativo, aulas con menos alumnos representan un mayor número de clases. Esto requiere de los servicios de más maestros, lo que a su vez significa costos más altos.
Además de necesitar más docentes, reducir el tamaño de alumnos por clase también puede necesitar la construcción de más aulas y ampliación de las escuelas.
Opciones de gasto
Por primera vez, la OCDE analizó las consecuencias de reducir la cantidad de alumnos en las clases y su magnitud es sorprendente.
Para compensar el costo de reducir el tamaño promedio de la clase en un solo estudiante, los salarios de los maestros tendrían que disminuir en más de US$3.000 por año en la mayor cantidad de países de la OCDE.
Derechos de autor de la imagenGETTY IMAGESImage captionReducir el tamaño de los estudiantes en las clases ha sido una tendencia internacional popular en los últimos años.
En Suiza y Alemania significaría reducir la paga de los docentes en más de US$4.000 anuales y más de US$3.000 en países como Austria, Noruega, Estados Unidos, Finlandia, Australia, España y los Países Bajos.
Los sueldos de los maestros representan una parte importante del gasto escolar y cualquier medida que vaya a aumentar el número de docentes pronto tendrá un gran impacto en los presupuestos de Educación.
En la actualidad, los maestros de escuela secundaria reciben un pago de solo el 88% de lo que ganan otros trabajadores graduados.
Problemas de reclutamiento
Si los salarios de los docentes no son competitivos, habrá problemas de reclutamiento, y el riesgo de que los maestros dejen la profesión para buscar trabajos mejor compensados.
Entre 2005 y 2015, el salario de los docentes en la OCDE aumentó en promedio solo un 6% después de la inflación.
En un tercio de los países de la OCDE, hubo una disminución de la remuneración en términos reales.
En el país escandinavo se está experimentando con un nuevo entorno abierto de aprendizaje.
Pueden haber otros factores económicos en cada país que afecten el salario de los docentes, como una crisis financiera y políticas sobre salarios del sector público.
Pero reducir el tamaño de las clases significará tomar dinero que podría gastarse en otro lugar.
Existen otras opciones. Por ejemplo, los maestros podrían trabajar durante más horas en el aula y reducir su tiempo de preparación. O podría haber una reducción en el tiempo de la lección.
Pero alcanzar un equilibrio puede tener un precio alto.
En algunos países significaría reducir el tiempo de instrucción de los estudiantes en casi 70 horas por año para ahorrar el costo adicional de reclutar más maestros con el objetivo de reducir el tamaño de las clases.
¿Mejores resultados?
Derechos de autor de la imagenGETTY IMAGESImage captionEl costo de clases más pequeñas puede terminar en que haya menos dinero para invertir en los maestros.
¿Vale la pena entonces reducir el número de alumnos por clase?
No existe un vínculo claro entre los sistemas educativos con clases más pequeñas y un mejor aprendizaje.
Los resultados de las últimas pruebas Pisa no muestran ninguna asociación entre el tamaño promedio de las clases y el rendimiento de los alumnos en ciencias.
De hecho, los países asiáticos como Singapur y China, a menudo encabezan las clasificaciones tanto en términos de rendimiento como en clases numerosas.
Otro dato que tal vez puede ser inesperado es que los resultados en ciencia muestran puntajes más altos en estudiantes en clases más grandes y en escuelas con maestros que deben enfrentar aulas más populosas.
Quizás lo que realmente se necesita es que se produzca una reducción significativa en el tamaño de la clase para tener un impacto positivo.
Pero parece que cada vez que los sistemas educativos con alto rendimiento tienen que elegir entre clases más pequeñas e inversiones en docentes, eligen lo último.
Derechos de autor de la imagenREUTERSImage captionLos salarios de los docentes son frecuentemente tema de conflicto.
Por supuesto, pueden surgir otras decisiones políticas y económicas, como un mayor financiamiento para las escuelas, con el objetivo de que los salarios de los maestros reciban un incremento.
Pero dado que los presupuestos son a menudo limitados, este estudio muestra cómo las opciones de gasto pueden tener resultados imprevistos.
Reducir el tamaño de la clase es una medida costosa, por lo que vale la pena considerar sus beneficios frente a otras políticas.
Si esta fuera una decisión financiera, ¿cómo obtendrías más por tu dinero invertido?
¿Cómo se compararía con gastar más en aumentar los salarios de los maestros, invertir en la capacitación de docentes o cambiar el plan de estudios?
¿Vale la pena, entonces, aplicar la popular política de reducción en el número de alumnos en las clases, a costa de la calidad de la enseñanza?
Creo que ya todos pensamos que la educación occidental necesita un cambio. Un cambio profundo que ya nadie cuestiona. Un cambio radical que ponga patas arriba todo lo que se ha considerado necesario hasta el momento. En esto estamos, afortunadamente, todas y todos de acuerdo. La pregunta que nos estamos haciendo ahora, es más bien cómo llevar ese cambio a cabo.
En esta ardua cuestión metodológica, con diferentes ópticas y enfoques, hay una realidad que destaca sobre todas los demás: la #rEDUvolution solo podrá ejecutarse a través de una formación disruptiva del profesorado, una formación contemporánea que aborde los problemas de las prácticas educativas que nos rodean en vez de abordar los problemas de un modelo que definitivamente hoy ya no tiene sentido. Una práctica educativa que en vez de dar recetas, ayude a posicionarse, que en vez de obsesionarse con la evaluación, se obsesione con los afectos, que en vez de perpetuar sistemas jerárquicos verticales, trabaje sobre procesos que posibiliten una democracia participativa, no solo en el aula, sino también fuera de ella.
Si existe una serie de lugares que perpetúan de forma anacrónica, pero persistente, el modelo obsoleto que pretendemos cambiar, esos lugares son (en España) lasFacultades de Educación; esos lugares donde se prepara de forma inicial a aquellas personas que han decidido dedicarse a la docencia como futuro profesional. Ideológicamente muy conservadoras, por su pasado y presente fuertemente vinculado al catolicismo y otras organizaciones religiosas, evidentemente heredadas del franquismo, y que hoy en día están interviniendo en la legislación de forma directa debido a sus alianzas con el poder, uno de los problemas más graves de la educación en nuestro país. Muchas de las Facultades de Educación que conozco operan comoverdaderas perpetuadoras de un sistema pedagógico tradicional y absurdo. Quizás es que, como ya he comentado en otros post, la universidad ya no es la institución que está liderando el cambio social sino que son las asociaciones, las instituciones culturales, los colectivos híbridos, los estudios de diseño y arquitectura, en definitiva, las organizaciones que interactúan con la sociedad de una manera real, las que están dando ese paso. Liberadas del corsé academicista, del simulacro de la investigación, del engrose curricular y de la certificación absurda, son las que están liderando la Revolución Educativa a través de esa formación diferente del profesorado que tanto necesitamos. El curso pasado (2013/14), además de coordinar la Escuela de Educación Disruptiva (una apuesta evidente a una formación alternativa), he tenido el placer de ser invitada a tres acciones de formación del profesorado que pueden configurarse como líneas de fuga del mapa que tenemos que estar dispuestos a trazar.
La primera de ellas tuvo lugar en el mes de marzo, en una ciudad tan posmoderna como Zamora. Un evento diseñado por la universidad, pero desde sus márgenes, se identificó más con una reunión de carácter cultural y festivo que con un curso. Mi compañera de Pedagogías Invisibles , Sara Torres, y yo, fuimos invitadas por el profesor/agitador Miguel Elías, para trabajar con sus estudiantes la #rEDUvolution. Este hecho reiteró una vez más los profesores que se sitúan “out of the box”: profesores de artes visuales, danza y música, son los que se sienten más cercanos a esta necesidad de cambio. Sara y yo quedamos impactadas por la auténtica voracidad, la verdadera pasión, con la que los estudiantes de magisterio reciben estas propuestas, porque, no nos engañemos, los estudiantes sí quieren hacer la #rEDUvolution, son las instituciones y, muchas veces, los profesores (y en concreto los profesores de universidad) los que se aferran a las prácticas que dominan, cerrando definitivamente la puerta al cambio.
Miguel y su equipo trabajan a fondo el concepto de Reproducción Pedagógica, acuñado por Bordieu y Passeron en el libro que publicaron con el mismo nombre, y que identifica el principal problema de la lógica de la pedagogía tradicional: cómo las Facultades de Educación se erigen como perpetuadoras de la pedagogía tóxica al no ofrecer a los futuros maestros alternativas metodológicas a la pedagogía tradicional. El primer día que les toca dar clase, estos maestros y maestras, aún estando en total desacuerdo con muchas de las metodologías que han sufrido a lo largo de su vida académica, reproducen el proceso de forma natural, convirtiéndose en piezas de un tablero manejados por otros. Ofrecer a los maestros y maestras una pedagogía de la posibilidad, una pedagogía que rompa con la Reproducción y les invite no solo a visualizar otras metodologías, sino a desarrollar pedagogías propias que cambien con cada grupo de estudiantes y a cada momento, es uno de los retos evidentes que tenemos como formadores de formadores, una realidad que está teniendo lugar en la Facultad de Educación de Zamora…
En abril, Clara Megías y yo, nos fuimos a Menorca, en este caso invitadas por Pep Domínguez y el CEIP de la isla, quienes organizaron dos sesiones #rEDUvolucionarias. Pep y el grupo de profesores con el que trabajamos, se tomaron muy en serio todos los aspectos que consideramos importantes para romper el formato, empezaron por emplazar el curso en una de las salas de psicomotricidad de un centro de educación infantil. Esto nos permitió trabajar el cuerpo al mismo nivel que la mente, espacio que se constituyó como la quintaesencia de lo blando al darnos como única oportunidad el uso de cojines y colchonetas, un lugar que propiciaba lo lúdico en todos los aspectos resquebrajando el falso autoritarismo y academicidad que se supone que la formación del profesorado requiere.
Además del lugar, la comida constituyó otro de los ingredientes básicos en la rotura de formato: ensaimadas y cocas menorquinas nos invitaron a transformar un encuentro formal en una celebración comunitaria porque compartir los alimentos no es otra cosa más que un acto simbólico de reparto del poder. Y, para terminar, el sistema que elegimos para visualizar los cinco elementos clave de la #rEDUvolution fue la performance, de manera que la recuperación del inconsciente, el abuso de poder, la necesidad de habitar el aula, la transformación del simulacro en experiencia y el repensar la evaluación, fueron procesos simbolizados desde nuestros cuerpos, trabajados en grupo y desarrollados como micro acciones cargadas de sorpresa, creatividad y aprendizaje.
Como último ejemplo de las instituciones que están dando el salto en esta ardua tarea de desarrollar otros sistemas de formación del profesorado, ha sido la FUHEM (una de las organizaciones punteras en cuanto a la ejecución de una pedagogía del cambio en todas sus actividades). En concreto, su director de educación, Víctor Rodríguez, fue quien invitó a Pedagogías Invisibles a co-diseñar el curso De transmisores de contenidos a arquitectos de experiencias, actividad de cinco días que intenta repensar las competencias que debe desarrollar el profesor o la profesora que ejecute el cambio: la competencia de la invisibilidad (y todo lo que tiene que ver con detectar la información implícita en el aula); la competencia política (en este caso especialmente relacionada con la ecología); la competencia sentimental (relacionada con la incorporación de aquellos que no son los alumnos normativos); la competenciacreativa y la posibilidad de redescubrirnos no solo como transmisores sino como productores de conocimiento y, por último, la competencia tecnológica desde la perspectiva de la visualización del cambio y la creación de redes.
El primer rol fue abordado por Ana Cebrián, Noemí López y Eva Morales (las tres miembras del colectivo Pedagogías Invisibles) mediante una sesión en la que se hizo especial hincapié en todo aquello que decididamente enseñamos pero… que no queremos enseñar y la dificultad y valentía de aquellas y aquellos que deciden analizarse a sí mismos y a sus prácticas para transformar el currículum de macro en micronarrativa. El segundo día Luis González de FUHEM Ecosocial, trabajó sobre el rol del profesor como agente político. El profesor que entiende sus asignaturas no como temas de estudio sino como marcos de acción social, en su caso con respecto a cómo abordar la ecología como un eje transversal que debe cruzar cada una de las actividades que diseñamos y que debe ser un marco referencial en el currículum.
La tercera sesión corrió a cargo de Lars Bonell, quien hizo algo sumamente difícil: dio la clase con la boca cerrada dando vivo ejemplo de lo importante que es dejar hablar a los demás y el valor que tiene la escucha activa… El cuarto día Jordi Ferreiro abordó el tema del #profesorcomoDJ, como productor cultural, como creador, porque creemos firmemente que la competencia más importante para un educador del siglo XXI es la creatividad y que no solo los artistas son intelectuales, sino que también lo somos los profesores. Jordi llenó la sala de microacciones y juegos demostrando que solo aprendemos cuando además del contenido, cambiamos el formato. La quinta y última sesión corrió a cargo de Clara Boj que demostró que la tecnología puede y debe ser una herramienta viva que sirva para visualizar la redes de afectos no-virtuales que se generan entre profesores y que constituyen verdaderos marcos de acción más allá de las instituciones formales.
Sin cambiar la formación del profesorado de forma drástica y urgente, la Revolución Educativa simplemente nunca llegará. Necesitamos coordinadores valientes que se atrevan a dar el salto, agentes de cambio que como Miguel, Pep o Víctor, decidan NO poner en marcha cursos vacíos que solo persiguen la certificación, sino acciones transformadoras que den tanta importancia al contenido como al formato, empoderen a los futuros profesores, y a los que ya están en activo, para dar el salto o hacer más largo el recorrido de caída: un salto que quizás llegue algún día hasta la universidad.
En el aula magna de la Universidad Torcuato Di Tella, se congregaron referentes de los principales medios gráficos y digitales del país para discutir en torno a un eje: cómo lograr, de una vez por todas, que la educación pase a ser un tema prioritario en el debate público argentino.
«Me llama mucho la atención que la educación no entre en el debate político, pero sí la política entre en el debate educativo. Hay una suerte de disonancia cognitiva. Las argentinos consideramos al sistema educativo malo, pero la educación de nuestros hijos pensamos que es muy buena. Para romper esa disonancia hace falta información. Enrostrar a las familias que los datos cuentan una historia distinta», abrió Eduardo Levy Yeyati, decano de la Escuela de Gobierno de la universidad.
Del mismo modo, continuó Ignacio Ibarzábal, director ejecutivo del Observatorio Argentinos por la Educación, la ONG que coorganizó el panel: «Nos une la idea de que la educación se vuelva un tema central en el debate público porque creemos que puede ser determinante para la mejora en el sistema. Todos declaramos que la educación es lo mas importante, pero por distintas razones no se vuelve prioritario», expresó.
A cargo de la moderación del panel estuvo Mariano Naradowski, pedagogo y profesor de la universidad. Participaron Daniel Hadad, fundador y CEO de Infobae, Ricardo Roa, editor general adjunto de Clarín, Gaston Roitberg, secretario de redacción multimedia de La Nación y Nora Veiras, editora general de Página 12.
Daniel Hadad, fundador y CEO de Infobae
El primero en tomar la palabra fue Hadad, quien explicó que la educación no se vuelve un tema central en los medios porque antes debería ser prioridad en la sociedad. «Los medios no inventamos los temas. Nosotros intentamos darle lugar a los temas educativos, pero la realidad es que a la dirigencia política mucho el tema educativo no le importa», sostuvo.
El fundador de Infobae remarcó la importancia de la generación del ’80: «La Argentina pasó de ser un país semianalfabtero a un país ejemplo. Cuando se dejó de ponerle el ojo a la educación pública, se generó una sociedad absolutamente fragmentado. La grieta insalvable está en la educación, donde los chicos de distintas procedencias no se mezclan. Los que van al colegio a comer y los que hablan inglés desde los 2 años ni se conocen», señaló.
A su vez, Hadad marcó que hay un «adormecimiento» preocupante, que la desocupación que existe hoy será mucho peor en 10 o 15 años si los chicos no incorporan las habilidades necesarias. «Sarmiento cambió la realidad ‘de prepo’. No hay que poner todo en una encuesta cuando uno tiene un proyecto de país. Yo voy a ser más brutal: esto se arregla sin discutir. Hasta que no veamos a alguien ejercer el poder real, la educación no va a crecer», subrayó.
Ricardo Roa, editor general adjunto de Clarín
El siguiente en tomar la palabra fue Ricardo Roa, de Clarín, que coincidió con el concepto de su antecesor. «El incremento de la participación en los medios no depende de nosotros. Nuestra función es reflejar noticias, pero la información está en la gente. El debate educativo se ha convertido en un tema sindical en un contexto en que le estamos exigiendo a la educación mucho más de lo que le exigíamos. Antes le pedíamos inclusión, ahora pedimos calidad», dijo.
Para Roa, los cambios en los medios son más lentos que los que se producen en la realidad y piensa que en la sociedad hay una conciencia de que la educación no está dando la talla, pero que no genera reacciones activas. «Si no fueran concientes, no pagarían por una escuela privada. Sin embargo, al mismo tiempo, la gente no se moviliza por estas cosas, no hace paros, no corta calles», agregó.
Gastón Roitberg, secretario de redacción multimedia de La Nación
Por su parte, Gastón Roitberg, de La Nación, presentó una postura diferente. «Más allá del interés social, creo que sí depende mucho de lo que hacemos todos los días, por lo menos para que la temática no desaparezca de la agenda. Cuando no existían las métricas, el periodismo también hacía una apuesta de contenidos. Siempre había una combinación entre lo que podía conectar con la gente y lo que podía poner a disposición un periodista para abrir el debate», planteó.
Roitberg añadió que, más allá del conflicto paritario, cuando una historia educativa «está bien contada» despierta interés en la audiencia. Así sostuvo: «Si esperamos que la política introduzca la temática, estamos siendo un poco cómplices con esa falta de compromiso. No estamos haciendo mucho desde los medios para plantear que la educación tiene que ser una política de Estado y no de gobierno».
Nora Veiras, editora general de Página 12 (Fotos: Adríán Escándar)
La última en hacer su exposición fue Nora Veiras, de Página 12, quien manifestó que «es imposible pensar que no hay una audiencia ávida por saber qué pasa en la educación». «Dos tercios del país está implicado en el sistema educativo. Sucede que hay cierta pereza por solo tomar los pedidos de los gremios y los anuncios de los ministerios en vez de buscar información que puede ser atractiva», apuntó.
Veiras remarcó que «si uno solo se rige por las métricas, el periodismo no tiene destino» y explicó: «El tenor de la información que suele medir es la que mueve sentimientos de los más bajos de los seres humanos. Lo que tenemos que intentar es aumentar la calidad de la demanda«.
Fuente de la reseña: https://www.infobae.com/educacion/2019/02/22/como-hacer-para-que-la-educacion-se-vuelva-un-tema-prioritario-en-la-argentina-debate-sobre-el-rol-de-los-medios-de-comunicacion/
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