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Argentina: Pablo Imen hace un análisis sobre las propuestas educativas de los candidatos a la Presidencia en ese país (audio)

Argentina / OVE

El pedagogo y educador popular Pablo Imen hace un detallado análisis sobre las orientaciones estratégicas de las propuestas educativas de los distintos candidatos a la Presidencia de Argentina. En virtud que el tema educativo ha tenido hasta ahora poca relevancia en los debates de los candidatos, nos parece de especial importancia compartir este análisis de Imen para nuestros lectores y seguidores en OVE

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¿Enseñanza invertida?

Por: Pluma Invitada

Tradicionalmente, las tareas escolares han tenido el objetivo de reforzar los conocimientos adquiridos o poner en práctica lo aprendido, eso, en el mejor de los casos, ya que la mayoría de las veces, la tarea sirve como una justificación del docente del trabajo que no siempre realizó, o, simplemente, la tarea sirve para eso, para dejar tarea.

En el contexto de la didáctica contemporánea, se proponen estrategias diversas, sobre todo con el desarrollo de las tecnologías y dentro de la tendencia constructivista, siendo que el alumno, cada vez mas, juega un papel protagónico dentro del proceso de E-A, como es el caso del concepto de Aula Invertida (Flipped Classroom, Jonathan Bergmann y Aaron Sams), como un método de aprendizaje, más que de enseñanza.

En síntesis, el aula invertida propone una serie de estrategias con las que se busca que la producción del conocimiento provenga, principalmente, del alumno a través de invertir el proceso de la secuencia de la clase, es decir, que, en lugar de que sea el maestro el que exponga los contenidos temáticos, los explique, diseñe los ejercicios y distribuya las tareas durante la hora-clase, sería el alumno el que lleve a cabo la investigación, previamente a la sesión dentro del aula y que sea en esta en donde se realicen las tareas de reforzamiento, debate y aspectos propositivos, generando, así, un aprendizaje colectivo en el que cada elemento tenga un papel protagónico, de acuerdo a sus propios intereses y contextos particulares, para la solución, en conjunto, de los problemas.

De esta manera, se pretende que el aprendizaje se dé al ritmo del estudiante desde su propio espacio (físico y virtual), y, en el aula, como un foro participativo.

En cuanto a los objetivos que se pretenden con el aula invertida, se pueden mencionar la generación de una meta final, la producción de un plan de trabajo, la evaluación de contextos, la resolución de problemas en conjunto y la búsqueda de mejores resultados, palpables y evaluables de forma integral.

Dentro del campo de la investigación, el proceso de la generación de contenidos siempre se ha hecho, si no, sería imposible hablar de investigación; así, en todo trabajo escolar, se pretende, precisamente eso: que sea el estudiante el que aporte los contenidos y que estos sean llevados al aula para su exposición, debate, etc., lo cual no siempre sucede, ya que la gran mayoría de estudiantes, sobre todo en los niveles básico y medio superior, no lleva a cabo investigaciones serias, cayendo, muchas veces en el plagio, sobre todo con las facilidades de acceso a la información que da la tecnología de internet.

La implementación del aula invertida ha generado alguna polémica y, hasta cierto punto, algunas contradicciones a considerar.

La estrategia del aula invertida requiere del acceso a las redes y del uso de la tecnología de los diversos dispositivos, tanto por parte del estudiante, como por parte de las instituciones que pretenden aplicarla y, por supuesto, del docente, lo que significa la disposición de recursos que en la mayoría de las escuelas no existen (pantallas, cañón, conexión a internet, plataformas, etc.), y la habilidad requerida para su manejo y cuidado.

Por un lado, leemos que esta pedagogía deja mas tiempo al maestro que, sabemos, siempre se ve mas que saturado de actividades, sobre todo en cuanto a la carga de trabajo extraclase, pero por otro, encontramos que la misma propuesta del aula invertida implica aún mas aumento de la carga laboral  del profesor, aunque se dice que lo convierte en un innovador y coprotagonista del aprendizaje, siendo que no se menciona nada sobre el otro aspecto del proceso, el de la enseñanza, lo que nos lleva a pensar que el docente será, entonces un operador, un animador, un promotor; todo menos un educador.

Supone, el aula invertida, que el alumno será lo suficientemente responsable para cumplir, cabalmente, con los objetivos, sobre todo a la hora de realizar el trabajo en casa y dentro de un tiempo predeterminado, con la finalidad de generar el conocimiento para sí y para sus compañeros, lo cual, definitivamente, es de dudarse, sobre todo cuando tenemos ante nosotros la tarea de revisar los trabajos escolares, cuya calidad, casi siempre deja mucho que desear en cuanto a veracidad del origen de los textos, su presentación, su sustento y su ortografía, lo que nos lleva a preguntarnos: ¿realmente los trabajos escolares de investigación aportan o solo sirven para completar las listas de calificaciones?, es decir, se habla de fallas al momento del aterrizaje, o sea, de calibrar los resultados como una operación en números negros…, ¿hay resultados positivos?

Otra pregunta que, inevitablemente, salta se refiere al aspecto formativo del alumno: ¿en qué momento se presenta la oportunidad de que el tiempo invertido sea redituable en cuanto a la puesta en práctica de los valores?

Todo esto adquiere mayores dimensiones cuando se trata de un escenario educativo deficiente, por decir lo menos, como es el caso de los países latinoamericanos en los que los presupuestos para la educación son reducidos de forma alarmante o, simplemente, van permeando en el camino.

Sin duda, la propuesta es positiva, ya que busca la mejora del proceso del aprendizaje y busca mayor compromiso por parte del alumno, pero requiere de altos recursos tecnológicos, lo que se logra en la mayoría de los países altamente desarrollados.

Se trata de una mas de las estrategias del constructivismo, pero con el plus de la tecnología, y eso es bueno, ya que el estudiante debe “despertar” para convertirse, sí, en el sujeto receptor, pero también en generador de su propio conocimiento.

Es probable que en el nivel superior o en escuelas con recursos abundantes, el Aula Invertida sea funcional, pero en el resto del panorama educativo, aún estamos lejos de lograr una conciencia educativa que pueda proyectarse hacia la segunda mitad del Siglo XXI.

Referencias

https://blogs.unitec.mx clase-invertida-profesores-evolucionados

https://www.nubemia.com

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Nueva Zelanda multará a universidades por mal cuidado de estudiantes

Oceanía/Nueva zelanda/17 Octubre 2019/Prensa Latina

Las universidades y politécnicos neozelandeses enfrentarán condenas, a partir de enero, si bajo su cuidado algún estudiante muere o sufre daño grave, informó hoy el Ministerio de Educación.
Bajo este nuevo Código obligatorio, que entrará en vigencia en enero de 2021, los centros de estudio deberán pagar multas de hasta 100 mil dólares.

Los cambios son en respuesta a la muerte del joven Mason Pendrous, de 19 años, cuyo cadáver permaneció sin descubrir en su habitación del albergue en la Universidad de Canterbury, durante al menos un mes.

‘La muerte reciente en una residencia de estudiantes en Christchurch expuso las limitaciones de nuestro sistema actual y se demostró que el Código de Conducta voluntario no es suficiente’, expresó el ministro de Educación, Chris Hipkins, en un comunicado difundido por Radio Nueva Zelanda.

Agregó que el gobierno trabajará para desarrollar un código más completo, pero mientras tanto se establecerá un nuevo código provisional que establezca las expectativas para el comienzo del próximo año académico.

Indicó que si bien hubo altos estándares de cuidado pastoral para estudiantes internacionales, como se establece en el Código para el Cuidado Pastoral de Estudiantes Internacionales, no se puede decir lo mismo de los estudiantes locales.

Además hizo énfasis en que las instituciones tienen el deber del cuidado pastoral y si están utilizando proveedores externos para proporcionar alojamiento a los estudiantes, aún deben asegurarse de que haya un cuidado adecuado en el lugar.

La deceso de Pendrous, que estudiaba el primer año de la licenciatura en Comercio electrónico, causó preocupación en Nueva Zelanda en torno al bienestar de los estudiantes en las residencias de las universidades.

Hasta el momento, la policía de Nueva Zelanda investiga lo que sucedió realmente con el joven, cuya causa de muerte aun no ha sido determinada.

Fuente: https://www.prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=312714&SEO=nueva-zelanda-multara-a-universidades-por-mal-cuidado-de-estudiantes
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La educación infantil en España no llega a quienes más la necesitan

Por: Pablo Gutiérrez del Álamo

La infancia en situaciones socioeconómicas vulnerables accede en una proporción mucho menor a la educación infantil de 0-3 años que la de familias de mayor poder adquisitivo.

Los datos de escolarización en el primer ciclo de educación infantil han mejorado mucho con los últimos años pero son claramente insuficientes. Y, sobre todo, son claramente desiguales, en lo socioeconómico y en lo territorial. Estas son algunas de las conclusiones del último informe elaborado por Save the Children (Donde empieza todo) en el que hace un repaso a la situación del primer ciclo de la etapa. Para ello ha contado con estadísticas oficiales, así como entrevistas con madres, docentes y personas expertas.

Un 36% de las niñas y niños acuden a un centro de educación infantil de 0-3 años en nuestro país. Es una cifra muy positiva que, incluso, supera las expectativas marcadas por la Unión Europea. Pero esconde diferentes realidades: el 62,5% de la infancia de familias más ricas acuden a estos centros; el porcentaje de las familias más pobres que pueden hacerlo es del 26,3%, casi tres veces menos.

La desigualdad en el acceso a estos servicios educativos es muy grande y, además, impacta sobre las familias que más dificultades tienen.

La ONG ha identificado cuatro tipos de causas para que la matrícula en centros de educación infantil de 0-3 no sea mayor en España. El primero, por supuesto, es la motivación económica. Se trata de un tramo educativo que difiere del 3-6 en que no es universal ni gratuito. El gasto es demasiado elevado para muchas de las familias que más se beneficiarían de esta escolarización temprana. No hay plazas públicas gratuitas suficientes y, a esto, se añade que otros servicios como el de transporte o comedor escolar tampoco están cubiertas. Hay mucha desigualdad dependiendo de la capacidad económica de cada ayuntamiento y comunidad autónoma a la hora de crear y mantener plazas de educación de calidad para este público.

Según los datos de la Encuesta de condiciones de vida del INE para el año 2016, que utiliza la ONG en el informe, los hogares en el quintil de renta más bajo, el 63,6% no pueden permitirse llevar a sus hijos e hijas a una escuela infantil. En el extremo opuesto, entre los hogares de mayor renta son el 19,7% los que no pueden asumir el gasto que supone.

A la razón económica también se suma la dificultad burocráitica, según señalan desde Save the Children. Una dificultad que se materializa en los procedimientos de matriculación para personas en situación de vulnerabilidad o para personas migrantes (téngase en cuenta la dificultad con el idioma en muchos casos) o a la de que estas familas no tengan redes de apoyo suficiente.

La tercera de las causas que se ha detectado tiene que ver con los problemas de organización. Como ha destacado Carmela del Moral, analista jurídica de Derechos de Infancia, se trata de una etapa muy poco regulada pero que es bastante inflexible en relación, por ejemplo, con los horarios de apertura de centros, muy vinculados a la conciliación (de 9.00 a 17.00). Cualquier hora que se salga de esto supone costes extra difícilmente asumibles. Podrían barajarse otras modalidades de acceso a estos centros, con diferentes horarios, por la tarde o por la mañana, acompañamientos a las familias, etc. La idea es que niñas y niños no tengan que estar más de 8 horas en el centro educativo y puedan tener tiempo de crianza con sus familias. En este sentido destaca cómo en no pocos territorios, la concesión de plazas prima a los progenitores que estén trabajando, dejando a quienes tienen algún miembro (o todos) en el paro en una situacion de desventaja. Se quedan sin plaza donde matricular a sus hijos y sin tiempo para salir de su situación de precariedad, sea por vía del trabajo o de la formación.

Finalmente, existen otras barreras a la matriculación en el 0-3 que tienen un carácter más cultural. Entre muchas familias no está nada clara la importancia que tiene esta etapa para alcanzar unos mejores niveles educatios en edades posteriores. No poca gente entiende que es un tiempo eminentemente de cuidados que, en la mayor parte de los casos, recae en las mujeres.

Tres propuestas para mejorar la situación

La universalización del 0-3. No es necesario que sea obligatorio, pero sí que haya plazas suficientes, públicas y gratuitas, para absorver la demanda de las familias a la hora de matricular.

Apoyo económico por parte del Estado; no dejar la situación al albúr de unas administraciones locales o autonómicas que pueden tener o no financiación suficiente para la etapa. O puede estar entre sus prioridades o no.

Y una regulación estatal que marque unos mínimos para homogeneizar la oferta educativa, extremadamente diferente en función del territorio. Currículo mínimo, ratios, características de los centros educativos…

El coste de estas medidas, según la ONG, sería de 1.640 millones de euros en 10 años. Una cifra muy inferior a otros costes que ha analizado la organización que podrían rebajarse de manera importante si se generalizara una educación infantil universal, gratuita y de calidad. Costes que tienen que ver con las altas tasas de repetición que se dan en España, así como las de abandono escolar temprano y fracaso escolar. La primera, 2.700 millones al año; la segunda, 17.000 millones.

Tasa de escolarización en 0-2 años por comunidades autónomas. Fuente: Miniterio de Educación y FP. (Infografía: Save the Children).

La desigualdad también va por territorios

A pesar de que las medias de matriculación en el 0-3 no son malas en España, las diferencias entre los territorios son bastante notables.

Si en la ciudad de Ceuta, dependiente del Ministerio de Educación, la escolarización en esta etapa es del 13,2%, en Euskadi la cifra es del 52,5%. Pero estas medias también pueden descomponerse en los diferentes años de la etapa y aquí se notan otras tendencias.

Mientras que la escolarización de niñas y niños entre el nacimiento y el primer año en ningún territorio llega al 20%, durante el segundo curso de la etapa el salo es importante. La Comunidad de Madrid prácticamente escolariza al 50%, Y euskadi y Galicia le siguen muy de cerca. También Andalucía. En la otra punta, Ceuta y Canarias no llegan al 20% (de hecho la ciudad autónoma está muy por debajo). En el último curso, Euskadi sobrepasa el 90% de escolarización, seguiad por Madrid y Cantabria, algo por encima del 70%. En la cola, de nuevo, Ceuta y Canarias, muy por debajo del 30%.

En palabras de Andrés Conde, director general de Save the Children, «en el 0-3 anida la desigualdad social» que existe en España. Sin las administraciones públicas no hacen el esfuerzo en esta etapa, difícilmente podrán superarse algunas de las situaciones de origen en las etapas posteriores del sistema educativo. Sobre todo porque si se deja a la voluntad y capacidad inversora de algunas de ellas, lo que puede ocurrir es que se profundice en dicha desicaldad.

Fuente: https://eldiariodelaeducacion.com/blog/2019/10/15/la-educacion-infantil-en-espana-no-llega-a-quienes-mas-la-necesitan/

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Entrevista a Salman Khan: “La escuela tradicional no responde al funcionamiento del cerebro”

Entrevista /17 octubre 2019/Autora: Ana Torres Menárguez

El matemático Salman Khan, fundador de la Academia Khan, es el nuevo premio Princesa de Asturias de Cooperación

Si algo tiene claro Salman Khan (Nueva Orleans, 43 años) es que no hay que limitar a los niños con nuestro propio aprendizaje. Han nacido en otro tiempo. Khan, matemático, ingeniero eléctrico e informático formado en Harvard y el MIT (Instituto Tecnológico de Massachusetts) se estrujó el cerebro para dar con una nueva pedagogía que ayudara a una de sus sobrinasprimas de 12 años a entender las matemáticas. Lo consiguió. “Sin prejuicios ni hábitos adquiridos”, cuenta, porque él nunca había sido docente. Descubrió que la clave era buscar las conexiones con otras áreas, todo eso día tras día en conversaciones desde Boston —donde él residía— a Nueva Orleans. Así identificó el “gran fallo” de la escuela tradicional: el contenido se imparte fragmentado, en temas autoconclusivos. Con todas las conexiones cortadas.

Khan, que ha sido galardonado con el Premio Princesa de Asturias de Cooperación 2019, ha conseguido convulsionar el panorama educativo. Desde que creó en 2009 la Academia Khan, una plataforma online gratuita de aprendizaje y sin publicidad (sin ánimo de lucro), más de 72 millones de personas de todo el mundo han seguido alguna de sus 7.000 lecciones en vídeo, unas 100 horas de contenidos que abarcan desde la aritmética básica a la Revolución Francesa. Son distintivos de su modelo pedagógico los llamados mapas de contenidos, un software que encuentra conexiones entre los temas y genera ejercicios de forma automática.

“Es más fácil entender una idea si la puedes relacionar con otra que ya conoces”, explica Khan sentado en uno de los sillones del Hotel de la Reconquista, en Oviedo, tratando de acortar al máximo las respuestas, ya que tiene que atender muchas entrevistas. Pone un ejemplo; la genética se estudia en Biología y el cálculo de probabilidades en Matemáticas, cuando las dos están estrechamente relacionadas. “Son divisiones que limitan la comprensión y dan una imagen errónea de cómo funciona el universo”, dice en alusión a su libro La escuela del mundo, una revolución educativa (Ariel), donde hace una crítica feroz del sistema educativo.

En su opinión, esa forma de enseñar marca la diferencia entre memorizar una fórmula para un examen —lo que sucede hoy en la escuela— o interiorizar la información y ser capaz de aplicarla una década más tarde.

“La escuela tradicional no responde al funcionamiento del cerebro, las redes neuronales funcionan con la asociación de ideas, no con temas estancos”, recalca. Mientras enseñaba matemáticas a su prima Nadia en 2004, dedujo que esta se había perdido la clase en la que se explicó la conversión a unidades. Desde ahí, la niña no levantó cabeza en la asignatura. “Ese es otro de los problemas del aula actual, la mentalidad de que hay que seguir con el temario, respetar el calendario. La repetición es básica para el aprendizaje y en un aula normal no se retrocede hasta que todos los alumnos comprenden; algunos se quedan por el camino”. Porque cada uno, afirma, tiene un ritmo de aprendizaje distinto. “Y si no aprenden a su ritmo, acumulan vacíos”. Le ocurrió a su prima hasta que él comenzó a impartirle lecciones por teléfono y a volver una y otra vez sobre los conceptos que se le resistían y le impedían continuar aprendiendo conceptos matemáticos. Visto el éxito, otros familiares le pidieron ayuda. El teléfono ya no era útil así que empezó a hacer vídeos que colgaba en Internet y que son el germen de esta escuela mundial donde la pizarra con los ejercicios no se borra, está siempre en la nube disponible para el alumno.

Donaciones millonarias

“A veces cuando tienes una gran idea, el universo conspira para hacerla posible”, cuenta el matemático. En su caso, sucedió así. En 2009 decidió dejar su puesto como analítico financiero en Silicon Valley para dedicarse por completo a su proyecto educativo, al que destinó todos sus ahorros. Tiempo después, el éxito y la viralidad de sus clips, en los que se escucha su voz pero su imagen no aparece por una cuestión de “austeridad” —“no tenía una cámara profesional para grabarme ni presupuesto para comprar una”— empezaron a llegarle donaciones millonarias de los grandes de la tecnología. Los 1,5 millones de la Fundación Bill y Melinda Gates o dos millones de Google, a los que se sumarían otras cantidades de magnates como el mexicano Carlos Slim. En 2012, Khan era una de las 100 personas más influyentes del mundo según la revista Time.

Su diagnóstico es que la humanidad está viviendo un punto de inflexión que solo se produce cada 1.000 años, circunstancia que debe propiciar el surgimiento de nuevos modelos educativos sobre una base científica: los “mejores teóricos” de la educación han concluido que la capacidad de atención de los estudiantes oscila entre los 10 y los 18 minutos. Las clases continúan siendo de más de 50 minutos. “¿Por qué esos hallazgos no se han aplicado? El sistema tiende a no hacer caso a hechos biológicos indudables”, remarca en su libro.

¿A qué época se remonta el actual sistema educativo que tanto se resiste al cambio? Khan no duda en su respuesta. El origen de los estándares actuales, “que potencian un aprendizaje pasivo basado en la escucha”, se instauraron en la Prusia del siglo XVIII, con el propósito de formar “ciudadanos leales y dóciles” que aprendieran a someterse a la autoridad de los profesores, los progenitores, la Iglesia y el rey. “Se perseguía acortar el pensamiento independiente, pero ahora vivimos una revolución sin precedentes de la información y esa fórmula ya no vale: el pensamiento analítico es necesario para sobrevivir”.

Para Khan otro de los grandes problemas es que las familias buscan la mejor educación para sus hijos y, en muchas ocasiones, se olvidan del interés y el bienestar de los niños del bloque de enfrente. “Ser egoísta es inherente a la naturaleza humana, pero no es aceptable que solo el 1% de la población entienda lo que está pasando y tenga las herramientas para sobrevivir. Si no perseguimos la educación del vecino, el sistema democrático no funcionará y estaremos permitiendo que surjan los extremos”, concluye.

Fuente e imagen: https://elpais.com/sociedad/2019/10/15/actualidad/1571167287_185798.html

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Hablemos de la educación, no del mercado educativo

Por: Pedro Badía

Necesitamos recuperar el sentido de la educación como un proceso de construcción personal y de recreación de la cultura. Si prescindimos por completo de un sentido humanista de la educación, pervertimos la educación.

Necesitamos una reflexión consciente sobre el sentido de la educación no del mercado educativo. Permitir que el poder económico condicione el sistema educativo y que el Estado subvencione con dinero público a organizaciones religiosas y grupos con declarados intereses económicos e ideológicos que forman las élites dominantes es “no sólo una aberración pedagógica sino una clamorosa injusticia”, constata Emilio Lledó (El Espectador 30.06.2018). Ni el mercado, ni la ética comercial, ni los intereses religiosos e ideológicos de grupos, colocan la igualdad por encima del lucro ni de sus “paraísos” privados. Lo peor no es la injusticia, sino el hecho de que la aceptemos.

La ideología desigualitaria, -según Piketty- lo que en este periodo, que es el nuestro, legitima el statu quo, sería la meritocracia, “la necesidad de justificar las diferencias sociales apelando a capacidades individuales” es el fundamento del mercado educativo. En este contexto la educación pierde tres de sus condiciones esenciales: pública, laica y democrática. Y el hecho de fomentar cada vez más el individualismo solo acentúa la indiferencia cívica. El trastorno más extendido de nuestro tiempo. A los neoconservadores les interesa más el accionista que el ciudadano.

La educación, con esta losa conservadora de la derecha, es una herramienta para la instrucción dominada por la simplificación, la fragmentación, la selección y la segregación. Es útil para desinformar y mantener a las personas en la perplejidad, pero no clarifica ni ayuda a afrontar los problemas más elementales de la vida. Por el contrario, necesitamos recuperar el sentido de la educación como un proceso de construcción personal y de recreación de la cultura. Si prescindimos por completo de un sentido humanista de la educación, movido por la curiosidad, el deseo de aprender, la crítica y la independencia de pensamiento, pervertimos la educación. Tendremos una visión muy empobrecida de lo humano y del acto de educar que forma el ser de una sociedad viva, y es desafiante, estará en peligro de extinción. La información y la ingente acumulación de contenidos, sin vinculación significativa, para el que por obligación se topa con ella, impide la construcción real del conocimiento y la sabiduría. Un ataque directo al derecho a la educación.

El derecho a la educación requiere un planteamiento pedagógico común que integre los distintos saberes necesarios para ejercer la ciudadanía responsable, autónoma y crítica para una vida personal plena. Necesita un currículo diversificado que permita a cada persona desarrollar oportunidades propias y valiosas para su vida y la vida en común.

La investigación, la creatividad y el trabajo cooperativo deben formar parte de los objetivos educativos. El aprendizaje, como actividad compartida, produce el desarrollo de una inteligencia común. Engloba la educación para la convivencia, la solidaridad, para la gestión de los conflictos, la paz, el cuidado y el respeto a la naturaleza, como parte indisoluble del ser humano. E incluye el derecho de las niñas y niños, adolescentes y jóvenes a la felicidad y el bienestar personal y colectivo. Ellas y ellos son la razón de ser del sistema educativo, no la obligación de ser alumno.

Fuente: https://eldiariodelaeducacion.com/blog/2019/10/14/hablemos-de-la-educacion-no-del-mercado-educativo/

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Educación, democracia y totalitarismo

Por: Juan Pedro Viñuela Rodríguez

La universalización de la enseñanza y, sobre todo, su obligatoriedad, no es más que la universalización de la ignorancia para producir, literalmente, como mercancía, mano de obra para el sistema capitalista. La Ilustración, sin intención, ignorantemente, puso las bases de esta tropelía que convirtió el sistema educativo en un sistema de producir mano de obra para el mercado laboral. Y, eso, requería, la universalización de la ignorancia. Es decir, la transmutación de la educación en la búsqueda del saber y la conquista de la libertad por medio del conocimiento que nos hace autónomos, en universalización de la ignorancia, en el relativismo del todo vale, en el constructivismo del conocimiento… El centro de la educación ya no es el conocimiento y la libertad, siendo el maestro o el profesor, el vehículo o mero transmisor de este legado de milenios y la posibilidad de aumentar dicho legado, sino el alumno. Éste se convierte en el centro del proyecto nihilista de aprender a aprender. ¿Cómo se puede aprender a aprender si no hay unos contenidos desde los que lanzarse a ese aprender? Dela Nada, Nada sale. Es la mayor farsa educativa que se ha producido y que el sistema educativo, vigilado por políticos y el propio mercado, han hecho cumplir desde la Segunda Guerra Mundial para mantener el orden del nuevo mundo llamado socialdemocracia o estado de bienestar que no es más que el estado de ignorancia de la inmensa mayoría para ser mano de obra disponible para el mercado. Mano de obra sumisa y obediente. ¡Qué lejos nos queda el ideal de la Ilustración y aquel sapere aude (atrévete a saber por ti mismo) kantiano! El engaño ha sido perpetrado y la educación, en nombre de la democracia ha instaurado un totalitarismo en el que estamos inmersos y del que la inmensa mayoría es ignorante, se encuentra dentro de la caverna. Como nos lo dice admirablemente Sánchez Tortosa:

“La libertad ciudadana que la Ilustración soñó y que acabó siendo el reconocimiento jurídico de una ciudadanía con la que proletarizar a los sujetos productivos, materializada por la Revolución Industrial, se convirtió, en materia educativa, en una libertad escolar, también soñada, que no resultó ser sino la extensión del radio de acción del Estado sobre lo que antes quedaba al margen, medida con la que producir analfabetos por medio del sutil recurso de escolarización universalizando la ignorancia. Esta es la sentencia imparable coronada en Europa tras la Segunda Guerra Mundial, y, en España, con las leyes de 1970 (Villar Palasí) y de 1990 (Logse).” Sánchez Tortosa. “El culto pedagógico”, p. 107

Dicho más llanamente. La educación es una forma de domesticación, una forma totalitaria de mantenernos en la ignorancia y disponibles para la producción, el consumo y entretenidos. De ahí la idea de educación para toda la vida. Como si eso fuese algo nuevo, como si los grandes sabios de la historia no hubiesen estado estudiando hasta su último aliento. Eso sí, no pagando «masters», que te acrediten como apto para un trabajo.

Lo grave de todo esto es que asistimos a una sociedad del cansancio, nihilista y que opta, por salir de su vacío existencial, psicológico y ontológico, por el entretenimiento. Y el entretenimiento está basado en el consumo. Y el consumo es una forma de auto devorarse. La paradoja de todo esto es que se nos enseña que estamos en sociedades democráticas, en las que hay un estado de derecho y todo es una farsa. La educación, que es el eje sobre el que debe pivotar la formación de individuos libres y, por ende, democráticos, es una forma de totalitarismo. Una forma de vehículo de transmisión de la ideología del poder, pero, no sólo del gobierno, sino del Estado. Cuando el Estado se hace cargo de la educación, es el educador del pueblo, como es el caso, estamos ante una forma de totalitarismo brutal. El estado transmite el status quo social, que en este caso es el neoliberalismo, el gobierno transmite su ideología, que no se distingue, en lo esencial, de la del Estado y de la globalizada y el mercado impone su regla de transformarlo todo en mercancía. Por tanto, estamos ante una Plutocracia, Partitocracia y Mercantilismo. Y estos sistemas de ideas totalitarias son los que rigen la educación, desde la cuna hasta la tumba, todo está controlado y el Gran Hermano nos vigila. Resulta ya un poco grosero seguir llamando a esto democracia: el poder reside en el pueblo. Pero, qué poder y qué pueblo. Todo es un baile de máscaras y hasta que no aprendamos a desenmascarar no conquistaremos nuestra libertad. Pero tenemos miedo a la libertad, porque el suelo de la libertad es el vacío. De ahí que ya señalara Kant, que no somos mayores de edad, es decir libres, por pereza y cobardía.

De modo que asistimos impertérritos a la farsa que durante años representan nuestros políticos y, sorprendentemente, les seguimos el juego y votamos. Y nos creemos el cuento de que no hay nada que hacer, que no hay alternativa y que el sistema capitalista es el único posible, como si hubiese existido siempre…y, en fin, así todo. Vivimos en una sociedad absolutamente enferma. Lo cual significa que, no sólo los dinamismos sociales están enfermos, sino los nodos de esas redes. Y esos nodos somos nosotros. Y la cura de nuestra enfermedad es salir del veneno de la ignorancia. Pero la ignorancia no es no saber, no, la ignorancia es algo mucho más profundo y hasta inmensamente peligroso. Es no saber que no se sabe. El ignorante, al no saber que no sabe se resiste a salir de su ignorancia y replica sus creencias y hasta muere y mata por ellas. Es un fanático. Los ignorantes son creados por los sistemas totalitarios. Por eso, en una educación totalitaria, se dan todas las condiciones para bloquear cualquier insurrección, porque estará vista como un atentado a la misma democracia. Se nos ha enseñado que la sociedad se basa en los valores de la democracia, pero es una enseñanza invertida, totalitaria, como hemos visto. Lo que se nos ha enseñado es a obedecer sin ser consciente de nuestra obediencia. Se nos ha enseñado a participar del sistema y construirlo y defenderlo como propio, cuando, realmente, somos sus víctimas, porque se nos ha arrebatado la libertad.

Fuente: https://www.rebelion.org/noticia.php?id=261256&titular=educaci%F3n-democracia-y-totalitarismo-

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