Page 203 of 231
1 201 202 203 204 205 231

¡A producir educación de calidad en masa! Convirtamos la excepción en la regla…

Cynthia Hobbs

Imagina una cadena de producción, organizada con todos los insumos necesarios para producir una escuela próspera. Ahora, imagina de nuevo que existen pocas escuelas que son efectivas. ¿Cómo cambiarías la línea de producción? Este es el problema con el que se enfrenta el Ministro de Educación de Jamaica (MoE – por sus siglas en inglés): ¿cómo desarrollar un sistema de apoyo que mejore todas las escuelas de bajo desempeño académico? Por supuesto, sí es posible identificar ejemplos de maestros fantásticos y de directores que son  líderes sólidos, pero es imposible lograr que un país entero sobreviva a partir de la excelencia de solo unas pocas escuelas.

Según la Inspección Nacional de Educación de Jamaica (NEI – por sus siglas en inglés), las escuelas efectivas son aquellas que tienen se desempeñan satisfactoriamente en las siguientes ocho áreas.

  1. Liderazgo y gestión
  2. Apoyo de los maestros a los estudiantes
  3. Desempeño de los estudiantes en pruebas y evaluaciones regionales y nacionales
  4. Progreso de los estudiantes
  5. Desarrollo personal y social de los estudiantes
  6. Recursos humanos y materiales
  7. Programas de currículo y de mejora
  8. Protección, seguridad, salud y bienestar de los estudiantes

Según un estudio reciente sobre la eficacia de escuelas solicitado por el Ministerio de Educación a través del BID, el NEI clasificó al 50% de las escuelas primarias y secundarias de la muestra como efectivas. De estas escuelas, el 70% se caracterizó por poseer un liderazgo sólido. No obstante, una de cada tres escuelas clasificadas como inefectivas también obtuvieron una calificación alta en liderazgo escolar sólido, lo cual demuestra que este no es el único factor que asegura la efectividad escolar.

¿De qué manera se pueden transformar las escuelas para que sean efectivas?

En Jamaica, todas las escuelas efectivas poseen un ingrediente secreto fundamental: el Plan de Mejoramiento de la Escuela (SIP). Aunque el MoE exige que cada escuela desarrolle su propio SIP, no todas lo hacen. Los cuatro componentes del SIP que contribuyen al éxito de las escuelas son:

  1. Autoevaluación
  2. Promoción de la articulación entre los distintos grupos de interés para crear una visión conjunta de la escuela
  3. Incorporación del SIP en la rutina diaria de la escuela
  4. Monitoreo y evaluación continuos

Además de las clasificaciones del SIP y del NEI, el Estudio de la Efectividad de las Escuelas también identificó 9 condiciones que pueden ayudar a aumentar la eficacia. Tal como lo muestra la figura de abajo, el modelo incluye ocho factores principales y un noveno factor, que es transversal: un liderazgo escolar efectivo. De hecho, si lo vemos más de cerca, tanto el modelo de  9 factores como la clasificación de NEI tienen en común la importancia del liderazgo eficaz.

Así que… tomémonos unos segundos para reflexionar.

¿Cuáles son las buenas noticias?

Aunque aún los aprendizajes estudiantiles son bajos en Jamaica, los resultados del NEI muestran que una de cada tres escuelas inefectivas sí tiene un liderazgo eficaz. Esto significa que algunas escuelas sí han logrado desarrollar áreas que son críticas para su éxito. La otra buena noticia es que la mejora no implica grandes costos. De hecho, los factores que se han visto más asociados con el desempeño estudiantil no representan grandes inversiones financieras. Entre ellos, vale la pena destacar: ‘el nivel alto de participación por parte de los padres y la comunidad’, ‘el monitoreo frecuente del aprendizaje y de la enseñanza’, y ‘la colaboración y la comunicación’. Estos factores están altamente correlacionados con resultados positivos en los aprendizajes de los estudiantes y no requieren de muchos recursos. Además, el hecho de que existan buenos líderes en las escuelas permite que estos puedan involucrar a los maestros, los padres y la comunidad para que conjuntamente promuevan un cambio positivo en sus escuelas.

En Jamaica, el recientemente inaugurado Centro Nacional para el Liderazgo Educativo aplicará algunas de estas lecciones aprendidas en entrenar a directores de escuela y demás líderes escolares para que mejoren sus habilidades. Por supuesto, el desafío aún es grande, pero por lo menos Jamaica tiene las herramientas para superarlo. Así, con esta formación, se espera que este pequeño país del Caribe pueda comenzar a producir masivamente escuelas efectivas.

¿Y tú? ¿Qué ingredientes utiliza tu comunidad en América Latina y el Caribe para lograr que sus escuelas sean efectivas?

Comparte este contenido:

Mudos e invisibles

Manuel Gil Antón

Las profesoras y los maestros mexicanos han sido concebidos, en la reforma educativa, como infantes. No es baladí: infancia proviene del latín, infans, que por su etimología significa “el que no habla”. Infantia equivale a  la incapacidad de hablar. Los que de esto saben aclaran que no solo se alude a la carencia de elementos para enunciar palabras: implica que no se cuenta con las condiciones para expresarse de una manera inteligible para otros. Es quien no sabe hablar.

Para los antiguos romanos el sentido del término rebasa la referencia literal. Indicaba a los que “no podían expresarse por mandato jurídico”. Dada su precaria condición intelectual, era menester un apoderado: quien ejerciera la patria potestad. Padre o tutor. La ley no daba valor a sus palabras: otros deberían hacerlo en su nombre. Mudos o sin habilidad alguna para que su voz fuera socialmente válida. Sin palabra, o arrebatada su voz: silenciados.

El Ogro Educativo, dueño de la pretendida reforma, decidió que los docentes no sólo fueran apreciados como cosas a transformar (objetos, no sujetos; marionetas, no actores) sino algo más radical si acaso: incapaces de decir algo inteligible. Carentes no de años, pero sí de entendederas. Infantes plenos. Sin ideas propias, mucho menos palabras confiables sobre los entresijos de su quehacer cotidiano, son desvalidos a validar desde las alturas. El Ogro se otorga la potestad de hablar por ellos porque detenta el poder, porque construyó a sabiendas la leyenda del docente como un pequeño torpe a tutelar, ayuno de expresión propia y por ende peligroso. Son infantería: obedecen sin chistar.  Y si opinan, van al calabozo: para eso hay mandos. Los soldados rasos acatan, no deliberan.

Leviatán dizque ilustrado, conformó un berenjenal de normas e instituciones orientadas a la construcción simbólica de los que sí saben de lo que hablan, porque hablan desde el poder sordo  y se apoyan en los que tienen el monopolio del saber que se admira y certifica a sí mismo: son mayores de edad. Adultos, padres y tutores de esos incapaces de articular palabra. Mudos o a enmudecer porque son ignorantes, no saben nada, ni pizca, como se piensa, desde el mundo adulterado por la edad y la soberbia, de los niños. A callar, o bien a hablar en la forma en que las visitas esperan que un niño recite o una niña toque el piano: cual merolico y pianola.

Hurtada la palabra, hablar en su nombre fue preciso. Y el parlamento esgrimido desde arriba, por el poder, el saber y el hacer y deshacer legalizados, se estableció como verdad educativa. Evaluar ha sido eso: sojuzgar al que se le quitó la posibilidad de decir lo que sabe, porque se determinó que ignora. Es más: no sabe ni decir. No tiene voz: entonces que repita y, según lo haga, hará sentir bien al Ogro y sus tentáculos si es satisfactorio, bueno o destacado en el arte de repetir, memorioso,  como eco  lo que señala el Altísimo. De no salir bien librado, si, y solo si se allana y acepta que no tiene nada que decir porque es infante y carece de palabra y de palabras, será salvado. En caso de rebeldía, si desobedece, queda fuera de la paternal relación del Ogro y el infante: con sus bártulos irá a otro lado, al sin sitio. La Patria (potestad) Educativa está en riesgo si el mudo resulta hablante y descubre al monstruo sin oídos.

Si los docentes carecen de voz, hay otros actores, cruciales, que ni siquiera son visto: los alumnos. ¿No tienen nada que decir, desde prescolar hasta la media superior, sobre su experiencia educativa? Si los docentes son acallados, las y los alumnos desaparecen: sin voz ni cuerpo: números para la estadística.

Así, el Ogro va solo acompañado por los sabios. No llegarán lejos. Los profes y alumnos tienen voz: los otros no tienen oídos, se escuchan a sí mismos. Soliloquio altivo, estéril.

 

Comparte este contenido:

El primer amor nunca se olvida. Y menos si es violento

Claudia Piras

Elena tiene 16 años y vive una situación familiar violenta. En su casa, además de su madre y su hermano (su padre emigró por trabajo) viven seis familiares más. Tiene una mala relación con una tía y uno de sus tíos ha pegado a su madre. Por eso a Elena no le gusta estar en su casa, y admite que va a fiestas y toma alcohol más de una vez por semana para olvidarse de sus problemas. Tuvo un novio, muy celoso y controlador que no la dejaba hablar con otros chicos, pero a pesar de todo dice no haber sufrido violencia.

La historia de Elena es real, aunque no su nombre. Es uno de los testimonios de los adolescentes participantes en el programa Amor… pero del bueno, una iniciativa piloto de prevención de la violencia en el noviazgo en México, donde las encuestas encuentran que el 79% de los alumnos de tercer año de secundaria se encuentra en una relación de noviazgo o la ha tenido en el último año. De estos jóvenes con pareja:

  • El 24% ha sufrido violencia psicológica
  • El 17% violencia física
  • El 7% violencia sexual

Lastimosamente estas cifras no son muy distintas a las de otros países de la región. Tampoco se alejan del panorama general de violencia de género en América Latina, con proporciones que la definen como un problema de salud pública y una prioridad en la agenda de desarrollo post 2015.

Con frecuencia la violencia en el noviazgo es el primer paso de un proceso de aceptación de relaciones de parejas violentas que es difícil de revertir, por lo cual desarrollar acciones preventivas dirigidas a los más jóvenes debería ser el punto de partida de la solución.

El programa Amor…pero del bueno

Y ese fue el objetivo del programa Amor… pero del bueno, que busca que la comunidad escolar asuma una postura crítica ante la violencia de género y promueva acciones individuales e institucionales orientadas hacia la construcción de una convivencia incluyente, respetuosa, equitativa, igualitaria y no violenta.

Durante 16 sesiones integradas en el programa de clases, los jóvenes se enfrentan a sus propias concepciones y prejuicios sobre los roles de género, comparten sus emociones, miedos y expectativas sobre sus relaciones de pareja, discuten sobre los malos tratos (como el control del celular, celos, agresiones verbales) y cómo estos, a pesar de parecer inocuos, pueden derivar en situaciones más graves. También cuestionan los mensajes sexistas presentes en los medios de comunicación y se informan sobre los recursos disponibles en sus planteles y la comunidad.

El programa demostró que con una metodología dinámica, participativa, de respeto mutuo y donde se busca escuchar a los propios estudiantes, los jóvenes están muy motivados a participar. De hecho, entre los resultados de la evaluación de impacto destaca una reducción significativa de la incidencia de violencia psicológica, tanto de la víctima como del agresor, y una disminución en la aceptación de estereotipos de noviazgo machista.

Suele decirse que los primeros amores nunca se olvidan. Desgraciadamente, esto quizá sea aún más cierto cuando el noviazgo implica violencia de género, ya sea física o psicológica, algo que puede marcar a una persona y sus decisiones durante el resto de su vida. Hablemos con nuestros hijos e hijas de los estereotipos de los roles de género, de los rostros de la violencia de género… Hablamos con ellos de amor… pero del bueno.

Comparte este contenido:

Y tú ¿Quieres que tus hijos sean docentes?

Hugo Ñopo

Supongamos que tienes un hijo (sobrino, ahijado o amigo joven) profesional y mañana le ofrecen un empleo diciéndole que “ganará entre 30% y 70% menos que otros profesionales con la misma edad y años de educación”. Además le dicen que “tres de los seis puestos de trabajo disponibles no tienen teléfono y, es más, dos de ellos no tienen acceso a un baño decente”. ¿Le recomendarías tomar el empleo? Bueno, hay más de tres millones de personas que día a día trabajan en esas condiciones en América Latina: los maestros de las escuelas primarias y secundarias.

Además, como muy probablemente sabes, la percepción ciudadana sobre los docentes no es la mejor.  Hoy los jóvenes talentosos de las nuevas generaciones no ven a la docencia, en el nivel primario o secundario, como opción para un desarrollo profesional. Como comenta el padre Ugalde, tenemos “…una sociedad esquizofrénica, porque todos quieren para sus hijos que las mejores personas del país sean sus maestros y maestras, pero nadie quiere que sus mejores hijos sean maestros o maestras”.

Nuestras sociedades están fallando en atraer a los mejores para la profesión docente. En muchos de nuestros países, los requisitos para ingresar a estudiar pedagogía están muy por debajo de los que se necesitan para estudiar ingeniería o medicina, por poner dos ejemplos. Colombia y Chile son dos países que cuentan con pruebas nacionales estandarizadas para la graduación de secundaria o admisión universitaria. Con esto es posible comparar los desempeños de los estudiantes, de todas las profesiones, antes de comenzar sus estudios universitarios. Aquí el dato: los puntajes más bajos en matemáticas y comprensión lectora en la PSU en Chile o en la Saber 11 en Colombia son los de los estudiantes que entran a las carreras pedagógicas.

Estos laxos requisitos de admisión, sumados a la expansión en graduación de la secundaria de las décadas recientes, han hecho que hoy la matrícula en pedagogía sea una de las más altas del nivel terciario. El Censo Nacional Universitario de 2010 en Perú muestra que, después de derecho, contabilidad y administración; pedagogía es la cuarta carrera con más estudiantes del país. Estamos formando más maestros que ingenieros y médicos, por poner nuevamente dos ejemplos. También, seguramente, habrás visto casos de jóvenes que entran a estudiar pedagogía para luego trasladarse a otras profesiones. Estamos formando a muchos, pero no necesariamente a los mejores para la profesión docente.

Añadiendo complejidad al problema, pareciera que muchos de los jóvenes que se forman en pedagogía no trabajan como docentes al finalizar su etapa estudiantil. En un trabajo con mi colega Alejandra Mizala documentamos que entre 1997 y 2007 la profesión docente tuvo muy poco recambio generacional. Hacia 1997 el 43% de los profesores de secundaria en América Latina eran menores de 35 años, una década después ese porcentaje cayó casi diez puntos, a 34%. En contraste, durante ese mismo período el porcentaje de otros profesionales dentro del mismo rango de edad se mantuvo en 48%. Los jóvenes están eligiendo cada vez menos trabajar como docentes.

¿Cómo cambiar esta situación? Sin duda se trata de un problema complejo. Una solución integral debería definir buenas formas de atraer, seleccionar, formar, desarrollar y retener buenos profesores.  Mientras tanto, creo que seguiremos fallando en, para comenzar, atraer a los mejores. Esto no se resolverá solo con salarios o con condiciones básicas de infraestructura, como podría inferirse del párrafo inicial de esta nota, es cierto.  Recurrentemente, los estudios de grupos focales muestran que los salarios son solo parte de lo que motiva a los docentes. Más importante parecen ser otras características atadas a la profesión docente: la vocación de servicio, el sentido de responsabilidad social, el potencial de trascendencia y la posibilidad de alcanzar un mejor balance familia-trabajo. Sin embargo, es claro que sin aliviar la situación económica será muy difícil pensar en una solución sostenible en el largo plazo. Necesitamos que más jóvenes como los de estos dos videos se animen por la carrera docente.


La buena noticia es que se viene generando consenso acerca de la importancia de los docentes para mejorar la educación en nuestra región. Cada vez más, los responsables de las políticas públicas, los empresarios, los padres de familia y, en general, la sociedad civil, vienen organizándose y manifestándose en favor de ello. En Chile y Ecuador se están viendo pasos concretos. Y tan solo en el último mes han surgido voces muy claras en República Dominicana, Colombia y Perú. Pero necesitamos más. Necesitamos un compromiso cada vez mayor de todos, incluyendo el tuyo. ¿Qué podemos hacer?

Comparte este contenido:

¿Qué relación hay entre el sistema educativo y una sala de emergencias?

Javier Luque

El New York Times publicó un artículo titulado “Un mar de cambio en el tratamiento de los infartos” sobre la disminución de un 38% en la tasa de mortalidad por infartos en la población estadounidense. Sorpresivamente, este logro fue alcanzado tanto en los hospitales privados como en los centros hospitalarios más pobres y sin nuevos descubrimientos médicos, nuevas tecnologías o incentivos de pago y tuvo poca difusión pública. La clave fue una serie de cambios en procedimientos que redujeron el tiempo que tomaba destapar la arteria bloqueada y hacer que la sangre circulara nuevamente.

Mientras leía el artículo, me pregunté: ¿qué podríamos aprender nosotros, como profesionales de la educación de esta historia? ¿Qué pasaría si tratáramos a los estudiantes con la misma urgencia con la que este sistema de salud trató a pacientes con corazones en riesgo? A continuación, describo cinco lecciones para mejorar el sistema educativo sacadas de un lugar tan inesperado como una sala de emergencias. 

 Lección 1: Aprender de aquellos con mejor desempeño

Desde el principio, los cardiólogos coincidían en que el tiempo de demora entre el infarto y las intervenciones médicas tenían un efecto considerable en la tasa de supervivencia de los pacientes. Sin embargo, las verdaderas razones de esta demora fueron realmente entendidas cuando se creó una base de datos nacional con información relevante, la cual permitió identificar a los hospitales con mejor rendimiento.

Varios sistemas educativos en América Latina han hecho esfuerzos para recolectar información que evalúe el desempeño escolar. Sin embargo, se hace énfasis en los resultados promedio y no en identificar aquellos con mejor rendimiento. En algunos países los sistemas educativos sí pueden reconocer cuáles son las mejores escuelas, pero se hace un esfuerzo limitado para identificar sus buenas prácticas, desperdiciando así una oportunidad para crear conocimiento que mejoraría la calidad de nuestros sistemas.

Lección 2: Maximizar el uso de la información disponible

Los hospitales del artículo obtenían información valiosa acerca de los pacientes, pero no aprovechaban adecuadamente. Si bien estaba disponible, los datos no eran compartidos con quienes la podían utilizar efectivamente. Los mejores hospitales revolucionaron el flujo de información entre los usuarios, las salas de emergencia y los doctores.

En el sector educativo alrededor del mundo se producen grandes volúmenes de información, (resultados educativos por estudiante, datos de matriculación por zona geográfica y edad, etc). Sin embargo, existen brechas significativas entre la data recolectada y su uso efectivo. Por ejemplo, en Honduras, la evaluación nacional se lleva a cabo en noviembre pero los resultados llegan a las escuelas en abril, cuando ya es muy tarde para desarrollar estrategias remediales para los alumnos que lo requieren, o para hacer ajustes en la distribución docente.

Lección 3: Crear procesos de toma de decisiones más eficientes

Un cambio decisivo que permitió a los hospitales reducir sus tiempos de respuesta fue la reorganización de los procesos de tomas de decisiones en la sala de emergencias. Los protocolos anteriores requerían que los especialistas aprobaran cada procedimiento, incluso si esto significaba que debían ser contactados en la madrugada. La mayoría de los procedimientos eran aprobados, pero aun así se perdía mucho tiempo.

Los cambios en estos procesos de decisión son, de cierta manera, similares a la tendencia de descentralización que se observa en varios sistemas educativos. Actualmente, muchas decisiones requieren múltiples niveles de aprobación, lo que añade tiempo pero poco valor agregado. Por ejemplo, el proceso administrativo que una escuela debe dedicar para adquirir una simple escoba sobrepasa exponencialmente el costo directo de la escoba. Además, la mayoría de las escuelas tiende a resolver los problemas que enfrentan de forma de independiente antes de que el papeleo sea procesado.

Lección 4: Discutir abiertamente los resultados a fin de asegurar la calidad

Los cambios en el tratamiento de los infartos estaban basados, en su mayoría, en sentido común e involucraban costos muy bajos, pero aun así su implementación fue polémica. Algunos estudios concluían, después de examinar la misma evidencia, que las tasas de mortalidad no se habían reducido debido a las mejoras en los tiempos de espera. Esto llevó a que la evidencia fuese revisada nuevamente y el consenso inicial prevaleció al final.

De manera similar, las políticas educativas no están exentas de debate. En muchos casos, evaluaciones muestran resultados diferentes para intervenciones similares, lo que dificulta llegar a una sola conclusión. Sin embargo, al revisar la evidencia, se logra alcanzar consensos. Por ejemplo, las evaluaciones de programas de implementación de tecnologías de la información y la comunicación (TICs) en el salón de clases han producido resultados variados. Ahora, el consenso es que las intervenciones relacionadas con TICs requieren un importante componente decapacitación docente.

Lección 5: Entender el carácter de urgencia

Las enfermedades del corazón son la primera causa de muerte en los Estados Unidos, por lo que la urgencia de incrementar las tasas de supervivencia es evidente. La necesidad de reformas inmediatas en la educación es tal vez menos obvia.

Actualmente, hay evidencia sólida que indica que existen ventanas de oportunidades en ciertas edades en las que el aprendizaje debe ser maximizado para no perder el potencial de los niños. Adicionalmente, cada vez que un estudiante no está vinculado a las actividades de aprendizaje en su salón, se pierde una oportunidad y se hacen más profundas las brechas de aprendizaje en relación a otros estudiantes. Esto podría poner al niño o niña en una situación que lo conlleve a la deserción escolar.

¿Podemos entonces cambiar la conversación para hacer de la educación un asunto de urgencia, incluso cuando su impacto directo no sea tan inmediato como el de salvar la vida de un paciente? Creo que sí podemos. Así como ahora se salva un 38% más de vidas, pongámonos nuestra propia meta: mejorar los resultados estudiantiles en un 38% y mucho más.

Comparte este contenido:

Liberad las semillas

La privatización de la vida es una de las consecuencias más salvajes del capitalismo. Si las semillas están patentadas no se pueden guardar de un año para otro para plantarlas. Es un delito. La capacidad de reproducción de la vida se ha privatizado gracias a la presión de las Corporaciones Transnacionales y a la connivencia de los gobiernos. Esta situación no sólo tiene graves consecuencias que se desencadenan sobre la soberanía alimentaria de países enteros, sino por la penalización de aquello que los campesinos y campesinas de todo el mundo llevan haciendo desde el año 7.000 a.C.

Las semillas no entienden de ratios de producción, ni de ahorro de costes, ni de optimización de insumos. Las semillas simplemente se reproducen y esto pone muy nerviosas a las grandes corporaciones. Tres han sido los mecanismos que han utilizado para conseguir la mercantilización y privatización de la vida: uno biológico (la hibridación), uno genético (los organismos genéticamente modificados) y uno legal (las patentes). Gracias a estos tres mecanismos, los agricultores y agricultoras de todo el mundo han dejado de poder realizar esa tradición milenaria que supone recoger la cosecha, secar las semillas y guardarlas para los próximos años. La mejora de las semillas mediante técnicas tradicionales es un proceso eminentemente colaborativo, cuanta más gente implicada, mejor. Baggett, un agricultor de Estados Unidos, consiguió un brócoli cuyo tallo era más largo y por tanto la cabeza de la planta estaba más alejada del suelo y era más fácil de cosechar. Usó el método tradicional: cruzó un brócoli con otro, identificó la mejor variedad y guardó las semillas para el año siguiente. Esto fue repetido durante décadas y Bagget consiguió un brócoli tan «separado» que los gorriones usaban sus ramas para posarse. Bagget utilizó una planta que había sido cultivada en los años 50 por la Universidad de Massachusetts. Inició su proceso de mejora de la planta en 1966 y fue ayudado y seguido por Myers, otro agricultor de la zona de Oregón.

 

Bagget and Myers compartieron su conocimiento con otros agricultores y agricultoras a lo largo de los Estados Unidos. El problema apareció cuando su versión mejorada del brócoli llegó a manos del departamento de brócoli de la Royal Sluis, una empresa holandesa que tenía granjas de investigación en California. Gracias a los tentáculos de distintas consolidaciones corporativas su semilla acabó en la corporación de de semillas vegetales más grande del mundo, Seminis, la cual en 2005 fue absorbida por la corporación de tecnología agrícola más grande del mundo, Monsanto. En el año 2011 Seminis recibió la Patente US 8.030.549 «Brócoli adaptado para facilitar la cosecha» cuya principal característica identificativa era tener una cabeza lo suficientemente separada del suelo como para facilitar su cosecha. Más de un tercio del material de la planta patentada venía de las mejoras realizadas por Bagget.

 

Los abogados de Seminis comenzaron a llamar a Myers, pidiendo más ejemplos de semilla de brócoli. La Patente US 8.030.549 cubría sólo unas pocas variedades de la planta y la corporación quería patentar la «característica», es decir, todos los brócolis adaptados para facilitar la cosecha. Seminis necesitaba otras plantas para comprar y probar que su invención era absolutamente novedosa. La petición de patente fue denegada, pero Seminis ha recurrido y el proceso puede estar abierto durante años.

 

El amparo de la ley y la connivencia de los gobiernos

 

En Estados Unidos, la Ley de Protección de Variedad de Semillas (PVPA en su acrónimo inglés) de 1970 permitió a los y las agricultoras guardar las semillas y replantarlas (pero no intercambiarlas y venderlas). Las patentes de uso, son sin embargo, absolutas, sin excepciones, no se pueden guardar las semillas ni cruzarlas. Las patentes empezaron con los granos, sobre todo con maíz y trigo, pero en la actualidad abracan a gran variedad de lechugas y están llegando a las zanahorias, cebollas, brócoli, coliflores y otros vegetales.

 

En los 80 la ingeniería genética superó todas las expectativas. La industria se consolidó y las grandes corporaciones compraron pequeños agricultores que no podían competir. En Estados Unidos empezó a ser legal patentar semillas como si fueran invenciones privadas y se extendieron las patentes a todas las formas de vida desarrolladas a través de la ingeniería genética. En el año 2001 la corte extendió estos derechos al cultivo tradicional, por lo cual, una planta obtenida a través de un cruce de semillas, podía ser patentada.

 

Guardar semillas se vuele un crimen con las patentes. La consolidación de la industria genética y las restricciones impuestas por la propiedad intelectual, han llevado a que los y las agricultoras cada vez tengan menos opciones y trabajen de manera más aislada, además de a una reducción de la riqueza natural del mundo vegetal. En el corto plazo puede que las consecuencias sean tener menos variedades de tomate en la mesa, pero en el largo plazo, las consecuencias pueden ser devastadoras, atacando a la propia resiliencia de la agricultura. El tener acceso a una amplia gama de semillas es para los agricultores fundamental. Cada vez que la protección de los derechos intelectuales de las corporaciones se ponen encima de la mesa, una línea genética se reduce.

 

En torno a los años 90 las grandes corporaciones empezaron a utilizar la metáfora del software para aplicarlo a las semillas. Las consideraban un bien comercializable, cuyo código pertenecía a un sistema de mayor envergadura perteneciente a la corporación y que incluía pesticidas, herbicidas, etc. Se calculó que por aquella época, el negocio de las semillas a nivel global estaba en torno a los 14.5 mil millones de dólares. En torno a 2013 había crecido un 250%, a los 39.5 mil millones de dólares y hay estimaciones de que para 2018 serán 52 mil millones.

 

La Iniciativa de Semillas de Código Abierto

 

Volviendo a Myers, harto del acoso de Seminis para patentar su brócoli fácil de cosechar, fundó junto con otros colegas, la OSSI, la Open Source Seeds Initiative, o lo que es lo mismo, la Iniciativa de Semillas de Código Abierto, en el año 2012. Su finalidad era restablecer el intercambio libre de semillas creando una reserva de semillas que no pueden ser patentadas, «un parque nacional de germoplasma» [1] lo llama uno de sus fundadores.

 

Precisamente utilizando la metáfora del software utilizado por las corporaciones, OSSI decide inspirarse en el software de código abierto. La idea es utilizar la misma herramienta que las corporaciones pero con la finalidad contraria: crear y reforzar el intercambio y la creación conjunta. El objetivo práctico de OSSI es crear una reserva de germoplasma, pero en realidad estamos hablando de redistribuir el poder en el mundo. Estamos hablando de luchas de base y de reconocimiento del derecho natural de la vida a reproducirse a sí misma sin pertenecer a nadie.

 

Jack Kloppegurg, otra de las personas implicadas, reconoce que las semillas es uno de los recursos que siempre ha pertenecido al área de los bienes comunes, los recursos naturales que son públicos de manera inherente, como el aire, el sol o la lluvia, pero gracias a las patentes, esta riqueza cultural, estos recursos que pertenecen a todos, han entrado en la lógica mercantilista para el beneficio privado. El problema de las patentes no es sólo éste, sino que también tienen un efecto disuasorio: las personas ya no intercambian semillas por miedo a las multas, aunque sus plantas no hayan sido genéticamente modificadas. Si una corporación consigue demostrar que el material genético de su maíz patentado y el maíz de un agricultor privado es muy similar, este último puede ser acusado de cometer un delito contra la propiedad intelectual.

 

Lo que distingue a las semillas OSSI es su etiqueta, la cual reza: «Tienes la libertad de utilizar las semillas OSSI de la manera que desees. A cambio, te comprometes a no restringir el uso de estas semillas o sus derivados mediante patentes u otros medios. Asimismo debes incluir esta etiqueta en cualquier intercambio que realices con estas semillas o sus derivados».

 

En la actualidad hay más de 20 compañías de semillas que promueven semillas de código abierto. La página web de OSSI conecta a compradores y empresas de variedades OSSI tratando de crear una red de intercambio de semillas que proteja los bienes comunes, y en última instancia, la vida.

 

 

Notas

 

[1] El germoplasma es el conjunto de genes que se transmite por la reproducción a la descendencia.

20-04-2016

 

Comparte este contenido:

El chupete del milenio, un smartphone

El niño sentado con sus padres en la mesa de un restaurant comenzó a aburrirse. Inició la manifestación que todo niño de 2 años tiene bien practicada: tirar los cubiertos de la mesa, bajarse de la silla y querer acostarse en el piso. El padre miró a la madre, ella aprobó con la mirada y el padre entregó al niño su Smartphone. El niño sonrió feliz y segundos después, silencio absoluto.

Seguro todos han presenciado una escena similar a esta. Lo que todos nos preguntamos es ¿Soy realmente mala madre o mal padre si utilizo este hipnotizador del nuevo milenio? 

Existe mucho escepticismo en el uso de nuevas tecnologías, por ejemplo, en la educación. Todos los expertos están de acuerdo en que son mucho más efectivas las interacciones cara a cara para el desarrollo de los niños tanto en las habilidades duras como en las blandas. Los experimentos han demostrado que un niño de 2 años de edad que ve un video de su madre explicándole cómo encontrar un objeto oculto, tendrá mayor dificultad siguiendo sus instrucciones que si la mamá está en la habitación con él. Hay estudios que determinan que los niños menores de 2 años y medio en realidad no entienden muy bien las pantallas en formato bidimensional. A su vez, la posición de la Academia Americana de Pediatría es bastante firme en contra de la TV para los menores de 2 años.

En esta misma línea de investigación, un estudio realizado por Patricia K. Kuhl experimentó cómo los bebés adquieren el lenguaje. El experimento consistió en exponer a los niños de 6 y 12 meses de edad, a una lengua extranjera. En el primer experimento, bebés estadounidenses fueron expuestos en 12 sesiones de laboratorio a personas que les hablaban en chino mandarín, situación similar a tener parientes orientales de visita durante unas semanas. En un segundo experimento, los niños fueron expuestos a los mismos hablantes de lengua extranjera y materiales a través de audiovisuales y grabaciones de sólo audio. Los resultados demostraron que la exposición al idioma mandarín sí tuvo efecto en los bebés que interactuaron en forma personal pero al utilizar grabaciones y videos no se registró efecto alguno. Esto sugiere que el proceso de aprendizaje requiere interacción social.

Investigaciones como estas nos llevan a pensar que las tecnologías no ayudan en los procesos de desarrollo de un niño, sin embargo, el año pasado el British Medical Journalpublicó una interesante investigación donde reveló que los niños de entre 5 y 7 años que jugaron con videojuegos, adecuados para su edad a lo largo de su vida, no mostraron ningún cambio de comportamiento negativo. Por otro lado, se encontró que los niños de la misma edad que veían más de 3 horas de televisión o videos al día tenían una mayor probabilidad de tener problemas de conducta. Estos resultados se obtuvieron a partir de un estudio de largo plazo, Millennium Cohort Study, desarrollado por un grupo de investigadores ingleses que ha estado siguiendo a 19.000 niños nacidos entre el 2000 y 2001.

Aunque existe suficiente investigación sobre el bajo efecto de la televisión  para el desarrollo cognitivo de los niños, los videos y otras herramientas de comunicación unidireccionales, aún no hay pruebas suficientes de los beneficios de las tecnologías bidireccionales o interactivas. Es decir, pocos estudios han examinado la televisión y los juegos electrónicos por separado para ver si tienen efectos similares. Cada tecnología permite diferentes interacciones con los usuarios y por tanto las evaluaciones tienen que realizarse para las diferentes opciones.

Con todos los datos anteriores podemos  volver  a nuestra pregunta inicial. El Smartphone es tan “smart” que sirve como un medio de comunicación interactivo y a su vez pasivo. Entonces, si tu hijo o hija mira más de 3 horas diarias en el youtube de tu teléfono el  mismo video de Frozen, sólo va a desarrollar rabia en ti por hacerte escuchar la misma canción una y otra vez. Ahora, si el aparato en cuestión es utilizado como un medio de comunicación interactivo, y el/la menor juega con las aplicaciones apropiadas para su edad, no hay ninguna evidencia de que esto se vuelva un problema.  Claro, que como nos indica la racionalidad, todo en su justa medida, y a su vez, entendiendo que ninguna tecnología puede suplir la interacción humana.

Todavía no hay suficiente investigación sobre el efecto de las tecnologías interactivas utilizadas para el aprendizaje y el desarrollo de los niños menores de 3 años. Si eres investigador, comparte este artículo, quizás alguno de tus colegas se anime, investigue y comparta con nosotros los resultados.

Fuente: http://blogs.iadb.org/desarrollo-infantil/2014/02/25/el-chupete-del-milenio-un-smartphone/

Comparte este contenido:
Page 203 of 231
1 201 202 203 204 205 231