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Pueblo nativo ka’apor crea su propio sistema educativo en Brasil

América del sur/Brasil/19 julio 2018/Fuente: Sputniknews

Los indígenas brasileños ka’apor están impulsando desde hace cinco años un sistema educativo propio para recuperar su cultura y no depender del «karaí» (hombre blanco), lo que desconcertó a las autoridades del Gobierno.

«Aquí ya no quedaba nada de la cultura ka’apor, solo la lengua, el resto se perdió, pero con mi generación está volviendo (…) Ahora todos los niños conocen los cánticos tradicionales, y hemos creado un sistema educativo propio, formando a nuestros propios maestros», explicó a esta agencia Itahú Ka’apor, uno de los líderes de esta comunidad de 1.700 integrantes.

Los ka’apor viven distribuidos en 11 aldeas en el interior del estado de Maranhão (noreste de Brasil), en una zona de la selva amazónica muy deforestada y con intenso contacto con la cultura y el modo de vida de la población occidental, lo que según Itahú acabó perjudicándolos.

Itahú asegura que pasaron muchos años soportando el choque con las instituciones del Estado brasileño, que mandaban a las aldeas a profesores que no hablaban su idioma y que no tenían interés en su cultura, o a técnicos que en lugar de ayudarlos a preservar su territorio se involucraban en esquemas corruptos con los madereros ilegales que talan sus bosques.

Los ka’apor tienen fama de ser un pueblo combativo y en el pasado libraron varias «guerras» contra los colonos para no someterse al Estado; actualmente tan solo 20% de ellos tienen nociones de portugués.

El mal de los caciques

En la vida comunitaria siguen una jerarquía horizontal.

Sin embargo, cuando la estatal Fundación Nacional del Indio (Funai) empezó a trabajar con ellos impuso la figura del cacique para establecer interlocutores, algo ajeno a la cultura de este pueblo que empezó a dar problemas enseguida, relata Itahú.

Algunos ancianos «traicionaron» a su comunidad permitiendo la entrada de colonos en la reserva, y con ellos llegaron no solo la deforestación ilegal, también el alcoholismo y enfermedades del «karaí» que hasta entonces eran prácticamente desconocidas, como la hipertensión o la diabetes.

En 2013 los indígenas crearon el Consejo Ka’apor y expulsaron a todos los foráneos; se organizaron para luchar contra los madereros invasores, pero también entendieron que la educación es un puntal básico en su proceso hacia más autonomía, explica a Sputnik el antropólogo José Mendes, que trabaja con ellos desde hace años.

La esencia es la lengua

«El idioma es una de las pocas cosas que les quedan, así que decidieron que los niños no aprenderían portugués hasta los 10 años», comenta, recalcando que el nuevo sistema educativo ka’apor ha sido diseñado en función de sus necesidades; el programa académico, por ejemplo, está guiado por el ciclo productivo de la tierra.

La mayoría de los ka’apor son analfabetos y ninguno de ellos llegó siquiera a un instituto de educación secundaria; las barreras culturales son inmensas, así que su sistema propio ofrece conocimientos básicos y después la posibilidad de especializarse en cuatro profesiones: técnico agricultor, gestor político, enfermero o profesor.

En un principio, el Gobierno de Maranhão (que ejerce las competencias del Estado en materia educativa) no vio con buenos ojos la propuesta, pero últimamente está dando pasos para homologar este sistema en la legislación brasileña, aunque los ka’apor desconfían y temen que las autoridades quieran, de nuevo, apropiarse de lo que es suyo para colgarse una medalla.

Desde la creación del Consejo Ka’apor hace cinco años se han recuperado tradiciones y rituales que estaban en desuso, pero los propios indígenas saben que su realidad es interdependiente de la de la población occidental.

Muchos de sus alimentos ya no provienen de la caza, sino de los supermercados de Santa Luzia de Paruá, a 40 kilómetros de distancia.

Muchos visten camisetas de algodón y algunos usan celulares y motocicletas, pero la intención de los ka’apor no es renunciar a eso para volver al aislamiento de la selva, resalta Itahú, sino aprovechar las herramientas de la civilización occidental para defender sus intereses.

«Ante todo somos indígenas, pero luego muchas veces tenemos que luchar contra el Gobierno, y eso se hace con papel, con documentos, y esas cosas tenemos que aprenderlas con el hombre blanco», explica.

Por ello, dentro de su programa pedagógico hay un módulo dedicado a «la cultura de contacto».

«Me pinto la cara como ellos»

Si en el ámbito educativo se produjeron algunos avances, la situación es más crítica en lo que respecta a la salud: los indígenas se quejan de que en los hospitales de la región no hay traductores ni personal especializado en medicina indígena, por lo que muchos temen salir de la aldea y acaban muriendo.

En apenas dos años 38 indígenas murieron por enfermedades como leishmaniasis, neumonía y tuberculosis, infección que se ceba especialmente con los niños, según explica Odete Oliveira, quien trabaja en la aldea de Ximborendá como técnica de enfermería y tiene que lidiar cada día con la falta de medicamentos.

«Aquí entramos como enfermeros y nos convertimos en defensores de su causa (…) cada vez que salgo de la aldea y voy a la ciudad me pinto la cara como ellos, así cuando entro en un órgano público me preguntan ¿ah, eres india?, y pasó por lo que ellos tienen que pasar cada día», dice Oliveira, remarcando que son víctimas de muchos prejuicios.

Los Ka’apor mantienen algunos saberes tradicionales y usan raíces y plantas medicinales para tratar algunas dolencias, pero después de años de contacto con el mundo occidental se volvieron dependientes y necesitan el apoyo del Estado del que tanto desconfían.

Fuente: https://mundo.sputniknews.com/americalatina/201807181080502881-pueblo-nativo-kaapor-crea-su-propio-sistema-educativo-brasil/

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De la educación de Peña a la educación de AMLO

Por: Eduardo Andere

Terminadas las campañas, el lenguaje político de los contendientes es sustituido por el lenguaje de los gobernantes. Una cosa es ofrecer que se eliminará o derogará la reforma educativa y otra es lograrlo y en qué condiciones. En el detalle está el diablo. Cualquier cosa que se intente llevará tiempo.

Si dividimos a la reforma educativa de Peña en dos grandes conjuntos, administrativo y pedagógico, el primero se ha implementado desde el 2013; el segundo, en su parte esencial, lo que se ha denominado, nuevo modelo educativo, empezará a aplicarse en agosto de 2018 con nuevos currículos y libros de texto. Es decir, casi tres meses y medio antes de que López Obrador tome posesión.

La sola voluntad del presidente no será suficiente para llevar a cabo una nueva reforma educativa.  López Obrador y Esteban Moctezuma, por lo menos durante 2018-2019, irán a la escuela de Peña, y aplicarán, en el inicio, la reforma educativa de Peña inscrita en la Constitución y al menos tres leyes federales.

La parte más criticada en la educación de Peña es la relación de la evaluación docente con el trato laboral a los maestros. Esteban Moctezuma declaró el 7 de julio pasado que no se suspenderá la evaluación de maestros y esbozó un deslinde entre ésta y la relación laboral de la SEP con los maestros. Aún así, si se hace el cambio deberá hacerse, como el mismo Moctezuma lo dijo “en cuanto se tenga un nuevo marco jurídico”. Moctezuma tiene razón cuando dice que la evaluación magisterial precede a la educación de Peña, pero lo que no existía era el intento centralizador, por un lado, y unificador, por el otro, en criterios, premios y “castigos” (la ausencia de premios) con la bendición Constitucional.

Existen dos puntos criticados en la evaluación: la permanencia en el trabajo y la capacitación. Aún y cuando en la “nueva” evaluación se asegure la permanencia en el trabajo, así nada más, permanecer cuando otros avanzan es una especie de castigo. Entonces los nuevos reformadores tendrán con tejer con filigrana. Además, capacitar a los maestros no es suficiente, se requiere que el maestro quiera ser capacitado y que la capacitación sea la que el maestro necesite. No todos los maestros, sino cada maestro. Capacitaciones a destajo, para miles de maestros tienen poca o nula efectividad.

Entonces la evaluación continuará, lo que no sabemos es cómo. Quizá, y ojalá así sea, más atada al contexto escolar, menos centralizada y aún menos estandarizada. Está por verse. Lo que está menos claro es lo que sucederá con el INEE y con el Servicio Profesional Docente. La respuesta quizá sea darles menos poder de decisión, o reducir su campo de acción, u otorgarles un funcionamiento como órganos técnicos expertos, pero sin autoridad. Está por verse.

Cualquiera que sea el cambio, dos pasos deben cumplirse antes: el primero, la consulta nacional a los maestros, padres de familia, autoridades locales, expertos y sociedad civil, la cual podría llevarse meses, quizá un año; y las modificaciones a la Constitución y leyes secundarias, las cuales podrían llevarse quizá otro año. Después vendría la entrada en vigor y el aprendizaje del nuevo esquema. Entonces, la educación de AMLO empezaría a funcionar dentro de dos o quizá tres ciclos escolares. Más difícil aún será cambiar el nuevo modelo educativo. Las escuelas de todo el país arrancan en agosto con nuevos programas y libros de texto. Los niños de preescolar y de los primeros grados de primaria y secundaria tendrán al menos dos ciclos escolares con el nuevo modelo. Cuando entre en vigor la educación de AMLO, los niños de primaria andarán por tercero o cuarto de primaria, cambiarles el modelo pedagógico a la mitad no creo que sea muy buena idea, ni para ellos ni para sus maestros. Y los de secundaria, estarán por terminar su nivel, por lo cual no hace mucho sentido modificarlo para un año escolar nada más. Así que lo más probable es que el modelo pedagógico se quede por algún tiempo, más o menos como está.

En este sentido los niños de México en los próximos seis años tendrán dos maestros en el aula: Peña y AMLO. Un verdadero y curioso oxímoron.

El lenguaje de la cancelación o derogación de la reforma educativa es político, propio de campaña. Esteban Moctezuma tendrá que hacer malabarismos para tratar de explicar cómo se cancela o deroga cuando en realidad lo que sucederá es que se reforma la reforma.

Otra parte constantemente mencionada en el discurso de campaña fue el de llevar a todos los jóvenes a la escuela y a la universidad. Cierto, y a pesar del aumento de la matrícula en educación media superior de 2005 a 2015, México tiene la tasa más baja de matriculación para los grupos de edad entre 15 y 19 años (57% México, 85% la OCDE) y una de las más bajas para el grupo de edad entre 20 y 24 años (22% México, 42% OCDE)[1] entre los países de la OCDE y algunos más. También tiene una de las tasas más altas de NINI (Ni en educación ni empleados) entre los miembros de la OCDE (México 23.3%, OCDE 15.3%)[2] para el rango de edad 18-24 en 2016.

La educación de AMLO pretende llevar a todos los jóvenes a las escuelas y que las universidades acepten a todos los aspirantes a sus programas. La educación de AMLO piensa que el obstáculo es económico y que se arreglaría con una beca. Ciertamente, en muchos casos el estímulo económico ayudará, pero no en todos. Falta que los jóvenes realmente quieran estudiar, y eso no se resuelve con una beca, a menos que la beca crezca de manera exponencial, lo cual es insostenible para las finanzas públicas.

Por cuanto a que todo mundo que aspire a la universidad sea aceptado por la universidad, no es una idea nueva. Es algo común en algunos países de Europa Central y Occidental. Tomemos el caso de Bélgica. No hay filtros para los jóvenes que quieran ingresar a programas universitarios. Sin embargo, después de un año de estudios un porcentaje muy alto de ellos se da de baja voluntariamente cuando descubre que lo académico no es su vocación. No es una mala solución, pero cuesta dinero, mucho dinero. Si existen los recursos, esta es una medida que posterga por un año la realidad.

Planteado así, AMLO y Moctezuma están medio atrapados por la educación de Peña. Sin embargo, la educación de AMLO podría ser mucho más ambiciosa que la evaluación de maestros, las becas, o los currículos escolares. AMLO tiene en sus manos la enorme oportunidad de cambiar, no el modelo educativo, sino el sistema educativo. Repensar, desde la raíz, una nueva educación para México, con nuevos arreglos, nuevas instituciones, nuevas reglas: más aprendizaje y menos estandarización; más contexto y menos centralización; más educación y menos evaluación. Eso sería hacer historia en la educación.

En realidad, no ha empezado el trabajo de análisis profundo sobre la reforma y sobre la educación; y lo único que sabemos es lo que se filtra en los medios, declaraciones o entrevistas. Hasta ahora, según mi leal saber y entender, el tema de rispidez es la evaluación de los maestros. Y como bien sostiene Esteban Moctezuma hay muchas cosas de la Educación de Peña que permanecerán, suena contradictorio con la expresión “derogar” y más aún “cancelar” pero al menos así aparece en los reportajes de prensa que dicen que Esteban Moctezuma dijo: “En el sistema educativo se han venido recogiendo muchas experiencias y prácticas muy valiosas que no son exclusivas de la Reforma y no por eso van a dejar de existir (…)[3].

Quizá el camino para Esteban Moctezuma sea un manejo orientado en cuatro puntos: 1) derogar, (enhorabuena que no han utilizado la palabra “abrogar”), ciertos puntos de la Reforma educativa de Peña; 2) cancelar los aspectos punitivos de la reforma educativa en la evaluación de maestros; 3) revisar el nuevo modelo educativo (pedagógico); y el más aventurado, 4) revisar el sistema educativo a profundidad, para entender mejor, porqué, a pesar de tantas reformas y transformaciones educativas, desde la ANMEB de 1992-1993, y luego la de Zedillo, la de Fox, la de Calderón y ahora la de Peña, no salimos del fracaso monumental de la política educativa.

La reforma educativa tiene muchas cosas que modificar, unas para mejorar y otras de plano, para sustituir o eliminar. En otra ocasión y con más espacio presentaré con más detalles los temas de cambio. Pero sí, es menester, mencionar que la educación de Peña tuvo aciertos y errores. Entre los aciertos, está la idea de hacer todo el proceso de selección y promoción docente de manera más transparente. El error es que trató de hacerlo de manera estandarizada y sin considerar las diferencias contextuales, históricas y culturales entre las distintas regiones y comunidades del país. A la educación de Peña le faltó realidad.

Por el lado del nuevo modelo educativo (los currículos y libros de texto), el gran acierto es la inclusión del tema del aprendizaje como piedra angular; y al menos en la retórica muchas propuestas son reales, acertadas y similares a lo que ocurre en la arena internacional de las grandes potencias educativas. El error monumental es pensar que de un año para otro y con un cuerpo docente formado para otra época y pedagogía se puede adoptar a bote pronto la pedagogía del aprendizaje y el constructivismo social.

Dicho eso, aunque las variables educativas las determinarán legisladores y ejecutivos, el aprendizaje es dominio de la pedagogía a nivel de padres de familia y maestros, no de los administradores públicos y mucho menos de los políticos. La educación de AMLO podrá cambiar lo que quiera en el largo plazo, digamos uno o dos años; podrá influir sobre las variables educativas como gasto, currículos, escuelas dignas, bibliotecas, evaluación, capacitación, etc., pero no podrá influir la función de aprendizaje propia del cerebro de los niños y jóvenes. Por más que se evalúe o no a los maestros, se capacite o no; se gaste más o menos; se les pague más o menos a los maestros, por más que la educación de Peña o ALMO quieran cambiar el aprendizaje se enfrentan con un poder más fuerte que la fuerza de la norma, y ese es el poder de aprendizaje del cerebro el cual depende fundamentalmente de factores naturales y ambientales en los primeros años de vida, inclusive durante la gestación. Y después, dependerá más de la cultura en el hogar (la familia) y la cultura en la escuela (relación de niños y maestros) que en las buenas intenciones de las autoridades y legisladores.

Estos serán los temas que trataré en el próximo seminario “De la educación de Peña a la educación de López Obrador” en la ciudad de México el 24 y 25 agosto de 2018.

[1] OCDE, 2017. Education at a glance 2017. P. 256 Tabla C1.1).

[2] OCDE, 2017. Education at a glance 2017. P. 312 Tabla C5.1).

[3] Alejandra Canchola y Horacio Jiménez, El Universal, Julio 7, 18.

Fuente: http://www.educacionfutura.org/de-la-educacion-de-pena-a-la-educacion-de-amlo/

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Etiopía estudia reformas educativas para mejorar acceso a aprendizaje

África/Etiopía/19 Julio 2018/Fuente: Prensa Latina

Etiopía planea dividir el Ministerio de Educación con miras a trazar estrategias de aprendizaje más adecuadas para la población y combatir así el analfabetismo, que afecta a casi la mitad de los habitantes, se conoció hoy.
De acuerdo con un reporte del diario The Ethiopian Herald, se ha finalizado un borrador del documento que se presentará al Consejo de Ministros para su posterior evaluación.

De esa forma, cuando esté aprobada la propuesta, la entidad quedará fragmentada en dos: una parte se encargará del nivel secundario y primario y otra del superior, detalló el mencionado rotativo.

Según expertos, esta nueva estructura reduce las dificultades de gestión que enfrenta el sector, cuya expansión es cada vez más urgente si se pretende alcanzar un índice de desarrollo sostenible.

En ese contexto, apuntó Haregua Mamo, directora de comunicación del Ministerio, actualmente hay 50 universidades en la nación y 40 mil instituciones para atender las necesidades educativas del resto de la ciudadanía, aunque esas cifras aún son insuficientes para cubrir la demanda.

A su vez, resultaría complejo gestionar el futuro crecimiento con la estructura existente, la cual generaría desafíos para alcanzar una educación de calidad, concluyó Mamo.

Fuente: http://www.prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=195212&SEO=etiopia-estudia-reformas-educativas-para-mejorar-acceso-a-aprendizaje
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Transformación educativa: El reto de conciliar voluntades

Por: Roberto Rodríguez

En política uno de los mayores desafíos, si no es que el principal, consiste en la posibilidad de conciliar voluntades e intereses en torno a un determinado conjunto de propuestas, programas o proyectos de acción gubernamental. Que una política pública consiga ser calificada como legítima depende de la solución que se alcance para tal desafío. No es sencillo, por supuesto, porque con frecuencia los intereses en juego se oponen entre sí, como al parecer es el caso del futuro de la reforma educativa y de su eventual reemplazo por otra fórmula de transformación, aún por dilucidar.

La solución de imponer un proyecto de cambio por vía del acuerdo interpartidario, como fue el caso de la reforma normativa de 2012-2013 tuvo una efectividad limitada si se mide en términos de su aceptación por lo protagonistas centrales, los maestros. La imposición de la reforma, además de haber abiertos espacios de confrontación y posturas encontradas, desgastó la autoridad gubernamental para avanzar con fluidez sobre otros aspectos de la problemática educativa nacional.

La opción de sujetar a procesos de negociación simple las nuevas propuestas del programa educativo, incluida la cancelación o modificación de la reforma, corre riesgos de suma cero: lo que unos ganan otros lo pierden. Como se identificó en algunas encuestas, la reforma implantada en el sexenio contó, en población abierta, con el mayor nivel de aprobación de las reformas estructurales propuestas. Es probable, en consecuencia, que la sola abrogación de la normativa básica de la reforma educativa produjera aceptación entre los críticos más radicales pero también rechazo en un sector amplio de la población interesada. Peor aún, que fuera esta medida calificada como un retroceso.

Si el gobierno entrante consigue asegurar políticamente el planteamiento, que ya circula en el equipo de transición, de que la mejor opción es revisar y en su caso replantear, corregir y mejorar el enfoque de la reforma, en especial la evaluación de docentes y estudiantes en los niveles obligatorios del sistema educativo, las posibilidades de conseguir legitimidad, que no consenso, mejoran considerablemente.

Sin embargo, hasta ahora se han mantenido en el escenario las dos posibilidades: cancelar o reformar la reforma. Este dilema debe ser resuelto con prontitud para procesar las fórmulas de convocatoria, interacción y anticipación de resultados de la consulta que, todo parece indicar, se organizará para definir la ruta de acción gubernamental por venir.

Ya anunció Esteban Moctezuma, nominado por Andrés López Obrador como posible titular de la SEP en el próximo gabinete, que una nueva ley o un nuevo paquete normativo para gobernar el sistema de educación serán elaborados a través de una consulta social amplia. Lo que quiere decir, según sus palabras, “que van a participar los maestros, los padres de familia, las autoridades educativas, estatales y federales, los integrantes de los consejos de participación ciudadana en las escuelas, entre otros” (El Universal, 7 de julio 2018).

La idea es buena, pero tiene sus riesgos. Comenzando por los maestros, pues resulta que hay posiciones encontradas entre las organizaciones que los agremian. La CNTE ha dicho que la intención de “despenalizar” la reforma, o evitar los efectos punitivos de la evaluación docente, no responde a su demanda de cancelación. Ha señalado también que, a menos que proceda la abrogación, y la aprobación de su Plan para la Transformación de la Educación de Oaxaca, así como el  Proyecto de Educación Alternativa en Chiapas, mantendrán y acrecentarán sus acciones de resistencia (Milenio, 9 de julio 2018).

La postura del SNTE al respecto es, por ahora, poco clara. Aunque el sindicato ha manifestado su intención de colaborar con el gobierno en su plan educativo, así como de interactuar con la autoridad educativa para identificar aquello que debe de modificarse en las normas, hasta ahora no se han manifestado sobre lo que debe permanecer y lo que tendría que modificarse. Los grupos afines a la anterior dirigencia sindical, la encabezada por Elba Esther Gordillo, hicieron pública su intención de generar una propuesta legislativa en que se eliminen los riesgos laborales de la evaluación docente.
Aparte, todo parece indicar que la diputación federal plurinominal a la que aspiraba el líder Juan Díaz de la Torre no se concretará en virtud de la votación obtenida por el PRI. Por ese factor, y por la aproximación del antiguo SNTE a la candidatura de López Obrador, es de anticiparse algún reacomodo en las filas sindicales, y en consecuencia posibles cambios en su posicionamiento ante la reforma del régimen por concluir. Habrá que ver.

Tampoco son un bloque uniforme las posturas de los especialistas e investigadores educativos sobre la reforma. Desde luego la apertura de un proceso ordenado de consulta puede abrir horizontes para un debate razonado, lo que también debiera ocurrir con respecto a las organizaciones sociales competentes. Pero no será tan sencillo en el espacio de las autoridades educativas estatales, en que ya están a la vista posiciones diferentes y en algunos aspectos contrarias. El que Morena haya conseguido gubernaturas en la Ciudad de México, Chiapas, Tabasco, Veracruz y Morelos, puede facilitar las cosas en estos estados, como también sus triunfos en la gran mayoría de las elecciones legislativas. Pero eso no puede evitar la tarea política de articular consensos.
No menos importante, la diversidad de opiniones al seno de Morena, algunas favorables a la alternativa radical y otras a la moderada. Pacificar el espacio educativo sin renunciar a su transformación tendría que ser el camino.

Fuente: http://www.educacionfutura.org/transformacion-educativa-el-reto-de-conciliar-voluntades/

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Voces de la ciudadanía / El proyecto educativo en la era de Andrés Manuel López Obrador

Por: ODEJ

El Observatorio del Derecho a la Educación y la Justicia (ODEJ) es una plataforma para el pronunciamiento público, impulsado por el campo estratégico en modelos y políticas educativas del Sistema Universitario Jesuita (SUJ). Su propósito consiste en la construcción de un espacio de análisis informado y de posicionamiento crítico de las políticas y las reformas educativas en México y América Latina, arraigado en la realidad social acerca de las injusticias del sistema educativo, y recupera temas coyunturales y estructurales con relación a la agenda educativa vigente.

Carolina Bodewig

Maestra en Investigación y Desarrollo de la Educación por la Ibero, Ciudad de México

SIMO Consulting[1]

A inicios de 2013, a través de un decreto presidencial, se realizó una reforma al artículo tercero constitucional, lo que devendría en el punto de partida y sustento jurídico de la Reforma Educativa que desde entonces ha generado tantos desacuerdos, tensiones y encontronazos en el sistema educativo, sobre todo, entre las y los docentes y las autoridades educativas.

Esta reforma al artículo tercero implicó la creación del Servicio Profesional Docente – la cual regula el ingreso, la promoción y la permanencia de las y los docentes en el sistema a partir de una evaluación obligatoria – y, por lo tanto, la creación del Sistema Nacional de Evaluación Educativa, cuya máxima autoridad es el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE), constituido en este contexto como una entidad autónoma.

La reforma educativa también se constituye a partir de otros ejes como la mejora de la infraestructura escolar, el impulso de la política de la Escuela al Centro, la formación continua de docentes, una estrategia de equidad e inclusión, el diseño del Nuevo Modelo Educativo, reforma de escuelas normales, entre otras acciones relevantes.

Mucho se ha dicho sobre esta reforma educativa, sin embargo, la razón por la que más se ha hablado y discutido sobre ella es por la evaluación docente. La evaluación vista como una forma de controlar, castigar y perseguir a las y los docentes es uno de los principales argumentos en contra de este proceso, además de concebirla como una evaluación de carácter punitivo y con consecuencias laborales sobre la planta docente. Es esto lo que hace que muchos críticos a la reforma – entre ellos investigadores y organizaciones de la sociedad civil- concluyan que más que una reforma impulsada con un objetivo pedagógico, esta reforma es de carácter laboral y punitivo contra las y los docentes.

Durante la pasada jornada electoral SIMO Consulting levantó una encuesta de salida. Ésta reveló que, en términos generales, hay una gran cantidad de votantes que no están de acuerdo con la cancelación de la reforma educativa. Sin embargo, cuando esta opinión se separa según los candidatos, se encuentran diferencias llamativas.

De los que votaron por Anaya, 34% está de acuerdo con la cancelación de la reforma educativa, mientras que el 59% no lo está. En 2013, el candidato había votado a favor de la ley promulgada en el sexenio de Enrique Peña Nieto y, luego, al inicio de su campaña presidencial, sostuvo una postura en la que manifestaba que la Reforma Educativa era un buen proyecto, pero que “lamentablemente fue mal implementado”. Además, su postura sobre la evaluación docente –el tema que ocupa el centro de la discusión – se observó un poco floja o quiso mantenerse en la “zona segura”. Es decir, resonó el discurso “oficial” de la evaluación que trajo la reforma como un proceso formativo y de mejora continua, sin que retomara, por ejemplo, la discusión de cómo la evaluación podría ser más equitativa y la consideración de los contextos en los que trabajan las y los docentes.

De los que votaron por José Antonio Meade, el 23% manifestó estar de acuerdo con la cancelación de la reforma educativa y un 64% no estuvo de acuerdo. Durante su campaña, la postura del candidato consistió en mantener la reforma educativa tal como está: “La reforma educativa va, porque le vamos a apostar a los niños, le vamos apostar a los maestros, porque estamos comprometidos con los padres de familia y en el futuro de nuestros hijos. No nos vamos a echar para atrás.”[2]

De los que votaron por Jaime Heliodoro Rodríguez (El Bronco), el 29% estaba de acuerdo con cancelar la reforma y el otro 57% se mostró en contra. Por su parte, el candidato expresó que no cancelaría la evaluación docente, sin embargo, no profundizó mucho en su postura.

Finalmente, con respecto a los que votaron por Andrés Manuel López Obrador (AMLO) se ve algo diferente, es un porcentaje mayor de votantes quienes están de acuerdo con la cancelación (49%) que con su continuidad (39%). Esto tiene bastante lógica porque él sí sostuvo, durante la mayor parte de su campaña, que cancelaría la reforma educativa.

Y sí, lo cierto es que el candidato, ahora electo presidente, expresó que una de sus acciones en materia educativa sería cancelar la reforma educativa, asegurando que ésta atentaba contra la estabilidad laboral y contra los derechos de las y los docentes. De hecho, quien sería el próximo secretario de Educación Pública, Esteban Moctezuma, anunció que la reforma será derogada, que conservarán lo que sea útil para el aprendizaje y trabajarán en un nuevo marco jurídico que sustente estos cambios. En cuanto a la evaluación docente, el próximo titular de educación aseguró que se mantendría, pero prescindiendo de su carácter punitivo; es decir, sin estar ligada a consecuencias laborales.

También manifestaron que parte de su plan es impulsar un nuevo plan educativo nacional a partir de una gran consulta nacional con docentes, padres y madres de familia, directivos y especialistas en educación. Lo cual, en palabras del equipo de AMLO, garantizaría la viabilidad de la reforma educativa.

Ahora bien, en este contexto en el que el equipo recientemente electo comenzará a prepararse para tomar posesión y seguramente a tomar acciones sobre la reforma educativa que está en vigencia, considero necesario pensar más allá de las dos posturas antagónicas existentes: estar de acuerdo o no con la cancelación de dicha reforma. Antes que nada, se debe tener en cuenta que la reforma educativa abarca diferentes procesos y componentes como el nuevo modelo educativo o el tema de la infraestructura escolar. Al tener presente esta acotación, se comprendería mejor a cuáles aspectos se hace referencia al hablar de “derogar” la reforma: aquellos que están relacionados estrictamente con el enfoque de la evaluación docente como una herramienta con consecuencias laborales sobre las y los docentes.

En este tenor, también es muy importante no perder de vista que la derogación de la reforma tiene implicaciones jurídicas, políticas y administrativas. Por ejemplo, para lograr cancelar – como es su intención- o modificar algunas partes de esta reforma, se debe remitir a la ley que dio origen a la misma, por ejemplo, se modificaría o cancelaría la Ley General del Servicio Profesional Docente (LGSPD) que finalmente da lugar a la evaluación vinculada al tema laboral de las y los docentes. Pero esta modificación o cancelación de la ley solo sería posible hacerla a través del Congreso de la Unión. Es decir, finalmente, derogar la reforma educativa tal como se conoce hoy, no es tarea fácil, es necesario también pasar por un proceso jurídico y político; más aun, contar con una plataforma jurídica como contrapropuesta.

En lo que sí han dado un poco más de detalle es en una propuesta alterna respecto al nuevo modelo educativo que la reforma educativa en cuestión planteó. Su propuesta toma como punto de partida el argumento de que dicho modelo llegó casi al final del sexenio de EPN de forma apresurada, inconclusa y con baja participación de agentes ajenos a las autoridades educativas. En este sentido, con la nueva propuesta, se busca valorar y garantizar la implementación de dicho modelo a través una gran consulta con docentes, pares y madres de familia, expertos y sociedad en general. Su idea es que este modelo “mejore, de verdad, la calidad, de la enseñanza sin afectar los derechos laborales del magisterio” (Documento de respuesta a la iniciativa “10 por la educación”, p. 2).

A partir de estos dos grandes temas que forman parte de la postura y propuesta de AMLO ante la reforma educativa tal como está, es necesario asumir un rol que acompañe este proceso que iniciará el 1 de diciembre y en adelante. Es decir, acompañar en la construcción de este proyecto: desde el seguimiento, el cuestionamiento, la participación en el diálogo, el intercambio. Debe existir una postura de exigibilidad por parte de las y los ciudadanos, pero también de toma de responsabilidad de construir y transformar los procesos educativos actuales.

En este sentido, el primer paso es obtener claridad sobre su postura; en algunos discursos sostuvo que cancelará la reforma educativa completamente, pero en otros momentos ha asegurado que no la derogará en su totalidad, que lo que busca es un reajuste de la misma. Aún no queda claro cuál es el destino de la reforma educativa en términos jurídicos y administrativos. Por ejemplo, no queda claro todavía qué partes de la ley cambiarían, cuál sería una contrapropuesta a lo que ya existe y cuál sería el mecanismo para lograrlo.

Segundo –y, por supuesto, tomando en cuenta que no ha iniciado la gestión de su sexenio-  hay que requerirle a su equipo los “cómos” de sus planteamientos sobre el proceso de “reajuste” de la reforma, sea cual sea el caso, y acompañar en este proceso de construcción. Finalmente, construir ciudadanía desde el acompañamiento y seguimiento al proceso de cambio educativo que se está vislumbrando en la propuesta de AMLO y su equipo.

También habrá que requerir los “cómos” de la consulta que planea hacer con padres, madres, académicos y docentes: cómo se organizará, cómo se convocará, cómo se sistematizará e integrará en un modelo educativo y en una nueva propuesta de reforma a partir de toda la información y la reflexión que resulte de ese proceso.

El reto de este nuevo gobierno en cuanto a la reforma educativa está en dejar de repetir lo que le faltó o falló a la reforma educativa actual, porque eso se ha escuchado ya en incontables discursos o apariciones públicas. El reto está en hacer del proceso de reforma educativa – con los componentes que se decidan de forma colectiva y participativa- algo incluyente, más equitativo, contextualizado, dialogado y respetuoso, sin prisas. El reto está en construir el diálogo sobre los cómos: sobre el camino a seguir para transformar el rumbo que llevaba la reforma educativa actual, sobre las prioridades que se trazarán, con quiénes se trazarán y el porqué de esas prioridades.


[1] Simo Consulting es una consultora dedicada al análisis de fenómenos sociales y económicos, a través de investigación disruptiva para el cambio social mediante la aplicación de diversas metodologías que alimentan la teoría del pensamiento radical; es decir, repensar los problemas sociales a partir de su origen y sus causas primarias. Sus áreas de trabajo son: estudios electorales, política pública y evaluación, sociedad civil, estudios educativos, entre otros.

[2] Canchola, A. (2018). “Meade: Vamos por reforma educativa.” El Universal, 15 de mayo de 2018.

Fuente: http://www.educacionfutura.org/voces-de-la-ciudadania-el-proyecto-educativo-en-la-era-de-andres-manuel-lopez-obrador/

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Escribir sobre educación desde América

Por: Juan Carlos Yáñez

Escribir es el privilegio de la posibilidad de pronunciarse y convocar al diálogo, sin el cual no hay educación. Es asumir posturas, expresar problemas, visibilizar territorios ignorados, afrontar riesgos, someterse al examen de los otros

Con esta colaboración concluye el ciclo anual propuesto por el editor de El Diario de la Educación, Pablo Gutiérrez. En total son 11 artículos los que escribí durante estos meses; la ocasión es propicia para reflexionar sobre el sentido y la necesidad de abordar temas educativos en la prensa impresa o digital.

Discúlpenme que escriba en primera persona en los párrafos siguientes, pero tengo necesidad de confesarme un poquito.

Mi andadura por estos parajes es larga. Inicia a principios de la década de 1990 y prácticamente no ha cesado en distintos medios mexicanos. No solo escribo de temas educativos, pero principalmente de las escuelas, los maestros, la relación escuela-sociedad, los retos de la pedagogía, la formación de maestros y las políticas educativas.

Luego de un periplo por el Cono sur, cuando creí que había agotado posibilidades expresivas en medios, una invitación del propio Pablo me reinyectó la vitalidad que necesitaba para encender la pasión con que debe analizarse la educación como objeto periodístico y buscar ángulos diferentes. En el empeño sigo.

Los años recientes, primero en el periódico Escuela y ahora en El Diario de la Educación, han sido un desafío permanente a la vigilancia temática y social, a la disciplina y el rigor, a la escritura desde un punto del mundo para lectores ubicado en otras coordenadas geográficas, institucionales y culturales. No sé cómo salgo librado en la valoración del medio y lectores, pero la apuesta es a la superación permanente.

En la ceremonia memorable en que Federico Mayor Zaragoza recibió el doctorado honoris causa en la Universidad de Colima (Colima, México), pronunció un discurso magistral del cual grabé un fragmento que repito porque vale la pena: “La educación no es un empleo, es una misión de transformación social, por tanto, no puede ser epidérmica”.

El educador es el primer sujeto de su transformación. Escribir es asumir posturas, expresar problemas, visibilizar territorios ignorados, afrontar riesgos, someterse al examen de los otros; es un ejercicio obligado, porque también aprendimos, con Paulo Freire, que la educación es sustancialmente política y accesoriamente pedagógica. No puede reducirse la acción de la escuela ni la obra del maestro a los muros escolares. Es una tarea social y política de hondas implicaciones y trascendencia. Escribir es el privilegio de la posibilidad de pronunciarse y convocar al diálogo, sin el cual no hay educación.

Un dilecto amigo y colega sevillano, Juan Miguel Batalloso, escribió hace tiempo un bello texto sobre el agradecimiento, del cual retomo algunos pasajes para agradecerle a El Diario de la Educación, a Pablo Gutiérrez y a los lectores, con la esperanza de reencontrarnos muy pronto.

En una sociedad en la que todo se ha mercantilizado, en la que todo se compra y se vende sometiéndose al imperio del valor fijado por la oferta y la demanda, gratuidad y gratitud no son cualidades extendidas. Hemos interiorizado que todo debe pagarse, que todo es un juego de ganancias y pérdidas.

El agradecimiento lo hemos convertido en el pago o retribución a que sometemos nuestra mal entendida generosidad siempre condicionada por expectativas de ser considerado bueno o virtuoso. Es como una feria de humillaciones y vanidades, que por un lado rebaja la dignidad y denigra al que recibe, al tiempo que ensalza a quien dona.

Pues no, no todo tiene un precio, las cosas y acciones que no tienen precio y no pueden reducirse a mercancía son las infinitamente valiosas, de las que recibimos los mayores bienes para nuestra salud, felicidad y vida.

Hacer simplemente una parada para visualizar todas aquellas cosas de las que disponemos, aquello que hemos recibido gratis; pensar y sentir muy cerca de nosotros a aquellas personas que nos han dado tanto o nos han amado incondicionalmente, es un excelente ejercicio para sentirnos contentos, alegres, serenos y en camino de conquistar una estable y profunda paz interior.

Agradecer es un acto de donación incondicional y reconocimiento de que no somos nada sin el otro que nos mira, nos escucha o nos acoge.

Gracias por el tiempo y la lectura. ¡Hasta pronto!

Fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2018/07/09/escribir-sobre-educacion-desde-america/

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Uganda albergará conferencia regional sobre educación

África/Uganda/12 Julio 2018/Fuente: Prensa Latina

Uganda albergará dentro de unos días una conferencia regional sobre Liderazgo Pacífico, dirigida a hacer el trabajo en el aula y la escolarización más interesante y atractiva para los estudiantes en toda la región de los Grandes Lagos africanos.
La cita de dos días comenzará el próximo 1 de agosto en el capitalino Commonwealth Resort Hotel Munyonyo y se espera que atraiga a maestros, jefes de Estado y gobierno, expertos en desarrollo de currículos, ministros de educación, padres, estudiantes e investigadores.

También participarán inversores empresariales, directores de estándares educativos, examinadores, formadores de docentes y autores.

El principal responsable de la cumbre, Milton Kambura, señaló que la conferencia presentará nuevos modelos que aseguran la transformación de la educación en Uganda y en todo el mundo.

Nos aseguraremos de que los estudiantes se gradúen con trabajos, cultura ética en el autoempleo y con las competencias del siglo XXI, manifestó.

Al respecto, Kambura agregó que los maestros deben crear un buen ambiente para estimular la colaboración, el trabajo en equipo, el respeto y la resolución de problemas entre los estudiantes.

La reunión explorará además algunas de las oportunidades disponibles orientadas a nutrir el espíritu empresarial de los estudiantes en las escuelas.

Un estudiante debe ser evaluado en función de su capacidad para crear innovaciones a partir de las materias que estudia en el aula, comentó Kambura.

Fuente: http://www.prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=193744&SEO=uganda-albergara-conferencia-regional-sobre-educacion

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