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Profesora se gradúa de doctora con tesis en idioma quechua en Perú

América del sur/Perú/17 octubre 2019/Prensa latina

La profesora universitaria Roxana Quispe se convirtió hoy en la primera doctora graduada con una tesis presentada en quechua, idioma de los incas que hablan tres millones 800 mil peruanos.
La docente obtuvo el grado de doctor en Literatura Peruana y Latinoamericana por la estatal Universidad Mayor de San Marcos, con la tesis ‘Yawar Para, Kilku Warak’aq, Andrés Alencastre Gutiérrezpa harawin pachapi, Qosqomanta runasimipi harawi t’ikrachisqa, ch’ullanchasqa kayninpi’.

El trabajo presentado se titula en español ‘Llanto de Sangre, transfiguración y singularidad en el mundo poético quechua del harawi (canción nostálgica andina) cusqueño Kilku Warak’aq, de Andrés Alencastre Gutiérrez’.

Quispe, cuyo apellido es quechua, recibió la calificación de excelente del jurado, que le asignó 20, el puntaje académico más alto, y fue incorporada a la plana de doctores docentes de la universidad más antigua de América, de la que es profesora.

La joven tenía ya el título magíster en Lingüística por la Pontificia Universidad Católica del Perú, y habla y escribe en quechua, español e inglés.

La flamante doctora se dedica al estudio y la investigación en las ramas de literatura, lingüística, educación intercultural bilingüe, antropología, arte y en manifestaciones de la diversidad y el legado de la cultura quechua.

La sustentación de la tesis fue transmitida en vivo por el canal de televisión por Internet Letras TV.

En Perú se hablan 47 lenguas originarias, siendo la principal el quechua, reconocido como lengua madre (la primera aprendida) por 13,6 por ciento de los peruanos mayores de cinco años, con aumento de tres millones 363 mil 603 quechua-hablantes registrados en el censo de 2007, a tres millones 805 mil 531 en el de 2017.

Ese incremento, según los expertos, contradice pronósticos de economistas neoliberales que auguraban la paulatina extinción del quechua y los demás idiomas nativos, desplazados por la modernidad.

fuente: https://www.prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=313129&SEO=profesora-se-gradua-de-doctora-con-tesis-en-idioma-quechua-en-peru
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Colombia: Iván Duque plantea nueva forma de financiar educación superior con las cesantías

América del sur/Colombia/10 octubre 2019/Semana Educación

El nuevo Decreto 1562 de 2019 estipula que ahora se podrán retirar las cesantías para adquirir un seguro educativo o adelantar un ahorro programado para educación superior.

El presidente de la República, Iván Duque, presentó el Decreto 1562 de 2019, que estipula nuevos mecanismos para poder retirar las cesantías para financiar la educación superior de dependientes de los trabajadores mediante las modalidades de ahorro programado y seguro educativo.     

El mandatario explicó que actualmente la gran mayoría de ciudadanos que querían invertir recursos de sus cesantías en educación, lo podían hacer retirando parcialmente o totalmente sus cesantías para pagar matrículas en Instituciones de Educación Superior.

En ese sentido, el presidente precisó que con el decreto se incluyeron herramientas de financiamiento para cursar estudios de educación superior a  largo plazo con el retiro de las cesantías. 

¿Qué dice el decreto?

En materia del retiro parcial de cesantías para adelantar estudios, el decreto reitera lo estipulado en normatividad anterior, que indica que el retiro se puede hacer para el pago de matrículas en instituciones y programas técnicos debidamente acreditados, ya sea del empleado, su cónyuge o dependientes menores de 25 años.

La primera novedad está en el parágrafo 1 del artículo 2 del nuevo decreto, el cual indica que el retiro de las cesantías se podrá realizar para el pago de créditos destinados a la educación superior y programas técnicos.

El pago lo efectuará el fondo dentro de los cinco días hábiles siguientes directamente a la entidad que otorgó el crédito para fines educativos.

La segunda y principal novedad del decreto es que ahora también se podrán retirar parcialmente para destinarlas a las figuras de ahorro programado o seguro educativo, según preferencia y capacidad.

Por tal razón, el decreto habilita a los fondos de cesantías ofertar productos de seguro educativo, así como programas para el pago anticipado de la educación superior de los dependientes del afiliado.

«Esto es darle a Colombia una herramienta muy poderosa de aseguramiento. Esto es darle al país la posibilidad de que muchas familias inviertan con antelación y con mejores precios para la educación de sus hijos», dijo el presidente, quien aseguró que el decreto es una herramienta crucial para las familias que quieren que sus hijos vayan a las universidades privadas .

Asimismo, el Jefe de Estado indicó que el ahorro programado permite destinar un flujo de recursos para un fin determinado, en este caso, construir anticipadamente un capital que respalde el gasto futuro en la educación superior de los hijos o dependientes del trabajador.

El Decreto 1562 de 2019 se expidió el 30 de agosto de 2019 y fue firmado, además del Presidente Duque, por la Ministra del Trabajo, Alicia Arango; el Ministro de Hacienda, Alberto Carrasquilla; la Ministra de Educación, María Victoria Angulo, y el Ministro de Vivienda, Jonathan Malagón.

Fuente: https://www.semana.com/educacion/articulo/ivan-duque-plantea-nueva-forma-de-financiar-educacion-superior-con-las-cesantias/634340

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Biden propone dos años de universidad comunitaria gratuita en EE.UU.

América del norte/Estados Unidos/10 Octubre 2019/Prensa Latina

El exvicepresidente y candidato demócrata a la Casa Blanca estadounidense Joe Biden presentó hoy un plan sobre educación superior que garantizaría dos años gratis de universidad comunitaria u otro tipo de capacitación.
La propuesta, que refleja ideas discutidas con frecuencia por el exvicemandatario como parte de su campaña electoral, también tiene como propósito reducir las obligaciones de préstamos estudiantiles, particularmente para aquellas personas con trabajos de servicio público.

De acuerdo con su campaña, la iniciativa de Biden tendría un costo de 750 mil millones de dólares en 10 años y sería pagada a través de una reforma tributaria que comprenda una mayor carga impositiva sobre los estadounidenses más ricos.

El plan se implementaría mediante una asociación federal-estatal, en la cual el Gobierno del país cubriría el 75 por ciento de los costos y los estados aportarían el resto de los fondos.

Su propuesta también incluye una inversión de 50 mil millones de dólares en capacitación de la fuerza laboral, incluidas las asociaciones y los aprendizajes empresariales de la comunidad universitaria.

Pero la iniciativa del exvicepresidente se queda por debajo de los planes mucho más ambiciosos de sus principales rivales en busca de la nominación demócrata, los senadores Bernie Sanders y Elizabeth Warren.

Esas dos figuras, los candidatos más progresistas entre el grupo de 19 aspirantes presidenciales por el Partido Demócrata, lanzaron iniciativas que comprenderían cuatro años de matrícula universitaria gratuita.

Asimismo, Sanders llamó a eliminar en su totalidad la deuda estudiantil de 1,6 billones (millones de millones) de dólares que se calcula en el país, mientras que Warren manifestó que, de llegar a la mansión ejecutiva, eliminaría el 95 por ciento de ese monto.

Biden, sin embargo, plantea beneficiar a trabajadores del servicio público, como maestros y miembros de las Fuerzas Armadas, con una suspensión de la deuda estudiantil por un máximo de hasta 10 mil dólares por año.

Además, garantizaría que aquellos que ganen menos de 25 mil dólares no deban nada en sus préstamos estudiantiles federales para estudiantes universitarios, mientras que los pagos de todos los demás estén limitados a un cinco por ciento de sus ingresos discrecionales por encima de 25 mil dólares, lo cual reduciría a la mitad el actual tope del 10 por ciento.

La propuesta se da a conocer cuando la campaña del exvicepresidente no enfrenta un buen momento, pues su nombre aparece a menudo en el escándalo de las interacciones del presidente Donald Trump con Ucrania, y Warren amenaza cada vez más con quitarle el liderazgo que ha tenido hasta ahora sobre el resto de los candidatos demócratas.

Fuente e imagen: https://www.prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=311273&SEO=biden-propone-dos-anos-de-universidad-comunitaria-gratuita-en-ee.uu.
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¿Paro nacional de Universidades?

Por: Miguel Casillas

Según notas periodísticas, “Sindicatos de trabajadores docentes y administrativos de 30 universidades estatales preparan un paro nacional para el miércoles 9 de octubre en demanda de aumento en el subsidio a la educación superior y para que el gobierno federal entregue apoyos extraordinarios a nueve casas de estudio que están en crisis económica y que no cuentan con recursos necesarios para pagar salarios y prestaciones al personal.

Enrique Levet, secretario general de la Contu, señaló que el paro nacional de este miércoles también es para exigir al Legislativo que en el Presupuesto de Egresos de la Federación 2020 se apruebe el aumento al subsidio para las universidades públicas, sobre todo ahora que se habla que ya no habrá examen de admisión y que eventualmente aumentaría la matrícula.
Recordó que la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador busca que se eleve la gratuidad de la educación, pero deja huecos en el presupuesto de las universidades que no permitirá desarrollar sus funciones sustantivas”. http://www.elpulsolaboral.com.mx 8 de octubre de 2019

Sin consulta a sus bases y resultado de los clásicos acuerdos cupulares, lo más charro del sindicalismo universitario amenaza al nuevo gobierno con un paro nacional sin ningún fundamento. Se trata de una maniobra política típicamente priísta que busca generar conflicto al gobierno de la cuarta transformación. En ese contexto, las cúpulas sindicales tratan de ganar legitimidad hacia adentro de sus organizaciones al reivindicr la defensa del financiamiento universitario; sin embargo, carecen de legitimidad y de credibilidad entre los universitarios. Por ejemplo, Enrique Levet, ex diputado federal por el PRI y eterno dirigente del sindicato de académicos de la Universidad Veracruzana no representa una voz independiente ni una postura de legítima defensa del trabajo de los universitarios luego de ser aliado permanente e instrumento de los gobiernos del viejo régimen.

Es verdad que hay algunas instituciones atrapadas por profundas e históricas crisis de financiamiento como la Universidad Autónoma de Nayarit, la Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, la Autónoma de Zacatecas, y la Autónoma Benito Juárez de Oaxaca, así como las universidades de Tabasco, Guerrero, Estado de México, Sinaloa y Chiapas. Otras más, como las de Baja California y Coahuila han señalado también que viven condiciones de vulnerabilidad financiera y la Veracruzana que arrastra las deudas de Fidel Herrera y Javier Duarte. Muchas de estas instituciones han vivido en el desorden financiero, han contratado cientos de personas por fuera de los presupuestos autorizados, han negociado condiciones laborales y de jubilación que hoy son insostenibles. Muchas arrastran pasivos de administraciones anteriores y han sido objeto de la rapiña y la corrupción

Durante mucho tiempo, las universidades han tenido que negociar cada año su presupuesto, durante la política neoliberal ajustándose a los criterios de Hacienda. Sin embargo eso debe cambiar y el nuevo gobierno debería establecer los criterios para presupuestos multianuales al tiempo que debería precisar cuándo llegará a cumplr la meta presupuestal del 8% del PIB para la educación superior. El problema del financiamiento a la educación superior es un asunto complejo al que no abona el paro propuesto por los sindicatos universitarios.

Sin entender la naturaleza del trabajo académico propio de las instituciones de educación superior, al margen de prácticas y posturas democráticas, impulsados por una estrecha visión gremial y ansiosos por recuperar la legitimidad perdida, los sindicatos universitarios no reivindican una postura progresista ni representan la voluntad de los profesores

Una profunda reforma democrática de la vida sindical universitaria es indispensable para reorientar la función y el papel de los sindicatos en las universidades. Las reformas actuales a la Ley del Trabajo deberían aplicar en el contexto universitario, para favorecer procesos democráticos para la toma de decisiones y la elección de los dirigentes. Sólo así, los sindicatos dejarán de estar al servicio de las prácticas corruptas y de los intereses más oscuros. Sólo disociados de las prácticas clientelares y corporativas, los sindicatos podrán ser agentes activos en el cambio progresista en la educación superior.

*Fuente: http://www.educacionfutura.org/paro-nacional-de-universidades/

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Una educación para rehacer nuestro mundo

Por: Juan Alberto Sánchez Marín

Carta Maior, el prestigioso portal de izquierda brasileño, me invitó a compartir una reflexión sobre interrogantes relacionados con la educación en América Latina . Se trata del proyecto Sua voz na conjuntura que en su primera edición trató sobre la defensa de la educación pú blica. Atendí el llamado y compartí algunas ideas generales sobre el tema pensando en las dif í ciles circunstancias que afronta Brasil en la actualidad y con el respeto que me inspira la patria natal de Paulo Freire , sin duda, el más relevante pedagogo contemporáneo. De esa fuente proviene este texto.

 

En la transformación de la educación ganarán también, y aún más quizás, quienes ahora la obstaculizan con vehemencia.  

¿Qué sociedad se desea construir para enfrentar los graves desequilibrios locales y globales del siglo XXI?  La sociedad deseable no es la imposible de la utopias renacentistas, pero está lejos de serlo la tangible de nuestra época, menos aún cualquiera de sus múltiples ficciones. La necesaria, a mi parecer, es aquella capaz de diferenciar los hechos de su simulacro, la interacción de la dependencia, el proceso de lo contingente, el auxilio del saqueo o la justicia de los caprichosos marcos legales. Mejor dicho, como en una prueba de escuela, la que esté capacitada para distinguir lo verdadero de lo falso, aunque le cueste el saldo en el banco o la vida. La sociedad a la altura de sus miembros marginados y desamparados, antes que solazada en la bajeza de las élites.

Hace falta una sociedad en condiciones de interpretar el mundo alrededor, en sus cualidades y sentidos, gritos y silencios, nexos e implicaciones, desde una perspectiva ética e integral, preparada para verse en el espejo de sus acciones, con la entereza suficiente para reconocerse en las armonías, pero también en su profunda inestabilidad.

Una sociedad que yace distante, y que a la vez está a la mano, porque la nación del futuro no es otra que la constituida y construida ahora mismo, día a día, con fortuna y errores, satisfacciones y desagrados. Lo mal hecho en este momento se pagará caro mañana, mas lo dejado de hacer costará el doble.

Hace dos o tres mil años, o varios siglos hacia acá, los pueblos se daban el lujo de proyectarse al porvenir en sus sagas y descendencias, y confines y territorios. Los mitos fundacionales eran perceptibles. El futuro, casi medible; los hados lo volvían destino y en no pocas oportunidades lo hacían cierto. O eso se figuraban los antepasados.

Cuando no era así, el mundo se llenaba de señales, códigos subrepticios, representaciones poéticas, claves alegóricas, milagros. Hoy en día, en cambio, lo venidero es débil y volátil, y las predicciones no cruzan el cierre de una bolsa o los trinos perturbadores de algún infeliz con ascendencia.

Cómo desciframos la sociedad que no cesa de hacerse y deshacerse ante nuestros ojos, de cuál modo aprehendemos cada una de sus entidades y relaciones. Cuestión esencial. Los ciudadanos que saben interpretarse en posibilidades, responsabilidades y derechos; en sus estructuras y nexos, intereses e interesados; autenticidades e invenciones, certidumbres y manipulaciones, son los cimientos de esa sociedad imprescindible. En otras palabras, los que saben dónde están, lo que hacen y para qué (mejor aún, para quién).

Una capacidad interpretativa que, entre otras cosas, es criterio, expresión y comunicación, participación, organización. Factores, desde luego, demasiado riesgosos para el establecimiento. De ahí que a la educación se la mantenga bajo el estricto control del poder con mecanismos nunca cuestionados y nombres instituidos, que estimamos favorables e, inclusive, liberadores.

Pareciera que no se advierte el grande daño que sus exclusivos límites conllevan: caudal de conocimientos (indigestión mental), conjunto de reglas y comportamiento (sumisión), urbanidad y buenas maneras (capitulación), experiencia acumulada (manías), desarrollar o perfeccionar las facultades intelectuales y morales del niño o del joven por medio de preceptos, ejercicios, ejemplos (¡una verdadera broma!).

Nada tan alejado del concepto de educación como las cuatro significaciones que le asienta el diccionario de la RAE como una cachetada en los carrillos. Anacrónicas, utilitarias, definen con turbadora exactitud lo que no es ni debe ser. Un compendio de rudimentos que, justamente, altera cualquiera de los sentidos que sí debe tener: franca y emancipadora, indomable y punzante, conmovedora y sugerente, particular y colectiva, bidireccional y transversal. Sobran los calificativos.

Y el poder no es un gobierno, a lo sumo, ejecutor; por lo general, no más que mandadero. La fuerza que mueve los hilos está detrás de las fachadas democráticas de sainete, a buen recaudo dentro de los bastiones económicos y financieros del progreso. Pero se trasluce nítido en modas pedagógicas que se cumplen porque son la directriz, metodologías gastadas encajonadas en palabras relucientes, e innovaciones que resguardan las orientaciones.

La educación funge como el abastecedor de siervos debidamente adoctrinados del sistema. Un planteamiento que no por viejo pierde su aire de fehaciente. Las ciudades inteligentes (Smart cities) continúan educando al Emilio (Rousseau, 1762) de hace dos siglos y medio, que apenas si accedía a la modernidad. De ese Emilio del cual procede un axioma eludido por el mundo en que vivimos: “Se debe adaptar al hombre la educación del hombre y no a lo que no es él”. Menos aún, digo yo, a lo que unos cuantos ambiciosos necesitan que él sea. En todo caso, fatal ese olvido de poquito parentesco con la amnesia.

La educación no es más que otro instrumento de dominio, al igual que las farsas y los señuelos sistémicos que nos hacen pensar que somos algo: la alcahuetería política, canjeando porvenires por zanahorias; la simulación mediática, persuadiéndonos de la realidad que no habitamos; los terrores sociales de las agendas gubernamentales, abriéndole paso a las legislaciones coactivas y otras represiones, o las potentes redes y los sistemas de información, gracias a los cuales las máquinas se conectan y los teclistas de teléfono o computadora que somos nos enfrentamos y disociamos.

La sociedad que hay que construir tiene que estar enterada, cuando menos, de la clase de mundo que habita. Saber bien la dimensión de las fragilidades locales y globales que la menoscaban a diario y entorpecen su genuino desarrollo; tener claros los vínculos envilecidos que priman en la interacción del presente, y filtrar los engaños que la desbordan.

-¿Qué tipo de proyecto de desarrollo –y de Estado- es necesario para alcanzarla?  

Este sosiego insoportable, esta calma fastidiosa, son posibles por la ignorancia en la que las sociedades se hayan sumidas. Resulta inconcebible la tranquilidad cuando se comprende lo que ocurre a lo largo y ancho del planeta y se discierne la razón de los horrores acometidos en su nombre. La inconsciencia social, junto a la apatía, son tan oportunas para las oligarquías como la paz de los sepulcros que ellas mismas imponen.

El individuo se entera de algo y no sabe qué pasa. Una multitud cree saber lo que acontece y despliega su odio cerril contra el inocente y lo distinto, lejos de las verdaderas causas del desbarajuste. La manipulación hace lo suyo, por supuesto, pero menos en la acción episódica o a modo de operación particular, y sí más como algo intrínseco metido adentro al pisar la escuela inicial o atender el primer sonsonete mediático.

No llegamos a ser los pobres de espíritu a los que se refiere el Sermón de la Montaña de Jesús de Nazaret (Mt 5, 1;7). No reconocemos siquiera las tremendas flaquezas propias, ni tenemos la bienaventuranza ni será nuestro el reino de los cielos. La pobreza espiritual de nuestras sociedades no se constituye por la percepción de los límites, sino que se alza del oscurantismo dominante. Y la educación cercena más quizás que las demás piezas mohosas de la castración.

El que estudia hasta el empacho más desdeña y desecha; el docto termina siendo otro pobre cretino. Abunda la ignorancia consentida, claro está, la barbarie por conveniencia, que se busca y cultiva porque con ella se cree lograr cierta aquiescencia moral o conseguir alguna clase de amnistía ética. Nada más errátil. Proliferan, de otra parte, los ignorantes infiltrados, resbaladizos, traidores; quienes convencen al iletrado (deslustrado) de su erudición y tino. O sociedades enteras, que sabiendo cuánto mienten sus dirigentes y cuán criminales son, siempre están dispuestas a avalarlos con el voto.

Por ejemplo, en Colombia, país en el cual la derecha y la ultraderecha eligen y reeligen a un líder como Alvaro Uribe Vélez o a su escogido, con plena consciencia de las ataduras delincuenciales de su estructura política. O en España, a cuya población José María Aznar le mintió de frente con sus fidedignos informes de que Sadam Hussein contaba con armas de destrucción masiva. Nunca hallaron tales armas en Iraq. “No sólo no las había, sino que siempre se supo que no las había. (…) Pese a todo, a los votantes del PP no les pareció motivo suficiente para cambiar su elección” ( Fernández Liria, 2007). No les importaron entonces ni habrían de importarles después los dos millones cuatrocientos mil muertos (Davies, 2010), y que un país hubiera sido destruido por completo.

En el mismo Brasil, digamos, casi cincuenta y ocho millones de personas votaron por Jair Bolsonaro en la segunda vuelta, quien en la campaña dejó patente el talante homófobo, misógino y racista. Algo añadió clarísimo: “Hay que expurgar a Paulo Freire”. Y esa afluencia de pueblo que votó por Bolsonaro no votó contra Freire (o Lula da Silva o Dilma Rousseff), sino contra la educación popular que la tuvo en cuenta. Es decir, la emprendió en contra de sí misma. Los electores lo sabían y lo votaron, y el excapitán retribuye del modo que la genética le manda: con la militarización escolar.

O en los propios Estados Unidos, cuyos políticos se ufanan tanto del sistema que todavía creen que inventaron y al que sólo le prendieron las arandelas que los ingleses no alcanzaron a incluirle, y que no deja de ser una más de las tóxicas democracias occidentales, donde 65 853 516 de personas votaron por la señora Clinton a sabiendas de las crueldades de que fue capaz y 62 984 825 votaron por el señor Trump teniendo claridad acerca de las que no tardaría en perpetrar. Donde, además, otra vez y gracias a esas tretas anexas, la cifra inferior de votantes resultó superior a la más elevada. Y he ahí a Trump gobernando.

En todos estos casos, así como en muchos otros, una ignorancia comprometida y egoísta que tampoco exculpa a una sociedad, o a una parte considerable de ella.

Unos desequilibrios que son factibles y no dejan de crecer porque quienes forjan las estructuras políticas, económicas y sociales lo han hecho a su manera y conveniencia a lo largo de los años. O de los siglos, porque se trata de una práctica que viene de la remota antigüedad.

Pero en los sustentos de la opresión están, también, las potencialidades para la liberación. Habremos de hallarlas en los mecanismos de la participación, ahora establecidos para todo lo contrario; en la educación, la gran utilitaria del sistema, y, desde los albores del siglo XIX, la guarda principal y cínica del statu quo; en los medios dominantes, actualmente, con la irremplazable función de acomodar los acontecimientos a la narrativa dispuesta. Y así.

Los entornos de autonomía son incómodos para el poder, que advierte en ellos los escenarios más desafiantes. Por eso, los planes de las instituciones educativas permanecen bajo rigurosa inspección. Por lo mismo, son promulgadas leyes que socavan la educación pública.

Los presupuestos de las instituciones educativas públicas son reducidos; a las universidades se las conduce a la ruina para facilitar su privatización o, lo que es igual, se involucra a la empresa privada en la adecuación de los currículos, es decir, se efectúa una modernización educativa que lleva de cabeza a los tiempos de la Revolución Industrial, cuando el sistema educativo le manufacturaba obreros a la fábrica.

No se conquistará una sociedad distinta mediante esquemas supeditados a finalidades particulares, de clase social o sectoriales. Mucho menos, partiendo de la actual situación de carencia de soberanía, ausencia de fines comunes y perspectivas humanas (humanitarias y humanistas).

La naturaleza del plan educativo corresponde a un cálculo económico y político. El currículo no es la concreción de determinada cultura ni el sitio excepcional donde confluyen nociones epistemológicas con saberes ancestrales, el barniz sociológico con los vuelos de la praxis, la conjetura antropológica con las fisonomías específicas del educador y el educando. No puede suceder de otro modo toda vez que la intencionalidad del sistema educativo, corrompida en el fondo, no luce diferente en la forma.

El estado que apunte a encarar los desequilibrios, no queda otra, deberá comenzar por confrontar su armazón y el propio carácter. El primer paso no es saber quienes son los ciudadanos, lo que sin duda es útil para la coacción y las cargas impositivas, sino allanar el camino para que los propios ciudadanos se conozcan a sí mismos: que sepan dónde habitan y de dónde vienen, por qué están como están, para qué son buenos. Fértiles sembradíos de la educación.

Y donde comienza la entereza de un pueblo. Sólo los ciudadanos que tienen idea de dónde están parados le otorgan la cualidad de digna a una sociedad. La conversión que se plantee en términos distintos, o la propuesta bajo los estados hostiles que imperan hoy en día, ha de ser fraudulenta y han de ser endebles, si no aleves, los objetivos.

-¿Qué es lo que se espera de la Universidad en esta travesía?  

Ya es hora de que las universidades en nuestras sociedades no sean los centros de moldeo de sujetos fragmentados y portadores del virus del conocimiento por segmentos. Mientras la universidad siga siendo un centro de la instrucción, ese eufemismo que abarca la exhumación lenta y pertinaz de la sabiduría, será difícil la conquista de condiciones de vida distintas. Y la concreción de otro mundo difícilmente será posible.

El impacto de una renovación educativa trascendente se tomará su tiempo, seguramente, y puede ser un proceso de años. Pero la modificación de un currículo y de un pénsum, los primeros pasos, sería algo breve, inmediato, si existiera la voluntad política para hacerlo. Algo elemental que no hay ni habrá en sociedades regidas por las lógicas perversas y utilitarias del capital.

En la universidad, la escuela, el colegio, yacen los soportes de la transformación auténtica. El centro educativo tendrá que ser un centro de cuestionamientos; en esa articulación, la universidad no puede ser otra cosa que el generador mayor de pensamiento crítico, que no es solamente el desmonte o la digestión de una realidad, sino, ante todo, la puerta abierta para la proposición y la construcción sociales.

La potencia y vigencia de datos, retentivas e hipótesis jamás está en las letras muertas que los consignan o formulan, sino en la capacidad que tengamos para desglosar sus sentidos y verlos moverse a través de la ventana. La sociedad requiere de seres suspicaces, esquivos frente a lo que oyen y ven, y recelosos a profundidad del conocimiento enlatado, de las estupendas ideas empacadas al vacío y de los artificios de manual para triunfar. No hay tales.

La duda es una herramienta útil para ser arte y parte de la realidad que tenemos por nuestra, en unas ocasiones, escurridiza, en otras, efectista. En esos reparos angustiantes puede radicar el secreto para que no seamos simples recitadores de sus bocadillos teatrales. En la universidad se construyen los interrogantes, y, cuanto antes, se desarman las geniales respuestas alcanzadas.

-¿Cómo deben actuar los intelectuales y las fuerzas democráticas en la construcción de este reordenamiento?  

El papel de los intelectuales y de las fuerzas democráticas, en ese reordenamiento, tiene mucho que ver con proyectar los énfasis debidos y fomentar la reflexión en torno al único asidero efectivo que tiene lo trascendental en la tierra: lo cotidiano. Cada quien desde su perspectiva, ámbitos y competencias.

Ahí yacen las claves, las metafóricas, las alegóricas o las simbólicas, las que se quieran y a la vista, como La carta robada (Allan Poe, 1844), en “un tarjetero de cartón con filigrana de baratija, colgado por una cinta azul sucia de una anilla…” El quid para entender mejor lo que somos y lograr el inequívoco compromiso con lo que hacemos.

La actitud del intelectual no es conformidad porque sí ni discrepancia porque no. Más bien le corresponde la disputa sin tregua contra las iniquidades; resistencia contra las injusticias y rabia con la sinrazón del día a día.

De su expresión deberían despuntar las alarmas, los desasosiegos, la desesperanza y la esperanza en una sola frase. La conmoción de los intelectuales debería ser el lastre a cuestas de las sociedades, y, en especial, de la academia. Pero escasas veces es así.

Muchos intelectuales, escritores, pensadores, cuentan con gran capacidad de convocatoria, y sus reflexiones podrían avivar aquel impulso sin el cual es inviable cualquier transformación auténtica: la motivación. Y en este mundo de inseguridades, exclusión, fascismo, racismo, supremacías y todos los desajustes concebibles, las transformaciones sociales son cada vez más ineludibles y urgentes, comenzando por la cultural.

Pareciera que la integración es propugnada y alabada en innumerables textos por escritores recluidos e incomunicados. No es tan tarde como para no darnos cuenta que se están yendo las horas y los años.

La pugna por la transformación de la educación, sea como sea, como determinante para el futuro que le espera al ser humano, no dejará de ser una batalla de aquella categoría definida con acierto por Flaubert (1911): “Siempre sangrienta” y siempre con dos vencedores, “el que ganó y el que perdió”. Porque en esa consecución ganarán también, y aún más quizás, quienes ahora la obstaculizan con vehemencia.

Bibliografía

Davies, Nicolas J.S . (2010). Blood on our Hands: the American Invasion and Destruction of Iraq . 440 págs. Nimble Books LLC .

Fernández Liria, Carlos; Fernández Liria, Pedro y Zahonero, Luis Alegre. (2007). Educación para la Ciudadanía. Apple Books.

Flaubert, Gustave. (1911). “Diccionario de los lugares comunes”. (2019). Titivillus . Apple Books.

Poe, Edgar Allan. (1844). Cuentos completos. (2016). Penguin Clásicos. Apple Books.

Rousseau, Jean-Jacques. (1762). Emilio o De la educación. (2017). Edu Robsy: Menorca.

AA. VV. (2012). Sagrada Biblia. “Bienaventurados los pobres en el espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos” (Mt 5, 3). Biblioteca Autores Cristianos : Madrid.

Fuente: https://www.rebelion.org/noticia.php?id=261037&titular=una-educaci%F3n-para-rehacer-nuestro-mundo-

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Estados Unidos: Una juez falla a favor de la discriminación positiva que aplica Harvard

América del norte/Estados Unidos/03 Octubre 2019/El país

La sentencia es una gran victoria para la universidad y supone un revés para los detractores de dar prioridades a minorías y mujeres

Una juez federal de Boston ha fallado a favor de Harvard en el juicio en el que se dirimía si la prestigiosa universidad discriminaba de forma intencionada a algunos estudiantes debido a su raza, lo que supone una gran victoria para el prestigioso centro educativo. El fallo llega después de que el otoño pasado se iniciase un proceso histórico que ponía en tela de juicio la discriminación positiva, en inglés llamada “acción afirmativa”, y que busca mejorar las oportunidades de grupos como las mujeres y las minorías, que históricamente han quedado excluidas de la sociedad norteamericana.

La juez Allison Burroughs ha fallado a favor de la universidad alegando que “el programa de admisiones de Harvard es constitucional” y que garantizar “la diversidad en Harvard depende, en parte, en admisiones que tienen en cuenta la raza”. La demanda contra el centro educativo fue interpuesta por Students for Fair Admissions (SFFA, por sus siglas en inglés, Estudiantes a favor de Admisiones Justas), un grupo que representa a solicitantes asiático-estadounidenses que consideran que Harvard viola sus derechos civiles al rechazar su entrada por discriminación racial para facilitar así el acceso a otras minorías, como los negros o los latinos. Alegan estos solicitantes que teniendo mejores notas, la baza de la raza jugó en su contra. Expertos legales citados por medios estadounidenses aseguraban que SFFA recurrirá la sentencia, con la intención final de llegar al Tribunal Supremo.

Ese es el objetivo último de Edward Blum, activista al frente de la organización que acusaba a Harvard de discriminar a los asiáticos. Este conservador, que lleva años concibiendo una serie de demandas contra políticas que incluyen la raza como factor de corte, es una fábrica de encontrar demandantes que se ajusten a su causa para sumar victoria tras victoria con el fin último de borrar cualquier rastro de discriminación racial positiva del día a día estadounidense.

El grupo de estudiantes que demandó a Harvard por discriminar a los asiático-estadounidenses en el proceso de admisión insistió durante la vista el año pasado que el juicio se centraba en el trato dado a los postulantes en una sola universidad y que el futuro de la discriminación positiva no era lo que estaba siendo juzgado.

Blum, quien ya ha logrado llevar dos de sus casos ante la mayor autoridad jurídica del país, sí trabaja para acabar con décadas de acción positiva. Con los dos últimos jueces nombrados para el Supremo por Donald Trump (Neil Gorsuch y Brett Kavanaugh), la discriminación positiva está en peligro. A su vez, la ofensiva trumpista contra la discriminación positiva fue respaldada al inicio del mandato de Trump por su entonces secretario de Justicia, Jeff Sessions, quien se alineó con los estudiantes demandantes y cuestionó la legalidad de las prácticas que seguía la prestigiosa institución para facilitar el acceso a aquellas minorías, al considerar que creaban una desventaja y reforzaba estereotipos.

Fuente e imagen: https://elpais.com/sociedad/2019/10/01/actualidad/1569964285_554079.html

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Estudiantes colombianos convocan a marcha por educación de calidad

América del sur/Colombia/03 Octubre 2019/Prensa Latina

 Estudiantes universitarios colombianos convocaron  a una nueva jornada de protestas para el próximo 10 de octubre, en demanda de una educación pública de calidad y contra la corrupción.
La iniciativa es liderada por los alumnos que protagonizaron los dos meses de movilizaciones de carácter nacional a finales de 2018, en reclamo de mayores recursos para las universidades y otras instituciones públicas.

Según los convocantes, el Gobierno no quiere cumplir con las partidas presupuestales de ciencia y tecnología acordadas en la negociación de diciembre pasado, reportaron medios locales de prensa.

Tras más de dos meses de paro universitario, el gobierno colombiano y el movimiento estudiantil lograron el 14 de diciembre de 2018 un acuerdo de financiación para la enseñanza pública.

Los líderes de las principales organizaciones universitarias fueron recibidos en aquel momento por el presidente Iván Duque, en la Casa de Nariño (sede de la presidencia)

Duque dio a conocer una ampliación de la financiación para la enseñanza superior y en particular para las instituciones públicas entre 2019 y 2022.

‘Lo que se dio es la confluencia de un deseo por fortalecer la educación pública y cerrar las brechas sociales. Reconocimos los reclamos de los estudiantes y nos esforzamos por más recursos’, agregó el jefe de Estado.

Las marchas del 10 de octubre próximo seguirán a las que tuvieron lugar la semana pasada en esta capital contra la corrupción y la violencia policial, las cuales fueron protagonizadas por miles de estudiantes de universidades públicas y privadas.

Uno de los detonantes de la movilización del 27 de septiembre último fueron los hechos violentos que se dieron, ‘en el marco de una actividad pacífica realizada por estudiantes’ en rechazo a los casos de corrupción en la Universidad Distrital por parte de la administración.

Los participantes denunciaron que, en medio de las intervenciones realizadas por el Escuadrón Móvil Antidisturbios (Esmad) de la Policía Nacional, se vieron afectados defensores de derechos humanos y estudiantes universitarios, dejando así un gran número de heridos y capturados, entre ellos personas de civil que transitaban la zona.

Por ello, miles de universitarios salieron a las calles con carteles en los que podía leerse: Colombia rechaza y repudia la violencia contra sus hijos; y cuando la educación es para unos pocos, no es derecho, es privilegio.

Fuente: https://www.prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=309347&SEO=estudiantes-colombianos-convocan-a-marcha-por-educacion-de-calidad
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