El avance de todo el software supone y espera de la educación, superar las secuencias lineales que caracterizaron el andamiaje de una I.A. reducida, impuesta por la Instrucción Programada, con las primeras programaciones, allí por la década de 1950.
Con la generación de nuevos diseños de lenguajes, el aporte de los «micro-mundos» y de nuevas ideas (Papert, Minsky, Piaget, y otros), hoy se enfatiza la construcción de entornos abiertos que estimulan la exploración del usuario/ estudiante, en el ciberespacio.
Así al mejorar sus componentes, e incorporar más datos probabilísticos e inferenciales, la I.A. avanza en una evolución de un modo increíble.
La Inteligencia Artificial (I.A.) es la disciplina basada en la ciencia tele- informática, donde confluyen la lógica, la matemática, el procesamiento de datos, el razonamiento simbólico, las conexiones modeladas y conducidas por las simulaciones de las neuronas cerebrales, dada por algoritmos evolucionados, y soportadas por Internet, las TIC y las redes, se halla en permanente ebullición, transformación, y creación.
No obstante existen intrigas, incógnitas y dudas, según algunos dentro de realidades distópicas, que tampoco son nuevas, pero que conducen a ser reconsideradas una y otra vez.
Una de ellas: con las tecnologías de la información, preguntarse si somos libres de pensar, sentir y experimentar la información que por toneladas se reciben, o se trata de caminos preestablecidos, «por algunos» de la cultura dominante, -encarnada por redes centralizadas y hegemónicas de Google, Facebook, Amazon, Apple, (y las que se fusionarán….), desde donde se presentan ideas y conceptos ya procesados, se transmiten sentimientos ya catalogados, se relatan experiencias cerradas vividas por otros pero prontas para ser emuladas, etc. Todo ello distribuido automáticamente por teléfonos inteligentes, brindando posibilidades predecibles: será a partir de los algoritmos y sensores automáticos?
Con la I.A., acorde a lo dicho, conviven la utopía y la distopía, la anarquía creativa y el orden homogéneo de una cultura digital como bienes de consumo, y asi de producción industrial-telemática.
El tema de fondo es que no existen aun categorías de interpretación, entendimiento de las nuevas realidades de Internet y sus derivados: las existentes no entran, no caben en ningún orden o parámetros conocidos de explicación .De ahi la necesidad inmensa de investigación y de formación de investigadores/as en estas nuevas dimensiones que exceden las interpretaciones cuantitativas (presentadas ´por los gráficos conocidos que nos brinda la informática), lo que no está mal ´pero es poco.
La I.A. Busca simular comportamientos de la inteligencia humana en sistemas informáticos, para lo que se vale de lo conocidos por “aprendizaje de máquinas”, pero aun está lejos de ser consciente de sí misma, para aprender.
Sin embargo la I.A. comienza a llamarse, también «máquina de aprendizaje» (o “machine learning”) ya que incluye positivamente con sus software, algo así como una inteligencia potenciada (o “intelligence augmentation”).
La PC y los teléfonos inteligentes “enredados” mas alla que ya reconoce muchas y varias cosas, como el habla y otras funciones, y que ejecuta algoritmos cada vez mas de modo efectivo, simultáneamente, requiere de inteligencias y emociones humanas que bien podría ser «enfrentadas» por quien posea una «información contracultural» de avanzar en dos rutas: para romper o para superar estos esquemas.
Serían aquellos capaces, de trabajar «desde los bordes», en las “ líneas impredecibles de fuga”, los que producirían una re-culturalización, de la tampoco se sabe mucho en cuanto a su sentido y rumbo.
Cómo? Al «romper el código superficial». Es decir, al enseñar para que se sepa leer, pensar, escribir de otro modo: dar vuelta /transformar el código representacional hegemónico vigente, de toda programación informática existente y de otras…, dentro de una propuesta emancipadora, más allá de las estructuras y redes existentes flexibles (es así?), presentan sus límites: la mayor parte de las veces sirven solo para brindar una imagen pública estereotipada de felicidad estandarizada de las vidas reales.
Enorme desafío para la esfera educativa con tareas tremendas de pensar de modo inédito, enseñar critica pedagógica, desarrollar espíritu prudente y precautorio frente a las mediaciones tecnológicas, si se trata de formar gente creativa, anticipadora y hacedora de cosas, de modo socialmente productivo, ético y sostenido a largo plazo.
Existen herramientas telemáticas cercanas o a la mano, de capacidad computacional poderosísima, casi ilimitada, en medios ubicuos de comunicación: que interconectadas, producen y transmiten información sin cesar, y que deben o bien podrían ser exploradas y explotarlas en educación, aunque aún no se sepa del todo cómo, ni cuándo.
Se trata de explorar un nuevo perfil y misión de la educación virtual para la cultura digital, en sus contextos, coyunturas y ambientes inteligentes (que no solo están representados por los artefactos…). Es decir, puede construir un mejor «ecosistema de ideas» a partir de descubrir los datos personales y socialmente útiles, con un análisis cultural, y por ende, de los aprendizajes producidos desde diferentes perspectivas, abordajes e interpretaciones.
Se reclama una educación de lo que debería ser un deber ser. Ajustado a las realidades con rescate de los valores y virtudes existencias centrales, que diseñen y apliquen software inteligente para participar y apropiar la media algorítmica. Ser optimistas para hallar caminos – (aunque provisorios) de pensamientos fértiles, – donde también las maquinas colaboren-, que inspiren acciones a implementar dentro de los principios de emancipación humana.
Qué hacer? Algunas ideas concretas.
1-Enseñar desde la currícula elemental, a escribir código, que significa formar estudiantes, -y antes o simultáneamente a profesores-, a escribir con fundamentos matemáticos y lógicos, apoyos de la programación. Lo que no significan que los chicos sean necesariamente desarrolladores de software, sino para comprender la transformación automatizada operada a partir los datos convertidos en software.
2-Desarrollar conciencia personal y colectiva responsable sobre lo que significa la esfera on line, como contexto donde todos creamos constante y continuamente datos, links, hashtags, compras en Amazon, etc. Por lo que se demuestra que Internet es una expresión y resultado de la inteligencia y acción humana singular y colectiva, pero de proyecciones no previstas.
3-Promover el pensamiento crítico, con enseñanzas y ejercitaciones explicitas d toda aquélla información que se recibe y se usará para diversos fines. Demostrar que la virtualidad no es neutral ni objetiva ni transparente, sino que es el producto construido (y manipulado) según puntos de vista y perspectivas sesgadas activas. Es decir, se articula con alguna estructura de poder, que aparece como variable interviniente (si no independiente) de muchísimos procesos sociales, algunos con sentido evidente, otras veces, ocultos.
De este modo, se contribuirá a entender que no existen fuentes unilaterales de información y menos como insumos para la producción de conocimiento científico, desde los niveles formativos incipientes y superiores. Sino enseñar a responder cuestiones que remiten a un abordaje inter/ transdisciplinario de los fenómenos y los procesos naturales y artificiales, elaborando preguntas reflexivas, tales como de dónde provienen los datos? quien los subvenciona, cómo se diseñan para operar como interfaces de comunicación e interacción, etc.
4- Trabajar para que las máquinas logren más flexibilidad y capacidad de aprendizaje, que «piensen» (el gran temor) acerca del desplazamiento o la sustitución de empleos menos automatizables (el repositor en los mercados, o un auto o colectivo sin chofer, etc.). Es decir que estas situaciones sirvan- según lo enunciado en 1 y 2-, para analizar y desmistificar las «interacciones inteligentes» ilusorias, que ponen en jaque a todo el espectro sincero de la cognición y la emoción. Se trata de discutir los puntos extremos al que la racionalidad técnico- instrumental de la digitalización y sus modus operandi ha llegado.
Todo ello y mucho mas, contribuiria a la evolución de una educación imprescindible (a veces se piensa imposible), que hasta ahora siempre se halló/halla detrás de la tecnología…..
En tiempos de la disrupción digital, prever, señalar y corregir errores de una desorientada incorporación de las TIC en general, y para la formación estudiantil y de los profesores/as, significa contrarrestar la tentación de un mayor consumo irracional tecnológico sin sentido, o un posible boom de start-up dedicadas a la pura «ed-tech», como futuro insumo algorítmico próximo a una expresión de la I.A, aplicada a la educación.