Page 10 of 20
1 8 9 10 11 12 20

Reseña de Película: Los hijos de ayer .

América del Norte/Estados Unidos.

Jenny Cole vive con su marido y su hijo en el centro de Estados Unidos. Después de enterarse de que está embarazada de nuevo, comienza a tener recurrentes sueños que la transportan a una pequeña ciudad que tiene en su centro una característica iglesia. A pesar del escepticismo de su esposo Doy, Jenny se lo cuenta a su madre, quien le muestra unos cuantos dibujos que hizo cuando era pequeña. Para su sorpresa, son idénticos a los sueños que está teniendo. Después de investigar, Jenny y su madre descubren que los sueños le están mostrando un pequeño pueblo de Irlanda en la década de 1930. Dispuesta a desentramar la naturaleza de sus extraños sueños, Jenny decide viajar a Irlanda con su hijo y su marido.

Telefilme dirigido por Marcus Cole (‘Prisoner’), basado en el libro de 1994 de Jenny Cockell, «Across Time and Death», que a su vez estaría inspirado en una historia real. Está protagonizada por Jane Seymour (‘De boda en boda’), Clancy Brown (‘Cadena perpetua’) y Kyle Howard (‘Mis chicos y yo’).

Fuente: https://youtu.be/IerAMmoxMvY

Imagen:  http://es.web.img3.acsta.net/c_300_300/pictures/16/02/22/15/33/521152.jpg

Comparte este contenido:

7 ideas para educar en valores

05 de abril de 2017 / Fuente: http://blog.tiching.com/

Por: Josep Maria Puig

No se puede enseñar química sin pasar muchas horas en el laboratorio experimentando. Una química de libro es una mala química, aunque una química sin ningún libro quizás no llega ni a química. A la educación en valores le ocurre lo mismo: no se adquiere sin práctica, pero tampoco se aprende si falta la consideración de ideas. Para alcanzar este doble objetivo vamos a proponer siete sugerencias:

1. Reforzar la consideración distribuida de la educación en valores.

Los contenidos actitudinales y de valor de todas las áreas del currículum, así como los contenidos que tratan temas de valor a propósito de cualquier materia, son oportunidades formativas irrenunciables.

2. Dar espacio a la educación para la ciudadanía.

Entender esta “asignatura” como un espacio de diálogo para aprender a vivir en una sociedad democrática. Un proceso que consiste en llegar a formar parte de una colectividad y convertirse en un ciudadano activo: una persona que sabe exigir sus derechos, cumplir sus deberes y contribuir al bien común.

3. Una tutoría con tiempo suficiente para educar en valores.

Considerar la tutoría como otro momento fundamental de educación en valores. Una tarea orientada a trabajar la regulación y dinamización de la vida del grupo-clase y el desarrollo personal de cada uno de los alumnos.

4. Educación laica, cultura religiosa y reconocimiento de las diferencias.

Separar la educación religiosa confesional del currículo escolar y conseguir que todos los alumnos adquieran un conocimiento suficiente del hecho religioso, entendido como fenómeno antropológico, sociológico, histórico y cultural.

5. Construir una cultura moral de centro que impregne valores en el alumnado.

Crear un clima de centro que logre que el alumnado se sienta acogido en una comunidad democrática de aprendizaje, convivencia y animación.

6. La participación como mejor escuela de ciudadanía.

La cultura de las instituciones educativas debería abrirse de manera clara a la participación del alumnado. Los alumnos deben ser los protagonistas en las diferentes instancias de la vida escolar.

7. La formación cívico-moral a través del aprendizaje servicio.

Implicarse en un servicio a la comunidad y además prolongar este trabajo con actividades de aprendizaje escolar es uno de los mejores dinamismos de formación personal y de educación cívica.

Siete ideas para mejorar la educación en valores, aunque a buen seguro no son todas las buenas ideas que entre todos podríamos proponer 😉

Fuente artículo: http://blog.tiching.com/la-semana-de-la-educacion-en-valores-7-ideas-para-educar-en-valores/

Comparte este contenido:

Cécile Barbeito: “Los valores se transmiten con ejemplo y sentimiento”

05 de abril de 2017 / Fuente: http://blog.tiching.com

Cécile Barbeito

¿Cómo se transmiten los valores?
Los valores se transmiten a través del ejemplo y del sentimiento. Mediante el ejemplo, porque el comportamiento de cada persona es un escaparate de sus valores: todo lo que diga o haga transmite un ejemplo o un contraejemplo a (no) seguir. Y a través del sentimiento, porque son las personas que más apreciamos las que más influencia tienen sobre nosotras.

¿Y los vinculados a la paz, concretamente?
Los valores vinculados a la paz se transmiten de la misma manera que el resto de valores. La coherencia personal y el aprecio hacia los demás juegan un papel clave.

¿Cómo cree que se han trabajado hasta ahora?
¡Más en la familia que en la escuela! La familia suele ser un entorno que ofrece aprecio y cuidado. Las condiciones de la escuela hacen que sea más difícil aportar ese aprecio y cuidado de forma individualizada. Aun así, en la escuela hay experiencias muy valiosas, como las experiencias de educación emocional, aprendizaje servicio, programas de mediación entre iguales, participación del alumnado en el centro, actividades en horario de tutoría o de patio…

¿Es necesario (y posible) trabajar los valores de paz de manera transversal?
Todas las asignaturas lo permiten, en mayor o menor medida. Existe una multiplicidad de enfoques y metodologías, como los que acabo de mencionar, que lo facilitan. Es necesario porque toda convivencia implica conflicto, y por ello es útil aprender a gestionar estos conflictos de forma constructiva. También porque la creciente desigualdad en España, el país de Europa en el que la desigualdad ha crecido más desde el inicio de la crisis en el año 2007, y las vulneraciones de derechos humanos deberían interpelarnos como ciudadanos, estudiantes o no, para implicarnos a mejorar esta situación.

Historia es una de las materias donde más se habla de paz y conflictos. ¿Es interesante utilizar la asignatura para trabajar valores?
Es una de las asignaturas que permite hacerlo de forma más explícita, sí.

¿Es adecuada la forma en la que se abordan los conflictos históricos a la hora de transmitir valores relacionados con la paz?
Digamos que hay mucho margen de mejora. Los libros de texto suelen ofrecer muchos datos y poco análisis de fondo. En la gran mayoría de casos, enumeran una larga lista de conflictos armados que se explican superficialmente, en vez de ser más selectivos con los casos y explicarlos más a fondo. Eso hace que a la práctica, excepto en los casos de las guerras más graves, como la Primera y la Segunda Guerra Mundial, se expliquen conflictos armados sin mencionar sus consecuencias humanas.

¿Qué valores o luchas sociales cree que quedan más invisibilizados en nuestro sistema educativo?
En general se explican bien los avances conseguidos gracias a la lucha por los derechos laborales durante la revolución industrial, y las luchas por la autodeterminación respecto a los países colonizadores. Sin embargo, no son muy visibles los ejemplos de contestación pacifista (consejos revolucionarios de soldados alemanes durante la Segunda Guerra Mundial, movimiento pacifista contra la carrera de armamentos de la Guerra Fría, contra la OTAN o contra la guerra en Irak del 2003…), los movimientos de emancipación de las mujeres o las luchas indígenas. También llama la atención que se explica muy poco cómo se creó la ONU, cuando es el principal organismo mundial para la paz y los derechos humanos.

¿Por qué cree que sucede?
Existe una historiografía marxista muy asumida, que permite explicar el período histórico de la Revolución Industrial “desde abajo”. Sin embargo, sorprendentemente, en otros períodos de la historia no se aplica esta forma de explicar los hechos y se centra, de nuevo, en la historia de las élites.

¿Los libros de texto son una buena herramienta para trabajar valores como la paz o los derechos humanos?
Es difícil saber qué proporción del profesorado utiliza libros de texto y qué proporción selecciona sus propios recursos porque es crítico con la utilización de tales libros. Personalmente opino que los libros de texto son un recurso más entre muchos otros. Pueden ser una buena herramienta si son buenos libros, pero no deberían ser la única herramienta. En el caso de los libros de Historia, por “buenos libros” me refiero a que muestren fuentes verdaderamente contrastadas, documentos primarios de derechos (fragmentos de constituciones, declaraciones de derechos, etc.).

¿Y las TIC?
Igual que los libros de texto, las TIC son una herramienta. Pueden ser una buena herramienta para trabajar valores como la paz y los derechos humanos si se trata de un buen recurso, y si se utilizan de forma adecuada.

¿Qué recomendación haría a los profesores que quieren trabajar de forma expresa valores como la paz, los derechos humanos o la diversidad de forma rigurosa?
Mi recomendación sería, por un lado, que estén atentos al alumnado, que les observen, les quieran todo lo posible, y estén convencidos del pleno desarrollo de sus capacidades. Y por otro lado, que estén ellos y ellas mismas implicados en pequeñas o grandes acciones coherentes con los valores de la paz, los derechos humanos o la diversidad. Observar al alumnado permite estar atentos a cualquier posible situación de conflicto, bullying, discriminación… Mostrar aprecio refuerza la autoestima y la autoconfianza del alumnado. Creer en el pleno desarrollo de sus capacidades es una invitación al crecimiento, una “estigmatización” en positivo, un efecto Pigmalión constructivo.

¿Cuáles son las claves para trabajar los valores en el aula?
Hace poco leía una entrevista a la catedrática de Didáctica de las Ciencias Sociales Neus Sanmartí, en la que insistía en que si como maestro o maestra no tienes el convencimiento de que tus alumnos van a aprender, mejor cambies de profesión. Esto se puede aplicar al campo de la educación en valores: como profesora, tengo que tener el convencimiento de que mis alumnos y alumnas van a ser personas con valores de paz, capaces de aplicar esos valores en el día a día, de imaginar sociedades distintas y de comprometerse con acciones para que así sea. Por último, como educador o educadora, emanar paz y respeto por todos los poros, desde cada palabra, cada acto, cada bien que consumo, y cada minuto de mi tiempo libre. O, como mínimo, ¡todo lo que se pueda!

¿Es necesaria una mejor y mayor formación del profesorado en este ámbito? ¿Cómo formarles en algo que se adquiere, que se debe interiorizar, que no se aprende como un contenido práctico o teórico?
Es una muy buena pregunta. Es cierto que la formación inicial en contenidos de educación para la paz y de habilidades para afrontar el conflicto es casi nula, y que hay reivindicaciones (minoritarias, pero históricas) para que estos contenidos estén recogidos en los contenidos curriculares de los grados de las facultades de Pedagogía. Por otro lado, como muy bien dices, este tipo de aprendizajes requiere un “extra” de aprendizaje, lo que llamas “interiorización”, que sería un pecado “burocratizar”. Para formar al profesorado en estos temas, igual que al alumnado, habría que apasionarles, transmitirles que son temas esenciales para la convivencia y la tranquilidad (¿y la felicidad?) personal, de la comunidad, y de la sociedad. Volvemos un poco a la pregunta inicial, habría que hacerlo con ejemplo y con sentimiento, con pasión, coherencia personal y aprecio.

Fuente entrevista: http://blog.tiching.com/cecile-barbeito-los-valores-se-transmiten-con-ejemplo-y-sentimiento/

Comparte este contenido:

Reseña de Película: El ultimo regalo.

Por:ladiversiva.com 

El último regalo (The Ultimate Gift) es una película estadounidense basada en la novela best-seller del escritor Jim Stovall, la cual fue estrenada el 9 de marzo de 2007 en 816 cines dentro de E.U.A.2 3 Las ventas en DVD de la película fueron bastante altas en relación con su recepción en cines y hoy en día continúa siendo un éxito en ventas de DVD y también en transmisiones de T.V.

La trama se centra en Howard “Red” Stevens (James Garner), un hombre de negocios millonario que después de morir lega una gran parte de su fortuna a su resentido nieto llamado Jason (Drew Fuller), un joven solitario e irresponsable que no valora el valor del trabajo ni el significado de ganar bienes honradamente; y como heredero de la fortuna de su abuelo, se le asigna completar 12 “tareas” que lo harán comprender el valor de lo bien ganado y también dejarán en él una lección de vida conocida como “regalo” por cada tarea.

Durante este período, Jason perderá todo lo que posee para que así comience a valorar el costo de los altos bienes, volviéndose también amigo de una pequeña niña llamada Emily (Abigail Breslin) y su madre Alexia, una amistosa mujer de clase media que se encuentra luchando contra la leucemia que padece su hija. Todo esto comienza a generar un cambio en Jason haciéndolo comprender que tiene el potencial para convertirse en alguien especial para las personas no cegadas por el dinero, con lo cual puede ayudar a esa clase de personas e incluso dedicar su fortuna para hacer realidad las necesidades de otras personas, lo cual es la principal lección que su abuelo le dejó junto con la herencia.

Durante la película, Jason recibe los siguientes regalos:

  • El Regalo del Trabajo
  • El Regalo de los amigos
  • El Regalo del dinero
  • El Regalo de Aprender
  • El Regalo de los Problemas
  • El Regalo de la Familia
  • El Regalo de la Risa
  • El Regalo de los Sueños
  • El Regalo de Dar
  • El Regalo de la Gratitud
  • El Regalo de un Día
  • El Regalo del Amor

Fuente: https://youtu.be/fhbMr5q9DbM?list=PLqzBXm8qH27KEudxwyJjprzQ_JcvcXt_A

Imagen: http://ladiversiva.com/wp-content/uploads/2016/01/ultimo_regalo-700×375.jpg

Comparte este contenido:

Crisis educativa. Es hora de revertir la tendencia.

 Para el senador mendocino, los bajísimos niveles de calidad educativa obligan a realizar un replanteo en cuestiones de forma y de fondo.

Por Julio Cobos.

Desde hace tiempo, Argentina enfrenta una profunda y compleja crisis educativa. El presidente Mauricio Macri en su informe sobre los resultados de las evaluaciones educativas nacionales, lo confirma claramente; reconocerlo representa un paso muy importante. El sistema de evaluación Aprender es un diagnóstico de la situación que atraviesa la educación. Diagnóstico duro, desalentador, pero absolutamente necesario.

Los bajísimos niveles de calidad educativa nos obligan a replantear cuestiones de forma y de fondo. Debemos quebrar la inercia y revertir esta tendencia, hacer un verdadero cambio estructural para mejorar la calidad educativa. Muchas veces se habla en forma peyorativa de los contenidos, “hay que hablar de competencias” dicen; es claro que esa es la meta pero los contenidos son el medio necesario para alcanzarla. Comprender un texto implica fluidez de lectura, conocimiento de gramática y enciclopedia-es decir- conocimientos básicos de las distintas ciencias.

Lo mismo sucede con la incorporación de nuevas tecnológicas que en algún punto es necesario su uso y aprendizaje ya que es parte de la realidad global pero con esto no alcanza. La escuela debe enseñar a pensar. El desarrollo del pensamiento reflexivo posibilitó que generaciones que no usaban ni calculadora en la escuela hoy sean usuarios de las redes y de programas para su trabajo y esparcimiento.

Mejorar la calidad educativa implica un compromiso de todas las partes: estado, docentes, sindicatos, alumnos y padres. Si no se unifican objetivos o las partes funciona en forma disonante con el resto, las mejoras cualitativas serán imposibles de alcanzar.

Para lograr mejoras en la formación de los alumnos necesitamos previamente mejores escuelas y mejores docentes. No debemos limitar la discusión a los salarios y condiciones laborales, debemos mejorar la calidad de los docentes, capacitarlos y premiar a quienes se capacitan. La trayectoria horizontal docente promueve la formación de mejores docentes y sólo así, tendremos mejores alumnos.

También es responsabilidad de padres y alumnos revertir esta tendencia. Necesitamos a los chicos en las escuelas, aprendiendo y cumpliendo con lo que se espera de ellos. Para esto la cédula escolar busca monitorear la asistencia y trayectoria escolar, evitando la deserción y el abandono.

La escuela debe ser exigente porque es una escalera hacia el futuro de cada uno de los alumnos. Exigencia que debe empezar en la casa y seguir en las aulas y que permita a cada chico y chica explotar su propio potencial.

No podemos permitir que existan chicos que no sepan leer, escribir, interpretar y realizar operaciones matemáticas. Si esto falla, el resto lo hará también. Por eso, aumentar la carga horaria en materias básicas, masificar la doble escolaridad, realizar una evaluación permanente de los alumnos y del sistema; son algunas de las políticas a aplicar.

Hay que frenar el trasvase de la educación pública hacia la privada porque esta puede ser complementaria pero nunca suplementaria de la anterior. El Estado tiene la responsabilidad ineludible de brindar a la sociedad una educación gratuita, universal, equitativa y de excelente calidad; porque este es un principio fundacional del sistema democrático argentino.

Fuente: http://www.parlamentario.com/noticia-99691.html

Imagen: http://www.impactony.com/wp-content/uploads/2013/08/Crisis-Educativa.png

Comparte este contenido:

El sistema educativo para aprender, no solo para aprobar

Por: Víctor Pavón

La educación es una poderosa herramienta de la civilización para la transferencia de valores y conocimientos. Esto es lo que ya sabemos. Pero, lo que muchas veces no se toma en cuenta es que la educación requiere de un sistema coherente y facilitador de las tremendas fuerzas que de las ideas emergen. En Paraguay, el sistema educativo se expresa en la repetición continua de un modelo rezagado no solo en la relación docente-alumno, sino también en su misma pedagogía.

La raíz de este inconveniente está en su pernicioso verticalismo que, pese a las buenas intenciones de sus funcionarios, el ministerio en el ramo es el primer problema. La educación se encuentra atrapada y es incapaz de evitar las decisiones de la matriz político burocrática, como en efecto se prueba cuando miles de alumnos ingresan a aulas sin las debidas condiciones de infraestructura, lo mínimo que se exige al sistema.

La extrema burocracia, verticalismo y politización hacen difícil responder a las siguientes interrogantes que de la pedagogía emergen. ¿Qué estamos enseñando? ¿Cómo enseñamos y para qué enseñamos? Estas preguntas requieren de respuestas iluminadas no desde la concepción verticalista y burocrática, sino desde una visión participativa, crítica, reflexiva de los protagonistas de la educación; los maestros, alumnos y padres de familia.

Sin esos intercambios de ideas y propuestas no se podrá avanzar en temas relevantes como la evaluación. Los estudiosos de la educación saben que si se quiere cambiar el sistema educativo se debe abordar el modo de evaluación del proceso enseñanza aprendizaje, de modo que los niños y jóvenes comprendan y sientan lo que significa conocer y hacer más y mejor, mediante la participación activa de sus maestros, quienes deberán mostrarse motivadores y no apáticos intermediadores.

No debería sorprendernos que en el presente el sistema educativo tienda a confundir la evaluación con la calificación. Parece muy obvio decir que los exámenes no son la única manera de evaluar el aprendizaje; sin embargo, se ha dejado de lado que el propósito del buen docente es la calidad del aprendizaje de sus alumnos, por lo que pasar los exámenes y obtener títulos no son indicadores fiables de la calidad educativa.

Aprender con el fin de aprobar exámenes supuestamente cada vez más difíciles es el modelo tradicional de enseñanza que se viene implementando en los niños y jóvenes. Este modelo provoca la desidia y el desinterés de educadores y educandos, desvaloriza la educación al punto que se tienen muchos docentes pero menos maestros.

Un sistema educativo hecho solo para aprobar y no para aprender tiene fuertes efectos sobre los niños y jóvenes que así se instruyen en la creencia de que los demás se deben hacer cargo de la cultura, la política y la economía, siendo esta la mejor forma de dar cabida a los avivados de siempre que luego ocupan altos cargos en los gobiernos.

Fuente: http://www.abc.com.py/edicion-impresa/opinion/el-sistema-educativo-para-aprender-no-solo-para-aprobar-1570889.html

 

Comparte este contenido:

Educar: Adolescencia y pubertad

Por: Pita Laddaga

Todos los padres quisiéramos que nuestros hijos crecieran sanos y felices

Deseamos  que nuestros hijos lleguen a ser adultos responsables, satisfechos, amorosos y felices; intentamos darle la mejor formación, pero a veces no sabemos como hacerlo.

Para educar tenemos que prepararnos, ampliar nuestros conocimientos, reflexionar sobre nuestros valores, pensar qué ejemplo les damos y encontrar la mejor manera de apoyar  el desarrollo de sus sentimientos, habilidades y virtudes.

Cuando contemplamos el panorama del desarrollo  del adolescente comprendemos mejor  el sentido de los retos y logros de esta etapa

La personalidad del adolescente es sumamente compleja e integra aspectos muy diferentes: físico, emocional, intelectual, social, creativo y espiritual. Los padres tenemos que atender cada uno de ellos y saber que se entrecruzan unos con otros, se influyen unos a otros y se desarrollan juntos.

Para tratar  los distintos elementos de la personalidad vamos a verlos en tres  apartados: Aprender a vivir juntos, aprender a conocer y a hacer, y aprender a ser.

En el desarrollo del  adolescente, los aprendizajes  incluidos constituyen una unidad indivisible, sin embargo, cada uno tiene sus particularidades y, para comprenderlos mejor, conviene tratarlos por separado.

Estos apuntes es una invitación a ampliar nuestros conocimientos y reflexionar sobre los distintos temas  para saber que esperar y qué hacer a medida  que maduran nuestros hijos. Si entendemos mejor y ponemos atención a sus avances, podremos restarle la ayuda necesaria en cada momento y prepararlos para que ellos sigan evolucionando y aprendiendo por su cuenta durante toda la vida.

Estos apuntes está dedicado a los padres de adolescentes en la etapa de la secundaria, es decir, a los padres de chicos y chicas  que tienen entre 12 y 15 años de edad

Las características  del proceso del desarrollo durante la adolescencia se describen de manera general, pero con la conciencia de que cada chico es diferente y único. La información que aquí se ofrece es una orientación para aprender a observar a nuestro hijo y comprender sus procesos  individuales de  crecimiento.

Los padres de adolescentes tenemos la oportunidad de encauzarlos  por medio del diálogo, del convencimiento, de la cooperación y del ejemplo. En esta edad aún podemos sembrar y reforzar intereses, actitudes y valores que los ayuden a convertirse en personas autónomas, responsables, solidarias y amorosas; en ciudadanos activos y capaces de convivir en un ambiente de respeto a la dignidad y a los derechos de los demás.

ALGUNAS REFLEXIONES SOBRE LA FAMILIA

La familia es una influencia fundamental para el y la adolescente

Aún cuando otros adultos, y sobre todo los amigos, adquieren mayor  importancia en la vida de los adolescentes, la familia sigue siendo fuente de seguridad, confianza, afecto, guía ,estímulo y educación. La familia  lo hace sentir que pertenece a un grupo, que tiene un lugar propio y que es único.

La familia es un factor fundamental para su futuro. Nuestro hijo va a enfrentar la vida, en gran parte, con los recursos que obtenga de su vida familiar. Sus logros se apoyarán en la confianza y seguridad en sí mismo que le ayudemos a desarrollar, en los conocimientos y destrezas que adquiera con nuestro estímulo, en la autonomía y la habilidad de decidir y de ser responsable que sepamos alentar, en los valores que asimile, en el afecto que reciba y aprenda a dar, en su capacidad de relacionarse  con otros, de compartir y de ser solidario.

El trabajo principal de los padres en la educación de nuestros hijos e hijas adolescentes es el que hacemos sobre nosotros mismos

Lo que trasmitimos a nuestros hijos es lo que somos en verdad. En la adolescencia , los jóvenes cuestionan  las normas y valores familiares y observan atentamente la congruencia entre nuestros comportamientos y nuestras palabras. Ser modelo de nuestros hijos en esta etapa supone una gran responsabilidad y un esfuerzo constante, nos exige revisar las creencias y  costumbres que han pasado de generación en generación hasta llegar a nosotros, discutirlas con sentido crítico y arriesgarnos a buscar una mejor manera de vivir.  Así como las personas evolucionan, las familias también van cambiando. Tanto las personas como las familias necesitan detenerse en el camino de cuando en cuando para reflexionar sobre las nuevas circunstancias que se van presentando y modificar si es conveniente, su modo de actuar  y relacionarse. En cada etapa, nuestro hijo e hija requiere distintos cuidados, ayuda atención  y guía; en cada etapa, también nosotros vamos cambiando y hemos de satisfacer nuestras necesidades personales al mismo tiempo que fortalecemos los vínculos familiares y encontramos nuevas formas de apoyarnos unos a otros.

Fuente: http://vialibrechiapas.com/educar-adolescencia-pubertad/

Comparte este contenido:
Page 10 of 20
1 8 9 10 11 12 20