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Degradación ambiental propicia violencia de género, asegura estudio

Redacción: Cultura Colectiva

La destrucción de la naturaleza conduce a la violencia de género, incluyendo las agresiones sexuales y prostitución forzada, asegura un estudio

La destrucción de la naturaleza conduce a la violencia de género, incluyendo las agresiones sexuales y prostitución forzada, asegura un estudio de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN). El documento titulado “Gender-based violence and environment linkages: The violence of inequality”, indica que la competencia por recursos cada vez más escasos y degradados está empeorando las formas de violencia hacia las mujeres y niñas.

«Los daños que la humanidad está infligiendo a la naturaleza también pueden alimentar la violencia contra las mujeres en todo el mundo, un vínculo que hasta ahora, se ha pasado por alto en gran medida”, aseguró Grethel Aguilar, directora general interina de la IUCN.

El estudio publicado el miércoles 29 de enero, continuó, demuestra que estos dos temas se deben abordar de forma conjunta ya que urge detener la degradación ambiental y es necesario que se tomen medidas para detener la violencia de género en todas sus formas.

Éste recopila datos y estudios de más de mil fuentes, documenta los amplios vínculos directos entre las presiones ambientales y este tipo de violencia, además examina delitos como la caza furtiva de vida silvestre o la extracción ilegal de recursos.

Indica que la trata de personas y el trabajo forzado se utilizan con frecuencia para permitir este tipo de actividades ilegales, al explotar a las comunidades locales.

Algunos casos apuntan a que el tráfico sexual es común en las minerías ilegales en algunos países de Sudamérica, mientras que el abuso sexual y trabajo infantil se presentan en la industria pesquera del sureste asiático y la explotación sexual ocurre en torno a la tala y el comercio de carbón en zonas de África.

En tanto, la violencia de género es utilizada como un medio para ejercer control sobre los defensores del medio ambiente y de los derechos humanos. Las mujeres activistas parecen estar más presionadas y reprimidas por lo que es socavada su credibilidad y estatus dentro de las comunidades, así como son desalentadas a continuar defendiendo la naturaleza.

“Muchas mujeres indígenas en particular se enfrentan a la violencia de género cuando sus comunidades actúan para defender sus territorios, recursos y derechos de tales actividades ilegales”, manifestó Jenny Springer, directora del Programa Mundial de Gobernanza y Derechos de la IUCN.

La investigación es resultado de un proyecto de diez años que todavía continúa. La relación que establece entre la violencia de género y las presiones ambientales se discutirán bajo el tema de los derechos ambientales y la gobernanza en el Congreso Mundial de la Naturaleza de la IUCN 2020 en la ciudad Marsella, en Francia.

https://youtu.be/Nyr3n0M7UgE

https://news.culturacolectiva.com/mundo/degradacion-ambiental-propicia-violencia-genero-asegura-estudio/

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Bolivia: Educar para prevenir el feminicidio

Redacción: Opinión

La violencia de género, que muchas veces termina en feminicidio, es un fenómeno social que debe ser abordado desde la educación, además de las sanciones legales y punitivas en contra del o los responsables. El índice de feminicidios, a nivel mundial, es alarmante.

Los datos de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) muestran que en 2019 —al menos— unas 3.500 mujeres fueron asesinadas por cuestiones de género en 25 países de Latinoamérica y el Caribe; aunque la cantidad podría ser mayor, dado que en algunos lugares solo se contabiliza este delito, cuando es cometido por la pareja o expareja de las víctimas.

Según este organismo, en varios países de Centroamérica y Bolivia se registran las tasas más altas de feminicidios de la región. Y, los datos lo confirman. En nuestro país, los primeros 15 días del 2020 ya se registraron 13 casos, casi uno por día.

Ante este panorama desolador, la presidenta de transición, Jeanine Áñez, declaró a esta gestión como el Año de la Lucha Contra el Feminicidio e Infanticidio, y anunció nueve tareas para combatir la violencia hacia las mujeres y los niños.

Una de ellas, enfocada en la educación para la prevención. Este año se incluirá esta temática en la directriz de los contenidos de enseñanza en los niveles primario y secundaria del sistema educativo, dentro el marco del Programa Socio Comunitario Productivo, reconocido en la ley 070 de Educación Avelino Siñani-Elizardo Pérez.

Apuntar a desarticular la cultura machista desde la escuela, no es una tarea sencilla pero sí necesaria, dado su rol formador y transformador para las nuevas generaciones.

Se tiene que abordar la problemática desde diferentes perspectivas, con la par- ticipación de toda la comunidad educativa para construir nuevas relaciones basadas en el respeto y no en la violencia.

Dada la urgencia que existe, el abordaje  del tema en la materia Valores, Espiritualidad y Religiones, tal como se anunció, debe ser casi de inmediato, vale decir, a inicio del año escolar, previsto para el 3 de febrero.

En ese sentido, se espera que los maestros del área reciban la capacitación suficiente para que compartan con los estudiantes de los distintos niveles.

Las tareas de prevención contra la violencia de género no deben esperar, así como tampoco la apertura que los padres de familia deben tener para que sus hijos reciban información útil y necesaria.

Fuente: https://www.opinion.com.bo/opinion/editorial/educar-prevenir-feminicidio/20200115232108746199.html

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Contra el feminicidio en Argentina, un artículo del coordinador residente de la ONU

Redacción: Noticias ONU

Combatir la violencia contra las mujeres es crucial para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible. En enero, las Naciones Unidas lanzan la Década de acción para apoyar el cumplimiento de esas metas para 2030. Noticias ONU invitó a Roberto Valent, el coordinador residente de la Organización en Argentina, a destacar los esfuerzos que se están realizando en el país sudamericano para reducir la tasa de feminicidios.

Natalia Bandiera tenía 42 años y vivía en la ciudad de Necochea, en la costa argentina de la provincia de Buenos Aires. Recientemente fue asesinada por su pareja, quien le disparó cuatro veces a corta distancia y luego se parapetó en su casa. Una semana antes, Natalia había informado que era víctima de violencia de género y había pedido ayuda.

Denunciar la violencia y el abuso es clave para garantizar una respuesta oportuna y efectiva, sin embargo, el sistema tiene debilidades significativas y, en el caso de Natalia y muchos otros, resultó ser insuficiente para protegerla.

Brutales estadísticas

La muerte de Natalia se ha sumado a las brutales estadísticas en Argentina, donde una mujer es asesinada cada 32 horas, según la Oficina de la Mujer de la Corte Suprema de Justicia.

Coordinador residente

El Coordinador Residente es el representante de más alto rango del sistema de desarrollo de la ONU en un país. Noticias ONU los ha invitado a escribir artículos sobre temas importantes para las Naciones Unidas y el país donde sirven.

Miles de mujeres en el país sufren los tormentos diarios de la violencia, antes de ser asesinadas. En 2018, la línea directa creada para ayudar a las mujeres en esa situación recibió 169.014 llamadas. Ocho de cada diez mujeres que llaman a la línea directa informaron que habían padecido abusos durante más de un año; cuatro de cada diez informaron que habían sido víctimas silenciosas de la violencia durante más de cinco años, y ocho de cada diez denunciaron abusos por parte de sus parejas actuales o anteriores.

¿Cuál es el núcleo de estos números dolorosos? Es la desigualdad entre hombres y mujeres, lo que a su vez genera discriminación, desprecio, prejuicios, falta de autonomía, falta de oportunidades y, en última instancia, un entorno propicio para la violencia física y emocional contra las mujeres. Si no ponemos fin a esta violencia, al menos 1390 mujeres más serán asesinadas en Argentina en los próximos cinco años, solo por ser mujeres.

Spotlight: una alianza global anclada en una realidad local

Spotlight Initiative/Carolina Scaglione

La violencia contra las mujeres y las niñas es un obstáculo importante para el cumplimiento de sus derechos humanos y para el logro de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible. Ocurre en todo el mundo, abarcando todas las generaciones, nacionalidades, comunidades y esferas de nuestras sociedades, independientemente de su edad, origen étnico, discapacidad u otros antecedentes.

América Latina es el hogar de 14 de los 25 países con las tasas más altas de mujeres asesinadas en el mundo. Es por eso que la Unión Europea y las Naciones Unidas lanzaron en septiembre de 2017 Spotlight, una iniciativa global para abordar la violencia de género.

Argentina se ha unido a Spotlight junto con docenas de otros países en todo el mundo. A nivel local, la iniciativa apunta a eliminar la manifestación más extrema de violencia: el asesinato de mujeres o el feminicidio.

El mismo nombre de la iniciativa busca hacer brillar una luz pública sobre el tema de la violencia de género, y la campaña lanzada recientemente con la cantante argentina Lali Espósito hace precisamente eso.

La campaña #AmigaDateCuenta, llama la atención sobre comportamientos como los celos, la humillación y el control entre los adolescentes.

Década de acción

¿Que es la Década de acción? La idea es impulsar los esfuerzos mundiales para alcanzar el objetivo de implementar los 17 ODS para la fecha límite de 2030. Los Estados miembros de la ONU se han comprometido a movilizar oportunidades de financiamiento, mejorar la implementación nacional y fortalecer las instituciones para tomar acciones positivas y concretas para lograr el desarrollo sostenible y proteger el planeta.

Trabajando juntos para mantener la violencia de género lejos

La iniciativa Spotlight es un esfuerzo de equipo. Su éxito dependerá del compromiso de todos y cada uno de los involucrados en poner fin a la violencia de género en Argentina.

La nación fue elegida en función de su compromiso con el tema. Se han tomado medidas importantes para eliminar la violencia: asegurando que las leyes nacionales sigan los estándares internacionales; recabando el apoyo de la sociedad civil argentina y el movimiento de mujeres; y aprobando la Ley de Micaela para educar a los trabajadores del Gobierno sobre el problema de la violencia contra las mujeres, y la Ley de Brisa para proporcionar reparación financiera a los hijos de víctimas de feminicidios.

La iniciativa se centra en las provincias de Salta, Jujuy y Buenos Aires, en función de sus altas tasas de feminicidio y el compromiso demostrado por las autoridades locales para abordar el problema. Es por eso que involucramos a organizaciones intergubernamentales, organizaciones de la sociedad civil, el movimiento de mujeres, la academia, los sindicatos, el sector privado, el Ministerio de Relaciones Exteriores y los gobernadores de las provincias en consultas que comenzaron hace un año.

Aun así, queda mucho por hacer para que se cumplan las leyes existentes y se garantice el acceso a los servicios y a la justicia para las mujeres y las niñas que sufren violencia de género, particularmente aquellas que enfrentan múltiples formas de discriminación.

Acciones locales, objetivos globales

Spotlight Initiative/Agostina Chiodi
Protesta de mujeres en las calles de Argentina contra la violencia machista.

En Argentina, Spotlight representa una oportunidad única para la acción conjunta entre diferentes agencias de la ONU.

La iniciativa se está implementando bajo el liderazgo de la Oficina del Coordinador Residente de las Naciones Unidas., ONU Mujeres, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) y la Organización Internacional del Trabajo (OIT) llevan a cabo actividades cruciales. UNICEF también se ha unido como agencia asociada.

Juntos estamos trabajando para impulsar las medidas de prevención a través de la educación, el trabajo comunitario y las redes sociales. Nuestro objetivo es mejorar la calidad de los servicios para las víctimas y fortalecer las instituciones nacionales para implementar políticas que den una respuesta coordinada a la violencia de género.

En nombre de la Unión Europea y las Naciones Unidas en Argentina, invitamos a todos a unirse a este esfuerzo y trabajar juntos para prevenir asesinatos como el de Natalia.

Podemos detener la violencia de género. Es esencial si queremos alcanzar los ODS para 2030. Ahora es el momento.

Fuente: https://news.un.org/es/story/2020/01/1468082

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Venezuela: CIDH manifestó preocupación por alta cifra de feminicidios en lo que va de año

CIDH manifestó preocupación por alta cifra de feminicidios en lo que va de año

La Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) de la Organización de Estados Americanos (OEA) manifestó su preocupación por las cifras de feminicidios registradas en Venezuela este inicio de 2020.

Mediante sus redes sociales, rechazaron la muerte de 11 mujeres venezolanas a tan solo 13 días de haber iniciado el año, y recordaron que el Estado tiene el deber de emplear correctivos para mejorar la situación.

“La CIDH recuerda que las autoridades deben realizar, de oficio, investigaciones serias, imparciales y efectivas. Asímismo, se debe reforzar la capacitación con perspectiva de género a los agentes de Estado en instancias policiales, investigativas y judiciales”, expresan en su cuenta de Twitter.

De acuerdo con el registro del organismo, las 11 venezolanas que forman parte de esta estadística no murieron todas en Venezuela. Una de ellas falleció en Estados Unidos, otra en República Dominicana, otra en Colombia y las ocho

restantes en territorio nacional.

Además, acotan que las víctimas comprendieron un rango de edad entre los 9 y 40 años. En algunos casos, las autopcias revelaron signos de tortura y violencia sexual.

Ante esta situación, la CIDH reiteró su preocupación ante la “alarmante prevalencia de asesinatos de niñas y mujeres por razones de género en Venezuela”.

Finalmente, instó a las autoridades a erradicar la violencia y la discriminación contra las niñas y mujeres venezolanas.

Aumento de feminicidios

Otros organismos también se han pronunciado debido a la alarmante cantidad de feminicidios. La Asociación Venezolana para una Educación Sexual Alternativa (Avesa), a través de la vocería de su coordinadora, Magdimar León, reveló que esta cifra ha incrementado en lo que va de 2020.

El año pasado cerró con 142 feminicidios en suelo venezolano, una media de 11 fallecidas por mes. Mientras que en menos de medio mes de 2020, ya se igualó este promedio.

León explicó que la mayoría de los casos registrados guardaron relación con delitos pasionales, ya que los perpetradores comunes son parejas, enamorados, novios, exenamorados o exesposos. Además de que suelen presentarse situaciones de agresión física o violencia sexual.

Fuente de la Información: http://www.correodelcaroni.com/nacional/4014-cidh-manifesto-preocupacion-por-alta-cifra-de-feminicidios-en-lo-que-va-de-ano

 

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María Elena Naddeo: “Con la ESI, aprenden a preservar su intimidad»

Por: pagina12.

“Es muy importante la Educación Sexual Integral (ESI), desde los primeros años de la escuela, para que las niñas y niños tomen conocimiento de su cuerpo, de cómo preservar su intimidad, porque de esa manera se contribuye a la tarea de prevenir abusos en la infancia”. En diálogo con Página|12, María Elena Naddeo, responsable del Programa de Atención de Niñez, Adolescencia y Género de la Defensoría del Pueblo de la Ciudad e integrante de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH), se refirió a la importancia de la educación sexual en niñas y niños, como quedó demostrado en los datos aportados por Ministerio Público Tutelar. Desde la Defensoría, Naddeo participa en encuentros con docentes, alumnos y alumnas de las escuelas porteñas, directoras de esos establecimientos y familiares de chicas y chicos, que participan en talleres, en charlas y en debates sobre el tema.

“La escuela es un lugar importante para tomar conocimiento de casos de abuso en la infancia y la adolescencia, pero para poder detectar el problema y para poder intervenir, es necesario que los chicos y chicas tomen conocimiento pleno de su cuerpo, de su intimidad, de la sexualidad, para que puedan darse cuenta de que están siendo víctimas de un abuso”. Para que la escuela pueda servir de contención a esos niños y niñas “es necesario también que los docentes reciban capacitación en forma permanente para que sepan cómo intervenir, como actuar ante una situación”. Insistió en que de la misma manera “los alumnos y alumnas tienen que saber cuáles son los límites que deben poner para preservar sus cuerpos, su intimidad, porque los niños deben recibir la información necesaria para que puedan tomar conciencia de lo que es correcto y de lo que no lo es”.

Naddeo explicó que en los talleres que se realizan surgen consultas y también se toma conocimiento de “abusos que se produjeron porque las niñas y niños recién allí se dan cuenta de lo que estaba pasando con ellos”. En el caso de adolescentes “salen a la luz casos de abuso, embarazo adolescente, de relaciones sexuales no consentidas que no fueron denunciadas por vergüenza, por temor o porque se creyó que se trataba de algo natural”.

En noviembre del año pasado, en una jornada organizada por la Defensoría de la Ciudad, María Elena Naddeo brindó una clase sobre violencia de género en el marco de la jornada sobre Educación Sexual Integral (ESI). Del encuentro participaron las escuelas 1, 5, y 15 del distrito escolar 5 de Barracas.

Fuente de la entrevista: https://www.pagina12.com.ar/240770-maria-elena-naddeo-con-la-esi-aprenden-a-preservar-su-intimi

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El deporte como herramienta de empoderamiento y resiliencia para mujeres en situación de violencia

Por:  Stephanie Demirdjian.

Con la karateca francesa Laurence Fischer, fundadora de la organización Fight For Dignity.

“Educar por el deporte” es la consigna que guió el trabajo de la francesa tricampeona mundial de karate Laurence Fischer durante sus 15 años de carrera en que, además de competir, ayudó a que mujeres en contextos vulnerables transformaran sus realidades a través de la práctica deportiva. Lo hizo primero mediante iniciativas de organizaciones civiles –la convocaron para que, justamente, bajara a tierra su premisa en distintos países de Centroamérica, África y Medio Oriente– y después con la creación de Fight For Dignity, que tiene como objetivo ayudar a mujeres en situación de violencia de género a empoderarse, reapropiarse de sus cuerpos y recuperar la autoestima a través del karate. El programa que plantea la organización francesa apunta a que las sobrevivientes puedan “reconectar cabeza, corazón y cuerpo”, según se puede leer en la página web. Las sesiones se adaptan al estado físico, psíquico, emocional y social de cada mujer.

Fight For Dignity trabaja en Francia y en la República Democrática del Congo. En el país africano funciona en la Casa Dorcas, un lugar de refugio y reposo para mujeres que atravesaron violencia sexual y sufrieron mutilación genital. En Francia, el programa forma parte de los talleres que promueve La Casa de las Mujeres de París, el único centro del país que tiene unidades especializadas en salud sexual y reproductiva, violencia de género y –también– mutilación genital. En los dos casos, el programa se enmarca en el trabajo de un equipo multidisciplinario que incluye psicólogos, médicos y abogados, entre otros especialistas. Este acompañamiento integral es “lo realmente innovador y necesariamente replicable” para ayudar a las mujeres que atraviesan violencias a salir de la situación y seguir con sus vidas, asegura Fischer en diálogo con la diaria y otros medios latinoamericanos.

Cada sesión de karate dura una hora y media y se basa en la respiración, la relajación y el trabajo de las caderas. “Se trabaja mucho en las caderas y en nombrar las partes del cuerpo, lo cual es muy importante porque a menudo las mujeres no saben dónde se sitúa cada parte”, explica la responsable de la iniciativa. “Trabajamos mucho, tanto en Francia como en el Congo, en el aparato genital y en particular en los músculos del periné, tratando de darle valor a esa zona, algo que sirve mucho de base para practicar el karate”, agrega.

El karate, en realidad, abarca sólo 20 minutos de la clase, “aunque es transversal a los ejercicios de yoga y sofrología” que se realizan antes, aclara Fischer. Todas las etapas de la sesión se realizan sistemáticamente en el mismo orden –así es más fácil para las mujeres, que suelen tener problemas de concentración debido a los traumas psicológicos con que conviven–, aunque en realidad el equipo adapta la metodología a lo que ellas quieran o pidan. La ex atleta resalta la importancia de que la práctica se realice entre mujeres, porque intercambian entre ellas y generan una complicidad en que ni siquiera es necesario hablar. “El deporte tiene esa capacidad de que no requiere la necesidad de hablar: se hace y listo. De hecho hay muchas mujeres en Francia que no hablan francés y no es un problema porque es el cuerpo en movimiento el que habla, especialmente en el momento en que la mujer toma conciencia de la fuerza que tiene y siente cómo pasa a través de su cuerpo”.

Reconectar para reconstruir

Según Fischer, la forma en como cambia el vínculo de las mujeres con sus cuerpos a través del deporte es “impresionante”. “Cuando las mujeres llegan, tienen la mirada vacía. Ni siquiera hay tristeza: no hay nada. Es algo muy fuerte que se llama disociación, que es básicamente que la mujer no está ahí presente”, relata la fundadora de Fight For Dignity. “En esa primera sesión hay algunas que no hacen nada y se quedan quietas, tienen miedo y aprensión. Pero cuando vuelven a la semana siguiente, y en el medio han hecho otro trabajo con un psicólogo, por ejemplo, la evolución se ve en la apertura. Llegan sonrientes y se ponen el kimono. Se ve hasta en la postura, porque al principio llegan encorvadas, con la mirada hacia el piso, y después empiezan a pararse mejor y a levantar la cabeza”.

Las sesiones tienen otro cometido que es ayudar a las mujeres a descargar la ira que muchas veces pueden tener contra la persona que las violentó. “Muchas de ellas llegan para aprender a defenderse pero terminan encerradas en un círculo vicioso en que piensan que todo lo hacen para golpear al agresor. Lo que tratamos a través de nuestro método es que tomen conciencia dando un golpe o pegando un grito, para que descarguen la ira y se llenen de energías positivas y de fuerza, no pensando en el agresor sino pensando en ellas mismas. Las mujeres entonces se llenan de confianza y energía y, eventualmente, se desprenden del depredador”, asegura Fischer, y aclara que este proceso no está ligado sólo al deporte sino “al contexto multidisciplinario” en general.

“En la mayoría de los casos, estas mujeres nunca habían hecho deporte antes y generalmente creen que no valen nada, porque es lo que les hicieron creer”, comenta la ex karateca. “Es extraordinario cuando muestran lo que aprendieron y sonríen al descubrir que lograron hacer cosas que nunca hubieran imaginado”. El objetivo último de la organización es que, eventualmente, las mujeres se animen a practicar karate en algún club deportivo, incluso si es mixto.

Fischer considera que lo que hace Fight For Dignity “es una gota de agua”, pero que puede convertirse en océano si otras atletas se comprometen con la promoción de la educación por el deporte y se convierten en modelos a seguir para mujeres en situaciones de vulnerabilidad. “Pienso que un tercio de las mujeres en el mundo son víctimas de violencia y que hace falta que haya un cambio en la manera en que nos relacionamos con el cuerpo; es necesario que podamos reconectar la cabeza con el cuerpo, que ha sido la fuente del sufrimiento”, asegura. “El deporte, tal como existe hoy, tiene un lugar en el acompañamiento de estas mujeres víctimas. Hay que dejar de estigmatizarlas y demostrarles que, de hecho, son fuertes”.

Todos los caminos que llevaron al Congo

Fight For Dignity fue fundada hace casi tres años pero empezó a gestarse en el imaginario de Laurence Fischer varios años antes. Quizás el primer antecedente tuvo lugar en 2006 en Kabul, Afganistán, en uno de los tantos viajes que la ex atleta realizó para promover la educación por el deporte, en esa oportunidad de la mano de la organización Plan Internacional.

Allí conoció a un grupo de adolescentes de entre 12 y 16 años que integraban por primera vez el equipo nacional de karate. El rol de Fischer era no sólo transmitirles conocimientos específicos sobre la disciplina sino también alentarlas para que practiquen el deporte pese a las circunstancias, que en muchos casos eran adversas. Después de pasar un mes en la capital afgana volvió a Francia con gusto a poco y decidió invitar a las jóvenes a su país para continuar el acompañamiento y convertirse en una especie de mentora. “Pude ver su evolución, sus condiciones, e incluso cuando para algunas de ellas la situación personal era muy complicada, era evidente el efecto que tenía el hecho de que practicaran deporte”, comparte Fischer. “Las mujeres que vinieron estaban muy comprometidas con hacer escuchar sus voces, compartir sus experiencias y mostrar la voluntad de continuar practicando y competir, porque, como atletas, era importante para ellas también poder identificarse como aptas para participar de una competencia”, agrega.

Para cuando terminó esa experiencia, que coincidió también con el fin de su carrera como deportista profesional, el trabajo de Fischer estaba cada vez más orientado hacia las cuestiones vinculadas a las mujeres. No sólo en una búsqueda por ayudarlas en situaciones difíciles, sino también comprometida con la visibilización de las desigualdades de género en el ámbito del deporte en Francia. “Entonces decidí de alguna manera alentar a las mujeres a que se sientan legítimas y a que se comprometan en la educación, en la formación y en los puestos de responsabilidad en materia de deporte”, recuerda.

A eso se dedicó en los años siguientes, hasta que en 2013 conoció en el Foro Mundial de Mujeres Francófonas al ginecólogo congoleño Denis Mukwege, quien marcó un antes y un después en el enfoque de su trabajo con mujeres vulneradas. “El doctor había contado su recorrido como ginecólogo en su país, el Congo, donde se convirtió en un especialista en cirugía reconstructiva de genitales de mujeres que durante la Guerra de Kivu (2004-2009) y otros conflictos armados eran y siguen siendo violadas, en un escenario en que la violación es utilizada como un arma de guerra”, cuenta Fischer. Desde 1998 a la fecha, Mukwege operó a unas 2.000 mujeres por año y se convirtió en un referente mundial en materia de operaciones reconstructivas. Su trabajo le valió el apodo doctor Milagro, y en 2018 recibió el Premio Nobel de la Paz junto a la activista yazidí Nadia Murad “por sus esfuerzos para erradicar la violencia sexual como arma en guerras y conflictos armados”.

“A estas mujeres víctimas de violencia sexual las llaman ‘sobrevivientes’ porque llegan muchas veces con fístulas, es decir que están perforadas por dentro, y con traumatismos psicológicos graves y muy específicos que van desde los pensamientos suicidas a la depresión, pasando por referencias a la hipersexualidad o a la frigidez, sin que conserven ningún vínculo con el cuerpo, porque ha sido una fuente de sufrimiento”, explica Fischer. Su recuperación, entonces, va mucho más allá de la cirugía reconstructiva. Por eso el doctor Mukwege creó en 2014 un lugar de convalecencia posoperatorio en donde las mujeres son atendidas por un equipo multidisciplinario que incluye médicos pero también especialistas en salud mental o talleristas: la Casa Dorcas, que anualmente atiende a cerca de 100 adolescentes de 12 a 18 años.

Fischer cuenta que el testimonio del doctor –que fue objeto de intentos de asesinato por comprometerse a acompañar a estas mujeres y denunciar, de cierta manera, que el Estado no asumía su responsabilidad frente a este flagelo– la “conmovió profundamente”. Entonces le propuso trabajar en la casa con un programa de deporte que estuviera centrado en transformar la relación de esas mujeres con sus cuerpos, más allá de lo que lograra la operación quirúrgica. El programa, que incluye tanto karate como fútbol, está a cargo de un profesor que fue especialmente entrenado por Fischer.

Fight For Dignity, en realidad, nació tres años después, cuando tres sobrevivientes le dijeron a la ex karateca que una vez que salieran de la Casa Dorcas querían volver a la ciudad donde vivían para transmitir lo que habían aprendido a las vecinas, amigas, madres y abuelas, porque no querían que las mujeres de su entorno sufrieran lo mismo que ellas. “Ahí fue cuando me dije: esto es más grande, no puedo abandonar”, recuerda Fischer. Y decidió crear la organización, que además de llevar adelante las sesiones deportivas trabaja en la formación de futuras entrenadoras. En 2018 la tricampeona quiso llevar el modelo a Francia y encontró el espacio ideal en La Casa de las Mujeres de París. “Estamos presentes en dos modos diferentes porque son dos contextos diferentes: en Francia, las mujeres van a La Casa de las Mujeres por las operaciones posmutilación genital, pero también encuentran allí un refugio a la violencia de pareja o al abuso sexual intrafamiliar”, aclara Fischer. “Son entonces dos estrategias diferentes, pero a pesar de todo el enfoque es el mismo en los dos países: recuperar la autoestima y reapropiarse del cuerpo que fue blanco de violencias”.

Desde Francia | Esta nota fue realizada en el marco de un programa para periodistas latinoamericanas sobre igualdad de género, organizado por el Ministerio de Europa y Asuntos Extranjeros de Francia.

Fuente de la reseña: https://feminismos.ladiaria.com.uy/articulo/2020/1/el-deporte-como-herramienta-de-empoderamiento-y-resiliencia-para-mujeres-en-situacion-de-violencia/

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Argentina: El Ministerio de Mujeres, Género y Diversidades, una cartera que nació de la lucha

El Ministerio de Mujeres, Género y Diversidades, una cartera que nació de la lucha

Ya juraron las nuevas funcionarias

Este miércoles Elizabeth Gómez Alcorta tomó juramento a las autoridades del Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad que la acompañarán en la gestión, en un acto que se distinguió por lo emotivo y el entusiasta apoyo del público que colmó el auditorio del Ministerio de Producción, prestado para la ocasión ya que el flamante ministerio aún no tiene sede propia. Del acto participaron el jefe y la vicejefa de gabinete de la Nación, la secretaria de Legal y Técnica, ministras y ministros, diputadas nacionales, intendentas, la ministra de las Mujeres, Políticas de Género y Diversidad Sexual de la provincia de Buenos Aires, titulares de las áreas de género de distintas dependencias, otras y otros referentes políticos y de los distintos poderes del Estado.

La politóloga Lara González Carvajal juró como jefa de Gabinete del ministerio. Especialista en planificación y políticas públicas, trabajó en la Cámara de Diputados de la Nación y en el Senado de la Provincia de Buenos Aires como secretaria Legislativa del bloque Frente para la Victoria-PJ.

Cecilia Merchán, la secretaria de Políticas de Igualdad y Diversidad, juró “por la patria y por la matria, justa, libre y feminista. Por las ancestras, que nos trajeron hasta acá, y por las jóvenes, que no sabemos a dónde nos van a llevar”. Empezó a militar a los 14 años como alfabetizadora de personas adultas. Como diputada nacional, impulsó las leyes de ampliación de derechos, coordinó el programa Juana Azurduy y el Comité Ejecutivo contra la Trata de Personas.

Pilar Escalante juró “por las luchas colectivas, que nos trajeron hasta acá” al asumir como subsecretaria de Igualdad. Licenciada en Ciencia Política con orientación en Análisis Político en la Universidad Nacional del Rosario y referente de la Campaña por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito en su ciudad, hace más de 10 años desarrolla y participa en dispositivos de acompañamiento en el acceso a los derechos sexuales y reproductivos de mujeres y personas gestantes.

Alba Rueda ocupa el cargo de subsecretaria de Políticas de la Diversidad y juró “por la patria transfeminista, por Lohana Berkins, por Diana Sacayán, por la resistencia de les compañeres”. Militante y activista por los derechos de las personas trans y travestis, es presidenta de Mujeres Trans Argentina, investigadora del Departamento de Género y Comunicaciones del Centro de la Cooperación Floreal Gorini e integrante del consejo asesor del Observatorio de Género en la Justicia, que depende del Poder Judicial de la Ciudad de Buenos Aires.

Josefina Kelly Neira, abogada penalista con diploma de FLACSO de gestión y control de políticas públicas, que trabajó en el Poder Judicial de Nación, en el Ministerio de Seguridad y en el Ministerio de Justicia de la Nación, juró como Secretaría de Políticas contra la Violencia por Razones de Género.

Laurana Malacalza asumió como subsecretaría de Abordaje Integral de las Violencias por Razones de Género. Es docente de la Especialización en el abordaje de las violencias interpersonales y de género de la Universidad Nacional de La Plata. Coordinó el Área de Género e Investigación del Comité contra la Tortura de la Comisión Provincial de la provincia de Buenos Aires y fue coordinadora del Observatorio de Violencia de Género de la Defensoría del Pueblo de la provincia de Buenos Aires.

Carolina Varsky, que juró “por les otres, que son la patria”, fue designada en la subsecretaría de Programas Especiales contra la Violencia por Razones de Género. Fue Coordinadora de la Procuraduría de Crímenes contra la Humanidad de la Procuración General de la Nación entre 2013 y 2019. Trabajó por más de 15 años en el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS). Fue Directora del Programa Memoria y Lucha contra la Impunidad del Terrorismo de Estado y luego directora de Litigio y Defensa Legal en ese organismo de derechos humanos.

Al frente de la Subsecretaría de Formación, Investigación y Políticas Culturales para la Igualdad juró Diana Broggi, “por la historia de las Abuelas y las Madres y por el futuro de las pibas y pibes de nuestra patria grande”. Con formación en salud social y comunitaria, y como psicóloga feminista trabajó en equipos de salud territoriales en consumos problemáticos, violencia de género, niñez y adolescencia.

Larisa Rosón, con más de veinte años de experiencia en gestión pública y en organismos internacionales. asumió como subsecretaria de Gestión Administrativa.

En el acto la ministra reiteró que la creación del ministerio es producto de la lucha histórica que no sólo se remonta a principios del siglo pasado sino a las batallas y luchas que dieron en soledad muchas mujeres y colectivos de la diversidad desde la recuperación de la democracia y destacó que la creación del ministerio es expresión de la voluntad política de Alberto Fernández y Cristina Fernández de Kirchner de priorizar y jerarquizar la política de igualdad de géneros de un modo contundente e indiscutido. También señaló que esta decisión implica revalorizar el rol del Estado y lo público y que más allá del trabajo que llevaron adelante organizaciones de la sociedad civil en la lucha por los derechos de las mujeres y las disidencias hay competencias que son propias e inexcusablemente estatales.

Fuente de la Información: https://www.pagina12.com.ar/240692-una-cartera-que-nacio-de-la-lucha

 

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