India/16 octubre 2017/Fuente: El Mundo
Una cláusula del código penal permitía a los maridos tener relaciones sexuales con sus esposas si ellas tenían al menos 15 años
Aunque la ley los prohíbe, India es uno de los países con más casamientos de menores del mundo
El Tribunal Supremo de la India ha sentenciado que el sexo entre un hombre y su esposa menor de edad es delito de violación. Hasta ahora, una contradicción jurídica lo permitía. Los jueces, sobre el papel, dan un paso importante que afecta a millones de mujeres, si bien los efectos reales, sobre el terreno, pueden verse retrasados por las persistentes trabas sociales que todavía existen en la sociedad india.
Las leyes indias establecen que el sexo con una menor de 18 años es delito, pero una cláusula del código penal permitía a los maridos tener relaciones sexuales con sus esposas si ellas tienen al menos 15 años. Es decir, era la condición de casada la que excluía a las mujeres de poder denunciar esas agresiones sexuales. Este miércoles el tribunal ha dictado que esa excepción es «discriminatoria» y «arbitraria» y que «viola la integridad física» de la menor.
Ese apartado, además, chocaba frontalmente con la edad legal para el matrimonio (18 para ellas, 21 para ellos). Fue la organización Pensamiento Independiente la que llevó ante la Justicia estas contradicciones. Sus miembros consideran que la sentencia corrige un «error histórico contra las niñas». Ahora, las menores podrán denunciar a sus maridos de violación en el periodo de un año desde la agresión sexual.
El paso dado por el Supremo ha puesto sobre la mesa dos temas muy arraigados en India. El primero: los matrimonios infantiles. Aunque la ley los prohíbe, India es uno de los países con más casamientos de menores del mundo. UNICEF señaló en 2016 que en el país asiático el 18% de las niñas están casadas a los 15 años y el 47% a los 18. Esos datos se disparan a más del 60% en algunos estados como Bihar o Rajastán.
Un informe de la Comisión Nacional para la Protección de los Derechos del Niño afirmaba que, aunque los matrimonios infantiles están en descenso desde principios de siglo en las zonas rurales, en las ciudades está creciendo. La falta de educación, la pobreza, una cultura patriarcal y unos profundos valores conservadores actúan como factores determinantes en estas prácticas.
Además, las mujeres indias son vistas como una carga económica desde su nacimiento, por lo que los padres tratan de arreglar matrimonios lo antes posible para desprenderse de esa responsabilidad, que pasa al marido y su familia. «Controlar la sexualidad de las niñas y las mujeres también es un factor influyente en la práctica del matrimonio infantil. La presión de los matrimonios tempranos tiene como objetivo minimizar el deshonor asociado a la conducta sexual inapropiada de la mujer, lo que a menudo conduce a matrimonios arreglados durante la pubertad», denuncian desde la asociación Girls Not Bribes.
La institución del matrimonio
El gobierno se mostraba favorable a mantener la cláusula que permitía el sexo con esposas menores porque considera que así se protege la institución del matrimonio, un pilar fundamental en la sociedad india. Los jueces del Supremo, que rechazaron esa tesis, aprovecharon la ocasión para expresar su preocupación sobre los casamientos de menores y pidieron al gobierno nacional y a las autoridades estatales que tomen medidas para erradicar esta ilegalidad tan extendida en el país.
Lo que no hicieron los magistrados es abordar un segundo asunto tan presente y extendido como el primero: la violación dentro del matrimonio entre dos adultos, una práctica que a día de hoy no es delito. El gobierno indio sostiene que el concepto de violación marital que se tiene en muchas partes del mundo «no se puede aplicar al contexto indio». Con «contexto indio» hay que entender una sociedad que cree que el deber de la esposa es mantener sexo con su marido, además de ser fértil. Es decir, impera la percepción de la mujer como alguien que debe cumplir el papel de esposa y madre.
Lo que ocurre ahora es que, con la sentencia del Tribunal Supremo, una mujer casada podrá denunciar que está siendo violada por su marido hasta que cumpla los 18 años. A partir de esa edad, la ley no lo considerará violación.
Además, existe un escollo social al que se enfrentan las mujeres que sufren violencia sexual, empujadas a guardar silencio sobre todo lo que ocurra en el hogar. Si el miedo a denunciar a sus maridos es algo profundamente extendido (por el temor a las represalias, por la presión social y familiar que reciben cuando lo hacen, por el deshonor que les hacen sentir), no es difícil imaginar cómo será la situación cuando se trata de una menor casada con un adulto.
Fuente: http://www.elmundo.es/sociedad/2017/10/11/59de38f6468aebc26b8b46a2.html