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Brasil: Dezenas de alunos do Bandeirantes protestam contra Escola Sem Partido em São Paulo

América del Sur / Brasil / 14 de agosto de 2016 / Por: Esquerda Diário

Dezenas de estudantes do Bandeirantes, colégio tradicional da capital paulistana, se organizam em frente à escola para protestar contra o projeto Escola Sem Partido na manhã dessa sexta-feira (12).

O ato conseguiu reunir cerca de 100 alunos durante o período do intervalo. Seguraram cartazes com os dizeres: “escola sem pensamento crítico não é escola” ou “a verdade é dura, escola sem partido é censura”. Mais fotos ao final da matéria.

Na manhã anterior, um grupo autodenominado Juntos Pelo Brasil havia panfletado em frente ao Bandeirantes defendendo o projeto de lei que visa endurecer o controle ideológico dentro da sala de aula. Tudo começou quando o próprio diretor do colégio, Mauro Aguiar, participou de um debate na Folha de S. Paulo onde expôs sua visão crítica ao projeto.

Os alunos, portanto, se rebelarem e promoveram este ato que fez bastante barulho na Vila Mariana e chamou atenção.

Muitos que cresceram em São Paulo sabem, ou já ouviram falar, que o Bandeirantes é um colégio de elite e dos mais tradicionais da cidade, com caráter conservador na abordagem pedagógica (há tempos atrás, o colégio dividia os alunos em salas de aula de acordo com as suas notas).

Fatos como esse de hoje mostram o enorme rechaço que existe ao projeto de lei ultra reacionário do Escola Sem Partido e como a juventude não vai aceitar nenhum tipo mordaça dentro da sala de aula.

fotos: mídia ninja
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Fuente Original: http://esquerdadiario.com.br/Dezenas-de-alunos-do-Bandeirantes-protestam-contra-Escola-Sem-Partido-em-Sao-Paulo

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Entrevista a Jorge Moreira : “La corrupción es la realidad inexorable de todos los países capitalistas”

14 Agosto 2016/Fuente: Resumen Latinoamericano / Rebelión Autora: Catherine Bryan 

Jorge de Brito Vital Moreira es profesor, escritor, sociólogo, filósofo y músico. Sus áreas de trabajo son el marxismo, la filosofía, la música y la crítica cultural (literatura, cine y música) de inspiración filosófica marxista (Manuel Sacristán, Fredric Jameson, Terry Eagleton, David Harvey, Darcy Ribeiro y Glauber Rocha).-Catherine Bryan.
¿Qué le parece si vamos directamente a la primera pregunta? ¿Cuál es su opinión acerca de la eliminación de Dilma Rousseff como presidenta de Brasil?
-Jorge Moreira. Dilma Rousseff fue reelegida presidenta de Brasil por la voluntad y deseo de 54 millones de brasileños. Por lo tanto, el alejamiento de Dilma de la presidencia por una banda de políticos ladrones y por organizaciones políticas mafiosas, es, sin duda, una nueva forma de golpe de estado contra el pueblo brasileño.-C. B. ¿Un nuevo tipo de golpe de estado?

-J.M. Sí. Para aquellos que todavía no están informados del golpe militar de 1964 impuesto al Brasil por el gobierno de Estados Unidos y sus súbditos brasileños, les debo aclarar: el entonces presidente de Brasil, João Goulart, constitucionalmente elegido por la mayoría de la población brasileña, fue depuesto y sometido al exilio político por un golpe de estado que estableció una dictadura militar en beneficio de los intereses económicos y políticos del imperio americano y de la élite brasileña antinacionalista. Esta dictadura, planificada y programada por los EE.UU., duró más de 20 años (1964 a 1986) e implementó en Brasil, la tortura, la desaparición y el asesinato de trabajadores del campo y la ciudad, maestros, estudiantes, líderes sindicales y políticos de la oposición, así como el cierre del Congreso brasileño, colocando sin efecto la constitución de Brasil.

-C. B. ¿Cuál es la diferencia entre el golpe militar de 1964 y este golpe de 2016?

-J. M. En el plano estructural (bajo las apariencias de la superficie), no hay diferencias significativas entre los dos golpes. En ambos casos, se trataba y se trata, por un lado, de dar continuidad al proyecto del imperialismo de los EE.UU., para saquear las riquezas de Brasil para el beneficio de las empresas multinacionales estadounidenses; y por otro lado, se trataba y se trata de imponer un modelo de dominación política para seguir defendiendo los intereses de la minoría privilegiada (en la actualidad, una oligarquía nacional e internacional de menos del 1% de la población) que domina y controla la mayor parte de la riqueza del planeta.

-C.B. Pero, ¿qué papel ha jugado la corrupción del Partido dos Trabalhadores (PT) y del ex presidente Luis Inácio da Silva (Lula) en el golpe de estado?

-J.M. La real corrupción del PT y de Lula es sólo uno de los factores del proceso que resultó en el golpe. La corrupción del PT es una especie de pretexto para el golpe articulado por los políticos corruptos del Partido do Movimento Democrático Brasileiro, PMDB (Michel Temer, Eduardo da Cunha, Renan Calheiros, el ex presidente José Sarney, etc.), del Partido da Social Democracia Brasileira, PSDB (Aécio Neves, José Serra, Geraldo Alckmin, el ex presidente Fernando Henrique Cardoso, etc.), por la Federación de las Industrias del Estado de São Paulo (FIESP), por la Red Globo de Televisión (de propiedad de la familia de Roberto Marinho), por la prensa corporativa de Brasil como las revistas Veja, Isto é, además del diario Folha de São Paulo . C.B. ¿Cuáles otros grupos participaron en el golpe de estado actual?El golpe también fue articulado por la mafia de los juristas asociada con el golpe y por el fundamentalismo protestante (los evangélicos) con el fin de cancelar, como ya he mencionado, la decisión de 54 millones de brasileños que votaron por la presidenta, Dilma Rousseff.

-C.B. Sí, he sido informada de que el Departamento de Justicia de Brasil está siendo cuestionado por sectores vinculados a los trabajadores del país por ser un instrumento para el beneficio de este golpe. ¿Qué opina de esta declaración?

-J.M. Creo que el cuestionamiento de los trabajadores del campo y de la ciudad (y de organizaciones vinculadas al trabajo) sobre el carácter corrupto y partidario de la “justicia brasileña” es algo esencial, necesario y fundamental. Las preguntas son: ¿Por qué las acusaciones y las pruebas contra el Aécio Neves (candidato del PSDB, que perdió las elecciones contra Dilma Rousseff) y contra el senador del PSDB, Antonio Anastasia, no son tomadas en cuenta por la Procuradoria Federal de la República (PFR) o por el Supremo Tribunal Federal (STF) de Brasil? ¿Por qué los fiscales y los jueces de la “Operación Jato” son incapaces de detener y poner en la cárcel a Eduardo Cunha y Aécio Neves, los símbolos de la corrupción en Brasil? ¿Por qué solamente los políticos del PT son castigados por el “sistema judicial brasileño”? ¿Cómo podemos creer en la “justicia brasileña”? Recientemente, Emanuel Cancella publicó un importante artículo sobre este tema en el periódico brasileño Tribuna da Imprensa … (1)

-C.B. ¿Tiene usted respuesta a esa pregunta que acaba de plantear: ¿Por qué solamente los políticos del PT son castigados por el “sistema judicial brasileño”?

-J.M. Por supuesto. Para mí, la respuesta es muy clara:

1) es debido a que el PT (a pesar de la corrupción y de la política reformista a favor del neoliberalismo), estaba a favor de mantener la propiedad estatal y nacional de la Petrobras y del Pré-Sal;

2) es debido a que el PT defendía la participación e integración de Brasil en el gobierno de los países que conforman los BRICS (la asociación económica, comercial e financiera entre Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica);

3) y es debido a que el gobierno del PT defendía la política de las organizaciones regionales anti-USA y anti-OEA, como el MERCOSUR, y las organizaciones articuladas por el presidente venezolano fallecido Hugo Chávez como la red de televisión regional (TELESUR), la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR), el Banco del Sur y otros.

Por lo tanto, debo repetir: el golpe ha sido implementado para el beneficio y el poder económico de la clase política nacional e internacional dominante (una minoría de menos del 1% de la población mundial). Creo que este es el momento apropiado para informar/recordar al público de esta entrevista que una de las noticias más censuradas entre 2014-2015 fue la siguiente: El 1% más rico del mundo tiene 50% de la riqueza mundial. Es decir, el 1% más rico de la población mundial ya tiene tanta riqueza como el resto combinado del 99%, según las proyecciones para el año 2016 de un estudio publicado por Oxford Committee for Famine Relief , Oxfam (Comité de Oxford de Ayuda contra el Hambre) una organización sin fines de lucro que tiene como objetivo eliminar la pobreza en el mundo (2). Así, afirmo que la lucha de clases en Brasil por la apropiación de la riqueza social en beneficio de esta minoría internacional y nacional es la noción marxista fundamental para revelar las verdaderas motivaciones para el golpe actual en Brasil.

La lucha de clases sociales (o la guerra entre clases) es la piedra de toque para, por una parte, explicar la lucha del gobierno de Estados Unidos (Barack Obama) para desestabilizar el Brasil con el fin de tomar posesión de Petrobras y del Pré-Sal; por otra parte, para explicar el plan de Estados Unidos para destruir los BRICS y el MERCOSUR, TELESUR, etc. Para ampliar este punto, me gustaría argumentar que el concepto de lucha de clases (o guerra de clases) tiene la capacidad de explicar, por ejemplo, la razón de la complicidad y sumisión del gobierno de derecha del presidente Mauricio Macri, de la Argentina, para defender los objetivos antinacionalistas y antidemocráticos de la administración de Barack Obama contra el pueblo de Argentina y de América Latina; para explicar, por ejemplo, la subordinación y la complicidad del gobierno servil del presidente Juan Manuel Santos de Colombia (y la subordinación de la Organización de Estados Americanos, OEA), para beneficiar los intereses geopolíticos de los EE.UU., o sea, para destruir el proceso de estabilización económica, social y política del gobierno popular del presidente Nicolás Maduro en Venezuela.

Como podemos observar, un objetivo fundamental de la geopolítica de los Estados Unidos es apropiarse del petróleo de Venezuela para entregar a las multinacionales tales como Chevron y otras del sector petrolero. El caso venezolano es aun más complejo que otros países, ya que el gobierno de Estados Unidos no podría tomar el poder político en Venezuela a través de un golpe de estado “blando” como se hizo contra el pueblo de Paraguay, o en contra de la población brasileña. En Venezuela, tendría que ser más parecido al golpe de estado llevado a cabo por los EE.UU. con la ayuda de los militares hondureños contra el gobierno del presidente Manuel Zelaya y contra el pueblo de Honduras. Sin embargo, creo que sería aun más difícil para el Departamento de Estado que sus ONGs sean capaces de corromper a los militares venezolanos para apoyar un golpe militar contra el pueblo de Venezuela.

-C.B. Volviendo a Brasil, usted ha mencionado que la corrupción del PT fue solo uno de los factores y un pretexto para el golpe de estado ejecutado por el PMDB, el PSDB, los grandes medios corporativos de información, y otros. Pero ¿cuáles son otros factores que cree usted que jugaron un papel decisivo en este proceso golpista?

-J.M. En el plano interno, el alejamiento de la presidenta Dilma está conectado, por un lado, al hecho de que el grupo de los políticos, de las organizaciones brasileñas y de hombres de negocios corruptos, quería cancelar la “Operación Lava Jato” debido a que continuar con la operación podría resultar en el encarcelamiento de ciertos miembros de esos grupos.

Por otro lado, los políticos corruptos del PMDB, del PSDB, la mafia de juristas asociada y los evangélicos no consiguieron evidencia para demostrar que Dilma estuvo involucrada en el caso de corrupción del PT. En cambio, los políticos que alejaron a Dilma de la presidencia y que ahora están “gobernando” el Brasil ilegalmente, tienen expedientes judiciales que demuestran cómo todos ellos estaban y están involucrados en corrupción activa y/o pasiva. Podemos mencionar, por ejemplo, las relaciones ilegales entre esos políticos y el conglomerado del estado de Bahía conocido como la OAS (la organización corrupta fundada por el ex gobernador Antônio Carlos Magalhães, el famoso “Toninho Perversidad” del partido Aliança Renovadora Nacional, ARENA); entre ellos y el conglomerado Norbert Odebrecht, incluyendo las empresas constructoras Camargo Correa y Andrade Gutierrez (3). Como lo demuestran los testimonios documentados contra estos políticos corruptos de la derecha, el golpe de estado se llevó a cabo con agenda secreta para evitar, como ya mencioné, que la “Operación Lava Jato” revelara sus crímenes y que la justicia pudiera castigarlos por los delitos de corrupción que cometieron.

-C.B. Bueno, ahora que usted ha mencionado factores internos, ¿cuáles son los factores externos del golpe de estado actual?

-J.M. Externamente (y ya lo he mencionado anteriormente), el actual golpe de estado de 2016 en Brasil fue, como el golpe militar en Brasil de 1964, planificado y coordinado por el gobierno de Estados Unidos, con la participación de la derecha brasileña, con el objetivo fundamental, en los dos casos, de apropiarse de la riqueza material y energética de Brasil.

Entre los indicadores de la asociación espuria actual están los datos sobre la conexión entre el vicepresidente Michel Temer (PMDB) y el abogado Sergio Moro (PSDB) con la Central Intelligence Agency (CIA), la tenebrosa organización estadounidense famosa por su participación sistemática en los delitos políticos tales como la organización de sabotaje y la promoción de los golpes de estado contra Brasil y los países de América Latina y del “Tercer Mundo” (4). Pero eso no es nuevo en la historia política de Brasil. En el pasado muy reciente, el ex presidente de Brasil, Fernando Henrique Cardoso, del PSDB, recibió dinero de la CIA, a través de la Organización Ford, para fundar y financiar el famoso Centro Brasileño de Análisis y Planificación (CEBRAP). Los datos de las relaciones entre Fernando Henrique Cardoso y la CIA se pueden encontrar en dos excelentes libros: el de Frances Stonor Saunders, y el de Brigitte Leoni Hersant (5).

También podríamos hacer referencia al plan interno brasileño y mencionar algunas de las pruebas de la corrupción que existen en contra de Fernando Henrique Cardoso durante el período en que él era el presidente de Brasil. Por ejemplo, el periodista Fernando Rodrigues publicó una brillante investigación sobre la compra de votos que llevó a la reelección de Fernando Henrique Cardoso. Después de la denuncia de este periodista, varios diputados (que vendieron sus votos) dimitieron de sus mandatos (6).

Por lo tanto, externamente, la novedad de este golpe de estado se encuentra en su asociación con las actuales estrategias geopolíticas de los Estados Unidos: contar con la complicidad y la traición de la derecha política brasileña para destruir el MERCOSUR y todas las instituciones autónomas e independientes que habrían sido inspiradas y organizadas por el liderazgo del difunto presidente Hugo Chávez y por el movimiento popular de izquierda de América Latina.

En resumen, podemos también observar que entre los objetivos económicos y geopolíticos de los EE.UU. de este golpe de estado en Brasil, se encuentra el desarrollo de una política estratégica para destruir la asociación de los países del BRICS. Entonces, en un sentido amplio, el plan de Estados Unidos es derrotar a los gobiernos de izquierda en América Latina a través de golpes (“blandos o duros”) como ya se ha visto en los golpes contra Honduras y contra Paraguay en este siglo XXI. También podríamos mencionar que los dos golpes de estado anteriores, implementados por los EE.UU en contra del gobierno del ex presidente Hugo Chávez, no tuvieron éxito.

Actualmente, los EE.UU. estaría planeando (con la activación del Comando Sur y con la ayuda del gobierno de Juan Manuel Santos de Colombia) invadir a Venezuela para destruir el gobierno nacionalista y popular del presidente Nicolás Maduro. Esta nueva forma de guerra de los EE.UU. contra los gobiernos de izquierda (o gobiernos “enemigos”) se puede nombrar, de acuerdo al periodista Pepe Escobar (y otros intelectuales internacionalistas lúcidos), de “guerra híbrida”. (7)

-C.B. En este punto, me gustaría preguntar ¿cómo se posiciona usted políticamente, considerando no solo la distancia sino su doble nacionalidad (brasileña y estadounidense), en relación a los partidos políticos brasileños: ¿Está usted afiliado al PT y se identifica con los gobiernos de Lula y/o de Dilma?

-J.M Antes de responder a su pregunta, debería colocar ciertas coordenadas espaciales y temporales, informándole que como brasileño, que estudió y vivió en México, y después, estudió y está viviendo en los Estados Unidos, nunca di mi voto a los candidatos de los partidos políticos brasileños como el PMDB, PSDB o el PT. En pocas palabras, nunca voté, en el pasado o en el presente, por Fernando Henrique Cardoso, del PSDB, ni por Lula del PT, ni por Dilma Rousseff.

También le informo que, como ciudadano estadounidense, nunca voté por candidatos del Partido Republicano o del Partido Demócrata, ya que la mayoría de sus representantes (los que son elegidos a la presidencia de Estados Unidos, al Senado, o a la Cámara de Representantes), tiene sus campañas políticas subvencionadas por el dinero de Wall Street, por el dinero de los grandes bancos estadounidenses, por el dinero de las grandes empresas y organizaciones tales como The American Israel Public Affairs Committee, el AIPAC (el Comité de Asuntos públicos Estados Unidos-Israel) y otras. Así, desde el punto de vista objetivo, casi todos los funcionarios del gobierno de Estados Unidos están a servicio de los intereses del gran capital que financian sus elecciones.

Debo resumir este punto declarando que estoy en contra de cualquier tipo de corrupción. Pienso que toda autoridad política corrupta de Brasil, de los EE.UU. o de cualquier otro país capitalista, debería ser punida criminalmente por un sistema legal verdaderamente democrático e igualitario.

Sin embargo, también soy forzado a reconocer que la corrupción es la realidad inexorable de todas las sociedades capitalistas; la corrupción es una realidad sistemática entre todas las clases dominantes, entre todos los partidos políticos de todos los países del sistema capitalista del planeta tierra.

En la España capitalista de hoy, por ejemplo, el rey Juan Carlos de Borbón, su familia real, sus instituciones franquistas, su iglesia católica, sus partidos políticos tradicionales, (como el PP, el PSOE y otros) han sido denunciados sistemáticamente por estar involucrados en escándalos de corrupción masiva. Pero la monarquía española, borbónica, franquista (con sus instituciones y sus medios corporativos capitalistas) y sus partidos políticos de derecha siguen viviendo en la misma impunidad de siempre.

Los Estados Unidos de América (EE.UU.) es uno de los extraordinarios ejemplos del sistema de corrupción y corruptor que modela el mundo contemporáneo. Los Estados Unidos es actualmente uno de los países donde hay uno de los mayores niveles de corrupción en todo el mundo. Y sin embargo, la media corporativa, las instituciones tradicionales y las autoridades gubernamentales de EE.UU. no permiten que la mayoría del pueblo estadounidense tome consciencia de lo que está pasando, por lo que seguirá promocionando la mitología que “los EE.UU. es la mayor democracia del mundo”, “los EE.UU. es el país que más respeta los derechos humanos de los individuos”…

Todo esto es mitología política como vemos, recientemente en el artículo del periodista David DeGraw titulado, “The Wall Street’s Pentagon Papers: Biggest Financial Scam In World History”, donde demuestra que el banco central de Estados Unidos (la Reserva Federal, FED) realizó un “backdoor bailout” (rescate secreto) con el dinero de los impuestos de los contribuyentes estadounidenses. Es decir, la Reserva Federal (FED) ha distribuido en secreto $12.3 TRILLION tax dollars, del dinero de los contribuyentes estadounidenses a un pequeño grupo de banqueros. (8)

Este gigantesco fraude ya fue denunciado anteriormente por el senador Bernie Sanders, (el actual candidato a la presidencia de los Estados Unidos). En diciembre de 2012, Sanders denunció la Reserva Federal y su presidente (Chairman), Ben Bernanke, al Senado de Estados Unidos, además de informarnos de lo ocurrido (de este gigantesco proceso de corrupción financiera) en su artículo “A Real Jaw-Dropper at the Federal Reserve” en el Huffington Post (9). 

En Brasil, la corrupción ha existido desde los tiempos de la colonización portuguesa y también ha sido ampliamente practicada en el siglo XX-XXI por los partidos políticos tradicionales, tales como la antigua Unión Democrática Nacional (UDN), y ARENA (el partido de la dictadura militar de 1964), por el PSDB, por el PMDB y muchas otras organizaciones, políticas, económicas, militares y religiosas del país.

En Brasil, la corrupción no es una característica única y exclusiva del Partido dos Trabajadores (PT). ¿Cómo olvidar, por ejemplo, que el ex presidente Fernando Collor de Mello fue elegido a la presidencia por una campaña política contra la corrupción (contra los “marajás” contra las “mordomias” en Brasil) y luego, finalmente, fue sometido a juicio político e impeached (impedido) por ser uno de los políticos más corruptos de nuestro país?

No tengo ninguna duda que el PT, Lula, y sus representantes políticos han practicado y promovido la corrupción y que se han beneficiado de la corrupción que han promovido. Sin embargo, estoy del lado de todos los analistas que han argumentado que hasta ahora, los líderes del golpe no han podido demostrar ni probar nada que sea legalmente sustancial contra la presidenta, Dilma Rousseff; y que todo lo que los estafadores afirman en contra de Dilma ha sido solo propaganda para justificar y legitimar el golpe de estado a través del proceso anti-constitucional de destitución de la presidenta.

Fuente de la entrevista: http://www.resumenlatinoamericano.org/2016/07/13/entrevista-al-sociologo-jorge-moreira-sobre-el-golpe-de-estado-en-brasil-i-la-corrupcion-es-la-realidad-inexorable-de-todos-los-paises-capitalistas/

Fuente de la imagen:  http://media.ws.irib.ir/image/4bk70a2732d88e9kfa_800C450.jpg

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Entrevista a Joao Pedro Stedile, dirigente del Movimiento Sin Tierra, quien habla de la crisis política. Un golpe de estado para robar los recursos

América del Sur/Brasil/13 Agosto 2016/Autor: Geraldina Colotti/Fuente: Alai

Al amparo del penúltimo voto del Senado sobre el impeachment a la presidenta Dilma Rousseff, hemos entrevistado a Joao Pedro Stedile, histórico dirigente del Movimiento Sin Tierra, en primera fila contra “el golpista Temer”

El impeachment contra la presidenta Rousseff está en sus últimas etapas y se multiplican las manifestaciones. ¿Cuál es la estrategia de los Sin Tierra?

El MST ahora participa en dos frentes de lucha. Primero, estamos en el Frente Brasil Popular, al que adhieren más de 60 movimientos y componentes del partido: para articular una amplia alianza popular de izquierda que se oponga al golpe institucional y organice manifestaciones. El otro frente es justo el del MST y se refiere a la reforma agraria. Preparamos movilizaciones en los campos, contra los golpistas. Independientemente de la votación final contra Dilma, el 29 de agosto, seguramente la lucha de los campos se intensificará, aumentaremos movilizaciones y ocupaciones de tierras. Hay un proyecto de ley que el gobierno golpista se ha empeñado en llevar a cabo con los parlamentarios de la derecha, pero que debe ser todavía aprobado, para liberalizar la venta de las tierras brasileñas al capital extranjero. Es un insulto. Los movimientos campesinos han amenazado que si el proyecto se convierte en ley, cada hacienda vendida al capital extranjero será inmediatamente ocupada.

Ustedes han anunciado la posibilidad de una huelga general. ¿Pero existen las condiciones?

En este momento crítico para la lucha de clases en Brasil, en el que la derecha nos ha impuesto un golpe parlamentario y ha expulsado a la presidenta, solamente podemos influenciar sobre las relaciones de fuerzas reales y llevarlas a una amplia participación de la clase trabajadora. Sin embargo, hasta este momento han ido a las calles sobre todo los jóvenes, las mujeres y los sectores obreros más politizados, los militantes, en resumidas cuentas. Y esto hace difícil tener más fuerza para impedir el golpe. Por esto, estamos discutiendo con la base sobre la practicidad de una huelga general. Sin embargo, el movimiento sindical encuentra dificultades, porque son 28 años que no se realiza en el país una huelga política. Y la clase obrera, muy joven, no tiene la experiencia.

¿Y la derecha? ¿Cuánta capacidad de movilización tiene?

La fuerza de la derecha no está en la plaza. En las calles la hemos derrotado. Decían luchar contra la corrupción, pero el gabinete del gobierno golpista, como lo ha dicho el ex ministro Ciro Gomes, es un verdadero sindicato de ladrones. Es de estos días la noticia que el ministro de relaciones Exteriores José Serra ha recibido sobornos de Petrobras por 23 millones de reales a través de la empresa Odebrecht, en el 2010. Y Temer está involucrado. La derecha es la más corrupta, pero su fuerza está en el poder monolítico que tienen sobre la prensa, en la televisión, en el poder judicial, y en la mayoría del Congreso. Esperamos que los senadores tengan un poco de conciencia y lleguen a 27 a impedir el golpe en las votaciones del 29 de agosto.

¿Qué importancia tienen los Juegos para el gobierno interino?

Desde el punto de vista político, las olimpiadas han sido un fracaso, por la falta de legitimidad del gobierno actual: se ha visto sea en la poca presencia de jefes de estado (los pocos presentes, de América Latina, eran de derecha), sea por los silbidos en la apertura de los juegos. Pienso que los presidentes que han venido lo han hecho sobre todo por intereses específicos, o para pasar algunos días de vacaciones en los hoteles de lujo en Copacabana.

Usted había anticipado que, detrás del golpe institucional, estaba la privatización de Petrobras y su exclusión de la gigantesca zona de extracción del pre-sal, que se está verificando. ¿Qué sucedería si Temer se queda en el poder?

El verdadero objetivo del golpe en Brasil no era Dilma, que ha desarrollado un pésimo segundo mandato, subalterno a los empresarios. El problema es que en la crisis profunda de vivimos en cuanto a ser una economía periférica, dependemos del capitalismo internacional. Y los capitalistas tienen necesidad de tener el control completo de la situación para imponer un plan neoliberal. El proyecto neoliberal es la única forma que conocen para proteger sus intereses y salvar únicamente a ellos mismos. El plan prevé la aplicación de las medidas clásicas de los capitalistas en períodos de crisis, o sea: aumentar la explotación del trabajo con más desocupación, menos salario, ampliación de las jornadas de trabajo y pérdida de los derechos históricos; intensificar el asalto a los recursos públicos destinados a la salud, la educación, la reforma agraria, y ponerlo al servicio de la acumulación privada del capital; privatizar los recursos naturales, que abundan en nuestro país, para sacar un beneficio extraordinario que les ayude a salir de la crisis, por esto se están apropiando del petróleo en el pre-sal, de la minas, del agua, de la biodiversidad y, como decía antes, también quieren las tierras; privatizar las últimas empresas estatales, como las del sector eléctrico, de transporte, de los puertos y de los aeropuertos. Este es el plan por el que están actuando.

¿La crisis que atraviesan las fuerzas progresistas en América Latina es también la crisis de las alianzas que han encabezado los presidentes socialistas del siglo XXI y de los partidos construidos desde arriba? ¿Es el difícil parto hacia un nuevo sujeto político más definido?

El problema de Latinoamérica es más profundo, no depende de los partidos o de los gobiernos. En el período histórico precedente el 2000-2015, ha existido una disputa permanente en el continente entre los proyectos de desarrollo: el neoliberalismo de los Estados Unidos, y el neodesarrollismo de Brasil, Argentina, Uruguay y el proyecto de Chávez y de los siete países que adhirieron. Pero, en los últimos tres años, los tres proyectos han entrado en crisis. Todo el continente, para ser sincero, está involucrado en esta crisis. Y no hay ninguna propuesta para salir porque la misma burguesía está en crisis y busca aumentar la explotación de la clase trabajadora, como explicaba antes. Y ni los pueblos, ni las clases trabajadoras tienen una propuesta clara para un nuevo proyecto. Por esto, la crisis continuará por mucho tiempo, hasta que en cada país las fuerzas populares lleguen a construir un proyecto hegemónico, que saque fuera a nuestros países de esta situación.

¿Cómo se inserta en este cuadro la difícil situación de Venezuela en el Mercosur?

El Mercosur desde antes ya no era una propuesta de proyecto de futuro. Ha sido siempre un acuerdo comercial, del que las empresas instaladas en los cinco países buscaban sacar ventaja para evitar pagar los impuestos. Lo ideal para el Mercosur es el de transformarse rápidamente en un acuerdo económico de la UNASUR: precisamente para ampliar las relaciones de integración económica y política de la América del Sur. El problema es que el fracaso del Mercosur está llegando de la peor forma: la de una crisis internacional, con la derecha que está dominando en Argentina, en Paraguay y en Brasil y que ahora quiere excluir a Venezuela. Pero los uruguayos se están comportando bien, impidiendo cualquier retroceso contra Venezuela. De todos modos, repito, la solución no está en el Mercosur, sino en un nuevo acuerdo más amplio, que se dé en el ámbito de la UNASUR. En este modo podremos resolver problemas importantes para cada país y afrontar el Acuerdo del Pacífico de los Estado Unidos. Pero, para ampliar la UNASUR en esta dirección, debemos frenar el golpe en Brasil y superar la crisis en Venezuela. Y también para esta fórmula estamos un poco atrasados.

Traducido por: Gabriela Pereira para ALAI

Fuente: http://www.alainet.org/es/articulo/179426

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Río 2016: una Olimpiada, dos países

Por: Pablo Gentili

Fue una explosión de emoción que hizo vibrar al mundo desde Copenhague hasta la arena blanca de Copacabana. El 2 de octubre de 2009, el Comité Olímpico Internacional elegía Río de Janeiro como sede de los Juegos de 2016. Pantallas gigantes en todas las ciudades de Brasil mostraban al ex presidente Lula abrazado a la delegación de su país, llorando de emoción y siendo aplaudido por Barack y Michelle Obama, por el rey Juan Carlos y la reina Sofía, por José Luís Rodríguez Zapatero y el primer ministro de Japón, Yukio Hatoyama. Chicago, Madrid y Tokio habían sido derrotadas por Río. América Latina, también festejaba. Era la primera vez que una Olimpiada se realizaría en el continente. “Los que piensan que Brasil no tiene condiciones de hacer una Olimpiada, se van a sorprender”, anunciaba exultante Lula.

Y se sorprendieron.

El Brasil que se atrevió a soñar con las Olimpiadas

Al día siguiente del anuncio de Copenhague, dentro y fuera de Brasil, supuestos conocedores de la habitual incompetencia organizativa latinoamericana profetizaban que la decisión había sido un verdadero desatino: ¿quién podría suponer que los Juegos Olímpicos podrían llevarse a cabo en un país como Brasil? Sostenían que la incapacidad organizativa de Río haría que el certamen fuera transferido a alguna otra ciudad. Las amenazas continuaron y por momentos se intensificaron durante los últimos siete años, ya sea por el atraso en las obras de infraestructura o por los riesgos que supondría para los atletas la proliferación del virus del dengue y del Zika. El mismo miércoles 3 de agosto, 48 horas antes de la ceremonia inaugural, Thomas Bach, presidente del COI, afirmaba: “es prematuro hacer elogios y temprano para festejar”.

Sin embargo, la noche del viernes 5, en un Maracaná repleto de color y de vida, de música y de celebración a la diversidad humana, Río emocionó al mundo. Los Juegos Olímpicos comenzaban y, más allá de las complicaciones, que también se produjeron en casi todas las ciudades que los organizaron previamente, nada podía ocultar que la fiesta dejaba definitivamente atrás los prejuicios, las conjeturas y sombrías predicciones de algunos medios de comunicación, de los burócratas del deporte internacional y de los atletas susceptibles a los riesgos del subdesarrollo latinoamericano. Lula, el gran arquitecto y articulador del triunfo de la candidatura de Río, sostuvo recientemente que aquel 2 de octubre de 2009, “Brasil ganó el respeto del mundo”.

Las Olimpiadas han comenzado, aunque en un escenario muy diferente del que imaginó el propio Lula y seguramente todos los brasileños y brasileñas, siete años atrás. Río 2016 encuentra el país sumergido en una crisis política, social y económica sin precedentes.

Ser la sede de los Juegos Olímpicos era, para Lula y su gobierno, la posibilidad de presentar al mundo que Brasil podía ser, al mismo tiempo, una inmensa potencia económica y una tierra de oportunidades para aquellos millones de ciudadanos y ciudadanas que habían tenido siempre sus derechos fundamentales negados. Las Olimpiadas iban a mostrar un nuevo Brasil, un país que decidía abandonar el rumbo que lo transformó en una de las naciones más injustas del planeta y cuya historia se había edificado sobre el fértil sedimento de los privilegios y la impunidad. En 2009, Lula promediaba su segundo mandato presidencial y las conquistas sociales de su gobierno lo habían transformado en uno de los líderes mundiales más admirados y queridos. Brasil mostraba que era posible poner a los más pobres en el centro de las prioridades nacionales, destinando recursos y desarrollando políticas públicas que combatían de forma efectiva la exclusión, la pobreza y, progresivamente, la persistente desigualdad.

Fue un momento de gloria que hoy parece haberse desintegrado en el aire.

El Brasil de las Olimpiadas

La joven y vigorosa democracia brasileña ha dejado paso a un proceso de inestabilidad y fragilidad institucional; escenario de un golpe parlamentario (en un sólido régimen político presidencialista), que avanza inexorablemente hacia la destitución de Dilma Rousseff, ni bien concluyan los Juegos de Río. En su lugar, será consagrado presidente Michel Temer, un sombrío dirigente político, detentor ahora del primer record del certamen: haber recibido la mayor silbatina en una ceremonia olímpica. Confiando en la suerte o quizás en el anonimato que le ofrecía la amplia presencia de extranjeros, Temer exigió que no se mencionara su presencia en el palco oficial, quebrando así un protocolo tan antiguo que se le atribuye al propio Zeus. La principal autoridad pública del país parecía un holograma fantasmal durante una fiesta que el mundo consideró memorable.

En Brasil, la situación social empeora cada día con el aumento de los índices de pobreza y a medida que se desmonta la amplia estructura de programas y acciones que contribuían a la reducción de los aún altos niveles de exclusión. Brasil vuelve de forma acelerada a los años 90, un panorama social semejante al que tenía el país cuando Fernando Henrique Cardoso concluyó su mandato presidencial, casi quince años atrás: altísimas tasas de desempleo, fragilidad extrema del sistema de protección social, negación de derechos fundamentales y multiplicación de carencias en una población diezmada por el hambre, la miseria, la falta de oportunidades y el abandono.

Brasil está hoy muy diferente de cómo lo imaginó no sólo el ex presidente Lula sino también, probablemente, los miembros del COI que prefirieron Río de Janeiro en lugar de Madrid, Chicago o Tokio. Sin embargo, no por eso las Olimpiadas dejarán de tener las condiciones de infraestructura, apoyo logístico y seguridad que necesitan y con las cuales se comprometió el país hace siete años.

Podría parecer paradójico y de cierta forma dramático que Brasil se depare, al mismo tiempo, con el éxito y con el fracaso en estas Olimpíadas. Entre tanto, y más allá de las variables políticas, económicas y sociales que contribuyeron a transformar profundamente el escenario imaginado en el 2009, no ha sido ni será un atributo exclusivo de Brasil el que las condiciones que se esperaban hace una década hayan empeorado en vez de mejorar. Errores de cálculo siempre ocurren, antes o después. Lo que parece ser cierto es que las Olimpiadas no inmunizan ni protegen a los países de la posibilidad de enfrentar profundas crisis, como tampoco suelen traer las incalculables ventajas que el Comité Olímpico promete y que los gobernantes locales suelen amplificar y endulzar.

Como quiera que sea, hay un elemento que no deja de ser frustrante en estas Olimpiadas: la desoladora evidencia de que una ciudad como Río de Janeiro puede realizar con gran capacidad, profesionalismo y eficiencia el mayor espectáculo deportivo del planeta, pero aún no ha podido resolver algunos de sus más persistentes y gravísimos problemas sociales.

Lo que debería sorprender no son los excelentes resultados de la organización y de la preparación de estas Olimpiadas, como también lo fueron los del Mundial de Fútbol en el 2014, sino que todo esto haya sido posible en una ciudad donde cuestiones mucho más simples y básicas para la vida de gran parte de la población suelen permanecer en el olvido, en el abandono o en el universo olímpico de la indiferencia que los más ricos y poderosos le dispensan aquí a los más pobres. Dicho de otra forma, Río de Janeiro pudo asumir la organización de las Olimpiadas con el éxito esperado, lo que pone en evidencia que la imposibilidad de resolver los problemas básicos del bienestar y de la seguridad de su población, así como las dificultades para garantizar ciertos derechos elementales a sus sectores más pobres (como el derecho a la vida, a una educación de calidad, a una atención médica básica, a un empleo decente o a una vivienda digna), no pueden ser sino el resultado del inmenso desprecio a la democracia que han detentado las élites que gobernaron esta ciudad desde su misma fundación.

Río de Janeiro, una ciudad capaz de sorprender al mundo con una Olimpiada inolvidable, pero incapaz de evitar el maltrato que viven diariamente buena parte de sus ciudadanos, incapaz de volverse acogedora y generosa con sus propios habitantes.

No se trata ni de una contradicción ni de una anomalía. Así ha sido siempre.

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«Olimpiadas, ¿para quién?». Foto: AFP

Río de Janeiro, ¿ciudad maravillosa?

La realización de las Olimpiadas significó un inmenso esfuerzo de infraestructura pública para mejorar el transporte urbano, reformar estadios, crear una imponente ciudad olímpica y mejorar las comunicaciones. También, un complejo trabajo logístico, de saneamiento ambiental, de seguridad, control policial y la construcción, en tiempo record, de uno de los laboratorios de análisis de dopaje más avanzados del mundo.

En materia de transporte, fueron construidas carreteras, puentes, casi 20 kilómetros de nuevos túneles, más de 150 kilómetros de líneas de autobuses rápidos y 16 kilómetros de líneas de metro, que permiten ahora unir en pocos minutos diversos puntos de la ciudad que, en los momentos de mayor circulación, estaban separados por varias horas de distancia.

El alcalde de Río de Janeiro, Eduardo Paes, que recién asumía sus funciones cuando vibró junto a Lula en Copenhague, ha sostenido con una rara mezcla de franqueza e impudencia que, “la Olimpiada es un excelente argumento para hacer aquello que uno quiere hacer hace mucho tiempo, pero no ha podido”. Una afirmación que tendría todo sentido si el alcalde se estuviera refiriendo al río artificial creado para las competencias de kayak (que reproducen en plena ciudad tropical un salvaje torrente de agua de deshielo semejante a los que existen en Canadá o Noruega). Sin embargo, la frase constituye una evitable torpeza si lo que quiso decir el alcalde era, por ejemplo, que el gobierno había conseguido resolver algunos de los problemas que impiden que los ciudadanos de Río, especialmente los más pobres, tengan derecho a movilizarse en condiciones dignas y seguras dentro de su propia ciudad. Se pudo gracias a la Olimpiada. O, en otras palabras, si no hubieran existido los Juegos de 2016, seguiría todo como siempre estuvo.

En Río de Janeiro, y en casi todas las grandes ciudades brasileñas, los pobres viajan mal y durante largas horas para llegar a sus empleos, a sus escuelas, para tener atención médica o, simplemente, para visitar a sus familiares y amigos. Además, son frecuentes la violencia y los abusos que sufren los niños, niñas y mujeres al desplazarse en el transporte público urbano. Las Olimpiadas muestran que mejorar estas condiciones no dependía de un milagro, sino de una decidida intervención pública, de un gobierno activo y eficiente. Algo que ahora parece no sólo posible, sino también viable en un corto plazo de tiempo.

Si es así, ¿por qué no se hizo esto antes? ¿Cuáles son las razones que le impidieron a los otros alcaldes y gobernadores del estado, realizar semejante proeza? No deja de ser preocupante que todavía quedan por resolver grandes demandas y deficiencias en el transporte urbano carioca. ¿Habrá que esperar a que los Juegos Olímpicos se realicen nuevamente en Río para resolverlos?

Hace unos días, tratando de calmar a la delegación australiana que cuestionaba las malas condiciones de su residencia en la ciudad olímpica, Eduardo Paes prometió mandarles un canguro para que sintieran “como en casa”. La inhabilidad discursiva del alcalde fue más comentada que otra de sus sorprendentes confesiones: realizar la gran diversidad de obras y transformaciones que ha vivido Río de Janeiro en siete años, sólo costó el 1% de lo que la ciudad gastó en salud y educación durante el mismo período. Preocupados con el canguro, algunos medios dejaron de preguntarle a Paes por qué, a pesar de disponer del 99% restante, había tantas dificultades y barreras para atender las principales demandas educativas y sanitarias de los cariocas.

Lo que Paes quería, era responder a las triviales comparaciones o críticas acerca de todo lo que podría hacerse con el dinero que costaron las obras de los Juegos 2016: 200 escuelas, 100 hospitales, miles de viviendas populares. Tratando de responder a las críticas, el jefe del gobierno local dejó al descubierto que, con poco dinero (el 1% de lo que se gasta cada año en educación y salud) “se pueden hacer milagros” y transformar a Río en una ciudad a la altura de Madrid, Chicago y Tokio. “Somos mejores que ellas”, afirmó Paes, un político propenso a la exageración.

Los hospitales y las escuelas públicas de Río enfrentan una crisis profunda. Sus edificios se encuentran en pésimo estado, existe un estructural déficit de personal y de equipamientos, así como una recurrente falta de oportunidades de formación y capacitación para sus cuadros profesionales. Las clases medias de la ciudad hace años han abandonado la escuela pública y no se atienden en los hospitales administrados por el Estado, cuyos servicios quedan restringidos a la población más pobre, sin recursos económicos y con menor capacidad para hacer oír sus demandas y exigir el cumplimiento de sus derechos.

Al finalizar el año pasado, el Estado de Río de Janeiro, que comparte la responsabilidad de la oferta pública de educación y salud con el gobierno de la ciudad, decretó la emergencia sanitaria ante la imposibilidad de financiar y hacer funcionar sus hospitales. Muchas unidades de salud suspendieron la atención. A poca distancia del Estadio Olímpico João Havelange, en el barrio de Meier, se encuentra el Hospital Municipal Salgado Filho, uno de los que será utilizado como referencia para las urgencias y atenciones médicas durante los Juegos. Semanas antes del inicio del certamen, un informe del Consejo Regional de Medicina, denunciaba que el hospital enfrentaba un grave déficit de camas y la superpoblación de las salas de cuidados intensivos, donde se utilizaban medicamentos vencidos. El documento indicó que el sector de atención pediátrica se encontraba en situación crítica: “el espacio es exiguo y absolutamente inadecuado para el cuidado de los niños y sus familiares (…) no existen condiciones para la atención del paciente pediátrico admitido en la emergencia del hospital”, sentenciaba.

Río de Janeiro puede tener estadios a la altura del primer mundo, pero tiene hospitales a la altura del tercero. Ante las críticas o la indiferencia que han generado las Olimpiadas en organizaciones, periodistas o intelectuales de la ciudad, Paes sostuvo que: “hay gente que tiene complejo de perro callejero”. Entre canguros y perros con síndrome de inferioridad, el alcalde de Río agota sus argumentos en defensa de las reformas llevadas a cabo para los Juegos de 2016, sin llegar a entender que el problema es justamente ese, que se puedan hacer con éxito grandes obras de infraestructura en una ciudad que no consigue siquiera que sus hospitales públicos atiendan en buenas condiciones médicas a los niños y niñas que lo necesitan.

Al igual que los centros de salud, las escuelas de Río enfrentan un grave deterioro. El hecho quizás pase desapercibido a los que visitan la ciudad durante las Olimpiadas, ya que la fachada de todas las instituciones educativas localizadas en las áreas próximas al desarrollo de los Juegos han sido pintadas y mejoradas durante los últimos días. Uno de los pocos centros que ha recibido alguna mejora más estructural es la Escuela Municipal Cícero Pena, en plena Avenida Atlántica, en Copacabana, ahora transformada en la Casa del Voleibol de Playa. Nadie sabe, a ciencia cierta, cómo quedará la escuela después de las Olimpíadas, ya que no siempre las necesidades arquitectónicas de una “casa” del voleibol son semejantes a las de una escuela.

Quizás el paradigma del abandono lo represente la Universidad del Estado de Río de Janeiro, que cinco meses antes del inicio de las Olimpiadas, dejó de funcionar ante la falta de seguridad, de limpieza y el corte de los servicios públicos básicos. A esto, se sumó una huelga de trabajadores docentes y no docentes, por los atrasos salariales y por el incumplimiento de acuerdos con los sindicatos del sector por parte del gobierno regional al mando del gobernador, Luiz Fernando Pezão. La Universidad del Estado de Río queda en el mismo emplazamiento urbano que el Maracaná. Es el edificio que se encuentra justo al lado del estadio, unido por una gran pasarela. Comparten la misma estación de metro y, los días en que se realizan presentaciones deportivas, la universidad sirve de estacionamiento para los asistentes al estadio. Ambos pertenecen al Estado de Río de Janeiro. Sin embargo, mientras la universidad ha vivido abandonada en los últimos años, el Maracaná no ha dejado de mejorar, primero para el Mundial, ahora para los Juegos Olímpicos.

De un lado, uno de los mejores estadios del mundo en pleno funcionamiento. Del otro, una de las mejores universidades de América Latina, cerrada, abandonada, en ruinas. A su propia universidad, ni para las Olimpiadas el gobierno de Río la ha vestido de fiesta.

En Río se pueden hacer estadios monumentales sobre la arena (como el que se utilizará para las competencias de voleibol de playa); se pueden realizar túneles atravesando cerros inmensos; Santiago Calatrava puede construir puentes y museos excepcionales;  se puede edificar una impresionante ciudad olímpica con 37 enormes edificios de 17 pisos cada uno. Se pueden construir más de 3.600 apartamentos de tres habitaciones, donde se hospedarán casi 20 mil atletas, entrenadores y miembros de las delegaciones participantes. Pero no se pueden construir pequeñas salas de educación infantil en los barrios populares, no se pueden mejorar las escuelas, ni realizar más inversiones en la formación del magisterio, valorizando su trabajo y pagando mejores remuneraciones a quienes se ocupan de la educación de las futuras generaciones.

El Estado de Río pudo transformar el Maracaná en un estadio de altísimo nivel, pero no tuvo ni el mismo empeño, ni el mismo interés en resolver o, al menos, encarar uno de sus más graves problemas educativos: el abandono de la escuela media por parte de los jóvenes más pobres. De hecho, al mismo tiempo en que avanzaban las obras del Maracaná para la realización del Mundial de Fútbol y de las Olimpiadas, las cifras de abandono educativo en el nivel medio también crecieron. En el 2009, sólo 57,4% de los jóvenes de 19 años que viven en el Estado de Río habían concluido la escuela secundaria. En el 2014, la cifra había caído a 54%. En la ciudad de Río, eran 56,4% en 2009 y 55,8% en 2014. A los problemas estructurales del Maracaná se les encontró una solución. A la exclusión educativa de más del 45% de los jóvenes que no concluyen la escuela media, no.

Quienes hayan llegado estos días a la ciudad de Río, observarán que la autopista que une el aeropuerto del Galeão a las zonas hoteleras, atraviesa un enorme conglomerado popular, el complejo de favelas de Maré, con más de 150 mil habitantes. El barrio está separado de la autopista por paneles de acrílico pintados con los colores de las Olimpiadas, con excepción de un sector donde se observan algunas escuelas recientemente remodeladas o construidas y un gran destacamento de la policía militar. Del lado de afuera, pasan las delegaciones que llegan a Río, una ciudad que siempre ha tratado de ocultar a sus habitantes más pobres, mientras hace de su interés por la educación y la seguridad ciudadana una forma de ostentación propagandística, bastante semejante al engaño.

En definitiva, así ha funcionado el modelo de desarrollo que ha sostenido este país. Una nación que ha llegado a ser la novena potencia económica del planeta, sin dejar de ser profundamente desigual e injusta. Una nación que vuelve a construir su presente como casi siempre construyó su pasado, a dos velocidades, con dos parámetros, dos promesas, dos horizontes. El Brasil de unos pocos: reluciente, dinámico, pujante, emprendedor, generoso. El Brasil Olímpico. Del otro lado, el Brasil de los pobres, de los discriminados, de los excluidos, de los silenciados. El Brasil sin medallas ni reconocimientos. El de millones de brasileños y brasileñas que sueñan con un futuro mejor.

Desde Río de Janeiro

Fuente: http://blogs.elpais.com/contrapuntos/2016/08/rio2016-olimpiada-dos-paises.html

Imagen: http://blogs.elpais.com/.a/6a00d8341bfb1653ef01b8d20e9905970c-550wi

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¡Ganó el Planeta! Brasil cancela la construcción de la mega represa en Amazonas

www.greenpace.org/08-08-2016/

La Agencia Medioambiental de Brasil (IBAMA) anunció ayer la cancelación de la licencia para la construcción de São Luiz do Tapajós (SLT), una mega represa que hubiera estado ubicada en uno de los últimos tres grandes ríos que fluyen por el Amazonas brasileño. Sin esta licencia, el proceso de aprobación de la mega represa no puede avanzar.

decisión fue celebrada por Greenpeace, que convocó en los últimos meses a más de un millón y medio de personas alrededor del mundo para rechazar la mega represa São Luiz do Tapajós y presionar a compañías multinacionales como Siemens para que tomen distancia del proyecto. De haberse permitido su construcción, los daños ocasionados al medioambiente y a la vida del pueblo Mundurukú, que habita la zona, habrían sido irreversibles.

“Nosotros, el pueblo Mundurukú, estamos muy felices con esta noticia. Ahora continuaremos luchando contra otras represas en nuestro río”, dijo Arnaldo Kabá Munduruku, Jefe General de los Mundurukú.

Greenpeace le exige al gobierno brasileño que complete la demarcación territorial del pueblo Mundurukú de manera inmediata. “Ahora que la licencia ha sido cancelada, el Ministerio de Justicia de Brasil debe reconocer su obligación y actuar con rapidez para demarcar oficialmente el territorio Sawré Muybu”, dijo Leonel Mingo, integrante del equipo de campañas de Greenpeace.

Otras agencias brasileñas como FUNAI (Fundación Nacional Indígena) y fiscales federales del Estado de Pará le recomendaron a IBAMA cancelar la licencia debido a que el proyecto desplazaría al pueblo Mundurukú, violando la constitución brasileña. De esta manera, parte del territorio Mundurukú, que hoy está en proceso de ser reconocido oficialmente como tierra indígena, hubiera sido inundado por la acción de la represa.

Además de la represa São Luiz do Tapajós, hay otros 42 proyectos de represas hidroeléctricas previstas a construirse en la cuenca del río Tapajós y otras cientos en el Amazonas, como parte del modelo económico agresivo que no tiene en cuenta la importancia de proteger a la selva amazónica y sus habitantes. Represas previamente construidas en el Amazonas han tenido impactos significativamente negativos en las comunidades y el medioambiente, y se han visto envueltos en escándalos de corrupción.

La organización ambientalista también demanda que Brasil modifique su matriz energética con fuentes realmente renovables y convertirse en un líder mundial en energía eólica y solar.Ecoportal.net

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Río 2016: Parte de los Juegos Olímpicos se podrá ver con realidad virtual

07 Agosto 2016/Fuente: La Nación/Autor: Miguel Distefano

Los Juegos Olímpicos (JJOO) de Rio de Janeiro comenzaron y muchos ya preparan las valijas para ir a vivir la experiencia olímpica en vivo, visitar el estadio Maracaná, el Cristo Redentor o Ipanema y buscar las distintas locaciones donde se llevarán a cabo las distintas disciplinas. Otros ya están acomodando los horarios de trabajo o estudio para ver todo por TV. Pero hay una opción más para disfrutar de la máxima competencia deportiva como si se estuvieran ahí: Rio 2016 será el primer evento en ser transmitido a través de la realidad virtual (RV).

En total, de acuerdo a la OBS(Olympic Broadcasting Services) la rama del Comité Olímpico Internacional a cargo de la transmisión de los Juegos, se transmitirán entre 85 y 100 horas de programación para realidad virtual. Las transmisiones las harán las cadenas que compraron los derechos (12 hasta ahora de todo el planeta) o bajo demanda, a través de sus aplicaciones diseñadas especialmente. La estadounidense NBC es una de las principales cadenas que lo hará, con su aplicación NBC Sports y todos los eventos se podrán ver, al día siguiente, con el Gear VR, el anteojo de realidad virtual para los Samsung Galaxy S6 y S7 y con anteojos genéricos, como los Google Cardboard.

Los eventos serán grabados en 360 grados con cámaras especiales, diseñadas específicamente para la gran cita deportiva del año. Se trata de algo muy parecido a una bola de bowling, pero llena de lentes en toda su superficie.

No se transmitirá todo en realidad virtual. Los fanáticos del fútbol o el tenis, por ejemplo, deberán esperar a los próximos juegos. Los deportes que se podrán ver a través de esta tecnología son los de básquet masculino (incluidas las semifinales y final), gimnasia, voley de playa, boxeo, saltos ornamentales, boxeo, atletismo y esgrima, así como algunos momentos especiales de otras disciplinas.

Fuente de la noticia: http://www.lanacion.com.ar/1924890-rio-2016-parte-de-los-juegos-olimpicos-se-podra-vivir-gracias-a-la-realidad-virtual

Fuente de la imagen:  http://bucket3.glanacion.com/anexos/fotos/68/tecnologia-2246768w620.jpg

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Revoluciones silenciosas: la convivialidad

Leonardo Boff

Con la caída del muro de Berlín en 1989 y el socialismo que hacía el contrapunto (independientemente de sus graves errores internos), el capitalismo terminó ocupando todos los espacios en la economía y en la política. Con la llegada al poder de Margaret Thatcher en Inglaterra y de Ronald Reagan en Estados Unidos, la lógica capitalista adquirió libre curso: liberalización completa de los mercados con ruptura de todos los controles, introducción del estado mínimo, de las privatizaciones y de la competencia sin fronteras.

La llamada “mundialización feliz” no fue tan feliz.

El premio Nobel de economía, Joseph Stigliz, pudo escribir en 2011: «solamente el 1% de los más ricos hacen funcionar la economía y todo el planeta en función de sus intereses» (“Of the 1% by 1%” en Vanity Fair, mayo 2011). En razón de esto, uno de los mayores multimillonarios, el especulador Warren Buffet se vanagloriaba: «sí, la lucha de clases existe, pero mi clase, la de los ricos, es la que dirige la lucha y la estamos ganando» (Entrevista en la CNN de 2005).

Sólo que todos esos adinerados nunca incluyeron en sus cálculos el factor ecológico, considerando los límites de los bienes y servicios naturales como externalidades despreciables. Esto ocurre también en los debates económicos en nuestro país, retrasado en esta cuestión, con excepción de algunos pocos como L. Dowbor.

Al lado de la hegemonía mundial del sistema del capital, crecen por todas partes revoluciones silenciosas. Son grupos de base, científicos y otros con sentido ecológico que están ensayando alternativas a este tipo de habitar el planeta Tierra. De continuar estresando sin piedad a la Tierra, esta podría cambiar y provocar un desequilibrio capaz de destruir gran parte de nuestra civilización.

En un contexto así de dramático surgió un movimiento llamado “Los convivialistas” que reúne por ahora a más de 3200 personas de todo el mundo (véase www.lesconvivialistes.org). Buscan vivir juntos (de ahí convivialidad), cuidando unos de otros y de la naturaleza, no negando los conflictos, sino haciendo de ellos factores de dinamismo y de creatividad. Es la política del gana-gana.

Cuatro principios sustentan el proyecto: el principio de la común humanidad. Con todas nuestras diferencias, formamos una única humanidad, a mantener unida.

El principio de la común socialidad: el ser humano es social y vive en varios tipos de sociedades, que deben ser respetadas en sus diferencias.

El principio de individuación: aunque siendo social, cada cual tiene derecho a afirmar su individualidad y singularidad, sin perjudicar a los demás.

El principio de la oposición ordenada y creadora: los diferentes pueden oponerse legítimamente, pero teniendo siempre cuidado de no hacer de la diferencia una desigualdad.

Estos principios implican consecuencias éticas, políticas, económicas y ecológicas que no cabe detallar aquí.

Lo importante es empezar: a partir de abajo, con el bio-regionalismo, con las pequeñas unidades de producción orgánica, con la generación de energía a partir de los desperdicios, con sentido de autolimitación y de justa medida, viviendo un consumo frugal y compartido entre todos. Las revoluciones silenciosas están acumulando energía para, en un momento determinado de la historia, poder hacer la gran transformación.

Hoy es importante acentuar la convivialidad porque actualmente hay muchos que ya no quieren vivir juntos.

La convivialidad como concepto fue puesta en circulación por Ivan Illich (1926-2002) con su libro La convivialidad (1975). Illich fue uno de los grandes pensadores proféticos del siglo XX. Austriaco, vivió gran parte de su vida en las dos Américas. Para él la convivialidad consiste en la capacidad de hacer convivir las dimensiones de producción y de cuidado; de efectividad y de compasión; de modelado de los productos y de creatividad; de libertad y de fantasía; de equilibrio multidimensional y de complejidad social: todo para reforzar el sentido de pertenencia universal.

La convivialidad pretende ser también una respuesta adecuada a la crisis ecológica. Ella puede evitar un real crushplanetario.

Habrá un nuevo pacto natural con la Tierra y social entre los pueblos. El primer párrafo del nuevo pacto será el sagrado principio de la autolimitación y de la justa medida; después, el cuidado esencial de todo lo que existe y vive, la gentileza con los humanos y el respeto a la Madre Tierra.

Es posible organizar una sociedad buena, una Tierra de la buena-esperanza (Sachs y Dowbor) en la cual las personas prefieren cooperar y compartir en vez de competir y acumular ilimitadamente.

– Leonardo Boff escribió con M.Hathaway, O Tao da libertação: explorando a ecologia de transformação, Vozes 2012.

Traducción de Mª José Gavito Milano

Fuente del articulo: http://www.redescristianas.net/revoluciones-silenciosas-la-convivialidadleonardo-boff/

Fuente de la imagen: https://simplyandcreative.files.wordpress.com/2015/05/people-eiffel-tower-lights-night.jpg

 

 

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