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Sí a las actividades extraescolares, pero sin abusar

Por: Observatorio FAROS Sant Joan de Déu

La mayoría de niños no finaliza su actividad diaria con la jornada escolar, sino que acude a clases extraescolares, que en ocasiones pueden suponer un estrés para el pequeño.

¿Qué debemos tener en cuenta para escoger correctamente estas actividades?

En muchas ocasiones, es la jornada laboral de los padres la que determina el tiempo que los niños ocupan en actividades extraescolares. Los padres necesitan mantener a los pequeños ocupados después de la escuela, hasta que acaben de trabajar y puedan cuidar de ellos. Pese a que a veces se trata de una necesidad, es importante no abusar de estas actividades y tener en cuenta diferentes aspectos para escoger las más adecuadas para cada niño.

En general, la mayoría de pequeños practican algún deporte durante las horas extraescolares. Los idiomas, sobre todo el inglés, y las actividades relacionadas con la música o el teatro también ocupan gran parte del tiempo extraescolar de los niños. En los últimos tiempos, algunos colegios han añadido actividades más innovadoras como el yoga o la psicomotricidad.

Las actividades extraescolares pueden ser muy positivas, siempre que no se abuse de ellas, dejen tiempo libre y motiven al pequeño. Sólo así, tu hijo podrá desarrollar sus aptitudes y capacidades, y pasárselo bien al mismo tiempo. Hay que pensar siempre en el niño y no en ocupar las horas de trabajo, ya que estas actividades pueden generar estrés y cansancio entre los pequeños.

A continuación, exponemos una serie de aspectos que pueden ayudar a escoger las actividades extraescolares más adecuadas para cada niño:

  • Tener en cuenta el presupuesto disponible y la oferta de cada centro: hoy en día, la mayoría de escuelas e institutos disponen de una gran variedad de actividades extraescolares y, muchas veces, están subvencionadas. Algunos Ayuntamientos ofrecen actividades sin apenas coste económico favoreciendo que muchas actividades están al alcance de muchas familias.
  • No sobrecargar al niño con tareas extraescolares y asegurarse de que dispone de tiempo libre para actividades de carácter lúdico: las tareas posteriores a la jornada escolar nunca deben ocupar el tiempo de actividades necesarias para los más pequeños como descansar, hacer los deberes, jugar y pasar tiempo con la familia.
  • Tener en cuenta las circunstancias y el carácter de cada niño: cada niño es diferente y tiene sus particularidades y, por ello, unas actividades que son adecuadas para unos pueden no serlo para otros. Así, por ejemplo, si un niño es muy tímido, las actividades en grupo pueden ayudarle a socializarse y abrirse, y si un pequeño es inquieto, un exceso de actividades deportivas puede ser contraproducente y aumentar su nerviosismo.
  • Dar preferencia a los gustos del niño y que así esté motivado: es importante que los pequeños den su opinión sobre las actividades que les gustaría practicar y, aunque los padres pueden orientar, nunca deben escoger o imponer una actividad. Sólo así los niños estarán motivados y podrán divertirse, al mismo tiempo que desarrollan sus capacidades en la materia en cuestión. Si la actividad se convierte en una obligación, la respuesta del niño puede ser contraproducente, además de generar estrés.
  • Hacer un seguimiento de las actividades del niño y saber cómo evoluciona: es importante que los padres se involucren en las actividades extraescolares de los niños y sepan cómo evolucionan. Para ello, se puede preguntar a los profesores, a los orientadores y a los propios niños. Así, se podrá detectar si se sienten estresados, desmotivados o cansados, y si estas actividades afectan a su rendimiento escolar.

Acceso a las fuentes de consulta:

Ojo con cargar la agenda del niño. El País, 2010 [Fecha de consulta 03 de septiembre de 2015].

Actividades extraescolares. yodona.com, 2013 [Fecha de consulta 03 de septiembre de 2015]].

Actividades extraescolares: ¿estresamos a los niños? Padres o nones, 2013 [Fecha de consulta 03 de septiembre de 2015]].

Fuente: http://faros.hsjdbcn.org/es/articulo/si-actividades-extraescolares-pero-sin-abusar

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Conocer al alumno, estrategia contra la deserción

Por: Gloria Esther Trigos Reynoso

Es preocupante la posibilidad de  que el presupuesto para la educación superior se reduzca para el año próximo y que esto impactará directamente en la expansión del sistema para seguir atendiendo a los jóvenes en edad de cursar estudios universitarios, generando a su vez otro tipo de impactos de orden social y económico propios de personas desocupadas: ocio, falta de esperanza de un cambio en su calidad de vida, etcétera.

Sin embargo, esta situación también permite preguntarnos, ¿sólo es necesario educar a más personas? Con los recursos que tenemos ¿podemos mejorar la formación que ofrecemos en nuestras instituciones?, ¿podemos trabajar para retener a nuestros estudiantes para que culminen sus estudios?, ¿podemos facilitarles cerrar su ciclo de estudiante y prepararlos para su inserción laboral? A intentar dar respuesta a estos cuestionamientos nos invita la desafortunada situación financiera del país.

Desde esta perspectiva, ¿nos hemos detenido a reflexionar sobre el tiempo que permanece la influencia de la formación recibida en tal o cual institución educativa, tanto en el que culmina sus estudios superiores como en el que los abandona?, ¿Será acaso que permanece para siempre? Si es así ¿lo tenemos presente en los planteamientos existentes en el modelo académico que se ofrece y en la práctica docente que se imparte?, ¿existe articulación entre estos dos conceptos desde su etapa de diseño hasta su desarrollo?, ¿realmente se conoce al alumno y se trabaja en función de él?
Entonces, si aceptamos que la influencia de la formación ofrecida por una Institución Educativa permanece para siempre ¿qué hacer, desde ahora, para potenciar esa influencia en la vida de un exuniversitario?

Una de tantas respuestas, puede ser: Facilitarle su proceso de re – conocimiento  así como el desarrollo de su potencial para construir y concretar su proyecto de vida.
Derivado de lo anterior, obligadamente nos debemos preguntar: ¿Cómo hacer esto?

Reconocer al alumno como persona

Sin pretender dar una receta infalible, sino más bien guiada por el sentido común, considero que se debe pensar en introducir varios criterios para imprimirle calidad al Proceso de Enseñanza Aprendizaje (PEA):

• Tratar al joven estudiante como persona, con aspiraciones y necesidades específicas, no sólo como un sujeto a escolarizar.
• Transitar del concepto de grupo al de individuo en el PEA; es decir, dejar de tratar de manera uniforme a los alumnos que forman un grupo de clase. Cada vez es más urgente entender que cada uno tiene características diferentes por lo que se debe buscar la manera de conciliar y aprovechar la riqueza de dichas diferencias en su desempeño académico, en favor del cumplimiento de cada programa de estudios.
• Conocer la forma en que aprenden, procesan y aplican la información que reciben los estudiantes para diseñar y utilizar, en forma combinada y proporcional, las estrategias de aprendizaje idóneas para cada grupo.
• Identificar puntos de riesgo en tiempo real, para su atención inmediata. Por ejemplo, uno de los casos más frecuentes es que el alumno no pone atención en el número de ocasiones que reprueba la misma materia, o que se inscribe en ella. Cuando llega al límite permitido por reglamento y no aprueba dicha materia, simplemente causa baja del sistema. En este caso, el docente o tutor pueden orientar oportunamente, de manera preventiva, para evitar que por esa causa pierda la oportunidad de seguir estudiando.

Otro caso, puede ser cuando un alumno que lleva buen promedio, inclusive destacado, tiene que dejar sus estudios debido a que procede de una ciudad distinta y sus padres ya no pueden sostener su estancia en esa ciudad, o bien, casos que proceden de un medio rural y no logran adaptarse en el primer semestre o año al ambiente universitario y aunque tengan buen promedio, deciden dejar los estudios.

Indudablemente que hay muchas formas de abordar este tema, pero
algunas acciones específicas que ayudarían a construir una plataforma adecuada para atender las situaciones que se presentan durante los estudios, podrían ser:

Seguimiento de los individuos

• Realizar sistemáticamente un seguimiento de cada cohorte o generación original de estudiantes. Esto tiene que ver con realizar, de manera permanente, estudios longitudinales que permitan ver con claridad las transiciones académicas de cada estudiante así como identificar áreas de oportunidad. Pero, ¿por qué original? Porque se considera que es la forma idónea de ver con toda transparencia el egreso oportuno, el egreso con rezago, la discontinuidad y la propia movilidad del estudiante (cambios de carrera o institución).

Asimismo, se podrían realizar comparaciones del tiempo y circunstancias en que logra cerrarse una generación; es decir, en qué momento podemos decir que ya no habrá reactivaciones o reingresos de estudiantes que iniciaron sus estudios en un ciclo determinado. Hay generaciones que después de 16 años siguen activas, cuando el tiempo esperado oscila entre cinco y seis años. Conocer estos datos nos debe imponer como reto imaginar e implementar diferentes alternativas para atender y disminuir esta problemática.

• Diseñar y ejecutar Programas de Intervención ad hoc. Un caso clásico que requiere este tipo de apoyo es cuando el estudiante se da cuenta de que la carrera que eligió no es la que realmente le interesaba.

Se enfrenta entonces, al dilema de desconocimiento de las implicaciones que tiene un cambio de carrera y además, a lo que opinarán sus padres que son quienes, generalmente, cubren sus gastos. Siente amenazada la continuación de sus estudios. Ante situaciones así, hay quienes solos resuelven este conflicto con éxito, pero también hay quienes se quedan atrapados y toman una decisión quizá errónea y que a la postre les hará sentirse frustrados.

También está el caso de los que están próximos a egresar y que empiezan a ser conscientes de que su papel en la vida será muy distinto ya que tendrán que buscar trabajo y poner en práctica lo aprendido. Están llenos de temor ante la inminencia de su inserción laboral y se dan cuenta de que carecen de ciertas habilidades para iniciar esa nueva etapa de su vida.

Ayuda en la transición

En ambos casos, el acompañamiento que tengan de un tutor o de un orientador, mediante pláticas o talleres, les permitirá transitar esas etapas con mayor claridad y por ende, con mayor seguridad y éxito.

• Incorporándolos a actividades institucionales y no escolares.
• Apoyando el proceso de titulación. Se ha detectado que alrededor de un 40 por ciento de los que concluyen sus estudios no tramita su título y cédula profesional correspondiente. Ello se debe en la mayoría de los casos, a cuestiones de tipo económico y a desinformación sobre las opciones de titulación que ofrece cada institución. Este hecho pone en desventaja a los egresados que no tienen el documento que los acredite oficialmente como profesionistas en determinada carrera, respecto a los que sí realizan su trámite.
• Por otra parte, también se ha detectado que hay quienes han obtenido su título y cédula profesional después de hasta once años, quizá debido a que en su trabajo se les requiere para algún ascenso. ¿Por qué sucede esto? ¿Acaso no se podrían establecer acciones para que nuestros egresados se titulen en un periodo máximo de uno a dos años después de concluir sus estudios, incluyendo en ellas quitar barreras burocráticas que sólo sirven para ampliar el poder secretarial?
• Manteniendo el contacto con los estudiantes de cada cohorte; para ello es necesario realizar el seguimiento de egresados por generación, no cada cinco o diez años. Esta práctica permitiría analizar comparativamente su comportamiento y con los resultados obtenidos, mejorar el plan de estudios correspondiente; asimismo, resultaría familiar tanto para el egresado como para el que abandona sus estudios, seguir colaborando con la Universidad en estudios de naturaleza académica.

Todo esto es posible lograrlo si se involucran los docentes más experimentados y que les falta poco tiempo para jubilarse, ya que son profesionistas que han acumulado mucha experiencia con el paso de los años y que bien valdría la pena, que la reflejaran en sugerir e implementar acciones en beneficio de los estudiantes. Con ello se contaría, de manera natural, con un gran equipo multidisciplinario, lo que enriquecería sustancialmente el trabajo realizado en torno al desarrollo educativo institucional, permitiéndonos estar más cerca de lograr comunidades universitarias muy potentes.

Esto se puede lograr sin tener que hacer grandes gastos o inversiones, sino organizándonos mejor al interior de las instituciones de educación superior públicas, reconociendo y aprovechando las capacidades de su recurso humano en beneficio de las nuevas generaciones.

Fuente noticia: http://www.educacionfutura.org/conocer-al-alumno-estrategia-contra-la-desercion/

 

 

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El cerebro necesita emocionarse para aprender

Por:  Ana Torres Menárguez

Los nuevos experimentos en la enseñanza vislumbran el fin de las clases magistrales. Una de las tendencias es la neurodidáctica.

En el año 2010 un equipo de investigadores del Massachusetts Institute of Techonolgy (MIT), en Boston, colocaron a un universitario de 19 años un sensor electrodérmico en la muñeca para medir la actividad eléctrica de su cerebro las 24 horas durante siete días. El experimento arrojó un resultado inesperado: la actividad cerebral del estudiante cuando atendía en una clase magistral era la misma que cuando veía la televisión; prácticamente nula. Los científicos pudieron probar así que el modelo pedagógico basado en un alumno como receptor pasivo no funciona.

“El cerebro necesita emocionarse para aprender”, explica José Ramón Gamo, neuropsicólogo infantil y director del Máster en Neurodidáctica de la Universidad Rey Juan Carlos. En el último lustro, en España han aparecido diferentes corrientes que quieren transformar el modelo educativo y una de ellas es la neurodidáctica. No es una metodología, sino un conjunto de conocimientos que está aportando la investigación científica en el campo de la neurociencia y su relación con los procesos de aprendizaje. “Antes solo se podía observar el comportamiento de los alumnos, pero ahora gracias a las máquinas de neuroimagen podemos ver la actividad cerebral mientras realizan tareas”, añade Gamo. Esa información sirve a los profesores y pedagogos para decidir qué métodos son los más eficaces.

Gamo, que estudia las dificultades de aprendizaje de personas con dislexia o TDAH desde hace más de 20 años, observó que en la mayoría de los casos esos problemas no estaban relacionados con esos síndromes, sino con la metodología escolar. Él y su equipo identificaron que el 50% del tiempo de las clases de primaria en España se basan en transmitir información a los estudiantes de forma verbal, algo que en secundaria sucede el 60% del tiempo y en bachillerato casi el 80%. “Indagamos sobre lo que estaba sucediendo en las aulas y queríamos saber qué decía la ciencia al respecto, si ese método estaba justificado”.

Basándose en diferentes investigaciones científicas y en las suyas propias, concluyeron que para la adquisición de información novedosa el cerebro tiende a procesar los datos desde el hemisferio derecho -más relacionado con la intuición, la creatividad y las imágenes-. “En esos casos el procesamiento lingüístico no es el protagonista, lo que quiere decir que la charla no funciona. Los gestos faciales, corporales y el contexto desempeñan un papel muy importante. Otra muestra de la ineficacia de la clase magistral”, explica Gamo.

Por ello, la neurodidáctica propone un cambio en la metodología de enseñanza para sustituir las clases magistrales por soportes visuales como mapas conceptuales o vídeos con diferentes apoyos informativos como gráficos interactivos que requieran la participación del alumno. Otra de las apuestas es el trabajo colaborativo. “El cerebro es un órgano social que aprende haciendo cosas con otras personas”, añade.

En los últimos cinco años, Gamo ha formado en neurodidáctica a docentes de una treintena de colegios públicos en diferentes comunidades autónomas. El principal problema, en su opinión, es que las escuelas no están tomando la decisión sobre hacia dónde quieren innovar, a lo que se suma que nadie les acompaña en la implementación de las nuevas metodologías. “La direcciones de los centros están enrocadas en los métodos tradicionales basados en clases magistrales, memorización y exámenes escritos”.

En ese escenario conviven cientos de profesores y entre ellos hay quienes no se conforman con lo establecido. Chema Lázaro, de 34 años, da clase a alumnos de sexto de primaria en un colegio concertado de Moralzarzal y desde hace dos años y medio aplica la neurodidáctica en el aula. “Mis alumnos siempre me decían que yo molaba mucho, pero que mis clases eran una porquería”, cuenta. Empezó a investigar sobre metodologías alternativas y creó el blog Pizarras abiertas, que en 2013 le valió el premio nacional sobre las TIC en el aula del Ministerio de Educación. Lázaro buscaba una base científica que apoyase su apuesta: hacer que sus estudiantes aprendiesen para toda la vida sin memorizar.

El 50% del tiempo de las clases de primaria en España se destina a que hable el profesor. En bachillerato es casi el 80%

“Mi método respeta el proceso por el que el cerebro aprende: primero va la motivación, luego la atención y por último la memoria. En ese orden”. Para explicar el antiguo Egipto intenta captar el vínculo emocional de los chavales. A través de su canal de YouTube les plantea jeroglíficos en vídeos con formato de tráiler cinematográfico. “Con ese material se motivan y así tengo alumnos atentos”, continúa. Utiliza la gamificación y las capitales se aprenden ganando puntos en la plataforma Kahoot. Para ver las pirámides, vista desde un dron o Google Earth.

Una de las plataformas de educación online basada en la neurodidáctica es Neurok. El director de la compañía, Agustín Cuenca, empezó a explorar el mundo educativo hace 10 años, cuando a su hijo de cinco años le diagnosticaron hiperactividad. “Partimos de que la formación online no funciona, solo un 10% de los que se apuntan a un MOOC -cursos online masivos y gratuitos- lo termina”. En una plataforma tradicional se encuentran contenidos, mientras que en Neurok hay debates.

Cuenca y un equipo de 10 pedagogos y profesores de universidad y primaria han aplicado los formatos de Twitter y Facebook a la educación. “Antes siempre sabías a quién pedir los apuntes. Ahora decides a quien seguir en esta red social en la que todos los alumnos comparten contenidos y debaten sobre diferentes temas. El profesor hace de guía y aporta criterio sobre qué contenidos son de calidad”, explica Cuenca. Lo más difícil de este modelo de aprendizaje, reconoce este informático, es la participación. El sistema cuenta con hashtags, menciones o notificaciones en el móvil, entre otros servicios. La idea de Neurok es ser utilizada como una plataforma de apoyo a las clases presenciales o directamente como el esqueleto de un curso online.

Eso es lo que sucede con el Máster en Neurodidáctica de la Rey Juan Carlos, un curso blended en el que el 80% del contenido se imparte en la red. Hasta ahora, también han usado Neurok en la UNED y en la Universidad de Extremadura, con la que están colaborando en una investigación para medir la calidad de los contenidos compartidos por los alumnos y su nivel de interacción en la plataforma.

“Todavía hay mucha gente que desconfía de estos métodos, pero en unos 15 años se empezarán a ver los resultados”, comenta Cuenca, que ya ha asesorado a más de 30 colegios públicos de diferentes comunidades autónomas a través de su consultora educativa Niuco. Para todos aquellos que busquen evidencias científicas de la neurodidáctica, el profesor de la Universidad de Barcelona Jesús Guillén recopila en su blog Escuela con cerebro las últimas investigaciones realizadas en diferentes partes del mundo.

Fuente: http://economia.elpais.com/economia/2016/07/17/actualidad/1468776267_359871.html

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De los “crímenes pasionales” a los femicidios en Argentina

Por:

Todavía hay diferencias en la tipificación de los femicidios, pero el concepto comienza a afianzarse en Argentina. Ya no se habla de “crímenes pasionales” sino de asesinatos de género. El cambio de lenguaje es el primero de los muchos pasos que faltan para erradicar la cultura de violencia.

Los cambios conceptuales son el resultado de las movilizaciones feministas como la del 3 de junio de 2015 y las de este año, que se tradujeron en multitudinarias marchas bajo la consigna de “Ni Una Menos”. Entre ellas se destaca la última del 19 de este mes, tras el brutal asesinato de la adolescente Lucía Pérez.

La joven de 16 años, de la ciudad bonaerense de Mar del Plata, fue drogada, violada y empalada hasta morir, un caso que unió a miles de mujeres y hombres, bajo una misma consigna: “basta de femicidios”.

“Los femicidios no han aumentado pero no han disminuido. Una mujer cada 30 horas es asesinada” en Argentina: Ada Rico.

“Fue una movilización profundamente radical, de hermandad entre mujeres de identidades diversas que hacen de la diferencia una fuente de su poder”, dijo a IPS la coordinadora del Programa Sur-Sur del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (Clacso), Karina Bidaseca, también de la Red de Derechos Humanos del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet).

“Si tocan a una, saltamos todas”, “Vivas nos queremos”, fueron otras consignas sentidas que trascendieron las fronteras nacionales, de América Latina hasta algunos países europeos como España y Francia, “lo que marca la posibilidad de imaginar y tejer un nuevo proyecto societal que cuestiona la cultura patriarcal en todas sus dimensiones”, agregó Bidaseca, autora del libro “Escritos en los cuerpos racializados. Lenguas, memoria y genealogías (pos)coloniales del feminicidio” (UIB).

La última movilización fue precedida por un “paro” de mujeres de una hora, bajo el lema “Si mi cuerpo no importa produzcan sin mí”.

“Fue un paro de mujeres, inédito en la historia de las movilizaciones de mujeres, que muestra a través de esa consigna un cuerpo que se rebela al capital, que advierte el daño que está causando la crueldad en la malla simbólica y en la reproducción del capitalismo en el reparto de las riquezas que producimos las mujeres en las casas y fuera de nuestras casas”, agregó Bidaseca.

Desde el 25 de noviembre de 2014, está vigente el Primer “Registro Nacional de Femicidios” de la Justicia Argentina, que comprende todas las causas por homicidios de mujeres (niñas, adolescentes y adultas) y perpetrados por varones por razones asociadas a su género.

Según ese informe, durante 2015, 235 mujeres fueron asesinadas por esa condición. En 20 por ciento de los casos había denuncias previas por violencia de género y a 70 por ciento las mató un conocido en el que alguna vez habían confiado. Apenas 7 casos tuvieron condena.

Pero ese y otros registros considerados indispensables para diseñar políticas públicas contra la violencia de género, presentan diferencias con los de organizaciones no gubernamentales.

Según el documento elaborado por La Casa del Encuentro a partir de informes de prensa, hubo 286 femicidios, además de otros 42 “vinculados” de hombres y niños en 2015. Bajo este concepto se incluyen las personas asesinadas al intentar impedir el femicidio o “atrapadas en la línea de fuego”.

También involucra a quienes tienen vínculo afectivo o familiar con la víctima, o que fueron asesinados por el femicida para castigar y destruir psicológicamente a quien consideran su propiedad.

Además, el informe considera a “las víctimas colaterales”. Entre 2008 y 2015, 2.518 hijas e hijos quedaron huérfanos, 1.617 de los cuales eran menores de edad.

“Consideramos que tiene que haber ajustes porque hay diferencias de conceptos”, explicó a IPS la presidenta de La Casa del Encuentro, Ada Rico.

Por ejemplo, los expedientes enviados a la Corte no monitorean los casos de “agresores suicidas” (que se matan después del femicidio). Tampoco de robo con asesinato tras un abuso sexual.

“Si un hombre roba pero abusa y asesina a la víctima mujer es femicidio a todas luces”, enfatizó.

Según la organización, 50 por ciento de los femicidios incluyen abuso sexual seguido de muerte, y el restante 50 por ciento se da en el marco de relaciones de pareja, antes conocidos como “crímenes pasionales”.

“Hoy hay mucha más visibilidad en los medios de los casos de femicidio y otro tratamiento. Cuando comenzamos en 2008, se hablaba de crímenes pasionales, una forma de justificar la conducta del agresor. Hoy se habla de violencia de género y de femicidios”, destacó Rico.

Para ella, el movimiento “Ni Una Menos”, que contribuyó al cambio conceptual, es un reflejo de “la sociedad (que) se manifiesta abiertamente contra la temática de la violencia de género” e impulsa a muchas familias y víctimas a denunciar.

Después de cada marcha, en La Casa del Encuentro “se triplican los pedidos de información, no sólo de víctimas sino de familiares preguntando cuáles son las herramientas para ayudar a la víctima”, explicó.

La movilización no incide, sin embargo, en la disminución de casos.

En lo que va del año, según el observatorio de la organización Mujeres de la Matria Latinoamericana (MuMaLá), 226 mujeres ya fueron asesinadas por su condición de género.

“Los femicidios no han aumentado pero no han disminuido. Una mujer cada 30 horas es asesinada en nuestro país”, explicó Rico, aunque, observó, actualmente hay una mayor visibilización de los casos en los medios y una “sociedad más atenta”.

Para Mabel Bianco, presidenta de la Fundación para Estudio e Investigación de la Mujer (Feim), el lema “Ni Una Menos” ayudó a que “la sociedad argentina, sin diferencias de ningún tipo esté pidiendo no sólo políticas sino un cambio cultural en toda la sociedad”.

“Creo que los femicidios no van a desaparecer de un día para el otro por una marcha o una ley o un plan gubernamental. Esto requiere mucho más tiempo y un trabajo en distintos planos”, destacó Bianco a IPS.

Pero para ello, analizó, “es clave por ejemplo que los medios cambien sus mensajes sexistas que continúan manteniendo la discriminación de las mujeres o su menor valoración en relación a los hombres” o con “programas que continúan mostrando a las mujeres como meros cuerpos y sino trabajadoras del hogar”.

El Consejo Nacional de las Mujeres (CNM) presentó el “Plan Nacional de Acción para la Prevención, Asistencia y Erradicación de la Violencia contra las Mujeres 2017-2019, que incluye demandas de “Ni Una Menos”, como hogares integrales para las que están en situación de violencia con equipos interdisciplinarios, y programas de capacitación de género para la policía.

Mientras tanto, “se están haciendo algunas cosas como la prueba en algunas provincias de la tobillera, el refuerzo y la actualización de la linea 144 (de denuncias), la terminación de los refugios iniciados hace dos años por el anterior gobierno”, pero eso implica que también las provincias avancen y que amplíen sus presupuestos, señaló Bianco.

Sin embargo, cuestionó el debilitamiento de programas como el de la Educación Sexual Integral en las escuelas que “incluye la revisión y cambio de roles estereotipados de género que mantienen la desigualdad de las mujeres”.

Mientras que en el plano internacional, a Bidaseca le preocupa “el giro a la derecha” que define el movimiento de mujeres y disidencia sexual como una “ideología de género”.

“Es un guión fundamentalista de grupos reaccionarios que pretenden clausurar las conquistas logradas por el movimiento de mujeres a lo largo de su propia historia”, sostuvo.

Fuente: http://www.ipsnoticias.net/2016/10/de-los-crimenes-pasionales-a-los-femicidios-en-argentina/

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Violencia y Represión Policial en Escuelas Norteamericanas

Por Anahi Rubin

Desde la masacre sucedida en la Escuela Secundaria de Columbine, Colorado, en el año 1999, donde dos estudiantes asesinaron a 13 de sus compañeros; el concepto de «seguridad en las escuelas», cambió en Estados Unidos.

Entre las políticas que se implementaron para combatir la violencia mencionamos la ley de Tolerancia Zero, que implica disciplina escolar y asigna penas explicitas predeterminadas a las infracciones de las reglas de la escuela; independientemente de la situación o el contexto de la conducta. En teoría la Tolerancia Zero disuade a los estudiantes de un comportamiento violento o ilegal, en la práctica según organizaciones como ChildTrend,esta ley no tiene ningún éxito; esta afirmación es avalada por el Centro Federal de Investigaciones, quien reporta que 250000 estudiantes son multados anualmente por problemas de conducta.

La ley mencionada, introdujo mayor cantidad de policías en todo el país. Aunque no se sabe con exactitud cuántos son, theNationalAssociation of SchoolResourceOfficers -La Asociación Nacional de Recursos para Oficiales en español- reporta aproximadamente 14000 y 20000 oficiales en las escuelas de Estados Unidos.

Específicamente en la ciudad de Nueva York, uno de los distritos escolares mayores del país -con 1100.000 estudiantes-, entre 2008 y 2009 se contabilizaron 5055 agentes policiales que patrullaban las escuelas, 200 de esos uniformados estaban armados.

Uno de los graves problemas que esto acarrea, es que los policías escolares tienen poder para arrestar estudiantes y esto produce el incremento de los jóvenes en el sistema de justicia. Según un estudio realizado por la Universidad de leyes de Washington, en las escuelas donde hay policías escolares se produce 1.38 y 1.83 veces más problemas con los estudiantes que en aquellas donde no los hay. Una vez que un estudiante es arrestado es muy difícil que se gradúe. Entre 1994 y 2009, hubo un 50 por ciento de deserción estudiantil, en aquellos establecimientos escolares con policías.

En este mes de octubre el Departamento de Educación  de Nueva York recibió una demanda de parte de 11 familias latinas y afroamericanas  junto con entidades privadas. El motivo de la demanda es por 15000 casos de violencia registradas en las escuelas entre los años 2014 y 2015.

Entre los hechos de violencia se incluyen: asaltos, robos, así como infracciones menores como interrupción de clases, problemas de conducta en los colectivos escolares, peleas entre estudiantes. Estas acciones son plausibles de recibir multas, que los estudiantes reciben a modo de castigo. Esto afecta a jóvenes de escuela primaria y secundaria y muy especialmente a los afroamericanos; ya que el 62% de estos jóvenes son los más castigados.

Organizaciones de Derechos Humanos como American Civil LibertiesUnion -Unión de Entidades Civiles Americanas, en español- se preguntan si la presencia de policías en las escuelas protege a los estudiantes o representa una amenaza a la seguridad de los mismos y propone una guía para entrenamiento de la policía en las escuelas.

Expertos en materia educativa indican que hay muchos factores para que en las escuelas contraten policías; la saturación de los maestros por excesivos trabajo, la desesperación de los administradores de escuelas, por la falta de atención de los padres y el incremento de la violencia en los jóvenes.

Estos hechos de violencia están conectados con el incremento de los problemas sociales y económicos que se registran en este país desde el 2008, particularmente acciones como stop and frisk -parar y registrar en español-, en donde cualquier persona puede ser detenida en la calle por averiguación de antecedentes. Aunque en la ciudad de Nueva York esta acción ha sido muy criticada por los organismos de derechos civiles; la policía sigue actuando y perjudicando esencialmente a los jóvenes afroamericanos. En el año 2011, el 50% de los sometidos a este cateo pertenece a la población negra y solamente el 9% a la población blanca.

Esta situación de violencia contra los jóvenes no sucede solamente en la calles, el mismo sistema se reproduce en las escuelas, donde cada día, 100.000 estudiantes tienen que someterse a el control de detectores de armas, así como revisión de mochilas y hasta palpación del cuerpo; situación que muchas veces concluyen en quejas por abusos.

Lo que subsiste bajo todas estas normas,es el disciplinamiento de niños y jóvenes, que lejos de mejorar la situación de violencia la incrementa, dando paso a que muchos no finalicen su formación escolar y terminen en los sistemas legales; institutos para menores y cárceles. Uno de cada tres americanos adultos están en los archivos del FBI por cargos criminales; en la mayoría de estos casos, los arrestos empiezan en la escuela.

Fuente: http://www.telesurtv.net/bloggers/Violencia-y-Represion-Policial-en-Escuelas-Norteamericanas–20161016-0003.html

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Valor y credibilidad de la palabra

02 de noviembre de 2016 / Fuente: http://www.cronica.com.ec/

Por: Augusto Costa Zabaleta

La palabra, que es una facultad y aptitud humana, que representa un acto de fe y probidad, es un testimonio de certeza de lo que se asegura o niega, es una razón y sentencia, testimonio de honor para cumplir fidedignamente una oferta o promesa.

El valor de la palabra es la de ser el testimonio fehaciente del criterio, que se origina con la concurrencia de la libre voluntad, del libre albedrío, de la capacidad de decisión del intelecto humano y del nivel moral de quien la emite, por ello la palabra es el reflejo fiel de la personalidad, de la formación intelectual y de la conciencia humana.
Por estas eminentes razones, la palabra puede ser el enlace conciliatorio con la verdad, la justicia, la libertad, la equidad, la moral y más aptitudes, sentimientos y valores humanos, así como el medio propicio para la falacia, la mentira, la farsa, la ofensa y más actitudes indignas y lacerantes a la esencia y dignidad del ser humano.
La palabra va perdiendo credibilidad, si consideramos retrospectivamente que nuestros ancestros, usaban la palabra como el documento más veraz para el cumplimiento de una promesa u obligación; el testimonio de la palabra constituía para ellos su honor, hidalguía y personalidad, no hacía falta un documento por escrito y abalizado por su rúbrica, la palabra imprimía confianza y seguridad inextinguible, incólume, infalible e indeleble, sin quebrantamientos vanos o equívocos.
Obviamente, las normas jurídicas vigentes, prescriben la existencia de un documento escrito y abalizado, para la exigencia de una obligación o promesa, para superar la inequidad, el descredito, el desprestigio, la complicada realidad del mundo actual y las actitudes intrínsecas del ser humano, que trastocan la moral, la ética y los valores humanos. (O).

Fuente artículo: http://www.cronica.com.ec/opinion/columna/columnista/item/16066-valor-y-credibilidad-de-la-palabra

Foto: https://encrypted-tbn0.gstatic.com/images?q=tbn:ANd9GcR5opf-sH55aphMN5CtR4JT1V6jjTYWRRuEyCjPf90SGu9YQ5LK

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La educación y el cuidado de la casa común

02 de noviembre de 2016 / Fuente: http://pcnpost.com/

Por: Ángela Escallón Emiliani

Las problemáticas ambientales del siglo XXI plantean grandes retos para que las sociedades puedan avanzar hacia imaginar alternativas al desarrollo en el que hoy estamos inmersos. Es insostenible seguir creyendo en el “mito del desarrollo”, en esa carrera por conseguir el progreso y la felicidad, a expensas de la naturaleza y, poniendo en riesgo la viabilidad de la vida en la tierra.

Estamos viviendo un momento crítico en la historia del planeta que nos compete a todos. Han existido a lo largo de la historia otros momentos atribuibles a eventos naturales (glaciaciones, meteoritos), pero la diferencia es que éste lo ha causado el ser humano en muy corto tiempo, y la solución está en nuestras manos.

Las reacciones frente al clima actual reflejan que no hemos alcanzado aún la suficiente conciencia sobre la gravedad del cambio climático. Nos quejamos y sorprendemos por el calor, por la escasez de agua y por el racionamiento de energía, como si el problema fuera causado por otros o se lo atribuimos al Fenómeno del Niño, que es pasajero. No se ha logrado dimensionar que lo que está ocurriendo con el clima es estructural y en gran medida irreversible: descongelamiento de los nevados y glaciares, pérdida a gran escala de la biodiversidad, desertificación, plagas, elevación del nivel de los océanos…

Creemos que para ello se requieren varios cambios que tenemos que promover, desde distintos ángulos y obviamente todos pasan por ser procesos educativos, veamos algunos de ellos:

  • Una educación que reivindique el valor fundamental de la vida misma y el derecho de todas las especies a existir, y que desarrolle en el ser humano las dimensiones del saber, del ser, del saber hacer y del saber estar en el mundo para transformar el modo en que hoy percibimos, pensamos, valoramos y hacemos, que está asociado con una visión de la realidad que no es la única posible.
  • El reto de construir estilos de vida que sean realmente sostenibles exige una educación que promueva la creatividad, el pensamiento crítico y transformador del entorno, que motive y genere autonomía en las personas y que permita adquirir los conocimientos, las competencias, las actitudes y los valores necesarios para desarrollar la capacidad en los individuos y colectivos de imaginar y construir sociedades justas, colaborativas y ecológicamente equilibradas.
  • Una educación más incisiva e ilustrativa. No basta con hablar del calentamiento global y sus graves consecuencias, como un fenómeno que sentimos fuera de nuestro alcance. Es crucial entender la interconexión de los fenómenos biológicos y los sociales y la interdependencia entre la especie humana con todo lo que existe en este maravilloso planeta, así como también, el lugar que ocupamos en el universo y lo efímero de nuestra existencia.

Estamos enfrentando diversas crisis en la sociedad actual, que llevan a la turbulencia que vivimos, lo que evidencia la necesidad de un cambio de paradigmas. Para entender lo que ocurre no es suficiente contar con información, es fundamental desarrollar la capacidad de análisis sistémico y la educación no está formando para abordar este desafío. Cada vez es más evidente que lo que se necesita es una educación para el cambio, para la incertidumbre, con un enfoque de aprendizajes contextualizados en las realidades que vivimos, que incluya nuevos elementos en las comprensiones de los problemas, que reoriente la dirección y cambie las reglas de juego.

Son las nuevas generaciones las que nos han mostrado cómo romper con esos imaginarios y paradigmas que nos tienen atados sin hacer nada. Así como las llamadas generaciones X y Y trajeron grandes cambios en la sociedad, hoy estamos ante una generación que está rompiendo todos los esquemas. Estos niños y jóvenes nos dan ejemplo de cómo asumir desde ya la responsabilidad del mundo que dejamos, con verdaderos compromisos y tomando acciones reales que generen cambios. La nueva generación ya está creciendo con ese chip en su formación, su crecimiento junto al mundo digital, y la inmediatez de este, ha hecho que sean personas que no pueden esperar a que otros tomen decisiones y realicen acciones por ellos.

Casos como el movimiento “Generation Zero” de Nueva Zelanda, que fue fundado con el objetivo principal de proporcionar soluciones para para reducir la contaminación de carbono a través del transporte inteligente, ciudades habitables y la independencia de los combustibles fósiles; o el movimiento “Truth” de Estados Unidos, que busca consolidar la primera generación que decide no fumar por su salud y por la protección del medio ambiente; son muestra de que es hora de acabar con el imaginario que teníamos anteriormente, donde creíamos que la crisis ambiental era un tema que sólo les concernía a activistas o hippies.

Desde los líderes espirituales hasta los políticos, desde los jóvenes hasta los parlamentarios, desde los niños hasta los padres, no sólo tenemos que tener consciencia de las problemáticas, debemos tomar acciones que empiecen a generar verdaderos cambios. Hoy más que nunca se necesita un ser humano consciente de sus responsabilidades individuales y como colectivo, que se reconozca como agente del cambio y que entienda que las decisiones que toma día a día, relacionadas con su estilo de vida, son determinantes para profundizar estas crisis o para aportar a su solución.

La educación, como la serpiente, debe soltar su vieja piel y transformarse para responder adecuadamente a estos desafíos. Tiene el gran reto de abrir nuevos caminos para que el homo sapiens repiense su ser y estar en el mundo.

Fuente artículo: http://pcnpost.com/angela-escallon-la-educacion-y-el-cuidado-de-la-casa-comun/

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