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El sexo de la ciencia

Riguroso análisis de las desiguladades y desventajas de las mujeres en el terreno de la ciencia

Por Iñaki Urdanibia

« No saldremos de donde estamos mientras no se perciba como un espectáculo intolerablemente mafioso el que aparezcan copados por varones todas las instancias importantes en las que se toman decisiones que afectan a nuestras vidas »

                                     Celia Amorós )

« El sexismo es un esencialismo, como el racismo, de etnia o de clase. El sexismo imputa las diferencias históricamente instituidas a una naturaleza biológica que funciona como una esencia, de donde se deducen implacablemente todos los actos de la existencia. Y entre todas las formas de esencialismo, el sexismo es sin duda la más difícil de desarraigar »

                                     Pierre Bourdieu )

Si en el artículo anterior destacaba como la filosofía ateniéndose a la escasa, por no decir nula, presencia de féminas en tal quehacer , en el terreno de la ciencia ocurre algo parecido. Si uno se atiene a las cifras que dan cuenta de los porcentajes de empleos en puestos de responsabilidad que diferencian a las mujeres de los hombres, algo huele a podrido por la ínfima cantidad de féminas que aparecen en el ranking, si bien el número aumenta en cuanto se trata de ocupaciones y puestos auxiliares y de menor relevancia. ¿ O bien es que las mujeres no sirven o tienen menos capacidad por el mero hecho de ser mujeres, como si de algo innato se tratara; o bien, la desproporción es debido al poder que detentan los varones dentro del entramado , pongamos por caso, académico, o dedicado a la investigación? No hace falta ser muy lince, ni poco, para ver que lo que sucede es lo segundo ya que el pensamiento científico, al igual que el filosófico, artístico no son algo realmente sexuado, y así sería aberrante buscar lo masculino o lo femenino en su esencia; el quid del asunto reside en que tales quehaceres están atravesados, en sus métodos y sus estrategias( de formación, elección, selección y promoción), en su historia y en su ejercicio, por los conflictos que se tejen las relaciones de sexos cuando se habla de los elementos del saber, como reflejo del panorama social . Para algunos, las diferencias están ya a punto de desaparecer ya que la tendencia hacia la universalización en el reparto, cuotas, está en ascenso total; para otros, se da una tendencia a resaltar las diferencias – que las hay y se pueden constatar con solo abrir un poquito los ojos- , haciendo de lo femenino un valor en alza que podría cambiar las cosas hasta ahora dominadas por la racionalidad masculina (?).

Sea como sea, en no pocas ocasiones la valoración se ha basado en la constatación de la escasa presencia femenina en cierto tipo de actividades, como si esto fuese debido a su incapacidad, como si permaneciese vigente el credo griego, reafirmado por el propio Aristóteles que enfrentaba a mujeres y hombres, siendo estos últimos los representantes de los grande y fuerte frente a lo pequeño y endeble que encarnaban las mujeres, lo caliente frente a lo frío, , lo seco frente a lo húmedo, quedando así en el haber del varón: la civilización, la razón y el orden, mientras que en el haber femenino- ese ser disminuido– restaba la naturaleza, la emoción y el caos ; o a lo más se han dado caso que se les ha dedicado espacio a modo de presencia anecdótica , en algunos apéndices, a modo de excepcionales singularidades, que florecen en los márgenes de la marcha general de las diferentes actividades humanas. Aun sin seguir la senda foucaultiana, que toma como eje las relaciones del saber / poder, ni buscar las raíces de la dominación que vienen de antaño en un análisis antropológico materialista o cultural, los hechos son los hechos, los números son los números y estos resultan indiscutibles en su abrumadora expresión, y no es un sistema adecuado en negarlos, en una política propia de avestruz.

No es, desde luego, esta última la opción que adoptan las seis autoras ( Ester Conesa Carpintero, M. Antonia García de León, Nora ätzel, Beatriz Revelles Benavente y Esther Torrado Martín-Palomino) que se reúnen en el volumen dirigido por una de ellas, Ana M. González Ramos: « Mujeres en la ciencia contemporánea. La aguja y el camello» ( Icaria, 2018). Subtítulo que aplicado a lo femenino adecua la afirmación de Lucas ( 18:25) acerca de lo que dice que decía el otro:« porque más fácil es pasar un camello por el ojo de una aguja, que entrar un rico en el reino de Dios” , dejando clara la visión que se expone en las intervenciones: las mujeres son rara avis en el mundo de la ciencia. Si esto es así no es obviamente, reitero y que se me excuse la simpleza, por ningún tipo de predestinación ontológica, genética, etc, sino debido a la dominación de los hombres, en los puestos claves de este campo como en el de los demás.

El análisis es polifónico y pormenorizado, trazándose un detallado mapa de la situación de la presencia femenina en el campo de la ciencia, tanto en los que hace a las causas educativas y la propuesta de modelos en lo que hace a los roles, como a las cortapisas que les son puestas en el camino a la hora de ascender, lo que provoca problemas de salud en las que pretenden integrarse en tal mundo, la sensación, y reflejo en la realidad, de quedar reducidas al estado de invisibilidad, haciendo que sus méritos sean usurpados por nombres masculinos, quedando el de ellas, aunque sean las responsables de los descubrimientos, experimentos presentados, así como algunas propuestas que traten de solucionar estos flagrantes desajustes y desigualdades que no solo se dan por acá sino igualmente allende las fronteras . Las participantes en la obra dirigen su mirada al estado actual de cosas eludiendo cualquier mención al pasado y a las luminarias femeninas que han sido en ese mundo vedado para ellas.

El libro se inicia con unas cifras, en uno de los prólogos, debido al secretario general de universidades, Jorge Sainz González, que dan cuenta de que las estudiantes universitarias representan un 54,1%, mientras que el profesorado femenino es sólo de 40,5%, las cifras bajan si se ciñe a las funcionarias, y descienden más todavía en lo que hace a las responsabilidades en el terreno académico, números que también asoman a lo largo de la obra para dejar claro que las mujeres ocupan las categorías jerárquicas inferiores de las estructuras de la ciencia: 45% ayudantes y becarias, 15% catedráticas y titulares…No hace falta ser un empedernido pitagórico para dar a los números la importancia que tienen, que en este caso es apabullante. Se analizan las causas de esta escasez y se exploran los terrenos en que las exigencias sobre las mujeres son brutales, lo que hace que el intento de cumplir con tales requisitos desfonde al más pintado( en este caso a la más pintada, en femenino); la mirada se detiene igualmente en las tensiones que se producen en el seno de los centros e instituciones entre los responsables, hombres, y las mujeres, concediéndose la palabra a diferentes mujeres que explican su experiencia en la que se constata, a modo de significativo ejemplo, cómo los ascensos son propuestos por otras mujeres más que por los hombres( presente el sentimiento de sororidad), sin dejar de lado la tendencia a encaminar las carreras femeninas hacia una ética del cuidado. Mecanismos que hacen que muchas se rindan ante las nulas expectativas o ante la carrera de obstáculos que han de recorrer si quieren dedicarse profesionalmente a tales ocupaciones, o no pocas caigan en estados de desánimo que se traduce en problemas de salud. Abundan también los ejemplos del florecimiento de cierto silencio o pasividad ante el espectáculo de la injusticia, y es que es obvio que a nadie se le pueda exigir convertirse en una mártir. Se expresa a lo largo de todos los trabajos las relaciones que se dan en las relaciones entre el poder y el género, y los altavoces que se prestan a la fijación de los arquetipos propios para cada sexo, aspecto que es presentado por diferentes voces de protagonistas que desvelan los inicios vocacionales que han ido derivando hacia diferentes espacios dependiendo a las cuestiones de género y las interferencias y faltas de apoyo, o zancadillas, a las que se ven enfrentadas las jóvenes.

Las diferentes miradas completan un cuadro general del estado, lamentable, de la cuestión estudiada, con respecto al que al final, como conclusión, se exponen algunas propuestas para cambiar la situación. Una ética de la responsabilidad femenina es presentada como necesaria para encarar este combate, un abierto rechazo a los mecanismos basados en la meritocracia , es necesario igualmente el subrayado de la necesidad de que se dé paso a la pluralidad y a la integración del máximo de voces diferentes, del mismo modo que se señala las tendencias reinantes en el seno de la investigación científica que, dejando de lado el conocimiento y la creatividad, ponen en el centro rector la eficiencia relacionada con los criterios meramente empresariales…Tras subrayar las desventajas ostensibles en que se hallan las mujeres con respecto a los hombres en el campo de la ciencia, se ofrece una treintena de puntos con el que mejorarían la situación, proposiciones que van desde el análisis concreto de las trayectorias de hombres y mujeres en sus carreras al fomento de los lazos de empatía, solidaridad, etc., etc., etc.

Fuente:http://kaosenlared.net/el-sexo-de-la-ciencia/

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Comunicado ONU Mujeres con ocasión del 25 de mayo: Día Nacional por la dignidad de las mujeres víctimas de violencia sexual

Comunicado

Hoy por cuarto año consecutivo en Colombia, ONU Mujeres se suma a la ciudadanía, instituciones y al movimiento #NoEsHoraDeCallar para dignificar a todas las mujeres y niñas víctimas de violencia sexual, expresión extrema de la discriminación y violencia contra las mujeres, en el marco del Día Nacional por la dignidad de las mujeres víctimas de violencia sexual en el marco del conflicto armado, establecido en 2014 por el Decreto 1480 de la Ley de Víctimas.

En ese sentido las Naciones Unidas declaran la violencia contra las mujeres y niñas como la más extendida violación de derechos humanos y uno de los principales obstáculos para el desarrollo y la paz sostenibles. El silencio, la tolerancia social y la impunidad son el caldo de cultivo que perpetúa la violencia de género, afectando a las mujeres, pero también al conjunto de la sociedad.

La memoria construida sobre los testimonios de las miles de colombianas víctimas de este flagelo ha impulsado acciones para que cese la violencia de género contra las mujeres, niñas y adolescentes en el conflicto armado y fuera de él, y para que lo que les ocurrió no siga sucediendo y no vuelva a suceder. Las mujeres que han roto el silencio con valentía hoy dan voz a quienes no la tienen aún y a quienes aún buscan justicia. Queremos hacer un reconocimiento a las luchas de las mujeres víctimas.

Colombia cuenta con un marco jurídico para hacer frente a la violencia sexual y para garantizar los derechos de quienes han sido víctimas. El acuerdo de paz, emblema en el mundo, incluye previsiones reforzadas para investigar y sancionar la violencia sexual durante el conflicto y lograr un país donde las mujeres y niñas disfruten de una vida libre de violencias.

La adopción de estas medidas es el resultado del compromiso de las autoridades colombianas y de los esfuerzos de la sociedad civil, en especial de las organizaciones de mujeres, por exigir mayor visibilidad de la violencia sexual, como paso necesario para su prevención y erradicación como práctica sistemática.

No obstante los avances, aún persiste una brecha entre las normas y la realidad de la vida de las mujeres. El Registro Único de Víctimas reporta 22.439 mujeres víctimas de violencia sexual a lo largo del conflicto armado colombiano. De estas, 413 casos corresponden a hechos ocurridos en 2016 y 244 en 2017.

La Fiscalía General de la Nación por su parte reporta 26.270 denuncias tomadas por violencia sexual dentro y fuera del conflicto armado en 2017 donde solamente en un 17% logró imputación, en un 13% hay acusación y un 5% cuenta con sentencia condenatoria.

Los desafíos son enormes y es nuestra responsabilidad colectiva poner fin a todas las formas de violencia sexual hacia mujeres y niñas:

Primero, urge transformar la cultura de impunidad frente a la violencia sexual, por una cultura que condene -social y judicialmente- a los perpetradores de estos hechos. No hacerlo, contribuye a que esta forma de violencia se normalice y arraigue en mayor medida en las sociedades después del conflicto y permite que incontables mujeres y niñas sigan viviendo bajo la sombra de la discriminación y la violencia. Además, impide avanzar en la reconciliación nacional y en la construcción de una paz sostenible.

Segundo, se requiere que los entes de atención, justicia y reparación den una respuesta centrada en las víctimas, que reconozca y transforme las situaciones de discriminación, marginación y exclusión de las mujeres, que sustenta la violencia sexual e impiden u obstaculizan su acceso a la justicia.

Tercero, necesitamos una fuerte voluntad política, mayores recursos y una acción coordinada. El vínculo entre el empoderamiento político y económico de las mujeres y la protección contra la violencia sexual es la estrategia que permitirá reducir de manera sostenible la ocurrencia de crímenes de violencia sexual relacionados con el conflicto, y que reforzará la cohesión social y la reconstrucción del tejido social en las comunidades afectadas por estos incidentes.

Cuarto, es importante trabajar de la mano gobierno y sociedad civil en la reintegración socioeconómica, la lucha contra el estigma y el énfasis en las poblaciones con mayor vulnerabilidad, como mujeres y niñas refugiadas, migrantes que viven en entornos de desplazamiento o en áreas rurales remotas, así como también mujeres excombatientes en proceso de reincorporación.

Quinto, la prevención de la violencia debe empezar en una etapa temprana. El sistema educativo y el personal docente está en contacto con niñas y niños y adolescentes y puede transmitir los principios de igualdad, respeto y actitudes no violentas a las generaciones futuras.

La prevención y la eliminación de la violencia sexual -tanto en la guerra como en la paz- es una prioridad para lograr que la paz sea sostenible, por ello, intensifiquemos los esfuerzos nacionales y locales, incluyendo el financiamiento adecuado para garantizar a todas las mujeres y las niñas su derecho a una vida libre de todo tipo de violencias, terminar con la impunidad y garantizar a las víctimas sus derechos. Nos convoca la búsqueda de verdad, justicia, reparación y no repetición.

ONU Mujeres en Colombia se suma a la conmemoración y reconoce la dignidad de las víctimas de delito que todavía sufren miles de mujeres en Colombia. Seguiremos trabajando para comprometer a todas las instituciones y sectores de la sociedad con la efectiva erradicación de la violencia sexual como condición sine qua non para una paz estable y duradera.

Para mayor información:

La lucha contra la violencia sexual ha quedado en resoluciones, no soluciones.

Estrategia de reparación integral a mujeres víctimas de violencia sexual

Reparar lo irreparable

Contacto:

Marianny Sánchez Núñez

Comunicaciones – ONU Mujeres Colombia

Marianny.sanchez@unwomen.org

+57 3226774797

Fuente: https://reliefweb.int/report/colombia/comunicado-onu-mujeres-con-ocasi-n-del-25-de-mayo-d-nacional-por-la-dignidad-de-las

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España: Académicos e investigadores de Ciencias Sociales de Ceuta se suman a la iniciativa #NoSinMujeres

Un amplio número de investigadores y académicos del ámbito de las Ciencias Sociales de toda España, entre ellos varios de la Facultad de Educación, Economía y Tecnología de la UGR en Ceuta como Julio Gacía Ruda, Santiago Real, Santiago Ramírez, José Antonio Liébana, entre otros, ha firmado el compromiso #NoSinMujeres a través del cual se comprometen públicamente a «no participar como ponente en ningún evento académico (Conferencia, Congreso, Jornadas o similar) o mesa redonda de más de dos ponentes donde no haya al menos una mujer en calidad de experta».

Igualmente, instan al cumplimiento de lo establecido en la Ley Orgánica 3/2007 para la igualdad efectiva de mujeres y hombres.

El Grupo de Investigación HUM-840 ‘Conocimiento Abierto para la Acción Social’ apoya esta iniciativa y se ha comprometido a «respetarla y promoverla tanto en los eventos que organicemos como en aquellos a los que seamos invitados o en los cuales participemos».

Los académicos o profesionales de las Ciencias Sociales que quieran sumarse a la iniciativa y dar otro paso «para evitar la invisibilización de la mujer en todos los ámbitos de la vida pública» pueden hacerlo rellenando un sencillo formulario.

Evaluación del profesorado universitario

El Grupo de Investigación también sintoniza con el colectivoUNI-Digna, integrado por miembros del PDI de distintas universidades, para «reivindicar un sistema de evaluación y acreditación del profesorado universitario comprensivo, razonable y justo».

«Creemos que sus reivindicaciones y el manifiesto que han redactado son positivos para la universidad española y, además, nuestro grupo se reconoce en la defensa de la investigación y el conocimiento abierto, por lo que animamos a conocer la iniciativa, a valorarla y a que quien lo estime oportuno firme para «derogar el RD 415/2015, habilitando transitoriamente el anterior sistema de acreditación (RD 1312/2007) a fin de negociar un nuevo sistema consensuado con la comunidad académica».

Fuente: http://www.ceutaldia.com/articulo/educacion/facultad-educacion-ceuta-nosinmujeres/20180521182911180576.html

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EEUU: organizaciones piden a la Academia Nacional de Ciencias (NAS) que revoque las membresías otorgadas a personas sancionadas por acoso sexual

América del Norte/EEUU/the-scientist.com

Una petición en línea que solicita a la Academia Nacional de Ciencias (NAS) que revoque las membresías otorgadas a personas sancionadas por acoso sexual ha cosechado más de 250 firmas desde que se publicó el miércoles (1 de mayo). Publicado después de la reunión nacional de la organización, que finalizó el martes, la petición dice: «Al eliminar a estos individuos de la comunidad NAS, podemos comenzar a reparar [cualquier] daño causado por estos individuos, restaurar la comunidad NAS a un lugar de prestigio y reconocemos que podemos y seguiremos adelante con el compromiso de proporcionar entornos que fomenten el descubrimiento científico «.

En una declaración a The Scientist en respuesta a la petición , el vocero de NAS, William Kearney , escribe: «La Academia Nacional de Ciencias es extremadamente sensible a la gravedad del problema del género y el acoso sexual.. . . Si bien nunca aprobamos el acoso sexual, no existen disposiciones en los estatutos de NAS para rescindir la membresía por ningún motivo; las elecciones son de por vida «. 

El NAS es una organización sin fines de lucro encargada de asesorar al gobierno de los EE. UU. En asuntos científicos;también publica la revista PNAS. La membresía en la organización se considera un gran honor para los investigadores, con no más de 84 nuevos miembros elegidos cada año.

De acuerdo con una publicación de blog de un autor que lleva el nombre de pantalla «Fighty Squirrel» y cuyos detalles biográficos coinciden con los de BethAnn McLaughlin , una neurocientífica de la Universidad de Vanderbilt que inició la petición, «La Academia Nacional de Ciencias celebró su reunión anual esta semana . . . Una cosa fue notablemente ausente: una discusión sobre qué hacer con dos de los miembros más reconocidos de NAS: el neurocientífico Tom Jessel y el genetista del cáncer Inder Verma «.

La petición se produce a medida que otras organizaciones pasan a tener consecuencias profesionales exactas en las personas que han participado en acoso o agresión sexual.

Jessell fue removida de sus puestos en la Universidad de Columbia y el HHMI en marzo. Si bien la razón exacta de su despido no se ha divulgado, un periódico estudiantil informa que tuvo una relación con un miembro de su laboratorio. Verma fue puesto en licencia del Instituto Salk mes pasado como una investigación mira a acusaciones de acoso sexual que se remontan décadas.Su renuncia como editor en jefe de PNAS fue anunciada el miércoles.

La petición se produce a medida que otras organizaciones pasan a tener consecuencias profesionales exactas en las personas que han participado en acoso o agresión sexual. Ayer, por ejemplo, la Academia Nacional de las Artes y las Ciencias Cinematográficas (que otorga los Oscar)anunció que estaba expulsando a Bill Cosby y Roman Polanski. La Fundación Nacional de Ciencias de EE. UU. Y la Wellcome Trust del Reino Unido ahora requieren que las instituciones les informen si los beneficiarios han sido disciplinados por acoso.

Un tweet de una cuenta que parece ser de McLaughlin dice: «La Academia Nacional de Ciencias fue fundada para ser lo mejor de la ciencia de los EE. UU. Albergan a hombres que son culpables de acoso. Esta es una plaga en la ciencia y un mensaje terrible para los alumnos «. McLaughlin no respondió a las solicitudes de comentarios a partir de la publicación de este artículo.

Fuente: https://www.the-scientist.com/?articles.view/articleNo/52493/title/Petition-Asks-National-Academy-of-Sciences-to-Boot-Sexual-Harassers/

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Las mujeres no tienen espacios justos de participación en las conferencias académicas, revela la investigación

Los organizadores de conferencias hombres eligen desproporcionadamente a los hombres sobre las mujeres cuando asignan espacios para hablar

TheGuardian

Las mujeres tienen menos posibilidades que los hombres de hablar sobre su trabajo en las conferencias científicas, en gran parte porque los que están en los niveles superiores de la academia son hombres, según revela la investigación.

Mientras hablar en conferencias es una parte clave de la vida académica, no solo alzando el perfil de los investigadores sino ayudándoles a compartir ideas y encontrar oportunidades de empleo y financiación, el último estudio confirma lo que muchos científicos sospechaban desde hace tiempo: los hombres dan más charlas que las mujeres

«Las mujeres se concentran en estas etapas de estudiantes y carreras tempranas y hay pocas oportunidades de hablar en esas etapas de la carrera», dijo la Dra. Heather Ford, primera autora de la investigación de la Universidad de Cambridge.

En un artículo publicado en la revista Nature Communications , Ford y sus colegas examinaron la cantidad de científicos hombres y mujeres que dieron charlas en la conferencia geofísica más grande del mundo: la reunión de otoño de la Unión Geofísica Americana (AGU).

El equipo analizó listas que detallaban breves resúmenes de investigaciones presentadas por científicos para reuniones entre 2014 y 2016. El equipo analizó si el científico había sido invitado a proporcionar un resumen, lo que a menudo significa que también se le pedirá al científico que brinde una charla, o si, en cambio, el científico había enviado un resumen y les había pedido a los organizadores de la conferencia que les asignaran una charla o la oportunidad de exhibir su investigación con un póster de sus resultados.

El equipo también tomó nota de la etapa de género y carrera del primer autor de la obra, que es más probable que realice la presentación, y, en el caso de los autores invitados, quién estaba emitiendo las invitaciones.

Los resultados revelan, en general, que las mujeres hablaban menos que los hombres, representando el 29% de las charlas que se les habían asignado, y el 27% de los oradores invitados. De hecho, solo un poco más del 41% de las mujeres que pidieron a los coordinadores que les asignaran una charla o la oportunidad de mostrar un póster pidieron hablar, en comparación con casi el 45% de los hombres.

El análisis posterior de los resultados, teniendo en cuenta la proporción de mujeres en cada etapa de la carrera, mostró que esto parece deberse al hecho de que los autores masculinos superan en número a las autoras, un efecto particularmente marcado en los niveles superiores donde los individuos son mucho más propensos a ser asignado o pedido dar una charla.

Pero el equipo descubrió que los convocantes masculinos de las sesiones de la conferencia eligieron desproporcionadamente menos mujeres para hablar, ya sea invitando o asignando una charla. Lo que es más, la tendencia se mantuvo independientemente de su propia etapa de carrera y si invitaban a un científico de carrera a principios, mediados o finales. «Este es un problema de toda la comunidad, no es un problema generacional», dijo Ford.

«Si estamos interesados ​​en mejorar la paridad de género general dentro de una conferencia de investigación en términos de oportunidades de hablar, realmente debemos enfocarnos en las etapas estudiantiles y de carrera temprana, porque ese es el momento en que tenemos más mujeres actualmente», dijo Ford.

Añadió que la investigación también señala la necesidad de abordar el llamado «conducto de fuga» de la ciencia, según el cual las científicas se vuelven menos numerosas en la parte superior de la escala de la carrera, y que las mujeres convocantes deben ser alentadas.

La Dra. Seirian Sumner, ecóloga del comportamiento en University College London y cofundadora de la plataforma SoapboxScience , dijo que el tema de los hombres que dominan los roles de orador en las conferencias es generalizado en la comunidad científica y que se debe hacer más para garantizar que las científicas escuchado, señalando que hablar también podría aumentar la confianza de las científicas y elevar sus perfiles, lo que ayudaría a hacer frente a la tubería que gotea.

Chris McEntee, Director Ejecutivo y CEO de AGU, dijo: «AGU está comprometida a mejorar la diversidad de género en las ciencias y somos conscientes de las brechas de género que existen no solo en la Tierra y las ciencias espaciales, sino también en las actividades de AGU».

McEntee agregó que el sindicato ha hecho esfuerzos para aumentar el número de mujeres científicas revisando el trabajo de otros y aumentando la diversidad de género en comités, programas y el proceso de reconocimiento y honores, mientras que un grupo de trabajo de diversidad e inclusión proporcionará recomendaciones finales al final del año.

Fuente: https://www.theguardian.com/science/2018/apr/24/women-not-getting-a-fair-say-at-academic-conferences-research-reveals

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Según Investigación de UNESCO en Argentina: La brecha de género también se puede medir en la ciencia

América del Sur/Argentina/ellitoral.com

¿Equidad de género en ciencia y tecnología en Argentina? Desde una pantalla, el interrogante desafiaba a arriesgar una respuesta, y no hubo que esperar demasiado para conocer el resultado:

– Las mujeres dirigen en menor medida proyectos de investigación y desarrollo, con una diferencia porcentual de 26,7 puntos en el total del registro nacional de proyectos para el período 2009-2015.
– Solicitan y reciben en promedio la mitad del financiamiento para proyectos de investigación y desarrollo que los varones.
– Publican en menor medida en las revistas de mayor impacto y visibilidad internacional, con una diferencia porcentual de 7 puntos.
– Acceden en menor medida a los cargos más altos de la carrera de investigación (11,5 % contra 17,2 %).
– En todo el país, sólo el 11 % de los rectores son mujeres; éstas ocupan el 27 % de las secretarías de ciencia y representan solo el 10.5% de las autoridades de organismos de ciencia y técnica.

Los datos surgen del Proyecto SAGA (STEM and Gender Advancement) de la Unesco, en el que la Argentina participó como país piloto, y se obtuvieron a través de una encuesta sobre políticas e instrumentos de ciencia, tecnología e innovación enviada a 320 organismos del sistema científico nacional, el análisis de 34.000 curriculum vitae cargados en la base CVAR y de 18.000 proyectos de la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica, el Conicet y el Inta. Y fueron presentados este miércoles en la Facultad de Ingeniería Química de la UNL donde se realizó, además, un taller para analizar estos resultados.

La presentación estuvo a cargo de la ministra de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva de la provincia Erica Hynes, quien llevó adelante la coordinación científica de la investigación; la directora Nacional de Programas y Proyectos del Ministerio de Ciencia y Tecnología María Guillermina D’Onofrio, y Rocío Lafuente Duarte y María Victoria Tignino. Las palabras de bienvenida fueron de la vicedecana de esa casa de estudios, María Élida Pirovani.

El diagnóstico y las razones

“Este estudio pretende ofrecer a los países una caja de herramientas para diagnosticar si hay equidad de género, en cuánto se avanzó y cuánto falta para lograr la igualdad, y eso le sirve a los países como insumo para diseñar sus propias políticas públicas”, explicó la ministra, quien destacó el trabajo de un equipo interdisciplinario que, como tal, trabajó desde distintas miradas. “El trabajo estuvo centrado en este diagnóstico del que surgieron los indicadores y los resultados de la encuesta de organismos de ciencia y tecnología. Resta por hacer una encuesta de uso del tiempo que se va a llevar a cabo este año”, anticipó.

El Proyecto SAGA tiene como objetivo principal reducir la brecha de género en los campos de la ciencia, la tecnología, la ingeniería y las matemáticas en todos los niveles de educación e investigación mediante la determinación, medición y evaluación de datos desagregados por género, así como el apoyo al diseño e implementación de instrumentos de política que tengan una influencia sobre la equidad de género.

Argentina y Uruguay son los únicos países de América Latina que participaron de este proyecto al que se va a sumar Chile, anticipó D’Onofrio quien explicó a este diario la metodología que se siguió para alcanzar este resultado, a partir de una muestra prácticamente censal por el volumen de las fuentes consultadas.

La actividad desarrollada en la FIQ se completó con un taller para analizar los resultados de este estudio y encontrar “los por qué, las razones por las que se producen estas desigualdades”, apuntó la experta. En esa misma línea, se trabaja en una agenda de políticas puertas adentro de las instituciones donde la temática de equidad de género en sus políticas o planes está ausente en casi la mitad de fuentes consultadas, según se desprende de la investigación.

“Hay que trabajar muchísimo; hay poco conocimiento sobre de qué estamos hablando”, reconoció D’Onofrio y recordó una respuesta que se repetía a la hora de hacer las respuestas: “Yo tengo muchas mujeres trabajando acá”, le decían. “Pero no estamos hablando de eso; la intención es no quedarnos solo con un diagnóstico con toda su crudeza, sino tratar de avanzar en un trabajo coordinado y articulado del sistema”.

Fuente: http://www.ellitoral.com/index.php/id_um/169060-la-brecha-de-genero-tambien-se-puede-medir-en-la-ciencia-resultados-de-una-investigacion-de-unesco-en-el-pais-politica.html

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México: Abren convocatoria de becas para mujeres en la Ciencia

Investigadoras mexicanas ya pueden postularse para las becas que ofrece L’Oréal-Unesco-Conacyt-AMC.

América del Norte/México/poblanerias.com/

Oréal México, en conjunto con la Comisión Mexicana de Cooperación con la Unesco (Conalmex), la Oficina de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) en México, el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) y la Academia Mexicana de Ciencias (AMC), lanzó la convocatoria Becas para las Mujeres en la Ciencia L’Oréal-Unesco-Conacyt-AMC.

El objetivo de las becas es promover la participación de las mujeres mexicanas en la ciencia para la realización de estudios científicos avanzados para progresar en la generación del conocimiento.

Cada año, se otorgan cinco becas destinadas a la realización de trabajos de investigación científica a nivel posdoctorado, en algunas de las áreas de ciencias naturales, ingeniería y tecnología, y ciencias exactas.

Las solicitantes deberán tener relación laboral (contrato) como investigadoras o beca posdoctoral.

Las becas se asignarán como resultado de un concurso público cuya divulgación se hará a través de las direcciones electrónicas de la Conalmex y de la Academia Mexicana de Ciencias.

Podrá concursar cualquier científica mexicana que haya obtenido el grado de doctora en los últimos cinco años y que no haya cumplido 40 años de edad al primero de mayo de 2018.

Las ganadoras se comprometerán a informar por escrito a la AMC y a L’Oréal México del destino de los fondos de la beca, así como del avance del proyecto aprobado e incluirán un reconocimiento en las publicaciones que derivarán de este apoyo.

La candidata deberá registrase en el sitio web, llenar el formato y subir a la plataforma los documentos que se solicitan en la convocatoria.

El jurado estará conformado por la Comisión de Premios de la AMC, presidida por la Vicepresidencia de la AMC. Tomarán en cuenta para evaluar, entre otros criterios, la calidad, originalidad, independencia y relevancia de la línea de investigación de la candidata.

El resultado del concurso se dará a conocer a través de la página de la AMC.

Fuente: http://www.poblanerias.com/2018/02/abren-convocatoria-para-la-beca-de-mujeres-en-la-ciencia/

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