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Así funciona la educación en Alemania, donde los chicos saben si van a ir a la Universidad a los diez años

Alemania/24 de abril de 2018/Fuente: https://www.lanacion.com.ar/

En Alemania, cuando los chicos y las chicas cumplen once años, el sistema educativo los divide en tres grupos de acuerdo a sus notas y de su velocidad de aprendizaje. Un grupo será el que continúe con su formación en el gymnasiumpara luego pasar al bachillerato y preparase para el acceso a la Universidad, mientras que el resto estudiará profesiones más técnicas.

Según detalla, en función de las notas, los profesores generan un informe y ahí se determina si el estudiante continuará en el camino a la Universidad o irán a realschule o hauptschule, escuelas de nivel medio que finalizan con 16 años y en donde estudian profesiones más técnicas. Si bien dichos alumnado puede postularse para ingresar a la Universidad, lo pueden hacer recién a los 21 años en vez de a los 18.

Alemania tuvo una tasa de abandono escolar del 10,1% en 2015, inferior a la media europea que se situó en el 11% según datos de Eurostat. «No se puede afirmar que el sistema educativo alemán es eficiente por su tasa de abandono escolar, porque otros países como Polonia que emplean un modelo comprensivo, en el que los estudiantes permanecen juntos hasta los 16 años, tienen indicadores más bajos», señala Enric Prats, profesor del departamento de Teoría e Historia de la Educación de la Universidad de Barcelona.

Desde el punto de vista pedagógico, explica Prats, se desconoce cuál es la mejor edad para dividir a los niños en función de sus capacidades y del recorrido académico que encaja con cada uno.

El modelo, aunque criticado, en números es exitoso. ¿La clave? Su sistema de orientación académica que sabe identificar en qué tipo de estudios encaja cada alumno y alumna. «En España sería un fracaso absoluto. Es una cuestión de cultura: cuando tienen ocho años ya saben que se tomará la decisión y se preparan para ello», sostiene Prats y nombra al país hispano ya que tiene una tasa de abandono escolar del 20%.

Por su parte, Carmen Pellicer, presidenta de la Fundación Trilema -centrada en la difusión de nuevas pedagogías- y coautora del Libro Blanco de la Profesión Docente, considera que ese sistema condiciona las expectativas del alumnado y que puede mermar su autoestima. «Van a vivir durante toda su vida en una sociedad diversa y la escuela tiene que prepararles para ello, la desigualdad no puede ser el precio a pagar por la eficacia académica», sostiene.

Otra de las cifras que destacan el éxito de este sistema es la baja tasa de desempleo juvenil entre los menores de 25 años que es, en Alemania, de un 6,2% en 2017, mientras que, la española, está en 37,4%-. El Gobierno alemán señala que la Formación Profesional Dual es clave en la obtención de ese resultado.

Fuente de la Noticia:

https://www.lanacion.com.ar/2128266-asi-funciona-la-educacion-en-alemania-donde-los-chicos-saben-si-van-a-ir-a-la-universidad-a-los-diez-anos

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Educación argentina: la desigualdad en las escuelas públicas divide la ciudad en dos

América del Sur/Argentina/ 16.04.2018/ Por: Guadalupe Rodríguez/ Fuente: www.lanacion.com.ar.

El sur de la ciudad de Buenos Aires muestra una desigualdad crónica respecto del norte y la educación no es una excepción. Allí donde vive la mayor cantidad de chicos menores de 14 años del distrito más rico del país se dan los peores indicadores educativos: faltan escuelas, las aulas están abarrotadas, no alcanzan las vacantes y los niveles de repitencia y deserción son los más altos. Los alumnos que no terminan el secundario en Palermo y Núñez no llegan al 5%, pero rondan el 30% en Villa Lugano y Soldati. Una realidad que se refleja en las cifras oficiales relacionadas al empleo y el ingreso.

Cada mañana en la escuela N° 11, bien al sur de la ciudad, un rato después de que los chicos llegan a clase, hacen a un lado los útiles y se sirve el desayuno en los mismos bancos donde estudian. Son varios los alumnos que entran al aula sin comer. «A veces, les cuesta arrancar porque no desayunan en sus casas. Entonces, primero comemos y después empezamos con la clase. De otra forma no se puede», cuenta Emmanuel Fariña, docente de 7° grado en esta pequeña escuela del distrito escolar 19, uno de los tres con los niveles más altos de necesidades básicas insatisfechas de toda la Capital.

La docente Florencia Toyos está orgullosa de los recursos de la escuela N° 16, de Palermo
La docente Florencia Toyos está orgullosa de los recursos de la escuela N° 16, de Palermo Fuente: LA NACION – Crédito: Silvana Colombo

En el informe de coyuntura «La ciudad en deuda», del Centro de Estudio de Ciudad de la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA, la licenciada en Trabajo Social Inés Albergucci deja bien en claro que la desigualdad tiene correlato con la distribución geográfica. En los barrios del sur (Lugano, Soldati, Bajo Flores, Villa Riachuelo, Nueva Pompeya, Barracas, La Boca) vive la población más vulnerable social y económicamente: se hace notable que las condiciones de vivienda, empleo, salud e ingreso son peores. Por ejemplo, según datos de la Dirección General de Estadística y Censo de la Ciudad, en el segundo trimestre de 2017, en la zona sur el desempleo era del 16,9%, más del doble que en el norte, donde rondaba el 7%, y el ingreso promedio per cápita fue de $10.308 y $22.633, respectivamente.

Consultado sobre qué medidas está tomando frente a esta situación y a la necesidad de la construcción de escuelas para albergar a los estudiantes que ya están fuera del sistema y a los que se suman cada año, desde el Ministerio de Educación porteño afirman que están llevando adelante obras en las comunas sureñas, como ocurre en los polos educativos Mataderos (Murguiondo y Directorio, comuna 9), Piedrabuena (Piedrabuena y Zuviría, comuna 8) y Lugano (Fonrouge y Barros Pazos, comuna 8). También explican que están en proceso de aumentar la matrícula en la comuna 4 (La Boca, Barracas, Parque Patricios y Nueva Pompeya) y que asumieron el compromiso de construir en lo que resta de 2018 y en 2019, 30 escuelas con salas de 3 años, de las cuales el 60% corresponde a zona sur.

Un problema de acceso

Según la Asociación Civil por la Igualdad y la Justicia (ACIJ), en 2017 hubo en la ciudad 10.553 chicos en lista de espera. De esta cifra, la gran mayoría fueron familias del sur que no pudieron costear la cuota de una escuela privada como alternativa. Los números son claros: en los barrios más pobres, el 70% de los alumnos está matriculado en escuelas estatales, y en los más ricos (Núñez, Belgrano, Palermo, Recoleta, Colegiales), solo el 40%. Además, año a año, en los distritos más pujantes, la cantidad de chicos matriculados en el sistema estatal decrece al tiempo que migran al sistema privado. Al contrario, en el otro extremo del mapa porteño la demanda por la educación estatal aumenta.

Patricia Pines es docente y madre de dos niños que van a un colegio estatal. Cuando en 2014 comenzó la inscripción online en la ciudad de Buenos Aires, se encontró con las primeras dificultades. Lejos de darse por vencida ante un sistema que muchos califican de deficiente, por complejo y expulsivo, se juntó con otros padres y formaron Vacantes para Tod@s, un colectivo que busca convertir espacios ociosos en escuelas públicas, laicas y gratuitas de todos los niveles, especialmente en zona sur. Según sus proyecciones, «en el inicio del ciclo lectivo 2018 fueron 15.000 los alumnos de los tres niveles que se quedaron sin vacantes». Pines calcula que son 75 las escuelas que se necesita abrir en la Capital para albergar a los chicos que se quedaron sin vacantes, con un costo cercano de 1000 millones de pesos.

«No sobran pibes, faltan escuelas», dice enfáticamente el maestro Emmanuel Fariña, y cuenta que frente a la sede del distrito 19, ya empezadas las clases, se podían ver familias enteras haciendo hasta dos cuadras de cola por una vacante. Esto hace también que las familias se bifurquen, porque los chicos recalan en distritos diferentes. El gobierno porteño implementó para esos casos trasladarlos en micros a las instituciones alejadas de sus casas. Florencia Toyos cuenta que en el Wenceslao Posse estudian chicos de la villa 31 de Retiro -otra zona con graves problemas de vacantes-, que viajan hasta Palermo en estos colectivos.

Emmanuel Fariña es maestro en una de las zonas más pobres de la ciudad
Emmanuel Fariña es maestro en una de las zonas más pobres de la ciudad Fuente: LA NACION – Crédito: Emiliano Lasalvia

Distintas oportunidades

En la escuela N° 11 de Nueva Pompeya hay un solo patio y sin techo para los casi 200 alumnos que van por turno. Ahí juegan durante el recreo, saludan a la bandera y hacen gimnasia. Cuando llueve, nada de eso es posible y deben quedarse en las aulas, en las que apenas entran. Según el Reglamento Escolar (art. 90, inc. 2), el espacio mínimo por alumno debe ser de 1,35 m² de superficie y de 4 a 5 m³ de capacidad. Tienen una sala de informática en la que funcionan no más de siete computadoras y sin acceso a Internet. «Si les pedimos que traigan las netbooks del Plan Sarmiento, hay un solo enchufe por aula para cargar veinte máquinas», sostiene Fariña.

En el otro extremo, y no solo geográfico, la escuela N° 16 Wenceslao Posse, a la que asisten cerca de 250 alumnos por turno, cuenta con patio interno y externo, y hasta dispone de un sector de pasto sintético que donó la escuela de fútbol Claudio Marangoni. «Tenemos sala de música, biblioteca, un gabinete de ciencia excelente y una sala de computación con pantalla digital interactiva. Los chicos traen las netbooks y acá también hay de repuesto. Usamos muchísimo los recursos digitales», cuenta orgullosa Toyos.

En su trabajo «La discriminación educativa en la ciudad de Buenos Aires», la ACIJ señala que «el hecho azaroso de haber nacido o asentarse en un distrito escolar particular de la ciudad determina, en gran medida, la posibilidad de una persona de acceder o estar privada de determinados bienes y servicios básicos». La ONG plantea que «esto es lo que se considera posición social de origen, y es justamente un factor que debe ser tomado en cuenta a la hora de honrar los compromisos sociales igualitarios»

Fuente: https://www.lanacion.com.ar/2125900-educacion-la-desigualdad-en-las-escuelas-publicas-divide-la-ciudad-en-dos

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Entrevista a Atilio Pizarro, responsable planificación y gestión de UNESCO América Latina: “En educación es difícil avanzar si no se tiene una visión a largo plazo, de país, más allá de los ciclos políticos”

América Latina/22 Febrero 2018/Autor: Meritxell Freixas Martorell/Fuente: El diario la educación

Desigualdad, calidad de la educación, mejores condiciones docentes y mayor inversión pública,son desafíos de América Latina para mejorar su educación.

En septiembre de 2015, la Asamblea General de Naciones Unidas aprobó la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, un programa ambicioso para erradicar la pobreza. En educación, el objetivo número 4 pretende “garantizar una educación inclusiva y equitativa de calidad y promover oportunidades de aprendizaje permanente para todos”.

Hace poco más de un año los países de América Latina y el Caribe, a través de la Declaración de Buenos Aires, plasmaron varios acuerdos sobre las prioridades educativas para el 2030. Una de las personas que supervisa el cumplimiento de los compromisos de los gobiernos latinoamericanos es Atilio Pizarro, jefe del área de planificación, gestión y evaluación en educación para América Latina y el Caribe de la UNESCO.

Graduado en Administración Pública por la Universidad de Chile y con una amplia experiencia en el sector educativo, principalmente a través de su trabajo en el Ministerio de Educación chileno, se encarga de analizar datos e indicadores procedentes de todos los países de la región y hacer propuestas para mejorarlos, siempre con la vista puesta a la agenda que desde la ONU se acordó para las próximas décadas.

¿En qué países encontramos mayores dificultades para avanzar en materia educativa a causa de la desigualdad?

América Latina es muy heterogénea y existe una gran desigualdad y diferencia entre los países y también al interior de ellos. Dentro de la región, Colombia, Brasil, Panamá y Chile son los más desiguales, de acuerdo al índice de Gini. Por otra parte, Uruguay y Argentina serían los que tienen más igualdad respecto al ingreso. Por ejemplo, Argentina muestra una situación bastante favorable en las escuelas rurales, que presentan mayor equidad en los resultados de aprendizaje que los estudiantes de escuelas urbanas. Uruguay, por su lado, es de los que presenta histórica y sistemáticamente mejores resultados en las pruebas de la UNESCO.

¿Cuáles son los principales factores que generan desigualdad en el ámbito educativo?

Las desigualdades se expresan en la distribución del ingreso, pero también en el acceso a bienes y servicios, comoa la educación, y en las posibilidades de movilidad social de una generación a la otra. Claramente, se reflejan en el sistema educativo y tienden a reproducirse. Uno de sus reflejos tiene que ver con la alta segregación social de los estudiantes. En nuestros países son escasas las posibilidades de que niños y niñas de distinto nivel socioeconómico sean compañeros en una misma escuela. Eso afecta a la mixtura social y a una distribución más equitativa para los estudiantes, lo que hace que para los sectores más pobres sea más difícil alcanzar mayor nivel educativo.

Otro factor tiene que ver con concluir exitosamente la escolaridad. Las personas con menos recursos suelen cursar 8 o menos años de estudio y, en general, de acuerdo a estudios de la CEPAL y de la propia UNESCO, no superan la condición de obrero u operario. En cambio, aquellos que tienen más recursos suelen cursar 12 o más años  y se desempeñan como profesionales técnicos o directivos.

En 2016, Andreas Schleicher, director de educación de la OCDE, ponía sobre la mesa distintas prácticas para mejorar la desigualdad. ¿Qué medidas podrían implementarse, más allá de lo que pueden hacer los gobiernos estatales?

Existe una fuerte relación entre los resultados de aprendizaje y el nivel socio-económico de las familias. Según los resultados de un estudio de la UNESCO de 2015, aplicado en 3º y 6º grado de primaria, en matemáticas, lenguaje y ciencias, ha habido un aumento de las diferencias de aprendizaje entre los estudiantes de un mismo centro educativo. Eso tiene que ver con la segregación que existe al interior de las escuelas, las prácticas pedagógicas de los docentes y su preparación para atender estudiantes altamente vulnerables, la mayor diversidad en las escuelas, las expectativas de los docentes, los patrones culturales, los materiales, etc. Están más asociadas al tema docente y es ahí donde hay que trabajar. No sólo hay que prepararlos para las áreas que van a enseñar, sino también para atender una mayor diversidad en las escuelas.

¿Cómo ha avanzado la situación de los docentes latinoamericanos (laboral, condiciones para desarrollar su trabajo, preparación y capacitación, etc.)?

El tema docente es una de las variables donde contamos con menos información estadística, pero un indicador muy importante tiene que ver con la certificación para ejercer el grado ya sea en primaria o en secundaria. Cuando hablamos de producir certificados hablamos de pasar por un proceso de formación que permita desarrollar los conocimientos, competencias y valores éticos. En este sentido, Latinoamérica está en deuda. Según nuestra información, de 2011 a 2016, un 83% de los docentes que ejercen en primaria y un 78% de los de la secundaria cuentan con formación docente certificada, es decir, aún hay un alto porcentaje de docentes que están ejerciendo y no cuenta con la certificación. El nivel preescolar es donde los porcentajes de certificación son más bajos, con sólo un 63% de personal formado para atender a los niños más pequeños. En Cuba, por ejemplo, el 100% de docentes están certificados, en todos los niveles.

La educación superior es una de las que ha aumentado más su demanda en la región. Sin embargo, los gobiernos no disponen de recursos suficientes para costearla. ¿Cuáles son los pendientes de los estados latinoamericanos?

América Latina es una de las regiones del mundo que ha avanzado más en el acceso a la educación superior: desde el 2000 a la fecha ha llegado cerca del 50%, mientras que son pocos los países del mundo que alcanzan un umbral de tasa de matrícula que sea superior al 40%. Junto con eso, también ha crecido de forma importante la cantidad de matrículas en instituciones privadas. A excepción de Colombia, donde se ha reducido fuertemente desde el año 2000, El Salvador, Brasil o Chile aparecen entre los países, incluso del mundo, donde más se ha expandido la matrícula privada. Sin embargo, hay que poner atención en que las mujeres siguen siendo una minoría en sectores que tienen que ver con ciencias, matemáticas o tecnología. Ahí hay un desafío importante. El otro desafío de esta expansión tiene que ver con la desigualdad por nivel socio-económico. Esto es un problema en Panamá, Colombia, Costa Rica, Perú, El Salvador, República, Brasil o Honduras, que aparecen con altas tasas de matrícula para la población más rica, entre el 40 y el 75%, y muy bajas para la más pobre, que aparece entre el 1 y el 10%.

¿Cómo avanza la agenda 2030 para América Latina?

Estamos en una situación de avance, sin embargo, estamos lejos de las aspiraciones que tenemos como región hacia el futuro. Aun cuando en Latinoamérica ha habido grandes logros en materia de acceso a la educación, la calidad es un desafío y afecta a los grupos más vulnerables. Hubo avances en materia de aprendizaje, pero todavía es muy alto el porcentaje de estudiantes que se concentran en los niveles más bajos de desempeño. Según el Tercer Estudio Regional Comparativo y Explicativo, en el que participaron 15 países, cerca de un 71% en tercer grado de primaria y casi un 80% en sexto también de primaria se desempeñan en los niveles más bajos, sobre todo en matemáticas y lectura. Más allá de eso, la agenda 2030 pone especial énfasis en el aprendizaje relevante, que es aquel que habilita a las personas para desarrollarse plenamente y a lo largo de la vida, y eso tiene que ver con aspectos no cognitivos relacionados con la ciudadanía, la aceptación de la diversidad, habilidades para trabajar con otros, etc.

Hemos visto otras iniciativas similares como los Objetivos del Milenio, que tenían que alcanzarse en 2015, los de Dakar (Educación para todos) también para 2015, y ahora La Agenda para el Desarrollo Sostenible para 2030. Todas plantean objetivos muy ambiciosos y no llegan a alcanzarse. ¿Qué nivel de compromiso tienen los gobiernos con este tipo de iniciativas?

La UNESCO está llamada a jugar un rol importante sobre la apropiación de estos compromisos internacionales. Nuestras autoridades, presidentes, ministros, son parte de los foros mundiales en los que se acuerdan los compromisos, pero luego hay una brecha y un desafío en términos de bajar estos acuerdos y que los ministerios de Educación consideren, en sus planes y programas, estrategias que apunten a cumplir con ellos, que se apropien de esta agenda. Ahí nosotros tenemos un papel muy importante en la promoción de la agenda 2030 junto con nuestros socios principales, que son ONU Mujeres, la OIT y Unicef. Es fundamental ir hacia estrategias de largo plazo, más allá de los gobiernos de turno, tener una mirada de país que comprometa recursos, esfuerzo y que pueda tensionar las agendas educativas de la región para avanzar paulatinamente.

¿Cómo afectarán a la educación regional los cambios políticos de los últimos años (Argentina, Brasil, Chile…) y los que pueden llegar este 2018 (México, Colombia, Brasil…) que posiblemente puede dar lugar a cambio de ciclo político en América Latina?

No me corresponde, en mi rol de funcionario de la UNESCO, expresarme sobre los giros políticos, pero sí insistiría en la importancia de que los países puedan tener continuidad en las políticas. En nuestra región hay una alta tasa de rotación de los ministros de educación, entonces es muy difícil avanzar si no se tiene una visión de largo plazo, una visión compartida, de país, más allá de los ciclos políticos. Pensar en estrategias graduales y sistemáticas, con miradas más holísticas, desde la educación preescolar hasta el mundo del trabajo. Nuestro trabajo con los países que actualmente están teniendo cambios de gobierno se enfoca en dar a conocer lo que plantea la agenda de aquí al 2030.

¿Qué país de la región podría ser un referente en materia educativa?

El concepto de calidad es muy amplio y multidimensional. Hay cuestiones que van desde el marco educativo, hasta los recursos o el trabajo con los docentes. Es difícil hablar de un sólo país. Brasil, por ejemplo, ha tenido un trabajo muy importante en materia de alfabetización y formación de adultos. Las políticas de carrera docente que están implementando Chile y México también son fundamentales y se tienen que mirar. En Educación para la Paz, son muy llamativos los avances de Colombia, en las reformas curriculares para trabajar conocimientos sobre ciudadanía, cultura de paz y derechos humanos.

¿Cuál es el mayor logro que la región ha alcanzado en los últimos años? ¿Y el mayor desafío pendiente para el próximo período?

La región ha tenido un aumento muy significativo en cobertura: primaria, secundaria, preescolar e, incluso, la educación superior. La inversión también ha pasado a ser un tema prioritario. Estos son avances muy significativos, sin embargo, persisten los desafíos en calidad y equidad de la educación. Pero para mí, calidad y equidad están muy relacionadas. No basta con que los niños accedan, sino que es importante que tengan una trayectoria adecuada a través de los distintos ciclos educativos y que adquieran los conocimientos adecuados y las habilidades básicas. Tenemos que avanzar en los aprendizajes a favor de la convivencia, el desarrollo de los países y de un mundo cada vez más plural y diverso.

Imagen: https://www.flickr.com/photos/unescosantiago/5039710089

Fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2018/02/19/en-educacion-es-dificil-avanzar-si-no-se-tiene-una-vision-a-largo-plazo-de-pais-mas-alla-de-ciclos-politicos/

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Estudio Unicef: Debilidades de estudiantes en República Dominicana tienen raíces en estructura social

América Central/RepúblicaDominicana/hoy.com.do
El ministro de Educación Andrés Navarro afirmó hoy que profundizará los programas de investigación como elemento fundamental para identificar con rigor las debilidades y las fortalezas en el sistema educativo, con el fin de seguir fortaleciendo la inclusión en el sistema educativo dominicano.Navarro se refirió al tema al participar en la presentación del estudio “Niños fuera de la escuela: la exclusión educativa en la República Dominicana”, proceso llevado a cabo por el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), con el concurso del cuerpo técnico del Ministerio de Educación (Minerd).“Los datos que arrojan el estudio indican que hay que apostar al uso de la investigación educativa para desarrollar política asertivas con las evidencias logradas, y no gestionar las acciones sobre la base de malas prácticas, especulaciones, presunciones o ideas fuera de contexto que generan desperdicios de recursos y de tiempo”.

En el encuentro realizado en uno de los salones del hotel El Embajador, Navarro agradeció el trabajo y el compromiso asumido por Unicef en favor de la niñez dominicana, en este caso particular, de la educación

“Nos sentimos apoyados por ustedes, no por ser simpáticos con el Minerd, sino por lo suficientemente objetivos y comprometidos con la mejora de la educación dominicana. Tenemos que ver este aporte como una gran oportunidad que nos permite identificar nuestras debilidades, no sólo como sistema educativo, sino, además, como sociedad en general”, enfatizó.

Destacó que las vulnerabilidades que muestran los estudiantes en el estudio dado a conocer, van más allá de razones limitadas al sistema educativo, sino que tienen sus raíces en la histórica estructura social del país.

“Es por esa realidad que debemos asumir esto con humildad como una valiosa oportunidad para la autocrítica que coadyuvará en el propósito de alcanzar una transformación sincera del sistema educativo”, refirió.

Dijo que el reto en la educación dominicana, tal lo refleja el estudio, aborda no sólo la necesidad de la aplicación de un nuevo currículo y de la metodología, sino en mejorar la gestión en los centros educativos, con un concepto más inteligente y estratégico que faciliten la identificación a tiempo de las vulnerabilidades, e incluso, prevenirlas.

“De ahí la importancia del Minerd implementar alianzas con las entidades y organismos vinculados a la educación, las asociaciones de padres, madres y amigos de la escuela, entre otras, pues las vulnerabilidades que se muestran en el estudio, se vienen arrastrando en las condiciones del estudiante desde muy temprano del primer ciclo, son realidades que se pueden atender a tiempo con el concurso de todos”, enfatizó.

Unicef reconoce esfuerzos. Por su lado, Rosa Alcarte, representante de Unicef en el país, valoró los esfuerzos desplegados por el Minerd en los últimos años en procura de superar los problemas históricos que arrastra la educación dominicana, así como los notables resultados alcanzados.

Entre los logros citó la implementación de la Jornada Escolar de Tanda Extendida, los servicios integrales a la primera infancia, el acceso casi universal en el nivel Primario en las escuelas, el fortalecimiento de la formación docente, la profesionalización en el sistema educativo, y la creación de los programas de prevención de la violencia en los planteles escolares.

A la actividad asistieron, además, Irene Kit y Sergio España, consultores técnicos de Unicef; los viceministros Víctor Sánchez, Ramón Valerio, Adalberto Martínez y Luis De León, así como Andrés de las Mercedes, director del Instituto Nacional de Formación y Capacitación Magisterial (INAFOCAM); Julio Valeirón, director del Instituto Dominicano de Evaluación e Investigación de la Calidad Educativa (IDEICE) y José Miguel Martínez, de la Dirección de Gestión de Riesgos del Minerd, entre otras personalidades.

Fuente: http://hoy.com.do/estudio-unicef-debilidades-de-estudiantes-rd-tienen-raices-en-estructura-social/

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Cómo es un día de trabajo en Latinoamérica, la región más desigual del mundo

Por: Animal Político

La organización Oxfam lanzó un cortometraje con videos reales de la jornada laboral de los habitantes de la región con mayor desigualdad social y económica del mundo: Latinoamérica.

Una joven mujer salió un día de su casa en Guatemala para buscar una vida mejor. Descalza y con la muda de ropa que vestía en ese momento, sin saber hablar español, salió para no volver y se instaló en México. Muchos años después, siendo ya una mujer mayor, se dedica a bolear zapatos en la capital, labor que puede ser sencilla pero que si no se hace con cariño, no sale bien, según sus propias palabras. “¿Cómo aprendí a bolear? El hambre me enseñó”, cuenta la señora en un video que forma parte del cortometraje ‘Trabajo’ de la organización Oxfam.

La bolera guatemalteca es una de los trabajadores latinoamericanos que protagonizan esta obra, junto con mineros, campesinos, vendedores de alimentos o de comida ya preparada, estudiantes, zapateros y oficinistas, entre otros. Mujeres, hombres, jóvenes, mayores cuentan cómo es un día típico de su trabajo, en videos que fueron recopilados por Oxfam en el cortometraje que busca divulgar la realidad de la región con mayor desigualdad salarial en el mundo: Latinoamérica.

“Uno de los indicadores más fuertes de la desigualdad económica es la manera en que la gente se gana la vida”, explicó a Animal Político Annie Thériault, asesora de Oxfam en América Latina. “En la región, el 16% de las personas asalariadas están en pobreza. Son personas que se ganan un sueldo con prestaciones de ley, y eso significa que hay muchos países donde el salario mínimo ni siquiera alcanza a cubrir el gasto básico de una familia, la canasta básica. Son sueldos de hambre, de miseria”, expresó la activista.

Los números de la desigualdad salarial y económica en Latinoamérica y el Caribe que registra Oxfam ya eran contundentes: el 10% más rico de la población concentra el 68% de la riqueza total de la región, mientras el 50% más pobre solo accede al 3.5% de esta riqueza; el 95% del aumento de la riqueza que tuvo la región en el último año se lo embolsó el 10% más rico; para 2017 había 89 multimillonarios en América Latina y el Caribe, de los cuales sólo 16 son mujeres; y de 2016 a 2017, la riqueza de los multimillonarios latinoamericanos creció en 155 billones, suficiente para acabar con la pobreza monetaria de la región casi dos veces por año. Con el cortometraje de 11 minutos, la organización puso rostro y dimensión a las cifras.

Porque la idea de que para dejar de ser pobre hay que trabajar y esforzarse, en Latinoamérica es una falacia, de acuerdo con Thériault. Tanto a nivel documental como en investigación de campo, según Oxfam, las evidencias prueban que no todos tienen las mismas oportunidades de crecer en esta región del mundo. “No puede ser que teniendo un salario tú continúes en pobreza. Las personas que heredan sus fortunas, que ya poseen riqueza, lo que hacen es multiplicarla durante su vida; y quienes ganan un salario mínimo viven en situación de pobreza. Ese es el panorama que nos refleja el cortometraje”, puntualizó la asesora.

La obra es producto de una convocatoria que lanzó la organización entre octubre y noviembre de 2017 para que los trabajadores latinos enviaran videos de su día laboral. Recibieron unos 620 videos de 10 países y su criterio de elección para el cortometraje fue la diversidad: de empleos, de edades, de estratos sociales y de nacionalidades, incluso tiene algunas escenas de trabajo del hogar. Todo recopilado en una notable sincronización entre música e imagen.

“Nos interesaba mucho que en el corto se reflejara cómo todos en América Latina seguimos sufriendo desigualdad laboral en base al salario. Y cómo hay ejecutivos que ganan sueldos de 200-250 mil pesos al mes y otras personas que tienen un puesto de champurrado en la Cuauhtémoc”, apuntó Thériault. Esta producción fue lanzada el pasado 29 de enero, una semana después de que presentaran el informe internacional sobre desigualdad extrema en el Foro Económico Mundial de Davos, Suiza.

Entre las historias que muestra el cortometraje, la constante es que los trabajadores se levantan de madrugada para hacer sus labores, ya sea porque su actividad requiere buena luz -como la agricultura- o porque el traslado hacia su lugar de trabajo tomará varias horas. También domina el discurso la premisa de que para ellos no hay otra alternativa más que trabajar muy duro, incluso bajo condiciones de riesgo, porque de no hacerlo sufrirán hambre.

“La contaminación aquí es fuerte pero ¿qué vamos a hacer? Para vivir, para llevar pan a la casa hay que trabajar”, dice resignado un minero.

Esta desigualdad en el salario que perciben los latinos no es atribuible a un bajo nivel escolar, de acuerdo con Oxfam, pues en varios países hay profesionistas con estudios concluidos que no logran aumentar su ingreso durante varios años de su carrera. “No creemos que la educación sea un indicador porque a pesar que los niveles educativos en la región han ido mejorando desde hace 20 años de forma muy estable, lo que hemos visto es que la desigualdad se mantiene”, afirma Annie Thériault.

La verdadera causa, de acuerdo con la experta, son las políticas públicas de los gobiernos para establecer un salario mínimo legal, que suelen estar contaminadas por intereses del sector empresarial, industrial y comercial, quienes “hacen mucho lobby” para que los gobiernos no cambien esta situación.

A pesar de ello, los trabajadores sobreviven aun sin estudios ni las mismas oportunidades que otros: “Lo que yo he conseguido ha sido con mi sudor y mi inteligencia (…) Si yo hubiera tenido estudios, yo fuera una diputada, pero desgraciadamente no estudié, no tuve oportunidades, porque a lo mejor fuera yo Rigoberta Menchú”, dice orgullosa la bolera guatemalteca cuya historia abre y cierra el cortometraje de Oxfam.

Fuente: http://www.animalpolitico.com/2018/02/trabajadores-latinoamerica-desigualdad/

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Rusia: El 82% de la riqueza mundial en 2017 fue a parar a manos del 1% de los más ricos

Rusia/22 de Enero de 2018/mundo.sputniknews.com

 El 82% de la riqueza global generada en 2017 se concentró en manos del 1% más rico de la población mundial, según un informe de Oxfam publicado de cara al Foro Económico Mundial que tendrá lugar en Davos, Suiza, del 23 al 26 de enero.

El 50% de la población más pobre del planeta, unos 3.700 millones de personas, no se beneficiaron en absoluto de dicho crecimiento.

«El boom de los milmillonarios no es signo de una economía próspera, sino un síntoma del fracaso del sistema económico», cita el informe a Winnie Byanyima, directora ejecutiva de Oxfam Internacional.

En América Latina y el Caribe el 10% más rico de la población acapara el 68% de la riqueza total, mientras el 50% más pobre solo tiene acceso al 3,5% de la riqueza total.

Las fortunas de los milmillonarios latinoamericanos se incrementaron en 155.000 millones de dólares a lo largo del último año y serían suficientes para acabar casi dos veces con toda la pobreza monetaria en la región.

Fuente: https://mundo.sputniknews.com/economia/201801221075611412-economia-mundial-ricos-pobres/

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España: Paraíso de la desigualdad social

España/22 de Enero de 2018/El Periódico

Uno: el 28% de la población de España está en riesgo de pobreza, tasa solo superada en la UE por Bulgaria, Rumanía, Grecia, Lituania, Croacia y Letonia. Dos: tanto la OCDE como la Comisión Europea alertan de la escasez y la ineficacia de las políticas españolas para proteger a los más vulnerables, no digamos ya para redistribuir la riqueza. El resultado es una sociedad muy desigual, y creciendo. EL PERIÓDICO analiza los efectos de la desigualdad en la educación, la salud y la vivienda.

Carne de cañón desde el inicio de la vida

El poder de un abrazo es balsámico, reconfortante, mágico. Y si quien recibe ese abrazo es un niño pequeño poco acostumbrado a las muestras de afecto -porque sus padres tienen prioridades más urgentes (el trabajo precario, el dinero para pagar las facturas básicas, la hipoteca, la comida)-, los efectos se multiplican. Esta es la razón por la que las maestras de las escuelas situadas en las barriadas más castigadas por la crisis son tan dadas a abrazar a sus alumnos. Cuando un niño se siente querido, explican las docentes, crece en autoestima, gana en motivación y su aprendizaje mejora.

La primera infancia, el periodo que va entre los cero y los seis años (la llamada etapa 0-6), «es clave, porque es cuando se adquiere el mayor número de conocimientos y habilidades, cuando se conforman las estructuras neuronales de una persona», reflexiona el sociólogo Jordi Collet, profesor en la Universitat de Vic (UVic-UCC), especialista en educación.

El problema, prosigue Collet, es cuando un niño crece en un entorno vulnerable. «¿Qué familia puede estar pendiente de los abrazos que le da a su hijo cuando sabe que, por ejemplo, le van a desahuciar y echar de casa en un plazo breve?», cuestiona el profesor de la UVic. En los últimos años, no es extraño encontrarse, en esas guarderías de alta complejidad socioeconómica, con pequeños con retrasos motrices y del lenguaje, que presentan problemas de infraestimulación y que, por tanto, empiezan con desventaja su recorrido por la vida.

La esuela infantil Quatre Torres, en el barrio barcelonés del Bon Pastor. / ELISENDA PONS

Que un chaval deje los estudios sin terminar, o que prefiera quedarse con el título básico pelado (el abandono temprano), no es algo que ocurra de un día para otro. «En un hogar con un déficit de capital económico muchas veces habrá también déficit de capital educativo o cultural. Son hogares con padres menos capaces de estimular las capacidades de los niños en edades tempranas, de reconocer los talentos de los niños y cultivarlos», asegura Pau Marí-Klose, profesor de Sociología de la Universidad de Zaragoza en una entrevista publicada esta semana en ‘El diario de la educación’. «Cuando los niños desfavorecidos llegan a la educación obligatoria -agrega-, lo hacen con desventajas que les impiden progresar en la misma medida que sus compañeros«.

Y se convierten en carne de cañón para el fracaso escolar. «A los 15 años, en España ha repetido un 53% de los estudiantes del segmento más desfavorecido de la población, mientras que solo lo ha hecho un 8% de los hijos de familias acomodadas», afirma Marí-Klose. El porcentaje de alumnos en riesgo de fracaso escolar, aseguran analistas del Informe PISA, es casi seis veces superior entre los chicos con nivel socioeconómico bajo que entre los estudiantes pertenecientes a familias ricas.

Eso significa, según puso de manifiesto recientemente un estudio de la fundación Jaume Bofill, «que el sistema educativo en España no logra neutralizar las diferencias sociales durante el proceso educativo y distribuir los resultados con independencia del origen familiar».

Ante esta constatación, algunas guarderías de Barcelona han puesto en marcha programas de choque para atajar las desigualdades entre alumnos desde el minuto cero de vida. El plan consiste no solo en mejorar las condiciones de aprendizaje de sus alumnos, sino también en dar herramientas a los progenitores. «No se trata de decirles cómo han de criar a sus hijos, sino de acompañarles, de compartir con ellos experiencias», explica Janet Nolla, directora de la escuela infantil Quatre Torres, en el barrio del Bon Pastor de la capital catalana e impulsora del programa Compartiendo Conocimientos.

«El trabajo con las familias y con la comunidad es fundamental para reducir las desigualdades de salida», subraya Emília Andreu, gerente del Instituto Municipal de Educación de Barcelona. En pocos años, gracias en buena medida a ese programa, el Quatre Torres ha pasado de ser un centro que las familias escogían en segunda o tercera opción a tener listas de espera de alumnos.

Hay varios puntos críticos, a lo largo de la trayectoria escolar de un alumno, en los que las desigualdades pueden ampliarse (o no), avisa Jordi Collet. «El primero de ellos, son las transiciones, el paso, por ejemplo, de la escuela infantil a la de primaria o el de primaria a la ESO, que es donde se pierde a los más débiles, y el otro, las actividades extraescolares, que según el modelo actual solo realizan quienes pueden pagarlas», lamenta.

El altísimo coste en la salud de la pobreza

El factor socioeconómico pasa factura médica. Las personas con menos ingresos acuden cuatro veces más al médico de cabecera, presentan más riesgo de ciertas enfermedades, desde mentales a cardiovasculares o tienen mayor tasa de suicidio. Incluso acortan su esperanza de vida. Una desigualdad en salud que existe desde siempre pero que ha visto ahondada la brecha desde la crisis económica, y que se ha convertido, según algunos científicos, en la principal «enfermedad» del siglo XXI.

Los médicos Antonio Hernández, Cristina Ramírez y Antonio Ayala, en el centro de salud Las Albarizas, en Marbella. / JESÚS DOMÍNGUEZ

En el caso de España, no se trata de desigualdad en el acceso a la salud, sino más bien que «los problemas sociales se derivan a problemas médicos», explica Ildefonso Hernández, miembro de la Sociedad Española de Salud Pública (Sespas)A menos ingresos se corresponde peor calidad de vida: alimentación más deficitaria, sedentarismo, dificultad para acceder a determinados tratamientos (especialmente dentistas o fisioterapeutas), y sobre todo problemas de depresión y ansiedad.

La salud mental fue la primera en evidenciar los efectos de la crisis, destaca Hernández. Y es que muchas veces, tras un dolor muscular o un ataque de ansiedad subyace un problema familiar o de inseguridad laboral «que no se soluciona solo con pastillas». De ahí que reclame una atención más integral, como recoge la Estrategia Nacional de Equidad en la Salud, presentada por el Ministerio de Sanidad en el2008 pero paralizada, asegura, tras la llegada del gobierno del PP.

Las personas con menos ingresos acuden seis veces al año al médico de cabecera, mientras que aquellos con más recursos lo hacen solo dos, según un informe del Centro de Estudios Andaluces del 2017. También influye en la percepción de la enfermedad: uno de cada tres andaluces con menos ingresos reporta mala salud, cifra que no llega a uno de cada 10 entre aquellos con ingresos más altos. Se nota incluso en la sensación de tristeza que afecta al 18,8 por ciento de los más desfavorecidos y solo al 1,4 por ciento de los pudientes.

En el centro de salud de Las Albarizas, en Marbella, tienen claro que a menos recursos, más frecuencia de visitas. «Es el acceso más cercano que tienen» justifican al unísono Cristina Ramírez, epidemióloga del Distrito Sanitario Costa del Sol y Antonio Hernández, médico de atención primaria, su principal red de apoyo, dado que además hay una atención social que enlaza con programas de ayudas.

Este médico atribuye también esa frecuentación a una menor cultura sanitaria, muy vinculada al nivel educativo. Les cuesta concebir que la forma de vida sea causa de sus enfermedades. «No tienen conciencia de que zamparse dos bolsas de patatas fritas sentados en un sofá, sin actividad física alguna, condiciona su salud». Los efectos, señala, son claros. La población con menos recursos se medica más, y es más propensa a dolencias cardiovasculares porque se cuida menos. En contraste, durante los años más duros de la crisis, se pedían menos bajas médicas, «existía un cierto miedo al despido» que ahora se ha relajado un poco.

En su experiencia, más que prevalencias de ciertas dolencias, se trata más bien de «más dificultad de control». La pobreza también está relacionada con una reducción de la esperanza de vida de más de dos años entre los 40 y los 85 años, una cifra mayor que por el consumo de alcohol, la obesidad o la hipertensión. Los estudios señalan que vivir en un barrio u otro puede suponer recorte de entre 3 y 8 años en la esperanza de vida.

La ecuación diabólica de la vivienda

Una ecuación diabólica que resume por qué el acceso a la vivienda se está convirtiendo en uno de los factores clave del aumento de la desigualdad social en España. Mientras los salarios de la gran mayoría permanecen estancados tras años de caída libre, el precio de la vivienda, sobre todo la de alquiler, se dispara, generando una nueva burbuja. El año pasado creció un 18%, según el portal Idealista, y ya supera las cifras anteriores a la burbuja inmobiliaria precrisis.

«Los costes de acceso a la vivienda son proporcionalmente mucho más elevados en las familias de rentas más bajas, que se ven obligadas a destinar una mayor parte de sus ingresos a la adquisión o alquiler de un piso, lo que profundiza aún más la desigualdad social», resume Carme Trilla, presidenta de la entidad social Habitat3.

Eurostat proporcionaba el pasado junio una comparación reveladora. España es uno de los cuatro países de la UE, junto a Rumanía, Estonia y Grecia, donde se supera el llamado índice de sobreesfuerzo 40/40 para los inquilinos. El 43,3% de los arrendatarios españoles destinan más del 40% de sus ingresos a pagar el alquiler, cuando la media europea es del 27% y en países como Francia y Alemania es tan solo del 14,9% y del 22,8% respectivamente. «Y en ambos países los gobiernos están preocupados porque creen que el porcentaje es alto», apunta Trilla.

Una de las consecuencias de esta situación es que el número de deshaucios de inquilinos sigue aumentando y supera ya el 60% del total de lanzamientos. Durante el tercer trimestre del 2017 se produjeron 6.969 en toda España, muy por encima de los 4.063 ejecutados sobre viviendas de propiedad, según los últimos datos públicados por el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ).

María Ángeles Oeo, en Madrid. / JOSÉ LUIS ROCA

Tras la frialdad de las cifras se esconden dramas humanos como el de María Ángeles Oeo, a quien el pasado lunes el ‘fondo buitre’ Blackstone echó a la calle pese a tener a su cuidado a dos hijos, el mayor de los cuales, de 16 años, sufre una minusvalía del 40%. María Ángeles vivía en el barrio madrileño de Vallecas en una de las 1.800 viviendas sociales que la anterior alcaldesa vendió a los inversores estadounidenses, pero desde el lunes está realojada provisionalemnte en un hostal por los servicios sociales del ayuntamiento.

«Vinieron 11 furgonetas de los antidisturbios para dejasolojar a una madre y sus dos hijos. Vergüenza les tendría que dar», lamenta María Ángeles, que ve el futuro muy negro. «En dos meses se me acaba la renta mínima de inserción, los 430 euros que daban para ir sobreviviendo, y no se cómo acabará todo», se queja. Ahora pasa los días en el hospital Doce de Octubre porque el padre de sus hijos, con el que ya no convive pero mantiene buena relación, ha sufrido un infarto «a consecuencia de toda la movida».

También las clases medias están afectadas por la burbuja del alquiler. La dificultad cada vez mayor de acceder a la vivienda por parte de la clase media es descrita con precisión por la periodista Anna Minton en un libro aparecido el pasado julio, ‘Gran Capital: para quién es Londres’. Minton explica cómo «multimillonarios de todo el mundo adquirieron mansiones en los barrios más adinerados, obligando a los millonarios, ante el aumento de precio, a mudarse a las zonas de clase alta. Esta se desplazó hacia los espacios de la clase media alta, y así sucesivamente. El resultado fue que los precios subieron en todas partes, y de forma sustancial. Todos acabaron pagando más por pisos peores y peor situados. Y todo al mismo tiempo en que el número de viviendas protegidas decaía». ¿Les suena?

En España el orígen del fenómeno se sitúa en el desembarco de grupos inversores al calor de la alta rentabilidad que garantiza la compra en las zonas más cotizadas que luego destinarán a residencias de lujo, oficinas de alto estánding o apartamentos para turistas.

«Con la crisis se cortó en seco la promoción de viviendas públicas y asequibles y ahora cuesta mucho volver a ponerla en marcha. Nunca debió cortarse», explica Trilla.

España es uno de los países de la UE con el porcentaje de vivienda social más bajo: un 1,1% frente al 32% de Holanda; el 23% de Austria; el 18% del Reino Unido o el 17% de Francia, según el informe de Amnistía Internacional ‘España: la vivienda, un derecho hipotecado’.

«A diferencia de otros países europeos, no existe una ley estatal de vivienda que desarrolle el derecho a la vivienda recogido en la Constitución y ponga las medidas para que este sea reconocido de verdad», razona el abogado Javier Rubio, que lleva muchos casos como el de María Ángeles Oeo y denuncia que solo existen leyes parciales como la hipotecaria, «pensada para los bancos», o la ley de arrendamientos urbanos que «da todas las facilidades al propietario y agiliza los procesos de deshaucio».

Vidas a media luz

En la casa que habita Sandra C. en una localidad del Baix Penedès, en Catalunya, la vulnerabilidad es un inquilino más. La desigualdad tiene todas sus aristas: la económica, la laboral y la emocional. Hubo un día que en su hogar entraban 2.000 euros mensuales, pero de la noche a la mañana todo dio un giro y la vida familiar se desgajó. Perdió el piso, se quedó sin trabajo, su pareja se esfumó y ella se quedó con dos niños. «Nunca imaginé que eso me podía pasar a mí, pero tenía claro que no quería perder mi dignidad ni mis derechos».

Sandra es uno de los rostros de la pobreza energética, pero como ella hay otros 5,1 millones de españoles, según los últimos datos de la Asociación de Ciencias Ambientales (ACA). En total, el 11% de los hogares. La pobreza energética es una realidad con numerosos ejemplos. «Tengo la mitad de la casa sin luz. He quitado las bombillas», afirma Sandra. En el resto de la casa toca apretarse el cinturón. Cocina con la luz que proporciona del extractor de humos, en el baño ha eliminado una de las dos bombillas que tenía y en el comedor la luz eléctrica solo se enciende cuando no hay otro remedio. Y añade. «Cenamos sin luz. La televisión nos ilumina y tenemos la suerte de tener una farola en la calle que proporciona claridad al comedor». Esa es su vida a media luz.

A Sandra le trae de cabeza la deuda de 2.300 euros que tiene con Endesa: «La tengo atravesada. ¡Yo que nunca había debido nada a nadie!» Pero a la vez tiene claro que «las compañías tienen que hacerse responsables de la situación de las familias vulnerables». Este problema afecta, según ACA, al 8% de los españoles. Más de 4 millones de personas se retrasan en el pago de las facturas domésticas. Sandra, que es una madre monoparental, sentencia que «vivir indignamente cuando quieres vivir dignamente es triste y duro».

Alba S., sabe lo que es vivir sin luz en pleno siglo XXI, se la han cortado dos veces, la última estuvo cinco días a oscuras. Fue una jornada fatídica: tenía orden de desahucio que impidieron los vecinos. La alegría duró poco porque en cuestión de horas la compañía le cortó la luz. Esta madre, también monoparental y con tres pequeños a su cargo de 10, 7 y 2 años, cuenta sus vivencias en esos días sin luz. «Me pasaba el día en la calle. Guisaba con la linterna del móvil que cargaba en casa de una amiga y menos mal que la cocina es de gas», recuerda. La solidaridad vecinal le permitió recuperar la luz en su vivienda ocupada y lo único que pretende es que las eléctricas le hagan un contrato para pagar el suministro.

Sin embargo, como recuerda María Campuzano, portavoz de la Alianza contra la Pobreza Energética (APE), las empresas no quieren reconocer el fenómeno de la ocupación y para poner un contador exigen «un justo título» o, lo que es lo mismo, contrato de alquiler o la escritura de propiedad. Campuzano pide, al menos, que el contador se coloque mientras la Administración realoja a esas familias o les proporciona un alquiler social. Las compañías de agua ya aplican esta fórmula.

Cecilia, en su vivienda en Nou Barris, en Barcelona. / CARLOS MONTAÑÉS

R.Z., de 56 años y con una invalidez del 53% ha sufrido ataques de ansiedad por el temor a quedarse sin luz. Tiene un expediente de exclusión residencial de los servicios sociales. «Quiero pagar mis facturas y que no me corten la luz cuando ellos quieran», aclara.

Cecilia C., vecina de Nou Barris, en Barcelona, adeuda 1.500 euros a Gas Natural que no puede abonar aunque quiera porque cobra un subsidio de 420 euros y el alquiler le absorbe la prestación. «Necesito comer», exclama. Las cifras son elocuentes. El 15% de los hogares españoles destinan más del 10% de los ingresos anuales a pagar suministros.

Fuente: http://www.elperiodico.com/es/sociedad/20180120/espana-paraiso-de-la-desigualdad-social-6564891

 

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