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Colombia se medirá en cinco evaluaciones internacionales de educación

Colombia / 15 de octubre de 2017 / Autor: Redacción / Fuente: El Pilón

Desde octubre de 2017 y hasta agosto de 2019, Colombia participará en cinco pruebas y encuestas internacionales que evaluarán la calidad de la educación del país y permitirán analizar el nivel educativo colombiano en comparación con otras naciones.

De acuerdo con lo descrito por la directora del Icfes, Ximena Dueñas Herrera, por quinta y cuarta ocasión, respectivamente, en el país se aplicarán dos pruebas estandarizadas: la prueba PISA que mide las habilidades de los estudiantes de 15 años para resolver problemas cotidianos y entrega resultados al país que ayudan a identificar las brechas entre sistemas educativos. Y el Cuarto Estudio Regional Comparativo y Explicativo de la UNESCO (ERCE), que evalúa las competencias en lenguaje, matemáticas y ciencias dentro del ciclo de educación básica (primaria y secundaria).

Adicionalmente el Icfes se ha certificado para aplicar PISA para establecimientos educativos. Una prueba diseñada para entregar resultados a los colegios (a diferencia de PISA que lo entrega para el país y para las ciudades que tienen sobre muestra). El beneficio de los resultados por colegio es que cada uno tiene información que le permitirá, con precisión, incorporar las recomendaciones como parte de sus estrategias de mejoramiento continuo.

Así mismo, y por primera vez, participará en dos estudios, el primero de estos es denominado TALIS, que permite conocer aspectos fundamentales de la práctica educativa del país desde la perspectiva de los profesores y rectores. Y finalmente, el Estudio Talis Basado en Video, que permite obtener información sobre las metodologías y prácticas de enseñanza de profesores de secundaria en matemáticas, con el fin de comprender qué tan eficaces son dentro del salón de clase.

Dueñas Herrera indicó que “la participación en estudios internacionales cumple varios propósitos, observar el desempeño de nuestros estudiantes con mediciones complementarias a las nuestras, por ejemplo PISA mide las habilidades de los estudiantes de 15 años para resolver problemas cotidianos; y para identificar y trabajar en las brechas que identificamos entre sistemas educativos; así mismo, para mejorar como instituto de evaluación pues al participar en otras evaluaciones traemos nuevo conocimiento y nos actualizamos”.

En pruebas internacionales también hemos podido compararnos con otras naciones. De acuerdo con los más recientes resultados de PISA, publicados a finales de 2016, Colombia mejoró en las 3 áreas evaluadas: en lectura alcanzamos 22 puntos más en comparación con los resultados de la última medición del año 2012; en ciencias, aumentamos 17 puntos, y en matemáticas, incrementamos 14 puntos. Con estos resultados estamos en el cuarto lugar en América Latina, después de Costa Rica, Uruguay y Chile, que está en el primer lugar.

Finalmente, la Directora del Icfes, explicó que medir la calidad de la educación de nuestro país nos ha ayudado a comprender la realidad que tenemos. Saber cómo estamos nos permite tomar decisiones que contribuyen a reducir las enormes brechas sociales, que al final también se reflejan en las brechas de calidad.

TALIS (Estudio internacional de enseñanza y aprendizaje)

Será la primera vez que Colombia participa en esta encuesta que busca conocer aspectos fundamentales de la práctica educativa del país desde la perspectiva de profesores y rectores. Serán más de 40 países alrededor del mundo los que se medirán en esta prueba. En Colombia, participarán 200 colegios y 4.000 profesores que serán seleccionados aleatoriamente para hacer este estudio. Se realizará del 12 al 26 de octubre de 2017.

Estudio TALIS basado en vídeo

Este estudio examina la enseñanza y los ambientes de aprendizaje de distintos colegios alrededor del mundo, la particularidad de este, es que tiene como objetivo aportar cómo se da la relación entre el docente y los estudiantes en un aula de clase. Incluye la grabación de dos videos en una clase de ecuaciones cuadráticas.

Colombia participará en la primera versión de esta prueba junto a Japón, Chile, México, España, China, Estados Unidos, Alemania e Inglaterra; tendrá lugar entre octubre de 2017 y noviembre de 2018.

PISA (Programa Internacional para la Evaluación de Alumnos)

Es la prueba estandarizada en la que Colombia se medirá con otros 80 países del mundo, que mide las habilidades de los estudiantes de 15 años a la hora de resolver problemas cotidianos. Serán evaluados estudiantes de 344 colegios del país en tres áreas principales: lectura, matemáticas y ciencias. Esta se llevará a cabo entre el 23 de abril y el 18 de mayo de 2018 y el énfasis será lectura.

Estudio Regional Comparativo y Explicativo de la UNESCO (ERCE)

Es la prueba estandarizada por la UNESCO, donde Colombia se comparará con 17 países de Latinoamérica y el Caribe. Este estudio evalúa las competencias en lenguaje, matemáticas y ciencias dentro del ciclo de educación básica (primaria y secundaria). Este es el estudio educativo más importante de América Latina. Se aplicará en agosto del 2019.

PISA FOR SCHOOLS

Es una iniciativa que brinda la posibilidad de entregar resultados a cada colegio participante con la escala PISA. Con esto, cada institución puede tener un referente de cómo se encuentra frente a todos los países participantes. Se realizará entre octubre de 2017 a octubre 2018.

Fuente de la Noticia:

Colombia se medirá en cinco evaluaciones internacionales de educación

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Libro: El constructivismo y la educación

UNESCO / 8 de octubre de 2017 / Autor: Cecilia Braslavsky (Directora Comité Editorial) / Fuente: Alexduve

Trata cuestiones tan diferentes y prioritarias como el aprendizaje de la numeración, la lengua y la ciencia. Involucra tanto a los niños en proceso de construcción de sus saberes como a los docentes desafiados por las nuevas situaciones y teorías. Atraviesa cuestiones universalmente relevantes desde la perspectiva de autores insertos en contextos tan diversos como el suizo, el francés, el japonés y el de Zambia.

Link para la descarga:

http://www.ibe.unesco.org/sites/default/files/resources/prospects-118_spa.pdf

Fuente:

http://www.alexduve.com/2017/10/el-constructivismo-y-la-educacion-libro.html

 

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El trabajo invisible (y no remunerado) de los maestros mexicanos: planeación, evaluación y otras actividades

México / 1 de octubre de 2017 / Autor: Pluma Invitada (Profe Roger) / Fuente: Educación Futura

“Tengo que gastar tiempo después de la escuela, noches y mañanas preparando las clases del siguiente día. No tengo tiempo para mi familia y una vida social está fuera de mi alcance. Mi trabajo se ha convertido en mi vida”. Esas son las impresiones, vertidas por un maestro canadiense de primaria  en el estudio It’s About Time!! A report on the impact of workload on teachers and students (Dibbon, 2004), realizado a 695 profesores de escuelas primarias y secundarias de la provincia de Terranova y Labrador, Canadá. Tal investigación revela que es considerable el trabajo que un maestro realiza lejos de sus estudiantes y que aproximadamente la mitad de los docentes de nuevo ingreso estaban considerando dejar su puesto actual por razones relacionadas a una carga de trabajo pesada y un ambiente de enseñanza estresante  (Dibbon, 2004, p. 3). Asimismo, el estudio reveló que los profesores de aquel lugar destinan en promedio 15 horas y media semanales en trabajo fuera de la jornada escolar.

No contemplar en el horario laboral docente actividades como la planeación, la revisión de trabajos, la evaluación y otras, puede tener efectos nocivos tanto para los profesores como los alumnos. Al respecto, Dibbon (2004), señala los siguientes riesgos: clases no planeadas o deficientemente planeadas, presencia de enfoques de enseñanza tradicional en detrimento de otras formas de enseñanza más pertinentes, falta de retroalimentación adecuada de los procesos de los estudiantes, insatisfacción laboral de los profesores y afectaciones a la interacción con los alumnos producto del estrés, entre otras. Asimismo, los testimonios del estudio señalado manifiestan que la falta de tiempo para este tipo de actividades contribuye al aislamiento de los mismos profesores (cada uno busca los espacios y tiempos para realizarlas), negatividad para atender actividades extracurriculares e incluso problemas de salud, pues el tiempo de descanso se ve invadido por esta labor (Dibbon, 2004, p. 15).

El caso de maestros de algunos países latinoamericanos es muy similar al de los profesores canadienses. Según el estudio Maestros de Escuelas Básicas en América Latina: hacia una radiografía de la profesión (Vaillant y Rossel, 2006), realizado en siete países (Argentina, Colombia, El Salvador, Honduras, Nicaragua, República Dominicana y Uruguay), “en la mayoría de los casos analizados la dedicación horaria está casi enteramente consagrada al trabajo en el aula y, a diferencia de lo que ocurre en los países desarrollados, no incluye el trabajo de planificación, coordinación o evaluación, que en general recae sobre los docentes en sus horas de ocio” (p. 18).

Las horas de trabajo fuera del aula, llamadas también horas no lectivas son fundamentales “ya que en ellas se planifica y prepara adecuadamente el material educativo, las estrategias para motivar y monitorear el aprendizaje, la retroalimentación a los estudiantes, además de formas para diagnosticar y abordar las necesidades de aprendizaje de todos los alumnos” (Cabezas, et al, 2016). Según Hargreaves (1992), los efectos del incremento en la carga horaria para este tipo de actividades van más allá de lo que sucede en el aula: se ven reflejados en la reducción de los niveles de estrés de los profesores y ayuda a establecer un equilibrio adecuado entre las vidas laborales y personales de los docentes. Lo anterior se traduce en una mejora del temperamento en el salón de clases, mejorando la interacción con sus estudiantes.

En México, el panorama para los profesores también es complicado en cuanto a carga de trabajo fuera del horario escolar. Según la investigación Condiciones de trabajo y salud docente. Estudios de caso en Argentina, Chile, Ecuador, México, Perú y Uruguay (UNESCO, 2005), el 70% de los maestros mexicanos encuestados considera que la carga de trabajo fuera del horario laboral es alta o muy alta. Inexplicablemente, a pesar de que se advierte un grave problema de sobrecarga laboral, “al parecer la carga excesiva de trabajo se asume como parte de la cultura docente” (UNESCO, 2005, p. 151). Los docentes mexicanos de primaria, de acuerdo al documento Segundo Estudio Internacional sobre la Enseñanza y el Aprendizaje (TALIS 2013) (INEE, 2014), destinan semanalmente un promedio de seis horas a la planificación de clases, cuatro a la calificación o corrección del trabajo del estudiante y casi tres horas al trabajo administrativo general, entre otras actividades.

Resulta contradictorio que en nuestro país no sólo no se remuneren las actividades realizadas por los docentes fuera del horario escolar, sino que, además, sean consideradas como parte de la evaluación a profesores derivada de la Ley General del Servicio Profesional Docente: es decir, un maestro no recibe pago por planear y evaluar, pero puede ser despedido por deficiencias en estas dos actividades. Por otra parte, en el documento de reciente publicación Aprendizajes clave para la educación Integral. Plan y programas de estudio para la educación básica (SEP, 2017) se reconoce que “los procesos de planeación y evaluación son aspectos centrales de la pedagogía porque cumplen una función vital en la concreción y el logro de las intenciones educativas” (p. 120). Inexplicablemente, dentro del documento señalado, no se advierten espacios o tiempos para la realización de estas dos actividades fundamentales.  

Es evidente entonces la necesidad de incorporar a la carga horaria de los docentes mexicanos (y, por tanto, a su remuneración económica), acciones tan trascendentes como la planeación, la evaluación o el diseño de material didáctico, por citar algunas, que tradicionalmente se realizan fuera del horario escolar; como ya se ha señalado, los efectos positivos no sólo tienen que ver con la satisfacción profesional de los docentes, sino además  es bastante probable que esto redunde favorablemente en la calidad del servicio ofrecido en las escuelas. Si como repetidamente se menciona en los discursos oficiales, la prioridad es la elevación de la calidad educativa, sería una medida congruente y acertada el pagar a los profesores por la realización de actividades igual de importantes que las que realiza cuando está frente a sus estudiantes. Así como sucede en países como Chile y Brasil, es urgente que en México se regulen las proporciones entre las horas lectivas y no lectivas, de modo que el profesor tenga las condiciones para responder a las expectativas que el mismo sistema pone sobre él.

*Docente colimense de Educación Primaria (Esc. Prim. Distribuidores Nissan No. 61 T.V.) y de Educación Superior (Instituto Superior de Educación Normal del Estado de Colima). Licenciado en Educación Primaria y Maestro en Pedagogía. 

Twitter: @proferoger85

REFERENCIAS.

BACKHOFF, Eduardo y PÉREZ-MORÁN, J. (coords.). Segundo Estudio Internacional sobre la Enseñanza y el aprendizaje (TALIS 2013). Resultados de México. México: INEE, 2015.

CABEZAS, Verónica, et al. Uso del tiempo no lectivo. Desafíos para políticas públicas y comunidades educativas. Chile: Centro de Políticas Públicas, 2016.

DIBBON, David. It’s about time!! Report on the Impact of Workload on Teachers an Students.Terranova: Memorial University of Fewfoundland, 2004.

HARGREAVES, Andy. Time and teachers’ work: An analysis of the intensification thesis. Teachers College Record, 1992.

PÉREZ, Julia. La regulación de la jornada docente en perspectiva comparada: los casos de Argentina, Brasil, Chile y Uruguay. Buenos Aires: FLACSO, 2016.

SEP. Aprendizajes clave para la educación integral. Plan y programas de estudio para la educación obligatoria. México: SEP, 2017.

UNESCO. Condiciones de trabajo y salud docente. Estudios de caso en Argentina, Chile, Ecuador, México, Perú y Uruguay. Santiago de Chile: UNESCO, 2005.

VAILLANT, Denise y ROSSEL, Cecilia. Maestros de escuelas básicas en América Latina: hacia una radiografía de la profesión. Montevideo: Preal, 2006.

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Perú: Maestras de inicial piden suspender evaluación de desempeño en aula

América del Sur/Perú, 23 de septiembre de 2017.  Fuente: larepublica.pe

No todos los profesores de nivel inicial están de acuerdo con ser sometidos a la evaluación de desempeño en aula que el Ministerio de Educación (Minedu) ha empezado a aplicar.

Los educadores moqueguanos piden que el proceso sea suspendido hasta 2018.

Para el dirigente del Sute regional, Edgar Rea, sus colegas desconocen los instrumentos a utilizarse y tampoco se ha socializado.

Un grupo de maestras de diferentes instituciones educativas de inicial  se reunió ayer con la Comisión de Educación del Consejo Regional, que preside la consejera Eliana Melgar Chávez. Exigieron que el Legislativo regional emita una ordenanza postergando la evaluación.

La docente Graciela Chipana refiere que el Minedu los quiere evaluar a «raja tabla» sin haber validado los instrumentos «rúbricas» de evaluación.

Sostiene que en el fondo lo que el ministerio busca con estas pruebas no es mejorar la calidad educativa, sino que muchos maestros salgan desaprobados y sean despedidos.

La consejera Melgar dijo que esperarán que el área de Gestión Pedagógica de la gerencia de Educación remita los informes técnicos para debatir el tema.

Fuente de la noticia: http://larepublica.pe/politica/1101303-maestras-de-inicial-piden-suspender-evaluacion-de-desempeno-en-aula

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La Red IndicES se afianza II Taller Iberoamericano de Indicadores de Educación Superior en Chile

América del Sur/Chile, 23 de septiembre de 2017.  Fuente: www.oei.es.

En un encuentro que marcó la consolidación de la Red IndicES y que demostró la viabilidad del Manual de Lima, el II Taller Iberoamericano de Indicadores de Educación Superior se llevó a cabo en Santiago de Chile entre el 12 y 13 de septiembre de 2017. Durante la reunión, la discusión se centró en los resultados del relevamiento estadístico realizado por la red, que abarcó más de cien indicadores comparativos y fue respondido por las oficinas de estadísticas de educación superior de quince países iberoamericanos.

A partir del análisis de los resultados obtenidos en la encuesta piloto de indicadores de educación superior, se identificaron problemas de comparabilidad y se acordaron soluciones basadas en la cooperación para fortalecer los sistemas de información de educación superior de estos países. El grupo decidió además ahondar el trabajo en varios temas de interés, entre ellos la revisión del formulario cuantitativo y cualitativo y la publicación de los datos obtenidos en el estudio, así como la profundización en indicadores prioritarios como becas, gasto público y estudiantes internacionales. Asimismo, se planteó la necesidad de caracterizar la implementación de sistemas nominales en Iberoamérica y de abarcar de manera particular el uso del Manual a nivel subnacional.

La reunión fue convocada por el Observatorio Iberoamericano de la Ciencia, la Tecnología y la Sociedad de la Organización de los Estados Iberoamericanos (OCTS-OEI), en conjunto con el Instituto de Estadística de la UNESCO (UIS) y el Ministerio de Educación de Chile. También contó con el auspicio de la Junta de Andalucía-Consejería de Economía y Conocimiento y del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva de la República Argentina. La reunión fue declarada de interés nacional por el Ministerio de Educación chileno.

Participaron del encuentro los representantes de las oficinas nacionales de estadísticas de educación superior de Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, Honduras, México, Paraguay, Perú, Portugal, República Dominicana y Uruguay. Además estuvieron presentes los miembros del equipo de trabajo del OCTS, representantes del UIS, del Ministerio de Educación de Chile, de la Junta de Andalucía, de la Dirección General de Educación Superior del Ministerio de Educación de la Provincia de Córdoba, República Argentina, y de la oficina de la OEI en Chile.

La reunión concluyó con la aprobación unánime de la propuesta de la Junta de Andalucía de realizar el próximo encuentro de la Red IndicES en Sevilla, España, durante octubre de 2018.

Descargar el programa y el listado de participantes

Acceder al sitio web de la Red IndicES

Fuente de la reseña: http://www.oei.es/historico/divulgacioncientifica/?La-Red-IndicES-se-afianza-II-Taller-Iberoamericano-de-Indicadores-de-Educacion

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Expertos en evaluación educativa piden que políticas públicas mejoren calidad de la educación.

Por: La Jornada.

  • Los investigadores deben hacer un esfuerzo para comunicar los resultados de manera ágil y sencilla
  • La información de las evaluaciones debe aportar un juicio certero del estado que guarda la educación en México, señalan

La información que proporcionan las evaluaciones educativas debe ser complementada con otras fuentes, puesta en contexto, aprovechada en distintos niveles y por diversos actores, analizarse en foros y a partir de ahí emprender acciones que permitan contar con una mejor educación, coincidieron en señalar expertos en la materia, nacionales y extranjeros, participantes en la Reunión General de 2017 de los Consejos Técnicos del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE).

Pedro Flores, académico de la Universidad Autónoma de Querétaro, destacó que es fundamental contar con buenos instrumentos de evaluación para que proporcionen información confiable que enriquezca el debate público y aporte un juicio mucho más certero del estado que guarda la educación en México.

Hoy es una ventaja que se cuente con información pública proveniente de evaluaciones y no como hace 20 años que se ocultaba, comentó.

El exdirector del Instituto de Evaluación Educativa de Uruguay, Pedro Ravela dijo que no por evaluar mucho las cosas van a mejorar, sino que se avanza a partir del uso que se haga de los resultados que proporcionan. Por eso, una de las tareas fundamentales del INEE, además de hacer buenas evaluaciones y generar información, es hacerla llegar a los distintos actores, en diversos niveles.

El también integrante del Consejo Técnico de Difusión y Uso de Resultados de Evaluación Educativa del INEE informó que a través de esta instancia se ayuda a este instituto en cuatro tareas fundamentales: cómo hacer que los resultados de las evaluaciones estén en la opinión pública, la sociedad los conozca y pueda usarlos para demandar mejor calidad educativa; cómo hacer que los resultados sean conocidos y utilizados por las autoridades a la hora de formular políticas educativas; cómo hacer que los resultados sean entendidos y puedan ser útiles para quienes trabajan en las escuelas, para los maestros, supervisores y directores, y cómo hacer que la evaluación sea utilizada para la política pública.

Marcela Gajardo, del David Rockefeller Center for Latin American Studies en la Universidad de Harvard, resaltó que los investigadores tienen que hacer un esfuerzo para comunicar los resultados de manera ágil y sencilla, traducir resultados estadísticos complejos, hacerlos comprensibles para los padres de familia, maestros, directores y para la opinión pública; ya empezamos, pero aún no hemos avanzado mucho.

Destacó que México ha hecho un gran esfuerzo para promover el uso de los resultados de las evaluaciones y para establecer una cultura de la evaluación, y que eso es muy importante en el reforzamiento de la tarea de rendir cuentas o hacernos responsables de los resultados que tienen las escuelas con los niños.

Felipe Martínez Rizo, de la Universidad Autónoma de Aguascalientes (UAA) y primer director general del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE), manifestó que es importante que las evaluaciones se sigan haciendo de manera ordenada, planificada, sistemática y que los resultados se difundan a distintas audiencias: autoridades educativas, legisladores, maestros, padres de familia y la sociedad, puesto que todos están interesados en la educación.

Fuente: http://www.lja.mx/2017/09/expertos-en-evaluacion-educativa-piden-politicas-publicas-mejoren-calidad-la-educacion/

Imagen: https://i0.wp.com/www.lja.mx/wp-content/uploads/2017/09/35807983756_bb238369ea_z.jpg?zoom=1.25&resize=660%2C413

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Por una política educativa más inclusiva: en nombre de la ciencia

Por: Juan David Parra Heredia

Para bien o para mal, el tema de la educación esta de moda. El discurso dominante en torno a la política educativa indica que el país ya superó el reto de cobertura y que, por tanto, ahora se centra en la calidad. El problema es que la tal calidad es un concepto difuso y sobre el cual poco se han puesto de acuerdo los expertos. Hasta el momento ha prevalecido el concepto económico –la educación como generadora de capital humano- que se alinea con mediciones como las pruebas estandarizadas (ej. Saber 11, PISA), ideales –para algunos- por su objetividad y su trazabilidad en el tiempo para monitorear avances e informar decisiones de política pública.

Hace algunas semanas este medio público una columna donde se cuestionaba, precisamente, la idoneidad de este tipo de indicadores –en particular las pruebas PISA que la OCDE contrata con editoriales como Pearson- no solo por sus limitaciones conceptuales en cuanto al qué se está midiendo, sino también frente a los intereses que se pueden esconder detrás de las publicaciones periódicos de rankings internacionales de “calidad” educativa; “[s]egún el académico canadiense Donald Gutstein, Pearson utiliza PISA como cabeza de puente para manejar los hilos de la educación mundial (…)[y] para comercializar sus productos y servicios”. Esto no deja de ser interesante en un país que adoptada estos estándares como medición dominante de calidad (ver).

Aunque muchos de estos aspectos pueden caer como un baldado de agua fría para la educación en Colombia, celebro que se haga este debate. Mi posición es que los indicadores de este tipo son importantes como punto de referencia y, claro, como insumo de política, pero enaltecer su papel como la prueba ácida de la calidad educativa es simplista y poco científico. Este es el tema central de mi trabajo publicado en el GIST Education and Learning Research Journal, y que va en línea con otras publicaciones académicas, incluyendo trabajos publicados en el Journal of Education Policy, el Journal of Educational Change y la Revista Colombiana de Educación. Dedicaré el resto de esta entrada para exponer algunos argumentos que presento en busca de generar un verdadero diálogo en entorno a nuestras necesidades educativas. Mi caballo de batalla: la defensa del conocimiento científico.

A lo largo del texto cito diferentes autores –entre ellos Mario Bunge– para resumir en que consiste el que hacer del hombre y la mujer de ciencia. En breve, los científicos buscan ‘descubrir, detectar, relevar (…) algo que no puede ser observado sin hacer un gran esfuerzo’. Un ejemplo común es el caso del agua y sus componentes, y la forma en como la simple degustación del líquido no hace posible identificar su compuesto químico. De igual forma, no se podría decir que el agua es una sumatoria de hidrogeno y oxígeno, pues los segundos cuentan con propiedades (inflamabilidad, combustión) que podrían –contrario al agua- alimentar un fuego. Si queremos descubrir de que está hecho el H2O debemos, por ende, aplicar metodologías de investigación que combinen la abstracción y la creatividad con la observación y la verificación. Ello en contravía al crudo empirismo y su pretensión de develar explicaciones causales por medio de la exploración de correlaciones entre indicadores cuantificables.

Lo anterior es relevante, en tanto permea prácticas investigativas que fundamentan nuestros diagnósticos y prescripciones en materia educativa. Me refiero a trabajos como la Misión de Movilidad Social y Equidad y el resonado informe Compartir, cuyo análisis se centra en la depuración cuantitativa de factores asociados a resultados de exámenes estandarizados (incluyendo Saber 11 y PISA). Si bien es justo reconocer como –y en particular en el segundo informe- los autores advierten sus limitaciones estadísticas para identificar relaciones causa-efecto, ello no evita la aparición de afirmaciones con tinte causal como: ‘[l]os resultados obtenidos demuestran la importancia de los maestros en el desempeño de los estudiantes, por encima de otras dimensiones’. Es decir, priman metodologías que (volviendo al párrafo anterior) sobre-estiman el poder explicativo del trabajo empírico y conceptúan sobre una visión lineal del logro escolar (ej. calidad docente + infraestructura + liderazgo…).

Lo anterior no solo tiene, por tanto, consecuencias sobre la efectividad esperada de algunas políticas, sino que además exalta una gran paradoja: la exclusión de educadores profesionales en la elaboración de diagnósticos educativos. De hecho, ninguno de los informes citados incluye una participación activa de docentes ni profesionales de la educación –pero si de economistas e investigadores expertos en análisis cuantitativo-, salvo, quizás, en algunos ejercicios cualitativos secundarios. Ello en medio de argumentos que apelan la búsqueda de objetividad y de representatividad estadística, fácilmente refutables si se alude al hecho que lo empírico puede no ser transparente –como los intereses económicos de PISA- o que extrapolar una observación no equivale a extrapolar una explicación. El problema es que, bajo ese escudo, se desconocen miles de historias y experiencias, que más que ser simples anécdotas, se convierten en una puerta de entrada a las complejidades económicas, sociales, políticas y culturales de la educación en Colombia –fuentes que, desde luego, deben cotejarse con otra evidencia.

En la última sección del texto defiendo, por ende, la necesidad de un verdadero trabajo interdisciplinario para informar la política educativa. Y por ello no me refiero a la práctica recurrente de usar herramientas de corte cualitativo para verificar resultados estadísticos, sino a un esfuerzo mancomunado que reconozca dos principios básicos: i) la percepción (ej. el análisis de indicadores, anécdotas) es solo la primera etapa del proceso de descubrimiento científico y, por tanto, ii) descubrir implica investigar de la mano de los actores inmersos en un fenómeno social (ej. la política educativa) –algunos referentes de la literatura para los interesados son esteeste, este–. En términos concretos, un buen diagnóstico educativo depende no solo de la robustez técnica de las herramientas utilizadas –que en sí, es un criterio relevante para explorar aspectos empíricos de la realidad-, sino de reconocer el papel y los límites de cada disciplina dentro de un proceso de descubrimiento científico.

Fuente: https://www.las2orillas.co/por-una-politica-educativa-mas-inclusiva-en-nombre-de-la-ciencia

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