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El Oficio de Escribir

Por: Víctor Montoya 

Un escritor se entrega a la literatura como quien se entrega a una adicción inconfesable, ante la suspicacia de los padres que siempre desean que sus hijos tengan profesiones rentables, ya que un hijo dedicado a las bellas artes está casi siempre condenado a llevar una vida miserable, de incomprensión y, en el peor de los casos, de marginación.

Sin embargo, la actividad literaria, además de revelarnos los secretos del oficio de contar historias reales y ficticias, nos permite explorar los abismos del ser humano, quien constituye el principal personaje de una obra de creación literaria, que suele moverse a caballo entre la realidad y la fantasía, entre la luz y las tinieblas, entre la veracidad y lo misterioso.

El escritor, a través de narrar diversas historias, accede a otras vidas y otras realidades, donde habitan los personajes creados por el poder de la imaginación, considerando que la vida imaginaria es más rica que la rutinaria. Los cuentos, por ejemplo, son una suerte de pantallazos entre la realidad y la ficción o como bien decía Borges: La literatura no es otra cosa que un sueño dirigido.

La imaginación, al ser un proceso más abstracto que concreto, no necesita de un objeto que esté presente en la realidad, pues se sirve de la memoria para manipular la información de modo que no dependa del estado actual del organismo. Así, la imaginación toma elementos antes percibidos y experimentados, y los transforma en nuevos estímulos y realidades.

El dominio de la escritura surge del constante ejercicio con la palabra y la fantasía que se hace cuento, un cuento que revela la realidad y la ficción que habita en el fuero interno de cada individuo; es más, la escritura es como cualquier otro oficio que se ejerce con la pasión del alma y la fuerza de la imaginación, aunque no siempre sea, como ya lo dijimos, una actividad redituable.

En lo que a mí respecta, gracias al ejercicio de la literatura, he comprendido que tengo una vida más humana y he profundizado mis ideales de justicia y libertad, aunque es cierto que, en repetidas ocasiones, me pregunté si en el contexto social en el que vivía, donde eran más los que pedían que los que daban, valía la pena dedicarse a la literatura; pero no me dejé vencer por el pesimismo y, a pesar de los escasos estímulos con que cuenta un narrador de historias, seguí escribiendo incluso a sabiendas de que los escritores, salvo muy pocas excepciones, no pueden vivir de su oficio de artesanos palabreros, por mucho de que fueran oficialmente reconocidos, debido a que en la inmensa fauna literaria son muchos los invitados pero muy pocos los elegidos.

Comprendí también que no bastaba con ser un brillante narrador y un excepcional expositor de ideas políticas. Lo esencial estribaba en ser un meticuloso observador de la realidad social y un auténtico intérprete de los sentimientos humanos; dos factores esenciales de la creación literaria que deben estar en perfecto equilibrio. Lo otro, lo que corresponde a los mecanismos socioeconómicos que generan cambios en una sociedad, no dependen de la genialidad de las obras literarias, sino de los sistemas políticos en función de gobierno.

Asimismo, y contrariamente a lo que muchos se imaginan, la literatura no es un quehacer de ociosos ni improvisados, que en épocas de depresión social y desocupación surgen como hongos después de las lluvias, sino una actividad que exige disciplina, responsabilidad y esfuerzo constante. Quizás por eso, una de las mayores preocupaciones del escritor es escribir cada vez más y mejor, convencido de que, a veces, el oficio de escribir resulta tan difícil como meter un elefante en una botella, sobre todo, cuando la magnitud de lo que se quiere contar no cabe en una simple hoja de papel.

Considero que el acto de escribir no es un hecho excepcional ni una virtud reservada sólo para unos pocos elegidos ni una tarea divina, habida cuenta de que cualquiera de nosotros podría crear historias o poemas que expresen sentimientos y pensamientos. Además, siempre he creído que todos tenemos algo de narradores, ya que nos pasamos los días contando a nuestros conocidos los episodios de nuestra vida, desde que nos levantamos hasta que nos acostamos.

Si la tradición oral le acompañó al hombre desde sus orígenes, entonces es lógico concebir la idea de que la necesidad de expresarse de manera oral o escrita no es un privilegio reservado sólo para los grandes literatos, sino una actividad que puede desarrollar cualquier ciudadano, así no tenga destellos de genialidad ni deje un notable legado literario para la posteridad.

Estoy consciente de que no todas las ideas llevadas al papel tienen un valor literario relativo, así estén escritas con sobriedad y transparencia, debido a que la obra de un autor es una suerte de hojarasca que es dispersada por el tiempo, y de la cual no queda sino aquello que tiene un cierto valor sustancial, aquello que se escribió con la experiencia vivida, con la lucidez de la mente y la sensibilidad del corazón.

Por otro lado, desde un principio supe que la escritura no es un oficio vano, sino una suerte de semillas que un día se siembran en el camino y que otro día se cosechan como frutos maduros. Esto ocurre cuando se escribe por puro gusto y no por buscar la fama ni la fortuna. Tampoco comparto la idea de que un escritor debe buscar su eternidad a través de la literatura, porque tengo la certeza de que la vida, con o sin el escritor, seguiría inevitablemente su curso; lo contrario, implicaría querer parar las agujas de un reloj para que no marquen las horas.

*Fuente: https://victormontoyaescritor.blogspot.com/

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América Latina, en 39 talentos literarios.

Por: Francesco Manetto/ El País. 12/05/17

El Hay Festival presenta su canon para el futuro de escritores menores de 40 años, como la mexicana Valeria Luiselli o la argentina Samanta Schweblin, una década después del anterior.

Tienen menos de 40 años y representan a 15 países de América Latina. Pero su trabajo trasciende la geografía y aspira a coincidir, sin más, con la buena literatura. Sin fronteras. El Hay Festival anunció ayer la lista de los 39 mejores autores de ficción de la región bautizada como Bogotá 39. Son, entre otros, el cubano Carlos Manuel Álvarez; el ecuatoriano Mauro Javier Cárdenas, los colombianos Felipe Restrepo Pombo, director de la revista Gatopardo, Giuseppe Caputo o Juan Cárdenas; el chileno Gonzalo Eltesch; los peruanos María José Caro, Claudia Ulloa Donoso y Juan Manuel Robles; los argentinos Mauro Libertella o Samanta Schweblin; los mexicanos Valeria Luiselli o Daniel Saldaña París. Son algunos de los nombres de esta suerte de canon literario, presentado en la Feria del Libro de Bogotá (FILBO), cuya primera selección fue difundida hace diez años en la misma ciudad y proyectó a escritores como Daniel Alarcón, Guadalupe Nettel o Juan Gabriel Vásquez, “ayudándoles a darse a conocer fuera de sus países e incluso del mundo hispano”.

COLOMBIA Y MÉXICO LIDERAN LA LISTA

D. M. P.

Con siete escritores, México es el país más representado, seguido de Colombia con seis, en la lista de autores organizada por el Hay Festival. Cuatro mujeres, tres hombres, distintas voces narrativas, pero todos de un mismo lugar: Ciudad de México. “Lamento el sesgo centralista pero yo los llamaría generación ciempiés, porque tiene muchas patas por muchos lados”, dice Carmen Boullosa, la jurado mexicana, que precisa que los miembros del comité —de Argentina, Colombia y México— no tuvieron un voto nacional: “la selección tuvo un ojo latinoamericanista”.

Menos una —Gabriela Jauregui— los seleccionados mexicanos coinciden con una lista similar auspiciada hace dos años por la Feria del Libro de Londres. “Todos han leído mucho, han viajado, tienen una prosa eficaz y sofisticada, marcada por la realidad mexicana pero con una aspiración universal”, cierra Boullosa.

De la crónica a los límites de la ciencia ficción, el Hay Festival ha buscado resaltar “el talento y la diversidad de la producción literaria en la región” que quedará plasmada en enero de 2018 en una antología de relatos o extractos de novelas. Las nuevas voces de América Latina escriben en español, en portugués, en inglés, traducen, trabajan como profesores, editores, periodistas. El objetivo de esta selección consiste en última instancia en “facilitar la circulación de su obra” con la ayuda de sellos independientes y en alentar su difusión a través de conferencias y eventos en colegios, universidades o centros culturales. La organización pretende así “vincular literatura de calidad con editoriales locales relevantes”. También está prevista una traducción al inglés que publicará la editorial Oneworld.

Los autores elegidos en 2007 fueron los encargados de elaborar una preselección de nombres a los que sumaron las propuestas presentadas por 80 editoriales de grandes grupos e independientes. El jurado, formado por Darío Jaramillo, Leila Guerriero y Carmen Boullosa, tuvo que escoger finalmente entre más de 200 escritores. “Lo único que se miró fue la calidad”, explica Guerriero, para quien “la conversación con el jurado fue fantástica, de una cordialidad increíble incluso en los desacuerdos”. Ese es, en el fondo, el único criterio que rige la lista de Bogotá 39. La buena prosa. Una marca que rompe los moldes de la concepción tradicional de las letras de la región. “Aunque me parece muy interesante que sea una selección latinoamericana porque le da una potencia de representación, la buena literatura no es norteamericana ni latinoamericana”, razona la periodista y escritora argentina.

NARRADORES DE 15 PAÍSES

Carlos Manuel Álvarez (Cuba)

Frank Báez (República Dominicana)

Natalia Borges Polesso (Brasil)

Giuseppe Caputo (Colombia)

Juan Cárdenas (Colombia)

Mauro Javier Cárdenas (Ecuador)

María José Caro (Perú)

Martín Felipe Castagnet (Argentina)

Liliana Colanzi (Bolivia)

Juan Esteban Constaín (Colombia)

Lola Copacabana (Argentina)

Gonzalo Eltesch (Chile)

Diego Erlan (Argentina)

Daniel Ferreira (Colombia)

Carlos Fonseca (Costa Rica)

Damián González Bertolino (Uruguay)

Sergio Gutiérrez Negrón (Puerto Rico)

Gabriela Jauregui (México)

Laia Jufresa (México)

Mauro Libertella (Argentina)

Brenda Lozano (México)

Valeria Luiselli (México)

Alan Mills (Guatemala)

Emiliano Monge (México)

Mónica Ojeda (Ecuador)

Eduardo Plaza (Chile)

Eduardo Rabasa (México)

Felipe Restrepo Pombo (Colombia)

Juan Manuel Robles (Perú)

Cristian Romero (Colombia)

Juan Pablo Roncone (Chile)

Daniel Saldaña París (México)

Samanta Schweblin (Argentina)

Jesús Miguel Soto (Venezuela)

Luciana Sousa (Argentina)

Mariana Torres (Brasil)

Valentín Trujillo (Uruguay)

Claudia Ulloa Donoso (Perú)

Diego Zúñiga (Chile)

Pese a que resulta más que complejo trazar un mapa de las inquietudes y las prioridades de una generación, los autores de Bogotá 39 las muestran en buena medida a través de sus obras. Las temáticas políticas, por ejemplo, se desdibujan para dejar paso al universo de los lazos personales. Incluso, observa Leila Guerriero, en países azotados por el conflicto armado con la guerrilla como Colombia, la dimensión social pasa de alguna manera a un segundo plano. “Sí aparecen mucho los vínculos”. Los vínculos de pareja o entre padres e hijos se convierten en un terreno para hilar relatos. “Con dos opciones. Una es la autoficción desde la voz infantil. Y la otra es la infancia revisada desde el adulto”.

Del mismo modo, las historias se desarrollan preferentemente en entornos urbanos. “Casi nada transcurre en lo rural, con algunas muy hermosas excepciones”, prosigue la escritora, que destaca en este elenco “la potencia de la voz de las mujeres, con carácter, desparpajo y valentía para la prosa, la experimentación”.

En definitiva, Bogotá 39 celebra una pluralidad de miradas que va más allá de una supuesta matriz identitaria. “Me cuesta mucho pensar la literatura como una sola voz”, dice Giuseppe Caputo, cuya primera novela, Un mundo huérfano (Random House) ha sido editada en España. ¿No existe, para un escritor joven, una voz propia de la región? “Me hace esa pregunta e imagino luz pasando por un prisma, luego refractada, reflejada y descompuesta. La luz podría ser deseo de creación. El prisma, el pasado y el presente de cada región. En el caso de América Latina, un pasado y un presente atravesado por la migración y, por tanto, por la hibridez, pero también lleno de experiencias de vida intolerables. La luz refractada, el arcoíris, podría ser el deseo de creación convertida en la diversidad de voces que conforman la literatura”.

La literatura latinoamericana es infinita”, opina Juan Cárdenas. “Es un universo completo comunicado con otros universos, así que no creo que se pueda hablar de una especificidad y mucho menos de una familia: esa metáfora del clan cerrado, como de sociedad primitiva, se le queda demasiado corta, no le hace justicia a algo tan vasto”.

“También”, continúa Caputo, “me cuesta mucho pensar la literatura en términos de familia, al menos en términos de familia biológica o de familia tradicional”. “Me parece que ese modelo está en desuso y que es la bandera que está alimentando los nuevos fascismos”, dice en referencia a la pertenencia a una comunidad literaria latinoamericana. “Mucho más interesante pensar en la creación de otras comunidades, comunidades que se alimentan de otras tradiciones. Para mí, la literatura es eso: poder crear diálogos y comunidades diversas y extrañas. Trascender los lazos biológicos, poder salirse de la casa de la infancia”.

¿Y el futuro? “El futuro de la literatura latinoamericana solo puede estar en un astuto reposicionamiento de las distintas piezas que conforman su tradición”, agrega Cárdenas. “La tradición se sueña, se proyecta en el tiempo, como una imagen siempre nueva del pasado”.

Fuente: http://cultura.elpais.com/cultura/2017/05/05/actualidad/1493956689_793884.html

Fotografía: FERNANDO VICENTE

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Entrevista al escritor Francés Pierre Lemaitre: «Escribo para descifrar el mundo, no para entenderlo»

Por: Ericka Montaño Garfias/Periódico La Jornada/28-04-2017

Pocos son los autores que se alejan de fórmulas y desequilibran al lector. El francés Pierre Lemaitre es uno de ellos, primero con sus novelas policiacas protagonizadas por el comandante Camille Verhoeven, y después con libros dentro del género negro.

Para él, la escritura es como una máquina para desmontar los engranajes del ser humano, y el escritor un demiurgo creador de mundos que son, al mismo tiempo, un reflejo de la sociedad.

Lemaitre (París, 1951) visita por primera vez México para promocionar su novela Tres días y una vida, publicada por el sello Salamandra.

En la entrevista con La Jornada es imposible no hablar de la serie del comandante Verhoeven (Irène, Alex, Rosy y John, y Camille), Vestido de novia, Recursos inhumanos –títulos publicados por Alfaguara– o de Nos vemos allá arriba (Salamandra), que es el comienzo de una trilogía, y de la frontera entre las novelas policiaca y negra.

–Usted sí hace esta distinción entre lo que es la novela negra y la policiaca

–Sí, estamos en una tradición en Europa que desde hace mucho tiempo ha hecho esta distinción entre lo que llamamos novela policiaca, en los cuales hay un crimen y una investigación, y la novela negra, que es más bien una novela de atmósfera, de ambiente, en la cual de lo que se trata no es tanto de saber quién cometió el crimen, sino entender por qué se perpetró.

Entonces he escrito un cierto número de novelas policiacas, he escrito novelas negras. Sé hacer casi de todo, explica Lemaitre, quien se estrenó como escritor a los 55 años.

El mundo es el brutal

–¿Qué género le gusta más?

–El problema de la novela policiaca es que impone muchas reglas, limitaciones. Para tener una novela realmente policiaca se necesita cierto número de elementos que forman parte de su código genético: un crimen, una investigación, sospechosos, falsas pistas, clímax, etcétera.

“La novela policiaca se parece a andar haciendo slalom, zigzag en el esquí para pasar entre las diferentes puertas. Es algo muy cansado, y cuando uno está en una novela con menos limitaciones, como escritor siente que puede respirar al fin. Es algo muy agradable. Es cierto que cuando pasé de la novela policiaca a la negra descubrí una libertad nueva para mí que es muy agradable y ya no quiero dejarla.”

–¿Cuál es la que permite una mejor comprensión del mundo?

–Creo que es la novela negra. En ella uno se fija más en el mundo como es, a veces es pequeño, como la familia, la empresa, la universidad, la escuela, una colectividad, pero ya no se está buscando a un culpable individual sino más bien se intenta entender cómo es la sociedad en la cual el culpable evolucionó y lo transformó.

“Tiendo a pensar que la novela negra ayuda más a comprender el mundo que la novela policiaca; además, hay otra cosa, pues en el fondo la novela policiaca intenta restablecer el orden, es un poco subjetivo: ‘cometí un crimen, la sociedad me está buscando y cuando me encuentra el mundo vuelve a ser como antes’, pero en la novela negra no funcionan así las cosas. Es como la diferencia entre medicina y sicoanálisis: en la medicina usted quiere que el paciente vuelva a estar sano, como estaba antes, pero en el sicoanálisis uno no quiere que el paciente regrese a ser el de antes, uno quiere que se vuelva alguien más feliz, quisiera decir que la novela policiaca es más como la medicina, se trata de restablecer el orden, y la novela negra se parece más al sicoanálisis, porque intenta cambiar el mundo.”

Cuando pasé de la novela policiaca a la negra descubrí una libertad nueva para mí que es muy agradable y ya no quiero dejarla, explica Pierre Lemaitre en entrevista con La Jornada Foto Cristina Rodríguez

–Sus novelas son brutales.

–No son mis novelas las brutales, es el mundo el que es brutal. Mire usted, abra la ventana, mire lo que pasa en Ciudad de México o en París, mire cualquier urbe del mundo. Dígame si hay una gran ciudad pacífica. Stendhal decía que la literatura es un espejo que uno pasea a lo largo de un camino, en el fondo si el camino es violento la imagen que se va a reflejar en el espejo es una imagen violenta.

–Decía que son novelas brutales no tanto por la violencia, que al final de cuentas nos rodea, sino a situaciones y personajes que no son complacientes. Las cosas cambian de una página a la otra.

–Tal vez una marca de fábrica de lo que yo hago es que intento sorprender al lector, porque eso es lo que me gusta: yo soy el que lee una novela. Lo que me interesa en la vida es lo que va pasar después, no que los días se repitan. Lo que me interesa es el día que va a ser diferente. En mis libros simplemente hago lo que me gusta encontrar en los libros de los demás.

“Tengo la impresión de que un escritor es alguien que tiene dos o tres cosas por decir –los mejores tienen cuatro o cinco– y libro tras libro intentan decirlo de nuevo de manera conveniente. Tengo la impresión de que en mis libros intento decir dos o tres cosas, no muchas más, y eso que necesito decir son cosas que intento entender, pero no escribo para comprender. Escribo para proponer una visión del mundo, la mía, e intentar provocar en el lector un shock que va a hacer que esté de acuerdo con mi visión del mundo o al contrario que va a entender que su visión es muy diferente a la mía.

En el fondo la literatura es una especie de máquina que nos permite descifrar el mundo. Pero no intento comprender las cosas realmente.

Somos demiurgos

Para Lemaitre, quien ha obtenido múltiples premios, la literatura tiene una función pacificadora, “pero también tiene la función de descifrar los motores de nuestros miedos, es decir, qué es lo que hace que tengamos miedo del otro, qué es lo que nos lleva a tener deseo de revancha. La literatura intenta desmontar esos mecanismos. De cierta manera un novelista es como un relojero: abre la máquina humana, intenta ver cómo funcionan los engranes allá adentro, los resortes, lo desmonta todo, intenta entender cómo funciona esa cosa tan misteriosa.

“Somos demiurgos. Escribo y digo: ‘ese edificio es rojo’ y basta con que lo tache y diga que es verde. ¡Soy Dios! Es algo extraordinariamente poderoso. Uno entiende por qué la gente quiere ser novelista, y es que uno es amo del mundo, de su mundo, pero desde luego es una libertad ilusoria. La libertad no es más que la que nos da la longitud de la correa. Pero es verdad que hay algo embriagador, algo excitante en el hecho de poder dibujar el mundo como uno quiere. No estoy prisionero del mundo cuando escribo.”

Para ciertos escritores “la literatura sirve para ganar dinero, para otros para satisfacer su narcisismo, pero, de una manera general, es para desmontar la mecánica humana, para hablarle al lector de sí mismo a través de los personajes. Tal vez en algún lado haya alguna lectora que va a ver cómo reacciona la mamá de Antoine, el protagonista de Tres días y una vida, y va a decir: ‘pues sí hay cosas que no quiero ver en mis hijos, hay cosas que no quiero saber para seguir queriéndolos. Si tengo una lectora que llegue a pensar eso hice bien mi trabajo”.

*Fuente: http://www.jornada.unam.mx/2017/04/27/cultura/a03n1cul

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Película: Harry Potter y la piedra filosofal

Harry Potter y la Piedra Filosofal, llamado también Harry Potter 1 o abreviado HP1 (título original en inglés, Harry Potter and the Philosopher’s Stone, excepto en Estados Unidos, donde se tituló Harry Potter and the Sorcerer’s Stone), es el primer libro de la serie literaria Harry Potter, escrito por la autora británica J. K. Rowling, en 1997 que supuso además el debut de Rowling como escritora profesional.

La novela fue rechazada por varias editoriales hasta que la editorial Bloomsbury se decidió a publicarla. La edición británica salió a la venta el día 30 de junio de 1997, seguida en Estados Unidos el 1 de septiembre de 1998 por la edición de Scholastic Corporation. La Editorial Salamandra obtuvo en el año 2000 los derechos para la publicación del libro en castellano. En el año 2007, una primera edición firmada por Rowling se subastó en Londres por 27.876 libras. Además, ese mismo año se comercializó una edición conmemorativa de la novela.

Harry Potter y la piedra filosofal ganó diversos premios literarios en el Reino Unido y en los Estados Unidos; en agosto de 1999, llegó a la cima de la lista best-sellers de ficción que aparece en el periódico The New York Times quedando entre los primeros puestos del listado durante la mayor parte de los años 1999 y 2000. Junto con el resto de la serie de Harry Potter, este volumen ha recibido las críticas de varios grupos religiosos y ha sido prohibido en algunos países debido a acusaciones de promover la brujería. Sin embargo, algunos comentaristas cristianos han escrito que el libro ejemplifica importantes conceptos valorados por la doctrina cristiana, incluido el poder de auto-sacrificio y la forma en que las decisiones de las personas forman su personalidad.

Se han realizado varias adaptaciones de la novela, que incluyen audiolibros, videojuegos y un largometraje estrenado en 2001. La película basada en el libro contó con la dirección de Chris Columbus y se convirtió en una de las películas más taquilleras en la historia del cine.

Argumento

Harry Potter crece en la casa de sus tíos, los Dursley, quienes le ocultan su verdadera historia familiar; al cumplir Harry once años de edad, empiezan a llegarle cartas de remitente desconocido, que van aumentando en número a medida que sus tíos no dejan que las abra. Las mismas traen la noticia de que el niño ha sido admitido en el Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería ya que, al igual que sus padres, tiene poderes mágicos.

El Colegio Hogwarts, es el principal escenario donde suceden los hechos de la serie de novelas.

Se descubre entonces que los Potter no murieron en un accidente de coche como se le había dicho a Harry, sino que habían sido asesinados en la noche de Halloween por un hechicero tenebroso conocido como lord Voldemort, quien había aterrorizado a la comunidad mágica británica años atrás. Sin embargo, algo ocurrió esa noche: Voldemort consiguió matar al matrimonio Potter pero no pudo asesinar al bebé, perdió su cuerpo y le dejó al niño una cicatriz permanente en forma de rayo en su frente.

Rubeus Hagrid aparece para llevarse a Harry una noche, cuando los Dursley intentan impedir que parta rumbo al colegio. Más tarde, el hombre ayuda a Harry a comprar sus materiales escolares en el Callejón Diagon y allí éste descubre que es famoso entre los magos por haber sobrevivido al intento de homicidio. Posteriormente, el muchacho toma el tren que lo lleva a Hogwarts y allí conoce a Ronald Weasley, un chico pelirrojo hijo de magos y a Hermione Granger, una jovencita de origen muggle con altas aspiraciones académicas. Los tres se hacen amigos y más tarde, durante su año escolar, se ven envueltos en una serie de episodios relacionados con un objeto escondido en las profundidades del edificio: la piedra filosofal, un artefacto con el poder de transmutar los metales en oro y producir el elixir de la vida eterna. Diferentes hechos les hacen suponer que uno de sus profesores, Severus Snape, desea conseguir la piedra para entregársela a Voldemort, con quien el docente estaría confabulado.

Tras confirmar que el espíritu de aquel brujo tenebroso ronda el castillo y que la piedra se encuentra en peligro, Harry, Ron y Hermione alertan a los profesores, pero éstos desestiman esa posibilidad ya que el objeto se encuentra protegido por diversas trampas en una cámara subterránea en el colegio. Los tres niños solos, entonces, atraviesan la puerta trampa custodiada por un cancerbero y se ven sometidos a diferentes pruebas hasta llegar a la recámara donde se encuentra la piedra. Harry descubre que el profesor Quirinus Quirrell era quien intentaba robarla desde el principio puesto que Voldemort —que permanecía como parásito en la nuca del profesor— se lo había ordenado. Harry consigue la piedra y Quirrel intenta asesinarlo, pero no consigue sobrevivir al contacto con el muchacho y muere cuando Voldemort abandona su cuerpo.

Después de una charla reveladora con el director del instituto, Albus Dumbledore, Harry se reencuentra con sus amigos y parte de regreso a la casa de sus tíos, ya que el año lectivo ha concluido.

Personajes principales del libro

  • Harry Potter: es el protagonista de la novela. Huérfano de ambos padres, Harry vive con sus tíos, los Dursley y su primo Dudley, quienes mantuvieron en secreto su verdadera identidad. En su undécimo cumpleaños, Harry comienza a recibir muchas cartas del Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería en las que se le informa de la disponibilidad de una plaza para que vaya a estudiar. Rubeus Hagrid lo asiste para emprender el viaje al instituto, ayudándole a comprar sus útiles escolares y a llegar a la estación King’s Cross para tomar el tren. En el colegio conoce a los que después se convertirán en sus mejores amigos y juntos descubren que Voldemort quiere apoderarse de la piedra filosofal para conseguir la inmortalidad.
  • Ronald Weasley: el mejor amigo de Harry y Hermione. Vive junto a su humilde familia en una pintoresca casa conocida como «La Madriguera». Ronald tiene seis hermanos en total, de los cuáles dos viven solos (Bill y Charlie), tres que asisten con él a Hogwarts (Percy, Fred y George) y su hermana pequeña, Ginny. En la familia de Ron, todos son magos.
  • Hermione Granger, es una de las tres protagonistas y es la mejor amiga de Harry y Ronald. Es una niña inteligente que había adquirido muchos conocimientos sobre la magia incluso antes de entrar al colegio. Al igual que sus amigos se la selecciona como alumna de la casa de Gryffindor. Además de ser quien hace todo lo posible para evitar que sus amigos se metan en problemas, su intervención resulta vital en el intento de conseguir la piedra filosofal antes que Voldemort, ya que sus conocimientos le ayudan a descifrar el acertijo de las botellas que consistía en beber la correcta para pasar por las llamas de fuego que les impedía pasar a la siguiente habitación.

 El escudo de armas de Hogwarts, colegio al que acude Harry.
  • Albus Dumbledore es el director de la escuela de magia. Acompañado por Hagrid y McGonagall, deposita al niño de tan solo un año de edad en la puerta de la casa de los Dursley. Según muchas personas, Dumbledore es la única persona a la que le teme lord Voldemort, ya que se lo reconoce como uno de los magos más poderosos del siglo. En Navidad le entrega a Harry una capa de invisibilidad que había pertenecido al padre del muchacho. Al final del libro menciona que por mutuo acuerdo con el alquimista Nicholas Flamel había destruido la piedra filosofal creada por este último para evitar futuros inconvenientes.
  • Minerva McGonagall es la profesora de Transformaciones; también es la jefa de la casa Gryffindor y ocupa el cargo de subdirectora en el internado. McGonagall es una animaga y puede adoptar la forma de un gato y de esa manera vigila a la familia Dursley antes de que lleven a Harry con ellos. Es la persona que le regala a Harry su primera escoba voladora, la Nimbus 2000, para que pueda jugar en su primer partido de quidditch.
  • Draco Malfoy es hijo de una aristocrática familia de magos —de lo cual se siente orgulloso— y un miembro de la casa Slytherin. Sus padres —Lucius y Narcissa Malfoy— estuvieron del lado de Voldemort durante la Primera Guerra. Siempre trata de meter a Harry, Ron y Hermione en problemas y desprecia a todas las personas que sean hijos de muggles, como es el caso de esta última.
  • Neville Longbottom, es un alumno de la casa Gryffindor que se caracteriza por su torpeza y mala memoria, razón por la cual su abuela le envía una recordadora. Sus habilidades con la magia son rudimentarias y de hecho su familia pensaba que no era un mago hasta que un día se cayó de la azotea de su casa y empezó a rebotar.
  • Rubeus Hagrid, es un semigigante y el guardián de las llaves y terrenos de Hogwarts. Después de enterarse de que Harry no había recibido las cartas del colegio, Hagrid va a buscarlo para entregarle las misivas. Acompaña al protagonista en sus compras por el callejón Diagon, donde aquél adquiere su varita mágica y útiles escolares; además, Hagrid le compra una lechuza a la que Harry le pone de nombre Hedwig, la cual será la mascota de muchacho y le permitirá enviar y recibir correspondencia. Hagrid es un gran aficionado de las criaturas mágicas, sobre todo de aquellos seres peligrosos que el resto del mundo teme, algo que demuestra al comprar un dragón ridgeback noruego que cría en su cabaña.
  • Severus Snape, es el jefe de la casa Slytherin y profesor de Pociones, pero muchos alumnos rumorean que el profesor siempre ha querido ser el docente titular de Defensa contra las Artes Oscuras. Desde el comienzo de las clases, es el único maestro que muestra animadversión por Harry e intenta castigarlo. Snape se convierte en el principal sospechoso para Harry y sus amigos cuando empiezan a ocurrir cosas inusuales que luego se verán relacionadas con el paradero de la piedra filosofal; los tres suponen inicialmente que el profesor la quiere para sí, pero luego deducen que busca el artefacto para Voldemort. Sin embargo, Snape resulta ser inocente y, además, había intentado salvar a Harry de un intento de homicidio perpetrado por Quirrell.
  • El Profesor Quirrell es el profesor de Defensa contra las Artes Oscuras y verdadero ayudante de Voldemort. Cuando Harry llega a la recámara de la piedra se encuentra con Quirrell frente al espejo de Oesed, en el cual se hallaba escondida la piedra. Solo al final de la novela se descubre que Quirrell había permitido que lord Voldemort se alojara en su cuerpo de modo parasitario. Quirrell no sobrevive al enfrentamiento con Harry cuando la maldición de Lily Potter lacera su cuerpo y Voldemort lo abandona.
  • Lord Voldemort, es el brujo tenebroso que aterrorizó el Reino Unido durante la década de 1970 en un conflicto conocido como la Primera Guerra. Su cuerpo fue destruido por la maldición que lanzó contra Harry a causa de la intervención de la madre del bebé. Posteriormente recluta a Quirrell para conseguir la piedra filosofal y, de este modo, conseguir la inmortalidad.

Historia del libro

Desarrollo

 J. K. Rowling es la autora de la serie.

La génesis de Harry Potter y la piedra filosofal está muy ligada a los eventos que tuvieron lugar en la vida de su autora, la escritora inglesa J. K. Rowling, a partir de 1990; ese año, la autora se mudó con su entonces pareja a la ciudad inglesa de Mánchester. Tras una semana de buscar un departamento en la ciudad, Rowling regresó a Londres en tren y fue allí, como ella dice, donde todo comenzó: «Realmente no sé cómo surgió la idea […] Empezó con Harry; luego, todos los personajes y situaciones afloraron en mi cabeza»; toda esta corriente de ideas constituían el bosquejo de las situaciones que ocurrirían en el colegio de magia al que Rowling nombraría Hogwarts. Durante el resto del viaje elaboró la idea en su mente ya que no tenía con qué escribir, circunstancia que ella reconoció como beneficiosa para el proceso creativo de la trama. En ese flujo de ideas aparecieron personajes como Ron, Nick Casi Decapitado, Rubeus Hagrid y Peeves y, además, la autora decidió que la historia se dividiría en siete novelas.

Esa misma noche empezó a escribir la primera novela, que tardaría cinco años en concretar; durante esos cinco años se dedicó a crear todo el universo que rodea la historia de Harry Potter. La autora había escrito los primeros párrafos y dibujos en servilletas durante un viaje a Escocia y utilizaba dichas notas frecuentemente; posteriormente, continuó escribiendo su novela a máquina.

A finales de 1990, la madre de Rowling murió víctima de la esclerosis múltiple, hecho que, la autora confiesa, influyó en su escritura profundamente; la consecuencia de este suceso en su escritura se manifiesta en el hecho de que Harry sea huérfano y en el tratamiento que se le da al tema de la muerte en todas sus novelas:

Mis libros en gran medida tratan acerca de la muerte. Comienzan con el asesinato de los padres de Harry y está la obsesión de Voldemort por conquistar la muerte, su búsqueda por la inmortalidad a cualquier precio, el gran logro de cualquiera que posea magia. Entiendo por qué Voldemort quiere conquistarla: todos la tememos.

J. K. Rowling.

Nueve meses después de que su madre falleciera, Rowling, que había estudiado lenguas extranjeras en el Exeter College, se mudó a Oporto, Portugal, para dar clases de inglés como lengua extranjera a alumnos entre 8 y 62 años; allí escribía en cafés locales o en la escuela. Seis meses después, la escritora terminó los primeros tres capítulos del libro y conoció al periodista Jorge Arantes, con quien se casó y tuvo una hija a la que llamaron Jessica. En Portugal ideó muchos de los aspectos centrales en su novela como por ejemplo la piedra filosofal, que se convirtió en un elemento axial para el desarrollo de la trama; aunque Rowling ya conocía detalles sobre la piedra gracias a las lecciones de química del colegio secundario, este objeto utilizado como principio estructural del libro surgió realmente en 1991 en aquel país. Allí también escribió el capítulo «El espejo de Oesed», el cual reconoció como su favorito. La autora declaró que no sabía muy bien cómo escribir el primer capítulo y mencionó que existen muchas versiones del mismo; en aquellas aparecían personajes que fueron eliminados por completo de la trama, los Potter vivían en una isla y los Granger en la costa y se podía ver a Voldemort llegando al Valle de Godric antes de perpetrar el asesinato de los Potter. Rowling reconoció que la versión final del primer capítulo no resultó ser «de lo más popular que he escrito» ya que muchas personas lo han encontrado difícil de leer. «El problema con el susodicho capítulo era (como sucede muy a menudo en los libros de Harry Potter) que tenía que poner mucha información y a la vez ocultar mucha más».

A finales de 1993, la escritora regresó al Reino Unido ya que se había divorciado y su trabajo no funcionaba; Rowling se fue a vivir con su hija a la casa de su hermana y su cuñado en Edimburgo, aunque posteriormente se mudó sucesivamente a diferentes departamentos. Tuvo grandes dificultades para escribir puesto que estaba atravesando una depresión y como no podía contratar una niñera para su hija todo se le hacía «doblemente difícil». Para poder continuar con la escritura de su novela, comenzó a frecuentar el café de su cuñado, donde podía sentarse tranquilamente cuando no había mucha clientela junto a su hija, a quien previamente sacaba a pasear hasta que se durmiera y así se le hiciera más fácil escribir. En aquel lugar pudo culminar la redacción del libro.

Después de haber terminado su obra en 1996 y de mecanografiar dos copias de la misma, Rowling se dirigió a la Biblioteca Central de Edimburgo para buscar agentes literarios. Envió los tres primeros capítulos a un agente, pero éste los rechazó; después los envió a otro. La agencia Christopher Little Literary Agents aceptó buscar una editorial que pudiese publicar el manuscrito. Después de que doce editoriales rechazaran el libro, la autora recibió en 1996 la aprobación —y un adelanto de 1.500 libras— del editor Barry Cunningham, quien trabajaba para una pequeña editorial londinense llamada Bloomsbury Publishing. «[…] recibí una carta de respuesta. Supuse que era una nota de rechazo, pero en el interior del sobre había una carta que decía: Gracias. Estaremos encantados de recibir su manuscrito.», la escritora leyó la carta ocho veces y la considera la mejor carta que había recibido en su vida. Esta decisión puede deberse a que la hija del editor, una niña de ocho años entonces, leyó el primer capítulo del libro y quiso leer cómo seguía; la niña le dijo a su padre que dicho fragmento era «mucho mejor que cualquier otra cosa», por lo que su padre decidió publicar la novela.

Publicación

Después de la aprobación, la editorial pagó a Rowling 2.500 libras. Sin embargo, era menor la preocupación de la editorial por la longitud del libro que por el nombre de su autor; Little se había percatado de que los varones no solían leer ficción escrita por mujeres y por eso los editores pidieron a Rowling que adoptase un seudónimo que no mostrase su nombre completo. Justo antes de la publicación, Rowling adoptó el seudónimo «J. K. Rowling» para ocultar el nombre «Joanne»; la «K» se refiere a «Kathleen», nombre que tomó prestado de su abuela. La editorial también sugirió inicialmente el nombre de Harry Potter and the School of Magic (Harry Potter y la escuela de magia) pero la autora se opuso, aunque en la edición francesa se editó con una traducción de ese título al francés (Harry Potter à l’école des sorciers).

Antes de editar el libro, Bloomsbury envió copias a diversos críticos y editores para reunir algunos comentarios del mismo y sondear las opiniones que despertaba. Con esto también se buscaba conseguir algunas críticas que respaldaran la publicación de una obra de autor desconocido. Tras recibir comentarios elogiosos, Cunningham contrató para la edición del libro a un ilustrador desconocido, Thomas Taylor, en parte por la escasez de presupuesto. La ilustración de tapa se mantuvo sin alteraciones en ediciones posteriores, pero la de la contratapa fue alterada ya que mostraba a Albus Dumbledore con una barba marrón y no plateada como se le describe en el libro.

«Tuve que mecanografiar todo el texto yo misma. A decir verdad llegué a odiar el libro por momentos, aun cuando también lo amaba.»
—J. K. Rowling.

En junio de 1997, Bloomsbury publicó La piedra filosofal con una tirada inicial de 500 ejemplares, de los cuales 300 fueron distribuidos en bibliotecas. La tirada inicial tuvo algunas copias en tapa dura pero fue editada en su mayoría en formato paperback o rústico y no contó con más promoción que la que ya había efectuado la editorial al haber contactado a críticos y editores. La respuesta no fue inmediata pero la novela registró críticas entusiastas en los periódicos The Scotsman y The Glasgow Herald. Antes de la publicación inglesa del libro, Christopher Little había organizado una subasta por los derechos de publicación del libro en Estados Unidos. Arthur Levine, de Scholastic Corporation, había leído el libro durante un vuelo transatlántico y en abril de 1997 compró los derechos de publicación en la Feria del Libro de Bolonia; pagó 105.000 dólares, una cantidad estimada como excesiva para una novela de género infantil. Rowling recibió la noticia tres días después de la publicación británica de la novela. Después de un largo debate, el título fue cambiado por Harry Potter and the Sorcerer’s Stone (Harry Potter y la piedra del hechicero) dado que la editorial consideraba que la palabra philosopher (filosofal en la traducción) daría la impresión de que el libro trataba sobre temas filosóficos y no tendría atractivo comercial. Rowling declaró posteriormente que lamentaba este cambio y que hubiera luchado más por mantener el título original si hubiese estado en una mejor posición. Philip Nel señaló que a causa del cambio se perdió la conexión de la novela con la alquimia y el significado de otros términos cambiados en la traducción de inglés británico a inglés estadounidense. La novela fue publicada en 1998 en Estados Unidos y en octubre del mismo año, Rowling realizó una gira de diez días por el país concediendo entrevistas para promocionar el libro.

Ya que las ediciones del Reino Unido se publicaban unos meses antes de la versión estadounidense, algunos lectores estadounidenses se familiarizaron con las versiones en inglés británico que compraron a través de Internet, lo cual generó controversia. Lo mismo ocurrió con su sucesor, Harry Potter y la cámara secreta, por lo que la editorial Scholastic denunció a Amazon.com —un sitio de ventas en Internet— por no tener en cuenta los derechos territoriales y, por tanto, actuar de forma ilegal.

Ediciones conmemorativas

En enero de 2007, Bloomsbury publicó una nueva versión del libro por el 21.º aniversario de la editorial que incluía una pequeña introducción escrita por la misma Rowling. En septiembre de 2008 Scholastic publicó también otra edición por el 10.º aniversario de publicación del libro en Estados Unidos, que incluía una nueva ilustración de portada y contraportada realizada por Mary GrandPré, quien ya había ilustrado las ediciones estadounidenses previas.

Críticas

La novela recibió comentarios favorables, sobre todo en lo que atañe a la imaginación, el humor, y el estilo literario de Rowling, aunque algunos se quejaron de que los capítulos finales parecían precipitarse. La obra fue comparada con textos de Jane Austen —una de los autoras favoritas de Rowling—, de Roald Dahl —en cuyas obras predominan las historias de niños que subvierten el orden de los adultos—, y con la obra del poeta griego Homero, cuyo estilo fue comparado con el de Rowling: «rápido, simple y directo en la expresión». Algunos de estos comentarios señalaron que la novela retomaba temáticas victorianas y eduardianas como la vida en los internados ingleses, mientras que otros sugirieron que la novela introducía importantes temáticas relacionadas con la sociedad actual.

Reino Unido

El alquimista Nicolas Flamel es, en la novela, el creador de la piedra filosofal.

«Rowling utiliza dispositivos narrativos clásicos con originalidad y soltura, entregando un thriller enormemente entretenido, con una trama compleja y exigente» comentó Lindsey Fraser en una de las primeras reseñas que recibió la novela; en la misma destacó la verosimilitud lograda en la construcción del protagonista y el realismo que la autora había inyectado en su obra. Su comentario publicado en el The Scotsman precedió a otras opiniones favorables que obtuvo la novela-debut de Rowling. The Glasgow Herald también calificó al libro como «una fantasía completamente fascinante que levanta el vuelo desde su primera página».

Dada la repercusión que el libro había obtenido en Escocia, los periódicos de tirada nacional comenzaron a hacerse eco del fenómeno de ventas. Así, La piedra filosofal consiguió reseñas en publicaciones de gran difusión como The Guardian y de los periódicos The Sunday Times y The Mail on Sunday, que también notaron paralelismos con la obra de Dahl. La editora de Books for Keeps, Rosemary Stone, seleccionó la novela y publicó una crítica de la misma en la edición de septiembre de 1997; «Rowling es un nuevo talento de lo más emocionante y vigoroso», concluyó la especialista desde la columna dedicada a los nuevos autores.

Estados Unidos

El comentario publicado en The Boston Globe hizo hincapié nuevamente en los parecidos con la obra de Roald Dahl. Liz Rosenberg, quien redactó la reseña, opinó que La piedra filosofal reunía muchos de los requisitos que podrían convertirla en un clásico de la literatura infantil. No obstante, la comentarista también remarcó que las últimas veinte páginas de la novela sufrían por una resolución apresurada y por la falta de desarrollo de algunos personajes. Más reseñas elogiosas fueron apareciendo a lo largo de 1998 en publicaciones como School Library Journal, Booklist y Publishers Weekly; en esta última se destacó la pluralidad de elementos que la autora había incluido en su obra entregando una mezcla de misterio, humor y fantasía.

En la revista on-line Salon apareció otro comentario elogioso, esta vez de Christopher Taylor; dijo que a pesar de los prejuicios que una novela de estas características podría despertar (por su posible didactismo o por sus eventuales moralejas), la lectura de la misma consiguió superar cualquier expectativa negativa:

No creo que alguien pueda leer 100 páginas de Harry Potter y la piedra filosofal sin empezar a sentir ese inconfundible escalofrío que te indica que estás ante un clásico. […] No quiero ser condescendiente con Rowling y decir que ha escrito una maravillosa novela infantil; lo que ella ha escrito es una maravillosa novela y punto. Y para aquellos que insisten en que las novelas deberían impartir una lección, que la de Harry Potter sea la única que importa en la literatura: separar a los muggles de los magos.

Dos comentarios que aparecieron en The New York Times en 1999 se sumaron a los elogios que el libro ya había recibido. Michael Winerip escribió:

Como ocurría con Roald Dahl, J. K. Rowling tiene en gran parte ese don para mantener las emociones, miedos y victorias de sus personajes en una escala humana, aun cuando lo sobrenatural aparece por todos lados.

El redactor también comentó el malicioso humor del que Rowling hacía gala, aunque, a su juicio, la novela fallaba en los últimos capítulos en lo que atañe al desenvolvimiento de algunos personajes. El otro comentario, firmado por Pico Iyer en octubre, comentó el curioso efecto que se producía cuando una novela tan imbuida en tradiciones literarias inglesas (como estar el relato ubicado en internados escolares) llegaba a una cultura tan distinta como la de los Estados Unidos; en esos casos, lo que en la cultura original era percibido con cierto grado de realismo o mundanería se volvía algo exótico, hecho en el que encontró un punto de comparación entre La piedra filosofal y Cien años de soledad de Gabriel García Márquez.

Sin embargo, y pese a todos los comentarios positivos que el libro había recibido, el teórico literario Harold Bloom redactó una crítica negativa del libro que apareció en el periódico Wall Street Journal en noviembre del año 2000. Bloom sostuvo, entre otras cosas, que la novela carecía de una buena escritura pero que además sufría de problemas más importantes como la falta de imaginación y la deuda con obras anteriores de la literatura inglesa. A su vez comparó a Rowling con otros escritores como Stephen King, John Grisham o Tom Clancy que registraban grandes ventas de sus títulos pero que, en su opinión, carecían de talento.

Otros países

Dado el furor causado por el éxito de la novela, escritores y especialistas de diversos países comenzaron a pronunciarse a favor o en contra de la misma.

En Argentina, los medios de comunicación registraron una profusión de opiniones de escritores locales sobre la novela. La escritora Ana María Shua, quien ha publicado relatos infantiles y juveniles, comentó:

Los libros de la serie me encantan para los chicos, aunque no aporten grandes novedades: son clásicos y sin experimentación, pero están bien hechos, son redondos, con una buena estructura narrativa y llenos de conocimiento sobre las relaciones entre los chicos y de éstos con los adultos.

Graciela Cabal, con una opinión similar habló sobre la destreza de la autora para estructurar el relato: «Cada capítulo es una estructura clara, que además cierra con cierto suspense. Y es tanto el horror presente que termina fundiéndose en humor bien inglés». También aparecieron comentarios similares de Santiago Kovadlof, Eduardo Gudiño Kieffer: y Ema Wolf; esta última escribió que «Si bien no aporta nada nuevo en el campo de la literatura y no sorprende, esto no le quita méritos, porque no es un libro ambicioso». Por otra parte, Beatriz Ferro declaró que el libro la había decepcionado y Margara Averbach manifestó que el elitismo que veía en los libros le disgustaba.

La escritora y docente colombiana Yolanda Reyes opinó que pese a los defectos del libro «hay [en él] un toque de frescura, de ingenuidad y de humor, lo mismo que una cuidadosa construcción de esa atmósfera entre cotidiana e insólita, que confiere a la novela su mayor poder de seducción y atrapa a los lectores». Después de que algunos críticos compararan el género fantástico e infantil del libro con diferentes novelas, Diego Gutiérrez del Valle, periodista de la publicación española Peonza señaló que en la novela se sentían las influencias de J. R. R. Tolkien y C. S. Lewis pero que asimismo alcanzaba a construir una identidad propia. Sonia Sierra indicó en el periódico mexicano El Universal que en la novela «Harry tiene una capacidad enorme para cautivar a los lectores. Además, en casa el libro lo leen varias personas».

Xavier Riesco Riquelme, radicado en España, también recibió la novela como una sorpresa ante lo que él calificó como «un mercado lleno de productos políticamente correctos».

Con esta curiosa mezcla de fantasía (dragones, unicornios y gnomos) y novela sobre niños en la escuela (matones, enemigos de patio de recreo y profesores hueso), la historia de Harry Potter se inscribe por derecho propio entre las mejores novedades de la literatura infantil. Además, es posible leerla a casi cualquier edad y disfrutar de ella, un logro considerable en cualquier género.

Controversias religiosas

Algunos grupos religiosos han sostenido que los libros de Harry Potter incitan a practicar la brujería.

La novela Harry Potter y la piedra filosofal, junto con toda la serie, ha sido víctima de controversias provocadas por diferentes grupos religiosos bajo las acusaciones de que contiene textos satánicos y promueve la brujería. Nancy Flanagan Knapp, buscando aquellos elementos que podrían ser interpretados como una apología de la brujería, concluyó que si bien las clases de Pociones impartidas por Severus Snape podrían ser tomadas como ejemplo para sustentar las mencionadas acusaciones, éstas más bien se asemejaban a una simple clase de química antes que a rituales esotéricos. La serie estuvo en los puestos superiores de la lista «Libros más cuestionados» de la American Library Association durante el período que va de 1999 a 2001. Además, gente de Nuevo México organizó un evento para quemar los libros de la serie alegando que las historias enseñaban brujería, satanismo y ocultismo.

En los Estados Unidos se han producido convocatorias para excluir los libros de escuelas; éstas, en muchas ocasiones, condujeron a impugnaciones y restricciones en el uso de los libros como máxima consecuencia. En uno de esos casos, el pastor Tony Leanz afirmó que Harry Potter promovía la religión wicca y, tomando la novela como un libro con contenido religioso utilizado en instituciones públicas, sostuvo que violaba la separación del Estado y la Iglesia. En 2003, el Catholic World Report criticó al protagonista de las novelas por la falta de respeto que mostraba hacia las normas y a la autoridad, y consideró que la serie mezclaba los mundos mágicos y mundanos como «un rechazo fundamental del orden divino en la creación».

En el año 2003, Gabriele Kuby publicó un libro titulado Harry Potter: El bien o el mal en el que escribió que «los libros de Harry Potter corrompen los corazones de los jóvenes, obstaculizando el desarrollo de un sentido bien ordenado del bien y del mal, y por lo tanto dañan su relación con Dios mientras la misma aún se está desarrollando». En 2005, el entonces cardenal Joseph Ratzinger —posteriormente el papa Benedicto XVI— recibió una copia del manuscrito de Kuby; poco antes de convertirse en Sumo Pontífice, Ratzinger —quien un tiempo antes había sido prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe— describió las novelas como una influencia potencialmente corruptora sobre los niños y afirmó que las mismas poseían «sutiles seducciones, que actúan desapercibidas y que de esa manera distorsionan profundamente la cristiandad en el alma antes de que pueda desarrollarse adecuadamente»; tiempo después dio permiso para la publicación de la carta donde expresó dicha opinión. Sin embargo, Peter Fleetwood, un sacerdote británico que ayudó a redactar un documento oficial sobre los fenómenos de la Nueva Era en 2003, mencionó que las historias de Harry Potter son historias morales que enseñan a los niños la importancia de hacer sacrificios para superar el mal; «no son malas y tampoco luchan contra la ideología cristiana», declaró el sacerdote.

Las respuestas de otros grupos religiosos han sido positivas. Rowling mencionó que sus libros «Así como han sido atacados desde una perspectiva teológica, [también] se los ha alabado y se los ha mencionado en los púlpitos; y para mí, lo más interesante y satisfactorio es que varias religiones diferentes lo hayan hecho». La autora remarcó también que los libros no son «exclusivamente» cristianos y que nunca intentó escribir una alegoría como lo hizo C. S. Lewis con Las crónicas de Narnia. Emily Griesinger escribió que la literatura de género fantástico ayuda a los niños a lidiar con la realidad; según ella, La piedra filosofal describe el primer paso de Harry a través de la plataforma 9 ¾ como una solicitud de fe y esperanza y su encuentro con el Sombrero Seleccionador como la primera de las muchas ocasiones en la que Harry aparece determinado por las decisiones que toma. Griesinger señaló que el sacrificio de la madre de Harry constituía la forma de «magia más profunda» que, por encima de la «magia tecnológica» también presente en la novela, era capaz de vencerlo todo y eso es lo que «el hambre de poder de Voldemort no entiende».

Análisis

Estructura

«La mujer [Rowling] posee una imaginación asombrosa. Ella estructura la serie como una de esas pinturas renacentistas, con diferentes líneas de perspectiva que se orientan hacia el infinito y en todas las direcciones, con extraños seres sobrenaturales y formaciones rocosas de fondo […]»
—Polly Shulman.

La novela funciona mediante la clásica estructura de tres actos, con una introducción situada en el mundo muggle y tanto el nudo como la resolución en el colegio; la estructura se completa con el posterior retorno al mundo del que se parte. Esta estructura simple que se repite en casi todos los libros de la serie ayuda a crear una sensación de familiaridad con el texto. En un principio, el hilo conductor de la trama es el viaje iniciático de Harry hacia el Colegio Hogwarts y el proceso de autodescubrimiento que atraviesa el protagonista, pero luego la intriga en torno a la piedra filosofal se convierte en eje del libro. Según Julia Eccleshare, Rowling aprovecha el mecanismo de la búsqueda como motor dramático, principio estructural y modo de caracterizar moralmente a los personajes que se ven envueltos en ella. Polly Shullman comentó respecto de esta estructura novelística que «El primer libro tenía una trayectoria dramática simple: Harry está seguro de saber quiénes son los buenos y los malos, pero supone mal».

Shullman también comparó la estructura de cada volumen con una serie de sonetos, ya que si bien los escenarios y situaciones suelen repetirse siguiendo el modelo de La piedra filosofal, Rowling no escribe cada capítulo como una parte independiente sino con un sentido de trayectoria y evolución dramática.

Temas

El tema principal del libro es la felicidad, que en palabras de la autora ha estado desde el principio en su obra. En el primer capítulo de la novela se anuncia la muerte de los Potter y, desde ese momento, la fatalidad ronda al protagonista. La intriga en torno a la piedra filosofal está motivada por la ambición de Voldemort, quien desea ser inmortal mediante el elixir de la vida. «La cuestión de la inmortalidad casi siempre está presente en la imaginación de J. K. Rowling. Todo el primer libro gira en torno al deseo de Voldemort de conseguir la piedra […]» comentó David Colbert al respecto.

El autosacrificio motivado por el amor es otro tema central en este libro y en toda la saga, de acuerdo con Daniel Mitchell. El amor es la fuerza que puede detener el poder de Voldemort puesto que él desconoce por completo su poder y la forma en que opera. Además, Mitchell ve ciertas resonancias cristianas en el sacrificio de Lily Potter por la vida de su único hijo, las cuales luego se repiten en otros personajes como Dumbledore y Dobby a lo largo del ciclo novelístico.

De acuerdo con Gwen Tarbox, La piedra filosofal también aborda la cuestión de las relaciones entre niños y adultos en base al concepto de «inocencia infantil» que deriva del Iluminismo; esta concepción determina que un niño «inocente» es aquel que ignora determinados hechos. Según el análisis de Tarbox, se instaura una relación entre Harry y Dumbledore sobre la base de la posesión de conocimiento que el segundo facilita al primero, relación que llega a su punto máximo en Harry Potter y la Orden del Fénix.

El poder y la tentación por éste constituyen otro núcleo temático. Alan Jacobs señaló que la magia, tal y como la describe Rowling, funciona como una metáfora sobre el papel que la tecnología juega en el mundo real y que su dominio consiste en aprenderla mediante el estudio; personajes como Voldemort muestran una ambición por poder dominar esa magia que los ha hecho pasarse al lado oscuro. A. O. Scott sostuvo que Harry se enfrenta a las promesas de poder y grandeza cuando elige no formar parte de la casa Slytherin, pero sostiene que el muchacho se verá inevitablemente tentado por el poder en otras ocasiones. Shullman, por el contrario, opina que Harry no presenta ese tipo de dudas sino que sus tentaciones tienen más que ver con la añoranza por los seres queridos que no están con él, como se vería en su relación con el espejo de Oesed.

Intertextualidad e influencias

Se ha señalado que la saga de Harry Potter —y La piedra filosofal en particular— guarda similitudes estilísticas, temáticas y narrativas con otras obras que la precedieron tanto en la literatura inglesa como en la producción literaria de otros países. Estas relaciones intertextuales (categoría propuesta por Julia Kristeva sobre la base de la obra de Mijaíl Bajtín), según señalan la mayoría de los especialistas, se manifiestan en la obra de Rowling a través de la reelaboración de situaciones, personajes e ideas. A propósito de estas reelaboraciones, la catedrática de la Universidad de Almería, Blasina Cantizano Márquez, escribió que:

A sabiendas o no, Rowling toma los mejores ingredientes de la literatura juvenil en lengua inglesa, para crear unos personajes y elaborar unas historias que cautivan al lector, (…) es precisamente por esta habilidad sintetizadora y recreadora por lo que hoy debemos valorar la aportación de Rowling a la literatura fantástica contemporánea.

Cuento de hadas

Tomando en cuenta las investigaciones que efectuaron el psicólogo infantil Bruno Bettelheim y el historiador Joseph Campbell aplicando categorías psicoanalíticas al análisis de relatos folklóricos, se señaló que Harry Potter refunde arquetipos cargados de profundas significaciones. En The Uses of Enchantment, Bettelheim propuso que el cuento de hadas era el único tipo de relato infantil del cual se podrían inferir las soluciones a los grandes problemas de la humanidad; Richard Bernstein, siguiendo al psicólogo austríaco, afirmó que si se lo ve desde el punto de vista de los lectores infantiles, La piedra filosofal expresa los terrores de la infancia, lo cual lo hace atractivo a dichos lectores. El texto refleja el miedo a la crueldad paterna y a la competencia con los hermanos a través de la relación de Harry con los Dursley; ese vínculo familiar emparienta el texto con narraciones como «Cenicienta». La novela también refleja la angustia surgida por el abandono o por la desaparición de los padres (como en «Hansel y Gretel») y las inseguridades ante cambios y adaptaciones que el protagonista debe atravesar, por ejemplo, al ingresar a Hogwarts. Otra herencia de estas narraciones es la clara distinción entre las figuras paternas reconocidas como benignas (los Potter) y las figuras paternas sustitutas y hostiles (los Dursley), que operan como dos caras de una misma moneda pero que aparecen desdobladas por cuestiones de conceptualización de la mente infantil. Sin embargo, el protagonista se diferencia de los personajes centrales en estas narraciones puesto que Harry no suele contar con la ayuda de ningún auxiliar sobrenatural, sino que debe resolver los problemas por sí mismo. Otra diferencia se da con un elemento muy común en la tradición del cuento de hadas: el espejo; mientras que en la mayoría de estos relatos el espejo es un elemento perturbador o la puerta a otros mundos, en el texto de Rowling es un elemento que permite la catarsis y el fortalecimiento de la personalidad.

«Hansel y Gretel», uno de los múltiples cuentos de hadas que refunde Harry Potter.

A nivel estructural, Harry Potter y la piedra filosofal también se relaciona con los cuentos de hadas por poseer un final feliz —condición sine qua non de este tipo de narraciones— que se presenta tras una serie de obstáculos superables. «La moralidad no es el tema de estos cuentos» afirmó Bettelheim «sino dar la seguridad de que se puede salir adelante». Otra característica estructural afín a los relatos mencionados es la repetición de escenarios y situaciones que La piedra filosofal instaura a lo largo de casi toda la saga. Colbert, apoyado en las teorías estructurales expresadas por Campbell en El héroe de las mil caras, señaló que el inicio de cada relato en el suburbio de Little Whinging con los Dursley y el retorno al «mundo real» tras las aventuras en Hogwarts se relaciona con el carácter cíclico que Campbell atribuyó a todos los relatos folklóricos y con el rol de Harry como encarnación de un arquetipo heroico. Este último atraviesa la literatura y el cine con obras tan disímiles como la Odisea y La guerra de las galaxias.

Cosmovisión

Rowling no concibe el mundo en que transcurren sus novelas adoptando el modelo de high fantasy de Tolkien o Le Guin. La trama de sus libros no tiene lugar en un universo alternativo y completamente separado del mundo real; por el contrario, el universo de Harry Potter existe dentro del mundo considerado «real» y tiene contactos con el mismo en varias ocasiones. Visto a través de Hogwarts, el escenario creado por Rowling se muestra mutable y en constante cambio a diferencia de las realidades establecidas en las obras de los autores arriba mencionados.

Esto, según se ha señalado, facilita al lector la suspensión de la incredulidad y su entrada al mundo que propone la novela ya que se le brindan puntos de referencia en la realidad conocida. El libro comienza en la moderna ciudad de Londres y todo lo que atañe a la comunidad mágica coexiste en forma oculta a la vista de los no magos. Esta «realidad oculta» posee una organización geopolítica, educativa y económica, otros puntos de referencia para el lector. En el mundo de Harry Potter la magia no puede solucionar cualquier problema; Tom Morris escribió que los problemas que se presentan en la novela rara vez se resolvían por medio de la magia, sino mediante una combinación de diferentes virtudes humanas clásicas.

Se ha dicho también que la Inglaterra descrita por Rowling es puramente literaria, pues conserva los rasgos fundamentales de una imagen eduardiana del país que aparece con mucha frecuencia en la literatura infantil nacional.

Personajes

Lord Voldemort posee rasgos similares a los de Satán en el Paraíso perdido.

En los personajes de Rowling se perciben diversas configuraciones que los relacionan con las creaciones de otros autores. En el caso de Harry, por ejemplo, Colbert comentó las múltiples similitudes que éste guarda con otros héroes literarios gracias al monomio que describió Joseph Campbell. Otros investigadores han señalado similitudes más específicas con héroes como el rey Arturo, ya que al igual que éste, Harry es un «príncipe desposeído» que desconoce su linaje. En cuanto a su condición de huérfano, se han señalado múltiples fuentes; Philip Nel afirmó que Harry tiene muchas semejanzas con el protagonista de Oliver Twist pero aún más con James Trotter, el personaje central de James and the Giant Peach, ya que ambos habían sido criados por tíos que los forzaban a vivir en pequeños lugares.

En otros personajes de la novela también se ven rasgos intertextuales: Voldemort representaría en la obra de Rowling lo que la figura de Satán representa en el Paraíso perdido de John Milton, un ser que se ha decantado por el lado oscuro debido a sus ansias de poder; Dumbledore encarnaría la figura del sabio al igual que el mago Gandalf de Tolkien; y ciertas concepciones teológicas de Milton; los Dursley se parecen en cuanto a su función represiva, posición periférica e ideología a los Wormwood que mortifican a la protagonista de Matilda, también de Dahl.

Premios y distinciones

Tras la publicación y la recepción de la crítica especializada, la novela consiguió diversos premios literarios en el mundo angloparlante; entre los galardones recibidos en territorio británico destaca el National Book Award, que le fue concedido en 1997. Ese mismo año, el Youth Libraries Group galardonó a J. K. Rowling con la medalla de oro del premio Nestlé Smarties Book Prize, que eligió La piedra filosofal como la mejor novela para la franja de lectores que va de los 9 a los 11 años, superando a novelas de Philip Pullman y Henrieta Branford. Para Julia Eccleshare, este último premio asentó la popularidad del libro, según afirma, ya que además de haber sido preseleccionado por un jurado compuesto por críticos, ilustradores y escritores, el resultado final dependió de la votación de los niños, un fuerte indicador de la aceptación del libro. También consiguió —ya en 1998— la mayoría de los premios literarios en los que los niños oficiaban como jurado: el Children’s Book Award, el Young Telegraph Paperback of the Year Award, el Birmingham Cable Children’s Book Award y el Sheffield’s Children Book Award. Además, La piedra filosofal consiguió ser preseleccionada para la Carnegie Medal y el Guardian’s Children Book Prize, ambos premios elegidos por adultos. Otros galardones le fueron otorgados por su desempeño comercial en la industria del libro; concretamente el British Book Award en la categoría Libro infantil del año y el premio al Autor del año entregado por la Bookseller’s Association.

En Estados Unidos, la novela fue seleccionada para los ALA Notable Book y para la categoría Mejor libro del año de los premios entregados por Publisher’s Weekly, ambos en 1998. La piedra filosofal no consiguió ninguna de estas dos distinciones, pero la revista Parenting Magazine y la Biblioteca Pública de Nueva York le otorgaron el premio a Mejor libro del año en 1998. Otros premios obtenidos fueron el de Mejor libro del año del School Library Journal y el que otorga la American Library Association en la categoría Libro destacado y Mejor libro para jóvenes adultos.

Impacto en diversas disciplinas

El libro ha sido analizado desde áreas como la educación, la psicología y el marketing.

Recreación del Andén 9¾, de donde parte en la popular ficción de la serie Harry Potter el expreso desde Londres a Hogwarts, montada entre los andenes 9 y 10 de la estación de King’s Cross. Se representa un carrito atravesado en la pared, como ocurre en el libro.

Ya en 1986, especialistas en el área de la educación habían descubierto que la alfabetización de los niños estaba directamente relacionada con el número de palabras que se lee por año, lo que mejoraba su lectocomprensión, incluso en los casos de aprendizaje de una segunda lengua; se señaló también que los niños leían mucho más si encontraban material que les gustase. Nancy Flanagan Knapp sostuvo que la novela poseía todas las características de un libro que incitaba a la lectura. Además, una encuesta realizada por The New York Times en 2001 estimó que casi el 60 % de los niños de Estados Unidos de edades comprendidas entre los 6 y los 17 años habían leído al menos un libro de Harry Potter; de este grupo, al menos un 50 % había leído La piedra filosofal. Las encuestas realizadas en otros países, como Sudáfrica y la India, desvelaron que los niños de naciones muy diversas se entusiasmaban con la serie. Dado que los dos primeros volúmenes de la serie son bastante largos, Knapp calculó que un niño que hubiese leído los cuatro primeros había leído más de cuatro veces el número de páginas de textos escolares leídos en un año. Esto mejoraría las habilidades de los niños y su motivación para leer.

Con respecto a la enseñanza en el campo de la psicología educativa, Jennifer Conn contrastó la experiencia en su área de enseñanza que demostraba el personaje Severus Snape con su método de intimidación a los estudiantes; por otro lado, la entrenadora de quidditch, Madame Hooch, ilustra técnicas útiles en la enseñanza de habilidades físicas, como dividir acciones complejas en secuencias simples para ayudar a los estudiantes a evitar errores comunes. Joyce Campos remarcó que los libros ilustran cuatro de los cinco temas principales de la sociología: «Conceptos sociológicos como la cultura, la sociedad y la socialización, la estratificación y la desigualdad social, las instituciones sociales, y la teoría social».

En el sitio web oficial de CNN se publicó un artículo en el que se resaltaba a Harry Potter como currículo en muchas instituciones universitarias. Danielle Tumminio, graduado de Yale, enseña en una cátedra llamada Teología Cristiana y Harry Potter, donde los estudiantes examinan temas relacionados con el cristianismo tales como el pecado, el mal y la resurrección presentes en la serie.

El espejo de Oesed, que muestra al espectador lo que más desea, se ha utilizado como una metáfora de la forma en que la publicidad farmacéutica explota el entusiasmo de los médicos para salvar vidas y erradicar el sufrimiento. Stephen Brown señaló que los primeros libros de Harry Potter, especialmente La piedra filosofal, fueron un gran éxito pese a la insuficiente y mal organizada campaña promocional, y aconsejó a los ejecutivos de marketing que se preocupasen menos por rigurosos análisis estadísticos y el «análisis, la planificación, la ejecución y el control» del modelo de gestión. En su lugar, recomendó que se considerase los relatos de Harry Potter como «una clase magistral de marketing» llena de atractivos productos. Como resultado de esto, el fabricante de juguetes Hasbro presentó bajo licencia en 2001 una versión real de cada Bertie Bott’s Every Flavour Beans, unos dulces ficticios de la serie.

Explicaciones sobre el éxito de Harry Potter

Ante el éxito sin precedentes de la novela surgieron diferentes explicaciones que intentaron aclarar el por qué de dicho fenómeno. La variedad de explicaciones es muy amplia, ya que algunas de las mismas recurren al contexto socioeconómico y cultural, otras prestan atención a las operaciones de mercadotecnia que acompañaron a la publicación de las novelas y un tercer grupo busca justificaciones en el tipo de materiales de la tradición literaria con que Rowling trabaja así como otros rasgos intrínsecos de la obra.

Zack Snipes opina que el éxito de la novela se debió a una fuerte campaña de marketing. Andrew Blake sostuvo en La irresistible ascensión de Harry Potter que el éxito de la serie de libros no podía explicarse simplemente recurriendo a una campaña de marketing como exégesis del fenómeno. «Eso no explica cómo un libro para niños que fue publicado inicialmente en una tirada de 500 ejemplares […] se gana la atención del mundo entero en primer lugar, ni por qué ese libro, y la serie subsiguiente resultan tan atractivos para los adultos». El éxito de las novelas estaría antes relacionado con la forma en que Rowling impactó con su novela en un contexto político y cultural específico. En cuanto al primero, Inglaterra estaba atravesando un momento crucial cuando la novela apareció: el país estaba redefiniendo su postura ante la globalización y se estaba produciendo un cambio en el paradigma cultural británico; en cuanto a lo segundo, Harry Potter llegó en medio de un panorama literario dominado por la corrección política.

Otras posturas más inmanentistas analizaron qué características del texto provocaban la fascinación del público. Algunos como Anne Hiebert Alton determinaron que la fusión de diferentes géneros y temáticas constituía un todo atractivo para el lectorado; Peter Appelbaum, por otra parte, afirmó que el interés que la novela despierta tiene que ver con la presentación de la magia como tecnología de consumo. Para el especialista cristiano Daniel Mitchell, la supuesta atracción por la brujería que generarían los libros tampoco alcanza para explicar el éxito; antes, opina, esto último podría explicarse por las características del texto, como el protagonista que encarna el arquetipo de huérfano desvalido que genera empatía con el lector. Para Gwen Tarbox tampoco alcanza para explicar la popularidad de los libros entendiendo a la confrontación épica entre Harry y Voldemort que éstos presentan; para ella el atractivo de la serie radica en la constante lucha del protagonista para apartarse de la inocencia y del desconocimiento.

Para descargar el libro, haga clic aquí:

http://www.pu.if.ua/depart/Inmov/resource/file/samostijna_robota/Harry_Potter_y_la_Piedra_Filosofal_01.pdf

Para ver la película, haga clic aquí:

Fuente de la Reseña:

https://es.wikipedia.org/wiki/Harry_Potter_y_la_piedra_filosofal

 

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Película: Entre les murs

Entre les murs (conocida en España como La clase y en Argentina como Entre los muros) es una película francesa de 2008, dirigida por Laurent Cantet y basada en la novela del mismo nombre, escrita por François Bégaudeau. Es el quinto largometraje de Cantet y se estrenó el 24 de mayo de 2008 en el Festival de Cannes, ganando la Palma de Oro.

La novela y la película son una narración parcialmente autobiográfica de las experiencias de Bégaudeau como profesor de literatura en una escuela secundaria del distrito 20 de París (20e arrondissement) cuyos alumnos tienen orígenes culturales y nacionales diversos. La película es tratada con una vocación documentalista, donde el autor de la novela, François Bégaudeau, se interpreta a sí mismo en su papel de profesor.

La película abarca todo un curso académico en un instituto. François da clases de lengua francesa en un aula donde se mezclan estudiantes de procedencia, culturas y actitudes muy diferentes, desempeñando también la función de tutor de estos alumnos.

Fuente de la Reseña:

//es.wikipedia.org/wiki/Entre_les_murs

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Entrevista a Noé Jitrik. «Si no hay filosofía ni literatura en la sociedad, la ciencia va a ser endeble»

26 Marzo 2017/Fuente: lanacion/Autor:Natalia Gelós

Para el escritor, ensayista e investigador, que acaba de publicar una novela y una autobiografía, escribir es una «experiencia radical», una búsqueda entre palabras «sustantivas y reales». «La lectura siempre ha sido la palanca del cambio», dice

Más tarde, en este café que resiste desde la década del 30, Noé Jitrik pronunciará con desprecio la palabra «tedio». ¿Qué queda si no hay libros, historias, películas, cultura? Eso, y lo dirá arrugando el entrecejo, con una mueca, como se ahuyenta a un fantasma rengo. También dirá: «No me gusta lo ?poetoso’, lo vehemente. Me gusta una prosa contenida y buscar, en esa contención, efectos posibles». Y sus ochenta y nueve años sólo serán, entonces, apenas un número que explica el tiempo necesario para armar una trayectoria como la suya, que comprende ensayos, ficciones e investigaciones, la dirección del Instituto de Literatura Hispanoamericana y de la colosal colección de doce tomos de Historia crítica de la literatura argentina. Días antes dirá que prefiere la tarde para charlar, porque lo encuentra más lúcido y más espeso. Aquí está, entonces, en una tarde de ciudad agitada, en una mesa de café en el barrio de San Nicolás, para hablar de su última novela, Terminal (Voria Stefanovsky Editores), de su autobiografía Fantasmas del saber (Editorial Ampersand) y de la necesidad de la literatura para la sociedad.

¿Cómo nace la historia de Terminal? ¿Cómo ve usted su propia novela?

Sale de un texto anterior, de la novela Destrucción del edificio de la lógica. En ambos casos no es tanto el tema que se va desencadenando, sino ciertas atmósferas que son las que a mí me motivan. Hoy pensaba en eso: hay cierto halo de misterio que tiene el barrio San Cristóbal de Buenos Aires, los hoteles, los cafés. No es que haya vivido en ese barrio pero cuando paso por ahí siento eso. Siempre me pregunto sobre la vida secreta de sus hoteles. Eso desencadena una acción posible, y una acción posible desencadena personajes posibles que son necesarios para un relato, y luego ese relato está sometido a una serie de variables y afluentes que corresponden a mi memoria, a mis fantasías, a mis obsesiones, pero no de persona sino de escritor. Ese tipo de cosas se va intercalando y tiene algo que me importa mucho: la idea de desplazamiento. El ritmo narrativo tiene un momento disperso, desesperado, y un momento de calma. Los momentos de desplazamiento son los hoteles. Los momentos de reposo son los cafés.

La atmósfera, el paisaje: ambas ideas son abordadas en Fantasmas del saber. ¿Cuándo piensa todo esto que explica? ¿Durante la escritura o después?

Ahora. Sólo ahora lo pienso. San Cristóbal también está ligado al Hospital Francés. En otro texto que tengo guardado hay escenas del hospital, que en San Cristóbal es un núcleo de situaciones, un estallido de cosas. Uno llega ahí y empieza a pensar. Los hotelitos que están al lado del hospital, ¿quiénes se alojan ahí? Son los aspectos misteriosos. No es la manera de un Mujica Lainez que habla de Buenos Aires. Tampoco las figuraciones urbanas de Bioy Casares se hacen cargo de esa zona enigmática.

¿ Cómo comienza una historia?

Lo que la desencadena es una primera frase que me parece convincente y me sugiere la posibilidad de seguir. Es la cualidad del lenguaje: uno dice A y enseguida convoca a las otras vocales. Todo comienzo en materia de lenguaje supone narraciones posibles. No tengo temas por anticipado.

¿Se bloquea a veces? ¿Qué hace en esos momentos?

Confío mucho en el sueño. No lo induzco pero me doy cuenta de que cuando estoy con algo, con un nudo que no he resuelto, por la mañana cuando me despierto generalmente tengo la salida.

Terminal, Fantasmas del saber, en el medio la Universidad de Villa María publicó sus trabajos sobre Sarmiento, salió La Nopalera, el sexto libro de notas sobre su paso por México y también están las contratapas de Página/12. ¿Cómo conviven esos géneros?

Tal vez sea yo un bipolar. También hay momentos en los que no se me ocurre nada.

¿Cómo se lleva con esos momentos?

Mal, porque soy un tipo completamente anormal. No tengo más vida que la escritura. En esos días soy un monstruo. Cuando no tengo para escribir, me desespero. Cuando salgo de eso, y empiezo por una punta, me convocan una cantidad de estímulos de diversa naturaleza. Escribo poesía y al mismo tiempo relatos y artículos periodísticos. Las contratapas me interesan porque es una manera de participar desde mi perspectiva en algo. Todo eso viene junto.

¿Cuándo fue la última vez que apareció el ya trillado fantasma de la hoja en blanco?

Ayer, anteayer. Hoy ya estoy saliendo del pozo. Yo intento que mi escritura sea material. Hay que escribir con palabras que sean verdaderas, sustantivas y reales.

¿Cómo se logra eso?

Se siente.

La percepción aparece como idea en Fantasmas del saber, en Terminal es parte del atractivo de la historia. ¿A qué se refiere con sentir una escritura?

Es funcional. Después de ese sentir, empieza una posibilidad de percibir y preguntarse qué fue lo que motivó, y después que uno más o menos entra en ese campo, el de explicarse por medio de la percepción, ahí ya puede entrar en el nivel del conocimiento y la explicación, que es donde entra eso que podría llamarse la crítica.

¿Cómo se para usted frente a los críticos literarios?

No es una profesión la de la crítica, es una actitud en relación con el lenguaje y con las cosas que a uno le pasan. Es un gremio que tiene el poder. Hacen reseñas, escriben notas y califican. Suerte para ellos. Yo no tengo eso. Lo que podría llamar crítica es un nivel de progresión a partir de un sentimiento que se convierte en percepción, luego un conocimiento y la necesidad de transmitirlo. Ahí está lo que yo llamaría la crítica. Ahora estaba leyendo el Borges de Bioy Casares. Esa actitud crítica era permanente. Dos escritores, dos personas que no tienen otra cosa que la percepción y la explicación de eso que han percibido. Yo trato de explicar, de ser razonable y mostrar un aparato. Y ese aparato tiene historia, está impregnado de ciertos saberes que he leído, de otros teóricos de orden lingüístico, filosófico, que me conducen a hacer algo diferente de lo que hacen ellos.

Ahí estaría explicando la fórmula Jitrik.

Sí, y ahí de alguna forma me condeno porque siempre me llaman «crítico» y como socialmente el crítico es un tipo muy limitado, dicen: «Si es crítico, ¿por qué va a hacer poesía o va a escribir una novela?». En Terminal, hay un policía y un presunto escritor y charlan y evocan un poema de Lugones y viene un mozo y los corrige. ¿De dónde sale ese material? Es mi manera de introducir crítica en el orden narrativo. Eso me parece que a esta novela le da cierto carácter vanguardista. Se separa de las prácticas narrativas más frecuentes en la Argentina que siempre cuentan conflictos, separaciones, amores, drogas, sexualidad. Yo intento una cosa en la que la distorsión de los términos dé lugar a un relato.

¿Disfruta la narrativa actual?

Hay cosas que me han interesado. Las he leído con gusto y demás, pero creo que siguen líneas que son aceptables, que las grandes editoriales toman porque les parece que esa lectura más o menos corriente se requiere, acepta y celebra. Mi aspiración es otra. Mi aspiración es que los lectores se detengan en eso, que se pregunten «¿qué está haciendo este tipo?».

Usted escribe que a partir de la lectura de Dostoievski comprende el carácter indispensable de la literatura para la sociedad. ¿La sociedad le da ese valor a la lectura?

Se la rechaza. Ese señor que está ahí no lee. ¿Por qué? Porque la lectura lo cambiaría. Prefiere permanecer en una zona que yo llamo de garantía: si yo estoy tomando un café y tengo un vaso de agua, lo comprendo, y quiero que sea para siempre, que no me molesten con que el vaso de agua tiene que ir acá. Los lectores son una enorme minoría. A mí me parece que la lectura siempre ha sido la palanca del cambio. En esta indiscriminación del libro, en esta industria parece que eso ya no ocurre, es excepcional que algo tenga esa fuerza para cambiar, pero individualmente, sí. Esa escena casi mitológica del Che Guevara contra un árbol leyendo Jack London es casi lo mejor de la historia del Che. El libro le dijo lo que era lo suyo en la vida.

En su autobiografía habla de los libros no leídos. ¿Cuándo decide no leer?

Las opiniones masivas nunca me convencieron. A García Marquez lo descubrí mucho después, por ejemplo, y ahí sí lo fui siguiendo.

¿Cuál sería el mejor García Márquez?

Para mí es el de El coronel no tiene quien le escriba, donde tiene categorías más profundas que la mera anécdota. Ha sido un gran escritor. El tema y el ingenio tienden a predominar y como tiene un aparato narrativo muy sólido, lo hace muy bien. Domina el arte de la narración.

¿Qué diferencia ve entre la escritura y el arte de la narración?

La escritura es una experiencia radical. El arte de la narración es la capacidad de poseer un instrumento que le permite a uno resolver un determinado tipo de discurso.

¿Cómo surgió el proyecto de Historia crítica de la literatura argentina, que está por completarse luego de tantos años?

Me pregunté cómo narrar la literatura argentina: tenía un nacimiento claro y un final, el de la desdicha, que era el de la dictadura militar, donde hubo muchos best sellers, donde la gente quería distraerse, y que significó el gran negocio de las editoriales, mientras la literatura argentina estaba reprimida. ¿Qué había en el medio? Eso fue lo que nos preguntamos y así salieron capítulos. Doce volúmenes eran doce momentos. Cierta concepción de la historia se hacía presente también, pero prevalecía el carácter narrativo que le quisimos dar al conjunto, a cada volumen y a cada trabajo.

¿Por qué salió el primer volumen tanto tiempo después? (El primer volumen publicado fue el 10, y salió al ruedo en 1999.)

Porque era una empresa editorial, no científica o académica, que trabaja con una perspectiva comercial que había que considerar y pesó quiénes podían emprender antes el trabajo. El número uno salió hace dos años. Éste es un trabajo que hemos hecho casi vocacionalmente. Espero que en algún momento se comprenda, porque no ha habido respuesta. Es un libro que para mucha gente es indispensable, es una fuente de recursos, las bibliotecas extranjeras lo tienen, pero como exégesis de esta obra sólo dos o tres colegas muy buenos se ocuparon del asunto.

¿Y cuándo saldrá el último volumen, el doce?

Estamos terminándolo. Faltan detalles, y que entreguen algunos colaboradores. Esperamos que salga en el curso de este año.

En este contexto donde se pone en discusión el lugar que se le da a la investigación científica, ¿qué puede decir sobre la necesidad de las investigaciones que se dan en el Instituto de Literatura Hispanoamericana?

En este momento, el planteo de ciencia aplicada con limitación de ciencia pura afecta también a las ciencias sociales y a las humanidades, porque en ese planteo empieza a predominar un criterio de aplicabilidad del que se habla en la industria. Esto afecta a las ciencias sociales porque no son prácticas. El ministro Barañao preguntó a quién le importaba lo que había pasado en la Edad Media en España, como diciendo «¿Eso con qué se come?». Es un acto de barbarie, porque la cultura se forma desde lo secreto hasta lo explícito. Para que haya buena ciencia es necesario que haya buena literatura. A lo mejor yo soy un poco platónico en esto, pero si no hay filosofía en una sociedad, si no hay literatura, la ciencia va a ser endeble. La ciencia tiene que ser fuerte y la ciencia aplicada tiene que ser una inteligente adaptación como fruto de todo ese entramado, por eso en el Conicet las ciencias sociales poco a poco se abrieron camino. Se supone que pese a las diferencias, en una sociedad hay miradas responsables sobre lo que es la cultura y la ciencia. Esto crea una fisura social muy grande. ¿A quién le importan los delirios de Juan L. Ortiz? Pensar en los delirios de Juan L. Ortiz abre la cabeza, abre mundos. Ya lo decían los filósofos de la Cábala: la palabra abre universos.

Biografía

Noé Jitrik nació en 1928 en Rivera, provincia de Buenos Aires. Autor de cuentos, novelas y ensayos críticos, dirige el Instituto de Literatura Hispanoamericana y, desde 1999, la colección de doce tomos de Historia crítica de la literatura argentina. Sus últimos libros son la novela Terminal y Fantasmas del saber.

¿Por qué lo entrevistamos?

Porque es una de las mentes más lúcidas para pensar la literatura, y la practica con esa misma vocación

La foto

Noé Jitrik elige una foto tomada por su hija, la artista Magdalena Jitrik, pensada como portada de alguno de los libros. «Es una hermosa foto y en ella se ven las arcas que he juntado en algunos viajes.» Los libros de la foto fueron puestos al azar. Jitrik destaca los colores, la belleza de la imagen.

Fuente de la entrevista: http://www.lanacion.com.ar/1994364-noe-jitrik-si-no-hay-filosofia-ni-literatura-en-la-sociedad-la-ciencia-va-a-ser-endeble

Fuente de la imagen: http://bucket3.glanacion.com/anexos/fotos/92/literatura-2383292w620.jpg

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La Educación como medio para lograr el ultimo grado de evolución humana: La felicidad mas allá de la gestión escolar.

Por: Daniel Suarez.

ORIGEN:

  • La Gestión Escolar en la LICENCIATURA EN EDUCACIÓN FÍSICA de la BENEMÉRITA ESCUELA NORMAL VERACRUZANA “ENRIQUE C. RÉBSAMEN”.

“El plan de estudios de la asignatura de Gestión Escolar establece como una de sus actividades académicas finales el efectuar un panel de expertos para que compartan con los alumnos experiencias relacionados con el colectivo docente, con directivos, con los padres de familia, con los alumnos y con sus propios proyectos académicos.

El primer evento se desarrolló en el mes de junio de 2007 al que únicamente asistió uno de los dos grupos de estudiantes de la licenciatura en educación física y fue impartido por tres profesores que no eran egresados de la BENV, por lo que dicho evento no cumplió las expectativas que se habían previsto.

Posteriormente en el año de 2011 fue retomado con los siguientes cambios:

1.- Se convocó a egresados de la BENV, considerando que sus experiencias docentes estuvieran relacionadas con el mismo plan de estudios para compartir con sus compañeros en formación aspectos que desde su óptica era conveniente reforzar por medio de este evento.

2.- Se ha establecido un banco de profesores que se han ido intercambiando a lo largo de los años ya sea por invitación por parte del titular de la asignatura o bien por petición de algún egresado que estuvo previamente en un foro como estudiante.

3.- Se han incorporado algunos temas como son: experiencias de alumnos que han realizado estudios en el extranjero como parte de los programas de intercambio que tiene la escuela, se han considerado consultas con autores (extranjeros) que han sido profesores de estudios de posgrado de alguno de los egresados, se ha pedido a los expositores que den a conocer los proyectos de gestión que han impulsado en sus escuelas de adscripción.

4.- El año pasado (2016) el Foro “LA GESTIÓN ESCOLAR EN LA EDUCACIÓN FÍSICA” se desarrolló como un evento paralelo dentro del FORO NACIONAL DE ESCUELAS NORMALES en el que cada uno de los profesores expositores registró y publicó su exposición en el formato de ponencia y también la compartió en las mesas de trabajo de dicho foro” palabras del Mtro. JOSÉ EDUARDO CELIS OCHOA CORDERO (2017).

Con base en la reseña anterior les puedo compartir, estimados lectores, que he tenido el honor y la gran oportunidad de participar en dicho FORO y además la satisfacción de poder devolver a mi ALMA MATER, a mi gran maestro y amigo EDUARDO CELIS, lo que me enseñaron durante mi formación como NORMALISTA, como EDUCADOR FÍSICO, que de manera muy significativa me motivaron a realizar una maestría en EDUCACIÓN y posteriormente han sido parte importante para que yo desempeñe mis otras profesiones que son la PSICOLOGÍA CLÍNICA y la PSICOTERAPIA GESTALT orientadas a las ciencias de la SALUD; esto generó en mí el interés por incluir estas ciencias al campo educativo (pues creo que son fundamentales) y sobre todo la iniciativa de poder brindar mi experiencia como docente de una manera creativa, humanista y no tradicionalista, me dedico a practicar con el ejemplo que mi maestro me mostró: abrir la mente de mis alumnos para buscar nuevos horizontes que beneficien a nuestra sociedad, humanidad, y muestra de esto se encuentra en la labor docente que desempeño en mi amada BENV para la licenciatura que me vio nacer y para aquellas que lo necesiten.

En el primer foro realizado en 2007, me encontraba como estudiante de la LICENCIATURA EN EDUCACIÓN FÍSICA DE LA BENEMÉRITA ESCUELA NORMAL VERACRUZANA “ENRIQUE C. RÉBSAMEN”, mi grupo fue el que recibió dicha actividad formativa y de alguna manera coincido con el maestro “no cumplió con las expectativas” que se necesitaban para trascender dicho ejercicio académico, sin embargo para mi fue un punto amplio de reflexión, ya que me inspiró a ser mejor humano y mejor docente con la idea de alguna vez poder compartir mi saber y experiencia con las futuras generaciones de Educadores Físicos y por qué no, de alguna otra especialidad educativa, sinceramente me pregunté cuando sería ese día pues estaba a un año de terminar mi licenciatura y desconocía si volvería a tener contacto con la institución una vez egresado.

El esfuerzo y constancia me hizo llegar a la BENV en 2010, después de haber laborado para Educación Básica en el área de EDUCACIÓN FÍSICA; ya como docente de nivel educativo superior, me reencuentro con el maestro CELIS y comenzamos a retomar experiencias pasadas pero ya desde otra realidad, ya como colegas y compañeros de trabajo, para ese entonces me desempeñaba como docente de la LICENCIATURA EN EDUCACIÓN PREESCOLAR, y en 2011 regreso a mi casa, la LICENCIATURA EN EDUCACIÓN FÍSICA, año en el que él me invita a participar como ponente de dicho FORO, en este pude compartir mi experiencia como Educador Físico del tiempo que laboré para el nivel de educación básica, al parecer dio buenos resultados y comentarios sobre ese ejercicio formativo académico, hecho que me dio apertura para repetir mi aporte en el año 2012, en este ya con más experiencia en nivel superior educativo, el plus de mi colaboración fue que pude vincular aspectos relacionados con la psicología educativa que incluso me ayudaron a obtener el grado de Maestro en Educación.

En 2013 y 2015 no participé como ponente, pero si como parte del fórum pues me encontraba haciendo investigación para mi grado de maestro en Psicoterapia Gestalt, aproveché para obtener valiosos datos del FORO y convivir esta experiencia única con mis respectivos asesorados y alumnos que se encontraban próximos a egresar de la BENV. Ya para el año 2016 regresé a compartir mi experiencia, con una madurez diferente a la de años previos, con más preparación profesional y lo especial de todo esto es que pude consolidarme de lleno en proyectos como el de ECO´s Rock https://www.facebook.com/ECOs-Rock-1598949577050090/?fref=ts que es un portal cultural y educativo a través de “algo más que Rock”, además de lograr la oportunidad de escribir para este espacio: INSURGENCIA MAGISTERIAL; el FORO DE GESTIÓN ESCOLAR se convirtió en un gran puente y espacio para el CONGRESO NACIONAL “LAS ESCUELAS NORMALES: UNA MIRADA HACIA EL FUTURO DE LA EDUCACIÓN PÚBLICA 2016” y que sin duda alguna me da alegría haber sido parte del mismo, mi aporte e investigación fue el siguiente, espero que me puedan compartir su opinión:

RESUMEN

El progreso de nuestra especie se dará si se invierte en la propuesta de promover a la educación como medio para lograr el último grado de evolución humana: la felicidad, logrando ir más allá de la gestión escolar, buscando siempre la paz y el respeto a la vida, teniendo como principal ideal que la acción de educar es un arte que debe realizarse con amor y responsabilidad. La educación debe entenderse como un proceso dinámico de aprendizaje significativo, en donde el alumno siempre debe estar acompañado por el maestro, quien debe dejar de ser el centro de enseñanza- aprendizaje para convertirse en el facilitador que se ocupe por estimular y promover la habilidad para aprender, y que comprenda la apertura a la experiencia.

Dentro de la misma concientización se podrá lograr que la persona pueda adquirir la conciencia crítica y la transitiva, la primera es compleja ya que deja muy claro que no se debe rebasar la esfera biológica y no hay que confundir objetivos personales con desafíos del exterior de su esfera, todo debe estar en constante estabilidad para tener consciencia crítica. Por tal, incrementar el nivel de relaciones interpersonales de los individuos a través del amor, entendido como el sentimiento para descubrir o expresar a otro algo de nosotros mismos, ayudará a comunicarse mejor, es decir, poder aprender a escuchar para entender al otro con su propia realidad, buscando siempre una educación para la vida y no para repetir aspectos sin sentido que alienen a la sociedad y que contribuyan a su decadencia.

Palabras clave: Gestión escolar, Educación, Amor, Evolución, Humanidad, Felicidad.

INTRODUCCIÓN

En toda educación es muy importante la figura del educador, y al mencionar el concepto de educador no solo debe hacerse referencia al docente sino también al padre de familia; esto por el simple hecho de que ambas partes integran la sociedad y a través de ella se adquieren los conocimientos científicos y aquella conciencia crítica ante el funcionamiento del Sistema Educativo, al considerarlo como algo interdependiente y relacionado con las otras dimensiones (culturales, económicas y políticas) de la organización social global.

Esto ha sido elemental porque a través del tiempo se ha debatido y analizado todo lo que refiere al concepto de Educación, independientemente de que es el proceso por el cual una persona desarrolla sus capacidades para enfrentarse positivamente a un medio social determinado, es la manera para integrarse a él.

Por otra parte se ha cuestionado ¿Qué es educar?, pareciera que es un privilegio que sólo el maestro tiene, sin embargo no lo es, también es para aquellos que han decidido ser padres; pero esto no quiere decir que realmente eduquen, ya que de ambas partes ha existido el error de confundir el concepto de educar con el de imponer, inquirir y hasta el de juzgar, el privilegio de educar no se impone, se consolida en la sociedad, esa potestad se adquiere desde que se nace y se pertenece a un seno familiar.

Quien no ha constituido un hogar sobre los cimientos de ayudar y amar a sus semejantes en la tarea de construir un progreso en la sociedad, en función de los intereses propios y ajenos, poco, por no decir nada, estará en capacidad para exigir a otros la formación de un ser humano capaz de discernir, respetar y reflexionar, que pueda identificar qué es lo que realmente ocurre en la educación mexicana.

Nuestro país, una estampa de colorido, historia y cultura, un país mágico y legendario, lleno de tradiciones y ritos. Pero tristemente reflejo de un enorme retraso y pobreza donde un alto porcentaje de mexicanos viven en la miseria y la ignorancia y otros en la opulencia. Donde parece que el objetivo de la clase gobernante es mantener a un pueblo con altos índices de analfabetas, y en las grandes ciudades enormes y tristes cinturones de miseria, desempleados y bajos salarios.

Durante los últimos años, a nivel nacional la educación carece de humanismo, no presenta en sus planes, programas y currículum el amor por el otro, por la vida; y se percibe porque las generaciones de nivel superior educativo (licenciatura) que han egresado se han formado (en su mayoría) bajo una tendencia autómata que los aleja de la veleidad que implica educar y educarse, por tal es importante lograr una nueva cultura de pertenencia que se vea reflejada en todos los niveles educativos, de manera integral.

Por tal situación, la tarea docente y de las Escuelas Normales, formadoras de maestros, consiste y consistirá en brindar una educación de calidad, plenamente humanista, así como también crear programas y planes de estudio para el progreso, no para hacer de la vida una condición autómata. Y bueno al hablar de calidad educativa, me refiero a identificar los procesos y niveles de formación en los alumnos, así como características de los mismos, para atender sus necesidades e intereses, logrando así un enfoque que desglose la calidad de los fines, métodos, medios, acción docente y acción institucional para formar gente pensante y productiva para el país, no se olvide que el progreso de toda nación está en la educación.

Creo que en el país necesitamos incrementar la calidad educativa y si nos encontramos en un contexto educativo donde no existe, tenemos que empezar a construirla pues es parte de nuestra profesionalización, y es cierto, necesitamos muchas cosas como país, pero lo que urge ahora es reforzar nuestra cultura educativa, debemos eliminar el cáncer que afecta a nuestro Sistema Educativo, ya es tiempo de que un maestro sea quien dirija a la SEP. Esto siempre debe ser con la elemental apertura para debatir y analizar día a día todo lo que refiere al concepto de Educación, que a fin de cuentas nos permita siempre orientar a las personas a cumplir mediante la mutua cooperación todos los fines de la vida para la evolución de nuestra especie.

LA GESTIÓN ESCOLAR SE DEBE CONVERTIR EN EL ARTE DE EDUCAR CON AMOR PARA EL DESARROLLO DE UNA EDUCACIÓN HUMANISTA.

Conforme avanza el tiempo, los profesores que trabajamos en el área educativa nos enfrentamos con nuevas generaciones de alumnos, que día a día exigen mayores alternativas que cubran sus necesidades en todos los aspectos, tal situación se debe a la gran velocidad con la que se mueve la sociedad en estos tiempos.

Esta época rica de avances tecnológicos y científicos cada vez se olvida de la esencia de la vida, aquella que nos libra de ser radicales y superficiales, con la que se puede vivir a gusto sin perder la paz; podemos ver que se está haciendo omisa de los valores morales que permiten el progreso de la sociedad, dicha carencia afecta a todo lo que engloba la cultura, y dentro de ella se ve distorsionada la educación; siendo este un medio de formación y de campo laboral; es preocupante su rezago, ya que la misión de quien se desenvuelve en este ámbito es lograr avances para el progreso humano, porque de lo contrario sería un fracaso si no se aporta nada para su desarrollo.

Todo nivel de educación básica debe fomentar, encaminar y retroalimentar a sus educandos aquellos valores, costumbres, derechos, obligaciones y reglas sociales que en primera instancia se aprenden desde el hogar, para que cuando el individuo esté dentro de una institución educativa sepa vincular académica y humanamente su razón de vivir, permitiéndole avanzar en las siguientes etapas de existencia como ser social y futuro ser profesional.

Con relación a lo expuesto anteriormente, queda claro que nuestro deber como maestros es ir en busca del conocimiento, ya que este no llega solo, así que de acuerdo a Ramírez (1944), son tres los elementos que constituyen la profesión que el maestro debe saber: 1) Cultura general profunda y amplia, 2) Dominio de la materia o materias por enseñar y 3) Posesión del equipo técnico necesario y moderno para el ejercicio de la profesión. Recuerden que todo sistema educativo requiere de personas preparadas y con vocación a esta labor significativa y trascendente para la vida.

Así que debemos comprender y saber que dentro de la educación existen fuerzas sociales como el ambiente, el grupo social en donde se mueve el estudiante, la comunidad, la sociedad y la cultura en general; son parámetros de estudio que servirán para construir un panorama de nuestro rol docente en el contexto escolar y a partir de nuestra función, capacidad y preparación dependerá el desarrollo y desempeño de la generación de estudiantes que estén a cargo nuestro; entonces, si queremos gente productiva y capaz de cubrir las exigencias y problemáticas de nuestra sociedad, debemos tener claro la importancia que tiene la educación para el crecimiento de una nación.

Es importante que nosotros, los docentes, seamos pioneros en emprender la actualización que respecta al conocimiento de los fundamentos que conforman el desarrollo y aprendizaje de las estructuras lógicas y elementales, contemplando las características de nuestra población, de otro modo no generaremos conocimiento sino todo lo contrario, y lo esencial está en sacar de esta condición deficiente a nuestro sistema educativo mexicano.

Es aquí en donde interviene la Gestión Escolar, su función principal es administrar y distribuir los recursos necesarios para el desarrollo de cualquier institución educativa, pero ¿Qué pasa con la organización para ayudar al progreso de la vida del maestro? ¿Por qué no se hace alguna mención sobre planificar aquellos recursos, administrarlos y distribuirlos para generar la estabilidad física, emocional y mental del maestro, del humano, de la persona que representa? ¿Por qué no pensar y gestionar para el bienestar de su humanidad? Más adelante sabrán por qué la Gestión Escolar debe de convertirse en un arte para educar con amor.

Entonces, regresando a la Gestión Escolar:

La gestión en si es el conjunto de acciones integradas para el logro de un objetivo a cierto plazo. Y en ese sentido es la acción principal de la administración, siendo un eslabón intermedio entre la planificación y los objetivos concretos que se pretendan alcanzar. En general, la gestión de las instituciones educativas comprendería, entre otras, las siguientes acciones: administrativas, gerenciales, de política de personal, económicas (presupuestos), de planificación, de programación, de control y de orientación. (Villareal, 2005, p. 1).

Sin duda alguna, esto es para el docente la oportunidad de tener la plena libertad de utilizar los instrumentos que más convengan al proceso de enseñanza y aprendizaje, ello lo determinará de acuerdo a la circunstancia educativa que deba enfrentar. Entonces, la práctica docente es, lisa y llanamente, la construcción de éxitos educativos, el docente es el responsable de que ocurran o no. Con lo escrito anteriormente, será importante tener claros los objetivos a lograr en determinado tiempo, y ya dependerá de cada maestro utilizar técnicas, inspiración y la propia capacidad creativa para enseñar, he aquí la labor profesional del docente con respecto a su que hacer pedagógico dentro de la Gestión Escolar.

Así que, si el actuar pedagógico es mediocre, pues con lógica razón, la calidad educativa también lo será. Ya que, como docentes, profesionales, debemos impartir una educación de calidad, que sea significativa y para toda la vida pues la educación es una obra de arte y el docente es un artista que produce aprendizaje, sin dejar de mencionar que las actividades educativas que desarrolla, adoptan distintos modos de organización social según el volumen y el contenido concreto del conocimiento cultural que le rodea.

De acuerdo a la SEP (2005):

Los rasgos de la gestión escolar que se han identificado como favorables para el logro de la misión de la escuela son los siguientes:

  1. El funcionamiento regular de la escuela; es decir, que todos los días del calendario oficial se impartan clases y el tiempo que cada maestro destine a la enseñanza se aproveche de manera efectiva.
  2. Reconocer que la enseñanza y el trabajo educativo sistemático con el grupo de alumnos es la tarea más importante para cada uno de los maestros (incluido el educador físico) y directivos.
  3. Que la escuela funcione como unidad educativa con metas comunes, estilos de trabajo docente congruentes entre sí y con los propósitos educativos, y mantenga formas de relación estimulantes para el aprendizaje de conocimientos, habilidades y valores. Lograr una escuela que trabaje como unidad no significa que todos sus integrantes establezcan necesariamente una relación de amistad –por supuesto, ayuda que esto sea así, pero no es suficiente–, sino que reconozcan que el trabajo de cada actor contribuye al logro de los propósitos del nivel correspondiente y que, por lo tanto, es indispensable establecer acuerdos respecto a la mejor manera de lograrlos.
  4. Una eficaz colaboración profesional entre los miembros del personal docente – maestros de grupo, maestros de educación física y otros especialistas–, aspecto indispensable ante los múltiples desafíos que la enseñanza plantea a cada profesor, los cuales generalmente se asumen como asuntos privados, pero no lo son.
  5. Que el conjunto del personal docente y directivo asuma su responsabilidad por los resultados educativos de los alumnos al concluir un ciclo escolar o nivel educativo y rinda cuentas a los usuarios del servicio; para lo cual es necesario que cada escuela se evalúe, identifique los problemas que enfrenta y sus causas, y reconozca que los resultados dependen en gran parte del trabajo de la escuela y de cada grupo.
  6. El reconocimiento del interés y el derecho de las familias a participar en la tarea educativa; establecer mecanismos para involucrarlas, sin delegar en ellas la responsabilidad profesional de maestros y directivos.
  7. Centrar la función directiva en el logro de los propósitos de la educación, más que en atender asuntos administrativos. (p. 8) .

Si revisan con detalle lo anterior, no hay algo que se ocupe de la humanidad del maestro ni de los niños, pareciera un plan para que opere una máquina con otras, no quiero expresar que es algo innecesario, no, hay que reconocer que tiene sus beneficios, pero ¿Qué pasaría si se invierte en una “vanguardia del amor” para el sistema educativo? ¿En qué momento la educación se hizo una política en lugar de un medio para el progreso humano? ¿Por qué en México actualmente se busca estresar a los involucrados en la educación? ¿Cuál es la finalidad de hacerle ver a la sociedad que la educación no es importante, que la educación pública y los maestros son los culpables de la crisis del país?

En mi recorrido académico tuve la fortuna de recibir los conocimientos de un gran maestro, me refiero al gran DR. MIGUEL JARQUÍN, él en una de sus obras llamada Hacia una Poética del otro, en su volumen 2, “LA EDUCACIÓN: EL FLORECER DE LA EXISTENCIA EN RELACIÓN” precisamente en su aporte de “AMOR Y REBELDÍA: LA MISIÓN DE LA ORIENTACIÓN EDUCATIVA” nos comparte lo siguiente:

“A varios años de ejercicio profesional en la orientación educativa, vale la pena detenernos para preguntar si el rumbo de nuestro trabajo ha de continuar igual, si requiere un viraje o, tal vez, un nuevo sentido” (Jarquín, 2015, p. 45).

Esta expresión me lleva a cuestionar nuevamente: ¿Realmente se tiene claro cuál es la función esencial de la educación en la escuela? ¿Por qué tiene que ser la escuela un espacio que genera neurosis y no amor? ¿Por qué el maestro se desvive por entregar estadísticas, oficios, calificaciones, aspectos totalmente burocráticos que hacen que el propio educador se abandone como persona y abandone a los estudiantes que fueron encomendados para favorecer y ayudar a su desarrollo educativo?

Jarquín (2015) señala que:

La función del orientador educativo nos lleva a una pregunta nueva: ¿Cuál es el fin de la escuela? Alguien ha dicho qué es aprender. Yo preguntaría: ¿aprender qué o aprender a qué? Es un hecho que la educación bancaria fracasó. Podemos entonces postular que a la escuela se va a aprender a vivir y mejor dicho a con-vivir. Se va a aprender a ser compañeros, es decir, a construir junto con – otros, un destino común, una historia conjunta en el devenir de la humanidad. Para esto se requiere que el hombre aprenda a ser sensible a los “Otros”. Esta impresionabilidad personal se caracteriza por su potencia formadora y su capacidad de expresión que coinciden en un vértice de sostén. La vida interior. La plenitud, esta vivencia tan llevada y traída entre los diversos enfoques de la psicología contemporánea y tan exorcizada por las huestes filosóficas, sólo es posible, si existe una profunda vida íntima, de la que el fundador del Personalismo escribe: …el sentimiento de intimidad… Expresa la alegría de redescubrir las fuentes interiores y refrescarse en ellas. Mientras tanto, la vivencia de plenitud no se alcanza por decreto, ni por mandato de la autoridad. Es un regalo de la vida cuando la persona se entrega a ella sin reservas. (p. 52)

Con esto que comparto y si reflexionan detenidamente, podemos darnos cuenta que aquellos que están al frente del poder, se encuentran totalmente desinteresados en que la sociedad genere bienestar, ¿Cuánto tiempo ya lleva nuestra educación dirigida por gente ajena al campo educativo? Esa gente inhumana, crea “planes y programas de estudio” de acuerdo a sus intereses y no a los de la gente, ¿Por qué evitan el desarrollo del país? ¿Por qué en las actuales “reformas” en donde se incluye a la Gestión Escolar no se profundiza el tema del desarrollo humano? Es fácil responder, en ellos no hay amor por la humanidad, y entre más enferma e inculta sea una sociedad, mayor es la represión, el control y abuso del poder.

En estos momentos de crisis nacional, se debe promover una identidad de amor y de respeto por la vida, que ayude a generar humanos conscientes, libres, con ideales de evolución, por eso es que insisto en que la gestión escolar se debe convertir en el arte de educar con amor para el desarrollo de una educación humanista, antes de ver y revisar lo “operativo”, lo administrativo, los recursos materiales, etc.; hay que atender la parte emocional, la consciencia y humanidad de las personas, pero sobre todo buscar primordialmente si realmente se promueve educación o adiestramiento, revisar si en verdad permite dejarle a las futuras generaciones un país con altas condiciones de progreso para la vida.

Después de todas estas reflexiones, ¿al orientador educativo le agradaría ser el promotor del amor a sí mismo en sus instituciones? ¿A esforzarse para que cada día las personas que conviven con él, aprendan a quererse y sentirse a gusto consigo mismas porque descubren, día a día que se están convirtiendo en el ser que han soñado ser?, y, cardinalmente, ¿que son capaces de sentir el amor de los otros en sí mismos?. Me imagino que su respuesta ha de ser positiva. Sin embargo, la labor no es fácil, pues nuestro primer enemigo somos nosotros mismos. Nadie puede enseñar a “otros” a amarse, si uno mismo se desprecia y no ha aprendido a sentir el amor de los otros en sí. El segundo límite es la lápida de lo cotidiano. De ese terrible todos los días. Empero, esto pasa a todas las profesiones como lo dijera Rilke, en su sexta carta a un joven poeta: …considere si todas las profesiones no son así, si no están llenas de hostilidad hacia el individuo, saturadas del odio de aquellos que se han adaptado mudos y hoscos al deber insípido. ¡Alto amigos orientadores! Deténganse un momento y levanten su voz. No sean de los que se amoldan sin más a ese sistema adormecedor que mata poco a poco. Sean creadores y para los creadores no hay pobreza, ni lugar pobre, indiferente. Desde su centro de trabajo, conviértanse en la vanguardia del hombre que abre las ventanas al siglo XXI, creyendo en nosotros y contando con lo mejor de nosotros. (Jarquín, 2015, pp. 66-67)

Comprenden ahora por qué será importante que se vaya más allá de la Gestión Escolar, educar es un arte, pero como maestro no se puede dar lo que no se tiene, si bien el sistema que impera hace todo lo posible por alienarnos, ¿qué tanto estamos conscientes de eso? y aparte de eso, ¿qué tanto existe el darse cuenta de que el sistema genera todas las condiciones para agredirnos con estrés? su meta para este tercer milenio es hacernos enfermar, nos matan, hacen que nos odiemos y que odiemos por razones totalmente absurdas. Como maestros estamos expuestos a la violencia, al desprestigio, al rechazo, a la discriminación, entre otras; nos quieren engañar con supuestas “reformas educativas”, que en realidad son reformas laborales, que están lejos de buscar paz y crecimiento humano, la élite busca desplazarnos, vibran en una frecuencia insana, quieren nuestra involución, quieren que dejemos de ser.

En lo que refiere a educación, más que una Reforma Educativa, se necesita una re-evolución educativa, escribía el maestro Eduardo del Río, Rius (2015) lo siguiente:

Con Peña Nieto está pasando lo mismo, y la primera de sus “grandes” reformas fue la reforma educativa (2013), que se hizo desde un escritorio sin pedir opinión de los maestros. Pues resulta que la principal intención de esta reforma, dicho por el flamante Secretario de Educación, Emilio Chuayffet (que como todo buen jefe de la SEP no sabe nada de educación) “trata de recuperar la rectoría del Estado en materia educativa”. Y se pregunta uno: ¿Cuándo ha perdido el Estado la rectoría en la educación? ¿O acaso va a reconocer la SEP que Televisa juega ahora ese papel? ¿O que la Iglesia católica se ha vuelto a apoderar de esa rectoría? Lo que pasó – creemos creer- es que durante los dos fallidos sexenios panistas, Fox y Calderón dejaron que la maestra Gordillo y “su” sindicato tuvieran una intervención directa en la política educativa, al grado que se llegó a pensar que la jefa Gordillo iba a ser la próxima gerenta de la SEP. Por eso se cree que Peña Nieto se apresuró a lanzar su pobretona reformita al mismo tiempo que le ponía un cuatro a la señora para pescarla en el aeropuerto toluqueño y acusarla, detrás de la rejas, de malos manejos y corrupción. Eso estuvo bien, y miles de profes y profas lo aplaudieron con ganas. ¡Pero su reforma dizque educativa es un verdadero fraude! Su finalidad es imponer una disciplina laboral entre el magisterio para controlarlo políticamente. Es una reforma administrativa que no tiende a mejorar la educación en ningún aspecto. (pp. 12-13)

Actualmente ya no está Chuayffet, se encuentra Nuño, y realmente no hubo cambio, ambos son inhumanos y desconocen lo que es la Educación, si estás personas están al frente, ¿ustedes creen que busquen bienestar para la sociedad mexicana? Obviamente no, aquí lo importante por preguntar es ¿Qué tanto el maestro se ama y ama su vocación como para liberarse de todos los bloqueos impuestos? ¿En qué momento se dará ese despertar de consciencia? ¿Realmente pasará? “LA REFORMA DIZQUE HEDUCATIVA”: https://www.youtube.com/watch?v=FBaDPRdLdtg .

El maestro Rius (2015) de manera muy clara, directa y confrontante escribió:

Para cambiar la educación (y mejorarla) hay que modificar, primero, la forma de pensar de los maestros. Hay que romper con los prejuicios, abandonar los estereotipos, olvidarse de los mitos (aunque sean patrióticos), los esquemas mentales atrasados y nocivos. Dejar atrás lo que aprendimos, todas esas falsas creencias que se van repitiendo generación tras generación, y que los maestros “deben” respetar y poner en práctica porque “así lo manda la SEP”. (¿Con qué criterio se elaboraran los planes de estudio y los planes de estudio y los programas de educación? ¿En qué escritorio de la SEP dictaminan cómo debe ser la educación, lo mismo en una comunidad indígena de Guerrero que en la ciudad de Monterrey? ¿Quién decide cómo y qué se debe enseñar en las Normales?) Burócratas, políticos y funcionarios deciden lo que se les ocurre, sabiendo que nadie puede cuestionar o someter a revisión lo dispuesto por la SEP. Los alumnos repiten lo que los maestros tuvieron que repetir y repetir y repetir hasta aprendérselo de memoria. Y así no se puede educar a nadie, ¡con un caraxo! (Y con un carajo, menos…) Confieso medio apenado que no estoy muy enterado de cómo está organizado el asunto de las Escuelas Normales, o escuelas donde se prepara a los maestros. (Ni siquiera sé por qué les dicen “Normales” ¿Otras serían “Anormales”? Bueno…) En un principio (creo) se fundó la Escuela Nacional de Maestros (1887, nomás calculen), que no sé bien a bien si sigue funcionando como tal o si le cambiaron de nombre. También sé que por los años ochenta se hizo la Universidad Pedagógica y que desde mucho antes, se crearon Normales Rurales en varias partes de la república, y que por la experiencia resultaron en muchos casos “semilleros de guerrilleros” y (creo) se han ido cerrando poco a poco. También creo suponer, la enseñanza de maestros se descentralizó y ahora son los gobiernos de los estados los que las manejan con auxilio de distintos sindicatos y sus secciones. En la realidad, los sindicatos se imponen al gobernador y deciden todo sobre las Escuelas Normales. (Debe haber honrosas excepciones, pero no las conozco bien.) También es sabido que el Estado mexicano ha permitido la creación y exitoso funcionamiento de Normales particulares, muchas de ellas de clara orientación religiosa y cuyos alumnos, ya convertidos en maestros, no sé si deben ingresar a los sindicatos o si tienen su sindicato color de rosa. (Como ven, no sé nada del asunto, pero sí sé que esa multiplicación de Normales contribuye al desastre educativo.) ¡Hay entonces cientos de Normales! Y supongo que cada una lleva los programas que le da la gana, sin control de la SEP, muchas –las particulares- sin control de nadie, ni de los sindicatos. Lo que obviamente da como resultado que hay un montón de jóvenes maestros que no saben ni lo que significa serlo. Es el acabose, porque en esas condiciones es casi imposible contar con buenos maestros. (Pregúntenles a los normalistas de Ayotzinapa que quedaron vivos, en qué condiciones trabajan…) Es obvio decirlo, pero estamos viendo que no hay un Método Único Nacional para formar maestros (como debería ser) y así el asunto se vuelve catastrófico. No es posible que eso esté pasando, pero está pasando para desgracia de nuestra educación. Y de este problema tampoco habla la Reforma Educativa Patito del señor Peña Nieto, cuando es fundamental la educación de los maestros para el buen funcionamiento de una escuela. (pp.80-83).

Nadie puede dar lo que no tiene, ni el individuo ni la nación, lo que somos lo reproducimos, un cambio de fondo para el país va a requerir de un proceso estratégico, en el que el magisterio jugará un papel fundamental para formar a los gobernantes, los científicos, los profesionistas y a todas aquellas personas con las que convivimos para preservar nuestra cultura y promover nuestra evolución, las Escuelas Normales deben despertar y re-evolucionarse.

CONCLUSIONES

El destino de nuestra libertad como seres humanos, está en el límite de nuestros pensamientos, si no aprovechamos la educación como grito de justicia para exigir lo que nos pertenece, quiere decir que somos indiferentes, y el problema de no actuar a la voz de ¡ya! es grave, pues si subestimamos el tiempo, puede ser que el día en que realmente todos queramos despertar sea muy tarde, recuerden que la libertad y justicia se extinguen solo si lo permitimos.

Puede ser que esta propuesta de que la gestión escolar se convierta en el arte de educar con amor para el desarrollo de una educación humanista, sea el inicio para generar una iniciativa que analice el currículum de la actual educación mexicana y se integre desde la educación inicial hasta una superior la salud mental, emocional y física, que beneficie al sector público que está descuidado, rezagado y olvidado por el actual sistema; y si a esto se le suma la intervención psicoterapéutica, no nada más se atenderán la necesidades académicas y profesionales, sino que también se da cobertura al crecimiento de la persona a través del humanismo, la paz y la ciencia.

También es clara la intención de que se busca llevar a cabo la enseñanza creativa en la educación, en este caso hacerla llegar a los normalistas, permitirá que para el futuro de la sociedad se refuercen los esfuerzos actuales y futuros destinados a obtener comprensión y manejo del rendimiento creativo; es evidente que muchos de los problemas humanos dependen de la educación de la población mundial, tanto extensiva como intensivamente; un pueblo informado, dotado de aptitudes que le permitan utilizar esa información, es un pueblo creativo y capaz de solucionar sus problemas.

En un sentido muy real, la humanidad se halla atrapada en un sistema que no lo hace sentir ni pensar, solo repetir contenidos que limitan la evolución y que generan personas alienadas. En los últimos años, la educación en el país ha sido autoritaria, no ha proporcionado a las jóvenes generaciones conocimientos sobre la manera de utilizar la información creativa, ni siquiera la oportunidad de hacerlo, la educación ayuda a erradicar eso, y esta breve reflexión va encaminada a generar una perspectiva humanista para los normalistas, maestros y sociedad en general, hacer notar que si se va a gestionar algo, que sea la iniciativa, los recursos, la confianza, para enfrentar problemas personales, interpersonales o de cualquier otra índole. Al margen de lo que ha señalado Gardner y otros tremendísimos pedagogos, pienso que se debe re-estructurar toda la enseñanza en las primarias, secundarias y preparatorias, centrándola en lo más importante que es: ENSEÑAR PARA LA VIDA DE HOY. No sólo respecto a las materias, sino a la FORMA como se enseñan esas materias. Y añadir nuevas, como pueden ser ecología, nutrición, derechos humanos, sexualidad humana, ideologías, religiones, filosofía y educación física basada en artes marciales y yoga. Se puede añadir algo de economía diaria y una materia dedicada a promover la lectura. Todo eso mencionado aquí arriba son cosas que NO se enseñan en la escuela, pese a que vivimos rodeados de sexo, problemas familiares, problemas políticos y económicos, cuestiones religiosas y violencia organizada y desorganizada. ¿Por qué no discutir en la escuela lo que está pasando todos los días alrededor nuestro? Bueno. Espero haber salido medio airoso (o medio airoso) de esta difícil faena. Sobre todo tomando en cuenta que mi escolaridad demostrada (con papeles) llega únicamente al quinto grado de primaria. Mil gracias. (Rius, 2015, pp. 115-116).

Con este FORO, mi finalidad fue dar una propuesta para que la sociedad sea más consciente de su humanidad con la visión de un mundo de gente tolerante, integrado por una población pacífica y dispuesta a la colaboración para el progreso, la solución a las crisis, los problemas sociales, pero sobre todo que puedan comprender que la educación es el medio para lograr el último grado de evolución humana: la felicidad, y por tal hay que ir más allá de la gestión escolar, hay que ir a uno mismo, al ser interior con amor.

Per sempre al servei de la vida per al desenvolupament humà de les persones.

¡MUCHAS GRACIAS!

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS.

  • Del Río, E. (RIUS).(2015). La Reforma Dizque Heducativa. Ciudad de México; México: Grijalbo.
  • Jarquín, M. (2015). Hacia una Poética del Otro. Volumen 2. La educación: El florecer de la existencia en relación. Zapopan; México: Ediciones Yoltéotl.
  • Ramírez R. (1944). “Fragmentos de la Ponencia presentada por el profesor Rafael Ramírez en el I Congreso Nacional de Educación Normal. Citado en La Profesionalización de la Educación Normal en México. Cuadernos SEP. México: SEP, 1984, pp. 11-12.
  • Secretaría de Educación Pública. (2005). Gestión Escolar. Licenciatura en Educación Física. Programa y materiales de apoyo para el estudio 6° semestre. D.F.; México: SEP.

Consulta en internet:

Revista Iberoamericana de Educación (RIE) La efectividad de la gestión escolar depende de la formación del recurso humano como factor, actor y promotor del cambio dentro de los procesos, dimensiones y políticas educativas de Evangelina Villareal Ramos (2005) Recuperado de http://rieoei.org/deloslectores_bbdd.php?id_tema=40 el 29 de Mayo de 2016 a las 20:00 hrs. (Hora de la ciudad de México).

Fuente: http://insurgenciamagisterial.com/la-educacion-como-medio-para-lograr-el-ultimo-grado-de-evolucion-humana-la-felicidad-mas-alla-de-la-gestion-escolar/

Imagen:http://www.educacionyculturaaz.com/wp-content/uploads/2013/10/Veracruz_Regreso_Clases-6.jpg

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