Page 2 of 17
1 2 3 4 17

Gustavo Suárez Pertierra, presidente de UNICEF España “La educación es la principal herramienta que existe para salir de la pobreza”

El cambio climático, las hambrunas, el inexistente acceso a vacunas o medicamentos y la falta de higiene son algunas de las muchas causas que han llevado a millones de familias a la pobreza más extrema. Según Gustavo Suárez Pertierra, presidente de UNICEF España, la educación es el único mecanismo que existe para que los niños y niñas sean capaces de acabar con la trampa que esta pobreza supone. Por ello, la educación es el corazón de UNICEF, una organización que, desde hace ya 75 años, vela por los derechos y la supervivencia de la infancia más vulnerable.

En los últimos dos años, y a raíz de la pandemia de la COVID-19, hay 100 millones más de niños y niñas en el mundo sumergidos en la pobreza, lo que equivale a un aumento del 10% desde 2019.

De hecho, y según el informe ‘Evitemos una década perdida: Hay que actuar ya para revertir los efectos de la COVID-19 sobre la infancia y la juventud’, presentado por UNICEF el pasado mes de diciembre, la COVID-19 está poniendo en peligro décadas de progreso en cuestiones fundamentales para la infancia como la pobreza, la salud, el acceso a la educación, la nutrición o el bienestar mental. Una situación sin precedentes a la que se debe hacer frente de manera inmediata.

Durante esta entrevista con Soziable.es, Gustavo Suárez Pertierra, presidente de UNICEF España, incide en la importancia de actuar de forma rápida y eficaz para hacer frente a todas estas desigualdades que afectan gravemente a la humanidad en general, pero a la infancia en particular.

– ¿De qué manera ha afectado la pandemia de la COVID-19 a la infancia?

La pandemia ha causado un impacto extraordinario sobre toda la humanidad en general, sobre la infancia en particular y sobre la infancia más vulnerable de una manera especial. Ha tenido un gran costo en vidas humanas, ha producido un efecto del que tendremos que aprender a salir, porque corre el peligro de paralizar, o al menos revertir, ciertos procesos que estaban consiguiendo que el bienestar de la infancia se asiente en nuestras sociedades, pero, sobre todo, la mayor consecuencia que va a producir es que va a generar unas enormes desigualdades en el mundo.

La pandemia es una crisis que comienza siendo sanitaria y acaba siendo económica y social, pero que se distingue de otras crisis porque es una crisis global. Quiere decir esto que afecta a todo el conjunto de los países, a todo el conjunto de los pueblos, a toda la humanidad, en definitiva.

El impacto de la pandemia no es el mismo en aquellas ciudades más ricas y en las sociedades más pobres. Las posibilidades o los recursos que tienen las sociedades para superar el impacto de la pandemia tampoco son los mismos. Por tanto, la combinación entre impactos y posibilidades de superación de la crisis va a producir unas desigualdades extraordinarias en el mundo.

Tendremos que encontrar la senda de salida. Pero ¿cómo tendremos que hacerlo? Pues, en primer lugar, procurando que las medidas sanitarias lleguen a todas partes. Las vacunas, fundamentalmente, tienen que llegar a los países de rentas bajas porque, si no llega a todos, la pandemia no puede resolverse. Pero, además, hay que invertir en educación, en saneamientos, en mecanismos e instrumentos que permitan adaptarse a los tiempos que vienen, que van a ser muy dificultosos.

– ¿Qué entendemos por pobreza infantil?

Hay muchas clases de pobreza. Hay una pobreza severa, que afecta a aquellas sociedades que viven en la miseria, pero hay otra que llamamos pobreza moderada, que afecta a sociedades más desarrolladas y que se mide a través de la media de ingresos de una familia tipo: dos adultos y dos menores, por ejemplo.

Pero ¿qué significa ese tipo de pobreza? Significa que los hogares que la padecen no pueden acudir a satisfacer un gasto que de repente se presenta, porque se produce una necesidad educativa, por ejemplo, actividades extraescolares; porque sube el precio de la luz por encima de lo que estaba previsto; porque se presenta una necesidad producida por una determinada catástrofe o por un determinado impacto social; o por un hecho propio del clima.

Esta es una pobreza moderada que, en España, lamentablemente, afecta a entre un 27 y un 28% de loa niños y loa jóvenes, lo cual no se corresponde con nuestra entidad como cuarta potencia económica dentro de la Unión Europea, ni tampoco con el puesto que tenemos en la Unión Europea, ya que estamos muy atrás, estamos en la cola de los países que están padeciendo la lacra de la pobreza infantil.

– Por lo tanto, no nos referimos a lo mismo cuando hablamos de pobreza infantil en España y cuando lo hacemos refiriéndonos a países del tercer mundo, ¿verdad?

Los países de rentas medias y bajas no tienen los mismos problemas que tienen los países más desarrollados en el mundo, donde también hay pobreza, ese tipo de pobreza de hogares que no pueden llegar a fin de mes, que no pueden garantizar la calefacción en invierno o que no pueden garantizar unas vacaciones razonables.

La pobreza en los países que llamamos en desarrollo, en los países con rentas más bajas, tiene unas características mucho más incisivas. Pensemos que en estos países hay, en este momento, del orden de 5 millones de niños al año, 14 mil niños al día, menores de 5 años, que mueren por falta de un remedio que está en nuestras manos proporcionarles, por ejemplo, vacunas. No me estoy refiriendo ahora al caso de la pandemia de la COVID-19, me estoy refiriendo a las vacunas de las enfermedades que todavía no están erradicadas en el mundo, que se llevan por delante muchas vidas de niños menores de 5 años.

Bien es verdad que, hace tres décadas, esta cifra era el doble. Por tanto, vamos en la buena dirección, pero hay que darse cuenta de que esta es la realidad que tenemos en muchas partes del mundo.

– ¿Cómo afecta la pobreza a los niños y niñas?  

La pobreza es algo que, lamentablemente, envuelve la vida de los seres humanos y, por supuesto, de los niños.

¿Qué significa la pobreza para los niños? Significa que no pueden ser niños, que no pueden manifestar, como única preocupación, la preocupación de ser niños y hacer lo que hacen los niños, porque tienen otras preocupaciones.

La pobreza se manifiesta en materia de trabajo infantil; en la falta de posibilidades de desarrollo; en la falta de acceso a la educación; en la nutrición; y en el propio movimiento y en la propia sociabilidad de los niños y de los jóvenes que necesitan moverse ampliamente y ser niños para poder desarrollarse.

Esa falta de ambiente que proporciona la pobreza, que va desde la manifestación de enfermedades hasta las carencias en la educación, cuando envuelve toda la vida de los niños provoca fenómenos muy importantes que están detectando las sociedades modernas, por ejemplo, de salud mental.

Así pues, uno de los primeros problemas que tiene planteados la humanidad en este momento es resolver los problemas del hambre, que afectan a muy buena parte del género humano y, por supuesto, al grupo social más vulnerable, que son los niños, las niñas y los jóvenes.

– La lucha contra el cambio climático es otro de los grandes retos a los que se enfrenta UNICEF. ¿Es esta problemática una de las grandes amenazas para la infancia?

El cambio climático es un factor fundamental para la infancia. Produce sequías y hambrunas, exige a las sociedades la incorporación de unos instrumentos que les permitan ir adaptándose al cambio de las temperaturas, produce el aumento del nivel de los océanos…

Todo eso, en aquellos espíritus más jóvenes que están en formación, como es el caso de los niños en edad temprana y de los adolescentes en edad ya madura, les afecta de múltiples maneras: provoca enfermedades, plantea problemas de nutrición, les limita la movilidad… El cambio climático es un elemento vital para garantizar no solo el desarrollo de los jóvenes, sino también su bienestar futuro. Por tanto, es algo a lo que debemos poner una enorme atención.

El primer problema que tiene la infancia es la supervivencia, algo que podemos resolver porque una vacuna cuesta 60 céntimos de euro. Luego hay que resolver los problemas de educación, de bienestar y sanitarios que puedan afectarles. Pero después hay que garantizarles un entorno seguro, algo que con la referencia climática solo es posible adelantándose con medidas de previsión como quieren, por otra parte, los Objetivos de Desarrollo Sostenible, que tienen en el cambio climático una de sus referencias fundamentales.

– La pandemia de la COVID-19 no solo ha comprometido nuestra salud física, sino que también está afectando a nuestra salud mental y, en especial, a la de los colectivos más vulnerables. ¿Perciben que la salud mental de la infancia se ha visto alterada, en mayor o menor grado, tras la irrupción del coronavirus?

La salud mental se ve afectada por la pandemia sin duda ninguna. Aquí se produce un efecto curioso: la salud mental es un elemento que, desgraciadamente, está muy presente en nuestras sociedades, para los niños y para los mayores, pero es un problema social sobre el que existe una especie de silencio, acordado por toda la sociedad, porque la concebimos como un estigma de las sociedades avanzadas.

Yo creo que la pandemia, y no quiero decir con esto que haya tenido ningún efecto bueno ni positivo, ha puesto en el escenario de las preocupaciones el problema de la salud mental y, especialmente, de la salud mental infantil. El confinamiento, la falta de sociabilización adecuada que provoca el cierre de las escuelas, que los niños no puedan, en un momento determinado, salir a la calle para poder socializar y desarrollar sus juegos genera un impacto extraordinario sobre la salud mental de los niños y los jóvenes.

Desde UNICEF lo hemos medido y existen datos que lo ponen de manifiesto. Hay, en estos momentos, un 13% de jóvenes, hasta 18 años, que se ven afectados por algún tipo de trastorno mental. Un 13% son muchos millones de niños en el mundo.

– ¿Se aborda esta problemática desde UNICEF?

Lo intentamos porque los sistemas públicos, quizá porque no es un elemento que esté presionando nuestras sociedades, atienden muy poco a la salud mental. Hablando en términos globales, que es como tenemos que hablar desde UNICEF, solo un escaso 2% de los presupuestos sanitarios se dedica en el mundo a la salud mental y esto es un presupuesto prácticamente insignificante.

Por tanto, tenemos que ayudar a resolver ese problema. UNICEF trabaja desde esa perspectiva en las sociedades desarrolladas procurando interesar sobre el problema a los ciudadanos y a las ciudadanas, sensibilizar y ofrecer a los poderes públicos las medidas adecuadas de carácter sanitario, pero también de entorno doméstico y social, para que se pueda salir al paso de los problemas de trastornos mentales que pueden plantearse.

En España, hemos colaborado en la parte infantil del desarrollo de la Estrategia de Salud Mental que se está empezando a poner en práctica. Por tanto, ya hay sensibilidad social suficiente como para que, desde el sistema público, se pueda atender ese problema.

Y, en los países de rentas medias y bajas, UNICEF está desarrollando programas sobre el terreno en materia sanitaria y social. En materia sanitaria, procurando fortalecer los sistemas sanitarios de países que son menos favorecidos en lo que se refiere a salud mental y en otros aspectos sanitarios; y, por otra parte, trabajando en la construcción de entornos saludables que permitan a la infancia y a la adolescencia desarrollarse previniendo la posibilidad de que estos problemas puedan afectarles.

– ¿Es primordial garantizar una educación de calidad a todos los niños y niñas para hacer frente a las desigualdades y a la pobreza?

La educación es la principal herramienta que existe para salir de la pobreza. Se ha dicho que la educación es un ascensor social, el único mecanismo que puede garantizar que se rompa la trampa de la pobreza, que significa que las generaciones siguientes son más pobres o siguen siendo tan pobres como las generaciones anteriores. Y lo único que puede romper ese círculo vicioso es, precisamente, la educación, de ahí su importancia en esta materia.

La educación es el corazón de UNICEF. Los objetivos de nuestra organización tienden a la supervivencia de los niños y adolescentes, a garantizar su bienestar y a la protección, pero todo eso está envuelto por el corazón de UNICEF, que es la educación. La educación es un trampolín para el desarrollo personal y social.

– No hay nada perfecto, pero… ¿qué considera que debe tener la infancia para que su desarrollo sea adecuado y, sobre todo, ‘feliz’?

La infancia es, por definición, un grupo desvalido. Como la Convención de Derechos del Niño llega hasta los 18 años, hay mucha diferencia entre los niños más niños, los niños y niñas que ya no lo son tanto y los jóvenes o adolescentes ya que cada franja de población tiene su necesidad especifica.

La base es la posibilidad de encontrarse con un entorno familiar, doméstico y social que les permita formarse y desarrollar todas sus capacidades. Eso exige una atención social adecuada, la posibilidad de contar con una asistencia sanitaria suficiente desde una edad temprana y la posibilidad de acceso a la educación y a las capacidades de empoderamiento, sobre todo para las niñas, que son el grupo más desvalido dentro del grupo más desvalido de la sociedad. Todo esto es necesario como punto de partida y, a partir de aquí, vienen todas las necesidades que ofrece el sistema de bienestar al que nos asomamos los ciudadanos de los países en desarrollo.

Hay, en estos momentos, más conflictos bélicos abiertos que hace 30 años. Nos tenemos que poner a pensar en la influencia que tiene esto, no solo sobre los niños, sino sobre todos los hombres y mujeres, por ejemplo, obligándoles a desplazarse de sus hogares. Por tanto, la infancia necesita condiciones básicas de vida y de desarrollo posterior.

– Personalmente, ¿cree que estamos a tiempo de cumplir los ODS en la fecha prevista, 2030?

Los Objetivos de Desarrollo Sostenible constituyen un programa de acción muy ambicioso. Hace unos pocos años, las naciones se pusieron de acuerdo para definir unos Objeticos de Desarrollo Sostenible, 17 Objetivos, con dos centenares de metas, y se diseñó una Hoja de Ruta que es la Agenda 2030.

Aquí hay que confiar en la capacidad de resiliencia del género humano y, especialmente, en la de los jóvenes, que es mucha. Hay que confiar en la capacidad de los estados que han adquirido consciencia de la necesidad de establecer un desarrollo sostenible para permitir que las sociedades sean más justas y proporcionen un mayor bienestar. Pero, además de ser optimista, hay que ser realista y decir que, en este momento, vamos por debajo de las previsiones de cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible y, más todavía, porque no contábamos con el impacto de la pandemia.

Prácticamente todos los ODS tienen que ver con la infancia, porque son objetivos que afectan a la erradicación de la pobreza, al destierro y las hambrunas, a la educación… Por tanto, en todos los Objetivos está presente la referencia de la infancia y en todos tiene que trabajar UNICEF. Por eso, necesitamos una visión muy amplia en la que necesitamos, por supuesto, que nos acompañen las sociedades de los países pobres y ricos.

– ¿Cuáles son los retos y objetivos de UNICEF España para este año 2022?

Yo creo que necesitamos recuperar la senda de conseguir los objetivos de bienestar que nos habíamos planteado.

UNICEF cumple ahora 75 años: 60 en España, 75 UNICEF global. Tras la Segunda Guerra Mundial, UNICEF se planteó el objetivo de la supervivencia de la infancia, erradicar las enfermedades que se llevaban miles de muertos cada día, la educación como corazón de UNICEF, el bienestar en todas sus fórmulas y la erradicación de conductas que todavía están muy presentes en ciertas sociedades y que afectan a niños y a niñas, como es el caso del matrimonio infantil.

En todo este tiempo, en estos 75 años, se ha avanzado mucho en el cumplimiento de estos objetivos. El matrimonio infantil, por ejemplo, se ha reducido en un 15% en las tres últimas décadas. Pero el impacto de la pandemia sobre todos esos procesos que estaban en marcha y que estaban teniendo un cierto éxito sostenido ha sido, está siendo y va a ser enorme. Hay que recuperar esa senda de bienestar para el cumplimiento de unos objetivos que, lamentablemente, después de 75 años, todavía están vigentes.

Necesitamos actuar contra la pobreza infantil, en materia de salud mental y de fortalecimiento del sistema educativo, en temas de bienestar y sobre la sostenibilidad del clima en el que tenemos que movernos. En concreto, tenemos que erradicar determinadas prácticas como las que afectan a las políticas de género o que tienen que ver con el trabajo infantil y que están muy favorecidas por todo lo que trae consigo la pandemia, como el cierre de las escuelas.

Fuente: https://www.soziable.es/entrevista-gustavo-suarez-presidente-unicef-espana

Comparte este contenido:

El matrimonio infantil lastra a una de cada cuatro niñas en América Latina

Una de cada cuatro niñas y adolescentes de América Latina y el Caribe contrajo matrimonio o formalizó una unión antes de cumplir los 18 años, según un informe que advierte de que, si no se toman medidas, la región será la segunda con peores datos de todo el mundo en el año 2030, sólo por detrás del África subsahariana.

La prevalencia del matrimonio infantil en América Latina apenas ha variado en el último cuarto de siglo, si bien la ausencia de datos completos hace temer que la realidad pueda ser peor, según un grupo conformado por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), el Fondo de Población de Naciones Unidas (UNFPA) y ONU Mujeres.

La información básica sobre matrimonios y uniones tempranas no está disponible en varios países, especialmente en el Caribe, y la que se conoce refleja una disparidad estadística, ya que mientras que la proporción de niñas y adolescentes casadas es inferior al 10 por ciento en Jamaica, en otros lugares como República Dominicana, Nicaragua, Honduras y Belice el dato supera el 30 por ciento.

El Grupo de trabajo del Programa Conjunto Interinstitucional para Poner Fin al Matrimonio Infantil y a las Uniones Tempranas en América Latina y el Caribe señala en su informe que estas bodas prematuras «son una realidad» en la región, «a pesar de su falta de visibilidad» y recuerda que eliminar esta práctica nociva es clave para cumplir los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).

Fuente: https://www.notimerica.com/sociedad/noticia-latinoamerica-matrimonio-infantil-lastra-cada-cuatro-ninas-america-latina-20211221113836.html

 

 

 

Comparte este contenido:

Crece el matrimonio infantil en Afganistán: «Está en juego el futuro de toda una generación», advierte UNICEF

Crece el matrimonio infantil en Afganistán: «Está en juego el futuro de toda una generación», advierte UNICEF

12 Noviembre 2021

Aunque la tendencia no es nueva, se ha agravado debido a que la pandemia de COVID-19 y la crisis alimentaria han agudizado la pobreza. La situación es tan desesperada que, a cambio de una dote, algunas familias ofrecen sus hijas a los 20 días de nacer a futuros esposos.

La agencia de la ONU estima que el 28% de las mujeres afganas en la franja de edad entre los 15 y los 49 años se casaron antes de la mayoría de edad, e insta a las autoridades de facto a priorizar la reapertura de las escuelas para todas las niñas de secundaria y a permitir que las profesoras vuelvan a sus puestos de trabajo.

La directora ejecutiva de UNICEF ha manifestado su preocupación ante las informaciones que corroboran esta información e indicó que ha recibido “noticias creíbles de familias que ofrecen a sus hijas de tan sólo 20 días para un futuro matrimonio a cambio de una dote”.

Henrietta Fore explicó que esta tendencia no es nueva y que ya se producía antes de la reciente inestabilidad política en el país. Solo en las provincias de Herat y Baghdis, los socios de UNICEF detectaron 183 matrimonios infantiles y 10 casos de venta de niños durante 2018 y 2019. Los menores implicados tenían entre 6 meses y 17 años.

Las adolescentes siguen sin poder ir a la escuela

A esta compleja coyuntura se le ha de añadir que tanto la pandemia del COVID-19, como la actual crisis alimentaria y la llegada del invierno han agravado aún más la situación de las familias.

“»La gravísima situación económica de Afganistán está sumiendo a más familias en la pobreza y obligándolas a tomar decisiones desesperadas, como poner a los niños a trabajar y casar a las niñas a una edad temprana”, alertó Fore y recordó que, en 2020, “casi la mitad de la población de Afganistán era tan pobre que carecía de necesidades como la nutrición básica o el agua potable”.

La directora ejecutiva de la agencia de la ONU explicó que otra de las circunstancias que incrementa el riesgo de matrimonio infantil es que a la mayoría de las adolescentes todavía no se les ha permitido regresar a las aulas.

UNICEF continúa trabajando en Afganistán para concienciar a las comunidades de los riesgos que corren las niñas si se casan antes de cumplir los 18 años.

Entre estos peligros, Fore destacó la menor probabilidad de que permanezcan en la escuela y el mayor riesgo de que sufran violencia doméstica, discriminación, problemas de salud mental y mayor vulnerabilidad a las complicaciones durante el embarazo y el parto.

«Hemos iniciado un programa de asistencia en efectivo para ayudar a compensar el riesgo de hambre, trabajo y matrimonio infantil entre las familias más vulnerables. Tenemos previsto ampliar éste y otros programas de servicios sociales en los próximos meses”, señaló.

Del mismo modo, UNICEF también prevé trabajar con los líderes religiosos para asegurarse de que no participan en los acuerdos de matrimonio de las jóvenes, denominados Nekah.

Sin embargo, Fore advirtió que todas estas medidas no son suficientes.

«Pedimos a las autoridades centrales, provinciales y locales que tomen medidas concretas para apoyar y proteger a las familias y a las niñas más vulnerables. Instamos a las autoridades de facto a priorizar la reapertura de las escuelas para todas las niñas de secundaria y a permitir que las profesoras vuelvan a sus puestos de trabajo sin más retrasos. Está en juego el futuro de toda una generación«, advirtió.

Fuente de la Información: https://news.un.org/es/story/2021/11/1499952

 

 

 

 

Comparte este contenido:

Abuso sexual infantil, la pandemia invisible

Comparte este contenido:

México: Exigen defensoras indígenas erradicar venta de niñas y matrimonio infantil

Por: Aline Espinosa Gutierrez / CIMAC

Defensoras indígenas exigieron que los gobiernos de sus países desarrollen de forma inmediata políticas públicas y estrategias con perspectiva intercultural y de género que se enfoquen en la eliminación y prohibición de los matrimonios forzados y de la “compra” de niñas, dos prácticas que las aleja de tener una vida libre de violencia, viola sus Derechos Humanos y las obliga a empezar una vida sexual a temprana edad. 

Al participar en el evento virtual “Matrimonio infantiles y uniones tempranas en comunidades” -organizado por “Iaru Colectivo”, señalaron que los gobiernos de sus países deben detener estas dos prácticas que invisibilizan diversas violencias que se cometen contra las niñas como no respetar su derecho a decidir o a su libertad bajo el argumento de que ellas están obligadas a cumplir con “las tradiciones de las comunidades”.

Detallaron que estas “tradiciones” son “muy graves” porque sus matrimonios forzados o la “compra” es decidida, a veces, por su familia cuando ellas no tienen capacidad de decisión y son entregadas a hombres mayores de edad a cambio de dinero, animales o especies a fin de que la familia “ya no tenga otra boca que alimentar y pueda sobrevivir a la pobreza que padecen”, declaró la defensora peruana de la Red de Organizaciones Jóvenes Indígenas, Jeanett Pariona Tarquí.

Recordaron el caso de un profesor de 30 años que pidió casarse con una niña menor de 18 años en Panamá. “Este se valió de la ignorancia de la madre y de la pobreza extrema de la familia porque en su comunidad había muy poco acceso a la educación. Para la madre el profesor era alguien que podía sacar de la pobreza a su hija. Muchas de estas niñas están expuestas a violaciones y al abandono de su libertad”, dijo la defensora de la “Coordinadora Nacional de Mujeres Indígenas en Panamá”, Silvia Santo.

Explicaron que las niñas y jóvenes indígenas padecen una falta de acceso a servicios médicos, educación basada en hechos científicos, información en sus lenguas sobre sus derechos sexuales y reproductivos, métodos anticonceptivos, planificación familiar, entre otros, que los gobiernos deberían asegurar, pero no es así. Esta ausencia impulsa que estas prácticas prevalezcan pues las familias no tienen opciones y creen que “casar a su hija es lo mejor”, agregó Pariona Tarquí.

“¿Por qué sólo aplica para las mujeres? esa es la pregunta. Otras veces se realiza la compra como si fuéramos animales. Carecemos de educación sexual y reproductiva y no hay acceso a métodos anticonceptivos, derivado a que en algunas comunidades no se permite hablar de estos temas y es un tabú”, comentó la defensora de la “Red de Mujeres Juveniles Indígenas de México”, Angélica Pablo Peña.

Por tales razones, dijeron, es importante que las indígenas tengan presencia en diversos sectores, en particular en el gobierno, en la sociedad, en la educación y en la salud para que ellas mismas promuevan la difusión de los Derechos Humanos de las mujeres en sus espacios, dispongan del conocimiento, derrumben los estereotipos de género y las “tradiciones que las encadenan” e impulsen que la voz de las niñas y jóvenes sea escuchada en sus comunidades.

“Deberíamos ser tomadas en cuenta en planes y políticas públicas que sean de beneficio para nosotras y así limitar todas estas problemáticas que nos afectan porque es a nosotras quienes somos violentadas, marginadas y vulneradas, más en la infancia. Esta vulneración nos obliga a unirnos en matrimonio antes de los 18 años. Nosotras nos imaginamos un mundo donde todas las niñas crezcamos informadas y seguras y donde nuestros derechos sean respetados, añadió la defensora de la “Red de Municipal de las Niñas Lideran en Guatemala”, Melody Juárez.

Frente a este panorama llamaron a sus gobiernos a atender estas problemáticas con políticas públicas, campañas de sensibilización sobre los derechos sexuales y reproductivos en lenguas indígenas, garantizar el acceso de las niñas y jóvenes indígenas a todos los niveles de educación, posicionar el tema dentro sus agendas políticas para que de forma urgente estas prácticas dejen de ser normalizadas en el mundo.

En este evento también participaron la defensora de la Red de Mujeres Mapuche, Chile, Yanka Millapan; la defensora de la Coordinadora Nacional de Mujeres Indígenas en México, Laura Hernández Pérez; la defensora del Colectivo Juvenil Nuestras Voces en Puebla, Claudia Libertad; la defensora de la Asociación de Abogadas Indígenas en Guatemala, Claudia Chope; la defensora del Centro de Mexicano de Intercambio en Hidalgo, Lizbeth Hernández Cruz, la defensora de la Unión Nacional de Mujeres Kunas en Panamá, Naididili Pérez, entre otras defensoras.

Fuente de la información e imagen:  CIMAC.

Comparte este contenido:

Zimbabue: nuevas leyes para garantizar la educación a las adolescentes embarazadas

Tener hijos a corta edad es un hándicap para la formación de las mujeres en toda África. Alrededor de uno de cada ocho casos de abandono escolar registrados en este país africano fue motivado por matrimonio o gravidez.

Cassey Simbanai iba a hacer sus exámenes finales el pasado diciembre. Esta joven zimbabuense de 17 años, una de las estudiantes más prometedoras de su clase, soñaba con convertirse en profesora de ciencias. Sin embargo, durante meses, no estuvo en el aula ni jugando a su querido rugby en el campo de al lado, sino preparando la comida para su familia política en la cocina de la casa de esta en Hauna Growth Point, una aldea de las montañas del este de Zimbabue, cerca de la frontera con Mozambique. Simbanai pasaba la mayor parte del tiempo haciendo tareas domésticas para su nueva familia mientras esperaba a dar a luz a su hijo.

En abril de 2020, pocas semanas después de que Zimbabue impusiera un estricto confinamiento nacional para frenar la propagación de la covid-19, la joven se quedó embarazada. “No pasábamos mucho tiempo juntos porque yo siempre estaba en el instituto”, dice refiriéndose al que ahora es su marido, un empleado de 24 años de una fábrica de procesamiento de tabaco con el que llevaba tres años de relación. “Pero cuando empezó el confinamiento… teníamos mucho tiempo y pasó. Tuvimos relaciones sexuales sin protección”.

Las tiendas de Zimbabue estuvieron cerradas durante parte del confinamiento, lo cual limitó muchísimo el acceso a los anticonceptivos para los habitantes de zonas rurales, como Simbanai y su marido. “Cuando se enteró de que estaba embarazada, me pidió que me casara con él”, cuenta la joven arrodillada en una estera de paja en casa de sus suegros. Aunque el matrimonio infantil está prohibido, la pareja se fugó.

Antes de la pandemia, en Zimbabue no se permitía que las niñas embarazadas siguiesen yendo al colegio. Pero, debido al confinamiento de todo el país, que dejó a los niños sin escuela durante seis meses, las tasas de embarazo adolescente y matrimonio infantil se dispararon. Entonces, el Gobierno retiró la prohibición. Los defensores de la educación infantil han celebrado la medida, que se ha extendido a todo el continente africano, como un acontecimiento para la vida de las niñas y las mujeres de Zimbabue, a las que ahora les resulta más fácil seguir educándose y progresar económicamente.

“El confinamiento tuvo consecuencias imprevistas, entre ellas el matrimonio infantil. Hay que reconocer que las escuelas desempeñan un papel importante como refugio seguro para nuestros niños”, afirma Taungana Ndoro, director de comunicaciones y promoción de Ministerio de Educación Primaria y Secundaria.

Ahora, las madres adolescentes tienen protección legal en Zimbabue, pero los defensores de los derechos de las niñas temen que no se sientan bienvenidas cuando vuelvan a clase

En agosto pasado, el presidente de Zimbabue, Emmerson Mnangagwa, modificó la Ley de Educación del país al firmar otra que ilegalizaba la expulsión de las niñas embarazadas del colegio. Sierra Leona anuló una prohibición similar en marzo. Tras recibir un crédito del Banco Mundial, Tanzania se comprometió a facilitar el acceso a la educación a las niñas embarazadas, pero no llegó a readmitirlas en todo el país. En julio, el presidente de Kenia, Uhuru Kenyatta, ordenó que las estudiantes que se quedaron embarazadas durante el confinamiento fuesen admitidas “incondicionalmente” en la escuela y se les diese acceso a atención prenatal gratuita.

Según las estadísticas del Ministerio de Educación, en 2018, alrededor de uno de cada ocho casos de abandono escolar registrados en Zimbabue fue motivado por el embarazo o el matrimonio. En casi todos ellos se trataba de niñas.

El matrimonio infantil, ilegal pero frecuente

Aunque Zimbabue lo prohibió en 2016, el matrimonio de menores de 18 años sigue siendo habitual. Una encuesta realizada en 2019 por el Instituto de Estadística del país a 8.000 mujeres adultas descubrió que casi una tercera parte ya estaba casada a los 18, como Simbanai. Manicaland, donde ella vive, no ha logrado acabar con el matrimonio infantil. Por ejemplo, las familias de las sectas apostólicas cristianas, que constituyen la religión dominante en la zona, tienen la tradición de casar a las niñas de la familia durante los encuentros anuales de su iglesia.

Aunque todavía se están confeccionando las estadísticas de todo el país, los datos del Gobierno muestran que, desde que empezó la pandemia, en la provincia de Manicaland, a la que pertenece Hauna Growth Point, 450 estudiantes han abandonado la escuela porque se han quedado embarazadas, se han casado, han enfermado o tienen dificultades económicas. Según los funcionarios, la cifra supone un aumento importante en comparación con el año anterior.

En otras partes del país, los habitantes de Bulawayo, la segunda ciudad más grande de Zimbabue, quedaron conmocionados por el suicidio de una estudiante de 17 años que, según información de los medios de comunicación locales, ingirió insecticida cuando estaba en las primeras fases de embarazo. Evitar casos como este es uno de los objetivos de esta nueva ley.

A pesar de haberse casado en mayo, Nancy Nyazungu, de 17 años, regresó a la escuela. Estaba embarazada de ocho meses y se presentó a los exámenes de diciembre. Terminar su educación es importante para ella. De lo contrario, teme convertirse en un ama de casa con pocos medios para llegar a ser económicamente independiente.

“Así sé que no seré sumisa con él y que no podrá controlarme”, dice de su marido. En cuanto se gradúe, la joven quiere conseguir un trabajo. Le gustaría que fuese en enfermería para poder ayudar a otras chicas embarazadas que se enfrentan a la dolorosa decisión de seguir sus estudios o abandonarlos.

“No culpemos a las niñas cuando se quedan embarazadas”

MWARADZIKA MAKAZOUYA, PROFESORA

Su escuela, al igual que otras de todo el país, ofrece ahora a Nyazungu asesoramiento en el marco de una iniciativa nacional encabezada por el Ministerio de Asuntos de la Mujer, Comunidad y Pequeña y Mediana Empresa para ayudar a las adolescentes en estado a terminar su educación.

“No culpemos a las niñas cuando se quedan embarazadas”, dice Mwaradzika Makazouya, directora del Instituto de Secundaria Sahumani de Honde Valley al que asiste Nyazungu. “Las aceptaremos”, remacha.

La ministra Sithembiso Nyoni anunció que se iba a permitir que las niñas embarazadas sustituyesen el uniforme escolar de falda azul y blusa blanca a juego por ropa de calle, eliminando así otro posible obstáculo cuando su cuerpo cambie de forma y aumente de volumen. El Ministerio también ha creado un programa de tutoría que empareja mujeres mayores jubiladas con adolescentes embarazadas en todo el país.

“Tenemos que seguir apoyándolas para que vayan a la universidad y empiecen a trabajar, porque tener un hijo no significa que, a partir de entonces, seas discapacitada o no puedas hacer mucho en la vida”, declaró Nyoni en octubre en el Parlamento. Ahora, las madres adolescentes tienen protección legal en Zimbabue, pero los defensores de los derechos de las niñas temen que no se sientan bienvenidas cuando vuelvan a clase.

RURAMAI MUSEKIWA

“Algunas chicas con las que hemos trabajado han manifestado su preocupación por el hecho de que, aunque ellas estén deseando volver a la escuela, temen que las discriminen y las estigmaticen”, informa Florence Mutake, coordinadora de programas de la organización a favor de los derechos de las niñas Shamwari Yemwanasikana.

La madre de Simbanai rogó a su hija que volviese a la casa de su infancia y siguiese con sus estudios, pero ella se negó por miedo a que sus compañeros la tachasen de “promiscua” si no se casaba. “No tenía muchas opciones”, lamenta.

Nyazungu cuenta que sus compañeras de clase no dejaban de mirarle el vientre cuando volvió al instituto, pero ahora se han acostumbrado a tener una embarazada de compañera. La educación impedirá que esté expuesta al maltrato, reflexiona la joven mientras se abre paso a través de su nueva vida de mujer casada.

Ninguna de las dos puede escapar a la dura realidad de la peor crisis económica de Zimbabue en una década. La nueva ley no puede corregir la causa fundamental de las altas tasas de embarazo adolescente: las consecuencias económicas de la covid-19. Actualmente, este país del sur de África sufre una inflación de tres dígitos y escasez de combustible y electricidad.

Cuando hay más pobreza y más hambre, las tasas de matrimonio infantil aumentan, señala James Maiden, jefe de comunicaciones de Unicef Zimbabue. “A menudo, el matrimonio infantil es una estrategia de alivio de la pobreza para las familias vulnerables… pero pone en peligro el desarrollo de las niñas con poca educación y escasa formación vocacional, lo cual refuerza el sesgo de género de la pobreza”.

Durante las primeras semanas de confinamiento, el marido de Simbanai ayudó a mantener a flote a la familia de esta dándole dinero para alimentos y otros bienes de primera necesidad. Los ingresos de la familia de la joven se han visto gravemente mermados por las consecuencias económicas de la pandemia. Aunque Nyazungu y Simbanai se casaron en contra del deseo de sus padres, reconocen que las familias de sus maridos les proporcionaron una situación financiera más estable.

Al igual que muchas chicas de las zonas rurales que han abandonado los estudios, Simbanai pasa la mayor parte del tiempo realizando tareas domésticas. Pero lo que quiere desesperadamente es volver a la escuela. Echa de menos leer novelas y aprender de sus profesoras, que “la trataban como si fuera su hija”. La joven explica que la familia de su marido accedió a pagarle los gastos de escolarización en 2021, y que él le permitirá que vuelva. Se siente afortunada. Muchas otras, piensa, no tendrán esa oportunidad.

Fuente: https://elpais.com/planeta-futuro/2021-06-21/zimbabue-nuevas-leyes-para-garantizar-la-educacion-a-las-adolescentes-embarazadas.html

Comparte este contenido:

Matrimonio infantil: desgarradoras imágenes muestran cómo se vive esta cruda realidad en el mundo

Cada día, cerca de 33 mil niñas se casan con hombres en bodas arregladas por sus padres o familiares, es decir, una cada dos segundos. Las alarmantes cifras sacuden hasta la médula y hacen reflexionar en torno a un problema que durante décadas ha afectado las vidas de cientos de miles de menores en más de 50 países que, hasta nuestros días, normalizan el matrimonio infantil en el mundo.

Estos datos desgarradores fueron otorgados por una experta en el tema, la fotógrafa Stephanie Sinclair, en base a informaciones proporcionadas por organismos como el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).

Desde hace trece años, Sinclair se ha convertido en una defensora de los derechos de las niñas y una férrea detractora del matrimonio infantil, documentando las desoladoras vidas que llevan adelante las menores que son sometidas a estos desiguales emparejamientos.

Gracias a su cruzada nació “Too Young To Wed” (“Muy Jóvenes para Casarse”), una asociación sin fines de lucro que fundó en 2012 y que aboga por el fin de esta práctica.

National Geographic | Stephanie Sinclair
“Cada vez que lo veía me escondía, odiaba verlo”, Tahani (de rosa en la foto) recuerda los primeros días de su matrimonio con Majed. Ella tenía 6 años, él 25. La joven esposa posa para este retrato con su antigua compañera de clase Ghada, también niña-esposa, a la puerta de su casa en la montaña en Hajjah en 2010. Casi la mitad de las mujeres en Yemen se casan siendo aún niñas.
– Stephanie Sinclair

La cruzada de Sinclar

En 2003, Sinclair, quien ha hecho carrera en medios como The New York Times, Revista Time y la National Geographic, se encontraba trabajando en Afganistán cuando se topó con una realidad que la golpeó.

“Mi primer encuentro con el matrimonio infantil fue en Afganistán en 2003. Me horrorizó la historia de unas niñas que se prendían fuego a sí mismas. Después de investigar un poco, descubrí que una de las razones por las cuales tomaban esta decisión tan drástica era que las habían obligado a casarse siendo niñas. Me contaron que se habían casado con 9, 10 y 11 años, y que preferían morir a seguir con las vidas que llevaban. Ingenuamente, no pensaba que estas cosas pudiesen seguir ocurriendo en el mundo. El proyecto ‘Too Young Too Wed’ realmente comienza cuando descubro este horror”, contó a National Geographic en una reciente entrevista.

Desde entonces, la profesional ha recorrido diversos países a nivel global con el objetivo de documentar los enlaces de niñas menores de edad y las horribles condiciones en las que se desarrollan. Además, por medio de su fundación lanza propuestas contra esta práctica y reúne fondos para revertir las cifras de enlaces forzados.

“Cada vez que me encuentro con una niña en cada país se me rompe el corazón, particularmente con las que casan con hombres mayores. Cuanto más persigo este fenómeno, más lo intento desentrañar. El trauma de estas niñas, que las acompaña hasta una edad adulta, aún está presente cuando hablas con ellas de sus experiencias. Estas mujeres valientes viven su vida como cualquier otra persona, pero si se encuentran lo suficientemente cómodas como para hablarte de su pasado, se ve claramente el precio que han tenido que pagar tras un trauma infantil tan fuerte”.

The New York Times | Stephanie Sinclair
Saidi, de 16 y nueve meses de embarazo, en casa de sus suegros. Se casó a los 15 años. “Mi esposo se fue a trabajar en mayo, hace cuatro meses. No he sabido nada de él desde entonces”.
– Stephanie Sinclair

El matrimonio infantil en el mundo

De acuerdo a lo señalado por Unicef el matrimonio infantil, aquel que se contrae antes de cumplir los 18 años, “constituye una violación de los derechos humanos (…) En todo el mundo, alrededor de un 21% de mujeres adolescentes se han casado antes de cumplir los 18 años”.

A ello, añade que un total de 650 millones de mujeres que viven en el mundo se casaron siendo niñas, y que 12 millones de menores de 18 años se casan cada año.

El organismo agrega que “pese a las leyes que lo prohíben, esta dañina práctica sigue estando muy extendida”, sobre todo en sectores como África subsahariana, donde el 37% de las niñas se han casado durante su infancia. En este contexto, destaca que estos enlaces prevalecen en latitudes como Afganistán, Nepal, Etiopía, India, Nigeria, Guatemala y Yemen, entre otras.

Ante esta situación, el organismo señala que “el matrimonio infantil despoja a las niñas de su infancia, y pone su vida y su salud en peligro. Las niñas que contraen matrimonio antes de cumplir los 18 años corren un mayor riesgo de sufrir violencia doméstica y tienen menos probabilidades de seguir asistiendo a la escuela. Sus expectativas económicas y de salud son peores que las de las niñas que no se casan, lo que a la larga se transmite a sus propios hijos y socava aún más la capacidad de un país para proporcionar servicios de salud y educativos de calidad”.

National Geographic | Stephanie Sinclair
Durga Bahadur Balami, 17, espolvorea de rojo la cabeza de Niruta Badahur Balami, de 14, embarazada de nueve meses, mientras se convierten oficialmente en marido y mujer en el pueblo de Kagati, en el valle de Kathmandú, Nepal, el 23 de enero de 2007. Niruta se mudó con la familia de Durga cuando estaban comprometidos y se quedó embarazada. Entre los Newar, en los círculos sociales más abiertos, esto está permitido.
– Stephanie Sinclair

Además, afirma que “con frecuencia, las niñas casadas se quedan embarazadas durante la adolescencia, lo cual incrementa el riesgo de sufrir complicaciones durante el embarazo y el parto, tanto para ellas como para sus hijos. Esta práctica también puede aislar a las niñas de su familia y sus amistades, así como restringir su participación en su comunidad, de modo que su bienestar físico y psíquico se ve gravemente afectado”.

“Dado que el matrimonio infantil repercute negativamente en la salud, el futuro y la familia de una niña, impone asimismo unos costos económicos sustanciales a escala nacional, con importantes consecuencias para el desarrollo y la prosperidad”, suma Unicef.

En paralelo, la organización destaca que la actual pandemia de covid-19 que estamos enfrentando aumenta el riesgo de que se contraigan más matrimonios de este tipo.

En el informe “Covid-19: Una amenaza para el progreso contra el matrimonio infantil”, publicado este año durante el Día Internacional de la Mujer, Unicef advierte que “el cierre de escuelas, las limitaciones económicas, la interrupción de servicios, las muertes durante el embarazo y las muertes de los progenitores debido a la pandemia aumentan el riesgo de matrimonio para las niñas más vulnerables“.

The New York Times | Stephanie Sinclair
La boda de Anita, de 16 años, en la aldea de Kagati en Nepal. El país experimentó un terremoto masivo que, como otros desastres naturales, tienden a aumentar la tasa de matrimonio infantil.
– Stephanie Sinclair

Futuro auspicioso contra el matrimonio infantil

Más allá de lo que ha visto y vivido, Sinclair ve con buenos ojos lo que se ha avanzado en la materia desde que empezó a interiorizarse en 2003.

“De una forma emocionante, hemos comenzado a ver un cambio real del tema dentro de un contexto político global. Por ejemplo, este verano la ONU ha aprobado una resolución sobre el matrimonio infantil. Hemos sido testigos de primera mano, de la evidencia de la influencia que ha tenido en el cambio, el impacto visual en temas de derechos humanos. Estos temas, que de otra forma pueden ser demasiado abstractos o lejanos para involucrar a la gente, se pueden convertir en tangibles e ineludibles”.

Stephanie Sinclair | National Geographic

De hecho, existen otras poderosas organizaciones que trabajan en pos de frenar esta práctica. Una de ellas es “Girls Not Brides” (“Niñas, No Novias”; GNB), una red global conformada por más de 1.500 organizaciones de la sociedad civil provenientes de más de 100 países que están comprometidas con abordar los matrimonios y las uniones infantiles, tempranas y forzadas y garantizar que las niñas y adolescentes puedan alcanzar su pleno potencial.

En GNB afirman que este tipo de matrimonios ocurren como “resultado de la desigualdad de género y de la creencia de que las niñas, adolescentes, jóvenes y mujeres son inferiores a sus pares masculinos. La pobreza, la falta de educación, las normas y prácticas sociales nocivas y la inseguridad agravan la situación. Sus causas varían de una comunidad a otra y se manifiestan de manera diferente en todo el mundo”.

Pese a todo, es innegable que queda mucho terreno por abordar.

National Geographic | Stephanie Sinclair
Nujooud Ali, dos años después del divorcio de su marido, con solo ocho años. Él era más de veinte años mayor que ella. La historia de Nujoud conmocionó al país de Yemen, y consiguió que el parlamento desarrollase un proyecto de ley sobre la edad mínima para contraer matrimonio.
– Stephanie Sinclair

Unicef y sus medidas contra el matrimonio infantil

En 2016, la Unicef puso en marcha un programa mundial junto con el Fondo de Población de las Naciones Unidas (Unfpa) destinado a hacer frente al matrimonio infantil en 12 países donde la práctica es más común o presenta una carga más elevada: Bangladesh, Burkina Faso, Etiopía, Ghana, India, Mozambique, Nepal, Níger, Sierra Leona, Uganda, Yemen y Zambia.

El programa “promueve el derecho de las niñas adolescentes a evitar el matrimonio y el embarazo, y les permite alcanzar sus aspiraciones mediante la educación y vías alternativas. El programa ayuda a las familias a manifestar actitudes positivas, empodera a las niñas a fin de que dirijan su propio futuro y refuerza los servicios que les permiten hacerlo. También aborda las condiciones subyacentes que sustentan el matrimonio infantil y aboga en favor de leyes y políticas que protejan los derechos de las niñas, al tiempo que subraya la importancia de que dichas políticas se basen en datos sólidos”.

Dentro de las acciones realizadas entre 2016 y 2019, destacan que en Yemen más de 10 mil niñas adolescentes, incluidas niñas ya casadas, accedieron a servicios de salud y protección, como apoyo médico, legal y psicosocial y acceso a refugios.

En tanto, en Etiopía cerca de 490 mil menores pertenecen a clubes de adolescentes, donde mentores les brindan capacitación e información sobre salud sexual y reproductiva, servicios legales y mecanismos de denuncia de matrimonios infantiles. Como resultado, 24.785 matrimonios infantiles fueron cancelados o anulados.

Con todo, no queda duda que la cruzada contra el matrimonio infantil permanece vigente, sin embargo, las medidas de organizaciones como las impulsadas por Sinclair, Unicef, la ONU y Girls Not Brides brindan una luz de esperanza para acabar con esta desgarradora práctica.

Fuente: https://www.biobiochile.cl/noticias/sociedad/debate/2021/05/22/matrimonio-infantil-desgarradoras-imagenes-muestran-como-se-vive-esta-cruda-realidad-en-el-mundo.shtml

 

Comparte este contenido:
Page 2 of 17
1 2 3 4 17