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Muerte de George Floyd | «La idea de que América Latina es menos racista que EE.UU. es falsa»: Alejandro de la Fuente, experto en racismo de Harvard

Redacción: BBC Mundo

La muerte de George Floyd mientras se encontraba bajo custodia policial en Estados Unidos ha generado protestas contra la violencia racial en todo el mundo, incluyendo varios países de América Latina.

Pero, ¿es mejor la situación de lo afrodescendientes en la región que en EE.UU.?

Se lo preguntamos al experto en racismo en América Latina Alejandro de la Fuente, director del Instituto de Investigaciones Afrolatinoamericanas de la Universidad de Harvard.

Y de paso aprovechamos para conversar sobre temas como la arraigada convicción latinoamericana de que en la región no hay racismo, solo clasismo, y sobre la diferencia entre el racismo contra afrodescendientes e indígenas del sur del continente.

Activistas indígenas y afrodescendientes protestan contra el racismo en Brasil.Derechos de autor de la imagenGETTY IMAGES
Image captionEl racismo en América Latina afecta a indígenas y afrodescendientes.
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¿Es comparable el racismo en contra de los afrodescendientes en Estados Unidos con el de América Latina? ¿En qué se parecen y en qué se diferencian?

Hay que empezar desdichadamente por las similitudes. Y hay que empezar por las similitudes porque la discriminación racial, el racismo sistémico y la exclusión de las personas afordescendientes de los proyectos nacionales, de los proyectos de ciudadanía, son realidades comunes a todas las Américas. Son realidades que tienen una historia compartida, una historia común, y que se expresan de maneras diferentes en distintos lugares, pero que se expresan en muchos lugares en las Américas.

Y las formas más extremas y recientes de esa historia -la brutalidad policial, la criminalización de las personas afrodescendientes, la asociaciones entre ciertos rasgos fenotípicos y la criminalidad- eso no es algo que atañe solo a EE.UU., aunque adquiera una visibilidad singular cuando pasa en los EEUU. Pero si uno sigue más o menos de cerca las noticias de Brasil encontraría noticias muy similares y probablemente mucho peores que las que estamos leyendo sobre EE.UU. en términos de violencia racializada y en términos de criminalización de la población afrodescendiente.

Protesta contra la brutalidad policial en BrasilDerechos de autor de la imagenGETTY IMAGES
Image captionEn Brasil la policía mata a mas afrodescendientes que en EE.UU.

La otra similitud fundamental y muy contemporánea es que en la situación de la crisis de salud pública que estamos viviendo, los efectos diferenciales de la pandemia de covid-19 según grupos racializados son otra realidad que parece ser común a las Américas. En eso tenemos mucha mejor información para EE.UU., tenemos alguna información para Brasil y tenemos casi ninguna información para los otros países de América Latina; sabemos muy poco sobre el impacto de la covid-19 sobre los distintos grupos poblacionales, pero hay muchas denuncias desde el terreno y suficiente información para intuir que la pandemia está teniendo efectos raciales diferenciados.

El racismo y la discriminación adoptan formas diferentes, maneras diferentes en los distintos países. El racismo puede expresarse de formas distintas. Pero a estas aturas hay que decir que el viejo sueño de que América Latina es menos racista que EE.UU., o que el racismo estadounidense es peor que el de América Latina, es simplemente falso

¿Y las diferencias? La primera que me viene a la mente es la mayor representación política y capacidad organizativa de la comunidad afroestadounidense, ¿o me equivoco?

No, no se equivoca. Creo que en EE.UU., después de las luchas por los derechos civiles (que se dieron desde mediados de la década de 1950 a fines de la de 1960), la representación política, la visibilidad política del tema, la capacidad de un sector de la población afroamericana de ejercer presión sobre el gobierno federal y los gobiernos estatales es superior a la de las poblaciones afrodescendientes en América Latina.

Niña con letrero con las imágenes de Martin Luther King y Barack ObamaDerechos de autor de la imagenGETTY IMAGES
Image captionLa lucha por los derechos civiles de Martin Luther King Jr. permitió la llegada a la presidencia de Barack Obama.

Pero hay otra diferencia que creo es fundamental y es una diferencia que conecta con las maneras en cómo pensamos y cómo sentimos el racismo y la discriminación en los distintos países. Y es el hecho que, dentro de la Américas, la experiencia de la segregación racial formal, legalmente entronizada, es una experiencia muy peculiar de los EE.UU.

En EE.UU., a veces se habla del «excepcionalismo latinoamericano» y yo siempre digo que la excepción, si acaso, son ellos, aunque no me gusta mucho hablar en esos términos, porque creo que no es muy productivo. Pero en los países latinoamericanos, en muchos países de América Latina -en nuestra América, como hubiera dicho Martí- existieron y existen imaginarios nacionales que, al menos de forma retórica, incluían a la población afrodescendiente. Y esos idearios pueden funcionar de muchas maneras: pueden ayudar a silenciar las realidades, el racismo sistémico y la discriminación; pueden ayudar a invisibilizar a esas poblaciones; pero también pueden ayudar para hacer políticamente más difícil cualquier política abiertamente racista, incluyendo estas formas extremas de brutalidad policial.

Es decir, en América Latina existe una especie de consenso nacional de que el racismo es una cosa inaceptable y una cosa vergonzosa. En EE.UU. existen en estos momentos, incluso a nivel gubernamental, una coyuntura muy diferente. Porque hay un gobierno federal, hay una administración, que ha mandado muchas señales de que probablemente está bien ser racista y a veces de manera muy explícita ha utilizado un lenguaje que es abiertamente racista, abiertamente xenófobo, abiertamente sexista. Y todo esto crea un ambiente, digamos, favorable, para que ese policía que vimos en el caso de señor George Floyd se sienta empoderado para hacer algo así.

Miembro del KKKDerechos de autor de la imagenAFP
Image captionEl discurso supremacista blanco está mucho más naturalizado en EE.UU. que en América Latina.

¿Esa concepción más integradora de nuestro ideario colectivo es la que por ejemplo explica que muchos latinoamericanos insistan que en sus países lo que hay es clasismo, no racismo, sin darse cuenta de lo interrelacionados que están?

Sí, ese es uno de los anclajes culturales e ideológicos de esa visión, que no es por supuesto una visión completamente equivocada. El clasismo es una forma fundamental de estructuración de nuestras sociedades al sur del Río Grande. Lo que pasa es que como tú decías, el clasismo en América Latina tiene color. El clasismo de América Latina no es incoloro, no es neutral desde el punto de vista del color. Existe una asociación potentísima entre pigmentación y ubicación de clase y posibilidades socioeconómicas. Y hay muchos estudios -muchos muy serios, sobre todo desde Brasil, pero no solo desde Brasil- que demuestran que incluso cuando uno mide toda una serie de variables sociodemográficas -educación, estructura familiar, lugar de residencia…- hay todavía unas diferencias entre las personas afrodescendientes y las personas no afrodescendientes que no logramos explicar por esas variables. Y es ahí donde el racismo y a discriminación están jugando un papel fundamental, y eso es algo devastador que tiene un efecto acumulativo a lo largo de generaciones, y es así como se reproducen esas estructuras socio-clasistas racializadas.

Vendedor ambulanteDerechos de autor de la imagenGETTY IMAGES
Image captionEn América Latina hay una estrecha relación entre raza y clase.

¿Y hay diferencias entre el racismo que sufren los afrodescendientes y el que afecta a los pueblos indígenas u originarios?

Es interesante destacar que, en casi todos los países de la región, los indígenas tienen indicadores de bienestar inferiores a los de las personas afrodescendientes. Esto se debe en parte a que la categoría misma de indígena está asociada a las comunidades rurales, que suelen ser más pobres, mientras que las personas afrodescendientes participan más de las economías urbanas, aunque frecuentemente lo hagan desde la informalidad. Tanto «indio» como «negro» son categorías de manufactura colonial que produjeron grupos racializados, subordinados e inferiores. Pero la inferioridad indígena es frecuentemente explicada a través de insuficiencias culturales, mientras que la de los afrodescendientes hace énfasis en la supuesta inferioridad biológica, racial.

En la práctica, sin embargo, muchas personas de ambos grupos enfrentan la discriminación racial de forma similar, especialmente cuando intentan ascender socialmente y acceder a espacios tradicionalmente «blancos».

Indígenas guatemaltecasDerechos de autor de la imagenAFP
Image captionLos indígenas tienden a vivir en mayores condiciones de pobreza que los afrodescendientes.

Y en ese contexto, y haciendo referencia al eslogan de las prestas en EE.UU., ¿importa más la vida de los negros en América Latina o no hay mayor diferencia?

La verdad -y me duele y me apena decir esto- es que no hay una gran diferencia. Hoy en día tenemos mucha más información estadística sobre las diferencias raciales en América Latina, en los últimos diez años se han producido muchos datos que permiten demostrar perfectamente, y más allá de cualquier debate, que en América Latina tener la piel oscura implica mayor subordinación social.

Esto es verdad en toda la región, incluso en la Cuba socialista que supuestamente en algún momento resolvió este problema, sin resolverlo nunca.

Protesta contra el racismo en ColombiaDerechos de autor de la imagenAFP
Image captionEn muchos indicadores los afrodescendientes están peor en América Latina que en EE.UU.

Existen hoy en día datos estadísticos que permiten de hecho una comparación más o menos sistemática entre muchos países de la región y EE.UU. Y, en esa comparación, EE.UU. no siempre luce peor. Porque desde los derechos civiles se produjo en EE.UU. todo un diseño de políticas públicas para lidiar con los legados de la segregación racial, y antes de eso la esclavización de las personas africanas y afrodescendientes. Y en América Latina esas políticas solo han empezado a desarrollarse a partir esencialmente de finales de los años 80 y los años 90.

De hecho, si hubiéramos tenido esta conversación hace diez años, habríamos dicho que Brasil estaba a la cabeza en todo el hemisferio en términos de política pública con respecto a los afrodescendientes, especialmente porque Brasil estableció una serie de políticas de acción afirmativa en acceso a la universidad que transformó -y esto se puede demostrar- el escenario de la educación superior brasileña. Esos programas, como te imaginaras, han sido reducidos y han estado bajo ataque en los últimos años, pero produjeron resultados absolutamente dramáticos.

Es decir, que aunque a América Latina le tomó mucho más tiempo aceptar la noción de que era necesario desarrollar políticas públicas específicamente diseñadas para la población afrodescendiente, esas políticas públicas han ganado terreno. De manera insegura, de manera parcial, pero han ganado terreno. Y han ganado terreno en multitud de países, con Brasil a la cabeza. Pero Colombia también ha estado haciendo bastante.

Partdio Colombia vs. BrasilDerechos de autor de la imagenGETTY IMAGES
Image captionBrasil y Colombia están entre los países de la región con mayor población afrodescendiente.

¿Le sorprende entonces que con esos avances en políticas en Brasil mueran mucho más afrodescendientes a manos de la policía que en EE.UU.? ¿Cómo se explica?

Mira, ahí pones el dedo sobre la esencia del racismo. El racismo no es solo una cuestión de una distribución desigual de recursos. El racismo está anclado en una distribución desigual de recursos, pero el racismo es mucho más que eso. Es todo un complejo cultural que de alguna manera «explica» o «naturaliza» -en los dos caso así, entre comillas- la subordinación de esas personas, de los que tienen menor acceso.

Por eso uno puede tener un ejemplo como el caso cubano, como el caso de la Cuba posrevolucionaria, donde a pesar de existir altísimos niveles de igualdad el racismo continúa, el racismo no desaparece.

Protesta contra la letalidad policial en BrasilDerechos de autor de la imagenGETTY IMAGES
Image captionLa idea de que los afrodescendientes son más propensos al crimen y la violencia es una construcción racista fuertemente arraigada.

Lo que eso sugiere es que acabar con el racismo requiere no solo de políticas de acción afirmativa en Brasil, Colombia, Uruguay y otros países, sino además de una campaña sistemática para transformar cómo las personas se piensan a sí mismas y piensan a los demás. Porque cuando un policía interactúa con un afrodescendiente, lo que ve es un criminal. Ahora, uno puede preguntarse ¿por qué? ¿Por qué ve a un criminal? Pues porque existe todo un cuerpo de saber producido desde fines del siglo XIX que supuestamente demuestra, supuestamente científicamente, que las personas afrodescendientes -los mal llamados negros- tienen una mayor propensión a la criminalidad. Entonces ese policía ha incorporado eso en su manera de ser y de pensar. Y para que ese policía piense de manera diferente tenemos que reprogramarlo, tenemos que ayudarlo a desaprender eso.

¿Además de Brasil, hay otro país en la región brutalidad policial contra afrodescendientes sea un problema mayor?

Otro país donde la violencia racializada y la violencia racista es bastante generalizada es Colombia. Creo que es un fenómeno diferente al de Brasil, pero es un país del que tenemos información sistemática, absolutamente devastadora, de que la violencia de distintas fuerzas de seguridad recae con frecuencia sobre activistas afrodescedientes pacíficos que luchan por los derechos de las comunidades, los derechos medioambientales, la protección de territorios.

Esas son formas de violencia racializada que quizás leemos diferente a cuando tenemos a un policía uniformado, pero son forma de violencia racializada que también están siendo instrumentadas desde grupos de poder y cuerpos de seguridad más o menos formales. De manera que si uno quisiera ver un caso adicional al de Brasil probablemente el de Colombia sería el caso a mirar.

Militares en Buenaventura, ColombiaDerechos de autor de la imagenAFP
Image captionEn Colombia los territorios con mayor presencia afro a menudo son los que más sufren la violencia.
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Fuente: https://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-52922526

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Webinar Racismo y Pandemia

Por: Unión de Universidades de América Latina y el Caribe (UDUAL), la Cátedra UNESCO Educación Superior y Pueblos Indígenas y Afrodescendientes en América Latina y el Fondo para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas en América Latina y el Caribe (FILAC) y el Espacio Común de Educación Superior en Línea (ECESELI)

Viernes 12 de junio  9hs Centroamérica — 10hs Colombia/Ecuador/México/Perú — 11hs Bolivia/Chile/Paraguay/Venezuela — 12hs Argentina/Brasil/Uruguay
Expositoras:  Myrna Kay Cunningham Kain. Fondo para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas deAmérica Latina y el CARIBE- FILAC. AnnyOcoró Loango. Asociación deInvestigadores/as Afrolatinoamericanos/as y del Caribe AINALC. Yasnaya Elena Aguilar Gil. Colectivo MixeCOLMIX.   Tujuayliya GeaZamora.  Redde Profesionales Indígenas de la Salud.   MarleideNascimento.  Universidade da Integração Internacional daLusofonia Afro-Brasileira – UNILAB. Moderador: Daniel Mato. CátedraUNESCO Educación Superior y Pueblos Indígenas y Afrodescendientes en AméricaLatina. Universidad Nacional de Tres de Febrero – UNTREF.

Racismo y Pandemia

La Unión de Universidades de América Latina y el Caribe (UDUAL), la Cátedra UNESCO Educación Superior y Pueblos Indígenas y Afrodescendientes en América Latina y el Fondo para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas en América Latina y el Caribe (FILAC) y el Espacio Común de Educación Superior en Línea (ECESELI) invitan a toda la comunidad universitaria a participar en la serie de webinars sobre el COVID-19 y sus implicaciones sociales, económicas, de salud y educación en América Latina y el Caribe.

Participan:
– Myrna Cunnigham, Fondo para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas en América Latina y el Caribe (FILAC)
– Marleide Nascimento, Universidad de Integración Internacional de Lusofonía Afro-Brasileña (UNILAB)
– Anny Ocoró Loango, Asociación de Investigadores/as Afrolatinoamericanos/as y del Caribe (AINALC)
-Yasnaya Elena Aguilar Gil, Colectivo de Jóvenes Mixes (COLMIX)
-Tujuayliya Gea Zamora, Red de Profesionales Indígenas de la Salud

Moderador:
Daniel Mato, Cátedra UNESCO Educación Superior y Pueblos Indígenas y Afrodescendientes en América Latina, UNTREF

12 jun 2020 10:00 AM en Ciudad de México

Fuente de la reseña: Equipo de Ove
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Libro(PDF): «El mundo al revés: imágenes de la Mujer Indígena»

Reseña: CLACSO

¿Qué tienen que decir sobre la mujer indígena en el Perú las feministas y los operadores de proyectos rurales de desarrollo? Este libro pretende hilvanar una curiosidad y una preocupación. Por la primera, se indagan las causas de las omisiones de las feministas de la década de 1970 respecto a las mujeres de zonas rurales andinas; por la segunda, las resistencias de los funcionarios de Organizaciones No Gubernamentales de Desarrollo para aceptar que las campesinas andinas están discriminadas, en su familia y comunidad. En estos dos casos estamos frente a representaciones sociales diametralmente opuestas sobre un mismo sujeto, las indígenas, y también ante un mismo temor, la contaminación. Ese es el puente entre ambos discursos, el miedo a reconocernos en los indios o el pavor a la invasión del «Occidente».

Autor (a):  Maruja Barrig. [Autora]

Editorial/Editor: CLACSO.

Año de publicación: 2001

País (es): Argentina.

Idioma: Español.

ISBN: 950-9231-67-3

Descarga: El mundo al revés: imágenes de la Mujer Indígena

Fuente e Imagen: https://www.clacso.org.ar/libreria-latinoamericana/libro_detalle.php?orden=&id_libro=259&pageNum_rs_libros=124&totalRows_rs_libros=1396&orden=

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El Dalai Lama culpa al racismo por la muerte de George Floyd en Minneapolis, Estados Unidos

Redacción: El Confidencial

El líder espiritual tibetano se muestra abatido por los graves sucesos que se están produciendo en Estados Unidos.

La ciudad de Minneapolis se encuentra en una situación de extrema violencia por los altercados que se están produciendo tras la muerte de George Floyd, un ciudadano afroamericano, a manos de cuatro policías blancos. A las manifestaciones de protesta por el polémico fallecimiento han seguido altercados y vandalismo que han convertido la ciudad en un polvorín a punto de estallar.

En las últimas horas, un grupo de manifestantes ha prendido fuego a una de las estaciones de policía de Minneapolis, provocando graves enfrentamientos. En uno de ellos, un hombre ha muerto tras recibir un disparo, lo que ha obligado al alcalde, Jacob Frey, a declarar el estado de emergencia en la ciudad.

Ahora, el Dalai Lama también ha mostrado su preocupación por lo que está sucediendo en Minneapolis. El líder tibetano ha culpado a la discriminación y al racismo de lo sucedido: «Vemos en los medios de comunicación noticias sobre la discriminación por motivos de color o religión en estos días; y, después, hay asesinatos debido a eso, y hay personas que incluso se enorgullecen de poder matar a alguien«.

El problema del racismo

A continuación, el Dalai Lama dio su versión sobre lo sucedido en Minneapolis: «Justo ayer vi en las noticias por televisión que, en algún lugar de Minnesota o en algún lugar de Estados Unidos, una persona negra se había caído debajo de un automóvil y el equipo de policía… en realidad apretó su rodilla contra el cuello de esa persona negra«.

El alcalde de Minneapolis ha tenido que decretar el estado de emergencia en la ciudad.

En declaraciones que recoge la CNN, el líder espiritual tibetano añadió que «debido a esta discriminación, a un racismo basado en la raza, se hacen este tipo de cosas». Una situación que ha generado una gran preocupación en el Dalai Lama ante las imágenes procedentes de Minneapolis y que ya llenan los informativos de todo el mundo.

El Dalai Lama pronunció estas palabras durante una charla educativa de dos días sobre el ‘Avalokiteshvara’, una práctica que está centrada en la compasión. Es una de las primeras apariciones del líder tibetano desde que se propagara el coronavirus por todo el mundo, como medida de prevención.

Fuente: https://www.elconfidencial.com/mundo/2020-05-29/dalai-lama-racismo-george-floyd-minneapolis_2616132/

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‘Lazzaro feliz’: el Macondo del mediterráneo | Crítica

Redacción: Milenio

En muchos sentidos, la de Lazzaro Felice es la historia de los explotados del mundo que, ya se dijo, heredarán la Tierra. La directora italiana Alice Rohrwacher ha conseguido crear un personaje entrañable con un tema en apariencia pesado: la santidad. Pero no, no hay en esta película nada pesado. Al contrario. Lazzaro feliz muestra por qué esta joven directora ganó el Gran Premio del Jurado en el Festival de Cannes de 2014 con otra película liviana y espiritual: Le meraviglie. Muchas cosas hay que destacar en Lazzaro feliz. La más notoria es, sin embargo, el actor que interpreta a Lazzaro. Rohrwacher encontró a Adriano Tardiolo trabajando en un despacho contable. Cuando ella le propuso contratarlo, él dijo: “lo voy a pensar”. Pero ella lo necesitaba de inmediato así que insistió. Afortunadamente. Tardiolo no tenía experiencia como actor y, sin embargo, ofrece los registros necesarios para dar sabor a este hombre que ama como los antiguos santos de la Toscana: con simplicidad. Inviolata, el pueblo de Lazzaro, ha sido secuestrado por una mujer a quien llaman Serpiente. La marquesa de Luna dice fumando desde lo alto de su torre: “así es el mundo, yo exploto a estos y ellos explotan a ese pobre diablo”. Te recomendamos: El mundo de Salvador Elizondo Lazzaro parece salido de una hagiografía medieval. Y tiene, como los cuentos de aquel tiempo, un sentido del humor muy propio de la sangre italiana de la directora con una gota de la profundidad en el pensamiento de su parte alemana. De ella, de la parte alemana, se desprende el que parece ser el fondo del asunto, la parábola del amo y el esclavo de Hegel. El amo es el joven marqués que se hace servir por Lazzaro, quien, como anuncia Hegel, es el único libre y, claro, feliz. La historia, sin embargo, no cae en el panfleto ni promueve (como tampoco hizo Hegel) la emancipación de los oprimidos del mundo. Cuenta más bien su historia en el transcurrir de la Historia. Así, la película no sólo muestra la explotación de los campesinos por parte de un sistema feudal; narra también en forma sutil el cruce del Mar Rojo, la esperanza de la resurrección de la carne (por algo el personaje se llama Lazzaro) y el horror que representa, en el imaginario de Rohrwacher, el auténtico lobo del hombre: los bancos.

Formalmente, vale la pena destacar el uso del sonido. La directora juega con la sonoridad en forma muy llamativa; con el ulular del viento, el aullido de los lobos y los niños que van y vienen por los trigales murmurando, “Lazzaro, Lazzaro”. Se burlan de su bondad que es como la del Parsifal de Wagner, el inocente del pueblo y el único, claro, que puede salvarnos a todos (en este sentido, el final resulta inquietante). Como toda gran película, Lazzaro feliz tiene muchas influencias. La más notoria es probablemente la de Emir Kusturica quien, en su película Underground, también consiguió deleitarnos con la historia de Europa en tono de fábula. Aquí están también los grandes del cine de Italia: Pasolini y sus preocupaciones religiosas identificadas con la justicia social, y Fellini y ese realismo mágico que tan bien supo traducir Gabriel García Márquez. En el momento más emotivo de la película, la narradora (una muchacha que lo sabe todo sobre los santos) revela el auténtico secreto del muchacho: “tiene olor a santidad”. Es por ese olor y este tema que la película tiene el encanto de otro santo ficticio: el stárets Zósimo de Los hermanos Karamazov.

https://www.milenio.com/cultura/laberinto/lazzaro-feliz-2018-macondo-mediterraneo-critica

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«Es muy duro crecer en un ambiente de discriminación»: así es la psicología especializada en LGTBI y en raza en España

Redacción: El País

Hablamos con psicólogos y con pacientes para conocer sus experiencias.

Como otras personas que padecen ansiedad o depresión, Adela G. (24 años) decidió buscar ayuda psicológica. Durante dos años, visitó a varios especialistas que, como cuenta la propia Adela, no parecieron ayudarla. «Uno incluso me diagnosticó en cinco minutos trastorno límite de la personalidad (TLP)», un complejo desorden mental que tiene que ver con comportamientos inestables y cambios frecuentes de estados de ánimo.

Ninguno supo ver que las emociones que experimentaba Adela eran fruto de una compleja lucha personal por definir su identidad de género y su orientación sexual. Finalmente, y por recomendación de una amiga, la joven madrileña acabó visitando a una psicóloga especializada en tratar a personas LGTBI. «Ella me acompañó en el proceso de esa búsqueda identitaria y me tranquilizó bastante cuando me dijo que no tenía TLP», cuenta Adela .

Massiel Valdez (30 años) también busca su lugar en el mundo y lo hace de la mano de otra psicóloga que trabaja bajo una perspectiva de raza y a la que accedió también por recomendación. «Es muy duro crecer en un ambiente de discriminación, ser siempre la diferente te hace sentirte muy sola», dice Massiel recordando su infancia en España –donde llegó con siete años desde República Dominicana–. «En mi colegio era la única niña racializada y sufría bullying constante, delante incluso de adultos que no hacían nada al respecto».

No fue hasta la adolescencia cuando Massiel identificó esa discriminación como racismo. «En una sociedad donde la inmigración de personas no blancas no está normalizada, esa sensación de ser diferente persiste, recordándote continuamente que no eres de aquí, aunque lleves casi toda tu vida en este país». Ella considera que la sociedad no está realizando los esfuerzos necesarios para integrar a personas de otras razas y etnias, por lo que la joven lleva un tiempo debatiéndose entre quedarse en España, junto a su madre, o volver a República Dominicana.

El racismo y la LGTBifobia siguen presentes en la sociedad, tal y como denuncian asociaciones como SOS Racismo o el Observatorio Madrileño contra LGTBIfobia en informes elaborados anualmente. Una discriminación que influye en muchos casos en la salud mental de las personas racializadas y LGTBI. Ante esta situación, algunos profesionales de la psicología están ampliando su formación para incorporar una perspectiva racial y de diversidad sexual y de género.

Si bien cualquier profesional puede formarse adecuadamente, los psicólogos consultados para este reportaje pertenecen al colectivo para el que prestan ayuda psicológica. Sus vivencias personales les hicieron comprender la necesidad de ofrecer una terapia especializada. «Pertenecer al colectivo te permite tener más empatía con estas realidades», afirma Cristina Pineda (38 años), psicóloga LGTBI en la clínica CEPSIM. Sin embargo, esa pertenencia no garantiza un correcto tratamiento de los pacientes. «Hay que formarse, adquirir herramientas, aprender conceptos básicos como que la orientación sexual no se elige o que la identidad de género se construye», añade Cristina.

Massiel Valdez (izquierda) y Cristina Pineda (derecha). Fotos cedidas

¿Qué se trata en estas terapias?

La psicóloga antirracista Marian Nvumba (40 años y residente en Bilbao) nos habla de que hay muchos motivos que pueden llevar a que las personas racializadas sientan autorrechazo o, en otras palabras, un racismo interiorizado. «Están la falta de referentes, el enaltecimiento de lo blanco por encima de todo lo demás, la discrimación continua por tu raza o tu origen, la estereotipación de las personas migrantes o refugiadas…», afirma Marian.

También es común encontrar este miedo u odio hacia la transexualidad u homosexualidad propia en las consultas LGTBI. Jordi Gómez (47 años) lo experimentó en primera persona al descubrir, tras muchos años casado con una mujer, y con dos hijos fruto de ese matrimonio, que era gay. «Entré en una depresión por ello, y era incapaz de aceptar mi homosexualidad o de verme relacionándome con otros hombres», cuenta el propio Jordi desde Sabadell.

Como explica a Verne el psicólogo Gabriel J. Martín, especializado en psicología afirmativa (como se conoce de manera oficial a la terapia con pacientes LGTBI) para hombres homosexuales que ejerce en Barcelona, «la homofobia interiorizada se ve reflejada de varias formas: el no estar a gusto con uno mismo, la relación con los demás, la falta de confianza… la autoestima de esas personas está muy tocada cuando llegan a consulta».

Tras varias sesiones con su psicóloga LGTBI, Jordi consiguió aceptar su homosexualidad; tocaba entonces comunicárselo a su círculo más cercano. «Trabajé mucho ese aspecto con mi psicóloga. Recuerdo que mi madre se lo tomó fatal. Después de varios años sigue sin aceptarlo, pero quienes de verdad me sorprendieron fueron mis hijos de nueve y siete años. Se lo tomaron con una gran naturalidad, me dieron toda una lección de tolerancia», cuenta emocionado Jordi, que hoy vive con su pareja y lleva una vida «totalmente normalizada, gracias a esa terapia».

Marian Nvumba (izquierda) y Jordi Gómez (derecha). Fotos cedidas

Las consultas sobre relaciones de pareja también son muy comunes en las terapias especializadas en LGTBI. Estela García (28 años) lleva asistiendo a una desde septiembre, cuando se mudó a Madrid desde Barcelona. Acude para aprender algunas cosas sobre cómo manejar su relación. «Con mi psicóloga trabajamos la identificación de conductas esterotipadas sobre las relaciones, generalmente basadas en el sistema heterosexual. Mi intención es corregirlas y así poder vivir una relación con mi novia lejos de esos estereotipos», cuenta. «Pero también tratamos otros temas más generales como mi adaptación a la ciudad, o cómo me está afectando el no encontrar trabajo».

Como explica la psicóloga Ana Adán, de la clínica Tú y yo Psicólogos LGTB, las relaciones psicoafectivas de las parejas homosexuales son diferentes de las parejas heterosexuales. «Las parejas homo se desarollan en ausencia de modelos, conviven en contextos homofóbicos, están sometidas a una visión externa llena de estereotipos y dentro de ellas se da lo que llamamos disparidad homofóbica, que somete a las parejas homo a más dificultades, estrés y conflictos que a las hetero», aclara Adán.

Incluso a la hora de abordar las relaciones de pareja homosexuales, Adán encuentra dinámicas distintas entre gays y lesbianas. «Las mujeres aún recibimos una educación en la que se da mucha importancia a estar en una relación, lo que hace que las participantes en una relación lésbica puedan vivirla con más dependencia, intensidad, sobreprotección, conocimiento excesivo de la otra y sobrecomunicación», afirma Adán.

Otra de las cuestiones que sale a menudo en las terapias es la de la violencia intragénero, que Adán califica como «la gran invisibilizada». Se trata de un tema delicado dentro del activismo LGTBI, ya que la violencia entre personas del mismo género se ha utilizado a menudo «para deslegitimar y desdibujar la lucha» contra la violencia machista. Pero tanto psicólogas especializadas, como la propia Ana Adán o Paula Alcaide, o personas que la han sufrido, coinciden en la necesidad de no ocultarla.

¿Cómo se especializa un psicólogo en terapia LGTBI o antirracista?

«La historia de una persona está determinada por cómo es leída racialmente y hay que tener esto en cuenta para abordar cualquier tema. Si no, en lugar de ayudarla terapéuticamente, se puede infligir mucho dolor», explica la psicóloga dominicana Jeannette Tineo (46 años) a Verne en conversación telefónica desde Madrid. Sin embargo, no existen muchas opciones profesionales para especializarse en la atención a personas racializadas, como tampoco abundan para cuestiones LGTBI.

Jeannette Tineo. Foto cedida

La psicología LGTBI o psicología afirmativa no cuenta con una formación oficial y universitaria en España, aunque en los últimos años es cada vez más frecuente encontrar cursos especializados en psicología afirmativa en diversidad sexual y de género ofertados por asociaciones o instituciones como el Colegio de Psicólogos de Madrid. «La formación avanza al ritmo que avanza la sociedad, aquí todavía queda mucho por hacer en cuanto al reconocimiento y normalización de la diversidad sexual y de género», apunta Cristina Pineda.

Esta formación suele basarse en las directrices establecidas por la IPsyNet (International Psychology Network for Lesbian, Gay, Bisexual, Transgender, and Intersex Issues), una red creada por la American Psychological Association (APA, la asociación estadounidense de psicología) de la que Gabriel J. Martín es representante en España. La institución americana fue la primera en impulsar la psicología afirmativa en la década de los setenta del siglo pasado, recomendando a los profesionales de la salud que dejasen de tratar la homosexualidad como una enfermedad, aunque la Organización Mundial de la Salud no la retiraría de su lista de enfermedades mentales hasta casi dos décadas después, en 1990. La transexualidad se mantuvo en esa lista hasta 2018.

La necesidad de abordar el impacto que el racismo ejerce en la salud mental de las personas racializadas también fue planteada en el siglo pasado por teóricos como el psicólogo y filósofo francés antillano Frantz Fanon, conocido también por su divulgación a favor de la liberación nacional de los pueblos coloniales. Su discurso influyó profundamente en las generaciones posteriores de pensadores y activistas antirracistas.

Sin embargo, como argumenta la psicóloga Tineo, «el hecho de que ni siquiera exista un debate social sobre el racismo en España hace que la vía a este tipo de formación se vea como algo prácticamente inimaginable». Para la psicóloga dominicana Yania Concepción (31 años), la psicología académica se basa en estudios y conocimientos únicamente de las personas blancas e ignora otras realidades como las de personas racializadas. Introducir esta especialización en la formación universitaria «conllevaría destapar lo racista que es la propia academia, como lo es la sociedad en general», añade Concepción.

«De momento, especializarse en una psicología antirracista pasa por ser activista y autoformarse: leer a Fanon, Grada Kilomba y tantos otros autores que ofrecen una mirada diferente a la europeísta blanca», recomienda Nvumba. «Y para aquellos profesionales que no sean racializados pero quieran ejercer bajo esta perspectiva, les recomendaría que al principio buscaran la supervisión de un psicólogo que sí lo sea», concluye.

Fuente: https://verne.elpais.com/verne/2020/05/14/articulo/1589438991_464630.html

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Libro(PDF): «Medios de comunicación ¿Al servicio de quién?»

Reseña: CLACSO

El sistema neoliberal, incluida hoy su variante más ultraderechista, siempre se ha explicado en función de factores políticos, económicos y sociales diversos. Sin embargo, ¿cuál es el papel de los medios de comunicación masiva? ¿Son simples relatores de la actualidad o juegan un rol determinante y protagonista en ese fortalecimiento del sistema? ¿Existe diversidad ideológica entre los medios de comunicación masiva o es un espejismo interesadamente alimentado? ¿Cuál es la relación entre medios y élites?

Autor (a):  Jesús González Pazos.

Editorial/Editor: CLACSO. Icaria. Mugarik Gabe.

Año de publicación: 2020

País (es): Argentina, España

Idioma: Español.

ISBN: 978-987-722-597-6

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Fuente e Imagen: https://www.clacso.org.ar/libreria-latinoamericana/libro_detalle.php?orden=&id_libro=1959&pageNum_rs_libros=0&totalRows_rs_libros=1389

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