La docencia desde la ‘cátedra del maestro’ al estilo de la universidad medieval ya no es posible
América del Sur/Colombia/06.12.2016/Autor: Jose Martinez/Fuente: http://www.eltiempo.com
En el contexto académico hay suficientes estudios que muestran que entre los servicios e instituciones que más aletargados se hallan y a los que más les cuesta transformarse figuran la escuela y, por su puesto, todo el sistema educativo. Colombia no se sustrae de esta condición, parece que su sistema educativo va en contravía de los cambios y las transformaciones que se dan en el contexto mundial.
Los colegios que se siguen construyendo y los proyectos educativos que se generan en la actualidad están enfocados en el modelo del aula de clase tradicional, en donde se ubican entre treinta y cuarenta escritorios, con algún espacio entre ellos, con un tablero (ahora acrílico) en el frente, con algún par de muebles para material y un escritorio para el docente. En el mejor de los casos, se incluyen algunos elementos de tecnología, como un computador para el docente, y en muy poquísimos casos, un proyector o algún sistema de reproducción de vídeo y de información digital.
Pero, más allá de eso, de nada servirá toda esa infraestructura si no se le agregan dos elementos: la transformación de los proyectos educativos, los que introdujo la Ley 115 en 1994, pero que siguen construyéndose de manera tradicional y para escuelas y colegios del siglo pasado, y el cambio de los educadores, la transformación de su rol, de sus procesos formativos, de seguimiento y acompañamiento durante su proceso de profesionalización, en su reconocimiento social, en su remuneración económica y, en fin, en todo lo que significa ser educador y docente.
Claro, también debe haber un cambio en su mentalidad. La docencia conceptual y teórica que se daba desde la ‘cátedra del maestro’ al estilo de la universidad medieval ya no es posible, no tiene cabida ni ocurre en los actuales entornos educativos.
Finalmente, debe haber un cambio en las interacciones entre los educadores y docentes y sus estudiantes. Debe primar la calidad humana, su profesionalismo, el cuidado del otro, la real y efectiva preocupación por la formación de los estudiantes y la construcción de un microcosmos en donde la dignidad humana, la justicia como equidad y el juego democrático sean posibles.
Fuente:http://www.eltiempo.com/estilo-de-vida/educacion/columna-de-jose-martinez-sobre-la-docencia/16759660
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