Argentina/20 de Febrero de 2017/El Diario del Centro
Ante un auditorio repleto, el exrector de la UBA habló sobre educación. El problema, a su criterio, es que la población no valora la calidad en la enseñanza.
Guillermo Jaim Etcheverry, autor de “La tragedia educativa”, asegura que el escenario actual es peor que hace dos décadas, cuando escribió ese libro.
“La educación, pese a lo que dicen en los discursos, importa poco en el país”, aseveró, agregando que es la población en general “la que le da poca relevancia social y los gobiernos, actúan como reflejo de las preocupaciones de la gente”.
Hizo referencia a estudios de opinión que demuestran sus afirmaciones. “Cuando preguntan a los padres sobre calidad educativa, un 70% dice que es mala. Pero al consultarle si está satisfecho con la escuela de sus hijos, un 70% dice que sí. Es como si se percibiera una crisis, pero que cada uno cree que no le afecta en particular a su hijo o a su nieto”, agregó.
“Lo demás, son signos; los maestros ganan poco porque a nadie le interesa mucho lo que hacen. Son los cuidadores de la guardería, una guardería cada vez menos ilustrada”, dijo.
Los mejores de Argentina, peores en el mundo
El exrector de la Universidad de Buenos Aires (UBA) fue invitado por el Grupo Educativo Trinitario a disertar sobre el desafío de educar.
Antes, dialogó con los medios de prensa y en algunos de sus conceptos se refirió a los estudios de calidad educativa, como las pruebas PISA. “Esas evaluaciones tienen muchos problemas, pero constituyen una idea, una aproximación”, expresó. Al hablar de los resultados, dijo que en todos los países, los mejores resultados lo obtienen los hijos del 25% más rico, los hijos de profesionales y los que van a escuelas “más dotadas” académicamente.
“En Argentina es igual, pero los mejores de acá son peores que los peores de 30 países”, es decir, que ni los que “pagan por educación reciben calidad educativa”.
Como salida a esa “tragedia” educativa, entiende que hay que empezar por volver a despertar el interés que la educación tuvo en otros tiempos en Argentina.
“Hay que exigir a docentes e hijos. Hay estudios que hablan sobre el derecho a ser exigidos, porque eso es una demostración del interés que sentimos por el otro. si realmente nos preocupa, tratamos de que se desarrolle lo mejor posible”, dijo. Sobre los docentes, aseveró que cada vez “son más expertos en teoría pedagógica, algo que no le interesa a nadie”, en lugar de “saber mucho de algo y enseñarlo con pasión”.
Entiende que esa baja consideración social de la educación está fundada en el cambio de valores. “Hoy, se busca la certificación que da la escuela, el título y no el aprendizaje”
También entiende que en la actualidad, hay una cultura de la inmediatez, contraria al espacio educativo, al de la investigación y de la reflexión. “En ese sentido, la escuela hoy es contracultura”, planteó.
Como tercer eje plantea que hay una “pedagogía compasiva”. “Pobrecito el nene, todo lo que tiene que aprender y en realidad, todos tienen la capacidad de aprender. El tema es que se enseñe con dedicación, con las herramientas adecuadas”, dijo.
Escuela privada versus pública
Al ser consultado sobre la diferencia entre escuelas de gestión privada y las de gestión pública, Etcheverry señaló que “es un mito, hay buenas y malas escuelas públicas y buenas y malas escuelas privadas. La diferencia pasa por que la escuela privada recoge personas que tienen un ambiente cultural mejor en su casa, cuyos padres están mas interesados en la educación de sus hijos y por eso hacen el sacrificio”.
“El problema grave es que Argentina ha perdido el igualador social que era la escuela pública, ahora se educa a los chicos en ghetos, los ricos con los ricos y los pobres con los pobres. Antes, el guardapolvito blanco igualaba y mejoraba a todos”, concluyó.
Algunas definiciones
Calidad educativa: es muy complejo, pero al menos tienen que aprender las cualidades básicas esenciales que son que los chicos entiendan lo que leen, que tengan capacidad de abstracción a través de la matemática y que puedan ubicarse en el tiempo y espacio histórico. Sabiendo eso, pueden acceder al resto.
Inclusión versus calidad de enseñanza: es un falso dilema, hay que incluir educando con calidad. Presupuesto: hay que partir de una cuestión inicial de que se necesita un mínimo, pero una vez que se tiene ese presupuesto, no hay una relación tan estrecha como se cree entre la inversión y la calidad educativa.
Deserción universitaria: la mitad de los chicos que terminan el secundario no comprende lo que lee. Entonces, es natural que tenga problemas en la universidad. La deserción se da mayoritariamente en los primeros años.
Fuente: http://www.eldiariocba.com.ar/argentina-perdio-el-igualador-social-que-era-la-escuela-publica/