España/ 23 junio 2016/ Autora: Nati Bergadá Bofill /Fuente: Nati Bergadá
En los trece años que llevo trabajando como maestra, me he dado cuenta de algo que sucede a menudo y que me entristece mucho: hay niños que sienten que no encajan en la escuela, y como consecuencia, sufren.
No me refiero a uno o dos niños por clase, sino a un porcentaje más elevado de niños de cada aula, que por motivos diversos sienten que la escuela no están cómodos.
En este artículo hablaré de los niños que no encajan en la escuela, y de qué manera considero que los maestros les podemos ayudar. La escuela debe ser un espacio de todos y para todos y tenemos que encontrar la manera de que todo el mundo tenga cabida.
Te recomiendo el cuento Miedo cuatro esquinitas de nada de Jérôme Ruillier. Un cuento muy útil para hablar de la amistad, de la diferencia y de la exclusión.
Cómo nos organizamos en las escuelas?
En la mayoría de escuelas, agrupamos los niños según su edad, por lo que establecemos cursos y ciclos en función de este criterio. Así podemos definir unas etapas por las que todos los niños deben ir pasando a lo largo de su escolaridad.
Una vez tenemos los niños organizados por edades concretamos los contenidos del currículo, por lo que establecemos lo que creemos que deben aprender estos niños en cada curso. Así la escuela sistematiza el camino que los niños tienen que ir siguiendo a lo largo de su escolaridad. De forma homogénea, para todos los niños igual.
Pretendemos que todo el grupo avance vez y eso significa que pedimos a todos los niños que hagan lo mismo, de la misma manera y al mismo ritmo. Que todos alcancen los mismos contenidos y que saquen todos buenas notas en los exámenes. Nada más lejos de la realidad de nuestras aulas.
¿Qué problemas nos encontramos cuando perdemos de vista las individualidades de los niños?
En las aulas nos encontramos que los alumnos son muy diversos y que clasificarlos sólo en función de su edad, no refleja, ni de lejos, la complejidad y variabilidad de los niños.
Cada niño es único e irrepetible y debemos ser conscientes de su individualidad, a pesar forme parte de un grupo. Sin quererlo, concebimos el grupo como una unidad y no tenemos en cuenta las diferencias individuales de cada uno de los niños: su personalidad, sus hábitos, sus intereses, sus problemas, sus gustos ….
Cuando queremos forzar a que todos los niños hagan lo mismo, vayan al mismo ritmo o aprendan de la misma manera, estamos imponiendo una forma de trabajar en la que muchos niños no se sienten cómodos.
Como maestros, tenemos que entender que hay niños a los que la metodología de trabajo que utilizamos mayoritariamente en las escuelas, es decir libros y fichas, les gusta y les funciona. Pero también hay un gran porcentaje de niños que, por sus características personales, no se sienten cómodos trabajando de esta manera.
Qué niños no encajan en la escuela?
Cuando hablamos de niños que no encajan en la escuela no hablamos de una tipología de niños en concreto, que podamos definir de manera fácil y etiquetar con un nombre. Se trata, más bien, de una gran variedad de niños que, por sus características personales, no encajan en lo que podríamos llamar «normalidad».
Podríamos definir estos niños como:
- Niños que tienen un ritmo de aprendizaje más lento.
- Niños activos y movidos que les cuesta aceptar que deben estar tanto rato sentados en el aula.
- Niños creativos que sienten que la escuela no pueden hacer nada.
- Niños inquietos y con ganas de descubrir.
- Niños con dificultades de aprendizaje.
- Niños con un ritmo de trabajo más lento.
- Niños con algún déficit (déficit de atención, dislexia, hiperactividad …)
- Niños con altas capacidades.
- …
¿Cómo podemos detectar estos niños?
Es muy importante que como maestros percibimos si nuestros niños están contentos en la escuela, si disfrutan de lo que hacemos día a día y si demuestran estar tranquilos y con un buen equilibrio emocional.
A menudo los niños que sienten que no encajan en la escuela demuestran su malestar. Como maestros, debemos estar atentos a estos síntomas y los intentamos interpretar. Algunos de ellos pueden ser:
- Niños apáticos.
- Niños con problemas de comportamiento.
- Niños que llaman continuamente la atención.
- Niños que presentan problemas de aprendizaje.
- Niños con baja autoestima y muchas inseguridades.
- Niños con problemas emocionales.
- Niños conflictivos y con problemas de relación.
- Niños dispersos y que no son capaces de mantener la atención de manera continuada.
- Niños con fracaso escolar.
- Niños apáticos y desmotivados.
- …
¿Qué podemos hacer como maestros?
Es necesario que como maestros estemos atentos para poder detectar estos niños y ser capaces de actuar.
Nadie dice que atender la gran diversidad de alumnos que tenemos en las aulas sea fácil pero ellos se merecen que les demos la mejor atención posible. La escuela debe permitir que todos los niños brillen y se sientan felices y realizados.
En este apartado encontrarás un listado de las estrategias que considero que nos pueden ser útiles para atender a la diversidad:
- Utilizar dinámicas de aula en la que se permita que cada niño pueda trabajar a su ritmo.
- Tener empatía e intentar entender qué sienten los niños.
- Despertar en los niños las ganas de saber y disfrutar aprendiendo.
- Preparar actividades en las que podamos potenciar las habilidades y aptitudes de cada niño.
- Demostrar a los niños que confías en sus posibilidades.
- Hacer un buen trabajo de emociones.
- Escuchar a los niños, ya que te permitirá entender qué les pasa y como los puedes ayudar.
- Ofrecer otras propuestas metodológicas.
- Detectar los niños descontentos e intentarlo los motivaron.
- Utilizar estrategias de aprendizaje muy variadas.
- Apoyar a los niños que presenten problemáticas.
- Potenciar sus habilidades y ayudarles a tomar conciencia.
- Adaptar las actividades a las necesidades e intereses de los niños.
- Coordinarnos con los diferentes maestros para atender de la mejor manera estos niños.
- Potenciar el trabajo autónomo y permitir que cada niño trabaje a su ritmo.
- Trabajar conjuntamente con la familia.
El trabajo por proyectos, es una filosofía de trabajo que permite recoger muchas de las necesidades que acabo de citar: como por ejemplo permitir que cada niño trabaje a su ritmo, potenciar las habilidades y aptitudes de cada niño, despertar en los niños las ganas de saber y disfrutar aprendiendo …
conclusión
Tener niños en las escuelas que no se sienten cómodos con la forma en que se trabaja y se aprende, es un problema grave. La escuela debe ser un espacio de todos y para todos y tenemos que encontrar las metodologías y estrategias adecuadas para conseguir que cada niño pueda sentirse cómodo.
Disponemos de pocos recursos para atender la gran diversidad de alumnos que tenemos en las aulas pero precisamente por este motivo, debemos ser creativos e ingeniosos. Nadie ha dicho que sea fácil, ni que haya una única manera de tener aulas y escuelas más inclusivas. Hay que encontrar la manera de que cada niño pueda desarrollar todo su potencial y pueda sentirse parte importante de la escuela.
Fuente noticia:
https://translate.googleusercontent.com/translate_c?depth=1&hl=es&prev=search&rurl=translate.google.co.ve&sl=ca&u=http://natibergada.cat/construim-una-escola-per-a-tots&usg=ALkJrhiEbRODYDxyMZvk54sboE_Gg27ogQ
Fuente imagen:
http://escuelaparato2.blogspot.com/2010/06/como-comente-construiremos-un-terrario.html