Libro retrata cómo las redes sociales son un tribunal de linchamientos virtuales

04 Septiembre 2016/Fuente: latercera /Autora:Paulina Sepúlveda G.

Texto muestra cómo un error en Internet puede ser motivo de furiosas reacciones públicas

Voy a viajar a África. Espero no contraer el sida. Es broma: ¡soy blanca!”, publicó en Twitter a sus 170 seguidores Justine Sacco, una relacionadora pública de EE.UU. en 2013 antes de abordar su vuelo de Nueva York a Sudáfrica.

Tras tocar tierra, unos 100 mil tuits ya habían sido enviados en respuesta a su broma, tildándola de ignorante y racista. Sacco se convirtió en trending topic mundial. Más de un millón de personas buscaron su nombre en Google. “Pensé que no había manera de que alguien pensará que era literal”, se disculpó poco después. Pero su broma le significó una lapidación pública que la dejó sin trabajo y afectó su salud.

La historia, entre muchas de linchamientos virtuales, fueron recopiladas por el periodista Jon Ronson en su libro Humillación en las redes.

“Ciberlinchamientos”, según establece Ronson, que condenan opiniones, fotos, etc., tal como las flagelaciones públicas de hace siglos. “Las campañas de vergüenza se multiplican y se dirigen no sólo a las instituciones poderosas y figuras públicas”, dijo Ronson en el New York Time.

Detrás de la pantalla

La denuncia por redes sociales cae fácilmente en linchamiento virtual, señaló Ronson.

¿Por qué? Muchas veces la gente se identifica con una denuncia y se adhiere a la causa de forma apasionada e irresponsablemente, responde Karen Pacheco, social media manager de Publicis Chile. “Nadie comprueba fuentes ni verifica hechos. Funar por redes sociales es tan fácil como hacer retuit o a emitir una opinión en 140 caracteres, y lo que lo hace aún más sencillo, es que se hace desde una zona de confort máximo (tras una pantalla), donde nadie ve tu cara y ni siquiera comprometes tu identidad si así lo deseas”.

Michele Ybarra, psicóloga del Centro de Investigación en Salud Pública Innovadora (CiPHR) en EE.UU., que estudia el tema, dice a La Tercera que hay un efecto de desinhibición con la pantalla. Se está más alejado de la gente cuando se mira una pantalla que cuando se mira el rostro de una persona, aclara, “por ello, pueden ser más propenso a decir cosas que no dirías a la cara. Esto es peor en ambientes donde se crea de forma anónima”.

Mónica Peña Ochoa, directora de investigación de la Facultad de Psicología la U. Diego Portales (UDP), dice que las redes sociales no generan especialmente este tipo de respuestas, sino que son el reflejo de un modelo competitivo y agresivo en todas las áreas de la comunicación. “El modelo social y económico chileno se basa en la competencia y eso genera mucha agresividad, un ‘ellos contra nosotros’ que define una sociedad donde el temor a lo distinto y el ataque como defensa priman”, dice.

Si en Internet se dice que alguien está equivocado, no hay mucho que se pueda hacer. Y si bien no hay una agresión física, los comentarios pueden ser brutales  tanto para la reputación, como el entorno familiar e incluso la carrera.

Para Patricio Celis, psicólogo de la UDP, rivalizar es clave para construir la propia identidad. “Defender el pensamiento es una necesidad, en las pautas de convivencia que permiten la construcción de un lazo que posibilita la coexistencia sin destruirnos”.

Pero esa convivencia se tensiona en una lógica de mercado, dice Celis. “Se destruye el lazo social y se exalta el valor de la competencia. Prevalece el cálculo egoísta por sobre cualquier forma de relación entre personas. El otro es percibido como un potencial competidor que hay que derribar, ya que aspira a lograr por todos los medios lo mismo que uno”.

Lo comprueba Ronson. La mayoría de sus entrevistados  fueron despedidos por sus transgresiones en línea. “En las redes sociales no existe elderecho a error”.

Fuente de la noticia: http://www.latercera.com/noticia/tendencias/2016/09/659-694838-9-libro-retrata-como-las-redes-sociales-hoy-son-un-tribunal-de-linchamientos.shtml

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