Puerto Rico/ 24 de Octubre de 2016/elnuevodia
Cual si fueran listas de deseos, los programas de gobierno de los seis candidatos a la gobernación contienen amplias secciones enumerando sus propuestas para reformar la educación pública, en las cuales inequívocamente exponen sus compromisos con “mejorar las escuelas” pero que se quedan cortas en un punto crucial: ¿cómo se logra?
Descentralizar el Departamento de Educación, revisar el currículo, hacer justicia salarial a los maestros, mejorar la enseñanza del inglés, establecer más escuelas especializadas, fortalecer la Universidad de Puerto Rico (UPR)… Muchas de las ideas plasmadas en los documentos que comprenden los planes de los candidatos o partidos se repiten, bien porque suenan bonitas o porque, en efecto, son iniciativas que servirían para solucionar los problemas de un sistema educativo que en ocasiones se queda corto de alcanzar sus metas.
No obstante, los detalles sobre cómo lograr los cambios propuestos son escasos en los programas de Gobierno y parecen no tomar en cuenta la realidad fiscal del País ni las leyes federales que rigen los sistemas educativos públicos bajo jurisdicción de Estados Unidos. Además, varios de los programas esbozan claramente la intención de eliminar proyectos o políticas que han sido implementadas por la actual administración, sin hacer mención de una posible evaluación de resultados, lo que evidencia que se continuará con la práctica de desmantelar proyectos cada vez que hay un cambio de Gobierno. Durante décadas, expertos en pedagogía han reclamado que uno de los males del Departamento de Educación es que cada cuatro años se modifica todo, sin dar espacio a que iniciativas que pudieron haber sido exitosas se desarrollen.
Más ofrecimientos. Actualmente, las políticas del Departamento de Educación están sujetas al Plan de Flexibilidad que fue aprobado por el Departamento de Educación federal en 2013. En agosto del 2017 entrará en vigor completamente la nueva ley federal Every Student Succeeds (ESSA, por sus siglas en inglés) firmada por el presidente Barack Obama en diciembre del año pasado, la cual dispone los lineamientos que deben seguir las agencias educativas estatales si reciben fondos federales.
Un punto que une a todos los candidatos es la promesa de revisar los currículos académicos, en su mayoría sin mencionar que todos los currículos fueron revisados en 2014 y, anterior a eso, en el 2007. Del mismo modo, nuevos marcos curriculares -que son documentos de referencia que sirven a los maestros para guiar sus cursos- fueron publicados en 2016; la actualización anterior fue en 2003.
No se explica cómo se costearán la adquisición de materiales, equipos, la creación de nuevos currículos y el reclutamiento de más maestros para ofrecer estos cursos. En agosto, el gobernador Alejandro García Padilla vetó una medida que ordenaba que los estudiantes de todos los grados recibieran cinco horas de bellas artes a la semana debido a que requeriría una inversión de $20 millones.
Tampoco se detalla como estas medidas están en cumplimiento o ayudarían a cumplir con las metas que exige ESSA, legislación federal que aunque ha sido criticada se percibe como una “mejoría” al estatuto No Child Left Behind que reemplazó.
Asimismo, Bernier, Cidre y Roselló proponen fortalecer la enseñanza enfocada en carreras de ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas (STEM, por sus siglas en inglés), materias que podrían conducir a carreras que actualmente son de alta demanda en el mercado laboral. Mientras Bernabe y Santiago dan particular atención a la educación física, clase que históricamente ha sido soslayada dentro de los requisitos de graduación de los estudiantes cuando no hay recursos para que la tomen.
Se podría argumentar que los cambios administrativos que todos los candidatos prometen producirán ahorros que permitirán ofrecer más servicios directos para los estudiantes, pero eso no se explica. Solo Bernier indica que esos ahorros se usarán para “reforzar las condiciones de trabajo de maestros y directores”.
Cantidad y calidad. El llamado Plan para Puerto Rico que presenta el candidato a la gobernación por el PNP presenta la mayor cantidad de propuestas para educación, no obstante buena parte de las 31 páginas que dedica el documento al tema se destinan a una exposición sobre los problemas del sistema y a mencionar iniciativas -sin muchos detalles- que han funcionado en otros países. Empero, es la única plataforma que menciona la existencia de una nueva ley federal educativa y contiene la mayor cantidad de iniciativas que impactarían directamente a los estudiantes. En el Plan Estratégico para Puerto Rico presentado por Bernier, el tema educativo ocupa tres páginas, pero el candidato se ha dedicado a expandir sus propuestas educativas a través de otros documentos y presentaciones. En el caso de Santiago, su plan de gobierno contiene una sección específica sobre educación, una sección aparte para el tema de la educación física e integra otras propuestas educativas en secciones ligadas al tema.
Tanto Rosselló como Bernier y Cidre enfatizan en la necesidad de fomentar el bilingüismo en el estudiantado, para lo cual proponen desde la creación de más escuelas bilingües (Rosselló) hasta contratar más maestros para ofrecer cursos de inglés en horario vespertino (Bernier).
En Puerto Rico, se han implementado múltiples proyectos para fomentar el bilingüismo entre el estudiantado sin que logren los resultados que se esperaban. El más reciente fue en el 2012, cuando a meses de las elecciones el exgobernador Luis Fortuño anunció que en 31 escuelas elementales se ofrecerían materias básicas en inglés -ciencias, matemáticas e inglés- y las demás en español. Su implementación fue cuesta arriba debido a los problemas de la agencia para conseguir maestros que pudieran enseñar en inglés y la falta de un currículo para enseñar las materias un idioma que no fuera español.
Al momento, bajo el Departamento de Educación hay 15 escuelas especializadas en idiomas y otras 17 que no cumplen con los requisitos para ser escuelas especializadas pero tienen ofrecimientos en inglés. En el sistema hay solo 10 maestros bilingües de nivel elemental y 24 maestros bilingües. Mientras, hay 3,596 maestros de inglés de nivel elemental y secundarios, los cuales no son suficientes ya que la agencia está activamente reclutando educadores, particularmente en la región de San Juan.
Todos los candidatos, excepto Rosselló, establecen la necesidad de aumentar el salario de los maestros. Todos los candidatos además proponen revisar la Ley orgánica de la UPR para garantizar la autonomía universitaria y diversificar sus fuentes de financiamiento, de modo que se reduzca su dependencia del Fondo General.
No obstante, solo Bernabe y Santiago indican que darán participación a la comunidad universitaria en el diseño de los cambios. Las propuestas para la universidad del Estado no están contenidas en el programa de gobierno de Lúgaro, pero esta ha dado a conocer sus ideas en entrevistas y expresiones públicas.
Fuente: https://www.elnuevodia.com/noticias/politica/nota/lluviadepromesassinestrategiasparalaeducacionpublica-2253479/