Francia/17 noviembre 2016/Fuente: rfI Las voces del mundo
En Francia, tras los atentados del 13 de noviembre, varias medidas de seguridad fueron adoptadas para proteger las escuelas del país.
Patrullas móviles de policías o soldados, controles más estrictos en la entrada de las instituciones escolares, ejercicios de seguridad, colaboración más estrecha entre los Ministerios del Interior y de Educación… La serie de medidas puesta en marcha por el gobierno socialista después de los atentados en Francia tiene como objetivo proteger los establecimientos escolares pero también tranquilizar a las familias y a los profesores.
El grupo terrorista Estado Islámico ha designado al mundo educativo como uno de sus blancos. En su revista de propaganda en francés, la organización yihadista llamó desde noviembre de 2015 a «combatir» y «matar» a los profesores.
Ante esta amenaza que persiste, la escuela, vista por muchos años como un santuario, tiene que cambiar de lógica, argumenta el Ministerio de Educación. Niños y adultos deben aprender una nueva «cultura de la seguridad».
Escuelas, colegios y liceos deben ahora organizar tres ejercicios de seguridad por año, en vez de dos. Uno de éstos simula un atentado-intrusión, aunque el vocabulario y las explicaciones entregadas a los alumnos son más o menos explícitas según su edad.
Pero ¿será realmente útil encerrarse en la sala, hacer silencio y esconderse detrás de las mesas si un terrorista entra al colegio con el objetivo de matar? Algunos se dicen dubitativos. Para Françoise Pétreault, subdirectora en el Ministerio de Educación, “se trata de desarrollar una cultura de responsabilidad, una toma de consciencia en materia de seguridad pero también de desarrollar comportamientos automáticos gracias a ejercicios que se repiten con calma y dando tranquilidad a los niños. Es algo a largo plazo pero también un entrenamiento para estar preparados a situaciones concretas.”
¿Qué impacto psicológico tienen estos ejercicios sobre los niños? se preguntan también los padres. El doctor en Psicología y Ciencias de la Salud, Javier Urra, que trabaja desde hace 30 años en la Fiscalía del Tribunal Superior de Justicia y de los Juzgados de Menores de Madrid, estima que “los niños se informan y conocen las noticias, (…) y necesitan mucho amor y mucha seguridad. El que se busque fórmulas para, en caso de terror, saber cómo escapar, adónde ir, qué hacer, me parece bien”. Destaca además el carácter colectivo del simulacro.
Primeros auxilios y convivir
Parte de esta nueva cultura de seguridad es saber ayudar a los demás en caso de emergencia. Para ello, el gobierno se ha propuesto formar en primeros auxilios a todos los alumnos de tercer grado, es decir más de 800.000 alumnos de unos 14 años.
También ha prometido desbloquear 50 millones de euros para ayudar a las municipalidades que tienen dificultades en realizar las obras necesarias para proteger mejor las entradas y los primeros pisos de sus escuelas.
En ese contexto, muchos profesores consideran importante trabajar con sus alumnos el «vivre-ensemble», el vivir juntos, cualesquiera sean sus diferencias sociales, de origen o religión, y dar un acceso igualitario a la enseñanza… Esto para luchar contra el miedo al otro, contra la falta de oportunidades y el sentimiento de exclusión, que pueden constituir un caldo de cultivo para las ideas yihadistas.
Las medidas y los ejercicios de seguridad son necesarios, considera Rodrigo Arenas, dirigente de una asociación de padres de alumnos en las afueras de París, pero tienen un impacto negativo sobre nuestras libertades.
Ese debate sobre el equilibrio entre seguridad y libertades civiles podría reactivarse en Francia. El primer ministro Manuel Valls indicó este fin de semana su intención de prolongar, hasta las elecciones presidenciales de mayo, el estado de emergencia. Una medida de excepción, según la Constitución francesa, pero que ya lleva más de un año en vigor y cuyo balance resulta controvertido.
Entrevistados: Étienne Sauvage, profesor de Educación Física en Marsella, Françoise Pétreault, subdirectora en el Ministerio de Educación, Javier Urra, doctor en Psicología y Ciencias de la Salud que trabaja desde hace 30 años en la Fiscalía del Tribunal Superior de Justicia y de los Juzgados de Menores de Madrid, Rodrigo Arenas, dirigente de una asociación de padres de alumnos en las afueras de París, y alumnos.
Fuente: http://es.rfi.fr/francia/20161115-medidas-de-seguridad-en-las-escuelas-francesas