Por: Olga Sanmartín
Un estudio realizado a partir de las pruebas PIRLS de Lectura señala que “los mejores docentes están sobrerrepresentados en los centros privados”
El trabajo advierte de que esta distribución de recursos “tiene un efecto regresivo sobre los resultados de los alumnos” porque “beneficia más a las familias que más tienen”
La calidad del profesorado repercute en el rendimiento de sus alumnos. Así lo establece un estudio realizado por los economistas Jorge Calero y J. Oriol Escardíbul a partir de los resultados que obtuvieron en 2011 los alumnos españoles de 4º de Primaria (entre nueve y 10 años) en las pruebas PIRLS, que miden sus habilidades en Comprensión Lectora.
El trabajo, que han presentado esta mañana la Fundación Ramón Areces y la Fundación Europea Sociedad y Educación, concluye que la ganancia que supone para un estudiante tener un maestro de elevada calidad respecto a tener uno con baja calidad es de un incremento de 30 puntos en PIRLS.
Estos 30 puntos vienen a significar la distancia existente entre España (saca 513 puntos en PIRLS, por debajo de la media de 538 de la OCDE) y Holanda, que es uno de los 10 países que mejores resultados obtiene en esta prueba de la Asociación Internacional para la Evaluación del Rendimiento Educativo (IEA).
Jorge Calero, catedrático de Economía Aplicada de la Universidad de Barcelona, explica que no es posible obtener una equivalencia de lo que supondría esta diferencia de rendimiento en cuanto a cursos académicos, pero sí establece un porcentaje: “Un buen profesor sube el rendimiento de sus alumnos en PIRLS en un 6%“, como mínimo.
“La calidad del profesorado es importante en término de sus efectos sobre la adquisición de competencias de lectura”, dice el estudio, que señala también que se han observado resultados parecidos en otros trabajos realizados en EEUU, Australia o el Reino Unido.
Los autores han encontrado que los resultados de los alumnos de los centros públicos y, también, de los centros cuyas familias disponen de recursos socieconómicos y culturales bajos o intermedios tienen “una sensibilidad ligeramente más alta” ante variaciones en la calidad del profesorado. Es decir, a los estudiantes de estos colegios les afecta más que el profesor sea bueno o malo. En concreto, el incremento del rendimiento de un alumno con un buen maestro sería de un 6,21% en un centro público y de un 5,37% en un centro privado.
Más buenos profesores en la privada
Otro de los objetivos de la investigación era averiguar en qué centros trabajan los mejores y los peores profesores. La conclusión es que “los mejores profesores están sobrerrepresentados en los centros privados y en los centros donde las familias tienen un nivel mayor de recursos socioculturales”. Y eso ocurre a pesar de que los maestros de la escuela privada están peor pagados y no han tenido que pasar por el filtro de la oposición. ¿Por qué ocurre esto?
“Hay más probabilidad de encontrar un profesor mejor en la privada que en la pública”, sostiene Calero. “Los centros privados normalmente están en mejores condiciones para seleccionar sus plantillas y sus alumnos, y hay algunos centros privados donde los maestros prefieren ir con independencia de su salario. Aceptan condiciones salariales peores a cambio de alumnos con un nivel sociocultural y socioeconómico más alto”.
Esta circunstancia provoca, según los autores, “una distribución de recursos que tiene un efecto regresivo sobre los resultados de los alumnos”, ya que “beneficia más a las familias que tienen más recursos inicialmente”. Es lo que se conoce como el denominado efecto Mateo, “que consiste en dar al que ya tiene, como en los Evangelios”.
Calero y Escardíbul opinan que los resultados obtenidos “tienen claras implicaciones de política educativa“. En su opinión, habría que “revertir esta situación” de tal forma que “los mejores profesores estén en los centros con más dificultad” y se gane en “equidad”, como ya han insistido autores como Eric A. Hanushek, profesor de la Universidad de Stanford.
Los autores plantean medidas al respecto. Por un lado, piden “intensificar las actuaciones que permitan mejorar la calidad del profesorado en los centros donde los usuarios provienen de familias con menos recursos”. Por otro, quieren que se facilite “la presencia de los mejores en esos centros”.
“Se trataría de una política con mayor eficacia potencial en el sector público, ya que también el alumnado de los centros públicos es más sensible ante cambios de la calidad del profesorado”, sostienen.
¿Qué factores afectan a la calidad del profesor?
El trabajo también ha indagado en los factores que determinan el nivel de la calidad del profesorado, aunque sus resultados, en este punto, no son muy concluyentes. Los autores sostienen que el número de alumnos por aula “no parece afectar en principio”, en sintonía con lo que han establecido otros estudios previos. Tampoco parecen incidir en los resultados la edad del maestro o el hecho de que posea una titulación de máster o doctorado. En otras palabras, “la adquisición de niveles educativos por encima del grado universitario no parece incidir en la calidad del profesorado”.
Sí afectan, de forma positiva, que en los estudios realizados por el profesor hayan sido importante la enseñanza de la lectura; su formación continua; sus años de experiencia como docente, o que haya cursado seminarios de formación para enseñar a los alumnos a leer.
La evidencia empírica, mayoritariamente centrada en EEUU, destaca el impacto positivo del nivel de conocimientos del profesorado y de su experiencia docente, así como los incentivos salariales y, en menor medida, el nivel salarial.
El método empleado ha sido poner en relación las variables que en PIRLS explican el rendimiento del alumno con el efecto que provoca cada profesor, en una muestra de 8.580 alumnos, 312 centros y 402 profesores.
Fuente: http://insurgenciamagisterial.com/la-calidad-del-profesor-incrementa-un-6-el-rendimiento-de-sus-alumnos/