16 marzo 2017/Fuente: El País
En 1980, Apple le encargó a IDEO, una de las compañías de innovación más potentes de San Francisco, que diseñara un ratón para su recién lanzado ordenador Lisa. La compañía consiguió desarrollar un modelo con un coste 10 veces inferior a los prototipos anteriores. “A la gente le cuesta entenderlo, pero hoy estamos transformando las escuelas con el mismo método con el que diseñamos el primer ratón de Apple”. La que habla es Sandy Speicher (Nueva York, 1974), creadora y responsable del equipo de innovación educativa de IDEO desde hace nueve años. La herramienta que usan es el Design Thinking, un método de cinco pasos inventado por la d.school de la Universidad de Stanford para explotar la creatividad.
Entre los proyectos educativos que ha liderado, Speicher destaca el diseño de las escuelas Innova en Perú, donde crearon desde cero nuevas metodologías de enseñanza, programas de formación para los maestros y espacios diseñados para el trabajo colaborativo. También el rediseño de los comedores de una red de 120 colegios públicos en San Francisco y el proyecto School Retool, un programa ideado junto a la Universidad de Stanford para transformar la manera de enseñar que en noviembre de 2015 recibió 200 millones de dólares de la Casa Blanca.
Graduada en diseño gráfico, Speicher decidió dar un parón en su carrera para interesarse por la educación y cursó un máster en Aprendizaje, Diseño y Tecnología en Stanford. La pasada semana esta experta participó en Madrid en el foro Imaginando el futuro de la Educación, organizado por la Cumbre Mundial para la Innovación en Educación (WISE, por sus siglas en inglés) y el Banco Santander.
Pregunta. ¿Cuál cree que es el principal problema del sistema educativo?
Respuesta. El máximo indicador de que las cosas no funcionan es que los estudiantes están desencantados con la escuela. En una encuesta del Yale Center for Emotional Intelligence a 22.000 alumnos de instituto en la que se les preguntó cómo se sieten en clase, las respuestas más comunes fueron aburrido, estresado y cansado. Creo que ese es el problema. La solución no es introducir el Minecraft en clase, no se trata de meter la tecnología en al aula. La cuestión es que no estamos diseñanado las escuelas teniendo en cuenta la vida de los chicos. Estamos hiriendo la relación que los niños tienen con el aprendizaje. ¿Por qué se aburren en clase? Su agenda está demasiado cargada de actividades y no tienen la energía para engancharse. Es muy importante comprender lo que el diseño puede hacer para ayudar al progreso del sistema educativo.
R. No hay un modelo único. Precisamente ahí radica la importancia del Design Thinking, un método que permite a través de la investigación y la prueba error acercarse a las necesidades de las personas. Hay que repensar el sistema y esto no se puede hacer desde un despacho con la puerta cerrada, sino entrando en las aulas y entrevistando a los niños, profesores y padres. Cada área geográfica requiere un modelo. Hay que conectar con lo que les interesa a los jóvenes y olvidarse de la educación del siglo XIX.
P. ¿La solución pasaría por modificar el programa académico y reducir el número de asignaturas?
R. Hay que cambiar la esencia de la escuela. Se tiene que convertir en un lugar en el que los chicos se encuentren a sí mismos, donde haya espacio para la reflexión, para el descubrimiento de los intereses y las potencialidades de cada uno. Uno de los patrones que hemos detectado al trabajar con jóvenes es que no importa su origen social, el nivel de ingresos de sus padres, o si han estudiado en colegios públicos o privados, cada vez más estudiantes que llegan a la universidad dicen que no saben por qué hacen lo que hacen. No han descubierto quién son y muchas veces abandonan sus estudios por falta de convicción.
P. ¿Cree que la solución debe partir de los Gobiernos o de los propios centros educativos?
R. La mayoría de la gente piensa que para cambiar cualquier cosa tiene que ser necesariamente a través de los Gobiernos y sus políticas. Muchos profesores no saben innovar más allá de lo que marcan las normativas, pero se tienen que dar cuenta de que lo que se hace cada día en clase tiene una gran influencia en la vida de los estudiantes, mucho más de lo que dicte cualquier política. Los docentes tienen que ser conscientes de su poder. Lo que la educación ha estado esperando durante años son profesores innovadores con la valentía de intentarlo. La educación es lo que sucede entre un profesor y un estudiante, y no lo que marca un papel. El punto de inflexión se produce cuando los docentes se dan cuenta de que están diseñando cosas nuevas todos los días, ya sea encontrando nuevas formas de enseñar contenidos con mayor eficacia, utilizando el espacio del aula de forma distinta o pensando nuevos enfoques para conectar con los padres. A veces se dejan llevar por la inercia, por lo que llevan haciendo décadas y no prestan atención a las necesidades de los chicos de hoy. Lo más importante es que sean creativos.
P. ¿Qué puede hacer un profesor para ser creativo?
R. El Design Thinking es un método que ayuda a sacar la inspiración y la creatividad. Trabajamos con un grupo de profesores para ver cómo podíamos aplicar esa fórmula a la manera de enseñar y creamos un kit online de herramientas gratuito con el nombre Design Thinking para Educadores. Ya tenemos una red de 7.000 profesores que forman parte de esa comunidad. Les ayuda a cambiar su mentalidad. Por ejemplo, para ser más colaborativos en la escuela una buena forma de entender lo que les interesa a los alumnos es pensar en lo que les importa, saber a qué juegan cuando están solos, quizás observarlos en su casa, salir de la zona de confort que representa el aula. Entenderles desde otra visión, con otros ojos, haciéndose preguntas distintas. Desde IDEO creemos que es muy útil mirar fuera de tu sector donde alguien haya solucionado una cuestión similar, pero en un industria diferente.
P. ¿Cómo explicarías qué es el Desing Thinking?
R. Pensar y actuar como un diseñador. Alguien que trabaja para mejorar el mundo y las experiencias de otra gente. El optimismo es clave. Si no crees que el futuro puede ser mejor, no serás un buen diseñador. La clave es acercarte a la información que ya conoces desde otra perspectiva, probar cosas nuevas, prototipar y preguntar a otros. Se puede comparar con el método científico: si quieres un nuevo descubrimiento tienes que seguir un proceso. El Design Thinking te da estructura y orden para descubrir. No te garantiza que vayas a encontrar la innovación, pero te da las pautas. Estructura tu creatividad.
P. ¿Cuándo se interesó IDEO por la educación?
R. En IDEO ayudamos a las organizaciones a innovar. Tenemos 650 empleados y nueve oficinas en el mundo. Hace 30 años diseñábamos objetos, como el primer ratón de Apple. Nuestro método nos permite afrontar cualquier reto de transformación y desde hace nueve años lo estamos haciendo con el sistema educativo. Hay que estudiar todas las dificultades para imaginar una solución. Cuando el empresario multimillonario peruano Carlos Rodíguez Pastor me llamó para que diseñara un sistema de escuelas innovador en su país, asequible para la clase media, escalable y de excelencia acepté, pese a que nunca habíamos hecho nada parecido. Entrevistamos a más de 100 profeores, estudiantes y padres para conocer sus deseos y sus necesidades. Creamos 18.000 nuevas lecciones, formación para el profesorado y aulas totalmente renovadas en cuanto al mobiliario y los espacios. Hoy el modelo se ha replicado en 23 escuelas.
P. Otro de los proyectos de los que se siente orgullosa es el resdiseño de los comedores de una red de escuelas públicas en San Francisco. ¿En qué consistió la innovación?
R. En las 120 escuelas de la red San Francisco Unified School District tenían un problema con la alimentación de los alumnos. Habían contratado a la mejor empresa de catering de la ciudad, Revolution Foods, conocida por ofrecer los menús con el valor nutricional más alto. Aún así, los chicos apenas se terminaban la comida y los más mayores hacían lo posible por escaparse durante la hora de la comida. Tras cinco meses de trabajo, descubrimos que el problema no era la comida, sino la experiencia, la configuración del espacio y la distribución de los menús. Lo que querían los chicos era aprovechar la hora de la comida para hablar con sus compañeros, y no hacer colas interminables en filas de uno a uno para recoger su bandeja. Diseñamos un sistema en el que hay varios puntos de distribución y los estudiantes se sirven la comida entre ellos. Los resultados han sido magníficos.
P. ¿Qué mensaje les mandaría a los profesores que se sienten limitados a la hora de innovar por las restricciones de sus centros?
R. Existe la creencia popularizada de que los educadores deben tender a la perfección, no cometer errores y ser modélicos. Esa expectativa hace que sea difícil tomar riesgos y eso limita las posibilidades para crear un cambio radical. Los profesores necesitan experimentar y aunque a menudo sientan que el sistema no es lo suficientemente flexible, desde IDEO les animamos a probar nuevas formas de diseño a través del Design Thinking.
Fuente: http://economia.elpais.com/economia/2017/03/03/actualidad/1488542377_777222.html