Líbano/22 de Mayo de 2017/Sinembargo.MX
“Painting On Camps Walls” formó parte de una iniciativa mayor llamada Cosmic Future que busca usar el arte como una herramienta terapéutica con los jóvenes sirios.
El campo de refugiados sirios en el valle de Beqaa, en el Líbano, donde viven casi un millón de refugiados, ahora tiene un toque de color gracias a un proyecto donde niños sirios ayudados por un dúo brasileño de grafiteros llamado Cosmic Boys decoraron una escuela con arte tecnicolor.
La campaña llamada “Painting On Camps Walls” (Pintando en los muros del campo) formó parte de una iniciativa mayor llamada Cosmic Future (Futuro Cósmico) que quiere usar el arte como una herramienta terapéutica con los jóvenes sirios. Participan Conexus Project, colectivo de arte nómada; Al Caravan, que organiza talleres educativos, de entretenimiento y culturales para niños y adultos sirios desplazados; Cosmic Boys, formado por Rimon Guimarães y Zéh Palito; encargada Sheila Zago; y la documentalista francesa Agathe Champsaur.
Todos lanzaron una campaña para financiar su trabajo y publican actualizaciones sobre el progreso de su trabajo en Facebook y YouTube.
Sus motivaciones aparecen a continuación:
“En un momento de fuerte flujo de inmigración debido a los conflictos internacionales, la gente busca oportunidades para sobrevivir, lugares para vivir –para esperar o comenzar una nueva vida. Muchos terminan viviendo en condiciones no ideales entre campamentos de refugiados y asentamientos, donde no se accede fácilmente a la educación y los niños y adolescentes a menudo dejan de estudiar.
[…]
Creemos que el arte puede traerles un poco de alivio, perspectiva y habilidades para hacer su espera menos dolorosa –y darles una voz para expresar lo que están experimentando, junto con la visibilidad internacional. Por lo tanto, nuestro objetivo es participar con niños y adolescentes refugiados que viven en estos espacios, tratando de convertir sus expectativas de vida baja, ¡en la esperanza de un brillante Futuro Cósmico!
AL CARAVAN
Desde 2013, Al Caravan ha estado llevando arte y otros esfuerzos educativos a los sirios desplazados. Para la organización, la idea nació un año antes, cuando la fuerza aérea del régimen sirio lanzó bombas sobre la provincia de Idlib, en el noroeste de Siria, durante el día, lo que obligó a sus habitantes a escapar y a abandonar sus hogares temporalmente.
Khaldoun Al Batal, cofundador de Al Caravan, contó a Global Voices la historia completa:
En enero de 2013, Al Caravan se dedicó a recorrer las zonas remotas para proporcionar aprendizaje básico, educación y actividades de entretenimiento a los niños desplazados. No sustituye a la escuela, sino que es una especie de refuerzo de la sociedad civil. El equipo creció a 15 activistas que sirven a cerca de mil 500 niños en tres provincias sirias, Idlib, Aleppo y Latakia. Hoy en día, Al Caravan está actuando en varias zonas de Siria y algunos campamentos de refugiados en Turquía, Líbano e incluso Alemania”.
A pesar de contar con una financiación limitada, Al Caravan reunió a un equipo de alrededor de 100 voluntarios dentro y fuera de Siria, junto con activistas del campo educativo para ofrecer su experiencia y trabajo a niños sirios y utilizar las redes sociales para comunicarse con el mundo exterior.
Los objetivos del proyecto son crear una generación que disfrute de las artes como parte esencial en la formación de la personalidad de los niños, lejos de la violencia, y también apoyo psicológico.
El trabajo de alrededor de 3 mil niños que participan en estas pinturas se expuso en París y Montreal, con planes de formar a 25 niños para presentar un espectáculo sobre los derechos de la niñez de las Naciones Unidas con sol vocal y canciones folclóricas.
En una reciente publicación en Facebook, Zeh anunció su visita a Damasco, Siria para pintar más paredes de esperanza:
“Cuarto día en Siria: En medio de la guerra, comenzamos a pintar nuestro mural en el centro de la capital del país. Un día muy importante en mi vida por la importancia que este mural lleva y por toda la situación que enfrenta este país. No quiero ser pretencioso pero, tal vez, también sea un día muy importante para el momento que vive el país. La chispa que inició la guerra en 2011 fue un grafiti hecho por adolescentes. Hoy, 2017, estamos aquí pintando un mural con el objetivo de difundir el amor y la esperanza a través del arte. Si conseguimos cumplir nuestra misión de pintar este mural sin ningún problema, este mural será el más grande del país. Algo que nos anima mucho y nos da la energía para seguir pintando en medio de todos los riesgos que corremos y toda la dificultad a la que nos enfrentamos por estar aquí. Pequeño detalle: llegamos al país en coche blindado y pintamos rodeados de seguridad armada.
Los sirios en general son gente muy receptiva, muy amistosa, siempre nos tratan de la mejor manera posible. En las calles, muchos soldados armados, revistas de autos y personas en todas las avenidas y varios puntos estratégicos de la ciudad. Sonido de bombas, aviones, disparos durante el día que se intensifican por la noche. Creo que ahora podemos “abstraer” los ruidos de la guerra que tiene lugar a seis kilómetros de donde estamos. La tensión está en todas partes, pero la alegría también. Algo difícil de explicar. El casco antiguo es magnífico y lleno de historias, el mercado, la arquitectura, la comida, todo muy único. La gente es hermosa y cariñosa a pesar de los pesares. Hoy el secretario de Cultura del país hizo un hermoso discurso público diciendo que llevamos “armas”… nuestros pinceles traen esperanza”.
Fuente: http://www.sinembargo.mx/14-05-2017/3216639