Por: La Izquierda Diario. Virginia Espeche y Julieta Azcarate
La injerencia de la Iglesia en la educación no es nueva. Las docentes también marcharán este 3 de junio, para continuar peleando por la educación laica y el derecho a la educación sexual sin intromisión de la Iglesia.
Este sábado 3 de junio se cumplen dos años de la gran movilización por Ni una Menos, contra toda forma de violencia hacia las mujeres.
Las docentes se movilizarán nuevamente junto a sus estudiantes y las familias de las escuelas, en defensa de la educación pública, laica y gratuita; por la separación de la Iglesia y el Estado y para terminar con los subsidios millonarios a la educación privada religiosa; porque con toda esa plata, podrían construirse escuelas, financiarse planes por los derechos de las mujeres, garantizar las capacitaciones gratuitas y en servicio y generar las condiciones para que los y las estudiantes puedan acceder a su derecho a aprender.
Religión y educación, un debate con historia
La injerencia de la Iglesia en el Estado no es nueva. Y en las últimas décadas volvió a dar un salto: desde los nefastos años de dictadura militar y durante todos los gobiernos democráticos, atravesando los 12 años de gobiernos kirchneristas y ahora con el gobierno de Macri, el Estado no sólo garantizó enormes sumas al financiamiento de la Iglesia Católica sino que le otorgó grandes privilegios.
Esos privilegios y aportes estatales son los que le han dado poder para incidir en los contenidos educativos. Sin ir más lejos, en 2015, el kirchnerismo derogó la ley 1420 que establecía la laicidad de la educación estatal, habilitando que se pueda impartir religión en las escuelas. Como antecedente, en 2008, el gobierno de Urtubey en Salta hizo obligatoria la educación católica en escuelas públicas.
Más plata para religión y menos para educación pública
El gobierno de Macri no se queda atrás. Para incentivar la injerencia de la Iglesia en los asuntos estatales, el año pasado Cambiemos y el FPV le destinaron la módica suma de $134 millones, sin contar las partidas presupuestarias que recibe de las provincias y municipios. Sólo en la Ciudad de Buenos Aires, Santa Fe y Córdoba, alrededor del 20 % del presupuesto educativo provincial es destinado a colegios privados católicos.
Por su parte, el Ministro de Educación Esteban Bullrich declaró públicamente que “vendría muy bien que todas las religiones tengan su espacio en las escuelas”, mientras que -no casualmente- se suspendieron las jornadas de reflexión y capacitación docente en Educación Sexual Integral (ESI) en la Ciudad de Buenos Aires.
En el mes de mayor aumento de femicidios, el gobierno elimina dichas jornadas de reflexión, que son muy importantes en las escuelas, ya que no sólo se debate sobre cómo implementar la educación sexual en las aulas, sino que son espacios de organización entre los docentes y también con las familias.
Es todo un gesto político, hacia los docentes, las mujeres, y las familias de la escuela pública.
Cabe recordar que desde la promulgación de la ESI en 2006, los docentes vienen realizando un reclamo histórico de capacitación en servicio para su aplicación en las escuelas, con asignación de presupuesto, planes, contenidos y su reglamentación, y ahora, como “castigo” se eliminaron las jornadas destinadas a tal fin como compensación de los días de paro.
Pero, ¿qué presupuesto puede destinar el gobierno para la ESI si está más dispuesto a financiar a la Iglesia que garantizar la educación sexual en las escuelas? ¿Cómo conquistarán las mujeres el grito por #NiUnaMenos si el Estado continúa dándole poder a la Iglesia y a sus curas pedófilos y abusadores, si los financia y les permite influenciar con sus contenidos retrógrados, misóginos y patriarcales la educación de miles de jóvenes?
Nuestra educación vale más que sus ganancias
Los millonarios subsidios a la educación religiosa se podrían destinar para construir nuevas escuelas, refaccionar y mejorar las existentes, generar programas y capacitaciones gratuitas y en servicio para las y los docentes sobre educación sexual y hasta tener comedores de calidad para todos los estudiantes.
Desde las bancas del PTS en el Frente de Izquierda, con Patricio del Corro como legislador en CABA, se presentó un proyecto para aumentar de forma urgente el presupuesto educativo, la construcción de escuelas y también un Plan de emergencia contra la violencia hacia las mujeres.
También Nicolás Del Caño y Myriam Bregman, precandidato a diputados por provincia de Buenos Aires y Ciudad de Buenos Aires, respectivamente, proponen reducir la jornada laboral docente a un cargo de 6 horas, con 4 horas frente al curso y 2 horas para corregir, planificar, para tener más tiempo para recreación y estar con las familias, con un salario igual a la canasta familiar.
Porque una mejor educación es con docentes que puedan dedicar tiempo de su jornada también a capacitarse. Las mejores condiciones para enseñar son las mejores condiciones para aprender. Por eso este 3 de junio las y los docentes vuelven a marchar, por Ni una Menos, por la separación de la Iglesia y el Estado y por la educación pública, laica y gratuita.
Fuente: http://laizquierdadiario.com/No-hay-NiUnaMenos-sin-educacion-sexual-en-todas-las-escuelas