España/08 junio 2017/Fuente: El Diario Montanes
La Consejería traslada a los sindicatos docentes una solución intermedia ante la petición de las asociaciones de padres de suprimir el horario reducido.
La Consejería de Educación ha planteado a los sindicatos integrantes de la Junta de Personal Docente aumentar en media hora la jornada reducida de septiembre y junio a partir del próximo curso. Se trata de una solución intermedia que intenta dar respuesta a la petición de las asociaciones de padres de suprimir la jornada reducida que existe en Educación Infantil y Primaria al inicio y final del curso y de mantener el mismo horario lectivo a lo largo de todo el año.
Pero la respuesta de las organizaciones sindicales –STEC, CC OO, UGT y ANPE– ha sido negativa. Y lo basan tanto en razones pedagógicas, ya que consideran que aumentar la carga lectiva de los niños es «perjudicial», como laborales, dado que defienden que son horas que los profesores necesitan para «otras tareas más allá de dar clases». Al principio del curso sobre todo de organización, coordinación, planificación, reflexión sobre los cambios metodológicos y adaptación de los interinos; y al final, para la redacción de informes y conclusiones sobre el desarrollo del mismo.
Educación desea tomar una decisión de consenso, pero un acuerdo que satisfaga a todas las partes parece imposible. La reunión de la Mesa Sectorial de mañana será clave para tomar una solución definitiva de cara al próximo curso.
Tanto la Federación de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos (FAPA), mayoritaria en la enseñanza pública de Cantabria, como la Concapa, referencia en la concertada, han pedido en diferentes ocasiones a la Administración educativa que acabe con esta práctica y que las jornadas de junio y septiembre sean completas. Esa medida permitiría seguir dando pasos en la conciliación de la vida familiar y laboral, ya que en estos dos meses el horario se reduce a tres horas y media frente a las cinco del resto del curso, lo que hace que los alumnos salgan de forma mayoritaria de clase a las 12.30 horas –las 13.00 horas en algunos centros–, lo que complica la tan buscada conciliación, al margen de otra serie de problemas. La FAPA los detalló esta semana en una reivindicación que ha llegado a convertirse en una recogida de firmas para respaldar la petición.
Alternativas
En este contexto, la Consejería de Educación ha buscado distintas fórmulas que «respondan a las necesidades de los padres, pero también de los docentes y del sistema educativo en general», opina el consejero Ramón Ruiz. «Intentaremos buscar lo mejor para todos, pero no es fácil», reflexiona.
En un principio, la Administración valoró una fórmula mixta de mantener la jornada reducida las dos primeras semanas de clase de septiembre, para ayudar a una incorporación gradual de los estudiantes, y a continuación implantar la completa. Dinámica que se repetiría en sentido inverso en junio, volviendo a la reducida las dos últimas semanas, cuando los alumnos están más cansados. La propuesta era vista con buenos ojos tanto por la FAPA como por la Concapa, pero ha sido finalmente descartada porque «complica la planificación del transporte escolar», apunta Ruiz.
El tiempo para tomar una decisión apremia, por lo que Educación convocó ayer a los cuatro sindicatos para ponerles encima de la mesa otra alternativa: aumentar en media hora la jornada reducida, que alcanzaría así las cuatro horas. De esta manera, el final de las clases estaría más cercano a la salida laboral de los padres y los horarios de los comedores variarían en menor medida entre unas partes y otras del curso. No es el horario completo que reclaman las familias, pero sí supone una concesión a unos colectivos cansados de reclamar que su voz sea escuchada en la toma de decisiones educativas. Y la Administración piensa que esa media hora de clase de más podría ser asumida por los profesores dejando aún tiempo para las necesarias tareas organizativas y logísticas.
Pero los sindicatos dicen no. «La solución a un problema como la conciliación, que es social, no estrictamente educativo, no es cargar a los niños con más horas de clase, me parece una barbaridad. En septiembre necesitan una aclimatación, y en junio están muy cansados», asegura Federico de los Ríos, portavoz de ANPE. «Si las empresas se niegan a contribuir a la conciliación y las familias lo necesitan, se podrían abrir los colegios más horas y organizar actividades extraescolares, talleres, como sucede durante las vacaciones, lo que además dinamizaría la contratación de monitores y perfiles similares. Pero más horas de clase, no», añade.
La otra razón que alegan los sindicatos para su negativa es que si los profesores tienen que aumentar sus horas de clase «no pueden atender las múltiples tareas que nos pide la Administración».
Fuente: http://www.eldiariomontanes.es/cantabria/201706/08/educacion-plantea-ampliar-media-20170607223108.html