Unesco/03 julio 2017/Fuente: Unesco
Desde 1990, los países han alentado el desarrollo de sus sistemas educativos con el objetivo de promover y facilitar la educación para todos los niños. Las experiencias obtenidas del movimiento de la Educación para Todos y de los Objetivos de Desarrollo del Milenio demuestran que a pesar de los logros significativos alcanzados quienes más lo necesitan no sacan provecho de forma automática de todo el espectro de oportunidades educativas en lo relativo a las oportunidades educativas de calidad.
¿Por qué esta nueva guía es importante?
Según las estadísticas de la UNESCO, 263 millones de niños, jóvenes y adolescentes, entre 6 y 17 años de edad, no han sido aún escolarizados y sus logros en el sistema escolar siguen siendo uno de los mayores desafíos para muchos países. Por otra parte, no significa lo mismo garantizar la inclusión de todos los niños en los procesos de enseñanza, que suministrar equipos y dispositivos al sector educativo. A muchos niños y jóvenes escolarizados se les sigue excluyendo de las posibilidades de aprendizaje y no obtienen, en igualdad de condiciones, los beneficios que se puede esperar de una educación de calidad. Según estudios recientes, los niños y jóvenes provenientes de grupos desfavorecidos, una vez escolarizados, corren más riesgo de convertirse en blanco de diversas formas de violencia escolar y acoso por parte de los docentes y de sus compañeros, algo que engendra consecuencias negativas en el ámbito de la calidad y del rendimiento escolar.
Si los países no formulan y no aplican las políticas y los programas educativos de carácter inclusivo, y si no ofrecen contextos de aprendizaje, programas docentes y planes pedagógicos que también sean integradores para los educandos, habrá pocas probabilidades de que esta situación cambie. El mensaje fundamental de esta Guía es que cada educando cuenta y cuenta en idénticas condiciones de igualdad que sus compañeros. En ello consiste el término de inclusión. Debemos respetar la diversidad de las necesidades, las aptitudes y características propias de cada educando, así como erradicar todas las formas de discriminación en los centros de aprendizaje. Tal y como Mel Ainscow, profesor emérito de la Universidad de Manchester y coordinador de la redacción de los aspectos más destacados de la publicación, observa: “promover la inclusión y la equidad en las escuelas significa que se aprende a convivir con las diferencias y que, en realidad, se saca una enseñanza de estas diferencias”. “Esto quiere decir que descubrimos las múltiples maneras de implicar a los alumnos en el proceso de aprendizaje para que puedan tener el control de este proceso y asumir sus responsabilidades”, añadió Renato Operti, especialista principal del programa en el seno de la OIE-UNESCO. Nada de esto puede llevarse a cabo de un día para otro. Para lograr implementar el cambio a escala de todo el sistema debe considerarse la inclusión y la equidad como procesos que requieren de un programa con diferentes niveles y la aplicación de políticas integrales, así como el compromiso de las diversas partes interesadas tanto dentro como fuera del sistema educativo.
Esta guía, redactada para garantizar la inclusión y la equidad en la educación, ha sido publicada en el momento en que el mundo acaba de asumir el compromiso de alcanzar un marco renovado de desarrollo sostenible. El Objetivo de Desarrollo Sostenible 4 sobre Educación hace un llamamiento para garantizar una educación inclusiva y equitativa y a promover oportunidades de aprendizaje durante toda la vida para todos de aquí al 2030. ‘‘Es parte de nuestro mandato ético y nuestra responsabilidad común velar para que los grupos de personas más frágiles y al margen de las oportunidades de aprendizaje gocen efectivamente del derecho a una educación de calidad’’, afirmó Florence Migeon, especialista del Sector de educación de la UNESCO para el programa de inclusión en la educación. Se trata de llevar a cabo un seguimiento exhaustivo de los grupos marginados y, cuando proceda, tomar las medidas necesarias para garantizar la presencia, la participación y el éxito de éstas en el sistema educativo. De este modo, queda claro que el nuevo ODS en materia de educación tiene como objetivo la enseñanza y el aprendizaje para todos.
¿Qué proporciona esta guía?
Mediante esta Guía la UNESCO tiene como objetivo brindar un apoyo de índole práctica para que los Estados Miembros logren detectar qué lugar ocupan la igualdad y la inclusión en sus políticas ya existentes, y decidan las medidas que deben tomarse en aras de mejorar dichas políticas, así como en dar seguimiento a los logros obtenidos tras haber emprendido la puesta en marcha de las acciones correspondientes. La Guía ofrece un marco de evaluación que presta asistencia a los países durante este examen, y toma en cuenta cuatro dimensiones clave: los conceptos, las declaraciones de políticas, las estructuras y los sistemas, y, finalmente, las prácticas.
Además, las conclusiones de las investigaciones en la esfera internacional que figuran también en esta Guía, permitirá que los Estados Miembros extraigan enseñanzas de los procesos llevados a cabo en otros países con miras a aplicar sistemas educativos inclusivos y equitativos. Cómo Ghana evalúa la inclusión en sus escuelas tradicionales, cómo Dinamarca fomenta una concepción unificadora en el plano comunitario al tomar en cuenta las opiniones de los niños con miras a mejorar la inclusión y la igualdad, o aun, cómo los alumnos de Portugal ayudan a los docentes a innovar. Son estos algunos ejemplos de prácticas eficaces que impulsan el derecho de cada educando a una educación inclusiva y equitativa.
La Guía para garantizar una educación inclusiva y equitativa (en inglés) fue publicada por la Sección de Educación para la Inclusión y la Igualdad de Género y la Oficina Internacional de Educación.
Fuente: http://www.unesco.org/new/es/media-services/single-view/news/a_guide_for_ensuring_inclusion_and_equity_in_education/