Canadá/18 septiembre 2017/Fuente: Retina
La realidad aumentada incrementa el interés y la participación de los alumnos y les permite asimilar mejor determinados conceptos.
os alumnos de la facultad de medicina de la Universidad de British Columbia en Vancouver (Canadá) disponen de una herramienta poco habitual en las aulas: unas gafas HoloLens que proyectan el holograma de un cerebro humano para que puedan estudiarlo en tres dimensiones. Un cerebro en mitad de la sala que los jóvenes pueden rodear, explorar y con el que pueden interactuar en función de sus necesidades de aprendizaje. Participan en una iniciativa que busca la implementación de realidad aumentada aplicada a la educación, una idea que cuenta cada vez con más adeptos.
La anatomía y la geografía, por citar otro ejemplo, son solo dos de las muchas disciplinas en las que la situación en el plano de sus elementos constitutivos —partes del cuerpo y países respectivamente— facilita considerablemente su entendimiento. Y la realidad aumentada ayuda a abordar la enseñanza precisamente desde esta perspectiva.
En noviembre de 2015, el Departamento de Educación de EE UU anunció la creación de EdSim Challenge, un concurso para desarrolladores y empresas tecnológicas que incentiva el uso de tecnología de realidad aumentada y virtual en el ámbito de la enseñanza e incluye premios en metálico y programas de aceleración para los proyectos ganadores. Poco después, el Gobierno francés hizo un llamamiento en su boletín oficial de educación nacional a considerar la realidad aumentada como una tecnología recomendada para ser utilizada en los institutos.
El aprendizaje resulta mucho más sencillo cuando es experiencial
Silvia Álava, psicóloga educativa y escritora
La integración de elementos digitales en el entorno natural no bloquea la percepción de lo que es real como sucede con la realidad virtual, sino que superpone sus proyecciones permitiendo la convivencia de ambos elementos. Este puente entre impresiones físicas y digitales conforma una experiencia inmersiva que motiva a los estudiantes y les incentiva a seguir aprendiendo. “En general, cualquier soporte informático tiende a aumentar la motivación hacia el estudio”, reconoce Silvia Álava, psicóloga educativa y escritora. “Y el aprendizaje resulta mucho más sencillo cuando es experiencial”.
Álava explica que la enseñanza basada en tecnología requiere de menos esfuerzo por parte del alumno, ya que le resulta más sencillo mantener la atención, aunque alerta de los problemas de que un niño se acostumbre a esta metodología y no entrene su capacidad de concentración. Krebs coincide la psicóloga y sostiene que es necesario un control por parte de los profesores para que estas herramientas sean realmente út
Fuente: https://retina.elpais.com/retina/2017/09/11/innovacion/1505146948_382824.html